Capitulo 2: Los recuerdos del rey del hielo

Por primera vez en su vida el chico estaba perturbado, cuando caminaba a su casa luego de haber dejado a Misato en su casa, su alma aún no podía digerir todo, ahora sabia su nombre Misato Katsuragi, sabía como era su casa, sabía incluso como se sentiría tenerla en sus brazos, pero a pesar de todo aún no podía explicar que estaba sucediendo con su corazón.

Recordó la primera vez que la vio, se encontraron frente a frente en uno de los pasillos de la escuela, normalmente él no prestaba atención a nadie, menos a las chicas que suspiraban con verlo pasar, esa era una de las cosas que más le molestaba como podían quererlo sin ni siquiera conocerlo, incluso era tan poco que le importaba eso que cuando se corrió el rumor que era Gay ni siquiera lo desmintió pensó- en una de esas ahora menos tontas me persiguen.

Pero a Kaede si le gustaban las chicas sólo que para su mala suerte no se había topado con ninguna que realmente le atrajera por completo, se podría decir que sólo tenía por ahora un amor era el basket.

Pero ese discurso que le iba tan bien, se le había puesto en duda con ver por primera vez a Misato ese día por supuesto el no sabía su nombre caminaba como siempre a su practica y ella en un pasillo casi desierto se cruzó frente a él, mágicamente tuvo que abrir más los ojos para descubrir que no era un sueño, era casi un ángel del cielo, era alta distinguida caminaba con tanta gracia como si estuviera flotando por el aire, tenía un hermoso pelo negro largo como el suyo un tanto tornasol su piel era tostada casi como un chocolate pálido tersa y hermosa, sus ojos eras grises un tanto rasgados, era delgada fina y por sobre todo se notaba que también debía practicar algún deporte porque sus brazos y piernas mostraban que los ejercitaba diariamente, ese segundo que ambos se cruzaron fueron para el chico casi tocar el cielo, por primera vez en su vida se dio vuelta a contemplar como se alejaba quedándose a la mitad del pasillo como un idiota cuando veía pasar alguien hermoso.

Aunque le molestaba que muchas chicas estuvieran detrás suyo sin conocerlo deseo en el fondo de su corazón que ella también se fijará en él, que se diera vuelta y lo mirará sonrojada, estaba dispuesto a romper su regla y hablarle estaba dispuesto a todo por un poco de esperanza.

A pesar de los deseos de él, nada sucedió ella siguió su camino casi como si no lo hubiera visto y eso le produjo un dolor tan fuerte en el pecho que pensó que así sería como seguramente sentían las chicas al verlo.

Mientras abría la puerta de su casa recordó la segunda vez que la vio y que pudo incluso hablarle era un día de practica se había quedado sólo como casi siempre, y había peleado con el capitán Ryota y Ayako por su falta de delicadeza con la nueva asistente estaba sumamente molestó tenía como un especie de angustia en su pecho que le impedía practicar como lo hacia siempre había cerrado los ojos y estaba logrando tranquilizarse pero de repente cuando suponía que nadie más estaba por el sector, un sonido que supuso era música pero de esa espantosa norteamericana y rockera llenaba el gimnasio.

Salió molesto a enfrentar aquel que estaba perturbando y se dio cuenta que venía del salón de la gimnasia olímpica, pensó quien podía escuchar algo así, entró rápidamente y casi en silencio, notó que una chica estaba haciendo algunos estiramientos no la reconoció de inmediato y apagó la radio de una patada, y le dije- puedes dejar el escándalo estoy tratando de practicar-

La forma que se lo dije la desconcentró de tal manera que justo cuando comenzaba a subirse a las barras paralelas se calló de golpe y eso me pareció muy chistoso y me alegre que le hubiera sucedido por perturbar MI entrenamiento, pero me arrepentí cuando la vi. de frente era el ángel claro tenía el pelo tomado y al estar con ese uniforme se veía distinta, me sentí sumamente estupido y aún más cuando me pidió disculpas de forma humilde incluso se inclinó en señal de respeto, me trató de superior y su voz era aún más hermosa que ella, casi me derritió el corazón, no pude contestarle nada y ella sólo me observaba expectante, como queriendo saber que más quería decirle.

Justo en el momento que pensaba que podía decirle o mejor si requería de mi ayuda, me hablo un tanto fría preguntándome si necesitaba algo más porque quería seguir practicando.

Seguramente fue tan obvio mi cambio de animo en mi rostro que ella agudizo su mirada casi con desprecio y escucho mis palabras hirientes sin alterarse le saque en cara que nadie podía concentrarse así, que molestaba que era una niña y por sobre todo que no podía practicar esa rutina sola, esa ultima frase la dije con la intención que si me pedía ayuda aún estaba dispuesto a decirle que si.

Pero mi supuesto plan se vino a bajo junto me puso en mi lugar, diciendo que no me importaba y que me fuera, me dejo sin posibilidad alguna, era tan fanática como yo respecto al deporte y en ese momento yo era un estorbo en su meta, salí entre ofendido y furioso pero no pude ni siquiera alejarme y me quede observando en la penumbra como practicaba.

Cuando se subió a las paralelas tuve la impresión que no la había perturbado en nada porque durante los cinco minutos que duró su rutina fue una demostración de perfección y belleza tenía una capacidad como nunca había visto, y esa gracia que solo las grandes estrellas tenían, realizó jugadas que sólo había visto a nivel olímpico y pensé que ella no era para estar acá sino que representando al país.

Me dolió nuevamente mi corazón al observarla ahora no sólo me sentí atraído a ella de manera física sino que también me había gustado su forma de ser, a pesar de lo espantoso que había sido nuestro primer dialogo estaba dispuesto a buscarla en la semana y pedirle disculpas y porque no tratar de ser su amigo, claro yo no sabía que alguien ocupaba ese sitió ya.

Fueron días difíciles para Kaede Rukawa pero no sabía lo que venía después, por que seguramente nunca habría pensado que podía llegar más bajo, hace días la había buscado a esa extraña sin poder encontrarla por ningún lado, estaba casi perdiendo las esperanzas ese día se dirigió al gimnasio era un día normal como todos.

Pero todo se rompió de golpe cuando a cuantos metros se fijo que esa aparición que había tenido el otro día y que le había hablado venía caminando hacia él, tuvo que detenerse de golpe para tomar aire y encontrarse con ella, pero aún no despegaba la vista de ese ángel se dio cuenta que alguien venía acompañándola y no sólo eso le conversaba casi como si la conociera de toda la vida, incluso la había hecho sonreír de manera maravillosa, quería saber quién se atrevía a robarle su atención pero jamás se imaginó que era ese idiota del pelirrojo.

En sus entrañas se cruzo un dolor profundo y sintió un vendaval de celos y odio, a pesar de eso no quiso detenerse lo enfrentaría aunque se muriera en el intento, estaba a unos 50 metros cuando se dio cuenta que la chica lo divisó y como tratando que el pelirrojo no lo viera- era tan idiota que aún no se daba cuenta de su presencia- y lo tomó del brazo y riéndose casi al unísono con el lo dio vuelta y caminaron apoyándose hasta una maquina de bebidas, sacaron dos y siguieron su camino como si nada ahora hacia el gimnasio.

Impulsado por el dolor seguí mi paso firme y por detrás del pelirrojo los pase, el seguía hablándole de algo sobre la playa- hablaba tan fuerte que hasta yo sabía que era de lo que se trataba- y la mire como buscando su mirada pero ella seguía pendiente de él y no vio como mis ojos casi lo eliminaban por estar junto a ella.

Cuando llegue al gimnasio no podía ni siquiera controlarme y metí me cabeza bajo el helado chorro de agua para despejarme, porque si veía al idiota así capaz que lo matara a golpes de inmediato. A pesar que ya me había tranquilizado no pude dejar de humillarlo con todo, me sentía dichoso cada vez que le demostraba que a pesar que había avanzado, para alcanzarme debía pasar bastante tiempo.

Fueron días negros, lo peor es que no podía preguntarle a nadie porque nunca hablaba con otros para saber más detalles de ella y porque el pelirrojo era conocido de ella, casi me volví loco en el intento deseando tenerla para mi, soñando con besarla con amarla y que me sonriera una vez.

Y aunque no había logrado nada, la suerte pareció sonreírme gracias a la bocota de mis compañeros de equipo y en especial del capitán que en plena practica cuando ya no estaban las dos manager y el entrenador comenzó a molestar junto con Mitsui al mono pelirrojo porque se habían enterado de que tenía una novia casi sacada de película.

Esa frase casi me hizo querer matarlo –dios era su novio, ese idiota el dueño de mi ángel no podía creerlo- me desconcentre a tal punto que caí aparatosamente y un sonriente Mitsui me levantó diciendo- no me digas que te quedaste dormido Rukawa-.

Lo mire con despreció pero no dije nada porque quería escuchar por sobre todo cual era la respuesta de ese idiota de Sakuragui, el mono pelirrojo se río con una carcajada tan grande que retumbó en todo el gimnasio y mientras aún se reía, el capitán ryota agregó.

RM: no lo puedo creer Hanamichi, no que estabas interesado en Haruko y ahora tienes una novia de ensueño, como lo hiciste te has convertido en la persona más admirada dentro de todos los chicos por estar con esa princesa.

HM: mira tú, el pelirrojo tiene sorpresas, así que de verdad eres novio de esa chica tan linda

El pelirrojo los miró de manera seria y les dijo con una voz que no parecía ser la suya- eso es algo que a ustedes no le importa, además no se de que me están hablando.

Los dos lo miraron sorprendidos y le dijeron casi al unísono- como que no sabes de que estamos hablando, es sobre esa chica que esta en tu salón esa preciosura de mujer, nunca habíamos visto una chica así dime la conquistaste o te conquisto, como se llama, y de donde viene cuéntanos algunos detalles por favor.

Pero el mono no se inmutó y tomando el balón se dio vuelta, y se encontró de frente a mi, y aún sin dejar de sonreír les dijo- a mi me sigue gustando Haruko, y no tengo ninguna novia así que no inventen nada.

Sentí tanta rabia que lo negara yo lo había visto junto a ella pegada del brazo, sonriendo feliz y no solo una vez porque no quería decir la verdad o era demasiado estupido o demasiado reservado, por lo poco que sabía como se comportaba ese pelirrojo supe que era lo primero.

Me sentí durante dos días muy mal trate en dos ocasiones de hablarme pero siempre la encontré con el pelirrojo y solo me di la vuelta y me marche sin ni siquiera que me vieran.

Pero ese viernes el destino me tenía preparado una sorpresa que cambiaría mi vida de forma definitiva, salí como siempre de mi practica casi a la hora no quería quedarme más aún estaba un tanto abatido, pero impulsado por una fuerza que no podía explicar me di una vuelta por la avenida de los dragones era una de las pocas cosas que me gustaba hacer porque era un lugar donde podía andar en bici sin tantas dificultades.

Ese especial entorno como siempre me hizo relajarme más y aunque a muchos todavía le cueste imaginarse como es posible eso, me quede dormido y me desperté cuando choque contra algo en plena esquina.

Fue directo y muy fuerte y sólo porque no era la primera vez no me mate, sólo me raspe un poco la frente y me levante como si me hubiera caído de la cama, pero cuando abrí bien los ojos me di cuenta que si había chocado contra alguien, otro ciclista que estaba tirado como 4 metros más allá de su bicicleta, me pare como pude y le pregunte si estaba bien pero no me contesto.

Me asusté en una de esas estaba seriamente herido y todo era mi culpa, me arrastré hasta donde estaba, porque a penas me podía poner de pie y cuando casi llegaba a su lado descubrí que era una chica y lo peor era que era mi ángel, el ángel que cada noche me acompañaba junto a mi almohada.

Estaba tirada en el suelo, todo el supuesto dolor que sentía se me quito de golpe, la llame y moví pero ella no contesto entonces la di vuelta con delicadeza era obvio que se había golpeado la cabeza y la apoye en mis brazos, fueron quizás los momentos más mágicos de mi vida aunque estaba muy preocupado.

Pero tenía apoyado su rostro en mi hombro hermoso y sereno, y no pude contenerme y lo acaricie tratando que volviera en si, me acerque lo suficiente para oler su esencia y de su cintura la atraje a mi cuerpo para sentir su tibieza.

Fueron algunos minutos hasta que reaccionó no sabía que había pasado y me pregunto quién era, yo por primera vez me presente con mi nombre y ella me dijo el suyo Misato Katsuragi y aunque al verse tan cerca de mi, la puso incomoda al pararse descubrimos cual era la principal consecuencia del accidente.

Misato al caer había apoyado todo su peso en su mano izquierda y se la había con fracturado de manera grave porque estaba hinchada de manera bastante fea.

Me sentí fatal sabía que eso podía no dejarla practicar por un buen tiempo y era culpa mía pero cuando ella comenzó a llorar tan amargamente y se desmoronó en el suelo me di cuenta lo grave y terrible que era, sin pensarlo la reconforte, ella se acurrucó en mi y me pidió aún entre sollozos que la llevará a su casa porque vivía cerca.

Le dije que claro y la cargué en mis brazos, no me importo un cuesco dejar todo botado y la lleve a su casa pero no conforme con eso la deje en su habitación e incluso me arrodille para sacarle sus zapatos, le pedí disculpas mil veces, me partía el alma verla así indefensa llena de amargura.

Pero claro la vida no puede ser tan perfecta cuando conocí a la abuela, ella me preguntó quién era, porque el único amigo de Misato era de cabello rojo y yo lo tenía como la noche dijo la señora.

Sentí nuevamente correr veneno por mis venas, la quería para mi, para mi entera pero le dije que era un compañero e incluso agregué que la deseaba ver durante el fin de semana, su abuela fue gentil era igual una dama como misato y me dijo con una sonrisa muy parecida a la de ella- que las puertas de su casa estaban abiertas-