Todos los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi

Reflejo del futuro

Escrito por Lucy chan

Capitulo 7: Rumore

Akane no sabía que decir, la profesora Hinako le había preguntado exactamente por su verdadero nombre. A ella siempre le produjo un poco de respeto la profesora, no solo por su espantoso ataque de la moneda de 50 yenes sino por qué a veces podía calar a las personas, aunque tuviera la pinta de una inocente y alocada niña.

- Estooo…. - vaciló al decir.

- Es mi prima! - le cortó rápidamente Mayumi.- Ella viene del extranjero como estudiante de intercambio… sii.. eso!

- Ahhh… que guay! - contestó Hinako totalmente feliz.- ¿Sabes que te pareces muchísimo a la madre de Mayumi? Le di clases hará unos veinte años.

- Jajajjaaaaaa.- rió falsa y nerviosamente Akane.- ¿No iréis a creer en los viajes temporales?

- Yo si que creo! Es más, he sido testigo de uno! - contestó firmemente Hinako.

Un silencio sepulcral imperó en el aula y todas las miradas se dirigieron hacia la joven.

- Creo que la he fastidiado…

- Una vez soñé que iba a visitar el periodo Tokugawa y luchaba junto a Kenshin Himura.- contestó felizmente.

La clase entera suspiró resignada y abrieron los libros. Para alivio tanto de Mayumi como de Akane lo dejaron pasar.

A la hora del recreo la muchacha de cortos cabellos azulados bajó hasta la cafetería del primer piso a por un refresco.

- ¿¿¿Que? ¿¿¿300 yenes por una lata de refresco? - exclamó entre asustada e indignada mirando la máquina expendedora.- ¡Esto es un robo!

Dio media vuelta, resoplando bastante enfadada y volvió a subir las escaleras de regreso a su clase sin haber comprado nada.

Entró a 1º-F pero no encontró a su hija por ninguna parte. Echó un vistazo rápido a todos los pupitres y se percató de que la hija de Shampoo y Mousse se encontraba allí.

Vestí el uniforme escolar del instituto y sus dos moñitos y gafas alargadas le daban un aire mucho más infantil.

Clavó su verdosa mirada en Akane y esbozó una sonrisa en sus finos labios. A continuación se levantó de su asiento y se dirigió hacia ella:

- Creo que no encontrarás a Mayumi hasta que finalice el recreo… tenía pendiente un trabajito.

- ¿Qué trabajillo?

La china sonrió y sacó su lengua pícaramente guiñándole un ojo, seguidamente le entregó una lata de refresco y guiñando pícaramente uno de sus ojos se retiró hasta su asiento de nuevo.

- Gra… gracias! - musitó Akane un poco desconcertada.

Y como bien dijo la joven, la chica no apareció hasta finalizado el descanso.

- ¿Dónde estabas? - preguntó Akane con curiosidad.

Mayumi se atusó su larga trenza y suspiró:

- Oh nada… tenía que hablar con el profesor de educación física para los entrenamientos de atletismo que tenemos que realizar dentro de un mes.

Al finalizar la jornada escolar todos marcharon hacia sus respectivas casas.

Al llegar al Dojo Saotome-Tendo ambas adolescentes se desclazaron y penetraron a su interior.

Ranma entrenaba en el jardín dando golpes al aire. A pesar de que ya había superado los 30 años conservaba un cuerpo joven, musculado y bien torneado que a la joven Akane le recordó a las películas de artes marciales del estilo de Bruce Lee. No puso evitar sonrojarse un poco.

El hombre la miró con sus penetrantes ojos azul cobalto y la dejó de inmediato noqueada, pero pudo reaccionar a tiempo; ella sabía perfectamente que toda esta situación le estaba afectando. Aquella noche, por muy extraño que parezca durmió muy tranquila.

Al día siguiente volvió al instituto Furinkan, y como pasó al día anterior, Mayumi volvió a desaparecer en el recreo, cosa que hizo sospechar a Akane de que algo pasaba. La muchacha estaba convencida de que la hija de Shampoo sabía algo, pues la reacción del día anterior y esa sonrisa tan cómplice no podían significar nada de nada. Pero prefirió no indagar, tampoco iba a espiar a su propia hija.

A la salida del centro a la joven de la larga trenza se la veía un poco cansada, bostezaba sin parar y suspiraba pesadamente.

- ¡Qué rollo de clases! - exclamó apesadumbrada.- Tengo ganas de que lleguen las vacaciones.

Satoshi las alcanzó tras una corta carrera. Llevaba el uniforme del instituto y la pala de okonomiyakis colgada a su espalda. Tomó a Mayumi y le susurró al oido en tono confidencial, pero no lo suficientemente bajo como para que los oidos de Akane no lo percibiera.

- Nadie habrá visto… cierto video verdad?

- No, tranquilo, está todo bajo control, lo escondí en mi habitación y no hay más copias.

Ambos se miraron un poco entrecortados y torcieron su labio, sin embargo al momento recordaron que Akane iba con ellos y cambiaron su comportamiento totalmente.

- Bueno… espero que me pases los apuntes de biología pronto.- comentó el chico.

- Ja! - respondió Mayumi.- Si no te durmieras en clase los tendrías.

- Que yo… que? Eso ni lo pienses! Si no los tengo es que ese día no pude ir.

- Claro… como te quedaste durmiendo en casita...

- Eres lo peor! Antipática!

- Mira quien fue a hablar! Mister simpatía del año.

La pareja frunció el ceño y el joven se alejó saltando los tejados del vecindario.

- Que tonto! - terminó la chica de largos cabellos.

Sin embargo Akane lo miraba divertidamente, pues le recordaba a su relación con Ranma; pero estaba intrigada en el contenido de la cinta de vídeo famosa…

Una niña de aproximadamente unos ocho años se les cruzó justo por delante, chocando inevitablemente con las dos adolescentes y cayó al suelo. Un quejido salió de su garganta.

- Oh! ¿Estás bien? - le preguntó Akane ayudándola a levantarse.

- No es nada.- respondió secamente impidiendo que la chica la ayudara.

Era una niña un tanto extraña. Su piel era blanca como la nieve, tersa y suave. Sus cabellos eran negros como el ébano, largos hasta su cintura y muy lacios, su cabeza la cubría una pamela de color negro con una flor también del mismo tono. Su mirada azul pálido, gélida como un pedazo de hielo la enmarcaban unos ojos largos y rasgados. Sus labios, pequeños pero gruesos eran bastante rojos, un pigmento natural de la piel. Un vestido con encajes, todo de color negro no hacía tan visible su extrema delgadez. Era totalmente como una muñeca de porcelana antigua. En sus manos llevaba una cinta de gimnasia rítmica del monocromático negro, doblada cuidadosamente.

- Kuromi, tu por aquí? - musitó chistosa Mayumi.- ¿Vas a conjurar como Lord Voldemord de Harry Potter?

Por lo que se ve a la niña no le hizo ninguna gracia ese comentario y apretó sus labios clavando la mirada en la adolescente.

- ¡¡¡TE VOY A PONER DOS VELAS NEGRAS! ¡¡TE VAS A ENTERAR! - exclamó furiosa antes de irse corriendo.

Akane quedó tan perpleja que no pudo contenerse en abrir su boca y sus ojos al extremo.

- ¿No crees que te has pasado un poco? - preguntó un poco indignada.

- Jajjaa, no que va! Esa niña nos trae de cabeza a todos!

- Pero… quien es exactamente?

- Su nombre completo es Kuromi Gosonkugi… creo que te haces una idea con ese apellido y mirando un poco su aspecto físico de quien puede ser hija.

La chica se quedó más perpleja aún. Gosonkugi era su antiguo compañero de colegio, aquel chico solitario que le encantaba todo caso paranormal.

- Si Gosonkugi es su padre… - comenzó Akane.- .. Su madre no será Kagome?

- ¿Qué Kagome?

- La fantasma por la que él se sentía atraido.

Mayumi negó con la cabeza y le hizo fijarse un poco más en su aspecto físico.

- Su pelo lacio y negro… - empezó a enumerar la joven Tendo.- su vestido negro… esa mirada tan rasgada y fría… su cinta de gimnasi… oh!

- Exacto!.- la interrumpió la chica.- Si hasta en el fondo somos familia lejana…

- ¿pero como pueden… Gosonkugi y Kodachi…?

- Misterios de la vida! - resopló resignada.

Ambas caminaron pausadamente hasta llegar a la puerta del Dojo Saotome-Tendo. Justo a la entrada pudieron ver a una mujer salir de la vivienda bastante sonriente. Su rostro era agradable, con algunas leves arrugas marcadas en las mejillas que se acentuaban más con su perenne sonrisa. Tenía el cabello castaño, bastante largo y recogido en un moño.

- Buenas tardes Mayumi y Akane.- dijo sin dejar de sonreir.- He venido a dejarle unas cosas a tu madre… hasta luego!

la mujer desapareció tras la esquina.

- ¿Kasumi? - se preguntó la joven de cortos cabellos un poco atónita.

- Tía Kasumi siempre igual… vive tan feliz… - continuó Mayumi.

Sin saber como la habría podido reconocer las dos chicas se adentraron en el Dojo. La joven de la larga trenza se fue a tomar un baño y dejó a su jovencísima y futura madre en el salón. Allí Ranma montaba una especie de puzzle mientras que Akane tejía una especie de bufanda. Digamos especie porque parecía más cualquier otra cosa que la supuesta bufanda. Sin embargo se la veía tan entusiasmada que no se atrevió a interrumpirla.

La adolescente suspiró y miró al techo de la estancia, acurrucada en la mesa sin darle demasiadas vueltas a la cabeza.

- Hoy es martes… - pensó.- El viernes por la noche ya tendré que regresar… - Hizo una breve pausa mental durante unos breves segundos y por un momento sintió una curiosidad suprema por saber como habían evolucionado todos sus amigos. Aunque ya había visto a muchos todavía le quedaba algo pendiente.

- Cariño.- dijo la adulta Akane dejando la bufanda a un lado.- Mañana tenemos invitados para cenar.

El hombre levantó la vista satisfecho de conocer la respuesta.

- Tengo ganas de ver a Ryoga y a Ukyo.

Su esposa asintió contenta.

En ese momento a la muchacha le dio un vuelco el corazón, sus mejores amigos! Los iba a volver a ver y se sentía distinta al as otras veces, quizás porque se trataba de alguien especial.

CONTINUARA

Notas de la autora: El capítulo 7 terminado! Muchas gracias a todos por seguir leyendo mi fic! Quiero dar las gracias especiales a Pablo, que tanto me apoya! Muchas graciaass! Y también a todos! Muchos besos!