Hola después de recibir diferentes mails he decidio seguir con el fic, eso si les digo que demorare un poco por mis actividades. Este cap va por Sayo-Yukishiro, Meruru, Naoko L-K, Yuken, KaOra-FGV-16 MUCCHHAS GRACIASS. Ustedes me incentivaron para continuar pero por favor ténganme paciencia si?
Capitulo 7: Nada es lo que parece
Después de dejar durmiendo a Kaoru, Saito caminaba por inercia por los pasillos. Sus palabras retumbaban en su cabeza, los blancos pasillos ahora angostos se cerraban sobre él causándole desesperación y paranoia. Poco a poco perdía las fuerzas y sin resistir más se dejo caer al suelo y con fuerza agarro su cabeza así intentando no escuchar las palabras a las que tanto le temía.
Saito: "no son ciertas... eso nunca sucederá... ella nunca se ira... no se apartara de mi lado, no como Tokio"
En todos esos años, Kaoru... su pequeña era lo único que le daba felicidad. Le recordaba tanto a Tokio, Kaoru no solo había heredado sus habilidades sino también su carácter, su sonrisa y sus hermosos ojos azules en los cuales te podías ver tal cual como eras... era como ver la reencarnación de lo que más a amado en toda su vida... la única mujer que con tan solo mirarlo lo desarmaba y lo dejaba sin argumentos... Tokio.
Su hija siempre a pesar de haberla distanciado de él en incontables ocasiones por su trabajo, siempre que lo veía le demostraba su afecto desmedido y con una mirada bastaba para que sus problemas se sintieran más livianos, quizás porque sabia que ella lo comprendía, quizás por que ella sabia que la quería aunque actuara de esa manera tan distante y fría. A Sanosuke también le queria pero su orgullo no lo dejaba demostrarlo, en cambio, con Kaoru todo era tan fácil ya que ella se lo facilitaba y no encontraba extraño la atracción de Shinomori por su hija, era algo de esperarse ya que Kaoru poseía una belleza que no era tan solo exterior sino algo más haya de lo espiritual pero no él nunca le diría abiertamente a Aoshi que aceptaba la relación.
Sus pensamientos fueron interrumpidos, alguien se estaba acercando. Podía escuchar los pasos y por el sonido era una persona corpulenta, sin duda ya sabia quien era, sintió un leve toque en su hombro derecho, ladeo su cabeza para ver a quien osaba a interrumpirlo mientras pensaba y para confirmar sus sospechas, vio a la ultima persona que quería ver en esos momentos.
Saito con fastidio: Tú, ¿qué quieres?
Hiko enojado: si así agradeces que me preocupe por ti
Saito levantándose con ayuda de su amigo: discúlpame...
Hiko preocupándose ahora más del estado de su amigo, él sabia perfectamente que el Lobo nunca se disculpaba. Nunca mostraba sus emociones ni mucho menos daba explicaciones de sus actos: ¿estas bien?
Saito con un dedo en la cien: ¿A que se debe la pregunta?
Hiko: no, nada. Moviendo nerviosamente las manos en forma de negación. Es que me informaron que Kao-chan había despertado
Saito visiblemente enojado: ¿quién te informo?. Diciendo esto ultimo con fuerza
Hiko: pues Takani, me dijo que había despertado y no muy bien por cierto
Saito con una vena en su frente: ¿dónde esta Takani?... si se puede saber ùú
Hiko observando el rostro de su compañero: "Takani va a pagar por esto" ella esta en la recepción con Shinta
Saito: que hace ese aquí ¬¬
Hiko: ¬¬ vino conmigo, algún problema?
Saito: mantenlo alejado de Kao-chan, no sabemos que le hizo el inepto de tu hijo y no quiero que la situación se salga de control nuevamente
Encaminándose hacia la recepción notaron a una peculiar joven, de cabello negro peinado en forma de una larga trenza, vestida de negro y se dirigía a la habitación de Kaoru.
Saito indicándole a Hiko con la cabeza que lo siguiera, camino sigilosamente sacando un arma de su tobillo ya que no los dejaban entrar con armas al hospital, sin hacer ruido se acerco a la puerta y viendo como la joven tomaba fotos de Kaoru entraron rápidamente tomándola desprevenida.
Hiko con una sonrisa: Alto comadreja, estas bajo arresto
Saito: eres tan solo una cría, no eres más notoria por que no eres más estúpida
Misao notablemente asustada: ¡¡Ya basta!! Por que me asustaron así, tío que cruel es usted. Con una mano en su pecho
Hiko con una sonrisa triunfante y burlona: tengo que hacerte entender que no tienes habilidades para ser espía
Saito retornando a su semblante serio: Comadreja... ¿por qué tomabas fotos de Kaoru? Que planeas esta vez
Misao calmándose y tomando aire: Saito-san no planeo nada, Katsura-san me dijo que verificara el estado y la localización del agente Saito Kaoru
Saito arqueando una ceja: ¿agente?
Misao: esas fueron sus palabras
Saito: no quiero que molestes al agente Kaoru. Dice irónicamente mientras se sienta en una silla pegada a la pared.
Misao: pero Katsura-san me dijo que lo mantuviera informado de su estado y de su localización ya que presiente que usted no le avisara cuando ella este recuperada
Saito alzando la voz pero sin perder la compostura: no me importa que te haya dicho Katsura, no quiero que la perturbes con estupideces... entendiste
Misao nerviosa y con un poco de temor: enten... entendí pero tengo que seguir con mis ordenes Saito-san, tan solo estaré dando vueltas por aquí.
Hiko evaluando cada reacción de su compañero con seriedad decide dejar la habitación no sin antes decirle unas palabras: estas dejando que tus emociones te controlen, quizás debería hablar con Katsura para que me cambien de compañero
Saito: vuelves a decir algo como eso y me olvidare de todos estos años de amistad
Hiko dándole la espalda: tan solo digo la verdad, dejándote llevar por sentimentalismos no conseguiremos nada... tan solo la muerte. Y tu amigo mío tan solo estas siendo guiado por la venganza no por la justicia ni mucho menos por el deseo de hacer lo correcto. Misao ven conmigo, estoy seguro que Shinta estará muy contento al saber que estas aquí.
Misao alegre ya que vería a su primo favorito: ¿Ken esta aquí?. Dando un pequeño salto. ¡Vamos!
Saito se quedo solo en la habitación pensando en las palabras de Hiko: "por que todo tiene que ser tan difícil cuando se trata de ti, Kao-chan... por que"
Observando como Kaoru aun dormía, en su rostro se reflejaba dolor o confusión, no podía deducirlo. Era difícil saber que no podía ayudarla, al tener esas habilidades ella sabia las cosas que sucederían... un futuro no muy alentador, problemas que vendrían que quizás ella nunca quiso saber.
Sus sueños cada vez se volvían más confusos y podía ver diferentes escenas, como si estuviera viendo los hechos desde la perspectiva de otra persona. Sin poder soportar más la presión se levanta agitada, enfrentándose con la preocupada mirada de su otousan.
Kaoru sosteniendo su pecho, con cierta agitación y pocas gotas de sudor recorriendo su pálido rostro: ¿Otousan cuanto he dormido?
Saito acercándose hasta sentarse a un lado de su hija: y eso que importa, lo único que te debe interesar es descansar para recuperarte
Kaoru: si, tienes razón... pero tengo tanto miedo otousan. Mientras se recuesta en las piernas de su padre, este con delicadeza acaricia el cabello azulado de su hija mientras palabras de consolación hacen eco en las paredes de la habitación.
En otro lugar una mujer miraba todo distante, vestida de enfermera pasaba desapercibida por todos, sin embargo, en su mirada cierto rencor se denotaba hacia la escena que estaba presenciando. Ese hombre pagaría por todo al igual que Hiko, ellos eran compañeros así que los dos merecían el mismo castigo. No sabia por que pero presentía que con aquella chica Kaoru todo seria más fácil.
Por los largos pasillos del hospital que constaban de un aspecto tétrico, las luces constantemente parpadeaban y los pasillos con la pintura desgastada, de blanco con verde oliva, caminaba imponente una mujer con tacones. Con cautela abrio una puerta dejando ver unas escaleras que descendían hacia una rejilla. Dicha área no era usada por su estado, la misma mujer caminaba con cierta diligencia hasta llegar a una puerta de madera cerrada con llave. Saca de su bolsillo las llaves y en un descuido caen al suelo, se agacha para recogerlas pero una mano la detiene.
Hombre: Si sigue siendo tan torpe la descubrirán
Golpeando la mano de aquel sujeto que ahora le hacia compañía, recoge las llaves y recuperando su erguida postura le ofrece una mirada irónica y fría mientras sus labios se curvan en una sonrisa tentadora: ¿que haces aquí? Shishio tiene miedo de que me pase algo o mejor dicho, de que haga algo
Hombre: No sea tan dura con Shishio-san, él tan solo estaba preocupado por su tardanza... lleva semanas sin reportarse
Mujer: no tengo que darles ninguna explicación ni a ti ni mucho menos a Shishio, así que dile que regresare cuando lo halle conveniente
Hombre con una sonrisa: usted nunca cambiara, y ¿ha averiguado algo con respecto a su objetivo?
Mujer: si, pero... todo a su debido tiempo
Hombre, entendiendo que no obtendría ninguna información decide marcharse: mejor me marcho, si Saito-san se da de cuenta que ando cerca de su pequeñita no dudaría en matarme
Mujer con resentimiento en su voz: Si, su pequeñita
Hombre: por que tanta ira hacia alguien que ni siquiera conoce
Mujer: aun no entiendo por que es tan importante para todo el mundo esa chiquilla insignificante
Hombre: por que posee habilidades sorprendentes además de ser muy bella por cierto
Mujer: no importa con tal de que no se meta con mi premio todo estará bien
Dice mientras su mirada se torna oscura, su acompañante la mira con compasión, delante de él tenia a una mujer enferma... todo lo que hacia por un hombre
Este da media vuelta marchándose diciéndole que la volvería a ver mientras esta abría la puerta perdiendo de vista a aquel peculiar sujeto con el cual había emprendido una conversación minutos antes. Al entrar en el pequeño cuanto tan solo constaba de una pequeña mesa de metal, un armario, una lámpara y una pequeña silla.
Se desvistió dejando ver su figura, una mujer esbelta de tez blanca. Su cabello ahora chocolate oscuro y sus ojos cafés tan vacíos y fríos. Saca del armario un paquete, su contenido... ropa cuidadosamente doblada y al lado una foto de un hombre la cual no se podía distinguir por la oscuridad del casillero, también saca un arma en caso de ser descubierta aunque lo dudaba. Con cierto dejo de esperanza observaba la foto y luego una sonrisa inunda su rostro, se sienta en la pequeña silla sin dejar de ver la foto hasta que el reloj la hace salir de concentración indicándole que era hora de realizar su hazaña.
Vistiéndose con una falda gris hasta la rodilla, una camisa blanca y un chaleco gris con un carnet del hospital.
Con una voz macabra: Ahora a averiguar el estado de mi querido objetivo
Abre la puerta, sube unas escaleras y camina hasta divisar un letrero que decía "Solo personal autorizado", en ese cuarto se encontraban todos los archivos de los pacientes. Entra y con rapidez va a una sección en particular, en donde estaban los casos policíacos o mejor dicho secretos, sin mas reparos abre el archivero y busca la S mas no encuentra el archivo de Saito Kaoru.
Mujer: " ¿Por qué no esta? Que rayos..."
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Por el pasillo se podía apreciar a una joven observando a Kaoru, con cierta confusión...
Kaoru sintiendo la presencia ve hacia la puerta y ve a la mujer: Hola, que sucede... no muerdo, no te preocupes... entra. Mientras sonríe
Mujer con repugnancia finge una sonrisa y camina hasta quedar al frente de Kaoru: disculpe, usted es Saito Kaoru cierto?
Kaoru no podía leer la mente de aquella mujer, era todo tan confuso... tan solo le inspiraba soledad, amargura y tristeza: si, soy yo pero para que me quieres
Mujer: mi nombre es Ayami Ichigozaki... tan solo sentía curiosidad, es que usted a tenido muchas visitas y todos hablan muy bien de usted...
Kaoru con una sonrisa: Si quieres puedes quedarte y charla un poco
Ayami sonríe: gracias, tus amigos decían que eras muy amable y ahora lo acabo de confirmar
Kaoru: no me halagues tanto que me lo creo
Ayami: no seas tan modesta
Kaoru: ¿en verdad querías conocerme? Si tan solo soy una paciente más
Ayami: la verdad es que tenia curiosidad por lo que dicen de ti...
Kaoru: que dicen de mi?
Ayami: de... tus poderes
Kaoru tomando un semblante triste: la verdad es que no me siento bien teniendo estas habilidades o poderes, como le quieras decir... si, es cierto... tengo ciertas habilidades que no todas las personas desarrollan
Ayami con cara de niña: ¿Puedo verlo?
Kaoru dudando: ¿Cómo así que quieres verlo?
Ayami: pues tu poder, esa habilidad que dices, ¿Puedo verla?
Kaoru con cierta inseguridad: Supongo que no hay problema. Ve un vaso de vidrio que reposaba en una mesa, al lado de este una jarra con agua, con mucha calma observa la jarra. Esta se eleva inclinándose en dirección al vaso hasta que su contenido cae hasta llenar por completo el vaso, deja la jarra y con sumo cuidado eleva el vaso hasta dejarlo en las manos de la espectadora que observaba la escena asombrada.
Ayami: ¡¡¡Sorprendente!!!
Kaoru: no es para tanto, eso fue muy simple
Ayami viendo el reloj: he demorado mucho, si no estoy en la recepción en cinco minutos me matan. Fue un placer conocerte, espero verte pronto y con nuevas energías y eso si, prométeme que me enseñaras otro de tus trucos
Kaoru: te lo prometo, gracias por acompañarme
Ayami: de nada, hasta luego.
Kaoru un poco confundida por lo rápido de la conversación, pensativa miraba en dirección por la cual la joven había desaparecido: "se mostraba alegre pero... su mente... su mente... era tan sombría... había tanto resentimiento y tristeza... confusión, quizás pueda ayudarla y lograr que me diga por que alberga todos esos sentimientos..."
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Mujer: "eso fue muy fácil... pero ella no merece lo que el destino le tiene deparado"
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En la sala de visitas se encontraban Aoshi, Kenshin y Sano, los dos últimos charlaban amenamente mientras Aoshi tan solo observaba un punto equidistante esperando noticias de su Kaoru.
Por el pasillo se escuchaban las voces de dos personas muy conocidas para ellos, eran Hiko y Misao.
Kenshin al ver a su prima, dejo a Sano con la palabra en la boca y se para prácticamente saltando de su asiento hasta abrazar a Misao.
Misao era una joven 17 años, muy carismática y alegre. Su cabello negro y largo tomado en una trenza extensa que recorría su espalda, ojos verdes esmeralda que denotaban la pureza y belleza de la persona que los poseía.
Desde muy pequeños Misao y Kenshin eran muy unidos pero al repetirse los cambios de personalidad de Kenshin fue necesario enviarla donde uno de los mejores amigos de la familia Himura, Okina era como un abuelo para Misao y este la quería mucho por lo que acepto hacerse cargo de ella sin reparos. Con los repetitivos ataques que sufría Kenshin, era peligroso que Misao estuviera cerca siendo tan pequeña.
Misao recuperando un poco de aire después del abrazo que le había proporcionado Kenshin: te extrañe mucho, no tenia con quien jugar
Kenshin: si, ahora estas tan grande que me siento un poco viejo
Hiko riendo: pero que dices si sigue siendo la misma enana de siempre
Misao: ¡¡Tio!!
Kenshin: no le hagas caso, ven te presentare a un amigo. Sano ella es Misao, mi prima
Misao: mucho gusto, Misao Himura
Sano: Así que tu eres la comadreja, yo soy Sanosuke Saito, si eres la prima de Ken entonces eres mi amiga
Misao con una vena en su frente: veo que no tardaste en hacer celebre el apodo de Saito-san
Kenshin observaba con cierta gracia como su amigo y su prima conversaban mientras una personita era dueña de sus pensamientos, luego recordó quien los acompañaba... Shinomori
Kenshin: pero que falta de cortesía, Misao, él es Aoshi Shinomori
Misao giro hasta poder ver al joven que tenía al lado, su cabello negro, su figura elegante y varonil, su mirada azul tan gélida. Sintió como un escalofrió recorría su espalda y en un impulso alzo la mano diciendo en un susurro un hola.
Aoshi sin observarla tan solo le respondió: Hola. Se levanto y camino hasta que todos lo perdieron de vista.
Todos lo observaron con una mirada reprobatoria, mientras a alguien ese comportamiento tan frío en serio le había hecho mucho daño...
Kenshin mirando la ahora triste mirada de su prima: no te preocupes, él no es un sociable que digamos...
Misao con una sonrisa fingida: Si, después de todo... yo no hice nada malo
Sano: él siempre a sido así, por eso mi papa lo considera unos de sus mejores agentes, frió, calculador o sea un cubito de hielo
Kenshin pensativo: "eso no fue lo que demostró cerca de Kaoru-dono"
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En las calles de Kyoto, en un café poco transcurrido, una mujer hablaba por un celular mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro: No te preocupes, todo esta saliendo como lo teníamos planeado, tu tan solo ocúpate de los demás... ellos no me importan.
Aquí les tengo otro capitulo, tengan paciencia y please¡¡¡ reviews si? Son vitales para mi y otra vez GRACIAS a todos los que leen mi fic
