MI VIDA CONMIGO
Capítulo once:
Pasados confundidos
Y Sophie no pudo esta más sorprendida cuando escuchó a Akira gritar...
-¡SOPHIE, CORRE Y APARÉCETE EN CASA!
-Qué...?
-Sophie! –Akira se dio la vuelta y agarrándola por los hombros le dijo seria y rápidamente-. Coge a Matt y aparécete!
Ella, todavía asustada y sin saber muy bien lo que hacer, se desapareció hasta su casa con Matt en brazos. Akira viendo que ya no estaba, se dio la vuelta y vio a un grupo de magos que le rodeaban. Pero no eran mortífagos... eran personas que aun encapuchadas, llevaban los colores plateado y gris. Sabía que las túnicas bicolor eran de las familias más antiguas y con títulos nobiliarios, y empezaba a imaginar qué querían.
-Ríndete y no te haremos nada –oye una voz fría. Akira levanta las cejas y oculta su nerviosismo.
-Quienes sois –dijo Akira mirándoles detenidamente.
-No te importa, Kinomoto. Entrega tus poderes y tus conocimientos y saldrás ileso –dice irritado.
-Me parece que me comparáis con uno de esos sangre limpia mediocres que al verse descubiertos entregan todo lo que tienen –dice con burla.
-Tú eres un sangre limpia mediocre! –grita un hombre con furia detrás del portavoz.
-Reynolds! –le llama la atención-. Aquí soy yo quien habla.
-Sí, señor –die entre dientes. El primero deja de mirarle y metiendo una mano en la chaqueta, le tira un objeto alargado que dista mucho de las varitas.
-Sabes como funciona, Kinomoto –le dice el hombre-. Haz lo que pedimos y ni la sangre sucia de tu mujer ni el bastardo de tu hijo serán denunciados ante el Dark Lord.
-Atrévete a decirlo de nuevo, Farethy! –gruñe Akira perdiendo la paciencia.
-Yo no soy un Farethy, Kinomto. Por qué lo piensas? –dice tranquilamente. Un buen mago... pensó Akira.
-Tus colores y los de los demás os delatan... A quién más que mortífagos declarados se les ocurriría poner los colores de su familia en sus túnicas durante un ataque? –dice irónico, agarrando fuertemente la varita. Los comentarios de Sophie y Matt le habían dolido. Ahora ya nada les pararía de decir nada a Voldemort...
El hombre abrió la boca para hablar, pero una voz femenina pero fría y despiadada le atajó.
-Podemos permitirlo... –susurró ella. Más delgada y más hermosa de lo que muchos desearían, pero Akira no era esos muchos. Hablaba con conocimiento y con odio, sabía que que el conocía su identidad-. Y tú lo sabes, Kinomoto. No nos hagas perder el tiempo, de acuerdo? Hay cosas más importantes que hacer...
-Sada, Sada, Sada... Qué es lo que quieres? –inquirió Akira levantando una ceja.
-Quiero venganza –gruñó ella ferozmente-. Nada de lo que intentes darnos a los Farethy curará todo lo que nos has hecho. Tu aventura con mi hija fue un error y estoy segura de que lo sabes, Kinomoto. Supongo que esa zorra francesa se quedó contigo unicamente por pena... –dijo con desprecio. Akira no hizo caso del insulto a Sophie, y se dirigió a ella enfadado.
-Isabella hizo lo que creyó conveniente. Puedes creerte orgullosa de tu sangre y tus títulos nobiliarios, Sada, pero de nada más. No me extraña que todas las familias sangre puras que se enorgullecen de ello hayan caído tan bajo como para no poder enorgullecerse de nada más –se burló el ante la rabia de la madre de Isabella.
Akira sabía que estaba perdiendo un tiempo precioso, que tenía muchas cosas que hacer en poco tiempo, pero Sada no se lo estaba poniendo nada facil. Sabía que hablar por hablar para entretenerla como muchos aurores abrian sugerido, no serviría de nada ante una mujer como ella. Eso solo serviría para burlarse de el todavía más... No. Lo que Akira buscaba de ella era otra cosa, nada que ver con un tiempo que ambos sabían que no poseía...
-Tenemos muchas cosas para enorgullecernos, cosas que tú no tienes, Kinomoto. Pero sabes qué? No voy a entrar en tu juego. No eres tu quien acabará con el legado de nuestra familia –dijo haciendo un además hacia atrás señalando a los otros encapuchados-. No puedes hacer nada por, para o en contra de nosotros... estamos mucho más allá de tus límites, Akira.
-No... –dijo Akira moviéndose hacia un lado, como si paseara. Pero Sada lo tomó por otra cosa y ella caminó en el sentido contrarios. Sabía que ella esperaba un duelo, pero no se lo daría... No, no se lo daría por ahora, pero el futuro era muy largo...-. Puede que no acabe con el... "legado"... de vuestra familia, pero ambos sabemos que el legado y la descendencia, al igual que el título, no son algo comparable con el... honor. O la apariencia social, como queráis llamarlo...
-No puedes amenazarme, mocoso –interrumpió Sada siseante-. No posees nada que pueda degradarnos! No sirve de nada que...
-Ahí es donde te equivocas, querida Sada Farethy –señaló Akira mirándola con el ceño fruncido-. Poseo el testimonio escrito de Isabella Farethy, tu difunta hija, en el que habla no solo de si misma, sino también de la sutuación familiar a la que se vió expuesta –indicó Akira-. También es cierto que habla sobre ti, sobre tus intenciones y cuidados hacia ella y... bueno. También habla sobre tus... lealtades, aunque no sea la palabra señalar el vínculo que tienes tú y tu familia con un conocido mago oscuro inglés. No creas que me controlas, Sada, por que no es así. Tampoco sueñes que es mentira y que Isabella hablaba bien de ti a pesar de mis palabras, por que ambos sabemos que tampoco es así.
El silencio se hizo en la desierta calle. Akira había dado en el clavo justo, aunque no lo supiera todavía. Contra todo pronostico de Akira, la mujer siguió en calma. Esperó su reacción. Y mirando de reojo a los hombre y mujeres tras ellos, pudo ver que estaban nerviosos. Todavía Akira con el objeto en la mano, siguió dando vueltas y esperando las palabras de Sada.
-Eres un capullo –escupió Sada en sus pies, sin apartar su mirada de el-. No posees la nobleza ni la inteligencia legendaria de los Magenta, muchacho. Todo lo que dices solo sirve para que caves tu propia tumba. No saldrás de aquí, no lo permitiré...
Hizo una pausa y Akira supo que todavía no había terminado. Cuanto más hablara sobre si misma o sobre los Farethy, las cosas se volvía mejores. Akira estaba ansioso, pero bien que lo ocultaba ante los italianos.
-...Akira. Eres un gran traidor a la sangre, el mayor de los que jamás he visto, y eso que he visto muchos... Isabella cometió un gran error al enamorarse de alguien que solo la buscaba par liberar... "presiones". Sin duda su honor se ha mancillado con sus acciones y su alma estará bajo tierra durante miles de siglos. Sus pecados han sido enormes... Incluso en los Farthy ha habido grandes traidores, Akira, no lo dudes. Mi sobrino siempre estuvo muy unido a Isabella, hay que reconocerlo, y nunca pensó en las consecuencias. Si alguna vez lo veo debo de felicitarle por su inteligencia, sería un digno Farthy o mortífago si quisiera, pero Carlo pensaba otras cosas... sin duda, el sabe mucho sobre ocultación, y no dudo de que lo conoces de la Universidad o lo conociste con posterioridad...
Sin duda a Sada le resultaba información no relevante y por eso la estaba soltando. Claramente Akira consideraba esto como una perdida de tiempo, pero se mantuvo callado todo el tiempo. La parte que le interesaba estaba a punto de salir a flote y bien le valdría perder unos minutos para conseguir la información. Se mantuvo en silencio y espero con las barreras bien altas, con la varita preparada y esperando una emboscada pronto.
-Es posible, Sada... –dijo lentamente Akira instándola a continuar. Viendo esto como una oportunidad de subirse a si misma a un escalón más alto, continuó sin apartar la vista del no tan joven Kinomoto.
-Sí, es posible, Carlo se metía en problemas legales cada dos por tres. Estoy segura de que sois grandes amigos... grandes traidores –escupió con odio, siguiendo dando vueltas en círculo-. Oh! Y otro gran traidor, cómo pude olvidarlo? Mira que dejarlo para el final... –dijo con ironía sonreindo sabiendo lo que le ocasionaba a Akira la mención de ese "traidor"-. Aunque realmente, pensandolo bien, no fue un traidor a toda regla, por a quien traicionó fue a ti –dijo en alto, friamente y deseando mucho dolor con sus palabras.
Akira odiaba a esa mujer cada vez más, cada segundo que pasaba conocía más sobre ella y no era agradable saber que gente como ella se creían controladores de la sociedad.
-Quieres saber por qué nosotros y el Lord lo consideramos también un traidor a nuestro bando, Akira? –dijo despiadada Sada-. Escondió información, no sobre ti, como podrás llegar a soñar por las noches en tu saco de dormir, traidor, sino sobre cosas que atañían al futuro- dijo haciendo un ademán de poca importancia-. Ese muchacho tiene un gran poder premonitorio, Akira, y estoy segura de que no lo sabías –sonrió crelmente-. Predijo muchas cosas, predijo un futuro, predijo un nuevo Kinomoto... pero todos sabíamos, sobre todo el Lord, que eso no daría más que problemas. Además Voilett ocultaba cada vez más información sobre sus premoniciones... Supongo que deseaba una muerte lenta y dolorosa –dijo ella sonriente.
Se acercó a Akira y le miró a los ojos. Sus ojos, aunque sin emociones, brillaban indómitos ante la penetrante mirada de Sada.
-Pero su definitiva traición no llegó hasta que predijo la muerte del padre de una de sus antiguas amigas. No sé por qué razón y tampoco me interesa, pero os odiaba a vosotros con todo su corazón... Sí, y dudo que haya cambiado ese sentimientos. Se lo comunicó a Isabella, y ella intentó detenerle. Solo y sin informar al Lord, partió hacia donde el practiamente anciano estaría en el momento de su muerte. Isabella se apresuró a informar al Lord de su escapada, pues no deseaba la muerte del padre de una también examiga suya. Fueron enviados varios mortífagos al lugar, pero Voilett ya había acabado con el. Llegaron los aurores japoneses y ese fue parte de su fin en muchos sentidos –suspiró Sada.
Akira, que ya sabía qué era lo que buscaba, la miró e intentó desaparecerse. Como esperaba, los seguidores de Sada Farethy habáin colocado barreras de magia antigua, y el solo conocía un modo de eliminarlas: destruyendo el foco de su poder.
Viendo que Sada le miraba, soltó una risita de burla y dijo ante la sorpresa de alguno delos seguidores Farethy:
-Sabes qué? Eres poderosa, pero notanto como creía –dijo sonriendo. Sada no esperó un segundo y se tomó la revencha que llevaba anños esperando.
-Crucio! –gritó de repente. Sin embargo, Akira la pudo esquivar con facilidad-. Imperius!
-Burbugeos protegus! –gritó Akira parando la maldición imperdonable protegiendose en una súbita burbuja. Dio un saltto hacia un lado, esquivando el nuevo "Crucio" de Sada y gritó-: Flamarae!
-Aquarae! –dijo deteniendo el ataque elemental de Akira. Ambos se anularon mutuamente ante la sorpresa de Akira. Sada, aprovechando la sorpresa, gritó-: Lacres Mortim!
Akira la esquivó y demorándose un poco, dio pié a Sada para lanzar otra maldicíón: "Avada Kedavra".
-No me digas que ese es tu verdadesro nivel? –se burló Akira sin hacer nada más que esquivar la imperdonable.
-No soy una vulgar mortífaga inglesa como para caer en tus juegos, Akira –dijo ella sin hacerle efecto sus palabras. A continuación, gritó-: Ventarae!
-Flamarae! No puedes vencerme con hechizos elementales, Sada –dijo el con tono devertido-. La fama Farethy con esos hechizos no llega a mi nivel personal.
-No te creas, Akira... Geos Areaccio! –gritó la mujer.
A continuación, la tierra comenzó a temblar ligeramente y se abrió un "oyo" en la tierra, que poco a poco fue "tragando" la tierra de su alrededor, como un agujero que va subcionando materia para subsistir, haciéndose más y más grande a cada segundo. Akira miró el hechizo lentamente, y de repente, aunque no tomándolo por sorpresa, centernares de piedras recubiertas de fuego de unos 5 cm de diámetro salieron como bólidos del interior.
Como acción subsconsciente, Akira convocó el "Burbugeos Protegus" al tiempo que se apartaba de un salto.
-Mierda! –soltó Akira cuando a pesar de no estar en el objetivo del hechizo, algunas de las piedras le golpearon el brazó derecho, haciéndole sangrar abundantemente.
-Desmaius! –gritó Sada sin perder tiempo. Akira, tomado por sorpresa, apenas pudo evitar el hechizo.
-Stupfey! –contraatacó miserablemente Akira a los ojos de Sada.
-Es ese tu verdadero nivel...? –se burló Sada, repitiendo sus mismas palabras. Pero se cayó repentinemente cuando vio que Akira, con cansancio aunque con constancia, repetía en susurros frases que ella no pudo identificar moviendo la varita de forma tan complicada y compleja que supo que había subestimado al joven. Sin embargo, todavía podía herirlo más...-: Desmaius! Stupfey! Flamarae! Viettner! Liersen Aquares! Liven Aramieus! Aracten Atakken! Avada Kedavra! Geos Areaccio!...
Akira, con un escudo más grande de lo que Sada había imaginado, absorvió todos los hechizos salvo el Kedavra, con el que dio un salto para esquivarlo y siguió recitando el hechizo de magia antigua, como Sada sospechaba desde un principio.
Pero en cuanto Sada pronunció el "Geos Areaccio", notó que se quedaba subitamiente sin fuerzas ni energía vital. Fue un dolor punzante y agónico, tan grande que el Crucio era un simple juego de niños. Quiso gritar, gritar y decirle al mundo que alquien la la ayudara, que estaba sufriendo y si no se equivocaba, muriendo.
Pero no pudo. Algo la impedía abrir la boca y chillar, gritar y maldecir al hijo de puta que arruinó su vida y que además, estaba a punto de quitársela. Quiso decirle todo lo que pensaba, quiso gritar todo lo que sentía y todas las desgracias de su vida a ese niñato insolente. Quiso decir miles de cosas a ese niñato insolente, a ese niño que se creía que acabaría con sus ideales y con los de muchos otros... quiso hacer muchas cosas y no pudo... No pudo, fundamentalmente, por que el dolor se lo impidió.
Cayó al suelo en agonía, con los músculos y los órganos amenazando con estallar, con las venas advirtiendo su poco aguante. Miró al causante de sus desgracias, al hombre que tanto le estaba quitando, y lo que vio fue a un muchacho de veinte años que la miraba triste mientras caminaba hacia atrás lentamente sin perderla de vista. Pasó por encima de un montón de color plateado y gris y...
"Espera un momento: un montón de plateado y gris?..." fue lo último que pensó Sada Farethy en su lucidez y consciencia, para sumergirse en el oscuro mundo de la locura e inconsciencia.
Akira la miró caer y cerrar los ojos. Su rostro era triste. Lo que acababa de hacer iba en contra de su moral, pero era necesario...
-Akira!
Levantó la cabeza y miró a Nade, que se acercaba a el atravesando la puerta. Le miraba preocupada y casi corriendo se acercó a el. Akira estaba tumbado boca arriba en el sofá de su casa en silencio, recapacitando y pensando, tal y como había llegado. Seguramente Nade se dirigía al exterior de la casa, a la piscina, donde Akira había podido adivinar a sus amigos y a Matt por las voces, y había pasado por allí por casualidad.
Se acercó a prisa y dejó lo que llevaba en la mano caer de cualquier manera al suelo. Al acercarse, vio las heridas de Akira.
-Por Kiara, Akira, qué ha sucedido? –dijo ella nerviosa haciendo aparecer unas vendas, un poco de "Betadine" mágico, gasas y un poco de algodón.
Akira no dijo nada mientras Nade estaba ocupada en curarle las heridas del brazo derecho. Nadeshiko siguió hablando:
-Cuando llegó Sophie con Matt en brazos totalmente exaltada, no era capaz de decirme nada. Cassy, Will y Matt habían salido a comprar y tus padres estaban en la casa de Tokio con Sakura. Poco después llegaron los tres y Sophie comenzó a contar lo que había pasado por fin. Nos preocupamos, pero confiábamos con que podrías escapar de esos mortífagos rápido y estarías pronto aquí –dijo ella preocupada, haciendo soltar un gemido a Akira al apretarle las vendas en el brazo bien fuerte-. Perdona.
-No eran mortífagos... –dijo Akira en un susurro, mientras su mente trabajaba rápido perdida en sus pensamientos.
-No? –Preguntó Nade entre precupada y sorprendida.
-Eran gente del clan Farethy... –susurró Akira, pensando con rapidez.
-Gente del clan...? Por Kiara –exclamó preocupada, también pensando con rapidez-. Qué vas a hacer?
-Tengo que ir a Hogwarts, tengo una conversación pendiente con Richard Voilett –dijo Akira decidido levantándose. Nade lo hizo a su vez y le retuvo unos segundo mientras le colocaba las vendas definitivamente para que no se cayeran.
-Akira, ten cuidado... –dijo Nade mirándole a los ojos-. Te quiero, vale? Estamos contigo... Yo le diré a Sophie y a los demás... llamaré a papá y a mamá... Yo me ocupo –dijo con decisión a su hermano gemelo-. Ve con cuidado, Akira... Sé lo que esperas de Voilett y creo que deberías ir con ciudado, puede que no encuentres lo que buscas...
-Yo también te quiero, Nadeshiko Kinomoto –dijo Akira omitiendo el último comentario de su hermana-. Volveré en cuanto pueda, cariño de hermana...
-Adios –dijo unicamente tras abrazarle fuertemente y viendo su esaparición, no solo de la casa, sino también de la zona y del país.
Se quedó unos minutos mirando el lugar donde había desaparecido su hermano. Unas lágrimas lucharon por salir, pero las dominó y se dio la vuelta para ir a la piscina, llevando de paso las vendas y el algodón para guardarlo. Se dio la vuelta y vio a una mujer que con el rostro lleno de confusión y curiosidad, la miraba parada.
-Con quién hablaste hace unos minutos? –le preguntó Sophie a Nade. Esta la miró durante unos segundos y le dijo seriamente.
-Sophie, llama a los demás, tenemos que hablar –dijo simplemente Nadeshiko.
Se encontraba en la oscuridad, sabía a donde había llegado, pero no donde se encendía la luz...
-No te esperaba aquí hasta dentro de un mes, Akira –se oyó una voz poderosa pero anciana, que al tiempo, hizo que la iluminación llenara el lugar.
-Albus –saludó Akira inclinando ligeramente la cabeza-. No pretendía despertarte.
-No lo has hecho, mi muchacho –negó el anciano tomando asiento e invitándole ahace r lo mismo-. Un caramelo de limón? –le preguntó, al tiempo que se tomaba uno el mismo.
-No, pero gracias –rechazó cortesmente Akira, mirando le despacho. Observó curiosamente que Fawkes no estaba en su percha.
-Las guerras te hacen pasar más de una noche en vela –comentó Albus mientras observaba el brazo derecho de Akira-. Qué te ocurrió?
-Que una persona hizo que recapacitara algunas cosas –dijo Akira simplemente.
-Y no te impide manejar la varita con soltura? –dijo el director curioso.
-Se hace lo que se puede –se encongió de hombros-. Albus, tengo que pedirte algo –dijo Akira mirándole seriamente.
-Dime, muchacho –le instó Albus rapidamente al ver su prisa por llegar al asunto.
-He de ver a Richard Voilett y no quiero que nadie se entere de que he pasado esta noche aquí. No quiero que piensen que hay problmeas o algo por el estilo. Ya lo contaré yo más adelante –le dijo muy serio.
-Lo haré –le aseguró Albus y añadió-; sé que no te voy a hacer cambiar de opinión, pero si quieres la mía...
Akira le hizo un gesto con la cabeza para que acabara.
-...creo que te estás equivocando, mi muchacho, los grandes sacrificios se acercan y les necesitarás cerca de todos y a cada uno de tus amigos –le recomendó Albus sin especificar en nada y levantándose de su asiento. Akira frunció el ceño pero no dijo nada. Se levantó tras su antiguo director y salieron del despacho en silencio.
Una vez abajo, el director le guió un par de pisos abajo. Mientras caminaba, se dio cuenta de que los cuadros le miraban con rencor o enfadados. No supo el motivo, pero sin duda había ocurrido algo en el colegio de lo que no se había enterado. Se dirigió al director para preguntarle, pero una sombra se acercó a ellos con rapidez.
-Señor director –identificó la agitada voz con Severus Snape-, ha vuelto a ocurrir. Ahora mismo han cogido al tercer curso de hufflepuff que se dirigía a Astronomía.
-Cómo que han cogido a un tercero? –se metió Akira en la conversación.
-Así es –asintió Albus aparentando tranquilidad-.Los Slytherin de altos cursos más algunos de Ravenclow se quejan de las normas y pretenden solucionarlo así.
Ante la cara de Akira, Snape dice:
-Con la guerra, los alumnos mayores de edad de dichas casas protestan porque quieren dejar el colegio para estar con sus ffamilias, como dicen. Sin duda, la mayoría de estas personas están esperando entrar en el bando del Señor Oscuro. Al principio solo eran manifestaciones y saltarse las clases, pero desde Navidad han comenzado en serio. Ahora cogen a los alumnos de los niveles más bajos durante uno o dos días y luego los sueltan. Ya hemos recibido cartas de los padres de los alumnos más jóvenes quejándose y, alguno que otro, amenazando con sacarlos de la escuela si no acababan las rebeliones –explicó Severus Snape, que exaltado com estaba, no se daba cuenta de a quien le estaba hablando.
Akira suprimió una sonrisa y dijo serio:
-Y no arregláis nada con castigos, detenciones y bajadas de puntos? –inquirió.
-Los alumnos rebeldes llevan túnicas de los colores azul y gris para mantener el anonimato. Sabemos sobre algunos alumnos que seguro participan en esto, pero no poseemos pruebas. Los alumnos de los niveles inferiores no han podido decirnos nada sobre ellos. Hemos decidido adelantar los EXTASIS unicamente para después de Semana Santa, lo anunciaremos el lunes que viene. Esperamos que por lo menos salgan con un título –suspiró Albus.
Akira asintió y le dirigió una mirada apremiante a Albus. Éste lo entendió y se despidió de Severus diciéndole que en cuanto pudiera le buscaría, pero que intentara solucionarlo el.
Cinco minutos después, Akira y Albusse encontraban delante de aquella puerta que Akira había traspasado una sola vez. Se quedó unos momento mirandola en silencio y después se volvió a Albus. Este le dijo:
-En cuanto salgas, ve recto hasta el final d este pasillo y saldrás al tercer piso, Akira. Pasa por mi despacho antes de irte, por favor, tengo algunas cosas que decirte –le pidió Albus.
Se despidieron y Akira abrió la puerta que había traspasado antes con su padre. Vio la pequeña "salita", el gran cristal y la puerta de seguridad que daba a la habitación en la que Richard Voilett le contemplaba en silencio, como si ya se esperara que fuera a verlo. Recordando las palabras que Sada Farethy le había dicho, entró a la sala interior mientras no perdía de vista a Richard.
Estaba sentado con las piernas en cruz y mirándole fijamente. Ningún cambio desde la última vez que le había visto, desgraciadamente. Le miraba con odio, intentando acultarlo. Le miraba fijamente intentando fulminarlo e incinerarlo. Akira ignoró su mirada y se plantó delante de el. Hizo aparecer una silla, y en silencio, se sentó delante de el. Le miró como meido minuto hasta que Richard le dijo agriamente:
-Has venido para mirarme, Kinomoto? –dijo con ironía y sorna.
-Por qué lo hiciste, Rick? –le dijo Akira en un bajo susurro, sin apartar su mirada. Richard alzó las cejas y dijo:
-Si me uní al otro bando, no creo que sea de tu inter...
-No me refiero a eso –le interrumpió con voz despasionada. Le miró fijamente y le dijo:- Por qué mataste al padre de Sophie?
Rixck solo le miró sin emoción, aunque estuviera sorprendido por dentro. Y eso Akira lo sabía. No contestó ni dijo nada. Akira suspiró profundamente y se acercó más a el, que no hizo nada por separarse.
-Qué te hizo querer matarle, Rick? Qué supiste sobre el para querer convertirte en su asesino? Qué información necesitabas de el? Qué te hizo convertirte en un traidor a ambos lados si podías quedarte con los mortífagos? Por qué coño no le hiciste caso a Isabella? –casi gritó Akira. Estaba perdiendo la paciencia y no sabía por qué. Sentía un algo en el estómago que hacía que cada minuto que pasara estuviera más nervioso y no podía hacer nada por solucionarlo.
-No me vengas con esas, Kinomoto. Se puede saber como sabes todo eso? –le interrogó Rick agriamente.
-Y qué coño importa cómo lo haya sabido? –dijo Akira frunciendo el ceño-. Dimelo, Rick, dímelo y no te pediré nada más –le pidió Akira.
-Vaya... un Kinomoto suplicando –dijo medio divertido alzando una ceja-. Deberías hacerlo más a menudo.
-Rick... por lo que más quieras... por lo que en el pasado fue una amistad...Rick...-le dijo Akira acercándose más a el.
-Mira, Akira, a mi tus lloriqueos no me interesan... –comenzó Voilett.
-Por Kiara, Rick! Estoy hablando en serio! Mi familia está en peligro y sé que tú eres el único que me puede dar las respuestas que necesito! No sé que te pasó con nosotros y sé que nunca lo voy a saber, pero por lo menos intenta colaborar en algo que aunque sabes, no te incumbe en absoluto! –dijo de carrerila Akira.
Richard Voilett no dijo nada en unos minutos, quedándosele mirando fijamete pensativo. No dijo nada y Akira esperó con una paciencia que no poseía a que dijera algo. Le miró urgiendo una respuesta, pues el tiempo no era algo que en esos momentos pudiera derrochar.
-Mira Akira Alan Kinomoto... –le dijo Richard al final- pasaron muchas cosas, algunas con las que te enterarás con el tiempo, algunas que te diré ahora, y algunas que nunca sabrás. Ahí hay de todo y lo sabes. Tú eres un cabrón y un hijo de puta, muchos lo piensan y yo los secundo. La razón no la sabe nadie más, pero o te enteras tu solito o no lo sabrás nunca; así de sencillo. Yo no te ayudaré en ese asunto. Por otro lado...
-Sé que es por Matt –le dijo seriamente-. Tuviste premoniciones sobre el, sobre mi hijo y sumado a lo que te dijo el padre de Sophie, le odiaste a el y a mi por ser quien soy de el –dijo Akira serio.
-Nunca lo sabrás... –negó Richard con la cabeza-. Yo no te lo diré, ni negaré nada ni lo secundaré. No cuentes con mi ayuda. No te diré absolutamente nada, Kinomoto. Por otro lado, he de decirte algo que mereces saber. Es sobre Isabella Farethy...
-Eso ya lo sé –le interrumpió Akira-. Sé que se unió a Voldemort y siguió a su familia por lo que... sentía por mi. Si vas a decirme eso, no hace falta que lo hagas.
-Nevou lo sabe? –ante el silencio de Akira levanó una ceja-. No debes ocultarlo... puedes perderla a ella o a tus amigos en cualquier momento...
-Ni te atrevas a insunuar lo que estás intentando insnuar –le amenazó siseante Akira bruscamente-. Ellos están protegidos –afirmó totalmente seguro.
-No te creas. Tu idea de no itilizar el fidelio sino uno paralelo puede llevarte por un mal camino... y no solo a ti, Kinomoto.
-Necesito que me digas... –le dijo Akira inpaciente.
-Mira, Kinomoto –dijo bruscamente levantándose y encarándolo, ya que Akira se había levantado segundos antes-. No soy tu criado ni nada que se le parezca, de acuerdo? Puede que antes te siguiera a todas partes y jugáramos a los mejores amiguitos, pero eso fue una mentira y un tiempo pasado. Ahora no somos nada, de acuerdo? Olvída... –dijo Richard perdiendo la paciencia.
-Eso ya lo sé, Richard –dijo Akira muy exaltado-. Ya vine con esa intención. No te voy a preguntar por qué cambiaste de bando ni por qué hiciste muchas cosas de las que hisciste; ahora vine a preguntarte por mi hijo, a preguntarte qué te dijo su abuelo! Quiero que me digas sobre mi familia, sobre los que están a mi lado y confían en mi incondicionalmente!
-Puedes decir que no lo buscas. Pero tu voz sigue sonando a rencor –apuntó Voilett.
-No busco tu amistad, pues ambos sabemos que yo solo no conseguiré nada. Pero no me puedes pedir que te olvide pues eso no se consigue. Aunque haya gente que ya no esté contigo, siempre la recuerdas de una manera u otra. No te perdonaré lo que nos hiciste, ahora lo comprendí, hay cosas que no se pueden borrar! Dime lo que necesito saber y te dejaré en paz! Me iré y no te pediré nada! –dijo Akira al borde de la desesperación.
-No eres quien para pedirme nada, Kinomoto. Puedes si quieres mudarte a mi celda e intentar durante el resto de tu vida intentar saber qué es lo que yo sé y tú no –dijo con ironía.
-No gracias –dijo Akira con el mismo tono.
Y los siguientes segundos pasaron demasiado rápido para Akira, pues muchas cosas se sucedieron a la vez.
Richard Voilett levantó bruscamente la mano izquierda y la puso sobre el pecho de Akira, a quien había tomado por sorpresa. Este no pudo hacer nada más que abrir la boca por la sopresa, pero su gesto se quedó corto cuando sintió que una magia desconocida para el salió de la mano de Richard Voilett que estaba en contacto con su cuerpo. Voilett había cerrado los ojos y murmuraba muy rapidamente unas palabras, y Akira supo que estaba intentando hacer un parecido a la legeremancia pero con una magia distinta. Sin embargo, y sin que Richard se pudiera dar cuenta, el medallón que Akira llevaba desde que había pisado la Universidad Mágica de Kioto brilló con fuerza anteel asombro de su portador. Entonces, sucedió un estallido de luz que ambos notaron y que los sumergió a ambos en la momentánea inconsciencia...
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Recuerdos y recuerdos, de toda una vida, pasaron ante los ojos de ambos. Unos agradables, unos odiados, otros dolorosos.
Akira los había visto muy quieto y en silencio, viendo paralizado las tantas cosas que Richard les había ocultado a lo largo de tantos años. Viajar entre sus memorias sería algo que jamás olvidaría, ni para bien ni para aml. Era algo extremadamente doloroso que apenas hacía que sus ojos brillaran de forma sospechosa. Sin embargo ambos sabían que cuando le pasaba esto estaba mostrando muchos de sus sentimientos, aunque estuviera muy muy lejos de llorar. Akira miraba todo pasmado, sintiendo como a cada recuerdo de su examigo la rabia se le acumulaba más y más. Estaba viendo recuerdos de su niñez de los que él le había contado con anterioridad. ¡Ni siquiera a los que había conocido como suspadres lo eran realmente! Todo era un remolino de pensamientos y sucesos que estaban teniendo un efecto no positivo en el, definitivamente.
Mientras tanto, Richard lo veía todo como reviviendo algo que nunca quiso que sucediera. Comprendió cosas, sí, pero no tanto como Akira, a quien todo era una nueva revelación. Aun así, Richard no se sentía contento ni mucho menos... ¿por qué tenía ese estúpido hijito de papá meterse en lo que no le llamaba¿Qué le importaba su vida? Una vez perdido el control sobre si mismo, comenzó a temblar de una rabia contenida. No sabía qué era lo que había pasado, sin duda el medallón mágico que Akira llevaba a todas partes desde que le había conocido y que les había salvado de muchas cosas en su época en la Universidad tenía algo que ver. No por nada estaba brillando en ese momento...: no le dejaba moverse para nada. Si una memoria giraba hacia un lado, se movían ambos simultáneamente, así que lo único que hacía era mover sus ojos. Ese niñato estípido... en cuanto saliera le iba a romper esa jeta que tenía... ¿Cómo se atreve?
Muchas memorias habían pasado ante ambos, pero sin duda había algunas a las que Akira le habían interesado más...
Vio momentos y conversaciones de Richard con Isabella, en donde ella le confesaba a media voz lo que en resumen le había dicho a Akira por carta. Vio momentos en la Universidad en los que Rick simulaba una sonrisa y diciendo que iba por ejemplo al servicio, se encontraba con alguien encapuchado. Le hubiera gustado saber quien era, pues más de una vez se habían encontrado. Entonces supo que todo lo que había pasado con el aunque sincero por su parte, había sido una mentira por Rick. Que nunca había sentido lo que había pasado...
Pero sin duda había dos memorias que hicieron que a Akira le hirvira la sangre...
Vio como tras la súplicas de Isabella, Richard la dejaba insconsciente y desaparecia de un lúgubre castillo sumergido en oscuridad. Vio como llegaba a una de las calle de una ciudad desconocía, donde un hombre mayor, aunque no anciano, le daba una dura batalla. Vio como Richard le desarmaba y cruelmente le torturaba en busca de una información que el señor se negaba a dar. Vio como de la misma forma que Richard lo había intentado con el, lo lograba con el señor de la imagen. Y entonces supo que ese señor era el padre de Sophie, el marido de Micky, la persona que había poseído el secreto de decenas y cientos de generaciones y que Matt debía poseer ahora, pues una generación se había saltado y Sophie no debía de saber nada.
Vio los recuerdos del hombre a través de la legeremacia de Richard. Al parecer el hombre sabía qué hechizo era, pues había intentado repelerlo con uno que Akira tampoco reconocía. Vio como alguien practicamente moribundo y casi en agonía, que debía de ser su padre, le explicaba que tendría un nieto que heredaría la herencia sanguínea, aunque su hija no la poseyera. Que era la esperanza para una guerra civil entre elfos, pues poseía la sangre "real" desaparecida hacía muchos milenios, escondida en el anonimato. Que los elfos le estarían buscando siempre para o utilizarle a su favor o en su contra, dependiendo qué bando élfico le buscara... Vio como después de obtener toda la información que Richard buscaba y que a Akira le sería util, torturó al pobre hombre hasta la muerte, y después le dejaba tirado com si tal borrando todas sus hellas del lugar...
Miró a Rick y volvió su mirada hacia los recuerdos...
Vio decenas de cosas más, pero ninguna tan reveladora. Sabía lo que había pasado... Ahora lo sabía. Y viendo cada vez más y más recuerdos de la mente de Rick, a Akira le hervía cada vez más la sangre, la ira le llenaba y sentía como si quisiera dejar a Voilett en una jaula llena de nundus. Quería partirle la cara por todo lo que habá sufrido por su culpa, cuando Rick unicamente estaba fingiendo, pasando información. Comprendió lo que significaba aquel brilo en sus ojos, aquel día de verano cuando Rick había hecho pública su decisión: era el ligero lamento de no poder formar parte de aquello que le gustaría y a lo que nunca había pertenecido.
Comprendió a su vez que lo que nunca había existido nunca se podría recuperar y se sintió lleno de rabia cuando supo que había jugado con todos y cada uno de ellos. Supo que lo que le había dicho al principio, eso de que no sabría nunca por qué les había hecho aquello, sería verdad: por que nunca había habido ninguna razón. Sintió como si todo le diera vueltas, al tiempo que no podía dejar de mirar a Richard con un rencor y un resentimiento que le heló la sangre...
Y en el momento en el que dejó de mirar a las imágenes para mirar a Voilett, todo se desvaneció, dejando paso a la celda en la que Richard había estado confinado meses...
dfakljdskljdsfñaflds
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-KINOMOTO!
Akira levantó la semiconmocionada mirada del suelo, donde mareado había caído.
Vio como Voilett se levantaba bruscamente y se dirigía a el enfurecido... ¿Qué más da no tener varita si tienes dos puños? Se levantó rapidamente y poniendo sus pensamientos en orden, se levantó enfadado.
-QUIÉN COÑO TE CREES QUE ERES, KINOMOTO, PARA ENTRAR EN LA MENTE DE LOS DEMÁS? HE? ERES UN ESTÚPIDO GILIPOLLAS QUE VA A MORIR EN SU PROPIO MUNDO DE MISERIA! UN INGLÉS AL QUE LA GENTE SE ACERCA CON PENA...!
Plaff!
Akira le había dado un puñetazo bien dado en la cara y casi hechado al suelo. Voilett le miró con rabia, pero antes de cargar contra el, levantó una ceja como diciendo... ¡Vaya! El niñito de papá saber dar un puñetazo... como es la primera vez que lo hace¡no sabíamos que fuera capaz!
Akira le esquivó y le dio otro puñetazo en la cara. Esta vez Voilett se cayó al suelo, y sin pensar en lo que hacía, Akira le dijo las cosas más hirientes que se le ocurrieron, al tiempo que le daba alguna que otra patada. Pero Richard Voilett tampoco era un santo, consiguió levantarse y ambos se recriminaron miles de cosas mientras peleaban, olvidando la magia, las cadenas o las cámaras de video mágicas que pudieran estar observándoles y guardando cada una de sus palabras y movimientos al futuro.
Así de furiosos estuvieron minutos, sino horas, sin pensar en el tiempo que pasaba tras esas paredes. Ya cansados y buscando ambños un error en los movimientos del otro, la inmovilidad de Richard Voilett durante meses dio sus resultados: un garrafal error que le costó la nariz y parte de la cara. Lleno de moratones y con algún que otro hueso roto, se desplomó inconsciente en el suelo. Sin embargo, Akira no estaba tan bien: varios moratones, cortes en variadas partes del cuerpo y con el hueso del brazo izquierdo roto, se levantó del suelo jadeante. Hechando una fulminante mirada al inconsciente, salió de la habitación cojeando.
Una vez fuera, se dio cuenta de que posiblemente también tendría el tobillo derecho roto. Maldiciendo entre diente, se dirigió a paso furioso hasta la salida.
Allí, al asomarse por la gran puerta que daba al exterior, se apolló en la puerta de roble. Y al hacerlo, se dio cuenta de que algo se le clavaba en el costado. Metió la dolorida mano en el bolsillo y sacó una olvidada carta del interior: la carta que le había dado Estefanía Ríos y de la que se había olvidado completamente...
...Comenzaba con un simple...
A Akira Alan Kinomoto:
...y acababa con un conocido...
..y por favor recuerda mis palabras. De mi solo concerás mi nombre, esperando que no lo relaciones con nada. Me despido: Carlo.
... varios párrafos más abajo.
Leída la carta entera (N/A: no la pongo entera, pero que conste que la carta está ahí; supongo que sabréis de quién será... Ya se explica más adelante, de todos modos, en otro capy) Akira con el rostro magullado y pálido mira a su alrededor.
Nadie cruzaba los pasillos y se respiraba silencio y tranquilidad allí. Una atmósfera que a otro le hubiera tranquilzado, pero que solo sirvió para aumentar los nervios de Akira, que con prisas salió del castillo a paso apresurado.
Concentrándose en su magia de una forma casi dolorosa, Akira desapareció del castillo Hogwarts de Magia y Hechizería de Inglaterra sin dejar rastro de su destino.
Hola!
Sigo viva, aunque no lo creais! Para qué dar excusas sobre el tiempo si siempre son las mismas? Aun así se pide de perdón, de rodillas si hace falta, por tardar tanto ;D. Ya queda poco de fic, AVISO, pero volveré con otro fic en cuanto acabe este... Aun así está permitido llorar!;D! Y luego con otro... Bueno, que no os cansaréis de mi en lo que se refiere a fic's, aunque también está perimitido cansaros de esperar entre capi y capi... XD
Y FELIZ NAVIDAD! Yo aquí muriendome de frío cada vez que salgo a la calle y envidiando cada vez que lo hago a aquellos que disfrutan de la playa, a tantos kilómetros de aquí... Y quién no lo hace? XD Pero aguantando y esperando a que tres amiguitos míos y de muchos otros me traigan lo que quiero... Ah! Me olvidaba! Que os traigan lo que queráis y un año lleno felicidad, aprobados y todo ese royo! ;D!
En cuanto al capi... bueno, solo dos escenas, pero ambas imprescindibles para la historia. No sé que os parecerá lo de Richard y la reacción de Akira, pero espero todo tipo de opiniones P.
Y aunque no tiene nada que ver con el capi o con la historia, quería hacer una preguntita... En un próximo fic, qué preferís? Un poco de UA y una historia "semi normal", dentro de lo que se refiere a mis historias, o una totalmente UA, con otros "lugares" (refiriéndome a otros mundos y eso...), criaturas y ese tipo de cosas? Es que resulta que comenté con algunas personas el futuro fic y luego me quedé pensando... ¿No será un poco soso, demadiado normal y común? No sería mejor darle otro rumbo y eso? Bueno... la pregunta queda expuesta. Solo hay que darle al botoncito de abajo, donde pone GO y escribir lustra opinión... Plisssss! Lo suplico! Quiero continuar escribiendo un poco del otro fic, pero necesito un futuro fijo! –Ely se pone de rodillas, con una carita de perro degollado (sin querer ofender a Padfoot, que conste!) y juntando las manos suplica por una respuestas a todos los que en este momento se están molestando y perdiendo el tiempo en leer esto-. Plissssss!
Bueno, espero las opiniones. Y sin nada más que decir, que pedir reviews de esas personas que leen y no lo hacen, paso a los R&R'S. Pero antes...
¡FELIZ NAVIDAD!
Reviews:
Elemento Reload: La acción ahora vendrá por partes, que ahora ya queda poco para el final ;D. Pero las partes serán largas! Grax el review! Que pases unas buenas y poco frías navidades por allá P. Muchos besos! Chao!
Ly Malfoy: Síp, ya sabía yo que era extraña, pero tiene su encanto ;D. Para escribir historias hay que ser original, aunque sean demasiado fantásticas. Creo que por esos me encanta tanto el UA... ¡Lo imposible al poder! XDXD. Ahora intentaré actualizar más rápido, seguro que no tardaré otros 2 meses en subir. Ya tengo todo el fic hasta el final estructurado perfectamente. Es una pena que lo empieces tan adelante, teniendo en cuenta lo que queda para el final... Aun así te agradezco mucho tu rr! Que pases una buenas y poco heladas navidades!
Kain Radamthys: Buff! Ya intenté negociar con la inspiración pero es que se negaba a venir! Mira si es cabezota... Pero bueno, creoque estamos llegando a un fructífero acuerdo para todos y podré subir los capis con más frecuencia XDXD! Qué tal las navidades por Santiago? Muajajaja –risa malévola-! Mucho frío? –otra risa malévola-! P P! Bue... era broma! No te me vayas a enfadar, vecino, que puedo ir hasta allí si lo haces ;D! Sin embargo, aquí también hace muucchhoo frío... Bueno, muchos bss y menos frío del que pienso que hará ;D! Chao!
Seika: Hola, cuanto tiempo, no? P. El niño igual, como siempre, y te puedo prometer, sino jurar, que salfrá ileso de todo... Aunque no prometo nada de los demás –primero una mirada y luego una risa malévola "muajajaja!"-. Está muuyyy bien cuidado el peque de aquí, tan feliz de su nueva Play Station 2 (que el año pasado no hubo ocasión de regalarla) que hasta se olvida de su tía Ely... Ya hablaré yo con el! Pero aun así agradece mucho a su tía el "regalo secreto" que le mandó y del que no me he podido enterar ;D ;D! Muchísimos saludos de los dos desde aquí! Bss!
Hasta el siguiente capi que promete no tardar otros dos meses!
Besos a mis muy queridos lectores:
Ely (Orhen Shiy)
