Después de un largo descanso, me gradue y me dispuse a seguir con este fic, gracias a un email y un review que llegaron espero que lo lean y me den su opinión si seguir o no con este fic.

Espero todo su apoyo.

Capitulo 11: Sólo una premonición

Podía sentir las lagrimas deslizarse por sus mejillas, sus ojos desmesurados miraban un punto indefinido mientras sus manos contraídas trataban de controlar los espasmos que recorrían su cuerpo, con una respiración acelerada. Podía sentir tenuemente la tibies en su espalda, su sangre se deslizaba por su costado desde que aquel intruso se fue dejándola en ese estado, rogando por que volviera su otou-san para sentirse segura. Sin saber el por que, fue sintiendo como perdía sensibilidad en su cuerpo, el dolor apenas perceptible y una extraña frialdad.

Sus ojos rubís quedaron grabados en su mente mientras en su mejilla podía sentir aun sus labios, quemándola como si de fuego se tratase. Por la ventana, la luz de un automóvil se vio reflejada, por lo menos, ya no estaba sola.

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Manejaba rápidamente, un mal presentimiento no lo dejaba tranquilo, ya podía divisar la entrada de su casa, cuando su preocupación fue en aumento. La rejilla destruida en el suelo y los cuidadores muertos con una herida de espada en su pecho, formaban un charco de sangre.

Aceleró aun más hasta quedar estacionado al frente de la puerta donde yacía inconsciente la ama de llaves, después de asegurarse que no estuviese muerta corrió por las escaleras donde ayo aun más cuerpos.

Su corazón en cualquier momento estallaría, sudor frío cubría su frente, una imagen de Kaoru en el mismo estado paso por su mente haciendo sus pasos aun más inseguros. Giro la perilla de la puerta, el cuarto no mostraba ninguna batalla, la pudo ver acostada en su cama. Se acerco ya más tranquilo y vio su estado, sus ojos miraban hacia la nada, por sus mejillas caían lagrimas mientras susurraba un nombre que supo reconocer fácilmente.

Por su mejilla se escapo una lagrima, si no se hubiera ido a reclamarle a Hiko, hubiera estado hay para protegerla. Se arrodillo y tomo una de sus manos.

Saito poniendo la mano de Kaoru en su mejilla: ¿Kaoru? Dime que te hicieron, por favor, dime que estas bien – Ella no lo miraba, ni siquiera apretaba su mano, la que ahora estaba contra su rostro.

Kaoru murmurando sin mirarlo: esos ojos, Shishio, no me puedes proteger, a ninguna de tus mujeres, si... esas fueron sus palabras...

Saito: ¿Kaoru? ¿Cómo que no puedo proteger a mis mujeres? ¡¡¡¿Qué significa esto Kaoru!

Kaoru mirándolo por primera vez, notando que su padre lloraba, sonrió solo para él: él estuvo aquí, papá, no puedes proteger a tus mujeres – Mientras un grito se escapa de su garganta – Nunca podrás...

Saito al secarle las lagrimas siente su piel, fría, la recarga contra su cuerpo y pasa su brazo por debajo de sus piernas hasta levantarla sin hacerle daño.

Corre hasta llegar al auto y la introduce, maneja hasta el hospital no sin antes llamar a Megumi. Al llegar una Megumi agitada los esperaba en la entrada, ya dentro del hospital es atendida, Saito la miraba desde la puerta, seguía con la mirada perdida y murmurando las mismas palabras.

No pudo más y se recargo contra la pared: ¿Porqué? Cuando terminará todo esto, cuando ella podrá ser feliz y tener una vida normal, mi Kaoru, mi pequeña Kaoru.

Una mano se posa en su hombro, era femenina. Gira completamente su cuerpo para ver a una Megumi totalmente seria.

Megumi: Ella... quiere verlo, Saito

Sin decirle una palabra me encamine hacia la habitación de Kao-chan, ella seguía impávida, sólo cuando sintió mis pasos giro su rostro hasta para poder verme. Con un ademán me indico que me sentará junto a ella, camine lentamente intentando respirar, sabia que lo que me diría me afectaría de algun modo, su mirada y sus palabras en mi mente, aunque ella me lo pidiera, no me tranquilizaría.

Ya a su lado, toma mi mano y abre su boca, mas no dice nada. Luego de un minuto suspira y me mira con una sonrisa.

Kaoru: otou-san, solo quería decirte lo feliz que estoy de poder verte junto a mí, sé que piensas que eres el culpable, pero, no lo eres.

Saito sobresaltado: ¡¡Cómo puedes decir algo así! Siempre que te ha sucedido algo, no he estado a tu lado.

Kaoru agarra la mano de Saito: Otou-san, míreme - Agarrando su mentón, la obliga a verlo – La única culpable he sido yo, por que no soy fuerte. Cada uno de mis ataques los he soñado de alguna manera, pero mis sentimientos nublan mi juicio y aunque no sean los mismos resultados, alguien sale herido.

Saito dejando una lagrima escapar: La única que ha sido fuerte ha sido tu – Acariciando su cabello – La única que sigue sonriendo pase lo que pase, ha sido tu, yo solo he sido un cobarde.

Kaoru agachando su mirada: otou-san, quiero contarte mi sueño, ya no le tengo miedo al futuro, sé que no podré evitar que suceda pero puedo arreglarlo un poco.

Saito abre los ojos desmesurados, sabia que lo que oiría, seria lo más cercano a la muerte de su propia hija: te escucho.

Kaoru apretó la mano de su padre aun más fuerte: Otou-san, siempre que lo sueño, me siento intrusa en mi propio cuerpo. Abro los ojos y veo la ciudad, esta hermosa, llena de luces. Por lo que puede ver estoy en un edificio muy alto, veo mis manos, tienen guantes. Espero por alguien, por lo menos eso pienso. Escucho gente celebrando, luego se abre una puerta tras mi, la veo pero nadie esta parado en el umbral, seguido veo a Kenshin, pero no es él. Sus ojos dorados me miran con odio, lo veo acercándose a mí, sabes otou-san, no siento miedo.

Saito: ¿Luego que sucede, Kao-chan?

Kaoru cierra los ojos: Él comienza a estrangularme, no sé por que lo hace, le suplico que pare, luego no siento mi cuerpo y caigo. Cuando vuelvo a abrirlos te veo otou-san, cargando mi cuerpo, lleno de sangre.

Sano llora en tu hombro, Aoshi esta lleno de sangre al igual que tu pero esta de pie y Hiko-san llega a la puerta y se desploma, su camisa blanca ahora era roja, supongo que Kenshin se pondrá triste si sucede lo que veo en mi sueño – dice tratando de sonreir mientras oculta su desesperación - Quiero hablarles pero no me escuchan, otou-san, ¡¡No me escuchan!

Sigues llorando aferrado a mi cuerpo y no puedo hacer nada... no puedo hacer nada. Cuando me levanto me duele la cabeza y en dos ocasiones he visto sangre en mi almohada, sólo una ilusión.

Saito empieza a sentir que el aire no era suficiente, sus manos temblaban. ¿Ella moriría en sus brazos y él no podrá hacer nada? Que clase de broma es esta, debe haber alguna salida.

Saito: Dime, Kaoru, ¿No podemos hacer nada para evitarlo?

Kaoru niega con la cabeza: Otou-san, tal vez no te agrade lo que te voy a decir, pero, no huiré de Kenshin. Quiero saber que siento por él, esto sucederá me aleje o no de él. No quisiera perderme de algo importante por miedo.

Saito sonríe: Si esa es tu decisión, la aceptaré – cambia su semblante – pero que algo te quede claro, si Shinta logra... lastimarte, lo mataré con mis propias manos, te lo juro.

Kaoru: otou-san...

Saito sale de la habitación sintiéndose un poco mareado, los últimos minutos habían sido tan extraños y tristes que su mente iba a explotar en cualquier momento.

Saito: como haré para no perderte

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Solo espero haber servido para tus planes mi querido Shishio...

Shishio: por supuesto, pude verla, tocarla, incluso besarla, todo gracias a ti. Eres mejor que Yumi.

No te confundas, mi única meta es Kenshin, luego puedes quedarte con esa Saito, eso sí, me dejaras jugar con su mente, quiero venganza.

Shishio riendo: será como tu dices. "¿A que hospital te habrán llevado?"

Luego de su amena platica con aquella mujer que solo conllevaba misterios para su mente, sube en su auto rumbo a su guarida, por así decirlo.

Al llegar ve a una Yumi furiosa esperándolo en la entrada, después pondría a esa mujer en su lugar, por ahora quería descansar, mucha actividad en un solo día.

Yumi: ¡¡¿Por qué fuiste a ver a esa niña! ¡¡Estas arruinando toda nuestra operación por una estúpida aventura con una colegiala!

Shishio sin perder la calma: No sé como te enteraste, pero, creo que no estas en posición de hacerme una escena de celos, además no es ninguna colegiala, es toda una mujer, que te quede claro, yo no te debo explicaciones – Dijo esto sin siquiera verla, caminando hasta su habitación.

Yumi llorando: Me las debes, yo te amo

Soujiro escucho todo en silencio, lamentándose por la mujer que ahora veía hacia la nada con lagrimas en sus ojos: "tantos años de devoción y asi pagan los hombres, pobre de Yumi-san, ella no se merece esto"

Para Soujiro, Yumi muchas veces fue como una madre, una mujer maravillosa con muchas habilidades que cayo en las redes del amor, lastima que del hombre equivocado.

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Una mujer caminaba lentamente por pasillos blancos, todo estaba en silencio, el sonido de sus tacones era lo único que llegaba a sus oídos mientras hacia un gesto de molestia, tocando su nariz.

Mujer: Odio como huelen los hospitales – Luego de esto, su mirada buscaba un numero en particular entre las puertas. Cuando al fin lo diviso, su rostro cambio a uno amigable, fingiendo una sonrisa.

Abre la puerta y finge preocupación, se acerca y puede ver a una Kaoru dormida. Decide esperar hasta que despierte, su espera se ve interrumpida cuando ve los ojos de Kaoru prácticamente abiertos en su totalidad.

Kaoru: Ayami?

Ayami: ¿Cómo sabias que era yo?

Kaoru: Eso es algo que ni yo misma puedo explicar – Se sienta lentamente en la cama para hablar con tranquilidad – Y dime a que has venido

Ayami: me entere por la Dr. Takani que fuiste ingresada por una herida, me preocupe al escuchar que habías perdido mucha sangre y delirabas. Ciertamente estaba organizando algunos expedientes cuando vi a tu padre corriendo con la doctora hacia tu habitación.

Kaoru tocando la mano de joven: Gracias por preocuparte por mi – Con una sonrisa, mas cuando toco la mano de la joven sintió resentimiento pero al mismo tiempo una palabra cruzo la mente de esa mujer – "perdón" ¿Te encuentras bien?

Ayami sintiéndose descubierta: si, no te preocupes, si me descubren aquí me regañaran y en serio necesito este empleo.

Kaoru: esta bien, espero verte pronto, estare aquí unos días más, gracias por hablar conmigo.

Ayami sorprendida: mañana vendré a hablar contigo, ¿si?. Hasta luego.

Ayami sale de la habitación sintiendo la mirada penetrante de Kaoru sobre ella, no sabia por que pero el remordimiento la llenaba por completo, esa niña como ella la llamaba, era una buena persona, no se merecía lo que querían hacerle, su sonrisa le parecía tan familiar que se estaba arrepintiendo de seguir acabo su plan.

Fue detenida al escuchar el grito de Kaoru, giro hacia atrás y corrio hasta verla en el suelo, la ayudo a levantarse.

Ayami: pero que intentabas hacer, te anestesiaron para que no sintieras el dolor de tu herida, no podrás caminar hasta que pase el efecto

Kaoru siendo ayudada por su nueva amiga, se recostó y un poco agitada, tomo la mano de Ayami: por favor, quiero que llames a Kenshin Himura, dile que quiero hablar con él, por favor.

Ayami: esta bien, pero no cometas otra locura

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Siento un ligero mareo, logro abrir mis ojos, mi cabeza esta vendada: "Kaoru" Me levanto en un impulso y agarro mi cabeza, lo ultimo que recuerdo fue verla herida, luego de eso todo es tan confuso.

Misao que vio como Aoshi había recobrado el conocimiento se acerca: Gracias...

Aoshi busca la fuente de dicha voz y ve a Misao: ¿De que hablas?

Misao un poco triste, pensaba que después de haberla salvado, le hablaría con un poco de familiaridad: Me salvaste de una muerte segura, ¿No te acuerdas?

Aoshi recordando como esa chica habia intentado salvar a Kaoru, quedando expuesta ella y como la habia salvado le respondió: Sólo te ayude por que tu harias lo mismo por cualquiera del grupo, no me agradezcas.

Misao intenta sonreír: de todas maneras, gracias – Se voltea dándole la espalda a Aoshi, hasta desaparecer por el pasillo.

Aoshi: "Esa niña me mira extraño, me incomoda su presencia, es mejor que me mantenga a distancia de ella"

Misao se acerca a Megumi e intenta regalarle una sonrisa: ¿Cómo esta Kaoru? Por lo que veo estas cansada.

Megumi desde el umbral de la puerta deja su cartera en la mesa y se dispone a sentarse junto a Misao: si, estoy muerta, todos estos días vigilando a Kaoru me han dejado agotada. Por cierto, ella ya esta bastante mejor, pero, decidí anestesiarla, su herida se abrio mucho debido al ultimo ataque y le dolerá por mucho tiempo aunque ya este suturada.

Misao la escucha y solo responde un si

Megumi: ¿Sucede algo? Desde que llegaste he visto tu lado alegre, ahora me muestras una Misao abatida y derrotada.

Misao: Megumi... es que... hable con Shinomori, pero este me sigue tratando igual de mal, sé que no lo conozco pero de alguna forma su desprecio me duele más que cualquier cosa, no puedo negarlo... desde que lo vi... yo... me enamore de él.

Megumi con una mirada comprensiva: ay Misao, él esta enamorado de Kaoru, nunca te mirara como algo más, eres su compañera de combate como habla él – le dice sonriendo – Fue difícil verlo enamorado de Kaoru, él es una persona muy fría con los demás, olvídate de él si no quieres sufrir más, mi querida amiga.

Misao llorando: es cierto, solo soy una compañera de combate, nada más.

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Sonó el teléfono, debido a que toda la casa estaba en reparación, de a milagro logro llegar al dichoso aparato, lo levanto y lo único que le contestaron fue que Kaoru quería verlo, ¿A él? Pero si Saito le prohibió siquiera acercársele

Sin importarle mucho las palabras que su padre le decía bajo las escaleras con cautela de no caer en alguno de los agujeros que habían después de la explosión, les dijeron que se quedarán en otra locación pero Hiko no quería gastar dinero, para él no tenia por que, ya que la estructura de las habitaciones no había sido afectada, el problema era la escalera.

Giro la perilla casi por inercia y camino hasta el auto de su padre, un Maserati Mc12 que acaba de comprar, escucha el grito de su padre desde el ventanal del estudio

Hiko: ¡¡¡¡MI PRECIADO AUTO! ¡¡SHINTA DETENTE!

Kenshin: lo siento padre, debo ir a ver a Kaoru – Esto ultimo lo dijo para si mismo.

Llego tan rápido que se sorprendió de verse parado en la entrada del hospital, ya al frente de la recepción pregunto por la habitación de Saito Kaoru, con una sonrisa fue buscando la puerta que tuviera los dichosos números.

Kenshin viendo la puerta: 12-07. Aquí estas...

Abrió la puerta con una lentitud que no se explicaba, cuando diviso la figura de Kaoru sentada en la cama, bajo la mirada y entro en silencio.

Kaoru: No creo que te debas comportar así después de lo que te atreviste a hacer.

Kenshin la miro sorprendido, no le hablaba con amabilidad, suspiro tranquilo, que podía esperar después de lo sucedido en aquella habitación: es cierto, estas palabras no sirven en este momento, pero quiero decirte, lo siento – Se disponía a salir de la habitación, pero es detenido, la puerta se cierra y la silla se mueve hasta quedar al frente de sus piernas.

Kaoru: siéntate, Battousai

Kenshin volteándose la mira con dolor, la había perdido, eso era cierto, ni su amistad quedaba.

Kaoru levantándose con un poco de esfuerzo con su mano en sus costillas: estas equivocado

Kenshin: ¿Qué?

Kaoru sonriendo por primera vez: No, no te odio

Kenshin cayo en cuenta de que ella podia leer su mente: entonces por que me llamaste

Kaoru se le acerco hasta tomar sus manos: Para saber, si vale la pena morir – Se acerca más a él hasta que sus labios se rozan.

Cuando se separan, ella lo mira y sonrie, este la mira sorprendido por lo que habia hecho.

Kaoru le da la espalda y camina hasta su cama: quiero que sepas que de ahora en adelante lucharemos juntos, eso si, no intentes sobrepasarte conmigo nuevamente.

Kenshin: ¿Por qué me besaste?

Kaoru giro hasta verlo: Para que supieras que lindo podría haber sido y para que olvides esa idea

Kenshin: ¿que idea?

Kaoru: la de olvidarme...

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Aquí esta otra capitulo sé que demore añales, pero pienso terminar lo que empece. Gracias a los que lean este cap y pleases sus reviews.