Capítulo 6: El ataque de los Ghónadan
(Parte 2)
Mientras, en el despacho de Piper, ésta hablaba con Muriel sobre Harry. La Embrujada no había recibido muy buena impresión del chico, le parecía más uno de los adolescentes chulos que había conocido en la escuela de magia de Gideon y ya se le pasaba por la cabeza convertirle en rana como le pasó la última vez que uno se le puso farruco. (n/a: véase el episodio "La leyenda de Sleepy Halliwell")
- Ese Harry Potter es un peñazo, más vale que le vayamos poniendo las pilas.- decía Piper mientras ordenaba uno pergaminos con deberes que ya había corregido.
- Sí, ya he oído en la sala común tu hazaña contra "El Niño que vivió".- se río Muriel jugando con una bola de fuego.- Es comidilla de buena parte del colegio...¿no crees que te pasaste un poco?
- El que se pasó fue él, se puso mazo de borde...- le imitó haciendo gestos grotescos.- Por mi, tienes permiso para dejarle un par de días en el inframundo para que baje un poco de las nubes.
- Psé...no le vendrían mal...¿de verdad puedo?- preguntó ilusionada.
- Si no fuera porque nos descubriría, sí, te diría que te lo llevaras ahora... y ten cuidado con eso.- señaló la bola de fuego que tenía en la mano.
- Tengo experiencia, Piper.- dijo mientras la apagaba cerrando el puño.- Para ser exactos, más de 350 años...
En ese momento, Wyatt apareció en los brazos de Muriel orbitando y pegando un susto de muerte a Piper, que se quedó con los ojos abiertos como platos y al borde de un ataque.
- Me mata, este niño me mata...- dijo mientras intentaba recuperarse, sentándose en su silla.
- ¿Ha hecho esto más veces?- preguntó Muriel mientras aguantaba unos tirones de pelo de Wyatt, que no paraba de decir "¡Amaíllo!¡Eto e Amaíllo!".
- Sólo hoy he tenido que congelar al tal Filch tantas veces que el tío debe de tener unas diez horas de retraso en su reloj.
- Y luego me adviertes a mí de que sea discreta...- contestó alzando una ceja.
- ¡No tengo culpa de que quiera salir! No puedo tener a encerrado a un crío de cinco años en un sitio nuevo durante tanto tiempo... además, Wyatt es muy curioso.
- Ya, Piper, tienes razón. Wyatt merece estar dando paseos por ahí, pero...
- Sí, sé a lo que te refieres. No quiero ni imaginarme lo que pasaría si se pusiera a jugar con otra varita ni la que liaría si se metiera al aula de pociones...- dio un resoplido.
- ¿Pero no va a quedárselo Leo mientras estés aquí?
- Poder puede pero a mí no me da la gana.- dijo con tono cansado de repetir tanto lo mismo.- No quiero que esté lejos cuando hay un demonio tras él.
- Pues no es por nada, pero ahora mismo, el demonio es él.- dijo señalando a Wyatt con la mirada.
- ¿Y qué sugieres? Se supone que eres su niñera...- Muriel puso cara de indignación.- Me da igual que ahora estés en misión de proteger a ese mago, sigues siendo su niñera, así que ya estás cumpliendo.
A Muriel no le quedó más remedio que hacer un encantamiento bastante potente a la habitación de Piper, creando una más justo al lado para Wyatt por la que sólo se podía acceder desde el dormitorio de la Embrujada, con lo que estaría más seguro. Haciendo uso de sus poderes, convirtió aquella habitación en un espacio lleno de juguetes y lo suficientemente grande como para que Wyatt no se aburriera en un buen tiempo. Además, ideó una forma de que sus continuas orbitaciones no fueran un problema, haciendo que cada vez que el crío lo intentara la habitación cambiara de aspecto así Wyatt creería que estaba en otro sitio.
- Mientras buscamos un sito más seguro, es mejor que se quede aquí.- dijo la rubia al acabar su tarea.
- Muy bien, ¿qué vas a hacer ahora?
- Volveré a la sala común...
- ¿Qué hay de los Ghónadan?
Muriel se quedó parada cerca de la puerta, despidiéndose de Wyatt, en silencio durante un momento. Luego miró a Piper y le dijo:
- Es la calma que precede a la tempestad...estad alerta.
Salió al pasillo en dirección a la torre de Gryffindor, por el camino iba comprobando la "piedra maestra" que tenía para controlar si había Ghónadan cerca y dónde. Si había la piedra se ponía roja y luego la guiaba hasta el lugar...pero nada, ahora estaba blanca.
"Y sin embargo están aquí..." pensó. "¿Pero dónde?"
Siguió andando un rato, a paso lento, y poco antes de llegar a una escalera para bajar hacia la torre, se encontró con Myrtle.
- ¿Alguna novedad?- preguntó Muriel.
La fantasma asintió y seguidamente fueron a un pasillo más solitario para contarle lo que había visto.
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Mientras, en la torre de Gryffindor:
- ¿Club de duelo después de las clases?¡Eso es crueldad a menores!- se quejó Ron.
- Y una clase extra los Sábados, y espérate, porque la clase es de dos horas y alomejor la aumentan...- dijo George.
- Dicen que va a estar Halliwell ayudando a Mattews.- dijo Fred.
- No, por Dios...piedad.- murmuró Harry.
- ¿Qué estáis haciendo aquí?- le preguntó Ron a sus hermanos.
- Nos quedamos...- Fred.
- Sólo un par de meses...- George
- Para preparar los TIMOS...
- Bueno, Fred, en ese caso...
- Estaremos todo el curso.
- Así que...disfrutad de nuestro último año en Hogwarts.
- ¿Que disfrutemos nosotros?
- Claro, de nuestra siempre grata presencia.- dijo George dándose ambos importancia.
Harry mientras estaba buscando unos apuntes, pero no los encontraba por ninguna parte. Levantó todos los apuntes de Hermione, los (escasos) libros de Ron y demás...debajo de la mesa, por la sala común... nada.
- ¿Qué buscas?
- Mis apuntes de Herbología, ¡mierda! Seguro que me lo he dejado en la biblioteca.
- Si quieres te puedo dejar los míos.- se ofreció Hermione, todos se quedaron alucinados.- ¿Qué pasa?
- ¿Le estás ofreciendo COPIAR TUS APUNTES?- preguntó Ron.
- ¡No puede salir ahora! Con esos bichos pululando por ahí...- contestó ella.
- Creo que yo también me he dejado algo de Transformaciones...- dijo el pelirrojo intentando que colara.
- Pues acompaña a Harry, Ron.
Ron resopló y murmuró algo de "qué falta de compañerismo"...Harry se rió por lo bajo y puso los ojos en blanco, luego dijo:
- No hace falta, vendré enseguida.
Salió de la sala común, los pasillos aún tenían algo de luz de los últimos rayos del sol, pero comenzaba a oscurecer...apretó el paso, no quería ni por asomo estar paseando por el castillo de noche, por muchas antorchas que hubiera encendidas.
Llegó rápidamente a la biblioteca, la señora Pince estaba cerrando pero logró convencerla para que le dejara entrar por los pergaminos, que según le indicó la bibliotecaria, estaban en una estantería detrás de su mesa. Los cogió y salió de allí, dio las gracias a Pince y comenzó a andar sin fijarse muy bien en el camino mientras repasaba los apuntes para comprobar que no le faltase nada e irlos metiendo en la mochila.
- De cerdo a mesa...el giro de muñeca...- iba leyendo.-...el conjuro...bien, de momento no falta nada... oh, espera, al siguiente le falta la mitad...¿dónde demonios he apuntado el conjuro?¡Siempre me pierdo en esa clase!
Subió las escaleras por inercia, sin darse cuenta de adónde iba, perdido en sus pensamientos y repasando los pergaminos. Sólo cuando notó que estaba demasiado oscuro, volvió a la realidad y miró a su alrededor.
- ¿Y este pasillo?¿De dónde ha salido?
Era oscuro y húmedo, le dio mala espina nada más intentar mirar hacia el fondo, hacía bastante frío...le recorrió un escalofrío por la espalda y decidió volver por las escaleras. Debió confundirse al subir.
Bajó las que daban al pasillo, también oscuras, estrechas y destartaladas a pesar de estar hechas en piedra. Luego vio las luces de las escaleras móviles y se acercó rápidamente a ellas, tenía la sensación de que alguien le estaba observando desde el principio del pasillo, notaba unos ojos clavados en su espalda y se puso nervioso.
Aceleró el paso, ya estaba casi en las escaleras cuando vio que empezaban a moverse, pero fue inútil que corriera, pues cuando quiso llegar ya las escaleras estaban demasiado lejos.
- ¡Joder!
Se quedó mirando a la otra escalera que en ese momento se movía hacia él, lo que le alivió...hasta que vio que se paraba justo en una entrada que estaba en la otra punta de la pared en la que Harry estaba...se fijó un poco en la entrada, estaba oscura, como la del pasillo que tenía a su espalda.
No le hizo ni pizca de gracia la idea de tener que cruzar el pasillo oscuro, así que esperó un rato a que la otra escalera volviera...
Pasó cuarto de hora, las demás escaleras se movían más o menos cada cinco minutos, pero la de su piso no quería moverse...ninguna de las dos lo hacía...se dio cuenta de que había subido un huevo, debía de estar por lo menos a ocho o nueve pisos...pero, ¿Hogwarts tenía tantos?
Veinte minutos...
Si no se daba prisa, anochecería aún más y sería peor...los demonios que atacaron a Muriel podrían rondar por cualquier parte...
Se dio la vuelta y contempló la oscuridad que reinaba en el pasillo que ahora era su única salida de vuelta a su sala común. De nuevo le recorrió un escalofrío, tragó saliva y se levantó cogiendo su mochila y echándosela al hombro.
- Qué remedio...
Aspiró aire y lo echó con fuerza, subiendo las escaleras de piedra. Sacó su varita para conjurar un Lumos, que no hizo mucho pero al menos podía ver por dónde pisaba. Sin embargo, no sabía qué era peor, si ir con la pequeña luz de su varita o a oscuras, porque le parecía ver sombras por todas partes.
Siguió a paso rápido, ya estaba en el pasillo y decidió que no miraría atrás...a cualquier ruido que oyera, echaría a correr...
Andó durante casi diez minutos, pero el pasillo no podía ser tan largo, la entrada estaba a apenas quince metros y el debía de llevar por lo menos cien...claro, que no pensó en que podría ser uno de esos pasillos imposibles y laberínticos que parece que acaban pronto pero te mueres antes de llegar al final.
Chof, chof, chof....Se quedó quieto de repente, ese ruido no lo había hecho nadie...sino él. Miró a sus pies y se quedó blanco...luego bajó la varita para iluminar bien el suelo del pasillo.
- Oh...mierda...
Todo, absolutamente todo, estaba lleno de agua. La capa no era muy profunda, pero suficiente como para empaparle la suela de los zapatos y un poco más... se dio cuenta de que el agua chorreaba de las paredes y las iluminó, subiendo la varita hasta el techo. El agua estaba saliendo de los lados de éste...
- Tranquilo.- se dijo tragando saliva.- Tranquilo....
Casi le da algo al oír un ruido lejano detrás de él y notar al poco una oleada de algo helado que le llegaba por las espinillas, bajó la varita de nuevo para iluminar el suelo y se dio cuenta de que era agua, y seguía subiendo de nivel.
Siguió andando, casi corriendo, aunque le costaba un poco más por el agua. Pero el pasillo no acababa, seguía recto...
- ¡¡Aaay!!
Algo le había salpicado en la mano, algo que quemaba y dolía como si tuviera quinientas cicatrices...¡era una gota de ácido! Le acababa de caer del techo...
Ni siquiera se molestó en mirar hacia arriba, salió cagando leches de aquel sitio mientras que notaba cómo una cosa verde le pasaba por encima e iba a parar...¡al final de la pared! Vio que el pasillo giraba a la izquierda, corrió aún más mientras que dos bolas de ácido le pasaban muy cerca y volvían a caerle más gotas que le estaban produciendo un dolor insoportable...
Giró a la izquierda sin mirar al suelo, pues se ido la vuelta para ver cuántos bichos de esos le perseguían. Se le vino el mundo encima cuando vio que eran ni más ni menos que tres nadando a toda velocidad por el agua hacia él...de repente se encontró con que no tenía suelo, que se había caído por unas escaleras y ahora al dolor de las quemaduras se le sumó el de la mano...
Estaba empapado, y para colmo de males, su varita comenzó a rodar más escaleras abajo debido a la corriente...dejándole a oscuras.
- ¡Noo!¡Mi varita!
No le quedó más remedio que levantarse y seguir la pequeña luz que despedía, bajó las escaleras a duras penas, resbalando a causa del agua, mientras que la varita se quedó un momento parada en el rellano.
Logró llegar hasta ella y cogerla, se dio la vuelta para iluminar el tramo de escaleras que acababa de bajar cuando uno de los bichos de ácido se le echó encima. Harry consiguió apartarse antes de que le tocara y salió corriendo, al fondo veía un poco de luz que venía bajando unas escaleras que había a mano ó hacia ellas, pero el Ghónadan fue más rápido y le enganchó de una pierna, produciéndole más dolor por ácido...
- ¡¡¡AAAH!!!¡SUÉLTAME MALDITO BICHO!¡SUÉLTAME!
Le apretó la pierna, dejándole feas marcas mientras le iba corroyendo la carne (n/a: más gore pal bote, eh? MUAJAJAJA)...casi inconsciente, se concentró en lo que le había dicho Halliwell: "Tengo que quitármelo de encima, pase lo que pase, tengo que quitármelo de encima"
- ¡¡Celisarmus!!
La onda expansiva lanzó al Ghónadan que le atacaba y a otros dos bichos que venían a atacarle bien lejos de él, pero no podía continuar corriendo, le dolían demasiado las piernas, no podía andar...ni moverse...se quedó tumbado boca arriba con la varita en la mano.
Un cuarto se le puso justo delante, dejando ver su horrible boca llena de dientes amarillos y verdosos....se le acercó a la cara y Harry cerró los ojos, alguien tenía que estar advirtiendo que había bichos de ácido sueltos por el colegio...Ron y Hermione estarían echándole ya en falta.
Notó que el bicho echaba su aliento, y comenzó a oler algo fuerte que le quemaba la nariz y no le dejaba respirar.
- A....a...¡ayuda!- consiguió gritar, pero comenzó a toser compulsivamente, ahora también le quemaban los ojos y los pulmones.- ¡A...ayú...ayúdenme!¡Alguien!
Pero no lo hacía con la voz suficientemente alta, nadie podría oírle en un pasillo tan alejado e intrincado como aquel. Ni se acercarían, si estaba lleno de agua...estaba perdido.
Cuando pensaba que ya no podía más, el bicho se retiró...había algo, o alguien, justo a la espalda de Harry que le estaba haciendo retroceder con cara de espanto. Intentó mantenerse consciente para ver si era Dumbledore, pero no pudo y le invadió la oscuridad.
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El director de Hogwarts prácticamente corría unos diez minutos después de lo ocurrido a la enfermería. McGonagall había ido a buscarle después de que una histérica Madame Pomfrey le indicara a ella que alguien (o algo) había traído a Harry con serias heridas por ataque de Ghónadan.
- ¿Quién le ha traído, Poppy?- le preguntó al entrar.
- No lo sé, Albus, de verdad que no sé qué era...
- ¿Y cómo era?
- Una figura, con la piel negra...tenía el pelo blanco, ¡y alas, Albus! Sus ojos...eran rojos...
- De acuerdo, tranquilízate, ya ha pasado todo.- dijo poniendo una mano en el hombro de la enfermera para reconfortarla.
- Me dijo que le diera esto en las heridas de ácido...- dijo enseñándole un bote vacío que había contenido una especie de pomada azul.
- ¿Se lo pusiste?- preguntó Dumbledore, alarmado.
- ¡Claro que sí! Conozco esta pomada, no sé de dónde la sacó pero...
Ambos profesores se retiraron de cualquier oído y se situaron en medio de la enfermería, mientras el director de Hogwarts miraba a Harry con preocupación.
- ¿Qué está pasando, Albus?- le preguntó McGonagall.
- No tengo ni idea, pero esta vez es peor que la anterior.
- ¿Crees que lo hizo...Él?
- Sin duda, lo que no sé es cómo ha colado a esas criaturas en el castillo, pero pienso averiguarlo.
- ¿Hay alguien vigilando los pasillos?
- Piper, Phoebe y Paige junto con Flitwick, Severus y Hagrid.
- ¿Crees que hayan sido ellas?
- No, de eso sí estoy seguro.- dijo con firmeza, McGonagall le miró escéptica pero se calló.- Poppy, ¿podrás curarle o debemos llevarlo a San Mungo?
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Mientras, Piper, Phoebe y Paige se habían separado de los otros dos profesores y se habían dirigido al despacho de Phoebe, que resultó ser el más seguro, y buscaron en el Libro de las Sombras información sobre los Ghónadan.
- ¡Por fin!- exclamó Paige cuando encontró la página(n/a: valga la redundancia).
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Ghónadan
Criaturas de agua, suelen habitar pantanos o ciénagas. Es un demonio de nivel medio con una peligrosidad alta, pues su arma principal son bolas de ácido que escupe por la boca a gran velocidad aunque no con mucha precisión. Dichas bolas se complementan además con un aliento en forma de vapor venenoso que causa muerte por asfixia si te expones a él demasiado tiempo.
Para eliminarlos se puede utilizar una poción hecha con raíces de mandrágora y...
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- Para, Paige.- dijo Phoebe.- No podemos usar una poción.
- ¿Por qué no?- preguntó Piper.
- ¡Porque son demasiados! Tendríamos que preparar un caldero del tamaño de un estadio.
- ¡Qué exagerada!
- Y no me fío de los resultados, prefiero usar el poder de tres. Es más eficaz y tardaremos menos...
- En eso tiene razón, Piper.- dijo Paige mientras seguía leyendo el texto para sí misma.- La poción tarda un par de días en estar lista... no podemos esperar, hoy casi matan a Potter, ¿y si mañana consiguen cargarse a un par de chicos?
Piper suspiró, no estaba muy convencida por el riesgo de exposición. No es que los limpiadores o los mayores las hubiesen advertido (sólo Leo las había avisado de que no era conveniente que los magos supieran de la existencia de brujos) era sólo que sabía que no les sentaría bien saber que tenían por profesoras a unas brujas capaces de volar la cabeza a demonios que acudían a ellas como moscas...haciendo hincapié en la palabra "demonios".
- Vaaaaaaaaale....vamos a buscar a Muriel para que nos cubra por si acaso, y de paso, para echarle la bronca.- dijo al fin Piper.
- ¿Por qué? Ha salvado al chico.- replicó Paige.
- ¿En serio? Pues espera y verás...
Las tres volvieron a salir al pasillo y de la torre norte pasaron por los diferentes pasillos cruzándose de vez en cuando con Flitwick o Snape que afirmaban no haber visto nada extraño y que los pasillos seguían más secos que un desierto. Luego llegaron a las escaleras móviles, donde los cuadros estaban bastante alterados.
McGonagall estaba hablando con uno de ellos, un caballero vestido con una armadura y una espada que ocupaba más que él colgada de un cinto.
- Sí, sí, le digo que salió de ese pasillo del segundo piso rápido como una flecha.
- ¡Y era un demonio!¡Se lo digo yo! Seguro que ese ser ha atacado al pobre Harry Potter.- dijo el cuadro de una dama que estaba justo encima.
- ¡Sí!¡Subió arriba del todo! Luego lo bajó y se fue por aquel pasillo del primer piso...
Piper echó una mirada a Paige, que entendió a qué se refería su hermana con "echarle la bronca", todos los cuadros de las escaleras comentaban como locos el haber visto a una figura subir volando a toda velocidad hacia arriba y bajar después a Harry.
McGonagall se dio cuenta de la presencia de las Embrujadas e interrumpió su interrogatorio con el cuadro del caballero para acercarse a ellas.
- Todo esto es horrible, todos afirman haber visto una figura negra con alas...¡la enfermera Pomfrey dijo que eso trajo al señor Potter a la enfermería!¿Qué opina usted, Piper?
- Creo a la criatura.- soltó una risa nerviosa y luego comenzó a señalar hacia los pisos superiores.- Vamos a echar un vistazo, puede que siga por ahí arriba.
- ¿Quieren que llame a Severus o a Hagrid para que las acompañe?
- ¡No!- saltó Phoebe enseguida.- No será necesario...gracias.
Dicho esto, comenzaron a subir las escaleras. McGonagall las observó un momento mientras llegaban al cuarto piso, estaban hablando entre ellas murmurando...Piper parecía nerviosa y cabreada, Paige intentaba tranquilizarla y Phoebe se mantenía en un segundo plano mirando a todas partes y entornando los ojos de vez en si quisiera tener una visión o algo así. McGonagall dio un suspiro, para ella la adivinación era un arte completamente inútil y falso, así que siguió con el interrogatorio de los cuadros.
Las tres llegaron al último piso, al pasillo oscuro, con la lengua fuera y se detuvieron en la escalera a descansar. Oyeron de repente un par de ruidos y se asomaron al pasillo despacio mirando con cautela por la esquina...
Dieron un suspiro de alivio al ver que era Muriel destruyendo a uno de los Ghónadan y echándose a un lado cuando éstos explotaban pues expulsaban una buena dosis de ácido y de vapor venenoso...
- ¡Muriel!- la llamó Paige cuando entraron en el pasillo lleno de agua, viendo que ya no había peligro.- ¿Qué pasó?
- Tendieron una trampa a Potter, Myrtle me advirtió de que había un extraño escape de agua en el último piso.- contestó mientras se miraba una herida por los salpicones del Ghónadan muerto.
- ¿Y por eso sospechaste?- le dijo Phoebe.
- No, sospeché porque me dijo que ese piso en teoría no existía, y luego vio entrar a Harry por esas escaleras, que ya habéis visto que tienen de todo menos buena pinta, y corrió a avisarme.
- ¡Pero viniste transformada en Necrus!¡No puedes ir por el castillo con tu forma demoníaca!- exclamó Piper en voz baja.- ¡Todos los cuadros de las escaleras te vieron subir volando!
- ¡Pero tampoco puedo aparecerme ni fluctuar!¡No podía perder el tiempo subiendo escaleras a pie! Un poco más y me encuentro con fiambre de Harry Potter...- suspiró apenada.- ¿Tenéis algún hechizo del Libro?
- Sí.- dijo Phoebe sacando un papel.- En principio había que usar una poción y echarla en el agua, pero dado que esto es casi una plaga, es mejor que usemos el poder de tres.
Muriel asintió y se retiró hacia la entrada a las escaleras con una mano en el brazo.
- ¿Estás bien?- le preguntó Paige.
- Sí, son sólo un par de salpicaduras, me pondré la pomada y unas vendas.
- Y Leo...
- Olvidas que soy un demonio, Phoebe, es peligroso que intente curarme.
Se dio la vuelta y se fue bajando las escaleras. Al llegar a las móviles se hizo invisible, pues no podía andar por los pasillos ni de Necrus ni de Muriel, o sospecharían, así que llegó a la sala común sin ser vista por nadie.
- ¡Venga, Phoebe! Acabemos con esto.- le dijo Piper.
- Aún no lo supera...- dijo en voz baja.
- ¿El qué?
- Lo de ser un demonio.
- Pero tiene razón, Phoebe.- le dijo Paige acercándose a ella.- Es mejor así, tendrá más cautela.
- Me duele que piense que es mala como cualquier demonio del inframundo...¡ella no es cualquier demonio!
- Pero ES un demonio.- dijo Piper.- Hagas lo que hagas y por muchas charlas que tengas con ella no harás que cambie de opinión...es así.
Phoebe suspiró y luego se volvió hacia sus dos hermanas, hizo un gesto indicando que estaba preparada y las tres sacaron el papel con el hechizo.
Poderes de la tierra y el cielo, escuchad nuestra llamada.
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A este ser que ahora nos acecha, sombra y oscuridad.
.·.·.·.·.·.·.
En nombre de las Halliwell, las tres hermanas.
.·.·.·.·.·.·.
Haz que desaparezcan, destruye para siempre su maldad.
.·.·.·.·.·.·.
Una onda de color verde inundó todo el pasillo haciendo que del techo dejara de salir agua para cambiarlo por ácido y nubes de vapor... luego el pasillo comenzó a desaparecer delante de ellas, así que decidieron salir.
- Espero que sea suficiente.- dijo Phoebe.
- No, lo más seguro es que sigan enviando demonios, y eso no es lo peor...- dijo Paige.- Enviarán otros diferentes más.
- Bien, que Leo se cuele en el San Mungo ese, si los médicos no pueden curarle como es debido que lo haga él.- dijo Piper, Paige se fue orbitando.- Nosotras nos vamos, es hora de hacer una visita a Chris...o de que él nos la haga a nosotras.
Bajaron las escaleras hasta el primer piso, donde McGonagall, Snape, Flitwick y Dumbledore las esperaban.
- ¿Dónde está la señorita Mattews?- les preguntó el director.
- Eeehm...sigue inspeccionando arriba.- contestó Phoebe.- No hemos encontrado nada de interés.
- Pero el ataque fue ahí arriba.
- Lo sabemos, pero los Gh...- Phoebe le dio un codazo para que no dijera el nombre.- los demonios de ácido han hecho desaparecer el lugar.
- ¿Cómo que desaparecer?- dijo Snape.
- El pasillo estaba muy arriba, fueron los propios demonios los que lo crearon...al parecer.
- ¿Demonios que se cuelan en el castillo y que son capaces de crear pisos adicionales?¿Y de aparecer en cualquier charco de agua? Sin duda esto es grave.- dijo Flitwick.
- Muy bien.- dijo el director.- Minerva, Severus, Profesor Flitwick, aseguraos de que todos los alumnos están en sus salas comunes. Avisad a Filch para que os ayude, luego me reuniré con vosotros para acordar los turnos de guardia.
Los tres asintieron y se alejaron por distintos pasillos para hacer un último registro del castillo.
- Será mejor que ustedes dos vengan conmigo a mi despacho, hay cosas de las que debo hablarles...- Piper se puso nerviosa pero por la cara que estaba poniendo Phoebe supo que no era nada grave aunque sí serio.- Me gustaría que también estuviese la señorita Mattews, pero pueden contárselo después.
Así, las dos hermanas siguieron a Dumbledore hacia su despacho. Piper intentaba que Phoebe le dijera algo de lo que pasaba, pero ella estaba muy concentrada en sentir lo que el director y no la escuchaba.
Pronto llegaron a las escaleras que conducían al despacho, Dumbledore dijo la contraseña y subieron. Una vez dentro, el director las invitó a sentarse delante de su mesa mientras él se sentaba en su sillón.
- Sé que el resto de mis compañeros y conocidos dirán que estoy loco por confiar tan a la ligera en personas que no conozco, pero sé que ustedes tres son de lo mejor que he podido encontrar.- dijo apresuradamente, ninguna de las dos se movió ni hizo gesto alguno.- No voy a poder defender ni atender este colegio durante el tiempo necesario ni durante el tiempo que quisiera. Debo ausentarme por las circunstancias que rodean a Voldemort...
- Usted dirá, profesor.- dijo Piper.
- Quiero que se ocupen de la escuela mientras yo esté ausente. Pero cuando vuelva quiero también que estén preparadas para cualquier misión que pueda darles...
- ¿Misión?- esta vez la sorprendida era Phoebe.
Dumbledore tomó aire, no tenía más opción que arriesgar con aquellas tres hermanas... sabía lo que estaba pasando, y si eran ciertas sus sospechas, hacer participar a las Halliwell en los asuntos de la Orden del Fénix sería una de las mayores jodiendas, hablando en plata, que él hubiera hecho a Voldemort jamás.
Durante un buen rato, en el cual Paige apareció informado de que no había encontrado nada pero que procurarían instalar cierto dispositivo de seguridad que conocían (usar los cristales ya puestos que tenía Muriel por todo el castillo). Entonces fue cuando Dumbledore les contó todo lo relacionado con la Orden y las tres hermanas se sorprendieron de la buena organización que tenían, pero que andaban escasos de personal...y de poderes.
Les habló también de las posibles misiones a desempeñar, nada más peligroso de lo que habían hecho hasta ahora, así que concluyeron que no sería difícil ayudar a la susodicha Orden del Fénix a derrotar a Voldemort (con o sin ella, habían venido a destruirle, así que...).
- Son muy valientes, cualquier otro mago se habría echado a temblar y habría dudado.
- Sabemos que esas misiones pueden ser peligrosas.- dijo Phoebe.
- Pero más peligroso sería esconder la cabeza como los avestruces.- terminó Paige la frase, mientras que las otras dos la apoyaban asintiendo con la cabeza.
- Excelente, entonces.- saltó Dumbledore con una gran sonrisa.- Las mantendré informadas y, sobre todo, procuren cuidar de Harry Potter.
- Por lo que había visto hasta ahora, estaba bastante bien protegido.- dijo Piper, con un ligero tono sarcástico debido al fallo de Muriel.
- Los poderes de Voldemort aumentan... aún puedo plantarle cara, pero no sé por cuánto tiempo.- dijo el director, preocupado.
- A ese chico le protegen grandes poderes, créame, puedo verlo, muy grandes poderes.- dijo Phoebe disimulando tras su profesión de adivina, aunque estaba claro que se refería a Muriel y a ellas.
Dumbledore se quedó callado, como si Phoebe hubiera tocado un tema delicado, y se puso un poco rojo...luego retiró la vista de las tres hermanas y recuperó la compostura tras carraspear un poco.
- Claro, grandes poderes...Merlín la oiga, señorita Halliwell.- Phoebe sonrió.- Eso espero...
Hubo un momento de silencio incómodo en el cual las tres hermanas hablaron entre ellas con miradas fugaces que indicaban que habían notado el cambio de Dumbledore y que hablarían después de lo de la Orden. Después de unos momentos de reflexión, el anciano mago volvió a hablar.
- Bien, tenía que decirle, señorita Mattews, que va a tener mucho trabajo los Sábados...no vamos a dividir el colegio por casas, así que van a estar todos juntos... sí lo haremos por cursos.
- Aha.
- Me preguntaba si...si no tiene a alguien al que traer como ayudante...- le dijo, Piper, Phoebe y Paige se miraron.
- Tal vez sí.- dijeron las tres a la vez
- Estupendo, llámele. No hace falta que le entreviste, confío en su criterio, sólo pido conocerle bien antes de ponerle a enseñar a mis alumnos.- Paige asintió.- Y a usted, señorita Halliwell.- se dirigió a Phoebe.- le pido una clase extra también...oclumencia a Harry Potter.
- O...oclu...oclumencia.- repitió ella.- ¡Claro! Será...eeeh...un placer enseñarle...claro.
Dumbledore sonrió divertido, lo que molestó un poco a Phoebe porque no lograba adivinar ni sentir el motivo de su risa.
- Dos días en semana será suficiente para empezar, luego quiero que vaya aumentando las sesiones. Quede con Harry en los días que quiere dar la clase...- se volvió hacia Piper.- Señora Halliwell...
- ¿Sí, profesor?
- Le agradezco que quiera dar lecciones de humildad a Harry, pero le pido que no sea tan brusca.
- Sin problema.- contestó, aunque por su expresión se adivinaba que pretendía seguir el ritmo de hasta ahora.
Sonrió de nuevo, echó una rápida mirada a las tres hermanas y se levantó de la silla.
- No tengo nada más que decirlas.- las tres hermanas se levantaron.- Ahora las hago responsables de la seguridad del castillo y de que no haya más ataques, junto con Minerva McGonagall.
- ¿Se va?
- Debo ver a Harry, a ver cómo está...
Su voz se tornó triste, suspiró y las acompañó a la puerta mientras que él se daba la vuelta y usaba la chimenea para llegar a San Mungo. Las tres se sintieron apenadas, se veía que el director apreciaba a Potter y se preocupaba por él y agradecieron el tener a Leo cerca para protegerle y curarle allí en el hospital.
Cuando bajaron y volvieron al despacho de Phoebe en la torre norte (orbitando con Paige, dado lo lejano del despacho de Dumbledore con respecto de la torre) se encontraron a Chris sentado y esperando en un sillón con una bola de cristal en la mano.
- ¡Chris!¿Qué haces aquí?- le preguntó Piper.
- Paige me llamó, me dijo que ibais a necesitarme aquí y me contó lo de los Ghónadan.- hizo una pausa y se levantó del sillón.- ¿Qué tal está el chico?
- Leo ha ido a comprobar que no le queden secuelas graves.- contestó Piper.
- ¿Y Muriel?
- Se siente mal, pero es que esta vez nos pillaron desprevenidos. ¿Has averiguado tú algo?
- Nada que no sepamos ya: Voldemort se alía con Barbas y ambos tienen interés en destruiros y matar a Potter...
- ¿Es que los malos no pueden ser originales por una vez?
- Entonces no serían malos, Paige.- le dijo Phoebe.
- ¿Y vosotras qué?
- Hemos estado hablando con Albus Dumbledore y...- comenzó a decir Paige.
- ¿Y bien?- preguntó.
Ambas se miraron y comenzaron a reírse, luego Piper dijo:
- Profesor Perry, permítame que le enseñe su habitación y su despacho, por favor.
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Reviews!!
sally-malfoy: gracias por leer!! espero que lo leas hasta el final, prometo(aunque no garantizo... ejm...) que va a ser de lo más emocionante(intentaré conseguir que os tiréis de los pelos...MAUAJAJAJAJA...sy mu mala) el personaje de Muriel?? siempre me baso en algo, pero en este caso no estoy muy segura del popurrí que he hecho XDDD. El personaje en sí es mío, nombre, procedencia e historia. Incluso la raza demoníaca también me la he sacao de la manga. Pero como cualquier historia hoy en día, está basada en otra que hayas leído y te haya encantado...(no, El Señor de los Anillos aparecerá poco aquí...será porque no me he leído aún los libros uu) cuando me acuerde te lo digo XDD. Muxos besos!
Paige: weyyyyy!!! akí távaril que va a colgar también el siete a continuación!!! Y a ver si acabo pronto el ocho y os lo pongo también... muxos besos!!!
Intentaré que los capítulos salgan cortos, de 10-12 páginas de Word como máximo...pero no soy capaz. Aviso que el siguiente tiene 18, así que si os cansáis de leerlo en web, haced lo que yo. Seleccionar el texto, copiar, y pegar en un documento... ! es lo que yo hago siempre.
Espero que os guste.
