MI VIDA CONMIGO

Capítulo siete:

Un nuevo Kinomoto


La semana había pasado sin contratiempos. Según tenía entendido su clase era la más aclamadaa por los alumnos, y varios habían querido coger la optativa a mitad de curso, pero los gefes de casa les habían negado la participación en Artes Mágicas. En todos los cursos, sin excepción, Akira había puesto por parejas a gente de distintas casas, y por lo que veía, parecía ir bien. Sobre todo, había intentado poner a Griffindors y Slytherins juntos en los años superiores, donde la rivalidad estaba más presente.

Habían decidido que Sakura ya no podá volver y que sabía cuidarse bien, a pesar de su edad. Por ello, habían acordado que Sakura estudiaría en primero. Y a pesar de ser un año más pequeña que los de su edad, les superaba a todos en todas las asignaturas. Lo que m´más le había interesado a Akira fue la selección de su hermana. Ella, resultó ser una Slytherin, pero a pesar de eso cuando le preguntaban a que casa pertenecía ella decía que era una natt (N/A: mirar las casas de la Universidad Mágica de Kioto en el primer capítulo) de corazón y sangre haciendo aparecer en las caras de su hemano y de sus padrs una sonrisa de nostalgia por Japón.

No había recibido respuesta de Sophie, pero si la recibió de Nade. Ella le contaba que ella misma había visto cuando Sophie leía la carta que le envió, y que había soltado lágrimas hasta que no le quedaron más. Después, había dejado la carta en la mesa y había corrido hasta su habitación. Lo estaba pasando mal, muy mal , posiblemente peor que Akira en Ingleterra. Pero por mucho que rezara no iba a poder estar allí, aunque estaba intentando estar allí un par de días sin que su ausencia se notara.

Por su parte, sus padres se habían retirado de Hogwarts y estaban viviendo en la casa que Naruko había comprado cuando había llegado a Inglaterra antes que ellos dos. De vez en cuando se pasaban por Hogwarts y estaban un rato con sus hijos. Pero mayoritariamente pasaban su tiempo acudiendo a los ataques de los mortífagos o hciendo misiones a corto plazo de la Orden. A ellos tampoco les gustaba estar en Inglaterra sin sus amigos, pero no podían hacer otra cosa.

Durante una hora más omenos algún día a la semana, Akira se la pasaba en el espacho del director. Este le contaba sobre la Orden o detalles más concretos de lo que había pasado en los cuatro años de su ausencia y cosas por el estilo. A veces charlaban sobre la situación actual o sobre la guerra. Algunas veces Akira oía como Albus le contaba sobre la guerra contra Grindewald. Y Akira le contaba pequeñas cosas sobre su vida en Japón, sobre sus amigos, sobre la Universidad Mágica de Kioto y cosas por el estilo. Pero nunca ninguno se pasaba de la lengua pues sabían que anque darían todo su poder en una batalla, los legilimencis poían acudir en tus peores momentos en una batalla y eso no era seguro para ninguno de los dos.

En las clases de séptimo, se encontraba Krista Shaw, la chica quele había llevado hasta la sala B3 donde Albus estaba presentando al nuevo profesor de A.M. que todavía nadie sabía quien era. Esa chica siempre estaba sola y se pasaba las tardes en la biblioteca. Por lo que pudo averiguar, sus padres habían muerto hacía tiempo y ella residía en un horfanato. A veces, la invitaba a tomar un café o un té en su despacho y charlabn sobre cualquier cosa. Poco a poco, se había estado encariñando con la chica. Ella, pertenecía la casa Ravenclow y cuando le preguntó a su hemana ella le dijo que era la premio anual y que en quinto había sido prefecta según pudo averiguar. Incluso a veces la ayudaba con sus tareas, pero nunca se las hacía, y muchas veces le explicaba las cosas que no entendía aunque no eran muchas

Ahora, estaba en medio de una clase de séptimo en el segundo turno, a última hora de la tarde. En esa clase se encontraba Krista.

-"... .Entonces, quien puede decirme el nombre de un portador de una espada mágica que no sea inglés y que...?" –pero Akira no pudo acabar de expresar la pregunta por que su fenix Atenayse se había aparecido delnate de el y llevaba una carta.

En esa carta solamente aparecía una frase escrita rapidamente y con mala letra: "Han empezado las contracciones y la hemos llevado al hospital"

Se quedó de piedra al leer eso. Rapidamente, con la sangre fría que le caracterizaba, manejó la situación lo suficiente bien como para no perder los nervios.

-"Se acabó la clase de hoy. Krista, podrías recoger a mi hermana en transformaciones y llevarla al despacho del director y enseñarle esto?" –dijo apresuradamente.

-"He? Si... claro..." –dijo algo confundida Krista mientras los demás les observaban con atención.

-"Muchas gracias, no sabes cuanto te lo agradezco, Krista. Ahora me tengo que ir, podríais informarle a los demás alumnos del colegio que mañana tampoco habrá clase?" –ellos asintieron y fueron saliendo de la clase. Akira esperó a a que todos se fueran y cerró la clase como simpre hacía contra hechizos Alohomora. Al salir se encontró a Krista qu le estaba esperando.

El pasillo ya estaba vacío y Krista le preguntó con mucha preocupación.

-"Que sucede Akira?" –preguntó ella muy seria.

-"Oh! Muchas gracias por tu preocupación, Krista, pero ahora me tengo que ir de Hogwarts rapidamente. Mañana, después de clases si estoy en Hogwarts te cuento, vale?" –le dijo rapidamente Akira sin quitar esa sonrisa medio onta medio nerviosa.

Akira se dio la vuelta para irse pero Krista le agarró del brazo.

-"Ah, no! Eso, no! Eres mi primer amigo desde que entré a Hogwarts y estoy preocupada por ti. Quiero sabe que ocurre, para mi aparte de ser mi profesor eres mi amigo, Akira, mi primer y único amigo. Solamente no quiero que te pase nada, comprendes? Dime solamente si es algo peligroso o..." –le decía Krista con mucha preocupación y seriedad al sincerarse delante de Akira.

-"Voy a ser padre, Krista, padre..." –le susurró interrumpiéndola. Ella se quedó con la boca abierta mirándole como si no se lo creyera o fuera una broma.

-"Qué...!" –preguntó anonadada Krista.

-"Ahora, Krista, ve a buscar a mi hermana y llévala al despacho de Dumbledore, vale?" –le volvió a interrumpir en un susurro y cogiéndola de la mano sin quitar esa sonrisa de su rostro.

Pero ella, en vez de salir corriendo o decir cualquier cosa, se hechó a los brazos de Akira y se abrazó fuertemente a el. Akira se sorprendió, perorespondió al abrazo sabiendo lo importante que era sentimentalmente para Krista. Y ella seguidamente solo pudo decir de la emoción:

-"Felicidades, Akira, felicidades..." –le dijo mientras le caían silenciosas lágrimas de felicidad por tener un verdadero amigo en siete años y que este le respondiera.

Se fueron separando y unos segundos después Krista salió corriendo en dirección al aula de transformaciones. Cercionéndose de que no había nadie, llamó con un silbido a Nay y ella le llevó a Japón.

Tardó apenas medio miuto en llegar a Japón. Apareció en su casa pues no sabía a donde habían llevado a Sophie. Fue a la cocina para ver si le habían dejado una nota o algo.

Pero en vez de encontrarse con una nota se encontró con una nerviosa Nadeshiko que andaba de un lado para otro sala en la cocina. Ella al verle corrió a abrazarle tras siete meses de no verle y le aplastó contra ella. Y el contra el. Ambos eran hermanos y se habían hechado mucho de menos.

Pero no perdieron el tiempo con nada y cuando se separaron Nade cogió de la mano a Akira y le arrastró hasta la chimenea de polvos flu japoneses. Dijo:

-"Hospital la Paz" –gritó y ambos desaparecieron entre povo y llamas de color.

Unos segundos después aparecieron en una recepción ni muy vacía ni muy llena. Hicieron cola y minuto y medio después las chica de recepción les atendió:

-"Que desean?" –les preguntó sin mirarles y sin apartar la mirada del ordenador.

-"La habitación de Sophie Nevou" –le dijo entrecortadamente Nadeshiko pues Akira no podía ni hablar.

-"Mmm..." –miró entre los papeles que tenía y les dijo:-. "Está de parto, verdad? La tercera planta, corredor oeste, habitación ochenta y seis. Siguiente."

Ellos no perdieron el tiempo y salieron corriendo. El ascensor no estaba abajo y no iban a esperarlo. Buscaron las escaleras y subieron por ellas corriendo hasta el tercer piso. Allí no sabían a donde ir pues no habíaa indicadores de corredores ni norte, ni sur, ni este, ni oeste. Le preguntaron a una enfermera que pasaba por allí.

-"Corredor oeste habitación ochenta y tres..." –repitió pensativa mirando a su alrededor para orientarse-. "Mirad, teneis que seguir recto y en el tercer desvío a la izquierda cogerlo. Luego teneis que coger el primero a la derecha y más tarde el segundo a la izquierda. Ahí buscar la habitación ochenta y tres, vale?"

Ellos salieron corriendo y Akira tuvo el detalle de despedirse con la mano al final del pasillo. Ella sonrió y la perdieron de vista. Los corredores eran muy largos y las puertas y los pasillos estaban muy separados unos e otros. Tardaron cinco minutos enllegar a la puerta ochenta y tres.

Allí delante de la puerta y caminando de un lado para otro estaban Nathan, Cassy y Will. No se dieron cuenta de que estaba allí hasta que estuvo a medio metro de ellos.

-"¡Akira!" –exclamaron y corrieron hasta el los tres.

Le abrazaron fuertemente. Igual que Nadeshiko siete meses sin verle eran demasiado. Le abrazaron como si temiera que se fuera, como si se fuera a desvanecer rapidamente sin que pudieran hacer nada.

-"Oh, Akira! Te hechamos de menos, no sabes cuanto" –le dijo Cassy con finas lágrimas que le caían por la cara.

-"Si, Akira. No sabes como se pusieron estas tres cuando desapareciste" –le dijo Nathan intentando que no fuera un encuentro serio tras tanto tiempo.

-"Ni cuanto gritaron caundo Takeshi y Naruko enviaron la carta deiciendo que Sakura tenía que ir a Inglaterra para quitarte ese bloqueo mental" –recordó Will, con una ligera sonrisa.

-"Ni vosotros sabeis cuato os extrañé... tengo tantas cosas que contaros... desearía poder haber venido antes, chicos de verdad... pero..." –dijo Akira con los ojos ligeramente húmedos a los cuatro.

-"No tienes que dar ningún tipo de explicación, Akira, sabemos que habrías venido si hubieras podido. No te vamos a pedir ningún tipo de explicación" –le dijo Nathan comprensivo.

-"Pero..." –les rebatió Akira.

-"Pero nada, Akira. Ahora te sentará aquí y hablaremos tranquilamente, vale?" –le propuso Will.

Akira suspiró hondamente y en contra de sus nervios se sentó al lado de Nadeshiko.

-"Muy bien. Veamos... "–dijo pensativamente Cassy ordenando sus pensamientos-. "Sophie lo ha estado pasando muy mmal este tiempo. Con tu desaparición, con el bloqueo mental y el embarazo cogió una depresión. Hace un par de meses comenzó a no comer, dormir menos, salir a fuera en invierno sin mucho abrigo y cosas por el estilo. Cuando intentábamos hablar con ella se enfadaba y salía corriendo. Por las noches la oíamos llorar sin poder hacer nada. Un día la tensión era insoportable y Nade acabó encarándola. Se gritaron muy fuerte y por poco llegan a las manos, si te digo la verdad no es una escena que quieras ver."

-"Desde ese día" –continuó Nadeshiko-, "no volvimos a hablar y ni siquiera me miraba de reojo. Fue horroroso, y me sentía muy mal. Empecé a pensar en tomar otro tipo de medidas, Sophie no podía seguir sin comer y sin dormir, sería malo para la salud de ella y del bebé, pero no nos hacía caso. Ella empezó a sospechar que iba a enviarte una carta o algo y me gritó... cosas, que realmente no pensaba... creo yo. Me dijo que no enviara ninguna carta" –en ese punto ya tenía los ojos llenos de lágrimas-," y que si lo hacía no me volvería a hablar... y no quería perder su confianza. Hace un par de semanas, la cosa empeoró. El parto estaba cerca y se empezaban a notar en ella la falta de comida y de sueño. Creo que le dolía algo, no lo sé, pero sabía que no se encontraba bien y ella sabía ocultarlo muy bien. Sabía que me odiaría por lo que haría a continuación, pero fui capaz de sacrificar nuestra amistad por su salud, la del niño y mi amor por ambos, aunque Sophie no se diera cuenta. Te envié la carta, pero cuando le enviaste una respuesta a Sophie no me arrepentí de haber hecho lo que hice..."

-"Ese fue un espectáculo más horroroso que el anterior" –continuó Nathan al ver como a Nade se le atragantaban las palabras y no podía seguir hablando-. "Sophie leyó tu carta delante de todos para si. Poco a poco le iban saliendo lágrimas y más lágrimas. Luego dejó caer la carta y fue corriendo a su habitación. Cuando salió se dirigió como una furia a Nade gritando cosas peores que antes... ni te imaginas, Akira... lo pasó mas mal de lo que te puedas imaginar nunca. Al ver que Nade no estaba arrepentida, le dio una bofetada que sonó por toda la casa. Todos nos quedamos en silencio y no se oía ni una mosca, el ambiente estaba tenso y recuerdo que Nadeshiko le dijo claramente "Esto lo hago por ti, Sophie, aunque ahora no lo comprendas; quiero lo mejor para ti y para el bebé, pero si eres tan egoista de no contar con tus amigos en momentos tan difíciles como estos, no cuentes conmigo para nada nunca más". Después de esto, Nade, con la cara como piedra se dirigió a su habitaión dejando a Sophie destrozada. Ella, se arripintió enseguida aunque no fuera a pedir perdón en los días siguientes. Como si no estuviéramos presentes, se calló de rodillas en el suelo y empezó a llorar desesperadamente."

-"Luego se encerró en su habitación y no salió excepto para las comidas" –prosiguió Will-. "El tiempo pasó y ella no hablaba con nadie. A veces, una vez cada semana, se sentaba con nosotros en el salón y se ponía a ver la televisión o a leer alguna revista. Hoy había hecho lo mismo. Estábamos todos en el salón después a la mañana muy temprano y sio de repente un grito doloroso. Todos nos quedamos desconcertados, pero Nadeshiko actuó rápido y nos le dijo a Nathan que llamara al hospital para que prepararn una habitación; le dijo a Cassy que recogiera las bolsas de emergencia con ropa y cosas por el estilo, y a mi me dijo que me quedara con ella mientras que iba a escribir unas cartas. Cinco minutos después llegamos aquí y diez más tarde llegabais vosotros dos" –finalizó Will con un suspiro.

Todos se quedaron pensativos. Si las cosas que habían hecho o vivido los últimos siete meses habían sido las correctas o se habían arrepentido. Por su parte, Nade sabía que hizo lo que hizo por que lo creía necesario y no se arrepentía en absoluto, actuó como tenía que actuar pensaba ella. Akira, por su lado, hubiera querido estar con ella algún día, lo que había pasado no sabía si lo iban a poder solucionar Nade y Sophie.

Impacientes, esperaron en la puerta. Sabían que tenían que esperar a que algún médico o alguna enfermera les avisara de que tenían que entrar. Cassy, en un arranque de memoria, les dijo que los partos podían durar hasta veinticuatro horas, para asombro de los demás. Allí en Japón eran ahora mismo las once de la mañana y llevaba allí media hora ya esperando.

Fue varias veces hasta la cafetería y a la larga se tomó tres cafés. Al cuarto, Nade se lo quitó diciendo que ya había tomado suficiente cafeína. A eso de la una y media, llegaron Naruko, Takeshi, Sakura y Albus Dumbledore para sorpresa de todos. Akira ya sabía que estaba allí y no se inmutó por su llegada. Sus padres presentaron a sus amigos a Albus y mientras tanto Skura se fue a sentar encima de Akira, que ahora estaba tomando chicles.

A las tres, Naruko les envió a la cafetería para que comieran mientras ella, Takeshi y Albus se quedaban allí. Akira accedió a regañadientes y quince minutos y una ensalada después se encontraba otra vez mascando chicle y mirando fijamente a la puerta. A las cuatro, salió un médico de dentro y se dirigió a ellos:

-"El padre?" –les preguntó buscándolo con la mirada.

Akira se levantó y se dirigió a el. El médico se lo llevó a parte, donde los demás no pudieran escuchar.

-"Señor, su mujer está teniendo dificultades en el parto. Pero estamos haciendo lo que podemos y podemos asegurarle que tanto su mujer como su bebé saldrán ilesos" –le dijo tranquilamente-. "Ahora están empezando las contracciones más fuertes y creemos que en media hora o una hora podrá pasar, solamente usted, a ver a ambos. De acuerdo?" –preguntó el médico.

-"S.. si" –le dijo Akira nervioso y distraido.

-"Muy bien. Si hay algún tipo de dificultades o alguna novedad le avisaremos de inmediato. Ahora, si me disculpa, debo volver a dentro."

Akira solo pudo asentir mientras el doctor se iba adentro. Volvió junto a los demás y se dejó caer en el mismo lugar que antes. Al sentir las miradas de los demás fijas en el, contestó sin apenas mover los labios.

-"Media o una hora" –susurró perdido en sus pensamientos, y siguió mirando la puerta.

Los demás asintieron y siguieron con sus cosas. Sakura le abrazó como si supiera lo que el médico le había dicho pero que el no había transmitido a los demás y Akira la apretó contra si fuertemente.

Tres cuartos de hora después no había salido nadie. Akira ya había dejado los chicles y se mordía las uñas. Los demás le miraban con preocupación pero no decían nada. Todos estaban preocupados, pero comprendían que ese momento era solamente entre Akira y Sophie.

Akira, además de morderse las uñas, había empezado a tamborilear con la mano en la silla, poniendo aún más nerviosos a los demás. Le iban a decir algo, cuando el médico de antes salió con la frente sudada y con una sonrisa. Parecía cansado, bastante, pero igualmente miró a Akira y silenciosamente le pidió que le siguiera.

Él se levantó rapidamente y entró con el doctor adentro. Vio en una camilla a Sophie, que tenía los ojos cerrados aunque él sabía que estaba despierta. Se dirigió a ella y le cogió la mano. Ella, de lo cansada que estaba solo atinó a apretarle la mano para hacerle saber que ella le sentía. Se acercó a ella y la besó suavemente y ella le respondió a pesar del cansancio. De repente la puerta lateral se abrió y se vio entrar a una enfermera con un bebé en sus brazos. Tenía una sonrisa en la boca, al parecer le gustaba su trabajo.

-"Señores, el bebé es un niño" –les anunció y les dejó el niño en brazos de Akira mientras salía.

Akira sonrió verdaderamente. Sophie hizo un esfuerzo y abrió los ojos para ver a su hijo, y sonrió al igual que Akira. Éste le dejó el niño encima y ella lo cogió con mucho cuidado. El niño estaba dormido, pero abrió los ojos un momento. Sophie dejó escapar una suave risa:

-"Los tiene azules, como su padre "–le dijo con cariño Sophie.

Ahora Akira también se rió. Le miró y estrechó su mano más fuerte, como para hacerle saber que el estaba ahí y que siempre la querría.

-"Te quiero" –dijo ella mirando a Akira.

-"Y yo a ti: te quiero" –dijo el.

Ella se acercó a el y le besó largamente. Y seguirían, si el bebé no se pusiera a llorar. Se separaron y miraron al niño que había entre los dos. Sophie le meció un poco, pero el niño no paraba de llorar. De repente rió un poco y le dijo silenciosamente a Akira que lo cogiera. El iba a protestar, pero ella se lo entregó con cuidado. El niño, al verse en manos de otra persona empezó a llorar fuertemente. Akira, confundido, miró a Sophie. Ella se rió un poco más fuerte y le indicó que lo meciera. El hizo lo que Sophie le indicó y el niño sin parar de llorar abrió los ojos. Azul contra azul...

Y como si fuera por arte de magia paró de llorar y le miró fijamente. Nuevamente azul contra azul. Y Akira se rió ligeramente para que no volviera a llorar por el ruido. Pero al contrario de lo que pensaba, el bebé también se rió (N/A: como se ríen los bebés) pero no separó la mirada. Poco a poco, fue parando de reir y cerró los ojos lentamente. Akira se acercó a el y le besó en la frente. Eso sí que fue magia.

-"Déjalo en la cuna, cariño, que duerma" –le susurró Sophie que había vuelto a cerrar los ojos desde la cama.

Akira hizo lo que le dijo y se acercó a Sophie. La besó y se hizo un hueco en la pequeña cama junto a ella. La rodeó con sus brazos y también cerró los ojos para disfrutar del momento. Se quedaron así un rato, disfrutando de lo que no habían podido gozar en siete meses.

-"Algún nombre?" –preguntó en un susurro Akira.

-"Algunos..." –le dijo Sophie con una sonrisa en la boca, queriéndole provocar.

-"Como cuales?" –preguntó el riendose suavemente.

-"Mmmm... pense en Matt" –le dijo ella dulcemente.

-"Matt?" –preguntó Akira divertido.

-"Mmm... si. Matthew Kinomoto, que te parece?" –preguntó Sophie con curiosidad.

-"No, así no" –aún con los ojos cerrados Sophie puso cara interrogante-. "Será Matthew Akira Kinomoto Nevou, te parece?" –dijo Akira y Sophie se rió bajito.

-"Si... me parece, amor" –dijo Sophie, y Akira la volvió a besar.

Poco después Sophie se durmió por el cansancio. Estuvo Akira mirándola dormir con el bebé en brazos cuando apareció una enfermera. Le dijo que tenía que salir y que se llevaba al niño para que le hicieran las pruebas médicas. Akira sonrió verdaderamente y como un bobo salió al pasillo. Se había olvidado que los demás estaban pendientes de el para saber la situación.

Al salir, Sakura se hechó a sus brazos. Se abrazaron fuertemente ambos con los ojos cerrados, ignorando si había alguien mirándolos.

-"Sakura..." –la llamó suavemente; ella se separó un poco y le miró a los ojos y ahí fue cuando Akira la vio llorar-. "Ya eres tía."

Sin decir otra palabra Sakura le volvió a abrazar. Como si fuera a perderlo.

-"Cómo...?" –empezó a preguntar Sakura alegremente.

-"Matt" –cortó su hermano con una graaaaaaaan sonrisa.

-"Matt?" –oyó desde donde estaba y se acordó de que los demás estaban allí.

Cogió a Sakura en brazos y con una sonrisa expectacular se dirigió a los demás.

-"Es niño" –dijo Akira con la misma cara de bobo.

-"Niño?" –dijo muy sorprendida Nade, pero rapidamente se puso pensativa-. "No se por qué pero estaba segura de que saldría niña... Pero en qué estoy pensando? Yo en mis cosas cuando mi hermano acaba de ser padre, de un muy guapo niño, a que sí?" –se la veía muy emocionada.

-"Oh, felicidades, Akira!" –dijo su madre lanzándose a abrazarle muy fuerte, tanto que Sakura en brazos de Akira se quejó.

-"Mamá! Me aplastas!" –protestó Sakura.

Pero aun así Naruko no se separó. Los abrazó más fuertemente.

-"Cariño, los demás también queremos felicitar al nuevo padre" –le dijo Takeshi suavemente.

Entonces, con lágrimas en los ojos y contra su voluntad Naruko se separó de sus dos hijos y la substituyó su marido.

Diez minutos más tarde, cuando todos ya le felicitaron su madre cambió el rumbo de las felicitaciones al de su primer nieto. Y tras una simpática broma de Cassy, habló:

-"Y dinos, Akira, a quien se parece el niño? Cómo se llama? Lo bautizaréis?..." –empezó a preguntar rapidamente.

-"Mamá, no le atosigues así..." –le recomendó Nade a su madre al ver la cara de Akira.

-"He?... Si, claro..." –dijo como despistada-. "Pero dime, cómo es?" –inquirió.

-"Es... no hay fomra de describirlo, mamá" –y entonces todos vieron en los ojos de Akira ese brillo que le caracterizaba cuando hablaba de algo muy importante para el, algo muy preciado, algo por lo que daría su vida y le ayudaba a seguir adelante en esa guerra en cada momento de su vida-. "Tiene los ojos azules, son preciosos, como un Kinomoto, pero al estilo uropeo, como Sophie... es más delgado que Sakura cuando nació, creo que la enfermera se sorprendió al pesarle..." –dijo con voz soñadora y no estuviese presente-. S"u pelo es negro, brillante, reluciente, y emite raros reflejos rubios cuando la luz se proyecta sobre ellos. Se llama Matt, Sophie lo dijo, Matthew Akira Kinomoto Nevou; Matt..."

Y el suspiro de Akira se oyó por todo el pasillo en el que reinaba un silencio sepulcral, al tiempo en el que cada uno de los presentes lo imaginaba. Intentando darle la imagen que Akira sugería con ese brillo característico en sus ojos.

Sin decir nada más, Akira se sentó en una silla y con una sonrisa boba miró a la pared intentando retener ese momento el resto de su vida.

Los demás le siguieron mirándolo con felicidad sincera, pues sabían que su vida no había sido fácil: en absoluto.

Media hora más tarde, al ver que ninguna enfermera o ningún médico salía para hablar con ellos, intentaron convencer a Akira de retirarse a descansar, ya que ese día había sido muy cansado. Y lo único que recibieron de el, había sido una mirada incrédula seguida de la misma rutina anterior.

Suspirando, se habían vuelto a sentar en espera de nuevas noticias. Otra media hora después salió la enfermera que había mandado a Akira salir de la habitación. Akira se puso de pie de un golpe y ella, con una sonrisa le indicó a todos que pasaran. Sin esperar más indicaciones Akira se había lanzado hacia la puerta y la había pasado antes de lo que se dice 'nada'.

Cuando Akira entró vio a una Sophie despierta con los ojos cerrados con un bulto de mantas azules en brazos. Reteniendo esa imagen en su cabeza, no perdió más tiempo y se acercó a su hijo y a Sophie.

-"Sophie..." –susurró en voz baja a pesar de que ella le oyó perfectamente. Abrió los ojos al oírle entrar y trató de incorporarse sin éxito-. "Para... te vas a hacer daño."

Ella, de mala gana le hizo caso y le miró a los ojos. Acto seguido le pasó el nño a su padre. El lo cogió y se percató de que estaba dormido. Sonrió.

En eso entraron los demás. Albus, al parecer había optado por quedarse fuera, esos asuntos de familia no le atañían tanto; al igual que Nade. Por lo visto Sophie se dio cuenta y preguntó por ella.

-"Y Nade?" –preguntó aunque ya creia saber la respuesta; que supo con una sola mirada de los demás. Entonces tomó una decisión-. Decidle que pase, por favor.

Y fue Nathan, que estaba más cerca de la puerta el que se encargó de asentir con la cabeza y sacarla por la puerta. Habló unas palabras en japones con Nadeshiko y esta, con la cabeza gacha y la cara cubierta por sus largos cabellos negro se adentró en la habitación hasta quedar muy cerca de la puerta. Con un gesto, sin duda arrepentido, Sophie le dijo silenciosamente que se acercara. Todavía nadie podía ver su cara y la verdad, no muchos deseaban verla.

Cuando se hubo acercado lo suficiente, Sophie la abrazó con todas sus fuerzas, dejando a Nadeshiko muy sorprendida. Y antes de que nadie pudiera reaccionar, Nade ya le estaba correspondiendo al abrazo. Entonces Sophie habló, y aunque lo hizo en susurros, todos oyeron la conversación.

-"Sophie, yo..." –empezó a disculparse Nade.

-"Nada de 'Sophie yo', Nadeshiko Kinomoto" –la interrumpió Sophie-. S"oy yo la que se debe disculpar por todo lo que hice, fui yo la culpable, Nade, tu no tienes la culpa de nada..."

-"¡SI, SI QUE LA TENGO!" –interrumpió gritando Nadeshiko-."Fui yo quien te presionó, fui yo quien te encaró, fui yo quien escribio la puta carta a Akira, fui yo... No te das cuenta, Sophie? FUI YO!"

-"NO, NADESHIKO KINOMOTO! NO FUISTE TU! Fui yo quien se enojó por nada, fui yo la que no te hice caso no a ti ni a nadie, fui yo quien me escondí y no hice caso de nada ni nadie, fui yo quien se encerró en si misma, fui yo quien no aceptó consejos, fui yo quien te gritó cosaas que no pensaba, también fui yo quien te volvió a gritar cosas aun peores más tarde a sabiendas de que te dolerían... y no te olvides, Nadeshiko, que fui yo quien dio esa bofetada, fue mi culpa que llegáramos a las manos, fue culpa de mi tozudez... Así que no me vengas diciendo que fue tu culpa por que no la fue."

-"No lo entiendes, verdad? Fue mi culpa... no debí de haber actuado así, tu estabas embarazada y sabíamos que esto podía pasar... pero yo no debí de hacer lo que hice..." -Sophie, más terca que nadie, la iba a rebatir en medio del silencio sepulcral. Pero resultó que cuando fue a abrir la boca, otro la interrumpió...

Bua! Bua! Bua! Buaaaa!

El bebé comenzó a llorar por los gritos de las dos mujeres dejando a todos perplejos, daba la impresión de que Matthew Kinomoto no quería que se pelearan delante de el.

Akira, que le llevaba en brazos sonrió y le meció para que se calmara. El niño, parando de llorar, se rió un poquito y miró a su alrededor curiosamente.

-"Es muy mono, verdad? "–susurró audiblemente Cassy mirando al bebé con una sonrisa.

-"Es precioso... me dejas a mi nieto, Akira?" –preguntó suavemente su madre.

-"Claro" –dijo el, pasándole a Matt con cuidado.

-"Es... no se le puede describir..." –dijo Naruko maravillada con su nieto-. "Tiene el pelo, la complexión y los ojos de su padre, pero tiene los reflejos del pelo rubios de su madre y seguramente, tendrá el mismo carácter que ella" –dijo con cariño.

-"Oh, no! Otro con el carácter de Sohpie! Que alguien nos salve!" –dijo Will de coña, haciendo reir a los demás.

-"Ya quiero ver yo a un mini-Will correteando por ahí con el carácter de su padre enfadado" –dijo Sophie enfadada de broma.

-"Qué!... Yo no... Aun es...! Si, eso, pronto! Yo... Ella... Nosotros...!" –balbuceó Will al escucharla, se había puesto rojo y muy nervioso.

-"Deja de balbucear, Will, aun teneis mucho tiempo... "–rio Nathan.

-"Qué...? Pero tu... No, no lo sabes... lo que dices! Estás loco... yo no...! Maldición!" –maldijo Will haciendo reir a todos-. "Y tu no te rías... para cuando va mini-Nathan?" –preguntó con ánimos de fastidiar Will.

-"Cómo...? Mini-Nathan...? No, yo no... De donde scas eso...? Tu estás... Muy, muy tarde... Loco, completamente loco...!" –ahora era Nathan el nervioso, causando grandes carcajadas a todo el mundo-. "Oíd, no os riais!"

-"Jaja... es que Nathan, reconoce que es muy... jajaja... gracioso!" –dijo Akira entre risas.

-"No, no es nada graciosos" –dijo Nathan mosqueado de broma-. "Y yo espero ver a un mini-Akira..." –entonces se dio cuenta de que ese argumento no funcionaba-. "Mierda!"

Y todos se rieron aun más fuerte al ver su equivocación. Hasta el pequeño Matt se rió, llamando la atención de todos.

-"Me dejas a mi nieto?" –le dijo Takeshi a Naruko con dulzura y los ojos brillantes, como Akira cuando algo le apasiona. Naruko asintió y con mucho cuidado le pasó al pequeño Kinomoto.

Jajaja...! El pequeño no paraba de reirse vete a saber tu por qué, fascinando a todos con su melodiosa risa.

-"Sophie... sabes algo de los orígenes de tu familia, de tus ascendientes?" –preguntó curioso Akira mirando fijamente a su hijo.

-"Mmm... no Akira. Mi familia no fue tan importante como la tuya y no conservamos ningún dato, a pesar de ser sangre limpia. Por qué lo preguntas?" -Preguntó Sohpie con mucha curiosidad.

-"No estoy seguro y tengo que consultar a un viejo amigo, pero creo que tienes ascendentes elfos" –dijo pensativo sorprendiendo extraordinariamentea todos.

-"Ascendentes elfos? Si los tengo, por qué se manifestaron en Matt y no en otros miembros de mi familia? Y por qué han permanecido ocultos durante tanto tiempo? Conoces a un elfo? Como lo has sabido? Tiene sus poderes? ..." –cuestionó rapida y nerviosamente Sophie.

-"Ya te dije que no estoy seguro, tengo que consultar a un amigo...que por lo que se, no, mi conocido no es un elfo" –dijo Akira pensativo.

Un elfo... hace milenios que no se ve un elfo... pensaban todos muertos de asombro sin apartar la mirada de Matt. La sala estaba en un silencio sepulcral.

-"Perdonen, pero tienen que ir saliendo" –dijo una enfermera que no sabían ni cuando había entrado, todos estaban metidos en sus pensamientos.

Ellos asintieron y fueron saliendo despidiéndose de Sophie. La despedida de ella con Nade fue un poco tensa, pero no tanto como cuando esta había entrado. Akira se despidió de Sophie con un largo beso y salió hechándole una última mirada y un beso a su hijo.

Al salir de la haitación, se encontró con Albus Dumbledore hablando tranquilamente con una enfermera. Se despidió de todos diciendo que tenía algo importante que hacer y estos, extrañados, le dijeron hasta mañana, pues habían quedado a eso de las cuatro de la tarde del día siguiente en el hospital para visitar a Sophie pues a esa hora se abría el horario de visitas.

Se acercó a Albus y este, al verle, se despidió de la mujer y se dirigió hacia Akira.

-"Qué tal el niño?" –preguntó amablemente y con una sonrisa.

-"Muy bien, gracias por preguntar, Albus. Pero quería decirte una cosa" –le comunicó Akira seriamente.

-"Por qué no nos sentamos en ese banco de ahí y me cuentas lo que sea?" –dijo Albus con un atisbo de preocupación.

Akira miró al banco y asintió. Albus le siguió y se sentó a escucharle.

-"No puedo volver a Hogwarts en, por lo menos, un mes. Eso como mínimo, Albus" –dijo con seriedad.

-"Por el pequeño Matthew, no Akira?" –dijo algo aliviado por que fuera eso, aunque sabía que había más razones de las que nunca se enteraría.

-"Si, Albus, entre otras cosas" –respondió aliviado por que no le preguntara más-. "Pero debes de hacerme unos pequeños favores en Inglaterra."

-"Claro, Akira, dime lo que sea" –afirmó Albus.

-P"rimero que nada, hay una chica en séptimo que se llama Krista Shaw, no sé en que casa está pero necesito que le digas que volveré y que hablaré con ella. Ron, Hermione, Sirius y Remus pueden saberlo todo, cuéntaselo si te lo piden..." –dijo Akira enumerando las cosas que le tenía que pedir respecto a Inglaterra.

-"Y qué más, Akira?" –preguntó a sabiendas de que había otra cosa más. Akira suspiró y le miró más seriamente aun antes de dcirle lo que tenía que decirle.

-"Es sobre el mortífago francés con el que hablé, Richard Voilett, recuerdas? Necesito que por nada del mundo lo transfiráis de prisión, que se quede en Hogwarts todo el tiempo y que le pongáis poderosas barreras alrededor de su habitáculo. Es un hombre muy importante, Albus, sabe mucho y nos puede ser de utilidad. De hecho, cuando vuelva a Inglaterra lo primero que haré será hablar con el. Ese hombre no debe de salir de Hogwarts, Albus, es muy importante. Es parte, como le oiste a Severus, del círculo interno de Voldemort aunque no te hayas dado cuenta, él ha averiguado demasiadas cosas que no se deben de saber" –dijo Akira en voz baja.

-"Y respecto a tus clases?"

-"No se cancelarán por nada del mundo. Es una asignatura demasiado importante, sobre todo en esta etapa que los sextos y séptimos están aprendiendo el manejo de las armas mágicas. Mis padres volverán y se encargarán de esa asignatura mientras yo permanezca aquí. Ellos me suplantarán en los ataques, pues no voy a poder acudir" –informó Akira.

-"Ellos aceptaron?"

-"Lo harán" –afirmó el-."Saben tan bien como yo la importancia de esa asignatura, además de que juntos la conocen mejor que yo. Respecto a la celda de Richard Voilett, mis padres conocen hechizos desconocidos para todos ustedes que podrán ayudar. Les escribiré una carta y en unos días estarán de vuelta a Inglaterra. Dentro de un mes os enviaré una carta por medio de Atenayse" –avisó Akira-. "No trates de ponerte en contacto conmigo, sería peligroso para mi. Si no te llega ninguna carta ni información pasado ese tiempo no te preocupes, estaré bien pero me será dificil enviar ninguna carta."

-"De acuerdo, Akira, confiamos en ti" –dijo Albus con media sonrisa.

Akira sonrió medianamente y tras despedirse de Albus, desapareció del hospital.

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Lo primero que hizo, fue aparecerse en una gran plaza abarrotada de gente. Con dificultad, fue moviéndose entre la gente que le llevaba a sitios que desconocía, y que prefería no conocer. Esa plaza era conocida en el mundo mágico por ser la "sede" del mercado negro mágico. Cada salida, cada callejón, cada esquino escondía secretos tan oscuros que preferías no conocerlos. Pero aunque ese fuera un mercado mágico negro, no por eso teían que ser ortífagos. Simplemente se sentían cómodos con la utilización de la magia negra, y Akira no se lo reprochaba, pues el también había tenido su época negra.

Si, Akira Kinomoto, antes conocido como Harry Potter había utilizado en el pasado magia negra hasta llegar al punto de conocer a muchos de los comerciantes. Ese era uno de los secretos mejor guardados, que nadie y absolutamente nadie había descubierto. Por eso mismo, para proteger su identidad llevaba puesta una túnica azul marino que le cubría la cara. Los comerciantes que se hacían pasar por muggles allí le saludaban al pasar, pues se conocían de tiempo.

Intentando llegar a su destino, Akira empezó a empujar a la gente pues no tenía todo el tiempo del mundo. Se acercó a una tienducha de antigüedades donde un señor anciano con una larga barbas y lleno de arrugas le intentaba vender a una insegura adolescente un collar de oro que en realidad era una baratija. Al verle llegar, el hombre, un poco hostil le dijo a la muchacha que se decidiera y ella, cabreada se fue por donde había venido dirigiendo miradas asesinas al pobre anciano. Aunque de pobre no tenía nada.

Haciéndose hueco entre la multitud que estaba al frente de la tienda, el anciano le dio paso hasta la parte de atrás del puesto mientras que la ayudante del hombre atendía a los clientes. Una vez asegurados por hechizos silenciadores, ambos hombres se miraron seriamente.

-"Necesito contactar con Ares" –dijo simple y friamente el encapuchado.

-"Por más que seas de nuestra confianza no te puedo decir donde se ubica, son reglas expresas" –dijo cortantemente.

-"Sabes, Roger? No es mi política usar la legeremancia en la gente, pero si las cirscunstancias lo ameritan..." –dejó caer Akira amenazadoramente.

-"No te lo pienso decir, chico. Tengo buenas barreras y un buen maestro" –encaró el tal Roger.

-"Me subestimas, Roger. Ahora dime como lo puedo contactar" –exigió peligrosamente.

-"No te lo diré, no, un juramente es lo que es" –dijo sin perder la compostura, aunque se divisara un brillo de miedo en sus ojos.

-"Mi paciencia no es ilimitada, Roger, te aviso. Ahora," -amenazó cogiéndole por las solapas de la túnica-, "dime como contactar a Ares."

-"No... no te... lo diré..." –dijo sin poder practicamente respirar.

-"Te avisé" –dijo rapidamente antes de que el hombre destrozara sus barreras rapidamente.

Y el nombrado Roger no pudo más que intentar mantenerlas y levantarlas. Y eso es lo que hizo, lo intentó, claramentente sin éxito. Y el hombre, no habiendo querido averiguarlo así se metió en su mente hasta que encontró el recuerdo que buscaba. Una vez memorizada la dirección salió de su mente, y dejó al hombre desmayado. A punto de desaparecerse, murmuró un par de hechizos...

-"Finite incantatem!" –y dirigiéndose al hombre tendido en el suelo...-, "obliviate!"

Y ¡pim! Ya no había nadie más que el hombre en el suelo sin conociemiento.

Se apareció en un callejón oscuro y sin salida... aparentemente. Recordando añorantemente el muro de King Cross se dirigió a una de las paredes y tocando suavemente la pared comprobó que no se había equivocado. Al tocarla, sintió una especie de gelatina entre sus dedos, una masa unifome, como si adoptara una forma cada vez. Sonriendo para si, se adelantó hacie ella y la traspasó sin que nada sucediera. Pronto se encontró con un largo pasillo de piedra, con alfombras de terciopelo rojo en el suelo y pequeños candelabros en las paredes que alumbraban el pasillo cada metro y medio. Dejando asi, a la vista, repugnantes telas de arañas con sus respectivos artrópodos. De vez en cuando se divisaban pequeños escorpiones y en una ocasión vio un gusano por allí en medio.

Cuando se quiso dar cuenta, habían pasdo diez minutos y se encontraba postrado ante una puerta antigua, de bisagras oxidadas y madera carcomida. Casi con asco la abrió dando paso a una gan sala, magestuosa, con dos chimeneas encendidas y adornos elegantes por todas partes.

El crepitar de las llamas y la acogedora impresión que ocasionaba el ugar, le aseguró a Akira que no se equivocó de lugar. Dando unos pasos seguros de si mismos recorrió la instancia en busca de su ocupante. Vio en las librerías libros desconocidos, y hasta algún libro tan antiguo que debería de estar podrido a pesar de conservarlo mágicamente. Era... un lugar impresionante. Te daba la impresión de ser frío, oscuro... pero a la vez parecía lleno de vida, que recuerda miles de vidas, habitable y acogedor...

De repente, una mano se posó en su hombro asustándolo grandemente. Pero eso no se expresaba en sus faciones. Lentamente se dio la vuelta y se vio cara a cara con el hombre al que estaba buscando.

-"Quien eres y qué buscas aquí" –demandó el hombre encapuchado que portaba una túnica negra.

-"Busco a Ares" –dijo Akira sin emoción alguna.

-"Quien eres y para qué le buscas" –repitió apretando el hombro de Akira más fuertemente.

-"Quien soy no tiene importancia, al igual que quien eres tu en realidad. No vengo en busca de tu resguardada identidad. Lo busco pues necesito información" –dijo Akira del mismo modo.

El hombre le soltó y se dio la vuelta dirigiéndose a una mesa donde guardaba bebidas. Sacó dos vasos y sirvió un poco de vino en cada uno. Le ofreció a Akira uno de los vasos. Y tras la máscara Akira puso cara de incredulidad... no era tan idiota como para tomar algo de un desconocido que bien podía ser su enemigo. O mortífago, que es lo mismo. La gente que se maneja en las artes oscuras y en el mercado negro es peligrosa.

El alzó una ceja, divertido y dejando una copa encima de la mesa y bebiendo una copa del sullo. Se sentó en uno de los sillones y le invió a Akira a hacer lo mismo.

-"Cómo me has encontrado" –dijo el nombrado Ares.

-"Eso, me lo guardo para mi" –declaró Akira con una ligera sonrisa.

-"Buenas barreras de oclumancia, quién te enseño?" –preguntó interesado sin apartar su mirada

-"Alguien" –dijo misteriosamente.

-"Mmmm... un trago?" –preguntó desinteresadamente pasándole un vaso.

-"No he venido hasta aquí para beber" –recordó.

-"Si... si, tienes razón" –dijo dejando los vasos a un lado y endureciendo la mirada-. "Veamos, qué es lo que quieres saber?"

Fin Capítulo siete


Reviews:

Seika: sí tienes razón. Rick es para Akira como un hermano. Estaba más unido a él que a los demás, y se ve que Harry/Akira, en su ida, nunca a perdido la esperanza. Incluso cuando estaba en Hogwarts y Lily y James estaban muertos siguió deseando una familia. Akira no se va a rendir facilmente, te lo aseguro. Pero otra cosa es si su esperanza está infundada o no. No diré mucho más sobre eso; ya se verá a lo largo de la historia. Bueno, muchas gracias por tu rr. Bss!

Sanarita31: Hola! Me a gustado que te guste la explicacción de los báculos. Lo de seguir pronto... a ver. Ya se verá. Muchas gracias por tu rr y espero ver otro rr en el próximo cap. Besos!

Belen: Ola! Siento haberte/os hecho esperar. Solo espero que el cap valga la pena, por que más de tres semanas sin subir nada... Lo de el hijo de Akira ya sale en este capítulo, a lo verás. Como te dije, no me enrrolé mucho con lo del nombre. Además, Sophie es europea y le puse un nombre de la "zona". Mis vacaciones estuvieron mb, gracias, me lo pase muy bien. Espero que tu las pases divertidas, de verdad. Espero que este capítulo te guste tanto como los demás. Bueno; besos wapa!

SusiBlackPotter: Muchas gracias por dejar un review. Espero ver otro en el siguiente capítulo; no me importa si solo dices "está muy bien" o cosas así, pero no pares de dejarlos; sí, pliss? Eso, gracias y bss!

Me despido lamentando la reciente tardanza:

Orhen Shiy