Hola! Después de un tiempecito ya he vuelto con nuevo summary (a partir de ahora los actualizaré por capítulo) y nuevo ídem. Bueno, como me pedísteis saber algo más sobre Muriel, he decicido intercalar un cachito de su pasado en plan aperitivo para lo que vendrá. Espero que os guste, me ha costado lo suyo este capítulo y al final me han salido 44 páginas de Word, ahí es nada.
El capítulo siguiente está en proceso, espero no tardar demasiado en hacerlo más que nada porque ya he acabado los exámenes.
Saludos a todos los lectores, dejen o no reviews, y lo siento pero no tengo mucho tiempo ahora de contestarlos. Me he pasado una media hora poniendo los guiones de diálogo, así que espero que salgan.
Disfrutadlo!
Capítulo 12: La piedra Atlántida
x- ¡AUUCH¡Leo! Como vuelvas a hacer eso te desgajo entero.
Muriel se quejaba una y otra vez mientras Leo le aplicaba una poción cicatrizadora que Chris había conseguido de la enfermería. Éste había orbitado a Muriel hasta el despacho de Phoebe después de encontrarla en medio del pasillo donde le había tacado el demonio-roca. Ahora, de nuevo en su forma humana, en el aula de adivinación, atendían a la rubia de sus heridas.
x- ¿Ya están mejor esos chicos? –preguntó, Paige asintió.-¿Qué pasó en el callejón?
x- Bueno,- contestó Piper.- Voldemort nos conoció en persona y no pareció demasiado impresionado. Barbas ha debido advertirle bien de nosotras.
x- Sin embargo, la batallita sirvió para prevenirnos.- dijo Paige, Muriel la miró extrañada.
x- Lo sentimos mucho, cariño, de verdad.- dijo entonces Phoebe.- No debimos tardar tanto, sino quitarle el antídoto y venir aquí inmediatamente.
x- La que lo siente soy yo,- contestó Muriel con un suspiro.- he metido la pata.
x- ¿De qué hablas?- saltó Chris.- Sellaste la puerta principal y pusiste a salvo a todo el colegio.
x- Ya, pero...
x- Además, te dejé todo el trabajo sucio. Lo siento, pero alguien tenía que ir con los profesores.
x- Bueno, Chris, pero es que...
x- Ya sé, no volverá a suceder. Lo que pasa es que hubiera sido extraño que te vieran y eso...¡pero debiste avisarme de que te estaban atacando! Habría ido a ayudarte.
x- Mira, Chris...
x- Bueno, pero de todas maneras estabas rodeada de enemigos, es un milagro que no te mataran.
x- Pero es que...
x- Oye, empiezo a pensar que Phoebe tiene razón, te subestimas demasiado sólo porque eres un demonio. Piensas que no...
x- ¡Chris¿Quieres callarte! ELLA tiene razón.- gritó Piper, Chris la miró interrogante.- Alguien la vio...y ese alguien se lo ha contado a Voldemort.
Chris abrió los ojos y la boca como platos, mirando acusadoramente a Muriel. Ella bajó la vista.
x- Un alumno me hizo fotos mientras me transformaba.- Chris iba a gritar algo, pero Phoebe le apretó la clavícula para que se callara.- Traté de recuperar el carrete, al menos, pero todos los demonios estaban confabulados para ayudar a ese chico...así que no pude hacer nada.
x- Un momento¿chico¿Era un chico?- preguntó Paige, Muriel asintió.- Bueno, eso reduce al 50 nuestros sospechosos.
x- Paige, esto es el mundo mágico, en la escuela de Gideon hay alumnos que pueden transformarse en otros¿cómo sabemos que esta vez no es algo parecido?
x- Los magos de varita no pueden hacerlo...- dijo Leo.- Bueno, sí. Pero si era un alumno transformado en otro, o una alumna...entonces apenas tiene maneras de cambiar su aspecto. Una de ellas es una poción, y lleva un mes prepararla.
x- Si los demonios estaban de su parte, vete a saber cómo lo hizo.- dijo Chris.
x- Sí, esa es otra parte interesante...- comenzó Phoebe.- Me temo que Voldemort está dejando atrás su parte humana.
x- Esa cosa dejó de ser humana hace mucho tiempo.- dijo Muriel.
x- No me refiero a su cara, sino a sus poderes.
Hubo un silencio repentino, Muriel sacudió la cabeza y dijo:
x- ¿Sus poderes?
x- Se supone que los magos pueden "aparecerse".- Muriel asintió.- Bien, Voldemort lo hace pero...ahora, además, fluctúa.
Lo que implicaban sus palabras enmudecieron tanto a Chris como a Muriel, que se miraron inquietos.
x- Es una broma.- dijo Chris, Phoebe negó con la cabeza.- Pues entonces esto se ha liado de verdad.
oOoOo
A la mañana siguiente, nada más levantarse y vestirse, Harry y Ron fueron directos a la enfermería en busca de Hermione, que cuando ellos llegaban ella salía por la puerta, aparentemente repuesta del todo.
x- ¡Hermione!- dijo Ron.-¿Cómo estás?
x- Bien, mucho mejor.
x- Tenemos que contarte lo que pasó anoche.
x- ¿Anoche?
x- Sí, hubo movida¡y parece que fue gordo!
x- Vaya...
Hermione se había quedado pensativa, recordando lo ocurrido lo pasado la noche anterior.
x- ¿Qué?- le dijo Harry de repente.
x- Debió ser efecto de lo que me pasó,- dijo ella entonces.- pero tuve sueños extraños y...
Entonces enseñó los brazos, donde tenía marcas de ataduras. Harry y Ron la miraron interrogantes, y ella contestó:
x- No he conseguido sacar ninguna explicación a la enfermera, que casi nos miraba con miedo y murmuraba cosas sobre Dumbledore.- se miró las marcas.- Los otros estudiantes también las tenían, así que juraría que nos ataron por la noche.
x- La cuestión es por qué.- dijo Ron.
Empezaron entonces a caminar juntos hasta el Gran Comedor mientras le contaban a Hermione lo de los extraños gritos, la puerta bloqueada... y cuando llegaron para desayunar, comprobaron que todos los alumnos oyeron cosas la noche anterior.
Se sentaron a la mesa, donde saludaron a Ginny, a Lorraine y a Muriel, que no lucía precisamente muy alegre esa mañana.
x- Vaya, Muriel, cada día estás más seria.- le dijo Harry de repente, burlándose.
Muriel levantó la vista de su tostada y le miró alzando una ceja. Sin mediar palabra, le dio un bocado a la tostada sin dejar de mirar al pelinegro.
x- ¿Has leído hoy el periódico?- le preguntó de repente Muriel.
x- No.
En ese momento las lechuzas entraron en el comedor, dejando la respectiva correspondencia a cada dueño. Un periódico aterrizó junto a Hermione y una carta junto a Ron. Hermione miró el titular y luego le dio la vuelta para que Muriel lo viera.
x- ¿Lo sabías?- preguntó Hermione.
Harry se fijó en la portada y se quedó pálido.
PRIMER ENFRENTAMIENTO CONTRA LOS MORTÍFAGOS
Ayer por la noche, un grupo de mortífagos planeó un ataque en el Callejón Diagon, donde un grupo de Aurores les hizo frente. Según fuentes del Ministerio de Magia, los mortífagos querían tomar el control de la principal calle comercial mágica de Inglaterra, junto con el banco de Gringotts. No hubo que lamentar ninguna víctima mortal, aunque los daños materiales fueron muy considerables. Cuando los equipos de choque llegaron al lugar, se encontraron con lo que denominaron "Un extraño conjunto de montículos de ceniza, humeantes y aún incandescentes", además de muchos restos de explosiones, que pueden achacarse a los hechizos empleados, según los expertos.
Sin embargo, los propietarios de los locales, que en esos momentos estaban en la parte de arriba de sus negocios, afirmaron ver a algunos mortífagos consumirse en llamas para después explotar, dejando esos montículos de cenizas que más tarde fueron encontrados.
Cornelius Fudge dio una rueda de prensa a primera hora de la mañana con el informe de daños y comunicó a la prensa sus planes en esta nueva guerra mágica que parece que ha tenido en este asalto su pistoletazo de salida.
x- ¿Lo sabías?- preguntó ahora Harry.
x- Bueno, Harry,- contestó al fin Muriel, sin mirarle, sólo untando mermelada en un cruasán.- ¿debería reír o estar seria, según tú?
x- ¿Y bien¿Vas a contestarme?- dijo Hermione.
x- Los profesores no hablan de otra cosa¿sabes? Estuvo Dumbledore, las Halliwell...
x -¿Dumbledore?- dijo Ron, sorprendido.- En el periódico no pone nada de eso.- Muriel se encogió de hombros.
x- Te sorprendería saber lo que puede llegar a ocultar un periódico.- murmuró la rubia.
x- ¿Qué?
x- Nada.
Harry en ese momento se había perdido en sus pensamientos mientras analizaba lo que los propietarios de las tiendas habían dicho ver: "mortífagos consumirse en llamas para después explotar, dejando montículos de cenizas"
Curiosamente, en lo que se convirtió aquella luz negra cuando la "luz blanca" le salvó en el tejado.
x- ¿Qué tienes en las muñecas, Hermione?- preguntó Ginny.
x- Oh, no lo sé...
Muriel miró de reojo las marcas, sabía exactamente lo que había pasado por la noche en la enfermería. No todos los gritos que se escucharon en el castillo salieron de los demonios o de ella misma... le señora Pomfrey debió de pasar una noche muy, muy..."endemoniada".
Por suerte, ninguno de los alumnos afectados recordaba nada, aunque la cuestión era para qué molestarse en envenenar a los chavales para que luego se hubiera conseguido el antídoto tan fácilmente...
"Huele a experimento" se dijo Muriel.
oOoOo
Mientras, en el despacho de Dumbledore, McGonagall y Snape discutían con el director lo ocurrido la noche anterior. Ambos estaban nerviosos y francamente asustados por lo que había visto pululando por los pasillos de Hogwarts.
x- Albus, esto se nos está yendo de las manos.- decía McGonagall.- esas cosas no eran nada que hayamos visto antes¡parecían demonios del infierno!
x- Quizá lo fueran.
x- ¿Qué?
x- Minerva, sólo puedo decirte que ahora nuestras armas no son suficientes, debemos recurrir a otros métodos para mantenernos a salvo...y mucho más para ganar esta guerra.
x- ¿A qué te refieres?- preguntó Snape.
Dumbledore no contestó, simplemente se levantó de la mesa y fue hacia su habitación. Snape y McGonagall se miraron desconcertados, hasta que unos minutos después, el director bajó de nuevo hasta ellos con un inmenso libro en las manos, que depositó con un estruendoso ruido sobre la mesa de su despacho.
x- Es hora de revisar viejas lecciones.
Dicho esto, abrió el libro por una página concreta, dejando a los dos profesores boquiabiertos y esperando una explicación.
x- Tenemos un par de libros más en la biblioteca. Diré a la señora Pince en cuanto pueda que debemos reunirlos y darles un repaso.
x- Pero...
x- Es todo lo que diré por ahora, Severus.
oOoOo
Aquella mañana, Phoebe había salido a Hogsmeade a conseguir unos ingredientes y cacharros para su clase de Adivinación. Se había sentado un rato en Las Tres Escobas para leer cartas de su columna del Bay Mirror, del que había quedado en hablar con Elise, su jefa, en breve. No podía llevar el asunto demoníaco, las clases y la columna, tenía que dejar algo...
Sin embargo, le resultaba molesto el tener que dejar el periódico por un tiempo, y sabía que Elise no quitaría la columna... con lo cual, tendría a alguien haciéndole el trabajo, cosa que no le agradaba para nada.
Además de eso, todavía perseguía a Chris para que averiguara cosas sobre aquel Velo, y no podía olvidar la misión que había traído al joven luz blanca del futuro, aún tenían que averiguar quién era el demonio que perseguía a su sobrino Wyatt.
"Al menos la escuela tiene unos baños de ensueño", pensó sonriendo para sí misma.
Mientras paseaba de vuelta a la escuela, ya se imaginaba dándose un largo baño con abundante espuma de deliciosos olores pero, de repente, alguien la agarró por el brazo y la arrastró hacia una callejuela, con lo que se le cayó la bolsa con ingredientes y cosas al suelo. Al menos, nada sonó como si se hubiera roto. Phoebe trató de zafarse, pero el desconocido le tapó la boca con la mano y la mantuvo quieta.
x- Shhh...- fue todo lo que acertó a decir.
Phoebe iba a darle un buen codazo en la tripa cuando vio pasar a tres hombres vestidos de marrón, como si fueran monjes, y distinguió a través de sus capuchas sus ojos rojos.
"Demonios" pensó ella.
x- Me encontrarán.- continuó el que la había inmovilizado.- Pero no deben encontrar esto.
Entonces puso algo de peso en el bolso de Phoebe, pero ella no pudo ver lo que era. El hombre esperó un momento más en silencio, sólo se oía el típico jaleo de la calle principal de Hogsmeade. Tras un par de minutos, habló:
x- Lo que se hundió no puede volver a resurgir. Sería peligroso para todos.- soltó a Phoebe, que se alejó de él y le miró de frente.- No deben encontrarlo.
Sin más que decir, salió corriendo hacia el fondo de la callejuela. Phoebe tardó un poco en reaccionar, pero enseguida decidió seguirle tras recoger de nuevo su bolsa. La callejuela daba a otra calle más ancha, aunque menos transitada que la principal. El hombre intentó camuflarse entre la gente que pasaba, al igual que Phoebe, que procuraba que aquel hombre no se diera cuenta de que iba tras él.
Sintió una punzada de miedo cuando pasaron por su lado los tres encapuchados, la adelantaron y se acercaban con paso rápido hacia el hombre misterioso. Phoebe quería hacer algo, avisarle...pero por alguna extraña razón, no acababa de articular ningún sonido, algo se lo impedía. Sentía el irresistible impulso de comprobar que aquella cosa que el hombre había metido en su bolso estaba a salvo, y salir de allí rápidamente, apartar la cosa de aquellos demonios encapuchados...
Mientras seguía andando, apunto de volverse, vio que los encapuchados alcanzaban al hombre y que éste intentaba zafarse, pero los otros le superaban en fuerza y número, así que le condujeron aparte, hasta un pequeño espacio entre dos casas.
Phoebe disimuló no haber visto nada, "¿Pero por qué estoy haciendo esto¡Debería estar ayudando a ese hombre!" se decía, pero había otra voz que le indicaba lo contrario: "Huye, ponla a salvo¡que no te vean o será el fin! Corre..."
Mientras su conciencia y aquella voz luchaban una contra la otra, pasó por al lado del rincón y dirigió una disimulada mirada de reojo hacia allí...justo a tiempo para ver cómo el hombre era destruido por los demonios con una bola de fuego. Apartó la vista y aceleró el paso, sintiéndose extraña...la culpabilidad y el miedo se mezclaban en su estado de ánimo. La vocecita que decía que corriera había ganado, ahora iba a ir a Hogwarts a encerrarse en su despacho hasta que se le pasara...
¿Por qué estaba tan asustada?
Atravesó rápidamente la ciudad y cogió el camino hacia la escuela, sin detenerse ni un solo instante y echando hacia atrás miradas furtivas. Iba a un buen paso, con lo que en unos veinte minutos legó al castillo y atravesó la puerta principal. Una vez en el Hall, echó un suspiro de alivio y se detuvo un momento a descansar.
x- ¿Va todo bien, señorita Halliwell?
Se sobresaltó al oír a Snape en lo alto de la escalera, se limitó a sonreír y asentir. Inconscientemente, llevó la mano hacia su bolso, como protegiéndolo.
x- Claro, sí...todo genial¿usted?
x- Bien.
Subió por las escaleras deprisa, hasta llegar a la altura de Snape, luego siguió en dirección a la torre de Adivinación, tenía que averiguar qué era lo que llevaba en el bolso.
x- Bueno, eeeeh... tengo prisa.
x- Si necesita algo...
Señaló la bolsa con las cosas de adivinación que llevaba, se acercó a ella con intención de cogerla, con algo así como una sonrisa de cortesía en la cara. A Phoebe le dio mal rollo, así que lo más amablemente que pudo, dijo:
x- No, eeeh...puedo sola, gracias.
Sonrió y se fue a paso rápido hacia su despacho, Snape se encogió de hombros y se fue a ocuparse de sus asuntos, no sin antes echar una mirada hacia atrás.
Cuando Phoebe llegó a su despacho, sacó lo que aquel hombre había puesto en su bolso.
x- ¿Una piedra?
No era más que eso, aparentemente. Sólo una piedra con forma de algún carácter de alguna lengua perdida, que tenía una pequeña elevación en la parte central, la cual estaba dentada...como si fuera un engranaje. No se veían símbolos grabados por ninguna parte, nada, la piedra estaba completamente lisa, sin ninguna marca que delatara cuánto tiempo tenía o de dónde provenía...sólo llamaba la atención su puro color blanco y su forma.
Volvió a guardarla en su bolso y salió del aula de Adivinación para dirigirse a las que Paige y Chris usaban para preparar sus clases de duelo. Se llevó consigo el Libro de las Sombras, envuelto en un hechizo que ocultaba la triqueta de la portada. Tenían que encontrar qué era lo que había "heredado" de aquel hombre.
oOoOo
En una cueva llena de humo, oscura salvo por la luz de unos calderos donde se estaba preparando una poción y su antídoto, Voldemort observaba sentado el proceso de elaboración. Era la misma que había administrado Draco a los estudiantes de Hogwarts, y por lo visto, había dado un resultado más que satisfactorio.
No pudo evitar sonreír al pensar lo que pasaría si el joven Malfoy consiguiera colársela a Potter... sería una situación muy, muy divertida. De hecho¿por qué no? Hacía tiempo que no se divertía viendo a Dumbledore romperse la cabeza por proteger a Potter: "Ahora que tiene a las Embrujadas, se puede tomar unas vacaciones...permanentes", pensó, "pero antes, me gustaría que tuviera una buena fiesta de despedida".
Salió de la cueva riendo por lo bajo, desapareció envuelto en llamas del pasillo y apareció de nuevo en otra cueva más grande, donde Barbas esperaba sentado frente a una mesa de piedra negra. Al mismo tiempo que el mago oscuro aparecía en la sala, otro hombrecillo entraba por una abertura en la roca que hacía de puerta con un sobre marrón en la mano.
x- Las fotos están listas, mi señor.
x- Tráelas, Colagusano.
El hombrecillo se las alargó a Voldemort, que las cogió inmediatamente y comenzó a mirarlas.
x- ¿Y bien?- preguntó Barbas.
Voldemort le tendió las fotos en gesto indiferente. Barbas las cogió, pero las soltó al momento como si hubiera tocado un hierro ardiendo.
x- Veo que lo conoces.
Barbas sólo atinó a poner caras y hacer gestos, en un segundo parecía cabreado, luego asustado, pensativo... Voldemort esperó pacientemente a que el demonio del miedo le explicara qué era esa cosa.
x- Debí suponerlo...o no.- dijo Barbas al fin, misterioso, permaneció un momento en silencio, meditando. Señaló a continuación las fotos.- Un Necrus.
x- ¿Un qué?
Barbas miró las fotos.
x- Necrus, Devoradores del Mal, Demonios Luz, Hijos de la Redención...les han dado tantos nombres como para llenar una hoja entera por dos caras.
x- Y a cada uno más interesante,- comentó el mago oscuro.- ¿Demonios Luz?
x- Los únicos demonios que colaboran con el bien, sirven al bien, y mantienen a raya al mal.
x- ¿Demonios buenos?- Voldemort suspiró.- Eso es imposible.
x- Pssss...- Barbas se encogió de hombros.- Lo de buenos es relativo, claro.
El demonio volvió a recoger las fotos del suelo y se las entregó a Voldemort. Finalmente, comenzó a explicar lo que sabía:
x- Se trata de demonios que fueron traicionados por su propio bando, muchos de ellos eran de alto rango. Ya sabes que en el Inframundo las luchas por el poder son muy corrientes, todos quieren ascender hasta llegar a ser Fuente del Mal...y cuando uno asciende, significa que otro ha caído.
x Muchos de esos caídos simplemente desaparecen, pero otros no se resignan a perder así como así. Ignoro cómo llegan a ser Necróferos, pero cuando lo hacen, aquellos que les traicionaron mueren de seguro. No se tienen noticias de nadie que haya sobrevivido a la Venganza de un Necrus. Tampoco casi ninguno de sus objetivos ha podido escapar...todo demonio que tocan, o casi todos, mueren.>>
x- ¿Casi todos?
x- Sólo se han dado tres casos, por lo menos en la Historia reciente. Uno de ellos era la propia Fuente, otro la Tríada y otro un demonio llamado Beltazor.
x- ¿Qué fue de ellos?
x- Las Embrujadas los eliminaron, salvo a la Tríada, que fue eliminada por el propio Beltazor.
Voldemort se quedó callado de golpe, sintiendo como si le hubieran echado un jarro de agua helada por la espalda.
x- ¿L...las Embrujadas...mataron a la Fuente?- Barbas asintió.- ¿Y al otro?
x- La verdad es que es una bonita historia la de Beltazor y las Embrujadas. Éste acabó convirtiéndose en la Fuente y casi arrastra a Phoebe a su "reinado del mal", dado que había cierto asunto entre ellos dos... claro, que al final prevaleció su unión con sus hermanas, con lo cual eliminaron a Beltazor.- Voldemort le miró curioso, no sabía nada de que una de las brujas hubiera estado tan cerca de volverse oscura.- Pero no estamos aquí para aprender todos los detalles de la vida privada de las brujas, pero si nos resulta útil, te lo contaré.
El mago oscuro se quedó callado y pensativo, si las Embrujadas habían conseguido eliminar a la Fuente... ¿tenían ellos acaso alguna posibilidad? Ese dichoso Poder de Tres parecía poder con todo, pero debía tener algún punto débil que pudieran aprovechar.
La voz de Barbas le sacó de sus pensamientos.
x- El hecho de que hayan eliminado a la Fuente no significa prácticamente nada...
x- ¿Bromeas?
x- No. A veces, Voldemort, quien mucho abarca poco aprieta, lo que quiere decir que tal vez la Fuente no pudo con ellas porque tenía demasiado en qué pensar y no consiguió averiguar el modo correcto de acabar con las brujas.- el mago oscuro seguía escéptico.- Oh, por favor, ten un poco de fe.
x- Tanta como tengo en Papá Noel.
Barbas sonrió y paseó por la cueva, pensando. Luego se volvió a Voldemort y dijo:
x- La cuestión es quitar de en medio a esos Necrus.
x- No creo que se los mate así como así, además, no conoces el modo.
x- Aún no...- le corrigió Barbas.- aunque, cuanto más peligrosos más tonto es el modo de matarles.
x- Cierto, Barbas...pero cuanto más tonto, más cuesta conseguirlo.
Voldemort lo sabía por experiencia, Harry Potter podía morir de cualquier manera normal y corriente...el problema era conseguir matarle.
x- Ahora dejemos la fase de exploración,- dijo Barbas.- debemos proceder a eliminar a las brujas.
x -Para eso necesito a mis mortífagos.
x- ¿Para qué? Los demonios son mucho más útiles.
x- No confío en ellos.- Barbas iba a replicar, pero Voldemort le cortó.- Sí, tal vez no confíe tampoco en todos mis mortífagos, pero sí en algunos.
Barbas lo pensó unos instantes, luego dijo:
x- Bueno... si tuviera que coger algo de la prisión que llamáis Azkaban...desde luego serían los dementores. Eso es algo, amigo mío, que no he visto en mucho tiempo.
x- Tampoco son nada del otro mundo.
x- ¿Ah, no?- dijo, Voldemort le miró con una ceja alzada, preguntándose qué quería decir.- Dentro de poco, amigo mío, te mostraré algo.
oOoOo
x- ¡Lo he encontrado!
Todas se acercaron al libro y miraron la página junto a Phoebe, en ella se veían una serie de piedras lisas, pero con formas, como la que la Embrujada había recibido de aquel extraño.
La entrada, que Paige leyó en voz alta, decía lo siguiente:
Las Piedras Atlantes
La Atlántida evolucionó durante años incontables en algún lugar que la Humanidad aún no ha llegado a descubrir con exactitud. Ese desarrollo se tradujo en unas construcciones equiparables a las de hoy día, incluso superiores en algunos aspectos, sus conocimientos sobre magia y otras ciencias les hicieron ser una civilización muy avanzada para su Era.
Sin embargo, tantos conocimientos cayeron en malas manos, y hubo algunos habitantes y visitantes de la Atlántida que quisieron tomar el control de toda aquella civilización. Alcanzaron un grado de poder inmenso, con lo que al final hubo una Gran Batalla entre los Atlantes renegados y las fuerzas del Bien. Cuando éstas últimas ganaron tras un penoso período de conflicto, decidieron hundirla en las profundidades del Océano.
Pero, tras el cataclismo de la ciudad, sólo una parte consiguió salvarse, un pequeño vestigio de lo que fue la Atlántida, que desde entonces se conoce como el Último Muro.
Las fuerzas del Bien esparcieron por el mundo trozos de aquel resto con la intención de que no fueran encontrados nunca, para que la ciudad jamás resurgiera de nuevo.
Se sabe, pues, que con la reunión de las piedras, colocadas en este Muro, la ciudad resurgiría para expandir todo su poder sobre la Tierra.
Cuando Paige acabó de leer, todos se quedaron en silencio, pensando sobre lo que decía el Libro de las Sombras.
x- Bueno, está claro.- dijo Muriel, rompiendo el silencio.
x- ¿El qué?- preguntó Phoebe.
x- Según tú, unos demonios destruyeron al tío que te dio esa piedra.- dijo Piper, Phoebe asintió.- Con lo que un demonio debe de andar tras las piedras para conseguir ese poder.
x- Una nueva generación de Renegados.- dijo Muriel.
x- Tal vez.- Paige.
x- Bueno, en ese caso, mientras no encuentre esta piedra, todo estará bien.- dijo Piper, cogiendo la piedra, pero Phoebe se la quitó de las manos al segundo.
x- Yo la esconderé.
Dicho eso, se dio la vuelta y comenzó a buscar un buen lugar donde dejarla.
x- Phoebe¿por qué no destruir la piedra?- sugirió Muriel.- Así nos evitaríamos muchos problemas.
x- ¡No!- Phoebe apretó la piedra en su puño y la escondió tras ella.- No podéis.
x- Eso es verdad,- dijo Paige.- ¿y si es indestructible?
x- Podemos comprobarlo.- contestó Piper.- Venga, Phoebe, tírala al aire que yo la volaré en pedazos.
x- ¡He dicho que no!
El grito de Phoebe dejó a todas paradas un momento, era raro que la Embrujada defendiera así a una simple piedra...además, las otras tenían razón, era mejor destruirla.
x- ¿Por qué no?- dijo Piper.- Phoebe, si destruimos la piedra, el demonio nunca podrá hacer resurgir la Atlántida, no vendrá a por nosotras y podremos ocuparnos de Barbas y Voldemort más cómodamente.
x- Pero...¿y si es un demonio muy poderoso y...¡Bueno¿Y si necesitamos usar nosotras el poder de la ciudad para acabar con él?
Muriel, Paige y Piper se miraron, sopesando la teoría de Phoebe...
x- Creo que, salvo que sea la fuente, no necesitamos de una ciudad ENTERA para destruirle.- dijo Paige.
x- Ya, pero aún así, nunca se sabe...
x- Phoebe¿estás buscando una excusa para no destruirla?- preguntó Muriel.
x- ¡Bueno¿y qué! Además, es una reliquia, y yo sé que tú jamás querrías destruir algo como esto, Muriel.
Ésta iba a abrir la boca para protestar, pero se calló y se sumió en una pequeña lucha interna. Claro que nunca destruiría un tesoro tan valioso¿pero merecía la pena correr el riesgo?
x- Propongo algo.- dijo Piper.- averigüemos quién está detrás de la piedra y entonces decidiremos qué hacer.
x- Estoy de acuerdo.- dijo Paige.
Muriel y Phoebe asintieron.
x- Bueno, mejor nos vamos antes de que alguien nos eche en falta.- sugirió Muriel.
Se despidieron de Phoebe y las tres salieron del aula de Adivinación, cuando se hubieron alejado un poco, comentaron lo sucedido.
x- ¿Soy yo sola, o esa piedra parece afectar a Phoebe?- dijo Piper.
x- No, creo que todas lo hemos notado.- contestó Muriel
x- ¿Crees que es el demonio?- preguntó Paige.-¿Puede estar manipulando la piedra para después robarla?
x- No creo que un demonio pueda influir en algo tan antiguo como eso...- dijo Muriel.- aunque no dudo que la piedra sí pueda influenciar sobre aquel que la lleva consigo.
x- Entonces¿esa cosa está intentando autosalvarse?- dijo Paige, sorprendida.
x- ¿Tan raro te parece?- contestó la rubia, la Embrujada se encogió de hombros.
Siguieron hablando sobre ello hasta que llegaron a las escaleras móviles, donde cada una debía tomar su camino para regresar a sus quehaceres. Entonces, Piper dijo:
x- Bueno, el ataque se produjo en el pueblo, creo que deberíamos ir esta noche a echar un vistazo.
x- De acuerdo.- respondieron Paige y Muriel al mismo tiempo.
x- Nos reuniremos aquí a la una de la mañana.- dijo Piper, Paige suspiró.
x- ¿Dormiremos alguna vez?- dijo.
x- Algún día...- dijo Muriel, y se alejó por las escaleras riendo.
oOoOo
En un aula vacía, no muy lejos de allí, dos pelirrojos se sacaban las orejas extensibles de los oídos.
x- ¿Has apuntado eso?
x- Sí, Fred.
x- Tenemos que ver ese libro¿te imaginas la de cosas que deben de estar escritas?
x- Pero guardaremos el secreto, será divertido.
x- Y peligroso...
x- ¿Iremos esta noche a ver?
x- Sí, veremos lo que están buscando.
x- ¡Demonios, Fred!
Ambos se echaron a reír por el doble sentido de la frase.
x- Sí, todo comienza a tener sentido.- dijo George.
x- La pena es que tal vez Phoebe no vaya con ellas.
x- Cierto, pero no va a quedarse toda la vida metida en su despacho como hacía Trelawney¿verdad?
Los dos gemelos se miraron con malicia, ya iba siendo hora de que Harry les devolviera el favor que le hicieron dándole el mapa del merodeador.
x- ¿Y para qué lo queréis?- les preguntó Harry cuando se lo pidieron.
x- Necesitamos hacer una pequeña investigación y necesitamos saber la posición exacta de nuestro objetivo en todo momento, para no acercarnos demasiado y...
x- Vais a espiar a las nuevas profesoras.- acortó Ron, que estaba junto a Harry.
Los gemelos asintieron con falsa inocencia en la cara.
x- Piénsalo, Harry.- dijo George.- Todo aquel que ocupa el puesto de Defensa tiene algo que ver contigo tanto para matarte como para protegerte.
x- Eso es cierto.- dijo Ron.
x- Está bien,- Harry se levantó y se dirigió a las escaleras para bajar el mapa de su habitación.- ¿me contaréis de qué se trata?
x- ¿Qué tal tu seguimiento de Muriel?
Harry se paró y miró a los dos gemelos, entonces suspiró y asintió.
x- Vale, os contaré lo que sabemos.
En ese momento, Muriel entraba por la puerta de la sala común, así que los cuatro se quedaron completamente en silencio. La niña les saludó y subió a su habitación a por unas cosas.
x- Pero más nos vales ser discretos.- añadió Harry.- Así que, silencio total.
x- Te lo prometemos.- dijeron los dos gemelos a la vez.
En la hora de la comida, Harry se quedó pensando en lo que le había dicho George: "Todo aquel que ocupa el puesto de Defensa tiene algo que ver contigo tanto para matarte como para protegerte". No se imaginaba a Piper protegiéndole, aunque matándole... sin embargo, las apariencias engañan, como había dicho el Sombrero en la canción de aquel año, aquella a la que Myrtle había hecho mención...
Pero Harry apenas la recordaba ya, nunca le había prestado mucha atención a lo que decía. Y aun así¿en qué sentido iban a engañar las apariencias¿Quería decir que las nuevas profesoras aparentaban ser buenas y eran mortífagas¿O que, al menos en el caso de Piper, aparentaba ser una Umbridge y luego sería como Lupin? De todas formas, rezaba porque fuese lo segundo.
oOoOo
Aquella noche, Chris, Piper y Paige salieron hacia Hogsmeade para investigar el pueblo. Nadie en el castillo les pidió explicaciones, aunque eso a Chris no le gustó mucho. Al llegar, Leo les estaba esperando, así que se dividieron en parejas. Chris y Paige irían por un lado y Leo y Piper por otro.
Mientras iban por la desierta calle del pueblo, Leo comentó que estaba preocupado por lo que había sucedido con Muriel. No le había gustado nada que la descubrieran, aunque sabía que ella había hecho lo posible por evitarlo.
x- Ya no hay sorpresa, Piper.- decía él.- Ahora Barbas sabrá lo que hacer la próxima vez que nos ataque.
x- Pero Leo¿no lo entiendes? Sabe que no debe andar a lo loco si un Necrus está con nosotros. Sabe que si hay uno, está toda la raza detrás.
x- Podrían planear destruirlos a todos.
x- Sí, claro, de la misma manera que a nosotras¿no?- dijo Piper, riendo, pero Leo permaneció serio.- Uff...Leo, llevamos la tira de años en esto y no nos han matado...bueno, tal vez durante unos minutos, pero eso no cuenta.
Leo se abstuvo de recordarle a Piper lo que le sucedió a Prue, simplemente continuó hablando:
x- Los mayores no opinan lo mismo, están preocupados por el hecho de que Voldemort encontrara a Barbas.
x- ¿Por qué?
x- Pues que eso significa que el mago encontró una conexión con nuestro mundo que le condujo al demonio del miedo, y la encontró en SU mundo.
x- Me temo que no te sigo, Leo.- le contestó entornando los ojos.
x- Quiero decir que en alguna parte hay algo...no sé, un libro, un objeto, e incluso puede que sea una persona. El caso es que ese algo da conocimiento a los magos de nuestra existencia.- Piper asintió, comprendiendo. Entonces Leo añadió.- Tenemos que destruir toda prueba que pueda llevar a nosotros, Piper. No puede quedar nada.
Piper se paró en seco, la varita iluminada apuntando al suelo, y miró a su marido fijamente.
x- ¿Qué quieres decir con que no puede quedar nada?
x- Voldemort está incluido en la lista, sabe demasiado.
x- Eliminarles.- Leo asintió a medias, e intentó corregirla a continuación, pero Piper siguió hablando.- Algunas personas del mundo de los magos saben también muchas cosas, Leo, y no vamos a matarlas.
x- No es eso, borraremos su memoria. De eso se encargarán los limpiadores.
Piper, sorprendida y a la vez indignándose por la decisión de los Mayores, continuó andando y dijo:
x- Osea, que después de todo lo que estamos pasando aquí¿luego van a borrarlo?
x- No van a borrar lo que hayamos hecho, sólo los recuerdos que tengan los magos.
x- No me parece justo.
x- Tampoco es justo que los magos de repente tengan que enfrentarse al Inframundo sin haber sabido de él durante ni se sabe cuánto tiempo.
x- ¡Nosotras no sabíamos nada¡Ni de ti ni siquiera! Y habíamos sido mortales, o muggles, o lo que sea antes. No recordábamos nada de la magia, y ellos sí saben algo.
x- Pero no tienen vuestros poderes.
x- ¡Por supuesto que no¡Son mejores¿Acaso te has fijado en el encantamiento "reparo"¡Algo tan tonto y que nos habría ahorrado cientos de dólares en arreglar los destrozos de los demonios en nuestra casa!
x- Baja un poco la voz, Piper.
x- ¡Me da igual! Subirás cuando acabemos con la búsqueda y les dirás que no pensamos permitir que esos limpiadores vengan a borrar nada. Como se atrevan la montaremos otra vez.
x- Piper, las cosas no funcionan así...
x- Pues tendrán que hacerlo.
Leo suspiró, cuando Piper se ponía cabezona...
x- ¿Qué más te da?- le preguntó.
x- Me da mucho, Leo. Me parece que debemos estar juntos otra vez, así entre todos podríamos acabar con el Inframundo¿o acaso nunca has oído hablar del dicho "la unión hace la fuerza"?
x- Eso no podemos decidirlo nosotros.
Piper resopló por la rabia, iluminó con la varita varios callejones a los lados mientras seguía avanzando. Entonces se paró en seco y se volvió hacia Leo, amenazándole con la mano libre.
x- Leo, ningún mayor va a decidir mi futuro por mi.
x- Pero no hablamos de tu futuro, sino el de los magos.
x- Ellos son tan personas como yo, también tienen derecho a elegir.
La conversación acabó ahí, pues Piper se detuvo en la entrada del callejón donde Phoebe había visto que asesinaban a aquel hombre. Entró alumbrando el suelo por si encontraba alguna pista.
x- Lo sabía.- dijo
x- ¿Qué?
Leo se acercó a Piper, ésta cogía del suelo una especie de colgante con la forma de algún símbolo extraño, del estilo de la piedra Atlántida.
x- Esto nos dará alguna pista sobre quién es nuestro demonio.
x- ¿Voy arriba?
x- Si vas, no olvides comunicarles nuestra opinión, y preguntarles si acaso sigue contando algo...no, retira eso último, mejor pregúntales si ha contado alguna vez.
Leo se resignó y subió arriba, mientras que Piper se fue a buscar a los otros dos. Juntos subirían al castillo y tratarían de averiguar el demonio al que se enfrentaban por medio de aquel colgante, si servía de algo.
oOoOo
No muy lejos de ella, escondidos, estaban los gemelos Weasley...que acababan de comprender a qué se refería Harry con lo de "luz blanca". Ambos se miraron, tragando saliva. No sabían quiénes eran "Los Mayores", pero no les gustaron un pelo. Al menos estaban confirmando que las Embrujadas estaban aquí para protegerlos, y al parecer, no sólo a Harry, sino a todos.
x- Más nos vale que su opinión cuente algo, Fred.- dijo George con voz preocupada.
x- Yo también lo espero.
x- Dumbledore debe saber algo de esto.
x- Es mejor que no digamos nada todavía.
x- No me refiero a que se lo digamos¡sino que debe saber lo que se está cociendo! Siempre lo sabe prácticamente todo.
x- Tal vez...
x- No, Fred, una cosa de estas magnitudes tiene que saberla por huevos.
x- ¿Entonces por qué no hace nada?
Los dos se encogieron de hombros, pensando a la vez que parecía que más de una persona estaba ocultando cosas.
oOoOo
A la mañana siguiente y tras pasar buena parte de la noche buscando, Chris y Muriel se reunieron con Paige, dado que Phoebe y Piper en ese momento preparaban las clases del día. Paige comentaba que la idea de lo que el demonio estaba buscando era muy coherente, cuando Chris saltó:
x- ¿La Atlántida¡Venga ya! Todo el mundo sabe que eso es un cuento.
x- Pero si hay libros en la biblioteca de Hogwarts que versan sobre ella, y también en la escuela de Gideon. Eso es porque existió.
x- Sí, pero no existió el mito que todos conocen, Paige.- dijo Muriel.- Era diferente y no tan extravagante.
x- ¿Qué quieres decir?
x- Es muy sencillo, el mito se basa en lo que dijo Platón en dos de sus diálogos, más o menos que la famosa isla era de once millones de kilómetros cuadrados. Pero eso es una auténtica y pura burrada¡con esas dimensiones sería más grande que China! Por eso leí no hace mucho que dice que estaba formada por Australia, Indonesia y toda esa región hasta Vietnam.- dijo con cara de evidente escepticismo.
x- O que no era tan grande y es Gibraltar...- dijo Chris
x- Otros dicen que es Irlanda...
x- Escandinavia...
x- Que Platón se refería a Tartessos...
x- O se refería a los Minoicos.
Los dos se encogieron de hombros, mientras Paige les miraba desconcertada.
x- En definitiva.- dijo.- no tenemos ninguna pista salvo estas piedras.
x- Bueno, puede que eso pruebe que la Atlántida de verdad existió.- dijo Muriel, Paige iba a volver a recordarla que estaba en los libros, pero la interrumpió.- Yo no creo que cubrieran sus palacios de oro ni fueran tan avanzados. Ya sabes que todos los cuentos se exageran con el tiempo.
x- Muy interesante, pero no nos interesa demasiado el hecho de si creemos o no en la Atlántida, sino el demonio al que perseguimos.
Muriel se incorporó en el sillón y contestó mientras se estiraba un poco.
x- No debe de haber muchos demonios persiguiendo cosas así.- suspiró mientras volvía a su posición normal.- Es como un coleccionismo muy friki, así que pueden ser uno o tres como máximo.
x- Reuniendo un poco de información.- completó Chris.- Creemos que el demonio que más se aproxima es éste.
Entonces el luz blanca cogió el Libro de las Sombras y lo abrió por una página marcada, enseñándoselo a Paige, que pudo ver la cara de su siguiente enemigo. Un joven de pelo largo de color trigo y ojos rasgados y hundidos, que le daba una mirada sombría, sobretodo por el color gris oscuro de los ojos.
x- Ayax, demonio de nivel medio-alto cuyo único objetivo conocido es alcanzar un poder suficiente para poder gobernar al Inframundo, convirtiéndose en la fuente. Vaya, qué original.- comentó Paige.- Sus poderes no son nada extraordinario, pero sí el hecho de que posee una buena legión de demonios-esclavos a su servicio. El modo de destruirlo sería volver en su contra a su ejército de demonios mediante una poción a base de sal.
A continuación se detallaban los ingredientes y la preparación de dicha poción, que Paige comenzó a apuntar en una libreta.
x- ¿Sal?- dijo Paige.- ¿Cómo a los zombis?
x- Son esclavos, seguramente para convertirlos haya usado un procedimiento parecido, pero sin que sus habilidades se deterioren.- dijo Chris
x- Parece que estén trabajando en una compañía de teléfonos móviles tipo Nokia...- comentó Muriel.- cada día sacan algo nuevo, a este paso necesitaréis cuatro Libros de las Sombras para poder abarcarlo todo.
x- Tranquila...- dijo Paige.- aún no hemos rellenado ni el primero.
x- Tú espera.
Entonces, Paige acabó de apuntar la información en la libreta y le dijo a Muriel y a Chris:
x- Vosotros dedicaos a investigar las bibliotecas. Muriel aquí en Hogwarts y tú en la de Gideon, Chris. Necesitamos saber todo lo que haya sobre el demonio y las piedras.
Los dos se levantaron de sus asientos y salieron de la sala.
x- Y yo, pociones.
Entonces, Paige salió a buscar lo necesario para preparar la poción, rezando por no tener que pedirle nada al profesor Snape. "Ese hombre da grima", pensó.
oOoOo
Un rato después, Muriel iba ya más que aburrida de recorrer la biblioteca de un lado para otro sin encontrar nada que le sirviera o que no supiera ya. Además, no había demasiado material en el que buscar. Cuando llegó al último sitio donde la bibliotecaria le había sugerido buscar, se encontró con que Harry estaba sentado en la ventana, rodeado de unos pocos libros.
x- Hola.- saludó ella.
Harry levantó la vista, la volvió a bajar al libro que leía y saludó:
x- Hola.
Muriel miró el montón de libros que tenía a su alrededor.
x- "Portales al más allá: guía para principiantes", "La Muerte y la Magia a través de los tiempos: construcciones representativas"... Harry¿para qué asignatura se supone que buscas cosas así?
x- Es personal.
x- Oh...- Muriel le miró, preocupada.- ¿estás bien?
x- No me estoy muriendo, si es eso a lo que te refieres.- Muriel dejó de hacer preguntas y se volvió hacia la estantería, mirando los títulos de los libros.- ¿Y tú qué buscas?
x- La Atlántida, quiero saberlo todo sobre ella.
x- ¿Para Historia?
x- No, es personal.
Muriel sacó de la estantería un volumen grueso de color azul marino con unas letras doradas en la tapa con el nombre de la ciudad. Lo abrió por el índice y buscó algo relacionado con la rebelión, la batalla, el Último Muro, las piedras...
Sin prestar atención a Harry, leyó los pasajes que hablaban del hundimiento de la Atlántida. Hablaba de los poderes que se liberaron (para tener mucho cuidado), contaba la batalla más o menos fielmente (salvo por un par de detalles inverosímiles, como que intentaron hacer que la Luna cayera sobre la isla)...pero después del hundimiento, no decía nada. Ni Último Muro, ni piedras... nada.
x- Caca.- comentó Muriel cerrando el volumen de golpe.- ¿Dónde puedo encontrar más sobre esto?
x- ¿Has preguntado a la señora Pince?
x- Sí, y me mandó aquí y a tres secciones más que ya he visitado.
Se levantó del suelo y dejó el libro en su sitio, suspiró algo decepcionada, esperaba que la biblioteca de Hogwarts tuviera cosas más interesantes, más fuertes, más...del mundo de las Embrujadas y el suyo, pero no parecía haber mucho sobre eso.
x- Emm...¿Muriel?
x- Qué.
x- Yo tampoco encuentro lo que busco por aquí y – se acercó a ella fingiendo dejar un libro en la estantería, a continuación, la habló en un susurro.-...bueno, pensaba venir esta noche a la Sección Prohibida.
x- Oh, cierto, tampoco se me había ocurrido.
x- Si quieres que te traiga algún libro o te busque algo...
x- No, no vas a tener tiempo.- se quedó pensativa, frunciendo el ceño y los labios.- ¿Por qué no voy contigo? Así iríamos más rápido.
x- No me parece buna idea.
x- ¿Por qué¿No va a haber suficiente capa invisible para dos?
x- ¿Cómo sabes eso?
x- Tengo mis fuentes.
Harry iba a protestar, empezaba a parecerle que había metido la pata ofreciéndole ayuda, pero al final, se resignó.
x- Está bien.- dijo con un suspiro.- En la sala común a la una de la mañana.
x- Allí estaré.
oOoOo
Mientras, en la escuela de Gideon, Chris había llegado a la biblioteca en busca de información que pudiera resultar útil en la búsqueda del demonio que podría estar persiguiendo la piedra de Phoebe. Estaba ojeando un libro sobre demonios que eran los que normalmente "coleccionaban" poderes, sin mucho resultado, cuando Gideon apareció por la puerta de la biblioteca.
x- ¿Has encontrado algo?- le preguntó a Chris.
x- Qué va, pero tampoco llevo demasiado rato.
Gideon no dijo nada más, pero se quedó en la puerta, mirando a Chris. Éste se sintió incómodo y al poco dijo:
x- ¿Pasa algo?
x- Bueno...- comenzó Gideon, avanzando hacia él.- Verás, Chris. Leo está hablando ahí arriba con lo mayores.
x- Ya, si no aparece en mucho tiempo, es que está arriba de tertulia.
x- No es exactamente tertulia, Chris, es algo serio.
x- ¿Y cuándo los asuntos de los Mayores, por muy nimios que sean, no son serios?
Gideon suspiró, se sentó junto a Chris y continuó hablando.
x- Se trata de vuestra estancia con los magos.
x- ¿Qué?
x- Estamos preocupados, Chris, no nos gusta la idea de que haya demonios atacándolos, que haya magos que se alíen con demonios...
x- De eso no tenemos la culpa.- se defendió el luz blanca.
x- Lo sé, lo sé...sé que estáis allí para solucionarlo, pero es que no está siendo suficientemente rápido.
x- No te entiendo¿qué pretendéis?
x- Habéis localizado la amenaza, Chris. Ese tal Voldemort es el problema, si os limitarais a destruirle...
x- Ya, cómo...¿le digo a las Embrujadas que le lleven al Gran Comedor para que todos los alumnos del colegio vean cómo el poder de tres le elimina?
x- Sabes cómo queremos que lo hagáis.
x- Esto es más complicado de lo que piensas, Gideon.
x- No me lo imagino.- contestó el Mayor, sarcástico. Chris le miró con enfado.- Escucha, aún no hemos decidido nada, Leo os comunicará lo que sea. Ahora, te dejo que sigas investigando.
Gideon se levantó y ya iba a irse, pero se volvió para preguntar a Chris:
x- ¿Qué tal está Wyatt?
x- Bien, a salvo.- contestó el luz blanca sin levantar la vista de los libros.
x- ¿No habéis encontrado nada sobre el demonio?
x- Aún no.
Sin más palabra, Gideon salió de la biblioteca, dejando a Chris con una molesta sensación de que se estaba riendo de él en su cara.
oOoOo
Aquella noche, Harry llegó a la sala común, creyendo que tendría que esperar a Muriel, pero ella ya estaba allí esperándole a él, al parecer impaciente por entrar en la sección prohibida. Cuando se acercó a ella, la apuntó con un dedo y le dijo:
x- Una vez más, Muriel. No sé cómo supiste lo de mi capa, pero más te vale no contárselo a nadie.
x -Soy una tumba.
Harry suspiró y echó la capa sobre ambos, entonces se encaminaron fuera de la sala común, atravesando el cuadro de la señora gorda, y salieron al pasillo en dirección a la biblioteca.
Cuando se alejaron de la sala común, Harry sacó el mapa del merodeador y dijo el hechizo para activarlo, lo que despertó la curiosidad de Muriel, sobretodo al ver todas aquellas letras y dibujos.
x- ¿Y eso?
x- Otra cosa que no existe¿comprendes?
x- ¿Puedo saber al menos qué es?
x- Un mapa, con él puedo ver quién anda por dónde en los pasillos, así no nos cogerán in fraganti.
x- Mmmh...interesante.- dijo mientras le echaba un vistazo ella también.
Siguieron andando, se estaban acercando a la biblioteca cuando Harry se paró en seco y se refugió pegado a la pared, arrastrando a Muriel.
x- ¡Mierda!- saltó él.
x- ¿Qué?
x- ¡Es Halliwell!
x- ¿Piper?
x- No, Phoebe. Escondámonos detrás de una estatua o algo.
Pero Muriel no quiso moverse, sino que se asomó más por la esquina, pudiendo ver así a Phoebe llevando una pequeña caja en las manos. Pronto desapareció por otro pasillo.
x- ¡Estás loca¡Casi nos pilla!
x- Estamos bajo una capa invisible, Harry¿quieres calmarte?
x- ¿Sabías acaso que algunos profesores no necesitan verte para saber que estás ahí?- le dijo Harry, recordando sus clases de oclumencia con Phoebe.
"Oh, empatía, claro" pensó Muriel, pero debió de poner cara de no-sé-de-qué-me-hablas, porque Harry dijo:
x- No eres tan lista como aparentas ser, por lo que veo.
x- Tú tampoco deberías cantar victoria.- le contestó, reservada.- Ahora no perdamos tiempo y vayamos a por lo que vinimos a buscar.
Siguieron por el pasillo, Harry miraba hacia el mapa del merodeador con disimulo, mientras que Muriel tiraba de él. El chico no sabía si es que no le importaba que la pillaran o es que podía oír a los profesores a cientos de metros, porque caminaba bastante más segura que él por los pasillos.
Llegaron a la biblioteca y entraron haciendo el mínimo ruido posible, luego se dirigieron hacia la verja que cerraba la sección prohibida y Harry la abrió con un alojomora. En cuanto entraron, Muriel salió de la protección de la capa invisible y le dijo:
x- Ve a por lo que has venido, nos reuniremos aquí en veinte minutos o media hora.- Harry iba a decir algo, pero Muriel prosiguió.- Si Filch se presenta, te encontraré y nos refugiaremos bajo la capa. Pero si tienes que salir por patas, sal, no te preocupes por mí.
x- ¿Qué?
x- Créeme, va a resultarle muy difícil encontrarme.
Sin más palabra, la rubia salió corriendo hacia el fondo de la biblioteca buscando la sección que contuviera algo relacionado con la Atlántida. Harry, cuando vio que desaparecía por uno de los pasillos, reaccionó y fue a buscar lo suyo. "Si la pillan no me responsabilizo", pensó.
o0o0o0o
A pesar de que todo estaba prácticamente a oscuras, Muriel podía ver bien los títulos de las secciones y los libros gracias a su visión demoníaca, por la que tenía ese color rojo en los ojos tan característico de los de su especie...sólo esperaba no olvidar volverlos a poner azules cuando volviera con Harry.
Cuando encontró lo que buscaba y una vez se aseguró de que él estaba lo suficientemente lejos, Muriel subió sus manos con las palmas hacia arriba, hasta la altura de sus codos, y murmuró:
x- Piedras Atlantes.
De la última balda de la estantería que tenía delante suya, salió un libro de tapas negras de grosor medio, cuyo título era simplemente "Atlántida". Cuando se posó sobre sus manos, se abrió solo y las páginas fueron pasándose solas hasta que paró en uno de los capítulos del final.
"El Último Muro", era su título.
x- Veamos cuán útil es esto.
o0o0o0o
Mientras, Harry invocó un lumos y se puso a buscar por la estantería de la pared izquierda de la sección prohibida, alumbrando los títulos y esperando encontrar algo útil sobre el velo...
Se maldijo a sí mismo, debió ser más cuidadoso cuando estuvo investigando en la biblioteca. Hasta ahora, nadie había sabido de su búsqueda, pero como siempre, Muriel parecía tener el don de estar en el sitio adecuado para enterarse de todo en primera persona, desde esto hasta de los monstruos aciditos que le atacaron.
Muriel había prometido no revelar nada, no contar a nadie los libros que le había visto leer. Sin embargo, él no podía chantajearla con nada, pues no le importaba que fuera contando por ahí que iba buscando cosas sobre la Atlántida y no tenía pruebas de que lo de aquel ataque fuera un montaje hecho entre Muriel y Myrtle...aunque sabía que podía conseguirlas.
Sacudió la cabeza, se estaba obsesionando¿qué más daba si se enteraban? Seguramente Dumbledore ya lo supiera y tal vez había ocultado los libros en los que aparecía el velo. Aunque¿por qué iban a ocultárselo?
Mientras pensaba en esto, pasó por delante de la sección de demonología y encontró un ejemplar llamado "El libro Rojo del Inframundo" y cuando leyó eso, se quedó helado y recordó aquel horrible sueño...
"...Bienvenido al Inframundo, Harry Potter..."
Ese era el sitio donde estaba Voldemort, reunido con aquel tipo que "quería sus miedos". Respiró hondo y lo sacó lentamente de su sitio, no pesaba demasiado ni era demasiado grueso, aunque sí era un libro muy alargado y ancho.
Lo abrió por la página del índice, que empezaba de manera bastante sorprendente:
1.- Estructura jerárquica de los Altos Demonios
2.- Historia y Personajes de los Altos Demonios
o-o-o Antigüedad
o-o-o Edad Media
x-----------"Los Ojos"
x------------Zufelt
o-o-o Edad Moderna
x------------Dukandra
x------------Lenae
x------------Mardock
x------------Zarnedon
o-o-o Edad Contemporánea
x------------Shax
x------------Zankou
x------------Imara
x------------Barbas
x------------Beltazor
o-o-o La Tríada
o-o-o La Fuente
x- Vaya, vaya...- murmuró Harry mientras comenzaba a pasar las páginas.
Mientras, Muriel ya había encontrado lo que buscaba y había memorizado más o menos lo que decía, además de guardarse mágicamente el libro consigo. Entonces se asomó hasta donde estaba Harry y vio el título del libro que estaba mirando.
Se quedó aún más pálida de lo que estaba, y con un ligero pero vehemente movimiento de la mano se lo cerró de golpe, pillándole los dedos. Harry soltó un gruñido mientras se agarraba los dedos con la mano que se había salvado, maldiciendo al libro. Muriel se escondió un poco de la vista del chico, esperando a que dejara el libro...
Harry sacudió la mano, debió de haber sospechado que los libros estarían encantados, como el que le gritó en primer año cuando buscaba a Flamel. Cuando dejó de dolerle, abrió otra vez el libro e iba a empezar a ver las ilustraciones de los demonios cuando oyó a Filch entrar por la puerta de la Biblioteca como un vendaval, y a la señora Norris maullando.
x- Alguien está tocando libros que no debe, pequeña. Encuéntralo.
Harry se quedó unos momentos sin saber muy bien qué hacer, hasta que dejó el libro como pudo en su sitio y se echó la capa invisible por encima. Iba a correr hacia el pasillo principal para salir cuando alguien le cogió del brazo y le llevó al siguiente pasillo, metiéndose a continuación dentro de la capa.
x- Shhh...
Muriel había llegado ni se sabía cómo hasta él, y ahora estaban en medio de un pasillo en silencio, escuchando los pasos del conserje. Pasó justo por delante de ellos, alumbrando el pasillo donde estaban, pero por supuesto no consiguió verles.
Entonces, Muriel le empujó hacia la salida, pero Filch había cerrado la reja para que nadie saliera, o si salía, para que él se diera cuenta.
x- ¿Y ahora qué?- murmuró Harry entre dientes.
Muriel se encogió de hombros, pero en secreto, estaba moviendo el cerrojo con las manos muy, muy despacio. Al fin, la puerta se abrió levemente, Muriel la empujó un poco más y pasaron por la verja con cuidado para no hacer ruido, cerró tras ella y ambos echaron a correr hacia la puerta de la biblioteca.
Justo cuando iban a abrir, alguien la abrió por ellos. Era Chris, que al parecer le había tocado guardia junto con Filch. Por poco no chocan con él, pero lograron pasar a su lado, pegados a la pared. Sin embargo, Chris notó algo, porque se dio la vuelta y alumbró el pasillo con su varita. Al no ver nada, entró en la biblioteca.
Ni Muriel ni Harry hablaron durante el camino de vuelta, el cual estaba bastante bien vigilado, como pudieron apreciar por la presencia de Snape, Paige, Flitwick y algunos fantasmas de Hogwarts. Éstos colaboraban con los cuadros, muchos de los cuales estaban alerta.
Cuando llegaron a la sala común, ambos se sentaron en unos sillones cerca de la chimenea, cansados de la caminata. Cuando recuperaron el aliento y descansaron un poco, Muriel le preguntó a Harry:
x -¿Qué tal tu búsqueda?
x -Interesante,- contestó.- ¿y tú?
x -Eeem...bien.
Harry la miró, parecía preocupada.
x- ¿Sólo bien?
x- Sí, en fin, encontré lo que buscaba.
x- Yo no exactamente, vi algo muy interesante.
El silencio de Muriel y su mirada expectante le dio a entender que le escuchaba atentamente.
x- ¿Sabías que existe un lugar llamado Inframundo¿Dónde viven demonios?
Ella no dijo palabra, solamente siguió mirándole. Harry continuó hablando.
x- Lo he visto en un libro, aunque se lo había oído mencionar a alguien...
Muriel pensó en ese momento que habían hablado más de la cuenta, ella y las Embrujadas, y que tal vez había oído algo de las chicas.
x- ¿Demonios?- preguntó Muriel, su tono era tenso.- ¿Y qué aspecto tenían?
x- No llegué a verlos, el libro se me cerró de golpe, pero llegué a leer nombres, que son lo más sorprendente, me pregunto de dónde los sacan.
x- ¿Y eso¿Cuáles eran?
Harry se tomó un momento en recordar el Índice de aquel extraño libro.
x- Zankou, Dukandra, Beltazor, Lenae, "Los Ojos"...
x- ¿Qué leíste sobre ellos?- le interrumpió Muriel
x- Nada, ya te dije que se me cerró en las narices...o más bien en las manos.
Harry hubiera jurado que Muriel había suspirado...
x- ¿Estás bien?
x- Sólo cansada, será mejor que nos vayamos a la cama.
Se levantaron de los sillones y fueron hacia las escaleras.
x- Has sido rápida, pensé que tendría que ir a buscarte.
x- Oye, Harry...¿qué libro era ese? Suena interesante.
x- "El Libro Rojo del Inframundo".- contestó con tono burlón.- Nada peligroso, te lo aseguro.
x- Ya...hasta mañana.
x- Adiós.
Harry se quedó mirando un momento la escalera por la que había subido Muriel, parecía que no le había gustado nada que leyera ese libro. "Ni que fuera su diario personal", pensó sonriendo. Pero entonces se paró a pensarlo¿y si había algo en ese libro...? Pero eso era imposible, porque entonces ella estaría relacionada con el "Inframundo"¿y qué sería¿Uno de los demonios que allí aparecían? Ridículo, pues si todos ellos eran antes del siglo XIX, significaría que Muriel no tenía precisamente once años.
x- ¡Qué tontería!
Sacudió la cabeza y subió él también a su habitación. Más le valía "vaciar su mente" y practicar un poco antes de la próxima clase de oclumencia con Phoebe.
oOoOo
Mientras, en el dormitorio de las chicas de primer año, Muriel se acostó echando el dosel de su cama y se quedó mirando al techo. Luego, de forma mágica, hizo aparecer dos libros en sus brazos. Uno de ellos era el de la Atlántida, y el otro era el Libro Rojo... de nuevo suspiró, Harry había estado a punto de descubrir su pasado demoníaco. Estaba segura que el Libro Rojo ofrecería un dibujo muy fiel de sus rasgos hace 300 años, que por otro lado, eran iguales que los de ahora.
x- Pero¿qué hace un libro como este en una biblioteca para magos?
Sin falta se lo diría a las chicas al día siguiente, por supuesto lo guardarían bajo cerrojos para que nadie más que ellas lo encontraran. Esa clase de información no era conveniente que fuera circulando por ahí, además, a ellas podía resultarles útil. Mirando el libro, vio que tenía una especie de marquita anaranjada y redonda. "Debe ser algún código de clasificar libros", pensó.
Pasando las páginas del libro, no pudo evitar que recuerdos de aquella época acudieran a su mente. Había conocido a muchos de los demonios que debían de estar en ese Libro, había compartido con ellos misiones, batallas...y, con dos de ellos, incluso una especie de amistad.
Todos habían perecido, a manos de brujas u otros seres mágicos del Bien, todos salvo ella. No echaba de menos aquellos tiempos, aunque sí muchos momentos de hace casi 300 años, momentos que vivió con su familia.
x- Will...- murmuró.
Sin que pudiera evitarlo, sus ojos se llenaron de lágrimas, su mente de recuerdos que ahora le resultaban dolorosos al saber que no se repetirían, el corazón le ardía de tristeza.
"Otra vez no, otra vez no...", se repetía mentalmente, intentando contenerse.
No era la primera vez que le pasaba, por eso tenía la experiencia de que si se ponía en aquel plan le duraría varios días. No quería pasar por eso de nuevo, pero 288 años, 4 meses y 14 días no le eran suficientes para olvidar todo lo que le quitaron.
Dios, si aún llevaba la cuenta del tiempo que pasaba... y la llevaría hasta que muriera definitivamente.
Se rindió, sabía que no podría parar de llorar en toda la noche y quién sabe si durante el día siguiente. Al menos, ahora ya no sentía el irrefrenable impulso de gritar y destruir todo lo que pillara a su paso.
El llanto, el dolor y sufrimiento emocional...cosas que no había conocido cuando era verdaderamente un demonio, una de las que más odiaba de lo que se había convertido, algo que echaba de menos en cierta medida: no sentirlos.
Pero no se arrepentiría nunca de haber salido del Inframundo en el que creció.
x- Mamá...
Muriel se volvió en la cama, intentando dormir, pero alguien siguió llamando.
x- Mamá, despierta.
Abrió los ojos, miró hacia los pies de la cama y cuando vio quién estaba allí se incorporó de golpe.
x- ¡Nora¿Qué...?
x-Ven, mamá, tengo una sorpresa.
Sin saber muy bien lo que hacía, se levantó de la cama y siguió a su hija a través de su dormitorio de Hogwarts y las escaleras hasta la sala común. Era tal y como la recordaba, con su largo cabello rubio y sus ojos dorados, el vestido que llevaba la última vez que la vio... pero de repente, ya no recordaba que hubiera muerto, simplemente estaba allí, guiándola a alguna parte. Aunque sabía que era un sueño, prefería pensar que era real...con lo que olvidó lo que pasaría después, tantas veces repetido en otros muchos sueños iguales a ese.
x- ¿Dónde vamos?
x- Sígueme...
Salieron a través del cuadro y se deslizaron sin hacer ni un solo ruido por los pasillos hacia la puerta principal. Estaba cerrada y su hija la abrió mientras se reía, de nuevo le dijo que la siguiera, que tenía una sorpresa.
Una vez afuera, salieron a los terrenos siguiendo el lindero del bosque prohibido. Cada vez estaba más oscuro, pero curiosamente a Muriel no le hacía falta luz ni su visión demoníaca para poder andar. Podía sentir a Nora y con eso le bastaba para seguirla sin problemas.
Llegaron a un claro, allí su hija se detuvo y le dijo:
x- Cierra los ojos.
Muriel hizo caso, aunque no había diferencia de tenerlos abiertos a cerrados, no veía nada.
x- ¿Dónde están tus hermanos, Nora?- preguntó Muriel.- ¿Y tu padre?
No obtuvo respuesta.
x- ¿Nora¿Qué me habéis preparado?
Entonces sí que le respondieron, pero no era su hija, ni tampoco la voz de su marido ni de ninguno de sus hijos...
x- Feliz cumpleaños, mi querida Dukandra.
Se quitó las manos de los ojos y miró con horror al ser que tenía delante, ni más ni menos que la Fuente. Aceptando la verdad, que aquello no era más que un sueño, trató de salir de él para no ver el final. Normalmente lo conseguía si conseguía recordar algo que hubiera pasado después de aquella noche, así que le gritó a la Fuente:
x- ¡TE DESTRUYERON, BASTARDO¡LAS EMBRUJADAS TE DESTRUYERON!
x- Y yo te destruiré a ti...
Entonces sintió una gran presión en todo el cuerpo, intentando quebrarle cada uno de sus huesos. Estaban usando un Lazo del Diablo para matarla lentamente. Su intento de salir del sueño no funcionó. Notó cómo cedían primero los brazos, se le desencajaban los hombros...no pudo evitar gritar de dolor. Y en medio de todo aquel sufrimiento, también oyó a gente acercarse...a su gente.
x- ¡Mamá!
x- ¡Muriel!
x- ¡NOO¡NO OS ACERQUÉIS¡OTRA VEZ NOO!
Entonces la Fuente se puso a reír.
x- Y las veces que hagan falta, Dukandra, para que pagues tu traición hacia mi.
Entonces volvió a ver, tan vívido como si fuera real, cómo su marido y sus hijos venían a intentar salvarla y cómo todos caían fulminados bajo el poder de la Fuente.
Y después del "espectáculo", como la Fuente lo llamó, con todos los huesos rotos además del alma, notó cómo se moría...
Despertó empapada en sudor, temblando y con la cara húmeda por las lágrimas. Hacía tiempo que aquel sueño no se repetía, la noche en que mataron a su familia...como Nora decía, fue su sorpresa de cumpleaños.
Se levantó corriendo de la cama, llegó al baño y echó toda la cena en el váter. Contuvo un grito de rabia y dolor y se desahogó dando un puñetazo a la pared. Luego fue hasta los lavabos y se enjuagó la boca y la cara, intentando calmarse, pues aún no había dejado de temblar.
Sin poder dar un paso más, se apoyó en la pared y se deslizó hasta el suelo, donde se quedó sentada prácticamente toda la noche hasta que tuvo fuerzas para levantarse y, al menos, irse a la cama y aparentar que había estado durmiendo.
oOoOo
Entrada la mañana, Muriel entró rápidamente en el aula de Defensa, donde Piper estaba dando de desayunar a Wyatt.
x- ¡Hey, Piper!
La Embrujada se dio la vuelta y la miró, Wyatt también se puso contento de verla y orbitó a sus brazos.
x- ¿Qué haces, Wyatt¿Poniéndote gordito?
x- ¡Hola Muriel!
x- Hola, Piper.- comenzó a decir a toda leche, sin mirar a la Embrujada.- Mira, Potter cogió esto de la biblioteca ayer,- sacó los libros de su mochila.- seguro que lo están buscando, así que será mejor que digas que lo tenías tú.
x- ¿De qué va todo esto?
x- Ayer fuimos a la sección prohibida y nos pillaron, así de sencillo. No te preocupes, no nos llegaron a ver, pero este libro tiene una etiqueta, apuesto a que además es una alarma.
x- Ah, estooo...
x- Lo cogí porque me pareció muy raro el que estuviera en una escuela de magos, échale un vistazo y ya me contarás.
Dejó a Wyatt encima del pupitre más cercano, cogió su mochila, le dio un beso al pequeño y se fue hacia la puerta, despidiéndose de Piper sin haberla mirado ni una sola vez. Ella se acercó a su hijo y a los libros, cogió a Wyatt en brazos y le dio la vuelta al primer libro para ver el título.
Cuando lo vio, comprendió el comportamiento de Muriel, pero también se extrañó de que un libro que hablaba del Inframundo estuviese en Hogwarts.
x- ¡Leo¿Puedes bajar un momento?
Al momento, un montón de lucecitas blancas inundaron el aula, Piper se giró hacia Leo y le enseñó el libro. Él se acercó a cogerlo y puso mala cara.
x- ¿Qué pasa?- preguntó Piper.
x- Esto no mejora las cosas¿dónde lo encontraste?
x- En la biblioteca del colegio.- Leo suspiró.- ¿Qué?
x- Iré a informar arriba, luego te cuento.
x- ¡Ni se te ocu...!
Pero Leo ya se había ido, dejando a Piper con mala cara, a Wyatt en un brazo y el libro en la otra mano.
x- Ya me contarás...- dijo burlona.
oOoOo
Muriel llegó al Gran Comedor con la cabeza baja, llegó a la mesa de Gryffindor y se sentó saludando brevemente a todos. No notó que Draco la estaba mirando disimuladamente, dando gracias por que aquella noche no le hubiera visto la cara. El Slytherin aún no podía creerse que nadie se diera cuenta de que aquella niña no era ni siquiera humana, y más Dumbledore... pero, de momento, no ganaba nada diciéndolo, salvo tal vez que ella intentara asesinarle antes de hacer ningún otro movimiento.
Mientras tanto, en la mesa, Muriel había comenzado a desayunar.
x- Hoy tienes una cara horrible,- le dijo Lorraine.- ¿estás bien?
x- Sí, genial.- dijo con un suspiro.- ¿Qué tenemos hoy?
x- Pociones, Herbología, Encantamientos y Defensa.
Muriel asintió sin hacer más comentarios mientras se servía un vaso de zumo. Seguía absorta en sus pensamientos de la noche anterior y no escuchaba nada de lo que tenía alrededor. Se quedó atontada mirando su vaso de zumo, como si de un pensadero que refleja recuerdos se tratase.
x- ¡Despierta!- le dijo Ginny de repente, dando una palmada delante suya.
x- ¿Mmmh?
x- ¿No tienes nada que contarnos?- le preguntó Lorraine.
Lorraine y Ginny la miraban expectantes, pero ella se limitó a encogerse de hombros e inventarse la mejor excusa que tenía a mano, que era cierta.
x- Asuntos familiares.
Siguió igual de callada hasta que volvieron a llamarla para irse a las clases, cuando salían del comedor, Dumbledore llegó hasta ellos y dijo:
x- Harry, señorita Fawn, me parece que debemos hablar sobre cierto asunto. ¿Me acompañan a mi despacho?
La rubia se encogió de hombros y se despidió de los demás con la mano, mientras que Harry miró nervioso a Ron y a Hermione. ¿Se trataría de lo de la biblioteca?
oOoOo
x- Sentaos.
Los dos obedecieron, Harry miró atentamente al director, pero Muriel parecía perdida en su propio universo.
x- ¿Puedo saber lo que estabais haciendo en la biblioteca?- preguntó Dumbledore.
Harry se puso nervioso, no pensaba contarle que buscaba información sobre el velo. "Si es tan listo, que lo averigüe solo", se dijo. Sin embargo, había otra pregunta que le rondaba la cabeza¿cómo lo había averiguado? Como leyendo sus pensamientos, o más bien su cara, Dumbledore dijo:
x- Para que lo sepáis, el libro que uno de los dos cogió llevaba una alarma mágica que alertó a Filch de que había alguien fisgoneando. Lo segundo es que los gemelos Weasley están bien enfrascados en sus asuntos, con lo cual ellos no pudieron ser. Y tercero, si nuestro conserje no vio a nadie es que se trataba del propietario de la única capa invisible de Hogwarts.
Harry le miró y suspiró resignado, para qué negar nada si él ya sabía casi todo. Muriel, saliendo un poco de su ensimismamiento, se molestó en contestar:
x- Necesitamos saber cosas sobre la Atlántida.- dijo Muriel, Harry la miró de reojo.
x- ¿En serio?- dijo el director.
x- Sí, hicimos una apuesta. Tenemos que aportar una teoría coherente de su paradero, quien lo consiga, podrá pillar lo que quiera de Zonko o alguna de esas tiendas de Hogsmeade.
x- ¿Y por eso os metéis a medianoche en la sección prohibida?
Harry apretó los labios, sabía que semejante patraña no colaría. Muriel, sin embargo, esbozó la primera sonrisa del día. "Buena señal", se dijo ella a sí misma.
x- Bueno, yo tenía curiosidad por la ciudad. Es un mito muy interesante. Harry, por otra parte...
El muchacho se puso tenso¿iba a delatarle? La mataría como se atreviera a decir nada.
"¿Mataría¡Pero en qué estoy pensando?" pensó, frunciendo el ceño y sacudiendo la cabeza. Dumbledore le miró con interés.
x- ...no ha olvidado el ataque de aquellos monstruos verdes, así que quiso saber más sobre ello.
x- Oh, ya veo.- asintió, parecía convencido, y en parte era verdad. Lo único era que Harry había acabado en la sección de demonología por casualidad.- ¿Es así, Harry?
x- Sí...
Lo dijo con la cabeza baja, intentando parecer convincente. Dumbledore pensó sobre ello unos instantes, y a continuación dijo:
x- Está bien. Harry, puedes irte.- Muriel alzó las cejas, mirándole.- Usted quédese un momento, por favor.- le dijo a ella.
El director se levantó de su sillón y acompañó a Harry a la puerta, justo antes de que se fuera, le dijo:
x- Ya hablaremos, Harry.
Él asintió, Dumbledore cerró la puerta y Harry se quedó un momento en las escaleras. Normalmente era él el que se quedaba... no sabía si tomárselo como algo bueno o malo, si tomarlo como que sus sospechas sobre Muriel se reforzaban o...o, sencillamente, se estaba volviendo paranoico. Así, se encogió de hombros y bajó las escaleras para ir a clase.
x- Bueno, Muriel...¿puedo llamarla así?
x- Claro.
Estupendo. Verás, la señora Pince lleva buena cuenta de los libros que tiene, los cuida bien, son muy importantes para ella.- Muriel asintió, sabía por dónde iban los tiros.- Y resulta que le faltan dos.
x- Y piensa que los tengo yo.
x- Harry no los tiene.
x- Yo...- puso cara culpable.- Sólo miré el de la Atlántida, no sé cuál es el otro.
x- ¿No?- Muriel negó con la cabeza.- Se trata de un libro antiguo que nunca debieron ver, mucho menos Harry. Y ahora quiero saber dónde está, pues necesitamos sacarlos todos de la biblioteca.
x- A mí que me registren.- dijo poniendo las manos arriba, ya se los había dado a Piper.- Yo no los tengo, lo juro.
Dumbledore la miró por encima de sus gafas de media luna, pero a Muriel no se la colaba.
x- Le aseguro que no sé qué libro es el que está buscando, yo sólo quería saber cosas sobre la ciudad perdida.
Por muchas vueltas que Dumbledore diera al asunto, Muriel no iba a mencionar una palabra sobre Harry. Ni siquiera afirmaría que estaba buscando algo, ya que se sobreentendía que no había ido a la sección prohibida en medio de la noche sólo para acompañarla... tampoco mencionaría nada sobre lo que el chico había estado buscando por la mañana, aquellos libros sobre la Muerte y cosas así.
x- De repente, alguien entró en el despacho, Muriel se dio la vuelta y vio a Filch.
x- ¿Señor?- comenzó el conserje.- Venía para decirle que la señora Pince agradece su interés, pero que la profesora Halliwell ha devuelto los libros que faltaban. Al parecer, sea lo que sea lo que Potter y esta señorita miraran anoche, lo dejaron en su sitio, no eran esos libros.
x- ¿Los tenía Piper Halliwell?- Filch asintió
Dumbledore no reflejó emoción alguna en su cara, simplemente miró al conserje y asintió.
x- Está bien, Argus, muchas gracias.
El conserje se fue cerrando la puerta sin más palabra.
x- Un error de nuestra despistada bibliotecaria.- dijo Dumbledore, sarcástico.- Bien, Muriel, puedes irte. Disculpa las molestias.
Muriel se levantó del sillón y se largó hacia la puerta a paso rápido rápido. Sin embargo, Dumbledore añadió algo más:
x- La profesora McGonagall está al corriente de lo sucedido y ha decidido imponeros un castigo. Dile a Harry que os debéis pasar por su despacho después de comer.
x- Sí, señor.
Se fue corriendo, si llegaba tarde a clase Snape la tomaría con ella durante toda la hora, y no estaba ni de lejos de humor para soportarle. Encima, la siguiente clase era con Piper, estaba segura de que no podría ocultarle una segunda vez lo que le pasaba.
La mañana se pasó rápidamente, al menos para Muriel, que estuvo en su mundo la mayor parte del tiempo. Snape por fortuna estuvo muy ocupado dando la lata a otro chaval, al que Muriel le hubiese gustado ayudar, pero no estaba de humor para nada.
Además, hubiera deseado no tener Defensa con Piper aquel día, PRECISAMENTE aquel.
Durante toda la hora, Piper estuvo observándola, por mucho que ella quiso aparentar que todo era normal, se le notaba en la cara que no había pasado muy buena noche. Así que, al final de la clase, Muriel se quedó un momento a petición de la Embrujada, que se acercó a preguntar:
x- ¿Qué te pasa?
Podía ocultarle a toda la escuela, a Dumbledore, a Barbas, a los Mayores...a todo el mundo, lo que le pasaba. Pero no a las Embrujadas, así que en cuanto el último alumno cerró la puerta, Muriel estalló de nuevo en el hombro de Piper, que suspiró e intentó consolarla.
x- Otra vez...- la chica asintió sin dejar de llorar.- No imagino lo que debes estar pasando, pero ahora debes ser fuerte y superarlo.- ella no contestó.- Y a todo esto¿por qué ahora¿Qué ha pasado?
Muriel se separó de su hombro y Piper sacó un paquete de pañuelos de su bolsillo. La rubia cogió uno y se secó las lágrimas y se sonó la nariz antes de contestar.
x- El...el Libro...Rojo. El...que te di...esta mañana.- contestó hipando.- Ahí salgo y...en esa época...
x- Lo sabía, qué oportuno el niñito de los...- murmuró Piper contra Harry.- De toda la maldita biblioteca va a coger precisamente ese.
x- ¿Qué...sabe Leo?
Piper le contó entonces lo que Leo le había dicho en Hogsmeade y lo que habían decidido los mayores tras saber que había libros de esa clase en la biblioteca de Hogwarts, eso dio un tiempo a Muriel a calmarse.
x- No sé qué decir.- contestó Muriel cuando Piper acabó.
x- ¿Estarías a favor de borrarles la memoria?- la chica se encogió de hombros, indecisa.- En fin, tus razones tendrás.
Se produjo un silencio mientras Muriel acababa de calmarse, entonces Piper continuó hablando.
x- Tienes que largarte de aquí.
x- ¿Qué? Oh, Piper...no puedo, Harry...
x-Ese crío sólo te ha causado problemas desde que estás aquí. Lo que necesitas es volver con los tuyos, no sé, ir de misión extraña a exterminar demonios en el Infierno o algo así que requiera acción. Aquí te estás estropeando.
x- Tonterías...
x- Esto que te pasa ahora nunca ha sido una tontería, Muriel.- replicó Piper en un tono que no admitía discusión.- Diremos que...no sé, ha muerto un familiar cercano tuyo y que tienes que irte y esas cosas. Así podrás estar un tiempo fuera de aquí, renovándote, y cuando vuelvas será diferente.
x- ¿Lo dices porque piensas matar a Harry?
x- Si no fuera un inocente...- puso mirada maliciosa, Muriel le dio un golpe en el brazo.- ¡Es broma!
x- No fue culpa suya, lo que no me explico es por qué le atrajo semejante título. Se suponía que buscaba cosas sobre construcciones de la Muerte y eso...
x- ¿Cómo?
x- Es lo que le vi buscando ayer por la mañana.
Piper se quedó pensando en lo que Phoebe había dicho de la muerte de su padrino, que caía a través de un arco y un velo...
x- ¿Piper?
x- Creo que sé lo que estaba buscando.
Muriel abrió más los ojos, esperando la explicación. Piper le contó lo que Phoebe había visto en su última clase de Oclumencia con Harry.
x- Pues no tengo ni idea de qué puede ser.- contestó Muriel.- ¿No tenía alguna inscripción o algo?
x- No, que sepamos.
Muriel se bajó de la mesa y se puso la cartera, resopló y dijo:
x- Intentaré sacar algo...de la biblioteca de la Isla, ya sabes.
x- ¿Entonces estás de acuerdo en volver con los demás Necrus?- Muriel suspiró y asintió.- De acuerdo, lo prepararemos todo. Phoebe te respaldará, se supone que es tu guía en el mundo de los magos.
x- Vale.
Se fue hacia la puerta, tenía que darse prisa en comer porque después tenía el castigo con McGonagall. Cuando salía del aula, la voz de Piper la detuvo
x- Hey, Muriel.- se dio la vuelta y la miró.- Intenta divertirte.
Sin saber muy bien por qué, el comentario hizo gracia a la rubia, que se rió. Piper sonrió también, parecía ir mejorando poco a poco. Comprendía lo penoso que debía resultarle, si ella ahora mismo perdiera a Leo y a Wyatt no lo soportaría...muchas veces lo había pensado, aunque enseguida se lo quitaba de la cabeza. Si ambos murieran¿seguiría el mismo camino de Muriel? Les vengaría convirtiéndose en Necrus, sí, pero tendría que soportar vivir sin ellos sólo Dios sabe durante cuánto tiempo y ese era un pensamiento devastador.
oOoOo
Tras la hora de la comida, Muriel y Harry se reunieron para ir al despacho de McGonagall y recibir el castigo. Él trató de hablar con la rubia, pero la veía tan abstraída, tan... en fin, decidió no decir nada.
Llegaron a la puerta y entraron cuando McGonagall les abrió. Se quedaron de pie frente a la profesora en medio de la sala.
x- Bien, sabéis por lo que estáis aquí¿verdad?- los dos asintieron.- Y dada vuestra inmensa curiosidad por la sección prohibida, lo mejor es que la veáis de una vez y os dejéis de paseítos nocturnos. Ha sido una total irresponsabilidad por vuestra parte, y más vosotros dos, que habéis sufrido ya ataques de esas...cosas.
x- ¿Va a quitarle puntos a Gryffindor?
x- Ya lo he hecho, señorita Fawn.- Harry y Muriel se miraron.- Así que, como iba diciendo, la señora Pince debe ordenar la biblioteca y clasificar los ejemplares. Vuestro castigo consistirá en ayudarla en su tarea.
x- ¡Ordenar TODA la biblioteca?
x- Exactamente, así la conocerá de cabo a rabo, señor Potter, y no tendrá necesidad de acudir a deshora. Y a todo esto, no sé por qué usted insiste en entrar a hurtadillas en la sección prohibida, cuando este año comienzan a concederse permisos para poder completar los deberes que les mandan.
Harry no puso ninguna cara, por mucho permiso que le dieran estaba claro que no podría ver los libros que quería ver.
x- Bien, vuestro turno empezará mañana y será desde las seis de la tarde hasta la hora de la cena.(n/a: ya sé que los ingleses cenan temprano, pero esto va a la costumbre española)
El silencio de la profesora les dio a entender que la conversación había terminado, con lo que se levantaron de sus asientos y se fueron al pasillo. Cuando cerraron la puerta, Harry se apoyó en la pared y suspiró.
x- Lo que me faltaba, a cambio del Quidditch, me toca hacer de bibliotecario.
Harry miró a Muriel al no obtener contestación, ella simplemente se encogió de hombros
x- ¿Acaso te parece bien?- le dijo él.
x- La verdad es que me da lo mismo.
Con esas se fue por el pasillo, desapareciendo tras una esquina. "Está así desde anoche¿pero por qué?" se preguntó, no le pareció que fuera por nada relacionado con los libros.
"Asuntos familiares", eso había dicho. ¿Quizá algo sobre sus padres¿Qué le habría contado Dumbledore?
x- Odio ser el idiota que no tiene ni una maldita respuesta y siempre todo preguntas.- dijo en voz alta.
Sacudió la cabeza y luego él también se fue. Ahora tenía clase con Phoebe de Oclumencia y quería practicar un rato mientras llegaba, al menos para que no le echara la charla. Además, podría preguntarle acerca de lo que pasó en el callejón y tal vez averiguar algo sobre la "luz negra".
Entró en el aula, más o menos preparado para lo que venía...o más bien no.
Se quedó de piedra cuando vio a Phoebe haciendo levitar una extraña piedra y vestida como si fuera una mujer de la Antigua Grecia, con una túnica de tonos granate.
x- ¿Profesora Halliwell?- preguntó.- ¿Se encuentra bien?
Phoebe le miró de repente y entonces se levantó de golpe de su asiento, poniéndose en posición de ataque. Harry se echó atrás.
x- ¿Has venido a robar mi piedra?- dijo ella, amenazante.
x- He venido...- comenzó Harry, pero viendo que Phoebe comenzaba a acercarse con muy mala cara, empezó a irse hacia la trampilla de salida.- Oclumencia¿recuerda?
Entonces Phoebe se paró, Harry notaba que le temblaban las manos. "¿Es que esta asignatura vuelve loca a los profesores o qué?" pensó.
x- ¿Y?
x- Que...bueno, he practicado y...
x- Mientes.- saltó Phoebe de repente, Harry tardó un momento en contestar.
x- ¿Qué?
x- Lo he visto en tu mente.
Harry resopló, ya sabía que no serviría de nada, pero intentó excusarse.
x- Bueno, ya sé que me dijiste que...
x- Los oídos no sirven de nada a un cerebro ciego.
x- ¿Qué?
Harry miraba a la profesora completamente rayado, empezaba a pensar que de verdad se el había ido la olla.
x- Oiga, es que no tengo mucho tiempo y...- suspiró.- No creo que pueda hacer esto, voy a tardar una eternidad en aprender a cerrar mi mente y Voldemort como mucho puede tardar media hora en volverme loco con sus visiones. Además...usted aún no me ha enseñado realmente a cerrar mi mente, sólo...¡tonterías! Necesito que me diga cómo evitar todo esto ya, algún método rápido. Podríamos empezar contándome cómo llegó a conseguirlo usted.
x- El que ha desplazado la montaña es el que comenzó por quitar las pequeñas piedras.
Harry volvió a quedarse sin palabras, no entendía ni lo que Phoebe le estaba diciendo ni a qué venía lo de la montaña, y así se lo hizo saber a la profesora.
x- No entiendo nada de lo que me está diciendo, y si va a empezar con ambigüedades entonces mejor me voy.
x- Bah, mortales...
De nuevo, Harry se quedó pensando si había oído bien o es que se estaba quedando sordo...¿le había llamado "mortal"?
x- Bueno, pero...¿va a sugerirme algo?
x- Busca dentro de ti mismo, en tu cabeza, y allí lo encontrarás.
Harry se rayó otra vez, resopló de nuevo y negó con la cabeza mientras decía.
x- No entiendo nada.
x- El trabajo del pensamiento se parece a la perforación de un pozo: el agua es turbia al principio, pero luego el agua se clarifica.
x- Oiga...¿puedo saber qué le pasa?- comenzó a protestar Harry.- Primero me anima a seguir con esto porque soy capaz de hacerlo, ahora la verdad...no tengo ni idea de lo que está haciendo, si me anima, me desanima o...¿o qué? Mire, usted estuvo en el ataque al callejón el otro día, sabe perfectamente que estamos en guerra y que Voldemort va a por mi, no creo que Dumbledore le haya dicho la razón, pero va a por mi. Y una de sus armas son sus visiones, así que tengo que combatirlas y deprisa.- Phoebe escuchaba no muy atentamente, con lo que Harry se sintió estúpido.- ¿Es que a usted no le importa¡He perdido mucho por culpa de esta mierda¿sabe¡El año pasado fue un desastre y pensé que con usted podría hacer algo¡Pero veo que lo que hago para oclumencia no sirve de nada¡Así que creo que lo mejor será no hacer nada!
Sin más, se dio la vuelta y abrió la trampilla para salir de la clase. Comenzó a bajar las escaleras y cuando iba a cerrar la trampilla Phoebe se acercó y le dijo desde arriba.
x- ¿Sabes? Con sacrificio puede que hayas logrado poco, pero sin sacrificio seguro que no lograrás nada.
Harry, tras quedarse parado por enésima vez, sacudió la cabeza y se fue por la trampilla cerrando tras de sí. Bajó las escaleras con cuidado, murmurando en voz baja cosas sobre adivinación y los locos...sin embargo, cuando llegó abajo, empezó a comprender todo.
x- No sé cómo ni qué se supone que entiendo...¡pero lo entiendo!
Se alejó de la torre riéndose, lo más seguro es que se le hubiese pegado la tontería de la profesora después de escuchar semejantes cosas...pero de alguna manera, se le había ocurrido un método que tal vez funcionara para acabar con las visiones.
Pensando en ello y sin parar de reír, se encontró con Hermione más adelante, que llevaba unos cuantos libros en los brazos. Al oírle, ella se dio la vuelta y le saludó:
x- ¡Hey Harry¿De qué te ríes?
x- Phoebe Halliwell se ha vuelto loca,- contestó mientras la alcanzaba.- va vestida de griega y no para de soltar proverbios antiguos. Además, casi me pega porque pensaba que quería robarle una piedra muy rara.
x- ¿En serio? – Harry asintió.- Debe de haber metido la pata con algún hechizo y le ha afectado.
x- Espero que sea sólo eso...- murmuró él.- ¿Dónde vas?
x- A la biblioteca, tengo que devolver un par de cosas.
x- Uh...te acompañaría pero ya tengo que pasar allí toda la tarde ayudando a la señora Pince.
x- Me parece que ese castigo es uno de los mejores que ha dado McGonagall.
Harry rió con sarcasmo.
x- Gracias por tu apoyo,- dijo.- nos vemos luego.
oOoOo
Mientras, en la biblioteca del colegio, Muriel había empezado con su trabajo. La señora Pince la había dejado a regañadientes, aunque cuando Paige y Piper la llamaron para que llevara algunos libros, la bibliotecaria decidió acceder.
La rubia llevaba un rato ordenando libros según un interminable código, tenía que mirar mil y una cosas antes de saber cuál era el sitio exacto de cada volumen, y apenas llevaba una balda y la había tenido que reordenar dos veces.
Piper estaba junto a ella, esperando a que apareciera Paige, que desde hacía un rato había estado buscando algo más en los libros de la sección prohibida. Apareció a los pocos minutos, llevando un libro abierto en los brazos.
x- Me parece que lo que dice el Libro de las Sombras y el que Muriel encontró está bastante incompleto, chicas.- dijo.
x- ¿Has averiguado algo más?- preguntó Piper.
x- Sí, las piedras no van por ahí sueltas como si tuvieran patas, tienen unos guardianes que poseen la sabiduría de los Atlantes y todo lo que hayan ido aprendiendo de la Humanidad.- contestó mientras leía el libro.- Cuando eran los Maestros del Saber en la Antigua Atlántida solían enseñar mediante proverbios.
x- Vale¿y se supone que ese demonio los ha matado?- dijo Muriel.
x- Sí, para poder obtener las piedras.
x- Entonces va tras Phoebe.- Piper.
x- Me temo que así es, el tipo que le entregó la piedra a ella era el anterior guardián.
x- Tenemos que encontrar el modo de destruirle ya.
x- No es tan sencillo.
x- ¿Por qué?
x- No me refiero al demonio, me refiero a Phoebe. Dije que las piedras no tienen patas, pero eso no les quita que tengan cierto poder.
x- ¿De qué clase?- preguntó Muriel.
x- Cuando una de estas piedras cae en tus manos, no sientes otra cosa que deseos de protegerla de cualquier cosa, con lo que te conviertes en uno de los guardianes. El problema está en que según lo que he averiguado, sólo ha habido dos guardianes para la piedra de Phoebe desde que se hundió la Atlántida.
x- Eso no me gusta.- Piper.
x- Exacto, si Phoebe se convierte en guardiana, a menos que la maten primero, lo será eternamente.
x- Me parece que tendré que posponer mis vacaciones.- dijo Muriel.
x- Será mejor que vayamos a ver qué tal está Phoebe.- sugirió Piper.
En ese momento, Hermione entró en la biblioteca y dejó los libros en el escritorio de la bibliotecaria, que le dio las gracias. Cuando vio a Muriel pasar, la saludó y le preguntó qué hacía con Paige y Piper.
x- Voy con las profesoras a ver a Phoebe,- dijo inventándose una excusa.- tiene unos libros que debe devolver y como tenemos que ordenar la biblioteca...
x- Pues tened cuidado, al parecer le ha salido mal un hechizo.
x- ¿Qué?
x- Harry me ha contado que va vestida de griega y que dice cosas raras...¡ah! Y que se puso muy agresiva porque pensó que quería quitarle una piedra¿te lo puedes creer?
x- Creo que sí.
Sin una palabra más, Muriel salió corriendo y se llevó consigo a las dos profesoras. Hermione miró alucinando cómo se alejaban por el pasillo y dijo:
x- ¿Y ahora qué pasa?
Esa misma pregunta se la hizo Piper a Muriel, que respondió contando lo que acababa de oír.
x- Esto se pone feo.- dijo Paige mientras aceleraban la carrera aún más.
Cuando entraron en tropel al aula de Adivinación, se encontraron con una Phoebe muy distinta de la habitual. Ahora, tal y como la había visto Harry, iba vestida con una túnica de estilo griego, en tonos granate, con el pelo recogido y ondulado en una especie de moño alto del que caían unos mechones sueltos por el cuello. Como antes, estaba haciendo flotar la piedra a su alrededor
x- ¡Ay mi madre¡Phoebe!
x- No os acerquéis, simples humanos. No merecéis la posesión de esta piedra.
Se dio la vuelta y alzó la mano abierta, a la altura de su cara, y abrió una especie de portal. Comenzó a avanzar hasta él.
x- ¡No vas a ningún sitio!- dijo Muriel, que la rodeó con los brazos, echándola atrás.
Pero Phoebe reaccionó y le lanzó unos rayos para quitársela de encima.
x- Devolveré esta piedra a su lugar, y cuidaré de ella...hasta el fin del mundo.
Volvió a dirigirse hacia el vórtice, esta vez Piper trató de congelarla...no funcionó. Paige, sin embargo, orbitó la piedra, pero al segundo de haber estado en su mano, volvió a orbitar a la de Phoebe. En el momento en que ésta atravesaba el portal, Muriel y Paige se lanzaron tras ella...y el vórtice se cerró.
oOoOo
x- ¡Chris¡Leo¡Ahora!
El aula de Adivinación se llenó de luces mientras los dos luces blancas aparecían en la sala. Piper se dio la vuelta y sin una sola pausa les explicó lo que había pasado.
x- ¡Hay que traerlas de vuelta¡Hay que ir¡Tenemos que hacer algo, Leo!
x- ¡Tranquilízate!
x- ¡Cómo quieres que me tranquilice¡Sabes la que se puede liar¡Ese demonio pretende hacer resurgir una ciudad entera y matar a mis hermanas de paso y...!
x- De acuerdo, tenemos que abrir ese portal de nuevo.- dijo Chris.- Haré un hechizo.
x- ¡Por fin alguien me escucha!
Leo echó una mala mirada a Chris, que comenzaba a dar forma al hechizo, luego se volvió hacia Piper y dijo:
x- Piper, esto no es sensato.
x- No, Leo. Lo que no es sensato es que ahora me digas que vas a ir con los Mayores por información y te vayas a tirar allí hasta Año Nuevo. Lo que sea que haya que hacer, lo tenemos que hacer ahora¿entiendes?
Leo suspiró y asintió, mientras Chris ya estaba trabajando en el hechizo que pudiera serle útil a Piper para abrir el portal.
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Paige y Muriel aterrizaron sobre un suelo rocoso, con lo que se levantaron llenas de raspones, arañazos y heridas por todas partes. Entonces vieron a Phoebe, que estaba junto a un acantilado. La isla debía de ser un pequeño pero alto promontorio de rocas en medio del mar, pues era lo único que se veía rodeando el islote.
x- ¿Phoebe?- la llamó Paige.
Pero ella no contestó, sino que se tiró al vacío desde lo alto del acantilado. Aterrorizadas, Paige y Muriel corrieron hasta el borde, pero al mirar abajo vieron que Phoebe había aterrizado de pie en el suelo sin hacerse ni un rasguño... pero no estaba sola.
x- ¡Ese es Ayax!
x- ¡Muriel, haz algo!
x- ¡Voy!
Muriel se tiró también por el acantilado, en menos de tres segundos ya se había transformado en Necrus, con lo que usó sus alas para planear hasta ponerse entre Ayax y Phoebe. El demonio, al reconocer a la criatura que se le había puesto delante, retrocedió un par de pasos.
x- No me impedirás hacer resurgir la ciudad.
x- ¿Por qué no pruebas a ver?
Ayax y Muriel se enzarzaron en una pelea mientras Paige orbitaba hasta Phoebe.
x- Tenemos que salir de aquí.- le dijo Paige, pero Phoebe no se movió.
x- No, tengo que proteger el Muro.
x- Muriel se encargará de eso, tú...
Paige había agotado la paciencia de Phoebe, así que ésta última se dio la vuelta e invocó un remolino de agua que envolvió a Paige, se convirtió en una esfera y comenzó a rodar por las rocas hacia el mar.
Mientras, Muriel estaba ganando sin dificultades a Ayax. Un par de bolas de energía más y le enviaría de vuelta al infierno...o sólo con un mordisco. Él le lanzó una bola de fuego en un intento desesperado por defenderse, pero Muriel se la devolvió fácilmente, tirándole al suelo. Ella aprovechó la oportunidad para lanzarse sobre él e inmovilizarle.
x- Es tu fin.
x- Es el fin de ambos.- oyó la voz de Phoebe tras ella.
Muriel se volvió para mirarla justo en el momento en que hacía un gesto con la mano e invocaba la misma bola de agua que había envuelto a Paige y atrapaba dentro tanto a Muriel como a Ayax.
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x- Muy bien, lo tengo.- dijo Chris alzando un pergamino en la mano.
Piper se lo quitó de las manos al segundo, lo leyó y asintió.
x- Bien, allá vamos.
x- ¿Estás segura?
x- Leo, no me des la tabarra. Si tanto te preocupa, ven conmigo.- Leo iba a decir algo, pero Piper rectificó.- No, tú deberías quedarte con Wyatt.
x- ¿No debería quedarse Chris?
x- Báh.
Piper cogió a Chris de la muñeca y le levantó del sillón, entonces ella recitó el hechizo:
A la Atlántida queremos llegar
El Último Muro queremos contemplar
Escuchadme ahora
Espíritus del bien o del mal
Ayudadnos a llegar, abridnos el portal
Entonces, un vórtice igual al que había invocado Phoebe se abrió ante ellos. Chris y Piper avanzaron hasta que consiguieron atravesarlo. El trayecto fue casi como viajar en un traslador, con lo que al llegar al otro extremo del túnel les pasó lo mismo que a Paige y Muriel. Cuando se hubieron levantado, echaron un vistazo alrededor y oyeron unas explosiones abajo del acantilado donde estaban. Se asomaron con cuidado al borde y vieron a Phoebe reuniendo las piedras que le había, al parecer, quitado a Ayax.
Piper iba a llamar a su hermana, pero Chris la detuvo.
x- No es buena idea llamar su atención.
x- ¿Pero qué estás diciendo?
x- ¿Es que no te has dado cuenta que no está ni Paige, ni Muriel ni el demonio?- Piper lo pensó y asintió, dándole la razón.- Tenemos que hacer que vuelva la Phoebe normal y corriente antes de que nos haga algo a nosotros también.
x- ¿Insinúas que Phoebe ha matado a Paige?- Chris no contestó.- ¡Por el amor de Dios!
x- La que hay ahí abajo no es Phoebe.
x- Aún así no pienso ponerla en peligro, Chris.
x- Pero tenemos que encontrar pronto a Paige y a Muriel.
Piper suspiró, mirando hacia su hermana, que ahora hacía flotar a su alrededor las piedras mientras las ordenaba, como si estuviera formando una palabra con los símbolos.
x- Muy bien. Chris, tú encuéntralas. Yo me encargo de Phoebe.
x- Pero...
x- ¡Ahora!
Entonces, Chris orbitó hacia el fondo del acantilado procurando que Phoebe no la viera. Mientras, Piper al fin llamó la atención de su hermana.
x- ¡Phoebe¡Aquí arriba!
Su hermana miró hacia arriba, Piper notó que el mar se agitaba. Phoebe seguramente pretendería envolverla en agua como a los otros, pero tal vez su poder de guardiana no estuviera bien desarrollado aún y no pudiera alcanzarla en las alturas.
Piper vio que se encogía de hombros y daba una orden o algo así a las piedras que la rodeaban, que se colocaron todas en lugares del último muro, formando una frase en espiral. Piper comprendió lo que pretendía y usó su poder contra las últimas tres piedras que iban a colocarse, este vez sí consiguió que cayeran al suelo.
Phoebe la miró enfadada, Piper temió haberse pasado de la raya y se dio un susto de muerte cuando por detrás le alcanzó una ola que no la arrastró, pero que la empapó de arriba abajo.
Cuando Piper se quitó el agua de los ojos se dio cuenta de que tenía a Phoebe justo delante, sonriendo con malicia. De nuevo una ola le saltó por encima, esta vez además de empapándola la tiró al suelo y amenazó con arrastrarla.
Mientras, Chris había ayudado a salir del agua a Paige y a Muriel, mientras que Ayax se las había apañado solo y ahora trataba de que Phoebe se distrajera lo suficiente con Piper para poder robar las tres piedras que habían caído al suelo.
x- ¿Dónde está Piper?- dijo Paige.
x- Intentaba distraer a Phoebe.- contestó Chris.
x- ¡Ahí arriba!- señaló Muriel.
Vieron otra ola que subía impresionante por el acantilado, tapando a Piper, y en cuanto se retiró, la vieron colgando por el precipicio. Antes incluso de que Paige pestañeara, Chris ya había orbitado arriba para ayudarla.
También Muriel se lanzó de pronto por encima de la cabeza de Paige hacia Ayax, que pretendía colocar las últimas piedras en la pared. Paige no supo muy bien hacia donde ir, pero al ver que Muriel se las apañaba bien contra el demonio, decidió orbitar para ayudar a Chris y a Piper.
x- ¡Phoebe, reacciona!- gritaba Piper.-¡Somos nosotros!
x- Nadie se apoderará de la Atlántida jamás.
Phoebe seguía intentando quitar de en medio a los dos con esferas y torrentes de agua. Unos los explotaba Piper y otros los orbitaba Chris. Paige se unió a ellos orbitando también el agua.
Pero Phoebe, viendo que no conseguiría nada, cambió de estrategia y decidió envolverles una vez más con agua, pero esta vez la congeló al segundo siguiente. Sólo Piper quedó atrapada totalmente dentro, Chris con medio cuerpo fuera y Paige con los dos brazos atrapados.
Con un gesto de la mano, Phoebe comenzó a hacer algo así como "compactar" el hielo, aplastando a los tres, pero sobretodo a Piper. Pronto Paige y Chris comenzaron a gritar por el dolor de la presión.
x- ¡Phoebe¡Basta!- gritó Chris.-¡Vas a matar a Piper!
x- ¡Muriel!- gritó Paige.-¡Ayuda!
Ella les oyó desde arriba, pero era el peor momento para dejar solo a Ayax, ya que había conseguido colocar dos de las tres piedras en el Muro. Un nuevo grito de auxilio de Paige hizo que Muriel decidiera por fin subir a lo alto del acantilado.
Una vez arriba, aturdió a Phoebe con un rayo, deshaciendo el hechizo de compactación. De repente, el bloque de hielo reventó y Piper cayó al suelo, temblando de frío.
x- ¿D...D...Dónde...de...monio?
x- Vamos, Piper, levántate o te congelarás.- decía Chris.
Pero Muriel se largó al segundo siguiente cuando gracias a la pregunta de Piper recordó a Ayax.
x- ¡Mierda, las piedras!- gritó mientras volaba a toda velocidad hacia debajo de vuelta.
Pero en ese momento Ayax ya había colocado la última piedra en el muro. Se fundió con él y todo el islote comenzó a sacudirse con un gran terremoto.
Arriba, Phoebe miró hacia abajo y se llevó las manos a la cabeza con un terrible grito que hizo que sus hermanas y Chris se taparan los oídos, aparte de caerse al suelo por el violento movimiento de la tierra.
x- ¡La ciudad va a resurgir de nuevo!- gritó Chris por encima del ruido.
Piper alzó la mirada hacia Phoebe, viendo que una especie de aura plateada salía de su cuerpo y ella quedaba tendida en el suelo inconsciente. Ese aura plateada se unió con otras tantas que aparecieron de repente y envolvieron el islote por completo, llenó el aire y ellos no pudieron evitar aspirarlo, quedando sumidos en una especie de sopor.
Dejaron de sentir el temblor de la tierra y todo lo que estaba pasando.
oOoOo
x- Lo único que sé es que me entró la de Dios, pero lo bueno es que me cargué al demonio y pude sacarlos a todos.
La voz que Phoebe estaba oyendo era la de Muriel, luego notó que su cuñado Leo la contestaba algo que no alcanzó a entender. Abrió los ojos lentamente, se notaba como si hubiera tenido un sueño agotador.
x- Buenos días por la noche.- le dijo Muriel de cachondeo.
Era cierto, por la ventana se podía apreciar que estaban en plena noche. Phoebe se incorporó, estaba echada en uno de los sillones de su clase de Adivinación. Paige estaba bebiendo un café y Piper aún no había despertado.
x- ¿Qué ha pasado?- preguntó Phoebe.-¿Y la ciudad?
x- La verdad es que me extrañó mucho que te pusieras a colocar las piedras en el muro.- comenzó a explicar Muriel.- Si se suponía que tu tarea era evitar que la ciudad resurgiera, pero cuando Ayax acabó de colocar las letras, supe lo que había pasado.
x Esa niebla plateada nos envolvió a todos, vi que os quedabais dormidos, pero a mi lo que me estaba haciendo es escocerme los ojos, nariz y garganta. Me acerqué a Ayax y vi que le pasaba lo mismo, así que aproveché la ocasión para matarle.
x Pero ahí no acabó todo, de repente me di cuenta de que estaba en lo cierto. El guardián que llevabas dentro, Phoebe, colocó las piedras para que formularan un antiguo hechizo de protección que hundiría el Último Muro para siempre, para así no dejar posibilidad alguna de hacer resurgir la ciudad, pues las piedras se habían fundido con el Muro. Así que el islote se estaba hundiendo y nosotros con él, temí que la niebla no fuera traspasable, pero cuando os hube cogido a todos y fluctué hasta el bosque prohibido, comprobé que por suerte no era así. Llamé a Leo y él me ayudó a llevaros hasta aquí.
x- Ahora Chris está con Wyatt.- dijo Leo.- Todo ha acabado, al menos por esta semana.
x- Pero...debía de haber muchas cosas en esa ciudad, Leo. No sé, algún conocimiento.
x- Todo lo útil lo rescataron en su día los Mayores.- contestó.- No te preocupes, ha sido lo mejor.
x- ¿Cómo te encuentras?- la preguntó Paige
x- Cansada.
x- Normal, con ese guardián o guardiana metido dentro de ti.
x- Pero aún así recuerdo más o menos lo que pasó.- miró entonces a Piper y apretó los labios, recordando que había intentado matarlas.
x- No eras tú, Phoebe.- Paige.
x- Eh, que yo también te ataqué.- dijo Muriel, Phoebe sonrió.
x- ¿Sabéis? Vi muchas cosas sobre la antigua Atlántida.- dijo ella.- Era muy hermosa.
En ese momento, Piper comenzó a despertar. Leo se puso a su lado.
x- ¿Estás bien?- le preguntó él.
x- Sí, no te preocupes. ¿Qué pasó?
Muriel explicó entonces de nuevo lo sucedido después de que ellos se quedaran dormidos. Antes de que dijera nada, Piper interrumpió a Phoebe.
x- No digas nada, no fue culpa tuya, pero no hubiera estado mal que conservaras ese poder. Aplasta que da gusto.
x- Ah, Phoebe.- dijo Muriel, ella la miró.- Harry ha estado pensando detenidamente en todas las grandes enseñanzas que le diste en tu última clase de oclumencia...
x- Oh, no.- dijo Phoebe llevándose las manos a la cara.- ¿Qué le hice¿Le ataqué?
x- No, sólo le pareciste una loca.- dijo Paige, Phoebe se quedó con la boca abierta.
x- Pero aún así, parece que se le encendió la bombilla.- continuó Muriel.- Se ha pasado casi toda la tarde que hemos estado ordenando la biblioteca buscando técnicas de oclumencia, y parece que ha encontrado la suya.
x- ¿En serio?- Muriel asintió y Phoebe sonrió.
x- Dijo que esta noche la practicaría.
x- ¿Llegaste a tiempo de lo de la biblioteca?- preguntó Piper.
x- Un poco tarde, pero Pince me lo perdonó porque hice "horas extra" antes.
x- ¿Cuánto tiempo llevamos entonces aquí dormidas?
x- Unas cuantas horas.- dijo Leo.- Chris fue el primero en despertar y le mandé con Wyatt.
x- ¿Le mandaste tú?- preguntó Piper, sorprendida.- Vaya, vaya...
Estuvieron hablando sobre lo sucedido un rato más, hasta que Muriel dijo:
x- Yo me voy, chicos, tengo maletas que hacer.
Se despidió de todos y se fue por la trampilla, haciéndose invisible para llegar a su dormitorio y descansar un rato antes de irse.
x- ¿Qué será lo siguiente?- dijo Paige con voz cansada.
x- Aún tenemos que ocuparnos de Voldemort y de Barbas.- contestó Phoebe.
x- Y de lo que sea que les ha llevado a aliarse.- añadió Leo.
x- Leo¿todavía con eso?
x- Encontraré la conexión, Piper, no por los Mayores, sino porque tal vez, si esa conexión sigue en activo, puede causarnos problemas.
x- ¿Como qué?
x- Como que Voldemort no es el único mago malvado de este mundo, y no queremos más magos demoníacos¿verdad?
Dicho esto, Leo orbitó fuera del aula y las tres hermanas se quedaron mirando.
x- Mejor nos ocupamos mañana.- dijeron las tres a la vez.
FIN
