Nihao! n.n aki Dark-Kagome, reportándose xDDD
T.T oh, todo esto es una pesadilla, estoy a poco tiempo de lanzarme por la ventana T.T no pregunten, yo me entiendo xDD
Am... pues ahora estoy en un serio problema por todos los fics q me quedan por actualizar y todos los que estoy escribiendo T.T culpa de las vacaciones.
Capi dedicado a Sumiko Minamino (T.T gracias x todo, amigui T.T)
.-.-.-.-.-.-.-.
3 cap. creciendo
Las risas de la pequeña Hidori llenaban los oídos del youkai de fuego esa mañana. Ella, con tres años, estaba feliz en los brazos de su 'padre' mientras regresaban al castillo de Mukuro.
Llegaron. Hiei suspiró y dejó a Hidori sentada en la cama. Hacía mucho que no tenía noticias de Kurama, y rogaba con toda su alma, que no estuviese muerto.
"pero si estuviese muerto, ya lo sabría" intentó convencerse Hiei. "Ya lo sabría".
La pequeña de ojos verdes, sin saber nada, sólo su inocente exsitencia tratando de discipar un poco la preocupación del youkai, se puso de pie en la cama, tratando de alcanzar a su progenitor.
¿Tienes hambre ya?
Ella negó con la cabeza y sonrió. Ella sólo quería estar en los brazos de Hiei. Y aunque éste no era para nada expresivo, le dedicaba una mirada de profundo cariño.
Lor rizos azules que caían sutilmente sobre la cara de la pequeña fueron retirados suavmente por el youkai, que la admiraba tanto... Una hija... ¿Qué sabría él de tener hijos? Seguramente Kurama sería mucho mejor padre que él.
Pero ¿qué sabía Hidori de Kurama? ¿Lo recordaría? ¿Sabría algo de él? ¿Cómo saberlo? Nunca hizo algún gesto de comprension cuando Hiei pronunciaba el nombre 'Kurama'.
Me tienes total y profundamente intrigado -dijo una vez, a lo que ella ladeó la cabeza sin entender absolutamente nada y siguió jugando peligrosamente con la katana de Hiei, quien la retiró inmediatamente de su alcance.
Ella tan sólo rió y se bajó de la cama, caminando con algo de dificultad hasta la mesa de noche.
Hiei resopló. De todas las personas que conocí, él era el único que no sabía cómo le estaba haciendo para criar a una hija que no era suya.
Hidori, no juegues con los papeles de Mukuro...
¡Plaf!
Hidori, no toques eso, Mukuro se va a enfadar...
¡¡CRASH!
¡Hidori, no! ¡¡¡Esa es la reliquia más valiosa de Muk-!
Pofff!
Tendré que darlo por perdido -dijo Hiei negando con la cabeza y tomando rápidamente a Hidori en brazos por centésima vez y corriendo escaleras abajo antes de que Mukuro supiera qué había pasado.
¡¡¡¡HIEEEEEEIIII! -se escuchó un grito en todo el Makai, mientras el demonio de fuego estaba muuuy lejos en algún árbol con su pequeña hija sentada en su regazo.
Vaya que era inquieta la pequeña hija del kitsune. Muy inquieta. Talvez demasiado inquieta para él...
Y ya caminaba, lo que era casi una tortura para el youkai que tenía que ir de un lugar a otro para encontrarla y dejarla de nuevo en la habitación. Había aprendido a caminar, a comer sola y los colores con dso días de enseñanza. Pobre y agobiado Hiei.
Ni siquiera le dejaba dormir...
¡¡CUIDADO TE CAAAAAES! -gritó Hiei cuando Hidori trataba de llegar hasta la otra rama...
Y ya estaba ella de nuevo, en el regazo de Hiei, sonriente y esperando a que papá volviera a dormirse y...
¡¡HIDOOOORI!
Ella ya estaba colgando cabeza abajo de la rama donde ellos estaban.
Y nuevamente en le regazo de papá, abrazada cuidadosamente cuando...
¡¡NOOOOO!
Ya Hidori estaba en posición de clavado sobre la rama.
Y es que Hiei guardaba mucho la distancia con Mukuro cuando Hidori había hecho desastres en su castillo, así que no se atrevía a pasarse por ahí.
"Menudo problemita de tres años este de aquí" pensaba Hiei con amargura cuando había llegado al castillo de Mukuro con Hidori prendada de su pie derecho.
Ya, debemos entrar y tienes que ponerte de pie, Hidori.
Buuuu
Nada de 'bu', vamos -ordenó Hiei mientras tomaba a la pequeña angelita en brazos.
"Jodido Kurama"
Y ya estaba ella, tratando de salir de los brazos de papá para poder hacer alguna otra travesura en aquel enorme lugar. Y es que habían tantas cosas que requerían ser destruídas por ella...
¡Bájame!
Ni hablar.
Papá malo, bájame.
No te dejaré por ahí...
¡Kyaaa! -Hidori mordió en el brazo a Hiei y salió corriendo escaleras abajo, ante la mirada de terror de Hiei que esperaba que no fuera rodando por las escaleras.
¡¡NOOO, HIDOOORI! -gritó Hiei casi llorando corriendo velozmente para atrapar a la pequeña que ya pensaba resbalarse por las escaleras.
"De esta no te salvas, Kurama"
Mientras, en Francia, un joven de 27 años seguía refugiado en la cara de una amable señorita que, al igual que él, estudiaba en la universidad.
Ella ya había conseguido un novio y estaba en planes matrimonio. Kurama había sido elegido como testigo.
Y siempre pensando en Hidori y en Hiei... Y en Amaki. ¿Cuándo se cansaría de perseguirlo?
Shuiichi-kun, hasta luego.
Hasta luego, Akeru-chan.
La chica rubia salió rápidamente cerrando la puerta tras sí, mientras Kurama aún no terminaba de desayunar. ¿Cuánto tiempo más pasaría en esa situación? ¿Cómo fue que se había desgraciado su vida? ¿Pòr qué?
Estúpido.
Hidori, con seis años, ya era fría y calculadora como Hiei, pero, siempre muy muy muy muy... MUY traviesa. Respondía con evasivas y era cruelmente sarcástica con cualquiera que se le cruzara por el camino. Por lo cual, carecía de amigos y era termendamente respetada.
¿Te crees que no me daría cuenta que me has estado sigueindo todo el camino? -dijo ella fríamente, entornando sus hermosos ojos verdes hacia un joven de orejas largas -. No quiero entrenar contigo. Y aunque soy más pequeña, soy más fuerte que tú. Adios, Shura (NA: ¬¬ No, no se va a quedar con Shura, ya que él es MUCHO mayor para ella)
Salió corriendo velozmente hasta identificar el reiki de su padre y saltar sobre él, como siempre lo hacía y hacerle caer del árbol.
¡Hola, papá!
¡Maldita sea, Hidori! ¿cuántas jodidas veces te he dicho que no te lances así sobre mí?
Muchas -respondió ella sonriendo y retirándose algunos rizos de la cara -. Pero me da igual.
"Te odio, Kurama, TE ODIO"
¿Dónde estabas?
Por ahí, derrotando a unos monstruos debiluchos -respondió ella mientras jugaba con la katana de Hiei.
¡Dame eso! -Hiei resopló -. Tienes tu propia katana, ¿por qué rayos tienes que coger la mía?
Es más divertido verte enojado.
Hn.
Ella sonrió y saltó hacia otra rama.
¿A dónde vas?
¡No sé! ¡Cuando lo sepa te lo digo!
¡Eso no tiene gracia!
Escuchó la risa de Hidori y negó con la cabeza.
"De lo que se ha salvado Kurama..."
Hn. ¿Acaso te crees que me daré por vencida? -replicó la ojiverde de doce años mientras volvía a tomar posición de batalla contra algún pequeño insecto de clase A.
Agitó un par de veces la katana y el mosntruo estaba muerto en sus pies. Sonrió con sastisfacción y fue en dirección al castillo de Mukuro.
Soy la mejor, lo sé, lo sé -decía ella mientras corría velozmente entre los árboles -. Nadie podrá vencerme, lo sé ,lo sé.
Vaya ego -comentó alguien con el que chocó repentinamente.
¿¡PERO QUE RAYOS TIENES EN LA CABEZA, PENDEJO! -le gritó ella levantandose y desnvainando la katana.
Eh, tranquila, que yo no te voy a hacer nada -dijo un chico como de edad, con el cabello naranja, largo, atado en una cola baja, ojos negros y sonriendo -. Qué extraño carácter para una mujer.
¡Cierra la boca! -y trató de clavar la katana en el chico, pero este se movió rápidamente y desapareció.
Maldito enclenque -murmuró ella furiosa y continuó hacia el castillo de Mukuro.
Hiei bostezó, mientras contaba nuevamente las uvas que le quedaban en el recipiente de vidrio. Se encontraba tan aburrido...
¡¡PAAAAAAPIIII!
Y algo le cayó encima, volando el recipiente, que fue a parar como un caso sobre su cabeza y las uvas golpeándole diferentes partes del cuerpo.
¡Demonios, Hidori! -gruñó Hiei sacándosela de encima -. ¿Por qué siempre haces eso?
¿Porque es divertido?
Hiei resopló y negó con la cabeza.
¿Cómo te fue hoy? -preguntó Hiei mientras colocaba el recipiente de vidrio sobre el césped.
Om... Pues lo de siempre. Vencí a unos cuantos monstruos y ya.
Oh...
¿Y tú? ¿Has comido uvas desde que me fui?
No, también comí cerezas -respondió Hiei sarcásticamente.
Hn. ¿Nada más?
No, hasta ahora Mukuro no me dice qué quiere que haga.
¿Por qué trabajas para ella, papá?
Porque así me gusta vivir, y ya no me preguntes más cosas.
Huy, de acuerdo, vaya humor -dijo Hidori mientras subía a su habitación. Mukuro también le había cedido a ella su propia habitación.
Se preguntaba cómo sería todo si su madre estuviese viva. Siempre que le preguntaba a su padre, ponía una cara muy extraña y le decía que no deseaba ahablar de eso. Lo único que le había dicho es que había muerto asesinada.
Pero a él no parecía importarle mucho, si seguía con esa actitud. Pero parecía extrañar a alguien. Hidori supuso que era por la pérdida de su madre... Pero lo que ella no sabía es que el youkai echaba mucho de menos a cierto kitsune verdadero padre de ella.
Algún día sabré lo que le pasa -se dijo ella sonriendo -. No me lo puede ocultar por siempre, seguro lo hará cuando esté listo.
Y con ese pensamiento se recostó en la cama, preparada para echarse una larga siesta.
holaaas!
Primeor que todo, disculpas por la tardanza, je je. Es que he tenido mucho que hacer -.- estúpido inicio de clases
T.T adios vacaciones
bueno, espero les haya gustado y GRACIAS POR LOS REVIEWS!
Ja ne!
