Después de una muy larga tardanza, elo aquí... Mil disculpas pero empecé un nuevo fic (si, haciéndole promoción, está tmb en y se llama "El ideal perdido"...) y luego el otro, y este y la escuela y bueno ya... aquí está n.n

Agradeco el apoyo que me han brindado n.n


VIII

El velo del mito que yo había creado alrededor de él ha caído finalmente y yo sólo consigo embelesarme más ante la luz que irradia mi nuevo redescubrimiento. Su figura la puedo ver ahora como en realidad es; ya no hay sueños ni fantasías irreales e inexistentes. Sus pensamientos ya no son el eco de mis suposiciones. Sus sonrisas ya no son un premio por el cual me debo desvivir, y mucho menos un objeto que tenga que ganar para poder merecer. Las excusas para verle y hablarle ya no son necesarias. Los silencios incómodos ya no existen entre nosotros. La frialdad en sus gestos se ha evaporado desde el primer momento al igual que su torpeza inicial, producto de su hermosa timidez.

Me he dado cuenta de que me enamoré perdidamente de una imagen perfecta que mi corazón creó ante la desesperanza de nunca llegar a conocerle bien. Estaba tan equivocado en tantas cosas... Tan absorto en una imagen perfecta y angelical de mi niño zafiros, que aún sigue ahí al verle sonreír pero... él es tantas cosas más... Cosas que no imaginé y cosas que me ha agradado tanto descubrir...

Una amistad, una GRAN amistad ha nacido y es difícil explicar el lazo que nos une. Nunca aspiré a lograr una conexión tan especial y única con alguien. Creo comprender ahora que el idealismo con el cual fabriqué la imagen del Camus que yo quería ver, fue sólo el producto de una necesidad, de una soledad que por más amigos y compañeros que tenía no desaparecía nunca del todo. Un vacío que de alguna manera conseguía ocultar, a los demás y a mí mismo, con sueños tiernos; en los cuales, todo lo que yo buscaba y quería se volvía realidad en Camus.

Desesperanza e idealismo... mala combinación.

Analizo ahora y consigo ver que toda mi vida me he sentido solo. Siempre he sido diferente a todos y nunca me había identificado con alguien de esta manera. Y es irónico, pues ambos somos sumamente diferentes. ¿Qué es lo que nos une de una forma tan especial?

Lo que nos une, es la afinidad que nace de nuestras propias diferencias. Es como si ambos aspiráramos a las mismas cosas aunque nuestro punto de distinción son los medios y formas con las cuales logramos conseguir lo que queremos. Él y yo nos dedicamos a alcanzar lo mismo recorriendo caminos diferentes.

He vivido alrededor de extremos toda mi vida, sintiéndome a gusto pero nunca compaginado. Y toda mi vida me había conformado con esa pequeña afinidad que despierta entre compañeros, pensando que no había nada mas halla de la fraternidad que no fuera el amor. Me equivoqué. Olvidé la amistad por completo. Tengo a Mu, a Shura, y a algunos más en mi vida. Pero lo que hoy nos une es, principalmente, la hermandad. Tengo hermanos y compañeros, y sólo a Camus como amigo...

Pero ni yo mismo me entiendo; es tan confuso. La amistad ha nacido, pero el amor que le profeso sigue vivo en mi pecho quemándome cada vez que le miro, perforándome cada vez que estamos cerca, suplicándome con dolor que me pierda en este sentimiento y me entregue al momento... a besarle, a sentirle...

Pero no puedo. No puedo hacerlo. Por mí y especialmente por él, no puedo manchar esta amistad de la cual ahora somos tan dependientes... ¿Qué haría yo si él me llegara a rechazar?

Sepultando el "qué haría" en un lugar que no quiero ni recordar, me concentro en el "qué sentiría"... Y es que no puedo despegarme de él ni un momento, simplemente no quiero estar sin él. Cuando las noches nos separan, mi respiración se agita, mi mente me tortura y yo... yo no puedo respirar. Necesito su presencia y me ahogo si él no está. Esto ya no es un amor a primera vista, ni una obsesión, ni un amor sin razón. Pues por sobre todas las cosas he descubierto que lo quiero, lo quiero tanto... Me ha prendado más al conocerle y los recuerdos con los que antes conseguía vivir ya no son suficientes.

¿Qué haría él sin mí? Es lo que más me preocupa y por lo que me detengo cada vez que un espasmo proveniente de mi cerebro me pide la rendición y la entrega a esos zafiros... Puedo adivinar que se sentiría defraudado y que temeroso volvería a su soledad de siempre, convencido por fin de que no sirve para tener amigos. Que por más que ha intentado acercarse a alguien, las cosas terminan siempre de una manera que él no desea... No quiero volver a verle solo, no quiero que regrese a representar su papel de hielo y no quiero que el mundo olvide su sonrisa... No quiero ser yo el causante...

El viento, en resumidas cuentas, se ha llevado estos dos meses a su lado como si fueran hojas de otoño. Las cosas han cambiado tanto...

Los que prefieren la ficción a la realidad... simplemente no lo han conocido a él. No hay punto de comparación entre la magnitud de un sentimiento que nace de ilusiones y suposiciones con otro que nace de hechos, actitudes, acciones y roces reales...

¿Alguna otra cosa que deba comentar que ha ocurrido en estos dos meses? Hay muchas cosas... Empecemos por Aioria.

Él, simplemente no cambia. Su amor como ya he escrito infinidad de veces, es siempre insuficiente y terminable. Hoy, lleva mes y medio de relación con la amazona del águila, Marín. En dos semanas se le pasó su amor por Saga, y ya claro ni le pasa por la cabeza el recuerdo de lo que llegó a sentir por mí. Debo admitir que se ven muy felices y muy bien. Las cosas con él están muy tranquilas. Le saludo, hablamos y ya. Aunque no puedo evitar sentir algo de resentimiento contra él. Pero el tiempo lo cura todo y espero el momento en el que le pueda sonreír de una manera enteramente sincera. Sonaré como un amargoso pero francamente no creo que su relación dure... El pasado es una prueba de que lo que Aioria dice querer nunca es suficiente y Saga sigue merodeando por ahí...

Desde aquella noche no he hablado con Kanon y francamente no me interesa ya. He notado que me mira con curiosidad y algo temeroso. Al principio me saludaba y yo me limitaba a alzar una mano sin sonreír ni pronunciar palabra. Creo que de alguna forma ha comprendido que le vi tratando de besar a Camus y por ello no ha hecho preguntas. Talvez fueron los visibles arañazos que lucí al otro día los que me delataron...

Mu sigue con Shaka y en ese sentido soy creyente del destino. Ellos se creen afortunados por haberse hallado tan pronto en esta vida y se dedican a disfrutar cada momento. Están convencidos al igual que yo, que en todas sus vidas pasadas han estado juntos y que en las que están por venir también permanecerán unidos...

Shura sigue ahí. Mi hermano sale, se divierte y es feliz, o al menos trata de serlo. Las ganas que tengo de fabricarle una mujer perfecta que lo ame y que lo consienta son indescriptibles... Se merece tanto, y sólo ha recibido sufrimiento de la vida. Me alegra que por lo menos ahora se halle bien y libre de toda culpabilidad...

Pero Camus me espera y el tiempo se agota...


Otra noche sin igual, y otros momentos compartidos. Hoy sentí la textura de su mano al ayudarle a levantarse del sillón y mi corazón se aceleró como loco. No puedo asegurar que me sonrojé porque no contaba con espejo para mirarme, pero estoy seguro de que mi emoción fue evidente para él.

¿Por qué estoy tan feliz cuando ahora me encuentro sin él?

Porque sencillamente en esos zafiros noté algo diferente al tocarle. Puedo estar seguro de que nuestro roce le emocionó igual que a mí. Y eso sólo quiere decir una cosa... ¡NO LE SOY INDIFERENTE! Hay algo ahí, algo que todavía no puedo nombrar "amor"... pero hay algo... y no es cariño precisamente...

Amistad con atracción, peligrosa combinación... ¡Pero qué combinación!

No puedo explicar como me siento con palabras. Estoy sonriendo y aspirando el olor de una pequeña flor que he encontrado en mi camino. ¿Ridículo, cursi y exagerado? Francamente me tiene sin cuidado. Lo único que se es que le he tocado, le he sentido y él me ha sentido a mí. No hay más y no me importa si hay más.

Recuerdo como si fuera ayer como me reí de Dm y de Afrodita... Dios, no sabía yo lo que era estar tan perdido por alguien... Me pregunto, si él estará pensando lo mismo que yo en estos momentos...

Talvez ahora pueda actuar, o hacer algo. Tengo miedo de hacerlo pero... he visto ya que no le soy indiferente. Estaría poniendo todo lo que hemos logrado y todo lo que tenemos en riesgo pero... ¿Acaso su amor no lo vale?

Hace menos de un día estaba decidido a no acercarme demasiado por lastimarle y lastimarme y ahora por un simple toque de manos ya estoy descartando la posibilidad de conformarme con su amistad... ¡AL DIABLO! Lo he decidido ya, y no hay marcha atrás... El es para mí, y yo soy para él. Nacimos para estar juntos y no me importa cuantas veces me tenga que dar contra la pared ni cuantas veces él me desprecié, no me moveré de aquí y no dejaré de intentarlo hasta que él esté en mis brazos. Y lo estará, con lo que he notado hoy, juro que lo estará.

Sus miedos y mis miedos no nos detendrán. Estaremos juntos como debe ser...

Pero un sollozo detiene mis dulces pensamientos de gloria y me centra en la realidad. Mis pies se encuentran en el templo de sagitario. Otro sollozo ahogado y estoy confundido... ¿No debiera de estar este templo vacío? Mi mente se acelera pensando en quien puede estar llorando en el templo del difunto Aioros y hallo una respuesta: Shura.

Corro angustiado para encontrar a mi amigo y hacerlo volver a la realidad. Estoy harto de que la vida sea injusta con Shura. ¿Por qué no le dan el perdón? Él no quería matar a Aioros, vivió engañado. Athena, dale fuerzas...

Una figura acurrucada en el suelo, ocultando su rostro en la pared hace aparición frente a mí. Me detengo confuso.

- ... Aioria... – digo sin acabar de comprender que el que está frente a mí es el ya nombrado y no Shura.

El león no despega su rostro de la pared, por lo cual adivino que su rostro está marcado lleno de lagrimas. No puedo evitar conmoverme. Él ver a este hombre, que tantas veces taché de insensible y bruto, llorando hasta el cansancio es una gran impresión. Siempre supe que era un pobre débil emocional pero... ¿Llorar? No lo creí capaz, o por lo menos creí que yo podría ser testigo de sus lagrimas.

Él continúa sollozando y yo no se que hacer. No puedo largarme como si nada estuviera pasando; pero parte de mí, una cruel parte de mí, me dice que se merece la pena que está sufriendo y que como yo, debe afrontarla por sí solo. Olvido todo el resentimiento y pienso en lo que normalmente haría...

Me acerco, me hinco junto a él y comienzo a acariciar sus cabellos con delicadeza. Él desprende su rostro de la pared lentamente, me mira y veo en esos ojos verdes una miseria que nunca creí ver ahí. Su rostro está tan rojo y tan descompuesto... Casi al instante de reconocer mis turquesas se abraza desesperado a mí. Y yo al no estar preparado termino dándome un tremendo golpe en la cabeza por la pared...

Esconde su rostro en mi pecho y comienza a balbucear torpemente.

- ... Terminamos Milo... Marín y yo terminamos... Yo la quiero tanto, no se porque...

Y me siento como una basura al suponer tan ligeramente, momentos atrás que la relación entre ambos no duraría.

- Shhhh Tranquilo... – susurro viendo al techo de la casa, cansado y algo incómodo por ser yo quien le deba consolar.

- Y no se porque... no la entiendo... estoy tan solo... ¿Por qué Milo, por qué? – lo último lo dice con una rabia impresionante que puedo notar aún cuando sus esmeraldas siguen escondidas en mi pecho.

- Seguramente es un malentendido. No te pongas así, mañana ya verás que todo se arregla...

- ... No es un malentendido... ella... ELLA dijo que yo no la quería... dijo que no la amaba... que no podía seguir conmigo... que sólo la necesitaba y que ella no podía, no podía...

- Le explicarás todo mañana, y verás como la tendrás en tus brazos pronto... – dije con voz dulce, y me sentí un hipócrita. Yo mismo en mis reflexiones había condenado a Aioria a vagar en una infinidad de amores inexistentes...

- ¡Pero es que ELLA NO LO ENTIENDE! - su voz estaba descompuesta. Se le oía sumamente aguda. - Se ha enterado de... de Saga, de Kanon y... de ti... dice que le he mentido... que no puedo amar de un día para otro... que no puedo pasar de un amor a otro, que me engaño a mí mismo y que nunca he sentido amor... sólo necesidad...

Y no se que decirle porque... ella tiene razón. - Ya, deja de llorar. Tranquilo...

- Milo... ¿Verdad que no es verdad¿Verdad que está equivocada? - y finalmente me mira con esos ojos verdes que han perdido todo su esplendor y se les ve suplicantes.

¿Qué debo hacer... terminar de destruirle con la verdad? Silencio.

- ... No importa lo que yo crea ni lo que ella dice creer. Tu debes de demostrarle que lo que sientes es amor, y tu mejor que nadie debe saber si lo que siente es amor o no...

La verdad, es mi verdad... no la suya... y no puedo atacarle ahora cuando está tan vulnerable con MI verdad...

- ... ¿Y si tiene razón? Me he portado como un idiota... con ella, y... contigo... Milo, lo siento tanto... perdóname... No quise, nunca quise...

- No tienes que disculparte por nada, las cosas no se dieron entre nosotros y talvez fue para bien. Además... yo ya te he perdonado... – las palabras salen solas de mi boca, sin ninguna traba de resentimiento ni odio. Y me siento tan bien... Necesitaba oír esto, y ahora me siento en paz.

- Yo... Milo... – centra sus esmeraldas en mis turquesas y le sonrío - Gracias, nunca... nunca te supe apreciar, talvez si yo...

Aioria está acercando su rostro al mío y yo no me puedo mover. La pared no me deja retroceder, y su peso, mayor al mío, me tiene prisionero sin opción a retirarle delicadamente como en estos momentos de vulnerabilidad se que debo hacer.

Mira mis labios y de nuevo a mis turquesas, y yo muevo la cabeza en negativa, diciéndole que no debe siquiera intentar besarme, que hay otro en mi corazón y que nunca ha sido él... Pero no entiende y me besa de forma delicada al principio para después tratar de adentrarse por completo en mi boca y es ahí donde decido que esto se ha salido de control, y con mis manos le empujo no tan suavemente.

Aioria cae en su costado débilmente y me mira sin entender. - ¿Es qué ya no me quieres?

Me pongo de pie, y firmemente le digo. - No...

- Tu estás conmigo ahora y él no... A él ni le ha importado... Me equivoqué. Saga era... era FALSO y tú... Me equivoqué, debí...

- Eso ya no importa.

- Antes no importaba, hoy si y mañana también, al fin me he dado cuenta...

Me mira intensamente y yo sabiendo que si me quedo puedo oír cosas que antes hubieran regodeado mis oídos pero que hoy sólo le lastimaran a él, me retiro. Pero antes le digo. - No importan hoy, y no importarán tampoco mañana. Buenas noches, espero que se arregle todo con Marín.

- Ya verás que si importará Milo... – dice con una sonrisa tierna.

Lo que me faltaba. Aioria aferrándose a mí como la salvación en su mar de amarguras. Sólo será más dolor para él... Eso pienso mientras camino hacia la salida cuando...

- Camus... – digo muy sorprendido.

Su figura está ahí, inmóvil y ausente. Me mira sin entender con esos zafiros que ahora me están matando, confundido y algo herido. A lo lejos mira a Aioria todavía en el suelo y luego a mí. Niega con la cabeza, se da la vuelta y comienza a caminar lejos de mí que me quedo tieso...

¿Qué vio y que no vio Camus¿Qué escuchó y que no escuchó Camus?

Oh no...

CONTINUARA...


Oh si... Ahora si... no me apedreen porfavor...

Gracias por sus posts, que me animan a continuar esta historia... anuncia que no falta mucho y que puede tener final feliz o triste, todo dependerá de mis ánimos así que recen porque me vaya bien n.n

No me apedreen OO