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-¡Corre, Harry, que no llegaremos nunca!-gritó Lily desde el salón, esperando impaciente la llegada de su hijo a este para marcharse hacia el anden 9 y ¾.
Harry estaba en su habitación buscando las gafas debajo de la cama.
-¡Ya está bien!¡¿dónde están mis gafas!-gritó desesperado y del cajón de su mesilla de noche salieron y él las cogió al aire mirando con furia al cajón.
Cogió el baúl, se puso bien el jersey de la selección inglesa, encima se puso su abrigo de piel con capucha y bajó corriendo las escaleras con el baúl rebotando tras de si.
-¡Harry, por merlín, que te cargas las escaleras!-gritó su madre haciendo levitar el baúl. La lechuza de Harry, Hedwig, ululó enojada, Harry cogió el asa y salieron hacia la moto de James. Lily encogió el equipaje, se lo puso en el bolsillo y se sentó en la moto.-Ábrele la jaula a Hedwig.-él le hizo caso y la lechuza se puso en el espejo retrovisor de la moto.-Ve a Hogwarts, Hed. Harry te dará golosinas en cuanto llegue allí.-dijo para convencerla y ella se marchó volando. Lily encogió la jaula y se la puso en el bolsillo contrario. Harry subió detrás de ella y la moto arrancó, perdiéndose en el aire.
-¡Mamá!¿porqué hemos de ir a Londres a coger el tren si vivo al lado de Hogwarts?-gritó una voz al lado de la moto de Lily. Harry se giró rápidamente.-¡Hola, Harry!
-¡Andy! Hemos de ir porque son las normas de Hogwarts.-gritó Vega.
-¡vaya chorrada de normas!-gritó Andy haciendo una mueca de disgusto. Harry lo miró divertido.
-¡ya nos encargaremos nosotros de cambiarlas!-gritó Harry y Andy lo miró sonriendo de lado.
-Espero que lo que dices no sea cierto. Verás si me entero que has hecho alguna de las tuyas en Hogwarts.-le dijo Lily mirándolo por el retrovisor pero ninguno de los dos niños le hizo caso.
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Harry se puso la capucha y atravesó la "puerta" hacia el andén del Expreso de Hogwarts. Lo miró con impresión y se giró a buscar a alguno de sus amigos. Divisó a Sonja y fue hacia ella. Violet le saludó con una sonrisa y Sonja lo abrazó llena de nervios.
-Harry, yo que tu me quitaba la capucha, llamas más la atención así que sin ella.-le dijo su Tía y Harry le hizo caso.-¿y tu madre?
-se fue con Vega hacia el ministerio. Tenían prisa, y papá, Tía Sara y Paddy tenían misión hoy.-dijo Harry mirando por dónde se acercaban John, Tío Moony y Andy.
-Hola a todos y todas.-saludó Remus haciendo sonreír a Violet.-será mejor que vosotros vayáis entrando al expreso ya o no tendréis vagón.
Los chicos se despidieron y entró cada uno con su baúl. Fueron al último vagón y lo ocuparon. Lo primero que hicieron Sonja y Andy fue comenzar a saltar sobre las cómodas sillas con cojín.
-vamos a Hogwarts, vamos a Hogwarts, vamos a Hogwarts.-canturreaban los dos y pronto se les unió Harry mientras John se sentaba en una riéndose. La gente los veía por la ventana, incrédulos, como por ejemplo Tía Violet y su padre. Que los miraban avergonzados. Remus le hacía gestos a su hijo para que hiciera algo para pararlos pero John cogió un libro del baúl y comenzó a leer para reírse sin que lo viera su padre.
El tren comenzó a avanzar y los tres que saltaban se sentaron junto a John.
-Sonja...¿qué pasará si quedas en Slytherin?-le dijo su primo preocupado.
-eso no pasará...de eso me encargo yo.-le respondió con una sonrisa maliciosa. Todos se miraron entre ellos y sacaron sus varitas.
-¿ya podemos hacer magia?-preguntó John con su varita en la mano.
-me parece que me importa muy poco.-dijo Andy riéndose.-¡furúnculos!-le gritó a Harry y a éste le comenzaron a salir tentáculos.
-¡engorgio!-le gritó Harry apuntándole a las orejas y le comenzaron a crecer.
-¡tarantallegra!-le gritó Sonja a John y a éste le comenzaron a bailar las piernas solas.
-¡Rictusempra!-le grito John a su vez, haciendo que Sonja cayera al suelo de la risa. La puerta se abrió y por ella entraron unos gemelos.
-vaya, vaya...tan jóvenes y tan problemáticos...-empezó el de la izquierda.
-...¿es que queréis que os expulsen el primer día?-continuó el de la derecha.
-¿por esto nos iban a expulsar?-preguntó Andy con una mueca.
-si...-dijeron los gemelos a la vez.
-pues que rancios los que pusieron estas normas...les hacen falta un par de polvos.-siguió Harry haciendo reír a sus amigos.
-¡estos son de los nuestros! Me llamo Fred.-dijo el de la derecha.
-y yo George.-dijo el de la izquierda, le fue a dar la mano a John y cuando se la cogió le pegó un calambrazo.
-¡Ai!-se quejó John sobándose la mano. La puerta se volvió a abrir y en ella había una chica de pelo enmarañado y dientes grandes.
-eh...-se quedó mirando a todos los del vagón.-¿primer día y ya rompiendo las normas? Desde luego...¡Finite incantatum!-gritó y todos fueron volviendo a la normalidad.-¿por casualidad no habéis visto a un sapo?
-tengo uno a mi lado-dijo Sonja señalando a Harry. Los demás se rieron...excepto la niña de la puerta.
-Oh...por merlín...¡Es Harry Potter!-chilló emocionada. Los gemelos lo miraron sorprendidos mientras él se sonrojaba.-Me sé toda tu vida, la leí en Magos de todos los tiempos y en muchos más...
-ah...interesantísimo...-dijo Harry aburrido mientras los otros se reían.
-me llamo Hermione Granger. Mis padres son dentistas ¡no veas la ilusión que les hizo cuando llegó la carta...-suspiró metida en sus pensamientos.-¡Ui! Se me olvidó seguir preguntando...pobre Neville...¡Nos vemos!-y salió del vagón a prisa.
-eh...dios, espero que no me toque en su misma casa...-susurró Andy mirando la puerta con susto.-sabe más de ti que yo mismo a lo mejor...da miedo...
-habla más que Tío Padfoot...-susurró Sonja a su vez. Los gemelos se giraron a la vez hacia ella.
-¿dijiste Padfoot? ¿de los merodeadores? ¡¿conoces a los merodeadores!-dijeron a la vez, emocionados.
-difícil que no los conozcamos si son nuestros padres...-le dijo John con burla.-me llamo John Lupin, hijo de Lord Moony.- dijo haciendo una reverencia exagerada.
-yo soy Andrew Polaris Black, hijo de Lord Padfoot.-se presentó Andy parpadeando coquetamente.
-y yo soy Harry James Potter, hijo de Prongs.-saludó sin hacer ninguna tontería.
-¿y tu?-le preguntaron a Sonja. Ella sonrió con malicia, se acercó a ellos y dijo.
-yo soy Sonja Snape, hija del profesor Snape.-al acabar la frase los gemelos se tiraron para atrás sorprendidos.
-¿el murciélago tiene hijos? Digo...el profesor Snape...¿quién está tan loco de...? Ughh...-un escalofrío recorrió sus espaldas a la vez.
-mi Tía es la que se casó con él...-dijo Harry mirándolos desafiante.
-Vaya...bueno, encantado de conoceros, nos vemos en Hogwarts que un amigo nuestro ha traído una tarántula.-se despidieron igual y se alejaron por el pasillo.
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El Expreso llegaba en ese momento a la estación de Hogsmead. Un hombre de gran estatura esperaba sentado en uno de los bancos abrigado por su abrigo de piel. El tren abrió sus puertas y los niños comenzaron a bajar. Los más mayores los saludaban mientras iban en grupos hacia los carruajes.
-¡los de primero, vengan conmigo!-gritó y los más pequeños del grupo de alumnos se acercaron mirándolo con miedo. Él comenzó a avanzar hacia el lago y se giró otra vez hacia los alumnos. Distinguió cuatros cabezas conocidas y los saludó con una sonrisa.-suban a los botes ¡no más de cuatro por bote!
Todos se fueron separando y subiendo a los botes mirándo con respeto el lago, que en ese momento estaba oscuro y no se distinguía el fondo.
-aún no he visto el hijo de mi padrino...-susurró Sonja a sus amigos mientras estos miraban a su alrededor buscándo al niño.
-¡está allí!-señaló John y el bote cambió bruscamente de dirección hacia donde el chico señalaba. Los niños de los otros botes miraban curiosos.-¡Draquilín!-gritó y un chico de pelo platino se giró hacia ellos con aburrimiento. Los cuatro amigos le comenzaron a lanzar besos y a sonreírle coquetamente.
-¡Hey, Drake! ¿cómo estás..pequeñín?-le saludó Harry poniendo énfasis en la última palabra.
-pierdete Potter...tu y todo tu sequito de esclavos.-siseó el chico.
-mejor será que te calles...Malfoy...-siseó Sonja mirándolo amenazante.
-¿o sino que?-siseó Malfoy de vuelta con su típico tono arrogante.
-mira que eres pesado, macho...¡o sino esto!-gritó Andy. El bote de Malfoy se movió con violencia y Malfoy cayó dentro del lago mientras Harry se guardaba la varita en el pantalón. Un chico pelirrojo en el bote más cercano estalló en carcajadas y se giró hacia uno moreno que reía de igual forma. John los miró curioso.
-¡Hey, Neville! ¿cómo te va?-le preguntó al chico moreno.
-perfectamente ¿preparado para ir a Gryffindor?-le preguntó Neville divertido.
-Todos lo estamos, Nev.-le dijo Sonja.
Y allí, delante de sus ojos, divisaron por fin al que sería su segundo hogar a partir de ahora: Hogwarts. Una exclamación salió de los labios de la gran mayoría, menos de Malfoy que en ese momento estaba demasiado preocupado quitándole la capa a uno de sus compañeros y poniéndosela él mismo.
-¿lo ves, Harry? la de pasillos y salas secretas que habrá por aquí... Creo que esto es el paraíso.-suspiró Andy haciendo reír a sus acompañantes.
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Minerva McGonagall esperaba a los alumnos de primero en la puerta principal de la escuela, los vio a lo lejos y se ajustó la capa y la túnica. Los niños comenzaron a bajar de los botes y se acercaron a ella.
-Buenas noches. Espero que les halla ido bien el viaje y que no hallan causado muchos problemas.-empezó la subdirectora mirando severamente a Malfoy que tiritaba de frío.-¿qué le ha pasado a este niño?-preguntó comenzando a enfadarse.
-profesora, Malfoy se cayó al lago.-dijo Andy divertido.
-no me fío de ti, Black. Suficiente tuve con tu padre ya...-susurró McGonagall haciendo reír a los otros niños.-síganme. Ahora, en el gran comedor, haremos la ceremonia de selección.
Anduvieron por corredores y suvieron escaleras hasta llegar a un gran espacio lleno de escaleras que cambiaban de dirección.
-espero que aquí tengan cuidado, las escaleras cambian de recorrido cada cierto rato y hay escalones que desaparecen. Es peligroso que no miren por donde van ya que como verán, si caen desde estas escaleras o otras que estén más arriba...dudo que los encuentren. Sigamos.-todos miraron a su alrededor impresionados por la cantidad de cuadros en las paredes y por la altitud a la que en ese momento se encontraban.
-Harry...¿te das cuenta de la de salas secretas que habrá aquí?-le susurró Andy a Harry quedándose rezagados de los otros niños, que en ese momento seguian a McGonagall.
-y tenemos tiempo suficiente para descubrir muchisimas.-a Harry le brillaron los ojos mientras los dos echaron a correr intentando alcanzar a los otros.
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Las puertas del gran comedor se abrieron chirriando ligeramente. McGonagall entró e hizo un gesto para que los de primero la siguiesen. Se paró delante de la mesa de profesores, encima de una tarima y los alumnos se detuvieron delante de ella.
La subdirectora cogió un pergamino de la mesa y se giró hacia ellos. A su lado tenia un sombrero desgastado, encima de un taburete.
El sombrero comenzó a cantar. Hablaba sobre las cuatro casas y sus creadores. En cuanto acabó la canción, todos, alumnos y profesores, aplaudieron.
-Ahora, los iré llamando por su nombre, vendrán aquí y yo les pondré el sombrero, que elegirá a que casa debéis estar.-habló McGonagall en cuanto se hizo el silencio. Abrió el pergamino y comenzó la selección.-Abbot, Hannah.
Una niña rubia, con dos coletas, se acercó y el sombrero eligió Hufflepuff. Los alumnos de dicha casa estallaron en aplausos.
-Black, Andrew-Andy subió a la tarima y McGonagall le puso el sombrero.
-¡Gryffindor!-decidió este casi inmediatamente.
-Bones, Susan
-¡Ravenclaw!-la chica fue hacia su casa, que la recibieron en aplausos.
-Boot, Terry
-¡Ravenclaw!
-Brown, Lavender
-¡Gryffindor!
-Crabbe, Vincent-el chico al que Malfoy le había quitado la capa se puso el sombrero. Este se estuvo durante un buen rato.
-¡Slytherin!-los Slytherin aplaudieron poco efusivos.
-Finch-Fletcher, Justin
-Finnigan, Seamus
-¡Gryffindor!
-¡Hufflepuff!
-Goyle, Gregory
-¡Slytherin!-el chico se fue a sentar al lado de Crabbe, con una sonrisa esúpida.
-Granger, Hermione-la chica del tren se acercó con nervios al sombrero.
-¡Gryffindor!-Andy se tapó la cara con las manos.
Siguieron pasando niños, John quedó en Gryffindor, igual que Harry.
-Snape, Sonja-leyó McGonagall y todo el comedor quedó más silencioso que cuando había leído Harry Potter. Todos miraban al profesor Snape, incrédulos.
Ella se puso el sombrero y se estuvo con él un buen rato hasta que el sombrero abrió la boca para decir su decisión. Andy, John y Harry se miraron asustados y cruzaron los dedos.
-Gryffindor.-la voz del sombrero sonó distorsionada y ella se levantó del taburete y se lo sacó rápidamente, no cambiara de opinión en ese momento. Sus amigos la miraban con la boca abierta y se abrazaron a ella.
La selección siguió pero ellos ya no prestaban atención pues estaban charlando animadamente. En sus túnicas apareció el escudo de su nuevo hogar...Gryffindor.
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