MI VIDA CONMIGO
Capítulo nueve:
Discusiones al otro lado del mundo
-De verdad, Akira?
-Oh, sí, Alex. No he dormido muy bien, sabes? Y tengo que hacer algunas cosas –explicó Akira.
-Sí, sí... se nota que no estás muy bien.
-Sé lo que me vas a decir, Alex, y no te voy a hacer caso –negó Akira con la cabeza.
-Oh, vamos! –interrumpió otra voz, esta vez femenina-. Estás totalmente pálido, más delgado que antes y con una sonrisa un tanto extraña. Y nos quieres hacer creer que es porque no has dormido bien? Bah! No Akira, no cuela. Muy bien que sea algo familiar o que no nos puedas contar, pero no intentes que creamos eso. Y, por cierto, deberías hacer caso a mi hermano –alegó ella.
-Hideko... –comenzó el.
-Oh, no le hagas caso. Y qué fue lo que no te dejó dormir? –preguntó astutamente Alex con una pequeña sonrisa.
Akira no contestó, pero Alex tampoco necesitaba que Akira le respondiera para saber lo qué pasó. Supongo que, dormir dos años en la misma habitación, tenía sus ventajas... o desventajas, pensó Akira. Sonrió cansadamente a Alex ignorando una interrogativa mirada de Hideko.
-Estoy bien –sonrió levemente. Alex suspiró. Negó con la cabeza y le miró seriamente.
-Tu sabrás lo que haces, Akira, ya eres mayorcito –le contestó Alex.
-Y ahora haces de hermanito mayor, Alex? –Akira levantó una ceja algo divertido-. Te recuerdo que aquí es Hideko la mayor.
-Vale, vale –levantó inocentemente las manos-. Pero tu sabrás lo que haces.
-Lo sé, Alexander, lo sé –suspiró Akira.
Un silencio les bañó a todos. Luego Akira recuperó su media sonrisa y se dirigió a Hideko, que les miraba con una mirada indescifrable. En una neg como ella, era difícil saber qué era lo que pensaba, sabía o no.
-Me tengo que ir, muchachos –anunció Akira-. Hideko, cualquier cosa, ya sabes. Estoy ahí. Sabes cómo contactar, verdad? –recibió un asentimiento de ella. Se giró hacia Alex-. Bien. Bueno, Alex, ya sabes que el mes que viene vuelvo a Inglaterra, no?
Alex le miró extrañado. Al parecer no, no lo sabía.
-No, no me había enterado –dijo cuestionándolo con la mirada.
-Bueno, estoy trabajando en el Colegio de Hogwarts de Magia y Hechicería como profesor de Artes Mágicas –explicó brevemente-. A lo que antes iba; voy a pasar unas semanas aquí en Japón. Mi padre volverá en unos días y mi madre se quedará una semana más. Luego Sophie y Matt se quedarán con Nade.
Hizo una pequeña pausa y continuó.
-Igualmente no me busquéis en este tiempo. Estaré moviéndome todo el tiempo. Pasaré tiempo en mi casa, sí, pero será a intervalos. Supongo que la cena se tendrá que aplazar para dentro de... bueno, Alex, cuando estea allá te llamaré, vale? Te vienes por Hogwarts o ya veremos...
-Sí, claro Akira.
Segundos después murmuraba una despedida antes de desaparecerse. Ambos hermanos Kado se dirigieron a comer tras una unas pequeñas palabras. Una vez sentados, Hideko miró el asiento vacío pensativa.
-A veces... –susurró ella mirando fijamente el asiento-... a veces pienso qué... –Alex la miró interrogante-. Quiero decir, Akira es demasiado transparente para los que le conocen, no crees?
Alex comprendió inmediatamente lo que su hermana quería decir. Él mismo se había dado cuenta de ese hecho. Asintió quedamente y algo preocupado, antes de hablar, también en un casi indefinible susurro:
-Sí... él no lo sabe, pero... le conocemos perfectamente... –no logró acabar la frase. Quizá no tenía palabras. O realmente no quería solidificar sus ideas en forma de palabras. Pero Hideko le tomó la palabra;
-...cómo para saber que lo está pasando mal y que lo oculta perfectamente. Algo ha pasado esta noche lo suficientemente malo como para que arruine su alegre y espontáneo sentimiento de paternidad. No que diga que no sea feliz de ser padre –se apresuró a corregir tras la mirada de Alex-, oh no, Kiara me libre! Solo que... tú me entiendes –añadió bruscamente cambiando de tema.
Alex suspiró pensando en su amigo y compañero de piso de dos años, y decidió que no estaba en una posición pacífica actual. De hecho, ningún Kinomoto lo estaría solo por llevar el apellido.
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-Qué haces aquí tan pronto, Akira? –se oyó una femenina voz sorprendida.
-Oh, bueno, decidí no comer con Alex y Hideko –respondió con una ligera sonrisa forzada. Y a pesar de que Sophie se dio cuenta, no mencionó nada. Y Akira le agradecía por ello.
-Vaya! Que bueno que te vayas a quedar aquí, amor –dijo ella sonriéndole.
-Si –asintió el. La miró largamente, como si quisiera encontrar algo en ella que no hubiera sabido anteriormente, según pensó Sophie.
-Akira... –comenzó Sophie con una repentina voz preocupada-... qué te ocurre?
Akira negó con la cabeza y restauró su extraña sonrisa. Un claro gesto de "nada, no hace falta que te preocupes, Sophie. Ya lo sufriré yo solito" según el parecer de ella. Gesto que, por cierto, odiaba por completo y no solía tolerar. Pero algo le decía que esta vez sería diferente y que más valía no preguntar.
-Y dime... –comentó Akira cambiando radicalmente de tema-, los muchachos están por aquí?
-Oh, no –exclamó ella-. Por la noche se quedó Nade conmigo; luego por la mañana vinieron todos. Hace cosa de una hora o dos, tu madre los largó a todos y se quedaron únicamente Takeshi y mi madre. Ahora mismo están en la cafetería tomando algo; se querían quedar pero les mandé que fueran a tomar algo y veinte minutos después llegaste tú, Akira.
-Me alegro de estar aquí, cariño –expresó él-. Cuéntame, cómo está mi pequeño Matty –preguntó divertidamente. Sophie le miró sorprendida de repente y le sonrió mientras observaba al pequeño que dormía en la cuna.
-Oh, será mejor que no te oiga decirle así, Akira –le recomendó ella-. No le gusta en absoluto.
-Y cómo sabes que no le gusta?
-Pues por que teniéndole en brazos, tu querida y adorada hermana le llamó exactamente igual que tú y hasta después de quince minutos no paró de llorar –explicó.
-Oh, vaya! –se decepcionó el-. Bueno, siempre podremos encontrar un diminutivo al diminutivo original que le guste, no crees?
-Quizá, pero intenta pensarlo bien antes de probar; no es agradable cuando un bebé se pone a llorar como si le fuera la vida en ello –sonrió.
-Seguro que conmigo no llora en absoluto –bromeó con una bien fingida arrogancia.
Sophie se echó a reír abiertamente. Ya había descubierto que a Matt no le despierta ni un zoológico entero pasando por su habitación mientras duren sus horas de sueño. De repente la puerta se abrió, dejando paso a las dos personas que deberían haber estado en la estancia, pero que en su lugar, decidieron tomar algo en la cafetería a instancias de la nueva madre.
-Akira! –exclamó Micky desde la puerta al verlo dentro-. No te esperábamos hasta las siete de la tarde, cómo es que llegaste aquí antes?
-Micky, papá –saludó Akira con una ligera sonrisa forzada, como cuando saludó a Sophie-. Al final decidí que no comería con los chicos; total, cené ayer con Hideko y podré comer con Alex cuando regrese a Inglaterra...
-Podrías dejar ese tema, Akira? –interrumpió Sophie. Akira solo le sonrió.
-A que no sabéis quién le escribió a tu madre, Akira? –dijo Takeshi.
-Mmm?
-Pues Marizza.
-Y qué quería Marizza que sea tan importante? –indagó Akira.
-Ya encontró a alguien que ocupara el puesto de tu madre en la Universidad; y a que no adivinas quién va a ser?
-Oh, sí papá. Ya lo se, Hideko y yo hablamos de eso ayer –dijo con una sonrisa. Su padre le miró fijamente.
-Y también hablasteis de su trabajo antes de meterse a profesora? –preguntó.
-Sí, papá, hablamos de ello. Me dijo que trabaja en los SSJ, porqué?
-Marizza se enteró, y no me quiso decir de donde, que ella pidió el trabajo en la Universidad por que quería encontrarte a través del puesto de tu madre –advirtió Takeshi.
-Qué quieres insinuar con eso? –dijo Akira. Takeshi levantó una ceja y Akira esbozó una media sonrisa.
-Me parece que lo sabes perfectamente, hijo –dijo él.
-Sí, lo sé. Me dijo para qué me buscaba y ya arreglamos el problema, papá –dijo Akira.
Takeshi abrió la boca para contestar y Akira, que había quitado su media sonrisa de su rostro y lo había congelado, habló con una voz ligeramente glacial:
-Un Richard Voilett me basta y me sobra, papá; no necesito más –advirtió Akira. La sala quedó en un silencio glacial, como la voz de Akira, que nadie se atrevía a interrumpir.
Silencio que Takeshi se atrevió a romper segundos después.
-Qué ha ocurrido, Akira –dijo, más que preguntó. Akira solo le miró y se volvió a Sophie, Micky y a Matt.
-Tengo que tomar algo en la cafetería, amor, te quedas con Matt? –preguntó recibiendo un asentimiento de Sophie-. Bien, papá, me acompañas? No dormí muy bien esta noche, necesito un café.
-Claro –dijo, aunque sobraban las palabras.
Una vez que salieron, Micky y Sophie se quedaron solas. Su madre sonrió y se sentó al lado de ella, próxima a la cuna de Matt.
-Sophie... –comenzó Micky.
-Mamá, no hace falta que digas lo que piensas decir. Para antes de que ambas nos arrepintamos –advirtió su hija seriamente, Micky se sorprendió.
-Y qué se supone que iba a decir? –inquirió su madre. Sophie suspiró cansada y la miró a los ojos fijamente. Un segundo después Dyana Michelle Nevou apartaba la mirada bruscamente de su hija. Sophie negó lentamente con la cabeza, como si acabara de cometer una gran atrocidad.
-Te dije que no hacía falta que lo dijeras. De hecho –dijo, remarcando lo que iba a decir-, me da igual que seas mi madre, no te consiento que siquiera pienses lo que acabas de pensar. Te quiero mucho y respeto tus opiniones como mi madre, pero no permitiré que siquiera pienses eso de nuevo. Es mi vida y haré lo que quiera con ella, Dyana Michelle –dijo Sophie desafiante.
Y Dyana se sintió mal, como cualquier madre a la que su hijo le dijera tales palabras. Y Sophie lo sabía, pero no iba a permitir que su madre pensara... ¡eso! Dyana la miró dolida, pero no dijo nada en unos tensos segundos. Luego habló:
-Sé que es tu vida, Sophie, y no pienso dirigirla a donde yo quiera, Kiara me libre! –exclamó su madre-. Solo...
-Ni siquiera lo menciones –interrumpió Sophie apasionada-. Es algo demasiado... nó, mamá, nó. Sabes que tienes un sitio en mi corazón, mamá, pero Matt y Akira ocupan la mayor parte. Sí, sé que te duele, pero tienes que comprenderlo, sabes? Piensa, mamá, piensa... si la abuela, tu propia madre, te sugiriera... eso, tú que harías? Dime la verdad, porque es importante, tienes que comprenderme...
-Sí, haría lo mismo que tú –afirmó un poco desubicada, pero sabiendo por donde iban los tiros-. Pero eso no evita que intente...
-No, claro que no –volvió a interrumpir la menor con los ojos brillantes, pero muy lejos de llorar-. Dentro de muchos años, veinte o quizá veinticinco, si la mala suerte nos alcanza, y Matt... Bueno –se interrumpió a si misma, no queriendo mencionar lo que para ella es una atrocidad-, quiero decir que yo le comprendería. Sí, soy su madre, pero ante todo respeto su decisión. Y sabría, si la situación fuera parecida a la actual, que Matthew Akira Kinomoto ya habría contemplado la posibilidad muy dentro de sí, que sabría a lo que se enfrentaba y que había tomado la decisión correcta. Y tu me dirás, cómo sé que esa es la decisión correcta? –preguntó, sin esperar respuesta.
Pero a pesar de no esperar respuesta, paró de hablar un momento, para que su madre pensara. E iba a abrir la boca, pero Sophie no lo permitió:
-Yo te diré cómo sabría si era la decisión correcta o no, Dyana Michelle –dijo apasionadamente desafiante-. Yo quiero a Matt más que a mi vida, nunca he querido a nadie de semejante manera, ni siquiera a Akira, y eso no lo voy a negar por que entonces sería una hipócrita. Llevarle dentro de mi nueve meses, verlo crecer poco a poco, dar sus primeras patadas e incluso nacer, me han servido para conocerle, para saber que, de alguna forma, es parte de mi, que me moriría de pena si le pasara algo. Que le quiero cómo nunca he querido, mamá. También sé que tiene, en el anteriormente hipotético caso, una cabeza bien puesta sobre su cabeza y que sabe tomar sus propias decisiones correctamente. Y te digo, Dyana Michelle Nevou, que sabría que su decisión sería la correcta solamente por que la ha elegido. Por que confía en su criterio y que, pase lo que pase, siempre estaré con el.
-Lo sé, Sophie –dijo Dyana Michelle, "Micky" para los amigos, sacando el genio escondido del que Sophie estaba haciendo gala-. También sé que tu decisión es la correcta. No se si te has olvidado, pero yo he sido madre más tiempo que tu, y sé lo que se siente cuando tu propia hija está arriesgando su propia vida y la de su hijo por un hombre con el que ni siquiera está casada. Y no es que no quiera a Akira, es una persona excepcional y es alguien único y especial. Lo supe desde hace cuatro años, desde la primera vez que le vi. Pero a ti te quiero con toda mi alma, y lo mismo que tu dijiste de Matt, yo lo siento por ti. Eres lo que más he querido siempre... ¡te vi crecer! Y por eso mismo no quiero que te pase nada... que os pase nada –rectificó a tiempo viendo la cara de su hija que estaba ligeramente enfurecida.
Y aunque ambas sabían que ese era el turno de Dyana para hablar y exponer su opinión, esta hizo una pequeñísima pausa para reordenar sus ideas. Sophie solo la miró con la cara impasible, aunque quien la conociera, vería un grandísimo inconformismo en el fondo de sus ojos.
-Sabes qué es lo que más temo de todo esto, Sophie? –no esperó a una respuesta de su hija-. Te lo voy a decir, sí, te lo voy a decir y escúchame bien. Lo que más temo es que el día del cumpleaños número cinco de mi nieto, vaya y te pregunte: "porqué no conocía mi papá?". O que vaya y te pregunte mismamente: "cómo era mi abuela?". Eso es lo que temo, Sophie, temo que cuando comienza a hablar pregunte por sus abuelos, pregunte por mi, por sus tías, por los amigos de sus padres, por los padres de sus compañeros de colegio, por los hermanos mayores de sus amigos... eso es lo que no quiero que suceda, sabes? Y no soportaría, por nada del mundo, que el día de su cumpleaños, oyéramos decir a Matt tras soplar las velas de su tarta de cumpleaños:... "cómo eran mis pad...?
Y entonces sucedió lo inevitable. Lo que Sophie había intentado evitar desde que su madre comenzó la segunda parte de su discurso. Lo que había intentado suprimir, deletear...
¡PLAF!
En la cara de Dyana Michelle no se podía leer mayor sorpresa. Eso... nunca había sucedido. Y entonces ella comprendió... su inconformismo a la decisión de su hija la había llevado demasiado lejos; los suficiente como para que su propia hija... le diera una bofetada.
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-Estás seguro?
-No hay duda papá.
-Pero... cómo bajaste la guardia de ese modo? Qué te hizo para...?
-Papá –llamó su atención-. No es tan grave!
-Akira, ese monstruo está ahí fuera...
-Me parece retórico que tenga que ser yo el que te diga que estamos en el hospital –le interrumpió Akira seriamente-. A pesar de que haya sido yo quien haya comenzado la conversación.
-Lo sé, pero... puede que tu hayas sido su objetivo durante veinte duros y largos años, hijo, pero no viviste en la primera guerra. Voldemort todavía no a dado su gran ataque, se está guardando para el momento adecuado, igual que guarda todas sus armas hasta que les llegue la ocasión –le explicó Takeshi.
-Te olvidas de que yo también formé parte de la primera guerra. De hecho, fui yo quien la finalizó –dijo rudamente.
-Y eso no quiere decir que hayas formado parte de ella, Akira. Estás subestimando a Voldemort, piensas que un suceso como ese no tiene mayor relevancia. Pero si la tiene, por Kiara! –levantó la voz-. Actúas como si solo hubiera que esperar al momento indicado para acabar con el, como si dejaras todo a la suerte y aguardaras la intervención divina! No es tan fácil, Akira Kinomoto! –exclamó fuertemente y levantándose de inmediato, sin darse cuenta de que todos en la cafetería les estaban observando-. Piensas que todo sucederá como aquel Halloween en el que tu madre adoptiva hizo por casualidad lo que tu tienes que hacer ahora por voluntad propia! No puedes esperar a que las cosas sean igua...!
Pero se quedó mudo cuando, por primera vez en su vida, Akira le levantó la voz a su padre. Y entonces, Takeshi se dio cuenta de que los nervios y la impotencia le habían hecho cometer un gran error... mencionar de esa manera a sus padres adoptivos. Que aunque no los conociera bien, dieron sus vidas por el y le quisieron más que a si mismos.
-No te atrevas a hablar así de mi madre! –replicó Akira levantándose fieramente, pues son raras las veces en las que perdía el control. A pesar de los años y su vida en Japón, nunca cesó de llamar a Lily y James Potter como sus padres-. Ella, aunque no consanguínea, dio su vida por mi, me defendió y me proporcionó una vida de la que disfrutar! Me quiso, papá; y no te permitiré que hables así de ella ni de de mi padre! –y aunque lo disimulara, Takeshi sintió una punzada en el pecho que supo disimular demasiado bien-. Y te das cuenta de lo que me estás reprendiendo, he? Te das cuenta? Me estás reprendiendo, culpando quizá, por que en estos momentos no te comprendo como antaño, el no ir junto a Voldemort a plantarle cara! Me estás reprendiendo el no realizar una misión suicida! Por que sabes, ambos sabemos, que no es el momento. Sí, puede que sí estea esperando el momento adecuado como dices tú, y lo hago con la cabeza alta!
Akira paró y Takeshi pensó que había acabado, pero se equivocaba...
-No se si te has dado cuenta, pero este mundo no lo dirigimos nosotros, las personas! Hay factores en las cosas que no las dominamos nosotros! Quieres que te diga algunos ejemplos, papá? –Akira ni siquiera esperó una respuesta y continuó con su monólogo descontrolado-. Te nombraré dos, ambos igual de importantes: la suerte y la magia. La alegoría de los dioses. La suerte a veces esta de mi lado, otras mata a mis seres queridos; la magia es poderosa y uniforme, poseo la suficiente para enfrentar a una gigantesca masa de magia utilizada para fines oscuros? Yo te daré la respuesta: no, no la poseo. Puedo hacerle frente, puedo pelear con ella, pero no ganarla. Puedo ganar tiempo, pero no apresurarlo! –hizo una mínima pausa-. Y claro que sé que no es tan fácil! De verdad crees que yo, de entre todas las personas, le subestimaría? De verdad creía que me conocías mejor, padre! Puede que tu no te hayas dado cuenta... pero no soy tan ingenuo, estúpido y gilipollas como creías...
Y antes de que un atónito Takeshi Kinomoto pudiera decir palabra, Akira había echado a andar fuera de la cafetería de manera extremadamente rápida, pero sin llegar a correr.
Mientras tanto, su padre se había sentado de nuevo, pedido otra cerveza, y recapacitando sobre las palabras de su hijo... de verdad él creía que él le veía de esa forma?
Movió quedamente su cabeza perdido en sus pensamientos...
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Akira caminaba rápidamente en dirección a la habitación de Sophie. Si no se equivocaba, la mala suerte de ese día, con su estraña afinidad, se extendería a todo lo que había a su alrededor. Y cómo único penamiento antes de entrar al pasillo de la habitación de Sophie, rezó para que a ella no le hubiera pasado algo similar.
Pero su súplica se fue al traste cuando vio salir a Micky con la cara meido desecajada y paridad en su propia mente. Cuando llegó hacia ella ya había cerrado la puerta de la habitación de Sophie y una pequeña y solitaria lágrima caía por su rostro. Rapidamente, Akira llegó a su encuentro y Micky subió su cara y le observó tristemente.
-Qué ha sucedido, Micky? –cuestionó con preocupación mirándola a los ojos, cosa que ella rehuía.
-Akira... eres alguien demasiado bueno, lo sabías? –se quitó ella misma la lágrima que caía por su rostro, a pesar de que sus ojos brillaban. Y antes de que Akira le dijera nada, ella nagó con la cabeza-. Mi hija te dirá... Solo... solo quiero pedirte algo...
Akira, levemente desconcertado, la miró como diciéndole... "Pide lo que quieras..."
-Cuida a mi hija, me harías el favor? Y no permitas que el pequeño se vea involucrado en la lucha... sé que no soy quien para pedirte esto, pero...les protegerás con tu vida? Ella... yo te quiero, Akira, y eres una de las mejors personas que he conocido... sin embargo, ella... dios mío. Yo... ella no sabe bien lo que está ocurriendo, y puede suceder cualquier cosa... están en riesgo ambos y...
Y Akira comprendió lo que le quería decir, así como levemente dedujo el motivo de la discursión. Aún así, sabiéndolo, no la pudo reprochar nada y la sonrió levemente, pero a la vez de una forma sincera y verdadera.
-Yo, Akira Alan Kinomoto, te prometo a ti, Dyana Michelle Nevou, que defenderé con mi propia vida a tu hija, Sophie Amelie Nevou, y a tu nieto, hijo de la anterirmente nombrada e hijo del prometedor aquí nombrado, Matthew Akira Kinomoto –prometió Akira. La boca de Dyana no podía estar más abierta y sus ojos más abiertos...
Y de repente, una pequeña luz blanca inundó las manos de Akira, que desde su primera palabra, había cogido las de la mujer delante de el. Un segundo después, si que nadie se hubiera percatado, desapareció sin más, dejando impregnada una promesa en el destino, una promesa de la que se dice Royal. Una promesa... del corazón. Un corazón que obligó al cuerpo en que habitaba a sonreis de una forma extraña y cómplice... a modo de despedida.
-Akira, qué...? –preguntó, pero el nombrado ya no estaba allí y de repente Micky se encontró de vuelta a la realidad.
Como si de, por extraño o trillado que parezca, magia se tratase, volvió a lo que se llama mundo real. Volvió a oír el durante unos segundos inexistete ajetreo del hospital, las voces imperiosas de las enfermeras, los visitantes de buena fé y... la vida que había que disfrutar para ser feliz...
...y entonces lo supo...
Fin Capítulo Nueve
Olisssss! Sirve de algo disculparse por la tardanza? Pufff... de verdad que lo siento, pero hubo unos mínimos percances que no me permitieron escribir mucho y eso se ve reflejado en el tiempo de subida, no? Pero en serio qe no pude acerlo antes. Intetaré la próxima vez subirlo antes, de verdad que lo intentaré, y sobre todo hacerlo más largo. Os disteis cuenta de que es el capy más corto que he subido en la historia del fic? Y además no contiene nada demasiado relevante...
Aunque han sucedido en el cap algunas cosillas que se mencian sin decirlas... se me entiende? Si las cogísteis, me alegro XD. Sin embargo, en el futuro (espero que no muy lejano) meteré a la historia por esos trazos. Diré que serán importantes para la trama del fic, gente!
Y, hummm... os voy a decir una de las razones por las que tardé tanto. Estoy escribiendo otra historia, que no va muy adelantada, y como me está gustando bastante invierto especial tiempo en ella. Y por si fuera poco, me han recortado el tiempo en el ordenador y eso se ve repercutido...
Otra de las razones por las que tardé tanto, es que mi ordenador está en proceso de formateo y estamos gusrdando todas las cosas y no puedo escribir mucho en este ordenador. Este capítulo en su ñayoría no lo he escrito en mi casa, por lo que tardé tanto en subirlo. Así que os digo que no esperéis muy pronto el siguiente capy, por que de aquí a que mi odernador sea el de antes... bueno, tardaremos batante.
Bueno, espero que os guste el capy, que me dejéis cientos de rr (los que todavía no lo han hecho) XD (...ilusa... D jejeje!) . Bueno, ahora los reviews tan bonitos y preciosos que me dejásteis! (...aduladora... ejem, ejem!)
Muchísimos besos a todos!
Reviews:
Sanarita31: Ola de nuevooo! Cuanto tiempo, he? Bueno, como no tengo mucho tiempo y estoy ahora escribiendo a prisa, te diré que muchas gracias por el review. Me encanta que te haya gustado lo de las cartas (y yo que pensé que sería un rollazo...). No, no tuvieron una especial suerte, todo hay que decirlo, pero entre la parte de que sí tuvieron suerte la tuvieron bastante (se me entiende? Espero... XD) Bueno, me despido, un besazo!
Elementh Reload: Olissss! A mi también me gustó el nombre del hijo de Akira (yo se lo puse XD), y es que siempre que tiene un hijo (no Akira, sino el personaje que representa.. léase Harry Potter; aunque en esta historia no sean las mismas personas) es una niña. Y pensé que cambiarlo no hacía nada malo, además de que no iba a ponerle un nombre extrabagante, como hacen algunos; está más que claro que Akira no es de los que les gusta llamar la atención y puse un nombre europeo y fue listo, jeje! Bueno, no tengo mucho tiempo, aunque me estoy extendiendo, así que voy a lo importante: muchas grax x el rr, y... no importa lo largo de los rr, que cuanto más largo mejor para mi (jejeje!). Chau!
Susiblackpotter: Ola! Bueno, como no tengo mucho que decirte, esta contestación será bastante corta... Grax x el review! Bueno, un besazo.
Seika: Olaaa! Mexicana, he? Yo soy del otro lado del océano, de España XD. Sip, tu primer ahijado... tenemos que hablar haber cuando te cuadra y le enviamos de vacaciones para allá, he? Que se muere por ver a su madrina... Ahora mismo está a mi lado preguntándome si parar: "Cuando voy a ver a tia Seika? Cuando voy a ver a tia Seika? Cuando voy a ver a tia Seika?" Ya sabes, al estilo Bart y Lisa Simpson, jejejeje! Bueno referente al capi, si, me salió un poco largo, pero si no ponía las carta se me quedaban en siete paginas de word y era demasiado corto, además de que creía que debía poner unas explicaciones. De hecho, a mi me da la impresión de que estoy apurando el final ligeramente, creo que la historia tendrá un doble de capítulos más o menos antes de acabarla. Y lo de las traiciones... yo no estoy fijada con ellas! (Ely se queja como una niña pequeña) Ya me lo han dicho sabes? Y solo van dos en nueve capítulos! No creo que sean tantas (Ely mira hacia otro lado, como si la cosa no fuera con ella). Bueno, algún día saldrás de México y ese día tus amigos te envidiarán ;). Bueno un enorme besazo, grax por el rr y espero verte próximamente, ya sabes, para calculas las fechas de la visita del pequeño Matt con su madrina! Chao!
Belen: Olaaaa! Cómo pasa el tiempo, no? Bueno, en este capítulo me reservé las opiniones de Akira y lo escribí un poco más en el plano omnipresente, no quería decir mucho... La madre de Isabella? Puff, no la conoces tu bien; esa sí que dará guerra, pero más al futuro (espero que no muy lejano!) D Respecto a Matt, creo que lo intentará bastante, lo que te debes preguntar es si lo conseguirá... XD, "El secreto está en la masa! (me parezco al anuncio de telepiza, jaja!) Oh, disfruté muchísimo el viaje, gracias, es la mejor ciudad que he visto en mi vida D Muchas grax, he? Y miles de besazos, wapa; Chao!
Hata el próximo (o no tan próximo) capi:
Orhen Shiy
