Capítulo 7: De duelos y magia descontrolada
Despertó en la enfermería, ni siquiera tuvo que abrir los ojos para saber que estaba allí...había estado ya muchas veces, demasiadas para su gusto, y la conocía de sobra.
Se quedó un rato sin abrir los ojos pero despierto, pensando en lo que había sucedido la tarde anterior...o quizá la de hace tres días, a saber la de tiempo que llevaría tumbado en esa cama.
De repente, oyó una puerta cerrarse levemente cerca de él. "Imposible, la puerta de la enfermería no suena así", pensó. Luego notó que alguien estaba abriendo una ventana y notó una ligera brisa en la cara, luego pasos y alguien sentándose cerca... extrañado de que eso fuera la enfermería de Hogwarts, decidió dejar de hacerse el dormido y comprobar dónde estaba.
Abrió los ojos y se encontró con Albus Dumbledore sentado a su lado...pero se llevó un chasco, las paredes de aquel sitio no eran las del castillo, estaba en una habitación...de San Mungo. Se fijó en que la expresión del director era como si hubiese estado al borde de un ataque durante buena parte de la noche. Supo que no debía de haber dormido apenas nada. Se incorporó en la cama y Dumbledore esperó a que se acomodara para hablar.
- Hola, Harry...¿estás mejor?¿Cómo te encuentras?- le preguntó algo nervioso.
- Bien, profesor.
- Me alegro...- esbozó una sonrisa.- Bueno, emmm...no es necesario que me contestes ahora pero me interesaría mucho que me contaras todo cuanto recuerdes de lo que te pasó.
- Em....sólo sé que me metí por un pasillo muy extraño, aparecieron esas cosas, me atacaron y después...- se encogió de hombros.
- La cicatriz...- Harry se llevó la mano a ella automáticamente.- ¿te dolió?- el chico no contestó, simplemente bajó la mirada.- Es importante, Harry, si vuelves a tener sueños...
- ¡No pienso dar oclumencia!¡Y mucho menos si es con Snape!- gritó.- Además, no fue un sueño.
- Lo sé, Harry. Tu ataque no fue ninguna ilusión...aunque sí el lugar donde se produjo.
Se hizo el silencio, Harry abrió los ojos y luego alzó las cejas.
- ¿Qué?
- Voy a serte sincero,- Harry casi se echa a reír ante tal comentario.- tengo mis dudas de que Voldemort haya conseguido tal grado de control sobre ti en tan poco tiempo...pero también pienso que ha tenido mucho que ver en tu ataque.
- ¿Pero qué está diciendo?
- La profesora Piper Halliwell opina que los demonios de ácido crearon el pasillo donde te atacaron...ese piso no existe, y ahora ya ha desaparecido.
- No...no...puede...- balbuceó.
- Era una ilusión, y me interesa averiguar quién te estaba haciendo verla. Por eso es importante saber si te dolió la cicatriz cuando te atacaron.
- No...fue la noche anterior, sólo entonces.
Dumbledore pareció decepcionado con la respuesta, le creía, pero no esperaba oír eso. Pareció que le acababa de crear otro dolor de cabeza. Le sonrió y luego desvió la vista hacia otro lado.
- ¿Qué ocurre profesor?
- Nada, Harry.- contestó.- Tendré que buscar respuestas por otra parte, eso es todo.
- ¿Cómo entraron?
- ¿Quién?
- Los monstruos de ácido...y sin que usted los notara hasta que atacaron por primera vez.- dijo, aunque se arrepintió un poco al ver que ese comentario no le había agradado al director "Aunque es la verdad", pensó.
- No lo sé, Harry. Es un misterio que las hermanas Halliwell investigan ahora junto con Minerva y Severus.- esto último lo dijo un poco para sí mismo, ensimismándose un poco.
- Van a por mi, ¿no?- preguntó, Dumbledore le dirigió una mirada apenada.
- Sí, me temo que sí...- contestó suspirando.- pero no veo lógico que se arriesgue tanto, ni tampoco sé de dónde ha sacado a esas cosas.
- ¿El Ministerio lo sabe?
- Sí, pero nadie más que el Ministro y unos cuantos aurores, además de la Orden. Pero el resto del mundo mágico no tardará en enterarse.
- ¿Y Ron y Hermione?- pregunt
- Bien, ya les he dicho que estás perfectamente. Se pusieron histéricos cuando supieron lo de tu ataque...- iba a continuar, pero Harry le robó las palabras de la boca.
- Todo el colegio lo sabe.- dijo con fastidio, Dumbledore asintió.- Creo que ya se ha enterado todo el mundo mágico, profesor.
El director sonrió divertido ante la afirmación y soltó una leve carcajada. Luego suspiró y se quedó mirando por la ventana...
- Más o menos.- murmuró.
- Aún así...- dijo Harry, el director no apartó la vista de la ventana.- Hogwarts es seguro, ¿verdad?
Dumbledore se llevó una mano a la barbilla, en gesto pensativo, luego frunció los labios y soltó un gruñido. Después, miró de nuevo a Harry:
- Eso depende.- contestó.- Es mucho más seguro y a la vez mucho más peligroso.
- No le entiendo.- dijo Harry, Dumbledore sonrió.
- En resumen, no es ni más ni menos peligroso que otros años, Harry.- lanzó un suspiro.- Pero sospecho que éste será diferente.
- Ya lo es.- contestó, Dumbledore asintió.
- No te preocupes, no creo que cierre la escuela. No lo consiguió el basilisco ni la saboteó Fudge con su nefasta profesora...
- ¡Pero se trata de monstruos que aparecen de la nada en el agua y lanzan ácido! Es diferente...
- Lo sé... de momento no sabemos absolutamente nada de los monstruos de ácido.- contó Dumbledore como quien habla con un colega en un bar, Harry se sorprendió mucho de que el director se hubiera decidido a contarle algo.-... no puedo decirte mucho más.
Harry se llevó las manos a las piernas, donde notó unas vendas, pero que estaban enteras y se quedó sorprendido.
- Vaya, estos medimagos curan bien...
- Sí, bueno...ellos dicen que es milagroso el modo en que te recuperas de todo, supongo que será la costumbre.- echó unas carcajadas pero luego se puso serio.- En realidad...
- ¿Sí?- dijo Harry al ver que el director se había quedado callado.
- Nada.
- Ah, no. No vaya a empezar como el curso pasado, ¿qué me está ocultando?
Dumbledore y el propio Harry quedaron sorprendidos por lo que acababa de decir. El primero por ser tan directo y el segundo porque no sabía de dónde había sacado el valor para decirle algo así al director... "¡Aunque bien que se lo merece!" pensó Harry.
- No creo que te agrade saberlo.- dijo, pero Harry se cruzó de brazos y frunció el entrecejo.- Está bien...- otro suspiro.- no pensaban que pudieran salvar nada de la parte dañada de tus piernas.
- ¿¡Qué!?
- El ácido las dejó...en fin.- hizo un mohín de asco.- no me pidas detalles, fue horrible. Los medimagos se me acercaron y me dijeron que no podrían hacer nada...
- ¿M...me...me iban a cortar las piernas?- tartamudeó, de repente se sentía mareado y con un nudo en el estómago.
- Sí, pero de repente entramos a verte y, ¡plas! Tenías heridas considerables, pero nada comparado con cómo te encontramos en la enfermería de Hogwarts...ahora con esas vendas, unas pociones y reposo estarás como nuevo.
- ¿Cómo pasó eso?
- No lo sabemos, pero en ese caso casi prefiero no meter la nariz de momento y dar gracias porque te hayas curado.
Harry, aturdido por lo que le acababa de contar, "No, si a veces tiene razón el abuelo. Mejor que me oculte algunos detalles", pensaba, se recostó aún más en la cama y alcanzó un vaso de agua que había en la mesilla, echándole un buen trago.
- Esta mañana he estado hablando con los profesores- Harry casi echa el agua, ya sabía de lo que iba a hablar, así que dejó el vaso de nuevo en la mesilla.-...Severus está al corriente de tu opinión sobre él, y créeme que tampoco desea darte clases. Pero el problema está en que TIENES que darlas, Harry.
- En casa de Sirius me dijo que me las daría usted.- le dijo con tono resentido.- ¿Ahora está muy ocupado?
- No puedo, Harry, lo siento.
- No iré con Snape.
- Profesor Snape, Harry. Y no, no irás con él...también estará ocupado.
- ¿Me enseñará Halliwell?
- Sí.- Harry ya iba a protestar enérgicamente cuando Dumbledore dijo.- Phoebe Halliwell...
Harry se quedó callado de repente, con un dedo en alto, con el que iba a empezar a señalar a Dumbledore mientras le decía cuatro cosas...
- Ah.- fue todo lo que atinó a decir bajando la mano, Dumbledore sonrió.
- Irás a su clase de momento dos tardes en semana, las que acuerdes con ella. Al menos esta vez podrás localizarla mejor que a Sybill, de hecho, le he dicho que viniera dentro de un rato para quedar contigo y...
Alguien tocó a la puerta, Dumbledore se levantó y la abrió un poco para asomarse y ver quién era. Vio que asentía y dejaba pasar al que había llamado...o más bien, a la que había llamado.
Phoebe Halliwell entró haciendo poco ruido en la habitación, saludó a Dumbledore, que le indicó que se sentara en un sillón que estaba cerca de Harry mientras que él salía dejándoles a solas.
- Hola.- le saludó Phoebe, Harry sólo pudo agitar la mano como contestación y formar una sonrisa.- ¿Qué tal estás?
- Bien, gracias.- dijo intentando calmarse, notaba que se había puesto rojo como un tomate.
- Bueno, el profesor Dumbledore ya me ha puesto al corriente de todo, y déjame decirte que no pienso hacer burradas como las del tal Snape.- dijo, Harry volvió a sonreír fugazmente.- Tengo otros métodos más eficaces de cerrar tu mente, chaval.- el chico abrió los ojos al máximo y se quedó de piedra "¿A que salgo de Málaga y me meto en Malagón?" pensó asustado.- Y debemos empezar cuanto antes, así que lo primero es dejar claro cuándo quieres venir a dar las clases.
- Eeeh...yooo....estoooo...
- Comprendo, comprendo.- dijo Phoebe cortándole, estaba usando su poder de empatía.- Yo tampoco es que vaya a estar siempre disponible, ¿sabes? Así que...¿qué tal los Lunes y los Miércoles?- Harry iba a hablar pero ella siguió.- Si no te vienen bien siempre puedes venir a decirme que los cambiemos, salvo los Domingos y Sábados por las tardes (y las horas que tenga clase, claro) estoy libre.
- Bien.- asintió, aturdido.- Sí, esos días...el Lunes y el Miércoles, vale.
- ¿A qué hora?- preguntó, Harry se encogió de hombros.- Veamos, ¿qué tal a las seis?
- Vale, aunque el...
- ¿Quidditch?- dijo Phoebe quitándole una vez más la palabra de la boca.- Ah, no te preocupes, no creo que te estorbe. Además, son sólo dos días en semana.
En ese momento, la profesora miró hacia la puerta y dijo adelante antes siquiera de que alguien tocara a la puerta. Entonces entró un médico con unos pergaminos en la mano que saludó a Phoebe mientras Harry se preguntaba si habría adivinado quién era...o lo sabía de antemano.
- Señor Potter, ya puede irse.- le dijo el médico tras hablar con Phoebe.- Le daremos instrucciones a la enfermera de la escuela para que le siga la evolución de la pierna de cerca, ¿de acuerdo?- dijo, Harry asintió y el médico le tendió los pergaminos envueltos en un trozo de cuero y atados con una cuerdecita pequeña del mismo material.- Dele estos pergaminos, ella ya sabrá qué hacer. Procure no hacer mucho ejercicio, y deje el Quidditch para un poco más adelante, si es posible.
- Bien, de acuerdo.
Se puso en pie con cuidado, vio que las piernas soportaban bien el peso del cuerpo pero notaba una tirantez en la zona donde el monstruo de ácido le había cogido. Phoebe ya había cogido un par de cosas suyas y las llevaba en una pequeña mochila a la espalda. Estaba sonriente esperando en la puerta a que Harry comenzara a andar con confianza.
- Es que se hace raro.- se excusó Harry mientras comenzaba a andar con normalidad.
- No hay prisa.
Por fin, el chico comenzó a coger más velocidad y fueron ya a paso normal hacia la salida. Harry se preguntó cómo volverían, mientras que notaba que había decenas de miradas sobre él. La mayoría de los que estaban en la sala de espera de la planta se le quedaron mirando y Harry rogó porque la profesora Halliwell se diera prisa.
- Bien, iremos por la chimenea.- dijo por fin Phoebe.
- ¿Es eso seguro?
- Créeme, no creo que se atrevan a atacar.- contestó, con lo que un brillo malicioso y una sonrisa de superioridad se formó en la cara de la Embrujada.- Vamos, aquí hay mucho COTILLA.
Harry decidió confiar en ella, pero le resultaba raro que una profesora de Adivinación se atreviera a correr tanto riesgo. Se acercaron a la chimenea, la profesora cogió los polvos flu con una sonrisa divertida en la cara ("Estos magos...¡con lo cómodo que es orbitar!" pensaba) y ambos se metieron en la chimenea.
- ¿Preparado?- preguntó Phoebe, Harry asintió.- Bien... ¡Enfermería de Hogwarts!
Las llamas verdes les rodearon y rápidamente comenzó el mareante paseo por entre las chimeneas de todo Londres y sabe Dios cuántos sitios más. No tardaron más de un par de minutos en llegar a su destino, en el que Harry casi se cae al suelo de la enfermería de no ser porque la profesora le estaba agarrando fuerte de los hombros.
- Es un medio de transporte muy brusco.- se quejó Phoebe, luego se miró la capa negra e hizo un mohín de asco.- Y muy sucio...
- ¡Oh!¡Señorita Halliwell!¡Señor Potter!
Pomfrey se acercó a ellos a paso rápido, lo primero que hizo fue preguntar a Harry cómo estaba y éste aprovechó para darle los pergaminos del médico.
- Me alegro de que se haya recuperado. El señor Weasley y la Señorita Granger, junto con las Señoritas Fawn, Weasley y Ark no han parado de venir a preguntar por usted.
- Bien, esto...¿puedo irme?
Pomfrey alzó una ceja con escepticismo y miró las piernas vendadas de Harry, levantó de nuevo la vista y le dijo:
- Venga aquí mañana a primera hora de la mañana, ¿entendido? Mandaré a un elfo doméstico a que esté atento por si necesita algo durante la noche.
Harry iba a decirle que seleccionara a cualquiera menos a Dobby, eso de cuidarle no le había salido muy bien que digamos, aún se acordaba de los líos en los que se metió en segundo año por la involuntaria culpa del elfo doméstico.
- Vale, gracias.- contestó sin más.
- Puede irse.- dijo, Harry comenzó a avanzar hasta la puerta.- Y usted también, señorita Halliwell, a menos que tenga alguna consulta.
- No.
- Bien, en ese caso, hasta pronto.
Notó que Phoebe le seguía y le alcanzaba en la puerta, le ayudó a abrirla y a salir. En ese momento Harry notó que le temblaban un poco las piernas cada vez que hacía fuerza con ellas, pero no quiso darse la vuelta para comentar nada con la enfermera o le tendría toda la semana encerrado y él tenía ganas de volver a su sala común y contarles lo sucedido a Ron y a Hermione.
Salieron de la enfermería, Phoebe le dio sus cosas antes de atravesar la puerta e iba a despedirse cuando una voz llamó a Harry.
- ¡Hey!¿Cómo estás? Precisamente íbamos a...- comenzó a decir Ron, que se quedó parado con los ojos como platos al ver salir detrás de él a Phoebe.-...verte.
- Bueno, creo que ya puedo dejarte aquí, ¿verdad?- Harry asintió.- Te veré el Lunes, entonces.
Phoebe se alejó despidiéndose de los tres con la mano, Ron también la había saludado mirándola embelesado...Hermione le dio una colleja.
- Qué cara de idiota.- dijo, luego se volvió hacia Harry.- ¿Qué tal estás?
- Bien, no me ha dejado marca...sólo fueron un par de gotas de ácido.- dijo intentando quitarle importancia.
- Ah, qué poquito.- dijo Hermione sarcástica y cruzándose de brazos.- Harry, no debiste salir solo a por esos apuntes.
- Por suerte apareció Dumbledore para quitarme de encima a esas cosas...- dijo, pero Ron y Hermione se quedaron mirando.- ¿Qué?
- Bueno...se rumorea que no fue precisamente él quien te trajo a la enfermería.- dijo Ron.
- ¿Y quién fue?¿Piper Halliwell?
- No, todos los cuadros de las escaleras dicen haber visto a una figura alada y negra que fue por ti volando...- le dijo Hermione, a Harry se le quedó la cara a cuadros.- No comentes, te lo explicaremos mejor en la sala común.
- ¿Y qué hacía la profesora Halliwell en la enfermería?- preguntó Ron.
- Me va a dar clases de oclumencia.
- ¿¡¡QUE PHOEBE HALLIWELL QUÉ!!?- gritó el pelirrojo abriendo los ojos como platos.- Tío, eres el mago con más suerte de todo el planeta.
- Te la cambio, Ron.
- Vale, soportaría tu cicatriz si con eso tengo clase privada con ella.- dijo dándole la mano.
- Eres un baboso, Ron, estás insoportable.- dijo Hermione yéndose a paso rápido, seguramente hacia la torre.
- ¿Qué le pasa?¿Qué he dicho?
Harry no respondió, se limitó a sonreír y a tirar de su amigo también de vuelta hacia la torre, alcanzando de nuevo a Hermione que se limitó a lanzar una mirada molesta a Ron.
Por el camino se cruzaron con varios grupos de estudiantes que dejaban de hablar súbitamente cuando Harry pasaba y además se le quedaban mirando.
- ¿Qué pasó después de que me atacaran?- preguntó Harry mientras andaban.
- Como puedes comprobar, los cuadros no se quedaron callados, y el que menos el de Sir Cadogan. Contaron a todo aquel estudiante que quisiera escuchar todo lo que vieron.
- Así que ahora la gente piensa que van a por ti, que lo de aquel chaval de primer año sólo fue un ensayo o un error...- dijo Ron, luego bajó la cabeza.
- ¿Qué más?- preguntó Harry, por la expresión de sus caras podía adivinar que estaban ocultando algo. Aunque de repente sospechó lo que era, así que lo dijo.- ¿No pensarán cosas como que Dumbledore ya no controla la escuela y cosas así?
Los dos amigos se miraron, Harry se quedó mazo de indignado, eso iba a aprovecharlo el Ministro hasta no poder más. Seguro que El Profeta iba a dedicar una primera plana como muy tarde mañana a lo sucedido...
- Pienso hacer una huelga como a Fudge se le ocurra hacer alguna tontería.- dijo Harry muy decidido.- Me importa un pimiento que me expulsen, si le hace ilusión, que lo haga, pero yo no estoy donde él o cualquiera de los idiotas que le siguen hasta en la taza del váter esté.
Llegaron entre risas a la torre de Gryffindor, nada más entrar, los gemelos, Ginny y el resto de la gente de su casa que conocía se puso como loco de verlo sano y salvo y corrieron a saludarle.
- ¡Menos mal que estás bien!- exclamó Ginny dándole un abrazo.
- ¿Les diste una paliza, Harry?- comentó Fred.
- Sí, ¡un caramelo de canario!¡O una super-bomba fétida que compitiera con su ácido!¿A que sí, Harry?- le apoyó George.
Todos los demás le saludaron, Muriel también se alegró de que estuviera entero, aunque a Harry le extrañó la expresión de la rubia... no parecía tan en tensión como lo habían estado los Weasley o Hermione, sino que parecía que ya sabía que se pondría bien.
Rápidamente le exigieron que contara la historia y el resto de la casa, que estaban prácticamente todos, se pusieron a su alrededor. Harry les hizo prometer que no fueran difundiéndolo por ahí y trató de defender un poco a Dumbledore, se veía que muchos de los de su casa pensaban que la escuela no era segura y no iba a permitir que la cerraran por nada del mundo.
Cuando acabó, todos se quedaron flipando y algunos le animaron diciendo que había sido muy valiente de tratar de quitárselos de encima y pelear contra esas cosas. Luego les llegó el turno a los demás contarle a él los rumores y lo que habían dicho los cuadros. Nada nuevo le contaron que no le hubiera dicho ya Dumbledore, lo que le dejaba con una sensación si estuviera más tranquilo. Por una vez, parecía, iba a poder enterarse de todo por el director de Hogwarts y no por que se lo dijeran terceras personas...salvo por aquel detalle del bicho volador. Aunque ahora sabía que se lo ocultaba por ciertas razones, decidió hacer sus propias averiguaciones...para no variar.
Al rato se despejó la sala, Harry hubiera apostado su saeta de fuego a que iban a contárselo a compañeros del resto de las casas, pero no le dio demasiada importancia.
- Has llegado a tiempo, justo dentro de media hora es nuestra primera clase de Duelo con Mattews.- le dijo Ginny.- No nos dejan entrar en el comedor desde que acabamos el desayuno, así que supongo que lo estarán preparando todo.
- Será interesante.- dijo Muriel.- Nunca he visto ningún duelo con varitas.
- ¿Eso quieres decir que has visto ya algún tipo de duelo?- le preguntó Harry inquisitoriamente.
- Pues sí, de espadas.
Todo el grupo paró de hablar y se quedó mirando con la boca abierta a Muriel, que ni siquiera les miraba a pesar de que sabía el efecto que había causado.
- No sé qué os resulta tan extraño.- siguió diciendo mientras levantaba la vista hacia ellos.- ¿Es que los magos no conocen el esgrima?
- ¡Ah!- dijo Hermione.- Pero eso no es un duelo de espadas.
- Ahora no, pero hace un par de siglos...
- Ahí sí, pero no pudiste verlos, aún no habías nacido.- dijo Lorraine, Muriel sonrió.
- Aún hay gente a la que les gusta recrear los duelos de la antigüedad y...unos amigos de mis padres son de esa gente.- mintió.
Medio aclarada la cosa, Lorraine, Ron y Ginny le preguntaron cosas sobre aquellos duelos mientras el resto escuchaba atento. Aún casi veinte minutos después, cuando ya salieron de la sala común en dirección al Gran Comedor, la rubia seguía hablando de ello dando muchos detalles de cómo manejaban el arma y qué clases de la misma había.
Llegaron a las puertas del Gran Comedor, allí estaban esperando prácticamente todo el colegio para entrar. Cómo no, también estaba Malfoy, sólo que esta vez no montó ningún numerito, sólo murmuraba cosas con Crabbe y Goyle y se reían por lo bajo, irritando a Harry.
No tuvo tiempo de hacer ni decir nada, porque las puertas se abrieron al momento y todos comenzaron a entrar. El comedor estaba desierto salvo por el altillo donde normalmente estaría la mesa alta, donde ahora se situaban dos personas: una era Paige Mattews y el otro...
- ¿¡Habéis visto a ese pedazo de tío!?- exclamaron Ginny y una compañera suya a la vez.
- ¡No me digas que va a darnos clases también!- dijo Lavender, que venía tras ellos.
Muriel se mantenía al margen, por supuesto, partiéndose de risa. Chris y Paige estaban delante de todos y se quedaron un poco abrumados a ver a semejante multitud. Hermione disimulaba mirando a todas partes, pero se notaba a leguas que se había quedado como Ginny al ver al nuevo.
- Y luego me dices a mí...- se quejó Ron.
- ¿A ti de qué? No sé de qué hablas, Ron, déjame en paz.
El pelirrojo se empezó a partir de risa mientras Hermione se ponía roja y alzaba la cabeza de manera arrogante ignorando a Ron. Harry prefirió no opinar sobre el asunto y se cruzó de brazos a esperar que los profesores comenzaran a hablar.
- Tiene un aire a ti el nuevo...¿no crees, Harry?- le dijo Lorraine, mirando a Chris.
- ¿Qué?- rió.- ¡Anda ya!
- Que sí, que sí...sobretodo en los ojos, se parecen un montón. ¡Y fíjate en los pelos que lleva! Igual que...
Se dio cuenta de que acababa de llamar "malos-pelos" a Harry, así que se puso roja y se alejó de él poniéndose al lado de Muriel y Ginny. Ahora eran sus dos amigos quienes se reían por lo bajo de él, Hermione aguantaba poniendo una extraña expresión seria en la cara y Ron pasaba de disimular.
- ¿Qué?- les dijo.
- Nada, nada...- respondió Hermione.- Maese "Malos-pelos".- estallaron de nuevo en risitas.
- No me hagáis poneros motes a vosotros dos.
Volvió la vista a los profesores, que seguían mirando que todos estuvieran ya dentro del comedor. En un gesto lo más sutil posible, Harry se pasó las manos por el pelo intentando aplastarlo un poco. Mientras, el comedor fue quedando en silencio, dejando hablar a Paige:
- Bienvenidos a la clase de Duelo, yo soy Paige Mattews y éste será mi ayudante, el profesor Chris Perry.
La reacción fue más similar a la de Phoebe que cualquier otra cosa, solo que esta vez eran las chicas las que más aplaudían. Chris se inclinó un poco hacia Paige y le dijo en voz baja.
- Voy a mataros a las tres por proponerme para semejante suicidio.
- Sonríe, Chris, seguro que lo haces muy bien.- le dijo Paige también en voz baja y entre dientes.
- Soy demasiado joven para morir, y encima, siendo profesor....
Pero Paige no le hizo caso, ya era tarde para que Chris se echara atrás, aunque bien era cierto que no le habían dejado opción a decir que no...
- ¡Bien! Ahora vamos a comunicaros los horarios. Vamos a dividirnos por cursos y cada uno vendrá a una hora...veamos.- Paige cogió el papel y comenzó a decir las horas.- Los de séptimo y sexto vendrán de diez a una. Los de quinto y cuarto de dos y media a cinco y media, los de tercero, segundo y primero de cinco y media a ocho y media.- dobló el papel, se lo metió en el bolsillo de la túnica y continuó.- Hoy, como es más tarde, lo dividiremos entre hoy y mañana. Ahora pido que se queden los de Séptimo y Sexto, después de comer será el turno de los de quinto y cuarto y los demás lo harán mañana a partir de las diez, ¿de acuerdo?- Hubo un asentimiento general.- Bien, los demás pueden irse.
Muriel y Ginny se despidieron de ellos y se fueron junto con Luna seguramente a dar una vuelta por el castillo. Poco a poco el Gran Comedor se fue vaciando de gente hablando casi todos de lo mismo: o el profesor o las ganas que tenían de dar Duelo.
Harry volvió la vista a los profesores, que esperaron un poco más hasta que todo volvió a quedar en silencio.
- Vale, ahora poneros a ambos lados de la mesa, nosotros nombraremos a una persona de cada casa para que haga duelos con los demás y ver un poco cómo andáis de nivel en hechizos y demás.- siguió diciendo Paige.- Y si nos da tiempo aprenderemos algunas técnicas básicas. Pero primero quiero haceros una demostración.
Llamó a Chris a que subiera a la mesa, luego Paige se dirigió al otro extramo y ambos sacaron las varitas. Apenas nadie lo apreció, pero Hermione pudo ver claramente cómo Chris ponía la varita en la posición correcta, dado que la tenía al revés. No le dio importancia, salvo porque muy pocos magos, por torpes que sean, sacaban su varita del revés. Era como una especie de costumbre... ni siquiera tenía constancia de que Neville lo hiciera. Sacudió la cabeza y se concentró en el duelo entre los profesores.
- Bien.- dijo Paige.- Uno...
- Dos...- contestó Chris.
- ¡Tres!
Ambos pronunciaron un par de hechizos a la vez, de la varita de Paige salió un rayo naranja y de la de Chris uno dorado muy luminoso que se cruzaron, se quedaron haciendo una especie de bola de energía en el centro y luego continuó hacia sus respectivas víctimas, que salieron disparadas un par de metros hacia atrás, mientras que algo así como una onda expansiva echaba también hacia atrás a los alumnos, pero con mucha menos intensidad.
Los dos cursos, las cuatro casas, todos con la boca abierta ante aquel repentino despliegue de fuerza mágica. Paige se levantó rápidamente al igual que Chris, y con una sonrisa nerviosa continuó.
- Bueno...creo que habéis captado la idea, ¿verdad?- hubo asentimiento general.- Estupendo.
Paige cogió el pegamino-lista del suelo, miró la lista de nombres, cerró los ojos y dejó caer el dedo sobre el pergamino dos veces, obteniendo los nombres.
- Bien, comenzarán la práctica....Lavender Brown y... Millicent Bulstrode.
Las aludidas subieron a la mesa con cara de muy pocos amigos, sacaron las varitas antes de que nadie se lo dijera y ya estaban en posición de atacarse. Paige vio que ya habían tenido algunas clases antes, se lo apuntó y ya iba a decir algo cuando Chris saltó:
- Bien, ya que sabéis colocaros en posición, hagamos esto más interesante...- Paige le miró con una mezcla de susto y cabreo, sabía que iba a hacer una de las suyas.- ¿Qué tal convertirlo en un torneo de supervivencia? El que más dure sin ser derrotado gana.
Hubo murmullos de asentimiento y emoción y muchos dijeron que sí en voz alta, Paige se quedó muy seria mirando a Chris, no era precisamente la manera más adecuada de enseñarles duelo, sino más bien la mejor para potenciar rivalidades.
- Está bien.- dijo sin perder seriedad.- ¿Qué os parece?
Todos dijeron que sí al unísono, Harry miraba perplejo a los dos profesores, al igual que estaba haciendo Hermione mientras que Ron y el resto de los Gryffindor estaban bastante emocionados con la idea y silbaban y animaban a Lavender.
- Es un suicidio, aquí más de uno va a la enfermería de cabeza.- murmuró Hermione.
- Sí, entre ellos Malfoy.- dijo Ron, que ya miraba amenazante al rubio.- Ojalá me toque contra él.
Mientras las dos chicas en duelo se preparaban para la señal, Paige se acercó con disimulo a Chris y le dijo:
- Contigo ya hablaré luego.
- Algún día me agradecerás esto.- dijo misterioso, Paige dio un suspiro de exasperación.
- Tú y tus secretitos del futuro harán que me canse de ti y te convierta en rana como hizo Piper.- se dio la vuelta para ponerse de cara a los estudiantes y dijo.- Preparadas, listas....¡YA!
Las dos lanzaron hechizos parecidos a la vez, intentando esquivarlos mediante contra-hechizos o echándose a un lado. No tardó en caer Millicent, para dar paso a una chica de Ravenclaw de séptimo que se enfrentó a Lavender con gran determinación, ganando el duelo. Después la de Ravenclaw se enfrentó con otra Slytherin de séptimo, ganó la Slytherin durante un par de asaltos más hasta que llegó un Hufflepuff de último año...
Así se fueron turnando las cuatro casas, la emoción y también la tensión entre todos crecía a medida que pasaban los asaltos. Una hora después, Ron subía para enfrentarse a un chaval de Ravenclaw de su mismo curso. Los Gryffindor animaron al pelirrojo, que salió victorioso del duelo y le tocó con quien más le apetecía en aquel momento...Malfoy.
Ron sonrió de oreja a oreja con malicia mirando al rubio, esa era su oportunidad de demostrarle que le podía plantar cara, y muy bien.
- ¡Vamos Ron!¡A la yugular!- le gritó Dean.
Cada uno parecía estar asesinando al otro con la mirada, ambos permanecieron con la varita y en posición esperando la señal de los profesores. Cuando Chris dijo "¡ya!", Ron fue el primero en atacar, haciendo que Malfoy quedara atado de pies y manos y cayera al suelo, causando la risa de buena parte del comedor.
Paige liberó a Malfoy, que se levantó y se dispuso para un nuevo asalto. Ron seguía riéndose en su cara para fastidiarle, mientras también se preparaba.
El rubio se quedó un segundo mirando con toda la ira del mundo a Ron, Harry se preocupó por la expresión en que se tornó su cara al segundo siguiente, una sonrisa macabra apareció... se descruzó de brazos y se acercó a la mesa a paso ligero cuando Malfoy lanzó su último hechizo.
- ¡Ergante!
Una enorme onda de color púrpura salió de su varita, empujando a Ron de forma violenta fuera de la mesa y cayendo de mala manera al suelo. Harry se subió a la mesa y corrió hacia Ron, evitando así a la multitud que había alrededor de ella.
- ¡Ron!¿Estás bien?
- Mamá, la cacerola me vende caramelos, ¿quieres?
- Menudo leñazo...
Se escucharon las risas de los Slytherin y más de parte de Malfoy. Chris se subió a la mesa y se acercó al rubio con expresión enfurecida.
- ¡Eh!¿Qué se supone que haces? No está permitido ese tipo de hechizos tan fuertes.
- Oh, disculpe profesor Perry.- dijo, arrastrando como siempre las palabras.- Pero si no recuerdo mal fue usted el que dijo que esto era un duelo de supervivencia, pues bien, he sobrevivido y he ganado.
- Eres un tramposo, voy a quitarte puntos por esto.
- ¿Tramposo?¿Cómo se atreve?- miró a los de su casa.- Y encima me quiere quitar puntos...uuuuh...- dijo burlándose de Chris.
El aludido alzó una ceja y se quedó de brazos cruzados y con una gran cara de indignación.
- Pues si eres tan hábil y valiente, ¿por qué no duelas conmigo?
- ¿Qué?¿Contra ti?
- Usted para ti, chaval.
Malfoy hizo una mueca de burla, mientras que Harry se había dado la vuelta y miraba con sumo cabreo al rubio. Entrecerró los ojos, de repente toda su atención estaba desviada a él... cómo le gustaría que explotara.
"Ojalá explotes, maldito, explota... "
Draco ya había hecho un rápido movimiento y había apuntado a Chris para lanzarle otro hechizo antes de que pudiera reaccionar, cuando un sonoro BOOM inundó el comedor mientras que al segundo siguiente Malfoy estaba arrodillado en la mesa apretándose el brazo en medio de quejidos y muecas de dolor.
- ¿Qué ha pasado?- preguntó Paige subiendo a la mesa, Chris se encogió de hombros.
- Algo explotó.- contestó él.
Harry abrió los ojos como platos y volvió su atención a Ron, que ahora se le veía algo mareado. Le ayudó a sentarse y se quedó a su lado sosteniéndole, mientras que miraba de vez en cuando de reojo hacia la mesa donde Malfoy aún se agarraba el brazo dolorido.
"Otra vez se me descontroló la magia..." pensó Harry.
Mientras Paige ayudaba a Malfoy a salir del Gran Comedor, Chris se dirigió hacia Ron y hacia Harry.
- ¿Está bien?- preguntó a Harry refiriéndose a Ron.
- Se ha dado un buen golpe.
Chris asintió y levantó a Ron pasando un brazo del chico por encima de su hombro, Harry hizo lo mismo por el otro lado y los tres se dirigieron a la salida, seguidos por murmullos y por la mirada de una Hermione que flipaba en colores.
- ¡Quedaos aquí!¡Volveremos enseguida!- dijo Paige antes de desaparecer por la puerta.- ¡Que nadie intente nada o yo misma le echaré de la escuela a patadas!
Salieron del Gran Comedor, la puerta se cerró tras ellos, Paige se había adelantado bastante e iba a paso rápido, mientras que Chris, Harry y Ron se quedaron un poco atrás. El pelirrojo iba balbuceando cosas y echando la cabeza para los lados, pareciendo casi un borracho.
- Emm...¿qué ha pasado exactamente, profesor Perry?- preguntó Harry.
Chris se quedó mirándole unos instantes, Harry se sintió incómodo, le recordaba a las miradas inquisitorias de Snape, que intentaban entrar en sus pensamientos, así que retiró la vista y Chris pareció reaccionar.
- No lo sé exactamente, sólo que de repente me estaba apuntando y al segundo siguiente su varita era un amasijo de astillas.
- Am...- cogió aire.- ¿Explotó?
- Sí, eso es.
Se formó un silencio incómodo, a Harry le daba la sensación de que Chris sabía lo que había pasado a juzgar por las miradas fugaces que le dedicaba de vez en cuando. Pronto llegaron a la enfermería, donde Malfoy estaba haciéndose la víctima (para no variar) quejándose de lo que le dolía la mano... aunque esta vez, por el aspecto que tenía, Harry casi le cree... CASI.
- Tráiganlo aquí.- dijo la enfermera Pomfrey señalando una camilla, Chris y Harry tumbaron a Ron en ella.- Cuando no son bichos raros son los propios alumnos los que se matan entre ellos.- chasqueó la lengua y se fue airada.
- Genial.- dijo Paige, también se la veía un tanto irritada.- Chris, quédate con él. Tú.- señaló a Harry.- Nos vamos a clase.
Echó una mirada a Ron, mientras que Chris le indicaba que él se encargaría de que estuviese bien. Después, se fue siguiendo a Paige de nuevo hacia el Gran Comedor.
La profesora no comentó nada, sólo murmuró cosas entre las que Harry sólo oyó algo de un libro, sombras y maleficio... entraron en el comedor e inmediatamente cada uno volvió a su puesto bajo atentas e interrogantes miradas de todos.
Harry se puso al lado de Hermione, que no tardó en empezar a hablar con él disimuladamente.
- ¿Qué se supone que ha pasado?¿Cómo está Ron?- le preguntó en voz baja.
- He vuelto a hacerlo...- susurró Harry
- ¿Hacer qué?- preguntó ella en voz baja.
- Yo he explotado la varita de Malfoy.- le contestó algo alarmado.
Hermione se quedó con la boca abierta intentando decir algo, pero simplemente volvió al vista hacia Paige, que ya estaba dando nuevas instrucciones sobre los duelos.
- Ya hablaremos luego.- le dijo Hermione.
Harry asintió, estaba mirando a Paige fingiendo atender lo que decía, pero en realidad estaba perdido en sus propios pensamientos. No es que fuera extraño eso de que se le fuera la magia de las manos, es que había pasado de hacer desaparecer cristales a explotar cosas... y aunque le costaba admitirlo, no es que fuera muy raro que perdiera los nervios. Le daba miedo que la próxima vez no fuera precisamente la varita de Malfoy lo que hiciera estallar en pedazos, sino la cabeza de alguien...(aunque bien pensado, si fuera la de Bellatrix o la de Voldemort, no le importaría perder los nervios).
La clase cambió completamente de ritmo, se dedicaron con un par de personas de ejemplo a practicar movimientos, lo que aburrió a muchos que se habían emocionado con los duelos aunque Paige se esforzó para que por lo menos resultara una clase útil.
Al salir, Hermione y Harry se dirigieron a la enfermería hablando en bajo de lo sucedido, dado que justo detrás de ellos venía Paige, que iba a hablar con Chris. Entraron juntos a la enfermería y ella le indicó al joven "profesor" que saliera un momento, cerrando posteriormente de un portazo.
- Menuda cara tenía Mattews.- comentó Harry mientras se acercaban a la cama de Ron.
- Sí, porque no es normal que en nuestra primera clase se ponga a enfrentarnos, ¿no crees?
- ¿Qué insinúas?- le preguntó casi en un susurro.
Hermione no respondió, pero le dedicó a Harry una mirada significativa. "Es un sospechoso", pensaron ambos al mismo tiempo. Sin embargo, si lo era Chris, lo eran las demás profesoras nuevas, lo que provocaba una situación comprometida... ¿qué pasaba si había cuatro infiltrados de Voldemort entre los profesores? Si uno ya causó estragos... Harry sacudió la cabeza, no debía bajar la guardia pero tampoco dejarse llevar por sus miedos.
xxxxx
Mientras, Paige y Chris se habían reunido con Piper y Phoebe en la entrada al despacho de Dumbledore. Paige quería dejar muy claros con él los puntos que debían dar en las clases y cómo, y para eso quería contar también con el apoyo del director.
- Esto es una payasada, Paige, no me he pasado tanto.- se quejaba Chris.- El que se ha pasado es el rubito. Además, yo no he explotado la varita.
- Ya, ¿y quién ha sido entonces?- preguntó, dado que no estaba muy seguro, Chris prefirió encogerse de hombros.
- Chris, no puedes ir por ahí haciendo que los chicos se peleen en duelos de varitas de los que pueden salir mal.- intervino Piper.- Esta vez sólo le ha dejado alelado al pobre chico, ¿qué pasa si la próxima va más allá?
En ese momento la escalera se abrió y los cuatro comenzaron a subir. Chris iba delante seguido y vigilado de cerca por Paige, mientras que Phoebe comentaba con Piper las novedades del exterior que había traído Leo.
- De momento parece que se concentran en otras partes del mundo, dado que ahora pueden utilizar el Inframundo y fluctuar...- decía Piper.
- Eso no es demasiado preocupante para nosotras, pero imagínate para los magos.
- Lo que a Leo le preocupa es que se sabe de Barbas peor no se sabe nada del tal Voldemort.
- Adivina lo que estarán haciendo.- dijo Chris, sarcástico.
- ¿No pensarás que le van a dar poderes demoníacos, verdad?- le preguntó Paige.
Chris se dio la vuelta y les indicó con un gesto que se callaran, no hizo falta que respondiera, de todos modos, pues su mirada ya lo decía todo. Comenzaron a comentar la discusión que tenían entre manos y así llegaron a la puerta del despacho de Dumbledore. Él estaba sentado en su escritorio, como siempre, repasando pergaminos que ocultó disimuladamente.
- Vaya, ¿cómo es que vienen todos?- preguntó el director.
- Yo tengo un problema con Chris, profesor.- dijo Paige, enfadada.- Y quiero que amablemente le aclare qué se enseña en las clases de duelo.
Dumbledore les miró interrogante, con lo que Paige pasó a relatarle lo sucedido en la clase. Al acabar, el director tenía la boca torcida en gesto pensativo, según Phoebe, más bien inquisitivo.
- Veamos, Chris.- comenzó a decir Dumbledore.- Me alegra que esté entusiasmado en enseñar sobre campo a los alumnos pero...primero deben saber ciertas cosas.
- Pues algunos ni las necesitaban.- contestó él aludiendo a Draco.
- Eso es caso a parte, pero le ruego que si quiere hacer más clases prácticas no mezcle al señor Malfoy ni con Hermione Granger, Harry Potter o Ronald Weasley.
- ¿Y eso por qué?
- Me parece que la palabra odio o desprecio se quedarían cortas para describir lo que le digo.
Chris pareció comprender, así que asintió.
- ¿Se ha enterado Severus de eso?
- Pues...- comenzó Paige.
Un segundo después, se oyeron pasos apresurados subiendo las escaleras y al poco Snape empujó la puerta con fuerza y entró como un vendaval en el despacho.
- ¿Se puede saber qué es lo que pretende?- preguntó Snape nada más entrar.
- El que faltaba.- murmuró Chris.
- No tiene permiso para ir tratando así a sus alumnos.
Chris echó una mirada a Piper y a Paige, casi como pidiéndolas permiso para liarle una buena a Snape. Las dos se quedaron mirando a otra parte y Paige hizo un gesto con la mano indicándole que adelante. Chris entonces se levantó de la silla y le plantó cara al profesor de pociones.
- ¿Y por qué no nos habla usted de cómo los trata en su clase?¿Le suena un tal Neville Longbottom?- dijo, ganándose una mirada de odio por parte de Snape.
- No hemos venido a hablar de mi, cómo de mis clases a usted no le importa.
- Ni a usted cómo las de yo. Un alumno de su casa hizo trampas, y no sé en su clase, pero en la mía no las aguanto. Ni trampas...ni ENCHUFES.
- ¿Qué insinúa?
- Muy bien, ya basta señores.- interrumpió Dumbledore.- El señor Perry sólo hizo lo que creyó conveniente, Severus, y ya he hablado con él sobre el asunto. Así que creo que no hay nada más que decir, pueden marcharse.
Chris hizo un gesto burlón al profesor y se largó del despacho seguido de Piper y Paige, Snape se quedó aguantando la rabia de pie frente al director mientras oía cómo se cerraba la puerta tras él.
- ¡Es detestable!- exclamó Snape una vez se fueron.
- Es cierto que tiene fuerte carácter...
- Me recuerda a Potter.
- ¿A cuál?
- ¡A los dos!
Dumbledore, medio riéndose, vio cómo Snape se largaba también del despacho y cerraba la puerta.
xxxxx
Mientras, Ron estaba en la enfermería diciendo incoherencias sin parar. Harry suspiraba indignado mientras Hermione estaba seria, sentada al lado de Lorraine. Muriel por el contrario se partía de risa, al igual que los gemelos y Ginny.
- ¡Otra, Ron!¡Cuenta otra!
- La silla dice que no le gusta tu culo, George.- los cuatro estallaron en carcajadas.- Es extraño, ¿por qué una silla iba a fijarse en tu culo?
- Sí, muy raro...- dijo Fred, llorando de risa.
En ese momento, Pomfrey entró en la enfermería con una poción negra en las manos, que estaban protegidas con guantes ya que la poción estaba bastante caliente.
- ¿Se curará pronto?- dijo Hermione mientras oían a los otros reírse cuando Ron dijo otra parida.
- Con esto, para esta noche estará curado.
- ¿Qué se supone que le ha hecho?- preguntó Harry.
- Es una especie de bloqueo mental, todo se lía en su cabeza y es incapaz de pensar normalmente...
- Eso último lo habíamos notado.- dijo Lorraine.
- ¿Es un hechizo ilegal o algo así?
- La verdad es que espero que el director tenga unas palabras con el señor Malfoy, pero no es nada del otro mundo. Y ahora si me disculpan...
Siguió adelante llegándose hasta la cama de Ron, echó a los cuatro que apenas podían andar de lo que se habían reído y todo el grupo se largó de la enfermería. Hermione y Harry se ocuparon de su amigo mientras los demás iban siguiéndoles repitiendo los chistes del pobre pelirrojo. Poco a poco el grupo se desgajó, pues Fred y George tiraron por su lado y Lorraine, Muriel y Ginny por otro, dejando a los tres amigos solos.
Sin embargo, Muriel se separó también de las otras dos alegando que iba un momento al baño, que se adelantaran... pero en realidad iba a ver a Myrtle, a por noticias o cualquier novedad.
- ¡Hola Myrtle!- la llamó, ésta se dio la vuelta.
- Hola.- sonrió.
- ¿Qué hay?
- Nada nuevo.- hizo un puchero, luego volvió a sonreír y puso voz melosa.- ¿Cómo está Harry?
- Perfectamente.
- Recuérdame darle gracias a Leo personalmente por el favor.
- Quien debería dar gracias es Harry, pero se lo diré.
Oyeron a alguien venir corriendo por el pasillo, se quedaron un segundo paralizadas, pero se relajaron al ver la figura de Chris acercándose a ellas así que respiraron aliviadas.
- ¡Muriel!- la llamó él, venía casi corriendo por el pasillo.
- ¡Hola!¿Alguna novedad?
- Sí, tenemos que hablar.
Se quedó mirando a Myrtle, con la clara intención de que pillara la indirecta de que sobraba. No tardó mucho tiempo en irse ofendida por excluirla y se fue con la cabeza alta.
- ¿Qué pasa?
- Es Potter.- Muriel asintió y le instó a continuar.- ¿Recuerdas el incidente de la varita de Malfoy?- la rubia asintió.- Pues bien, fue él quien lo provocó.
- Espera, ¿qué quieres decir?¿Qué Harry hizo explotar esa varita?
- Sí.
- Eso es una tontería, los magos no tienen tantos poderes...
- Pues yo sé lo que vi, además, parece ser que no es la primera vez.
- ¿Es que va de explota-varitas por el mundo y yo no me he enterado?
- No, escucha.- se acercó más a ella y le habló en un tono más bajo.- Hace tres años infló a su tía.
- ¿¡QUÉ!?- Chris le hizo un gesto brusco para que bajara la voz.- ¿Cómo hizo eso?
- Se le descontroló la magia, al parecer. Y eso no es lo único, hace seis años hizo desaparecer la vitrina de un zoológico donde al otro lado había una serpiente, dejándola libre.
- ¿Los magos pueden hacer esas cosas?
- Eso es lo que quiero saber yo.
Muriel frunció los labios, sólo había una manera de averiguarlo, y era que el propio Harry sacara el tema cuando estuvieran todos en grupo. Entonces, le preguntaría si eso era normal.
- Quizá sí puedan.- dijo Chris, encogiéndose de hombros y sacándola de sus pensamientos.
- O quizá aquel luz negra no le atacó sólo porque el tal Voldemort se lo ordenara...
Sin dar más explicaciones, Muriel se largó de nuevo en dirección a la sala común, pero antes de doblar la esquina, se paró y miró a su alrededor como buscando algo, luego le dijo a Chris en voz medianamente baja:
- Estate atento...- volvió la vista y le miró a los ojos.- Nos están observando.
De nuevo mirando al techo, se marchó. Chris se quedó, algo alarmado, mirando a todas partes, siendo su reacción inmediata el ir al despacho de Piper a ver cómo estaba Wyatt y avisarla de lo que le había dicho la rubia.
0000000000
Muajajajajaja!!! bueno, la verdad es que este capítulo también lo he tenido que dividir en dos... y aún así creo que es bastante largo. No os quejaréis, eh?
Próximamente...:
La primera clase de Occlumencia con Phoebe!
Un nuevo enemigo demoníaco se cuela en Hogwarts...
Namarië!
