TÍTULO: Aquí, conmigo.
AUTOR: Nuritacobarrubias.
CALIFICACIÓN: K.
CATEGORÍA: Romance.
RESÚMEN: Frío. Eso era lo único que sentía en ese momento. Simplemente frío. La soledad y la incomprensión se materializaban siempre en una espesa bruma de aire gélido. Y la envolvía. Y la apresaba.
E-MAIL: None.
DISCLAIMER: No son míos, son de las dos parejas de Wbrothers. Tampoco es mía la canción que me ha guiado e inició esta fic, "Here with me" de Dido
NOTAS DEL AUTOR: Otra fic enterrada en el olvido que me gustaría rescatar, aunque sea un experimento un poco extraño.
CRONOLOGÍA: M Reloaded, después de que Neo abandone la habitación para compartir un diálogo con el entrañable consejero Hamman.
- AQUÍ, CONMIGO-
Frío. Eso era lo único que sentía en ese momento. Simplemente frío. La soledad y la incomprensión se materializaban siempre en una espesa bruma de aire gélido. Y la envolvía. Y la apresaba.
Demasiadas noches durmiendo con el vacío como compañero de cama. Habían sido demasiadas para volver a recordarlas. Cuatro mil trescientas ochenta y tres noches. Ni siquiera era consciente de que su piel las había estado contando. Pero sí que tenía plena consciencia de las antagonistas. Las noches cálidas, las noches largas y porqué no decirlo, las noches húmedas, ascendían a noventa y dos. El contraste era demasiado extenso como para perder más ventaja.
Recordó todo esto al abrir los ojos y encontrarse con la ausencia. El frío la había despertado de su dulce sueño.
No le había oído abandonar la cama, no había notado la precipitada huída sudorosa causada por uno de esos sueños que le atormentaban noche tras noche. Se culpó por ello, solía hacerlo. No entendía qué estaba sucediendo, pero lo que más le perturbaba era no poder mantener la situación bajo su control. Esto se le escapaba de las manos, el amor se le escapaba de las manos.
Anhelo de calor y tranquilidad. Sabía perfectamente que lo segundo les era denegado, pero no el calor. Deseaba desesperadamente su cuerpo ahí, a su lado, simplemente descansando y creando con su mera presencia tanto ardor.
Quería ir a buscarlo, tranquilizarlo y ofrecerle todo su apoyo y su amor, pero no iba a funcionar, pues justamente él no iba a dar pie a ello. Ahora necesitaba estar solo para poder reflexionar. Además una fuerza extraña la ataba a la cama. No aceptaba abandonarla, por miedo a olvidar todo lo sucedido previamente en ella. Se había convertido en un altar al cual adorar con fervor, era su templo. En las sábanas había quedado impregnada la más sagrada demostración de amor, la más deseada liberación de tensión, la más dulce de las horas vividas y las más sinceras palabras.
Extendió una mano y cautivó con cada uno de sus dedos cada pedacito de tela desnuda. Tela que debía estar cubierta por su cuerpo. Trazó delicadamente su ausencia.
No entendía porqué seguía ahí sola, muriendo lentamente, pero no se movía, no quería cambiar nada, ni una simple arruga formada por la tela, esperando su regreso. Tampoco pensaba dormir, no lo haría más hasta que no volviese, hasta que no estuviera ahí, a su lado, simplemente descansando.
Pues aún y ser como es, actuar como actúa y quererlo ocultar, su alma no se puede esconder, y lo rige todo a su voluntad, emperatriz de sus sentimientos. No se irá, no dormirá, no podrá respirar hasta que no esté ahí, con ella. No abandonará, no se esconderá, no podrá estar, hasta que no esté ahí, a su lado, simplemente descansando, con ella.
