Día de Tanabata

(Ultimo capitulo)

-Buenos días

-mphhh

-Buenos días –escucho nuevamente que le llamaban, la joven se revolvió entre las sabanas sintiendo un aliento cálido cerca de su oreja y unos flequillos que le causaban cosquillas en su cuello, la joven se sonrió, abrió los ojos viendo directamente un par de encantadores ojos castaños su sonrisa se amplio aun más, estiro sus brazos y abrazo a el hombre frente a ella.

-Konichiwa –contesto ella medio somnolienta

-¿Mucho sueño?

-Demasiado

-Eres una floja –dijo el con una sonrisota apoyando sus codos en cada lado de la joven para poder verle directamente

-No estaría tan cansada si cierto tonto cabeza de pollo no me hubiera mantenido despierta toda la noche

-No te quejes kitsune, que no estuvimos haciendo nada que te disgustara

-Bueno eso es cierto –contesto la joven quitando el joven de encima de ella obligando al joven a rodar sobre el lado izquierdo de su futon, la joven dejo caer la sabana hasta sus muslos revelando su espalda desnuda, lanzo un profundo bostezo y se estiro perfectamente –¿que hora es?

-No se

-Pues ve en un reloj

-No es necesario, por la posición del sol, y la luz que entra por la ventana...son como... las diez y media

-¿Qué las diez y media?

-O quizás más tarde –dijo el poniendo los brazos detrás de su cabeza

-¡Diablos! –dijo Megumi levantándose rápidamente del futon tomando su yukata la cual estaba cercana de ella

-Cuanta prisa

-¡Callate!

-Ya que estas de pie me pasas mi yukata –la joven se la aventó sin muchos miramientos y rápidamente se dirigió a tomar sus cosas para poder tomar un baño, Sano sin embargo seguía tan tranquilo como siempre

-¿Que pasa?

-¿No te acuerdas que día es hoy?

-Domingo

-¡TONTO! Hoy es el día de Tanabata

-¿Y?

-Y, hoy es la boda

-¿Cuál boda?

-Eres un despistado

-Solo un poco, ahora dime ¿cuál boda?

-¡La de Misao y Aoshi!

-Ahhhhhhhhh, ya

-¿Ahhhhhhhh, ya?

-Si

-No seas tan tonto, levántate, que vamos a llegar tarde

-Nahhh, todavía hay tiempo, la boda es a las 11

-Si y tenemos media hora para llegar o quizas menos

-Si llegamos

-¡Apenas puedo creer que te hayan elegido como uno de los padrinos!

-La comadrejita me tiene confianza

-Y no se porque, ahora vamos ve a prepararme el baño

-Lo que ordene la kitsune –dijo Sano levantándose y poniéndose la yukata al tiempo que abría la puerta de su alcoba, pero apenas lo hizo cayo al piso con una sonrisota en la cara

-¿Sano?

-¡Konichiwa¡Konichiwa¡Konichiwa! –dijeron al unísono dos voces una suave y encantadora y otra más rebelde que la primera, Megumi se volteo extrañada, pero su expresión cambio al ver una escena ya conocida por ella, dos pequeños niños de no más de cinco años abrazaban a su padre.

La joven vio por unos segundos la escena con una sonrisa en la cara, la pequeña era preciosa, de pelo negro y piel ligeramente morena, enormes y expresivos ojos castaños y una sonrisa contagiosa, en cambio el pequeño era de piel muy blanca cabello castaño igual que el padre y hermosos ojos castaños igual que su hermana, este sonrió a su padre y se aferró a su yukata, empezando con su ya acostumbrado ritual de tumbar a su padre por la mañana, Megumi se puso las manos en las caderas y dijo fingiendo enfado

-¡Souji, Tsuki que les he dicho sobre tumbar a papa tan temprano!

-Mou mami

-El aguanta má

-No regañes a los niños Kitsune –dijo Sano levantándose un poco rodeando con sus brazos a sus pequeños

-Konichiwa mami –dijo la pequeña con una sonrisota estirando sus brazos para que su madre le tomara, Megumi se inclino un poco y tomo a la pequeña entre sus brazos, la niña se abrazo a su madre, ante la sonrisa orgullosa del padre que ya tomaba de una forma un poco más brusca al pequeño Souji

-¿Y ustedes porque no se han arreglado?

-Ya vamos má –dijo el pequeño con una sonrisota

-Pues vayan ahora, antes de que se nos haga más tarde –dijo Megumi bajando a la niña, al tiempo que Sano también bajaba a su pequeño hijo

-Si má –dijo el niño –vamos Tsuki

-Hai –dijo la niña viendo a su madre y luego a su padre sonrió gentilmente y luego se despidió de ellos con un movimiento de la mano.

-¡Sano que esperas, ve a prepararme el baño!

-Si kitsune

-Y no me digas así...

-Como mande la kitsune

-Ashhhhhhhhhhhh, mejor apurate

Una media hora más tarde estos se encotraban camino al dojo Kamiya, lugar extraño para celebrarse la boda de los miembros de grupo oni, pero así lo quiso Misao y como era la festejada, a ella lo que pida...

-¡Es tardisimo te dije que se nos iba a hacer tarde!

-Aja

-¿Pero porque no me levantaste antes?

-Umm

-Misao nos va a matar

-No lo dudo

-Ay Sano es todo lo que puedes decir

-Sip

-Ah hola... veo que ya llegaron un poquito tarde

-¡Hola Kenshin! –dijo Sano extendiendo la mano como señal de saludo mientras que la doctora volvía su cara extrañada de que este estuviera fuera del dojo como si fuera un portero

-¿Ken?

-Konichiwa Sano, Megumi-dono... trajeron a los gemelos, a los niños les va a dar mucho gusto verlos, sobre todo a Oukami, le tiene mucha estima a Tsuki

-¿Qué has dicho?

-Oro

-¡No me salgas con un oro, dijiste lo que creo que dijiste!

-Sano

-¿Por qué a ese cachorro lobo le tiene que dar gusto que traiga a mi niña!

-Es que...

-Es que, que...

-Sanosuke por favor ya estas paranoico

-¡Paranoico yo, mujer, es el hijo del enemigo!

-¿Cuál enemigo? Sano, si Saito-san es tu jefe

-No me lo recuerdes

-Ah si lo había olvidado, por cierto Sano ¿que tal te va en la comisaría con Saito?

-No preguntes

-Ya veo –dijo este sonriendo de forma afable, mientras que la doctora le pregunto algo, que desde hacia rato tenía curiosidad

-Oye Ken, por cierto ¿que haces fuera del dojo?

-Pues

-¿Hay algún problema?

-No, no lo llamaría un problema

-¿Y?

-Y... es que las cosas se esta poniendo un poco feas dentro del y antes de que su amigo el pelirrojo acabara de decir se escucho con de forma potente y sumamente enfadada la voz de la joven okashira del oni:

-¡COMO QUE NO HA LLEGADO SI TENÍA QUE ESTAR AQUÍ HACE MEDIA HORA, LO VOY A MATAR, LO VOY A MATAR... ESE CABEZA DE POLLO CUANDO LLEGUE VA A SER HOMBRE MUERTO!

-Creo que no ha tomado muy bien tu tardanza, cariño –dijo en forma sarcástica la doctora

-Que chistosa

-Prometo llevar flores todos los días a tu tumba

-Tengo una mejor idea porque no me acompañas con la comadreja y le explicas el porque de nuestra tardanza

-¿Y decirle que nos quedamos dormidos, no gracias, además tengo que llevar a los gemelos dentro

-Yo los llevo

-Que amable pero creo que puedo yo sola, vamos Tsuki, Souji, vamos a visitar a Kenji, Rou y Ohkami

-Si mami

-Si má

-Kits...Megumi... Megumi, no seas así...-y antes de que pudiera hacer o decir algo, esta ya había traspasado la puerta principal del dojo dejando solo a su esposo y amigo de este que para pronto escucharon

-Buenas días –contesto con voz suave la doctora

-¿ QUE TIENEN DE BUENOS DONDE ESTA TU ESPOSO?-gruño la joven lider vestida de un hermoso kimono blanco de esos que se usan en las bodas, Megumi se quedo por unos segundos boquiabierta, se veía preciosa, con su cabello suelto, su maquillaje suave y su kimono blanco parecía un angel

-Misao estas preciosa

-Ah.. de verdad lo crees

-Estoy segura...

-Muchas gracias

-No tienes de que

-Muchas gracias Megumi es un gran alivio, sabes siempre he pensado que tienes un muy buen gusto y... momento...No, no, no, no me cambies el tema ¿DONDE ESTA SANOSUKE SAGARA?

Megumi sonrió de forma malévola y señalo con el pulgar por encima de su hombro por donde ya llegaba Sanosuke

-¿Qué hay comadrejita?

-¡QUE, QUE HAY... QUE, QUE HAY... ES TODO LO QUE DICES, TENÍAS QUE HABER LLEGADO HACE MEDIA HORA!

-Si pero...

-¡ES EL DÍA MÁS IMPORTANTE DE MI VIDA Y TU LLEGAS TARDISIMO, TAL PARECE QUE LO HICIERAS APROPOSITO!

-Pero...

-¡COMO ES POSIBLE!

-Pero

-¡NO ERES MÁS QUE UN FLOJO Y...– la doctora sonrió ante la mirada de tonto que ponía su esposo mientras que escuchaba reír por lo bajo a su niños, la doctora volteo tras ella y pudo ver a su antiguo amor pasado viendo con algo de pena al joven que seguía aguantando los insultos de la muchacha

-Oye Ken

-¿Si dígame Megumi-dono?

-¿Dónde están los demás niños para llevar a Tsuki y Souji?

-Creo que estaban con Tokio-dono y Kaoru en la parte de atras–contesto este con una sonrisa

-Gracias, vamos niños –la doctora paso sin siquiera mirar atrás a el par que seguía discutiendo, llegando finalmente a la parte de atrás del jardín en donde estaban a quienes ya buscaba, Tokio Saito y Kaoru Himura

-Buenas días –dijo Megumi inclinándose como señal de respeto ambas mujeres voltearon rápidamente al oír su voz

-Buenos días Sagara-san

-Buen día Megumi –dijeron el par de mujeres con una sonrisa, al tiempo que esta se sentaba al lado de ellas, mientras veía con agrado como tres niños cuyas edades variaban entre los 4 y 8 años corrían cerca de ellas

-Tsuki, Souji, vayan a jugar, y nada de portarse mal, ni ensuciarse

-Si mama –dijeron los dos niños al unísono, mientras corrían con sus compañeros de juego, al tiempo que la doctora veía con extrañeza como su pequeña hija corría hacia el menos de los hijos de la familia Saito, el niño cuyo rasgos eran muy semejantes a los de su padre, piel morena y pelo muy negro, pero ojos verdes como la madre, este sonreía ampliamente al ver a la niña, tan ampliamente que incluso le doctora pensaría que si no fueran por el hecho de que son unos niños serían una bonita pareja.

En cambio el otro, Rou, era un poco más huraño cuyos rasgos eran parecidos a los de su madre, piel blanca, pelo negro y ojos dorados, más sin embargo este era un poco más temperamental y reñía al hijo de la familia Sagara, mientras el menor de todos, Kenji primogénito de los Kamiya, una versión en miniatura del samurai, pelirrojo de ojos violetas, luchaba en vano para evitar la riña, escucho como la mujer del policía decía con una encantadora mirada de orgullo materno

-Cada vez que los veo están más grandes

-Crecen muy rápido

-Cierto me parece que fue apenas ayer cuando me entere que estaba esperando a Kenji y ahora míralo –dijo Kaoru viendo con ternura al más pequeño de los niños

-Un niño hermoso y sano –dijo Tokio con una sonrisota –solo espero que el que viene sea igual –dijo Tokio tocando su abultado vientre, el cual revelaba varios meses de embarazo

-No se como tienes tantos, a mi me vasto con uno –dijo Kaoru levemente sonrojada, Megumi rió un poco y dijo

-Y eso que tu no tuviste gemelos Kaoru

-Debe de ser terrible, pero el dolor fue solo una vez, Tokio ya va por su tercer hijo

-Cuarto no olvides a Eiji –la joven Himura hizo una mueca imaginándose el dolor que próximamente sentiría su amiga, se estremeció con solo pensarlo, miro a la mujer doctora la cual sonreía encantada viendo a sus pequeñitos correr en el jardín y a la esposa del policía que acariciaba su barriga con ternura al tiempo que veía a sus dos hijos, abrió la boca para decir algo, pero su voz quedo ahogada por un...

-¡Oigan, la comadreja esta histérica, dice que si no vienen pronto sus madrinas se casa con o sin ustedes! –

-Ya me imagino –dijo Kaoru levantándose y ayudando a Tokio a hacerlo, mientras que Megumi llamaba a los pequeños para poderlos acomodar en un bonito lugar, al tiempo que tomaba del brazo a su esposo que con el libre tomaba de la mano a su pequeña hija

-¿Ya se calmo?

-Algo, solo tuvo que amenazarme de muerte

-Y me parece poco

-Lo bueno es que me quieres

-Eso es lo bueno... por cierto creo que ahora solo basta con acomodarnos –dijo Kaoru viendo con agrado como se colocaban frente a ella, su ahora amigo vagabundo y su actual esposa, la maestra del Kamiya Kashin

-Misao luce hermosa finalmente ha llegado su día –decía esta casi al borde de las lagrimas, Megumi no pudo hacer más que morderse un labio para reprimir una risita al tiempo que escuchaba a la otra pareja de padrinos detrás de ellos, el hombre que hizo lo que nadie había creído posible, darle un trabajo a su esposo Sanosuke:

-Solo espero que todo esto se termine rápido

-No seas tan aguafiestas Hajime, disfruta el día

-No se en que estaba pensando la comadreja al invitarlo a el de padrino –dijo Sano molesto murmurando al oído de su esposa, la cual le dedico una sonrisa, al tiempo que observa a los demás invitados que veían felices a las parejas que se dirigían hacia el altar, por ultimo apareció la esperada pareja, Misao tomada del brazo de el amor de su vida, ese que por el que había soñado tanto tiempo su Aoshi-sama.

Todos los presentes miraron enternecidos a la pareja, Misao temblaba de pies a cabeza, con una sonrisa muy nerviosa, veía de un lado al otro como buscando una sonrisa igual le amable entre los invitados, en cambio su pareja, nunca había parecido más confiado de si mismo y aunque no sonreía como lo hacía su prometida podía verse en sus ojos un brillo que ninguno de los presentes había visto antes.

La doctora sonrió ampliamente cuando Aoshi dijo un acepto sin titubearlo un poco, y cuando Misao rió tontamente y después dijo un si, haciendo que casi tuviera que detener a su esposo el cual amenazaba con agarrar a coscorrones a la okashira, sino controlaba su nerviosismo, pero felizmente no tuvo que recurrir a eso.

La doctora, no pudo reprimir una sonrisa enorme, cuando vio como en presencia de todos, la feliz pareja se daba primer beso en publico, ante un aplauso de los felices invitados, haciendo que incluso los más fríos de corazón se vieran levemente enternecidos, pudo ver como el antiguo capitán del Shinsen, no se apartaba de su esposa, cuando esta le acariciaba suavemente su mejilla, y como el Battosai, rodeaba la cintura de su mujer con sus brazos, al tiempo que su esposo pasaba su brazo pos sus hombros y acariciaba una de sus manos con delicadeza.

Era increíble que hacía menos de un lustro, había pensado en irse a Aizu y dejar todo lo que ahora tenía, un esposo, una carrera en ascenso, una bonita amistad con una mujer que hacia tiempo había pensado que era su peor enemiga y un par de hijos hermosos, que en aproximadamente en unos 7 meses, dejarían de ser solo un par para formar un bonito trío, la doctora rió ligeramente

-De que te ríes Kitsune

-De nada

-No me vengas con eso, que te conozco demasiado bien

-Esta bien... me rió, gracias a mi vida

-¿Eh?

-Y a ti

-¿Cómo? -la doctora sonrio ampliamente y tomando su cara entre sus manos le dio un beso largo y lleno ternura, al tiempo que decía sin separar demasiado sus labios de los de el...

-Eres un tonto cabeza de ave y siempre lo vas a ser ¿verdad?

-Por ti siempre

FIN


¡Mi fic terminado antes de que termine el año, si lo cumpli, bravo, bravo!.. bien ya me desahoge...ahora si, gracias a todas aquellas personas que han leido este fic,esta muy sencillo, y la verdad es que no estaba planeado para tener todosestos capitulos, aunque si esta muy cortito, pero espero que les haya gustado, como podrán ver me gustan los finales felices y romanticos, ya que soy demasidado como decirlo... ah si..."sensible"y sufro demasiado con los finales tristes así que creo que no voy a hacer nunca ninguno, bueno solo me despido deseandoque pasen unasfelices fiestas ytengan un muy feliz año nuevo y que no pierdan el tiempo con eso de los propositos, todo el mundo los olvida en menos de tres meses, o por lo menos a quienes yo conozco, incluyendome.

Ahora si, luego nos leemos. Bye, Bye.

Atte: Midory