Wolaaaas! Ya estoy aquí, cumpliendo con la fecha!(a capítulo por mes, oye) y nada, que voy a contestar a los reviews!(si, te fastidias)
Jhey! Pues os hice caso y cambié el summary, quería que sonara un poco mejor (parece un poco borde en el sumary ) pero no tneía más caracteres. weno, que espero que os guste este capi porque me ha costado un rato (el verano funde neuronas a porrón). Bye!
Mariana! qué paxaaaa! pues el tema del demonio que sabe de la escuela es lo más enredado que he inventado para el fic, en el próximo capítulo aparecerán más cosas de esas (sonrisa malvada). Y bueno, necesitaba que Harry alzara un poco la cabeza y como Ron es siempre el feliciano del grupo...quería amargarle un poco (sin ser cruel, que Ron es el mejor). Y bueno, Piper todavía tiene mucho carácter que mostrar... Sobre Voldemort, nada nuevo! a muchos tb les cae mal pero yo echo de menos que sea un poco más listo y más cruel, espero que la Row lo haga mu malo en el séptimo!
Paige! Wenooooo! me parece que la trama Lupin-Phoebe va a liarse un poco muuuuucho bastante (ya verás entre este capi y el siguiente¡el siguiente te va a encantar!) Y ya te contaré cuando vuelvas de la playa, que tenemos que ver Embrujada!
Dani-Kanuto! Wenas! Sí, jajajaja, yo también me lo imaginé en plan manga cuando lo escribí (y también un poco como la escena de Gandalf cabreándose con Bilbo) Fudge y Umbridge en plan chibi y la otra con la boca abierta y como con colmillos...(como misae de Shin-Chan ) Te aclaro lo de la temporada, porque esto lo empecé a escribir antes de que acabara la sexta temporada, entonces no es igual que en la serie. No te preocupes que Chris vendrá al mundo, pero no igual que en la serie. Y sí que hay séptima, y octava que se estrena el 25 de septiembre en EEUU (me muero por verla!)
Weno, aquí os dejo el capítulo que tiene uno de los finales que más me han gustado hasta ahora de todo el fic, más que nada porque espero que os deje así 00. Fue resultado de mi obsesión por explicar uno de los "Misterios Rowling" (o expedientes-x de Harry Potter) y al final por fin di con una explicación """""razonable"""" (dentro de lo razonable que puede ser Harry Potter) espero que os guste. Ahora estoy tratando de resolver otro Expediente-X que se me ha planteado, que se resuelve en el Príncipe Mestizo, pero que no quiero copiar, sino reinventar (aaaah, os dejo con las ganaaaas...bueno vale, estaré abierta a sugerencias, pero no quiero poner nada aquí para no fastidiar el futuro del fic).
Ahí os va:
Capítulo 15: Niebla y piedra
Más quiero ser malo con la esperanza de ser bueno,
que bueno con la intención de ser malo.
Miguel de Cervantes
La semana se fue pasando rápidamente para todos, que estaban expectantes a la espera de lo que iba a pasar aquel Sábado con Cornelius Fudge. La mayor duda era quién sería el sustituto si, como pronosticaba todo el mundo, el actual Ministro era expulsado del cargo.
Harry acompañó a Ron la tarde del cumpleaños de Phoebe para que el pelirrojo pudiera comprarle algún detalle a la profesora. Harry insistió en que era excesivo una y otra vez, tanto a la ida como a la vuelta. Sin embargo, Ron se había decantado por regalarle simplemente una rosa y un collar precioso que le salió bien barato en una tienda de segunda mano que Harry no había conocido aún en el pueblo.
x- ¿Y vas a tener huevos de dárselo?- le preguntó Harry desafiante cuando volvían a Hogwarts por el pasadizo de Honeydukes.
x- Por supuesto que sí.
x- ¿Y de decirle que es de tu parte y no de toda la clase?- Ron enrojecía a pesar de que en el pasadizo hacía un frío que pelaba.- ¿Y qué le dirás cuando se lo des?
x- ¡Ya vale, Harry¡Ya estoy bastante nervioso, gracias!
Justo al llegar, Ron le pidió a Harry que le acompañara a la Torre de Adivinación. El pelinegro se quedó abajo mientras su amigo subía las escaleras hacia la clase, que en ese momento debía de estar vacía. Oyó las voces de Ron y de Phoebe e intentó no reírse imaginándose la escena.
Unos cinco minutos después, el pelirrojo bajó las escaleras del aula de Adivinación como si fuera un pavo real, con una expresión en la cara que ni el propio James habría sido capaz de poner. Harry, aunque ya sabía la respuesta, le preguntó:
x- ¿Qué tal?
x- Le ha encantado.- contestó orgulloso como un gallo.- Y al parecer no he sido el único que le ha dado un regalo personal.
x- Debí figurarme que todas las casas harían algo de eso.- dijo Harry.
x- Sí, había algunos...pero el que estaba desenvolviendo no adivinarías nunca de quién era.
x- ¿Dumbledore?- contestó Harry echándose a reír.
x- Nop...- Ron no dijo nada más, haciéndose el interesante.
x- ¿Snape?- contestó el pelinegro, con tono escéptico.
x- ¡Bingo!
Harry se paró de repente mientras Ron reía por lo bajo y se paraba unos pasos más adelante.
x- ¡No jodas, tío!- exclamó Harry.
x- Y el anterior al suyo era de Lupin.- el pelinegro abrió la boca de asombro.- Como lo oyes, hermano. Lupin le ha regalado una túnica de gala preciosa, lo que no está mal. Lo que me ha dejado de piedra ha sido lo de Snape.
x- ¿Por?
x- Por su doble intención, o triple, vete a saber...- Harry le hizo un gesto con la mano para que hablara.- Le ha regalado una especie de luna llena mágica, mola un montón porque flota ella sola en el techo e imita su luz muy bien, pero...
x- Snape es un condenado capullo.- soltó Harry dando voz a sus pensamientos.
x- Exactamente.
"Esto huele a movida" pensó Harry sin que se le fuera la cara de alucine. La doble intención estaba clara, por un lado seguramente sería como decirle a Phoebe "te puedo regalar la Luna", y por otro, dado que seguramente la profesora contaría lo que le habían regalado, sería una forma de repatear a Lupin... Mientras andaban de vuelta a la sala común, Harry preguntó:
x- ¿Ella no ha puesto cara rara con la luna esa?
x- No,- contestó Ron.- ¿y quieres que te diga lo que pienso? Me parece que Phoebe no sabe lo de Lupin, seguramente porque no habrá querido decírselo todavía, y si ella sospecha algo como Hermione lo hizo en su día...
x- Ese regalo será como la redacción sobre hombres lobo que nos mandó Snape.- Harry soltó un suspiro.- La confirmación de las sospechas.
x- Lo que no sé es cómo siendo tan buena adivina no...
x- Ella misma me ha dicho que no puede predecirlo todo, y adivinarlo imagino que tampoco.
Ron se encogió de hombros y su conversación se desvió a otros temas, aunque la mente de Harry aún estuviera riéndose en silencio recordando cuando Lupin vino a Hogwarts y subió a hablar con Phoebe.
La misma mañana del Sábado, Harry se había presentado en el aula de Defensa con una cara de sueño impresionante, pero a la hora indicada. Al pasar, se había encontrado con Piper que llevaba a un niño pequeño y rubio de ojos claros en los brazos.
x- Buenos días, Potter.- dijo ella.- Este es mi hijo Wyatt...saluda a Harry.
x- Oa...- contestó el pequeño entre risillas.
Harry no pudo evitar sonreír, se le veía... "Oh, no...Ron tenía razón, me va a entrar complejo de padre" pensó. Porque es que se le veía "tan mono", con esos ojillos y la sonrisa... daban ganas de comérselo.
"Esto de hacer de niñera es malo para mi salud" se dijo a sí mismo.
x- Mientras mamá se va a patear algunos traseros, él te cuidará¿vale? Hazle caso¿eh?
Harry miró a Piper flipando sobretodo por lo que le acababa de decir a su hijo... luego se volvió hacia él y le dio un par de instrucciones, y después se largó rumbo al Ministerio, no sin echar una mirada de desconfianza... más a Wyatt que a Harry, y dando por último un suspiro de resignación.
El día no pudo ser más entretenido para Harry, que aunque lidiaba con un Wyatt sin poderes, no por ello era menos difícil. Le encantaba estar jugando y haciendo algo todo el tiempo, y más de una vez pidió a Harry que hiciera magia.
Con ayuda del mapa del Merodeador, Harry pudo llevarse a Wyatt un par de veces de paseo en brazos por los terrenos, pero procurando que en ese momento no hubiera nadie... lo último que le faltaba era que le pillaran con el pequeño en brazos dando un paseo. Podía hasta imaginarse la cara de Malfoy y le daban escalofríos.
Poco sabía Harry de la que le estaban liando sus amigos.
Por la tarde, poco después de las cinco, Harry daba de merendar como buenamente podía a Wyatt. Había pasado de darle baño ninguno hasta que no hubieran acabado todas las comidas, o al final se le caería la piel de tantas veces que hubiera tenido que lavarlo.
La mayor dificultad residía en que Wyatt no comía si la cuchara no hacía piruetas con algún hechizo. Al final a Harry le gustó ese rollo y acabó transformando la cuchara en animales, objetos... incluso un avión chiquitito.
"Muy acostumbrado a la magia le tiene Piper" pensó Harry. Aunque luego pensó que al no criarse él entre la magia, al no conocerla de verdad hasta los once años... quizá eso era lo normal en el mundo mágico. A él, desde luego, le hubiera encantado comer en una cuchara que cambiaba de forma todo el tiempo.
x- Venga Wyatt...el avión tiene que aterrizar...fiiiiiiiuuuuuuu
De repente notó un flash de luz y rápidamente giró la cabeza para encontrarse con Fred, que llevaba una cámara en las manos. Se acercó sonriente a Harry mientras decía:
x- Cámara mágica a color con zoom y flash incluidos, treinta galeones. Parches especiales para que los zapatos no hagan ruido, tres galeones... Ver a Harry Potter haciendo el avioncito a un niño, no tiene precio.
x- Ohohohohoho...me parto.
x- Sí, pues ya verás cuando revele las fotos. A mamá les va a encantar y seguro que estas Navidades no hablará de otra cosa salvo del orgullo que siente por ti al tomar tal responsabilidad y bla bla bla...
x- Sí, claro, esta Navidad...- dijo Harry con amargura.
x- ¿Qué?
x- Dumbledore no va a dejarme ir con vosotros a la Madriguera...o a Grimmauld Place o donde quiera que vayáis a estar.- soltó un suspiro mientras daba a Wyatt otra cucharada en forma de avión.- Tengo que quedarme en el castillo.
x- ¡Pero Harry¡Tío¡Si nos vamos todos¿Vas a quedarte solo?
El pelinegro se encogió de hombros, mientras que Fred se quedó a su lado con expresión contrariada.
x- ¿No podemos hacer nada al respecto?- dijo.
x- Pues dado que Dumbledore se ha ido hasta después de Navidad...no creo.
Fred sonrió con tristeza y de repente notó que le tiraban del pelo. Se zafó con cuidado y vio a Wyatt que miraba su cabellera pelirroja divertido:
x- ¡Dojo¡Dojo!- decía.
x- Sí, pequeño, es rojo...¿te gustaría tener el pelo así?
Wyatt asintió y Fred se sacó de un bolsillo una botellita blanca que destapó y la acercó al pelo del pequeño.
x- Eh, tronco,- saltó Harry alarmado.- no le des esas cosas a ver si va a ser peligroso...
x- No te preocupes, papi, no somos tan negligentes como aparentamos.
Entonces le echó aquella capsulita por encima y el pelo del pequeño pasó de un rubio claro a un morado precioso... pero que dejó a Harry con una expresión de horror en el rostro, mientras que Wyatt se reía y repetía el nombre del color "¡Moado¡Moado!"
x- ¡Qué haces tío¿Es que quieres que Piper me degüelle?
x- Bueno, si luego tu carne es aprovechable...- dijo con burla mientras seguía haciendo monerías al crío, que se lo pasaba pipa.
x- ¡Oto coló¡Oto!
Harry, viendo lo bien que el Weasley se apañaba con Wyatt, se preguntó en voz alta:
x- ¿Por qué Piper no os eligió a vosotros dos para cuidarle?
x- Porque tu talento no es comparable al nuestro, Harry, es evidente.- contestó Fred con falsa solemnidad.- Por cierto¿qué tal te ha ido, Papi?
x- Pues genial, ya me ha tirado una papilla, le he intentado enseñar a...- carraspeó y se sonrojó un poco al decirlo.- en fin, mear dentro de la taza y ya sabe dos nuevas palabras.
x- ¿Ah, sí¿Cuáles?
x- Explotación y chantaje.- Fred se echó a reír.- ¿Y vosotros qué tal?
x- Pues estudiando.
x- ¿Vosotros?
x- No me mires así, Papi.- dijo, Harry puso los ojos en blanco. Al parecer debería acostumbrarse a su nuevo mote.- Piper nos ha conseguido una fecha especial de exámenes.
x- ¿En serio?- dijo, de repente le parecía que las Halliwell hacían muchos favores a los Weasley.- Vaya...
x- Dentro de dos semanas nos examinaremos y nos iremos a Diagon, a cuidar de nuestra tienda. El pobre Lee lleva todo este tiempo solo allí con un asistente.
x- Espero que tengáis suerte...
x- ¿Suerte? No necesitamos de eso, pero gracias.
Entonces Fred se levantó del asiento, echando una última foto a Wyatt con el pelo morado, y se dirigió a la puerta para salir. Harry, percatándose de que el gemelo aún no había hecho nada con el pelo del pequeño, se volvió hacia él y dijo:
x- ¡Eh¡Pero bueno¡Dame algo para devolverle el color normal!
x- Harry, eres uno de los mejores magos de Hogwarts, por favor. No me digas que no eres capaz de arreglarlo...
x- Fred, dame el antídoto...- dijo, pero el pelirrojo salió de la habitación sin decir nada.- ¡Fred¡Vuelve aquí desgraciado!
Sin embargo, cuando Harry se asomó al pasillo para coger a Fred, se dio cuenta de que había desaparecido. Volvió dentro y echó un vistazo al mapa del merodeador, viendo que el gemelo corría a toda velocidad hacia la sala común de Gryffindor...
Harry estuvo tentado de seguirle, pero le daba palo dejar a Wyatt solo, más por si a Malfoy se le ocurría entrar y le veía allí indefenso... y se le ocurría contárselo a Voldemort, lo que haría a Piper especialmente vulnerable.
Lo malo, en aquel preciso instante, era que el vulnerable a un ataque asesino de la profesora por ver a su hijo con el pelo morado, era él. Así que no tuvo más remedio que intentar recordar algún hechizo o lo que fuera para invertir el de Fred...
Aunque no le quedaba mucho tiempo antes de que ella volviera.
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El día no podía haber sido más aburrido para Piper. No es que esperara encontrarse con un campo de batalla, o tener que vencer de repente a mil demonios porque intentaban secuestrar a Fudge o algo así... es que se habían pasado toda la santa mañana hablando de cosas de las que Piper no tenía ni la más remota idea. Todo aquello le sonaba a algún dialecto perdido del tailandés...
Ella se había limitado a decir su parte, y luego escuchó en la medida en que su atención se lo permitió. De vez en cuando su mente divagaba y se preguntaba cómo le iría a Potter con Wyatt, o qué estaría haciendo Leo... y volvía abruptamente a la realidad cuando la nombraban, la preguntaban o simplemente pegaban algún grito de protesta.
Cuando Fudge salió a defender su causa, mirando detenidamente a cada uno de los que allí estaban reunidos, se quedó callado y tragando saliva ante la mirada asesina que Piper le mandó... pero poco después se dio cuenta de que no era la única. Carraspeó y siguió relatando su larga lista de cosas que había hecho por el mundo mágico a lo largo de los años, y protestó calmadamente que por una crisis ya quería dársele la patada.
Después de aquello, el "jurado" que debía decidir lo que iban a hacer con el Ministro se juntó y estuvieron un buen rato hablando entre ellos. Alejados del resto de los asistentes a la vista, hablaban en murmullos, al igual que todos los demás. Cuando Piper estaba a punto de dormirse, Amelia Bones se acercó a ella y le habló.
x- No sabe lo agradecidos que estamos con usted, señora Halliwell.
x- Bah, no ha sido nada. Albus ya me habló de lo bien que se lo pasó Fudge el año pasado...
Entonces, los miembros del jurado se volvieron a la sala, que quedó en silencio casi inmediatamente. La tensión podía cortarse con un cuchillo entre los presentes, sobretodo en Fudge, que estaba dando vueltas a su bombín verde con las manos y se mordía el labio inferior. Piper cruzó las manos y miró al jurado, sonriendo interiormente por el nerviosismo del, no por muchos segundos más, Ministro de Magia.
Uno de los miembros, un mago entrado en años, se levantó y pronunció la decisión:
x- El Wizengamot ha decidido que el señor Cornelius Oswald Fudge...- todos contuvieron la respiración.- sea cesado de su cargo.
Gritos de asombro y aplausos resonaron por toda la sala, mientras que Fudge se llevaba las manos a la cara y apretaba las mandíbulas con rabia. De repente alzó la cara y apretó los puños, levantándose y elevando su voz por encima de las de la sala, acallándolas poco a poco.
x- ¡No es justo¡He llevado con total eficacia Inglaterra durante todos estos años¡Y ahora se presenta esta crisis y de repente ya no sirvo!
x- Es precisamente en las crisis donde un Ministro debe demostrar su valía, señor Fudge.- contestó otra bruja del jurado.- Y me temo que usted no ha cumplido con su deber.
Sin más palabras o frases que utilizar para replicar, Fudge se puso su bombín y recogió sus cosas, saliendo con el poco orgullo que le quedaba. Piper hubiera querido esperar a que se fuera, pero fue arrastrada en contra de su voluntad por varias personas de la sala que no paraban de felicitarla y de decirle los posibles candidatos para el puesto de Ministro, y que si aprobaba a éste o a aquél...
Entonces, como había previsto, Fudge la estaba esperando en el pasillo, con lo que en cuanto la vio la señaló con su dedo índice y comenzó a atacar a Piper.
x- ¡Usted...¡Usted...¿Cómo se atreve a hacerme esto¿Cómo ha podido?
Fudge siguió con su letanía de tonterías, pero Piper no le hizo caso y siguió adelante para salir al ascensor, sin embargo, el ex-ministro quiso decir una última palabra antes de que Piper se fuera con su triunfo.
x- No tiene ni idea...¡arruina la carrera de alguien como yo sólo porque no le he caído bien¿Verdad¿Quién será el próximo¿Dumbledore? Ha aceptado ser su suplente porque piensa serlo para siempre¿verdad?
Entonces Piper se dio la vuelta, y con tono de exasperación, le contestó:
x- No, señor Fudge. Al próximo al que voy a jubilar va a ser a Voldemort...claro, si a usted no le parece mal.
Dicho aquello, y viendo las caras de los que se habían apiñado alrededor, Fudge se puso su bombín verde y echó a andar por el pasillo con la cabeza bien alta y un buen cabreo. Mientras, Piper puso los ojos en blanco y también se fue, directa de vuelta a Hogwarts.
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El Inframundo estaba bastante más calmado últimamente, las sombras habían crecido en las innumerables cuevas, al igual que la amenaza que habitaba en ellas, extendiendo su influencia por doquier... lenta, pero inexorablemente. El silencio se había apoderado también de las cavernas, haciendo que las repentinas ráfagas de viento helado, salido sólo de Dios sabía dónde, parecieran los murmullos de las almas en pena. Los ecos del verdadero Infierno, un anuncio de lo que les esperaba a los habitantes de aquel laberinto.
Sin embargo, en una de las grutas, la luz de una chimenea mágica alumbraba un gran sillón de piedra cubierto por un tapiz negro y bordado con calaveras verdes de las que salía una serpiente por su boca. Sentado en él, estaba Lord Voldemort, y enfrente suyo, uno de sus más útiles vasallos hasta el momento... Draco Malfoy.
El chico había acudido a la llamada rápidamente, por el método habitual, un método especialmente diseñado para que las Embrujadas o Dumbledore no lo detectaran... una conexión directa de Hogwarts con el mismísimo Inframundo. Voldemort no podía evitar sonreír cada vez que se imaginaba la cara del mundo mágico inglés si se enterara... y la de Albus también.
Sus pensamientos, de momento, estaban centrados en el joven Malfoy, quien estaba agachado con una rodilla en el suelo y la cabeza gacha, en signo de completa sumisión a sus órdenes. A pesar de que sus experiencias demoníacas le habían demostrado que dar poderes a sus vasallos podía ser peligroso, tenía muchas ganas de poner a prueba a Draco, ver hasta dónde podía llegar... quizá si completaba con éxito su nuevo cometido se pensaría el hecho de darle algún que otro poder demoníaco simple.
Al fin, tras esas breves deliberaciones, habló:
x- Tenemos una nueva misión para ti, Draco.
x- Lo que ordenéis, mi señor.- contestó sin levantar la cabeza.
x- Necesitamos que averigües la identidad de ese demonio que ha estado protegiendo a Potter.- la expresión de Draco se tornó interrogante, así que Voldemort se explicó un poco más.- Al parecer, algunos de ellos tienen una fama especial, y podemos sacar cierta información valiosa sobre ellos... Barbas sospecha de algunos, pero debemos confirmarlo.- el silencio del chico le dijo que había entendido a la perfección.- ¿Siete días es suficiente para ti?
x- Sí, mi señor...aunque...
x- ¿Sí?- contestó alzando una ceja, no iba a tolerar ninguna pega en el plan.
Draco, notando el cambio de tono del Mago Tenebroso, se apresuró a contestar:
x- Sé el nombre de la demonio, mi señor. Aunque nada más de ella.
Voldemort sonrió inmensamente complacido, se inclinó hacia delante en su sillón y apoyó los codos en las rodillas, dejando los brazos lacios y mirando con inmensa maldad a Draco.
x- Perfecto,- dijo.- ¿y ese nombre es...?
x- Muriel, mi señor.
Rió satisfecho para sus adentros, irónico nombre aquel para una demonio, un nombre que más parecía el de un ángel... Voldemort sonrió e hizo un gesto con la mano a la vez que decía:
x- Ve, entonces... consigue más información, veré qué puedo hacer con la que nos has dado... y cómo te puedo recompensar.
Malfoy se levantó e hizo una última reverencia al Lord Oscuro antes de darse la vuelta para marcharse de vuelta a Hogwarts, donde comenzaría a investigar preguntando a las inocentes Gryffindors de primer año... y en caso de que no diera resultado, despistaría a Piper Halliwell para colarse en los archivos del colegio, donde sin duda debía de aparecer el nombre de la demonio... aunque eso no garantizaba que fuera el verdadero nombre.
Mientras, Voldemort se había quedado solo, meditando acerca de lo que podría hacerle a aquella demonio una vez obtuviera algunos datos más... nada de una muerte rápida, desde luego, y la idea de tener que averiguar sobre la marcha la manera de aniquilar a aquella Necrus le llenaba de emoción. Le encantaba poner a prueba su imaginación y crueldad a la hora de torturar.
Pronto llegaría su primera oportunidad para intentar matarlas, a ella y a las tres Embrujadas... pronto...
o0o0o0o0o0o
Piper llegó al aula de Defensa bastante cansada, allí estaban esperándola Harry y Wyatt. Gracias a una visita de Hermione casi a última hora, él pudo arreglar el pelo del pequeño, aunque desgraciadamente habían quedado unas mechas bastante evidentes, que habían hecho que Harry no dejara de preguntarse por qué aquel chiquillo tenía que ser rubio y no moreno, que así no se notarían las mechas tanto.
Cuando la Embrujada se acercó a ellos, se paró a unos cuantos pasos y miró detenidamente a Wyatt, mientras que Harry sentía sus piernas de mantequilla y notaba un sudor frío bajándole por la espalda...
Cuando hubo examinado de lejos a su hijo, echó una mirada a Harry... pero lejos de ser de ira, Piper había sonreído y se acercó a coger a Wyatt y lo llevó a una silla, donde con un movimiento de varita le devolvió del todo el color original de su pelo. Sonrió y Wyatt le pidió que le cogiera, así que le cargó en brazos y luego se dio la vuelta para hablar con Harry.
x- Bueno, quería decirte que has hecho un buen trabajo.- él sonrió y suspiró aliviado.- Aunque lo de jugar con el pelo de Wyatt...
x- ¡Yo no quería¡En serio! Además...
Piper le detuvo con un gesto de la mano.
x- Tranquilo, ya sé que no le ha pasado nada. En mi casa ya se han visto cosas peores.- dijo recordando la transformación de Prue en un hombre, en un perro o la de Phoebe en una banshee.- Pero mi hijo es rubio y rubio quiero que se quede hasta que él mismo decida qué color le gusta más.
x- Claro, por supuesto.
Piper hizo una pausa, pensándose bien lo que iba a decir, algo que había estado haciendo todo el día... pero no tenía más remedio.
x- Y...- se acercó más a él.- Dado que la guerra nos mantiene bastante ocupados a todos, he pensado que... no te importaría hacer de baby-sitter alguna que otra ocasión más. Serías algo así como "niñero oficial", aunque no sería todos los fines de semana ni nada de eso... simplemente cuando la ocasión lo requiera.
Harry se quedó de piedra, no sabiendo qué decir ya que eso de que le tuvieran de niñera no le hacía demasiada gracia, no supo tampoco negarse, así que asintió resignado.
x- Bien pues... te avisaré si te necesito¿de acuerdo?
x- Sí, de acuerdo.
Se despidió de la profesora con un gesto de la mano, y cuando se dio la vuelta para irse, la voz del pequeño le detuvo.
x- Aió...
x- Adiós, Wyatt.- contestó, dándose la vuelta, para después irse a la sala común.
Piper se quedó mirando a su hijo un momento, tras el cual le preguntó:
x- ¿Así que te ha caído bien?- Wyatt asintió, mientras que Piper se quedó pensativa.
Justo al minuto siguiente de que Harry se hubiera marchado de la clase, unas luces blancas inundaron la estancia y Leo se materializó delante de ella.
x- Justo a tiempo.- saludó Piper con un deje de sarcasmo en la voz.
Sin embargo, la expresión de Leo no era la del feliz marido que llega para ver a su esposa y a su hijo, y las palabras que siguieron a continuación se lo confirmaron:
x- Tenemos que hablar, Piper.
Aquello a la Embrujada no le sonó nada bien, así que dejó a Wyatt en el suelo y dejó que Leo comenzara a hablar. Él se apoyó en la mesa y miró a Piper con gesto grave.
x- ¿Qué se supone que pretendes?- dijo al poco.
x- ¿Eh?
x- Me he enterado de lo del Ministro.
Piper miró unos segundos extrañada a su marido¿qué pretendía¿Y qué intentaba él con esa pregunta? Entonces se acercó a Leo mientras decía:
x- ¿Y me preguntas que qué pretendo?- Leo frunció los labios.- Ah, ya... había olvidado la política de "No Intervención" de los Mayores.- el luz blanca iba a decir algo, pero Piper le cortó tajantemente.- ¡Pues ayudar a los magos, por Dios!
x- Pero...
x- ¡Si están tan molestos con nuestro modo de hacer las cosas entonces que las hagan ellos¡Así volveríamos a San Francisco y podría atender el P3 y volver a mi vida más o menos normal!
x- Ya, pero...
x- Leo, he tenido que nombrar a Potter "niñero" ya que Muriel no está aquí, Chris está demasiado ocupado y nosotras también. Tú sin embargo rondas por no se sabe dónde y luego apareces con exigencias y pidiendo explicaciones.- Él iba a replicar, pero Piper le acalló con un movimiento de la mano.- Sé que tienes otros cargos y que los Mayores te requieren, así que puedo aceptar que no estés aquí demasiado tiempo...¿pero es mucho pedir que vengas al menos una vez cada dos días para ver a Wyatt?
Leo asintió, algo avergonzado porque Piper tenía razón, debía pasar más tiempo con su hijo que atendiendo a los mayores, pero es que desde que se había convertido en uno era tan difícil tener a todo el mundo contento... pensó que la Navidad, que estaba a la vuelta de la esquina, sería una buena época para dejar de lado todo lo que tuviera que ver con lo de arriba para centrarse en lo de abajo, cuidar de Wyatt el mismo... entonces cayó en la cuenta de algo que acababa de decir Piper.
x- Eeh¿has dicho que Harry Potter va a cuidar de Wyatt?
x- Ya sé lo que vas a decir, y lo que he hecho ha sido darle una poción para atar sus poderes. Di una sola palabra en contra y lo que haré será echarte a ti un hechizo de atadura a tu hijo para que le cuides tú¿me has oído?
Leo asintió inmediatamente, pero le planteó ciertas dudas que le quedaban en la cabeza:
x- Pero...¿no podrías atarle directamente sus poderes definitivamente como hizo la abuela con vosotras? Así sería mucho más fácil y no tendrías que llamar al chico para que lo cuidara, con un elfo doméstico habría de sobra...
x- ¿Y quitarle la única autoprotección que tiene, el escudo de luz?- contestó ella.- Eso sería entregarle en bandeja a los demonios. Además, no me gustan los elfos como niñeras...no niego que sean buenos, pero es que sus caras...
x- Ya, bueno... pero Piper, ya no pueden entrar los demonios en Hogwarts, nos hemos encargado de ello...
x- Yo no me fío ni de mi sombra, porque podría no ser mi sombra¿comprendes?
El luz blanca suspiró y asintió, luego agachó la cabeza y dijo:
x- Lo siento, Piper, lo siento de veras...
x- ¿Cuál es el problema, Leo? En San Francisco estabas tan ocupado como aquí y sin embargo estabas más tiempo con nosotros...- el luz blanca no respondió.- Son los magos¿verdad¿No confías en ellos?
x- No es eso, Piper... es que...- suspiró.- No me gusta estar aquí, no me gusta que estéis aquí ni deberíamos.
x- ¿Pero por qué?
x- Ya hemos hecho bastante daño, ahora el "Mago Oscuro" es un demonio y...
x- ¿Perdona¿Acabas de decir "hemos hecho daño"¡No es culpa nuestra¡Como mago oscuro existía desde los años 70 o más atrás¿Voy a tener la culpa de que exista un mago que es incluso mayor que la abuela?
x- No.
x- ¡Ni tampoco la tengo que se haya convertido en un demonio¡Quién te ha dicho eso, Leo?- gritó de repente con una mirada peligrosa.
x- Gideon opina que...
x- Ah, Gideon...¿sabes? Últimamente Gideon me está recordando a aquellas historias que leía, esas en las que aparecía el típico sacerdote cristiano de la Edad Media que era un jodido fanático intolerante y que era el personaje al que primero pisarías la cabeza.
x- Sólo intenta que los magos no alcancen tanto poder como podrían tener si se unieran con nosotros. Nos separamos por una buena razón, Piper...no me negarás al menos eso.
x- No, pero ya te dije lo que opinaba respecto a las decisiones de los Mayores.- Leo asintió.- Esto no es "Los Sims", Leo... y me dan igual las razones¿entiendes? No me darían igual si al menos se molestaran en echar una de sus ociosas manos a este mundo, porque si de verdad lo estuvieran protegiendo como dicen ese mago nunca habría existido.
Piper dejó de hablar, pero respiraba agitadamente debido a su enfado creciente. Los Mayores nunca habían sido un estorbo, pero tampoco una gran ayuda. Sin embargo, cada vez que bajaban a exigirles cosas sin derecho alguno, Piper no podía evitar pensar en la conversación que tuvieron con Muriel cuando se enteraron de que era una demonio.
"¿Cómo puedes estar tan segura de quién es el bueno y quién es el malo¿Qué te hace pensar que aquello por lo que luchas es bueno o malo?"
Aquello les había planteado muchos interrogantes que hicieron que se cuestionaran toda su trayectoria como brujas hasta aquel mismo instante. Al principio pensaron que era una artimaña malvada de Muriel, pero cuando al final de aquel día comprobaron que sólo había sido para ayudarlas a ver de nuevo su camino, agradecieron mucho aquella conversación.
Ahora la volvía a recordar...porque ahora empezaba a perder el camino de nuevo, y siempre por la misma razón: Los Mayores. ¿Y si de verdad se equivocaban?
La voz de Leo, cambiando de tema, la sacó de sus pensamientos:
x- Por cierto, me temo que sé quién es el que dio la conexión entre Voldemort y Barbas.
Piper miró a Leo, pero éste no contestó, sino que la miró dándola a entender que ella también le conocía. Comprendiendo a quién se refería, Piper se echó a reír.
x- Leo, eso es ridículo.
x- No hay más, Piper, es el único sospechoso.
x- Pero eso no tiene ni pies ni cabeza¿a qué se supone que estaría jugando?
x- Dímelo tú.
x- Ya, seguro que también está compinchado con el resto de los Mayores, Gideon incluido. Deben de haberse cansado de nosotras y de los magos y por eso quieren matarnos.
x- No es eso...
x- Es lo que estás diciendo, Leo.- dijo Piper con tono exasperado.- Y creo que nos dejó bien claro lo que tenía pensado hacer.
x- Vale, muy bien. Pongamos que no ha sido él¿quién entonces?
x- Si obligatoriamente tiene que haber sido a través de Hogwarts, entonces debe de ser alguien que sepa que esos libros estaban ahí.
x- ¿Unos mil estudiantes, la bibliotecaria, Dumbledore y sabe Dios quién más?
x- No, alguien que lo sabe pero que no es mago.- Leo negó con la cabeza, no tenía ni idea de quién podría ser.- Tal vez sea un demonio que fue un brujo...cosas así...Leo, no me mires así, vete a saber a quién conoció en su pasado, con quién se relacionó...¡o a quién perjudicó! Puede ser una venganza.
x- Hay algunos Mayores que le conocieron, veré si pueden contarme algo.
Entonces Leo orbitó y Piper dio un largo resoplido.
x- Esto se complica demasiado.
o0o0o0o0o0o
Harry llegó a la sala común un rato después de haber dejado a Wyatt con Piper. Se había alegrado mucho de que no le echara la bronca y le restara importancia al incidente del pelo, pero aún así pensaba matar a Fred cuando le viera, menudas últimas horas le había hecho pasar intentando encontrar una solución.
Sin embargo, aquella no había sido su única preocupación del día... siempre que Wyatt le dejaba un tiempo tranquilo, había estado pensando en la profecía. Había confiado en Phoebe y ella le había aconsejado bien, pero se sentía mal por no contárselo a Ron y a Hermione... ahora sí se sentía mal. Sabía que si ellos compartían con él ese secreto, la carga sería mucho más llevadera... pero aún tenía miedo. Sabía que no le dejarían de lado por el peligro que implicaba, eso podrían haberlo hecho desde primer año.. desde la aventura que tuvieron con la Piedra Filosofal, desde que supieron que Voldemort iba tras él de nuevo.
Pero no lo hicieron, se quedaron a su lado incluso cuando él cometió la locura de irse al departamento de misterios, no lo habían abandonado entonces y sabía que no lo harían ahora... lo cual los colocaba en una situación de peligro permanente, y él no estaba muy seguro de que la suerte que habían tenido hasta ahora les siguiera acompañando.
Aunque por otro lado se veía incapaz de afrontar todo aquello solo, sin tener a nadie a su lado que le apoyara o simplemente estuviera ahí... ¿estaba siendo egoísta por querer tenerlos cerca¿Debería pedir que le aislaran en alguna otra parte de Inglaterra para que ellos no estuvieran en peligro y empezar a averiguar él solo el método para acabar con Voldemort?
Casi sin darse cuenta por lo enfrascado que estaba pensando en aquello, sobretodo en cómo demonios iba a acabar con Voldemort él, que tenía unos conocimientos de magia bastante inferiores a los del mago oscuro, llegó a la sala común de Gryffindor, donde Ron y Hermione ya le esperaban impacientes por que les contara qué tal le había ido el día. Harry se acercó a ellos, tratando de calmar un poco sus nervios:
x- Tengo algo que contaros, chicos...- dijo.- es urgente.
x- ¡Eso¿Cómo te ha ido con el hijo de Piper?
Harry no esperaba tirar por ahí, pero le pareció bien que Ron le diera un poco más de tiempo para prepararse antes de dar el gran paso y contarles la verdad. Así que comenzó a relatar más o menos todo lo que le había acontecido en el día... Hermione estaba orgullosa, y Ron sonreía con burla amistosa.
x- La verdad es que he cogido cariño a ese niño,- terminó de contar.- a pesar de todo ha sido un gran Sábado.
x- Ooh...Harry, eso es muy bonito.- dijo Hermione mientras Ron asentía tratando de aguantar la risa.
x- Sí, bueno... ha sido un atenuante.
x- ¿Atenuante¿De qué?
x- De que al parecer, a falta de personal de confianza, me ha nombrado "Niñero oficial de Wyatt Halliwell".
Ron no pudo más y estalló en carcajadas, Hermione le miró con reprobación mientras él se tumbaba en el suelo de la risa y ella soltó un suspiro y puso los ojos en blanco. Ignorándole, le habló a Harry:
x- No te avergüences de nada, seguro que el arrepentido en años venideros será Ron por no haber tenido esa experiencia.- pero el pelirrojo no escuchaba, estaba demasiado ocupado tratando de respirar.- Además, así seguro que Piper cambia su actitud hacia ti, ya verás como tu famoso esquema era acertado y este año te toca una buena profesora.
x- Sí, bueno, ya me encontré con Fred en los pasillos...- dijo Ron calmándose un poco.- no pensaba usarlo, dado que pensé que este Sábado había sido una situación excepcional, pero me parece que tu nuevo mote te va a ir genial, Harry.
x- ¡Oh, no¡No, por Dios!- gimió el pelinegro.
x- ¿Qué mote?- preguntó Hermione.
Entonces Ron se puso a imitar a un niño pequeño haciendo pucheros y se acercó a Harry para colgársele del cuello en un abrazo que casi le arranca la cabeza, y entonces el pelirrojo se puso a gritar:
x- ¡PAPIIIIIII!
x- ¡Quita¡Quita garrapata pelirroja¡Me cago en...!
x- ¡Ay papi¡PAPI PAPITOOOOO!
x- ¡VADE RETRO¡VADE RETROOOO¡Quita Ron, por el Quidditch!
Ron se descolgó de Harry y se fue a sentar enfrente de él. Hermione miraba al pelinegro con una sonrisa mal disimulada en los labios.
x- No haré comentarios...- dijo ella haciendo como que tosía para ocultar la risa, pero luego no pudo vencer la tentación de completar la frase con una coletilla.- "Papi"
Estuvieron riendo un buen rato con el tema, aunque a Harry se le fue el color de la cara cuando Ron le confesó que los gemelos le habían estado siguiendo todo el día por el colegio sin que él los viera echándole fotos. Él obligó a sus dos amigos a no divulgar por ningún medio ni de ninguna manera aquellas imágenes, ya que se imaginaba la cara de Malfoy si llegaba a ver algo así.
De repente, Hermione recordó algo:
x- ¿Qué era eso tan importante que tenías que decirnos?
x- ¿Ahora?
x- Bueno, dijiste que era urgente.
x- Es que...- objetó Harry, no quería estropear aquel momento de cachondeo con la profecía.
Sin embargo, sus amigos insistieron con la mirada, dando a entender que no iban a permitir largas. Así que, comprobando que no hubiera gente alrededor, Harry tragó saliva, se sentó frente a sus amigos y comenzó a relatar, por fin, lo que sucedió hacía unos cinco meses... a medida que lo iba contando, se sentía como si se estuviera quitando un enorme peso de encima, mientras que la cara de sus amigos iba tornándose blanca a cada palabra que decía.
x- ¡Harry!- exclamó Hermione al término, angustiada.- ¿Eso es cierto?
x- Sí, totalmente...aunque yo todavía me niego a creerlo.- añadió con voz firme.
x- Joder...- murmuró Ron, pasándose una mano por el pelo.- No sé qué decir, Harry.
x- No hace falta que digáis nada, y siento no habéroslo contado antes. Al principio fue...bueno, por arrogancia. No quería que lo supierais ni tampoco quería dar pena...luego fue por miedo, porque yo tampoco quiero admitir que la profecía sea real.- los dos amigos no se movieron, sino que le escucharon atentamente sin mostrar signos de estar molestos por el silencio de Harry con respecto al tema.- Luego hablé con Phoebe Halliwell y ella me dio un par de consejos, eso me dio fuerza para contároslo.
Harry miró a Ron y a Hermione, ninguno parecía ofendido por haber confiado antes en Phoebe que en ellos...tal vez estaban demasiado ocupados asimilando la idea de que él tenía que matar a Voldemort, o peor aún, que era el único que podía.
x- ¿Podemos hacer algo?
x- Ya hacéis suficiente, chicos.
Entonces ellos se levantaron de sus sitios y se sentaron a su lado, Hermione se abrazó a él y Ron le pasó el brazo por encima del hombro. Aquel gesto le reconfortó más que cualquier otra cosa en el mundo, tanto que sintió un nudo en la garganta por lo feliz que se sentía de tenerlos a los dos a su lado. Entonces miró a Ron a los ojos y él dijo, muy seriamente:
x- No estás solo, hermano... nunca te dejaremos solo.
x- ¡Excepto en el baño!- saltó Hermione de repente, como escandalizada.
Y los tres rieron otra vez, y Harry sintió que de nuevo tenía fuerzas para encarar a Voldemort... un año más.
o0o0o0o0o0o
Al día siguiente, la noticia de que Fudge había sido expulsado del cargo arrancó un aplauso de Harry cuando lo leyó en el periódico. Todo el comedor se le quedó mirando, pero él siguió celebrándolo y pronto algunos alumnos más se le unieron. Ni siquiera en la clase de Snape, Harry pudo borrar su sonrisa, ni siquiera cuando el propio profesor le quitó unos cuantos puntos alegando no se qué de alboroto, cuando en su cara claramente se leía: "Me molesta tu cara".
Piper no paró de recibir felicitaciones, tanto por los pasillos como por correo. El aula de Defensa llegó a tener un rincón lleno de cartas y las lechuzas dejaron un rastro bastante desagradable por la clase. Wyatt se entretuvo orbitando las cartas hacia todas partes, aunque afortunadamente ninguna fue a parar al pasillo o alguna otra clase.
Aquella tarde, Phoebe estaba en Grimmauld Place, donde se estaban asignando nuevas misiones a algunos miembros de la Orden del Fénix. Había llegado como portavoz de sus hermanas, ya que Piper estaba bastante ocupada y Paige había ido a investigar cierto rastro demoníaco al Inframundo, intentando retomar la misión que había traído a Chris, que era encontrar al demonio que supuestamente corrompería a Wyatt en un futuro. Los dos luces blancas, por lo tanto, también estaban algo ocupados.
Ella, al salir del castillo, se había puesto en contacto con Elise y había quedado con ella en verse aquel fin de semana para discutir su situación en el Bay Mirror. Esperaba que no se tomara mal el hecho de que pensaba tomarse un "descanso", aunque sabía que le daría a su jefa más de un dolor de cabeza... pero lo hacía por un "bien mayor".
Le sorprendieron mucho todos los regalos de cumpleaños que le habían llegado, aunque luego Paige se encargó de recordarla la cena de bienvenida que les dieron y donde ella había causado furor. Phoebe trató de quitarle importancia, pero no dejaba de sentirse halagada ante tanta atención.
De los regalos que recibió de Snape y de Lupin, no sabía cuál le había gustado más. Por supuesto, tal y como Ron sospechaba, Phoebe no sabía nada de la licantropía de Remus, pero gracias a su poder de empatía, ella no pudo dejar de sentir algo raro con el regalo de Snape. Sin embargo, no le dio más importancia.
Ahora estaba sentada escuchando a Dumbledore, que había reaparecido de nadie sabía dónde sólo para dar unas cuantas instrucciones. Luego había anunciado que iba a irse de nuevo, pero que podían ponerse en contacto con él a través de Fawkes o McGonagall.
Ya había asignado varias misiones, cuando Phoebe dijo:
x- Muy bien¿y qué hay para nosotras?
x- Se trata de que los gigantes no están muy decididos¿sabes? Pero creemos que tenemos más posibilidades que los mortífagos, así que eso podemos darlo por medio solucionado pero...por otro lado tenemos a los vampiros.
x- Esos son pan comido.- dijo Phoebe.
Los demás la miraron, escépticos, pero ella sabía lo que decía. Si los vampiros sabían que las Embrujadas estaban contra ellos, o tenían un muy buen plan para acabar con ellas y se declaraban a favor de Voldemort o directamente se retiraban de la guerra.
x- Bueno, si tienes alguna idea...- dijo Kingsley.
x- Dejádnoslo a mis hermanas y a mi. No se pondrán de nuestro lado, pero del de Voldemort tampoco, así que al menos tendremos una cosa menos de la que preocuparnos.
x- Bien, de acuerdo...- dijo Tonks.- ¿pero no quieres refuerzos?
x- Si os necesitamos os llamaremos.
Saliendo de la cocina, Remus alcanzó a Phoebe.
x- ¿Te gustó el regalo?
x- Es precioso...aunque no encuentro la ocasión de ponérmelo.
x- Oh, bueno, eso puede tener remedio.- Phoebe le sonrió, mientras que Lupin calculaba para sus adentros cuál sería el mejor día (fuera de la luna llena, por supuesto).- Tal vez después de vuestra misión.
x- Estaría bien.
Phoebe se dirigió a la puerta de la casa, seguida de Lupin, que dijo:
x- Primero un brujo vudú y ahora vais a enfrentaros a los vampiros.- dijo sonriendo.- ¿No crees que es demasiado?
x- No.- respondió Phoebe encogiéndose de hombros¡si supiera Remus los años que llevaban peleando contra toda clase de demonios ellas tres solas!
x- Creo que no deberíais ir solas.
x- ¿Y a quién propones que nos acompañe?- dijo parándose para mirarle. Lupin disimuló un poco, pero era evidente que se refería a él.- ¿Y no será peligroso para ti?
Remus la respondió con una mirada desafiante.
x- Podemos arreglárnoslas, Remus, pero gracias.
x- Insisto.
x- Bien, en ese caso... mañana te diré cuándo nos pondremos en marcha.
Dicho eso, Phoebe se marchó cerrando la puerta y dejando a Remus con una sonrisa estúpida en la cara que se apresuró a borrar, pero cuando se dio la vuelta, se encontró con Tonks que se reía por lo bajo.
x- Qué.
x- Pareces un adolescente, Remus.
x- No sé de qué hablas, Tonks. Simplemente me preocupa que vayan solas.
La chica se le quedó mirando, completamente escéptica, pero para aplacar la mirada molesta que estaba recibiendo de Lupin, asintió haciéndose la seria mientras decía:
x- Ah, claro... por supuesto.
Luego se dio la vuelta y se metió de nuevo en la cocina. Remus la miró un momento, ya que se le acababa de ocurrir que si iban a enfrentarse a un grupo entero de vampiros, iba a ser más que peligroso... ¿sólo las tres brujas contra decenas de vampiros? A eso él lo llamaba suicidio. Entonces decidió entrar de nuevo en la cocina tras Tonks para preguntarle.
x- Oye Tonks¿sabes de qué va la misión?
Ella, mientras se acercaba al sitio que había ocupado en la reunión, contestó:
x- Pues al parecer el plan de Phoebe es persuadir de que los vampiros no se unan a ningún bando, algo que por otro lado me parece muy difícil, pero en fin.- luego sacó un pergamino de una carpeta que tenía donde se había sentado en la reunión, era el mapa de un pueblo.- Ésta aldea está en los Alpes italianos y según nuestros informes son los que más dispuestos están a unirse a Voldemort. Sobre las demás colonias vampíricas o no sabemos nada o son ellos los que no quieren saber nada de la guerra.
x- ¿Y qué más sabes de esa aldea?
x- Sobre cuántos son¿verdad?- dijo, Remus asintió.- Deben de ser unos sesenta o así. Lo que nos gustaría que las hermanas averiguaran es si son una colonia o sólo una aldea.
x- ¡Pero si son una colonia...!
x- ¿Pasarán de sesenta a doscientos sesenta?- le interrumpió Tonks.- Lo sé.
x- Es un suicidio.
x- Si Dumbledore no ha puesto objeciones es porque cree que podrán.
x- ¿Y tú lo crees?
x- Yo creo que deben de ser tan poderosas como el propio Dumbledore si piensan adentrarse en esa aldea ellas solas.- Lupin se quedó callado, meditando sobre lo que le acababa de decir, entonces Tonks le entregó el mapa y otro pergamino.- Ya que estás, dáselo a las hermanas. Lo van a necesitar.
Lupin lo cogió y Tonks le dio un golpe amistoso en el hombro para animarle.
x- Vamos, salvaron al idiota de Fudge y a Arthur de aquel brujo. Seguro que pueden lidiar con los vampiros, no te preocupes.- salió de la cocina en dirección a la puerta principal. Mientras iba, se despidió de Lupin.- ¡Nos vemos, Remus!
x- Adiós.- contestó.
Aquella información no hizo sentirse mejor a Remus, no sabía por qué pero sospechaba que las hermanas de Phoebe no dejarían que él fuera con ellas... pero eso no le importaba demasiado. No podía dejarlas solas si más de cien vampiros se abalanzaban contra ellas... aunque él, por otro lado, tampoco sería inmune a sus ataques aunque se transformara en hombre lobo... cosa que no pensaba hacer delante de Phoebe por nada del mundo.
O casi nada.
o0o0o0o0o0o
Phoebe había llegado a Hogwarts, dirigiéndose directamente hacia el aula de Defensa donde sabía que estaría su hermana preparándose para acostarse. Cuando abrió la puerta, ella estaba encendiendo unas velas para adelantar algo de trabajo antes de dormir. Phoebe se acercó a ella y le preguntó sobre la vista que había tenido en el Ministerio aquella mañana.
x- Está fuera.- contestó Piper.- No le ha sentado nada bien, pero eso a mi no me importa. Luego me he pasado la tarde hablando con ocho mil magos sobre ocho mil temas de los que no entendía ni papa... me he aburrido como una ostra, pero al menos no va a repetirse.
x- Me alegro que estemos haciendo algunos progresos por aquí.
Piper asintió, recordando para sus adentros las palabras de Leo. Phoebe comenzó a acercarse a ella en claro signo de que iba a pedirle algo, así que Piper la instó a que hablara. Entonces, Phoebe le dijo lo que había dicho Lupin en Grimmauld Place.
x- No, definitivamente no.
x- Pero Piper...
x- No me vengas con ese tono de "Ay mami cómprame la piruleta". Esto es algo serio, Phoebe, no un capricho.
x- ¿Y quién dice que lo de Remus es un capricho?
Piper se detuvo y se volvió para mirar a su hermana con los ojos como platos y una sonrisa pícara en el rostro.
x- ¿No lo es?- dijo.
x- Deja de malpensar.
x- ¡Oh, Phoebe¡Por favor! Te ha regalado una túnica preciosa, un regalo personal de cumpleaños, cuando hace apenas unos meses que te conoce. Ahora me dices que te ha pedido con toda la sutileza del mundo una cita...
x- ¿Y?
Las dos hermanas se miraron. Phoebe evitaba mirar a Piper, la cual no había borrado su sonrisilla, ya que sabía que ella comenzaría a decir tonterías al mínimo gesto que hiciera. Phoebe puso la mejor cara indiferente que pudo, hasta que Piper por fin dijo:
x- Bien, de momento lo tomaré como capricho.
x- ¡Deja de pensar que estamos juntos!
x- Oh, eso no lo pienso, Phoebe, lo imagino. Después de todo se trata de algo futuro... pero no me negarás que estás flirteando y que te gusta.
Phoebe se cruzó de brazos y tornó su gesto en impaciente.
x- Bueno, qué.- apremió a su hermana, cambiando de tema.- ¿Dejas que venga o no?
x- No.
Piper se dio la vuelta y siguió encendiendo las velas, Phoebe se acercó a ella.
x- ¡Piper¡Sólo quiere ayudar!
x- Es peligroso para él y peligroso para nosotras. Mi respuesta es no.
Sin más palabra, Piper subió a su habitación a por las cosas de trabajo, dejando a Phoebe con cara contrariada. Por un lado, sabía que su hermana tenía toda la razón del mundo, pero por otro le hubiera gustado que viniera con ellas.
Se encogió de hombros y salió del aula de Defensa, preparando algún argumento que decirle a Lupin a la mañana siguiente. Ni siquiera tuvo que ir a buscarle, en cuanto Phoebe salió de sus clases de la mañana, Lupin se presentó esperando la respuesta... pero la Embrujada ni siquiera tuvo que hablar para que Remus supiera lo que iba a decir, su cara la delataba.
x- Lo siento, Remus, pero es por tu seguridad.
x- ¿Y qué hay de la...- se detuvo, iba a decir "tuya", pero se corrigió .- ...vuestra?
x- Nosotros estaremos bien, te lo garantizo.- dijo, pero eso no le convenció lo más mínimo.- Mira, me halaga que te preocupes tanto por m...nosotras, pero hemos vencido otras situaciones más difíciles con menos medios.
x- Lo sé, y no dudo de que podáis solas...
x- ¿Pero?
Entonces Remus le contó lo que Tonks le había dicho sobre la colonia de vampiros, y que en caso de ser cierto, estarían en serios problemas. Phoebe tuvo en cuenta sus palabras, pero también tenía en cuenta el Poder de Tres, así que le restó importancia. Finalmente Remus le dio el mapa de la aldea que Tonks le había encargado que entregara a las hermanas.
x- Esto es muy serio, Phoebe.- continuó.- Hablamos de doscientos vampiros.
x- ¿Hay tantos?- preguntó sorprendida, Remus asintió.
x- Es el grupo más grande al que podríamos enfrentarnos. Yo creo que necesitáis ayuda¿cuatro personas contra decenas de vampiros¿No te suena un poco...suicida?
x- Créeme, los suicidas son los vampiros.
x- Me impresiona vuestra confianza, pero...
x- No insistas, Remus. A mí...bueno, me reconfortaría que hubiera más gente con nosotros, pero mis hermanas han dicho la última palabra. Ha ganado la mayoría, lo siento.
Remus, después de una pequeña lucha interna, al final asintió resignado. Convencida, Phoebe se dio la vuelta y se marchó...
Sin embargo, Remus estaba decidido a no dejarlas solas.
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Aquella noche, poco antes de la cena, Malfoy puso en marcha su plan de captar información sobre la misteriosa Muriel. Tenía un ligero temor después de lo que había oído de Voldemort, porque si uno de aquellos monstruos tenía fama, no podía ser precisamente una fama de buenos e inocentes... no le gustaría nada tener que enfrentarse a ella cara a cara.
Conteniendo un escalofrío, vislumbró en el pasillo a un grupo de tres Gryffindors de primero, a juzgar por su manera de señalar los cuadros y murmurar divertidas sobre aquello de que se movían... "Encima de que son de primero, seguro que son sangres sucia", pensó Malfoy con asco. Sin embargo, hizo de tripas corazón y se acercó a las tres.
x- Hola chicas.- dijo con su mejor sonrisa, las tres se quedaron mirándole embobadas mientras Malfoy se contenía las ganas de vomitar.- Veréis, hay un chico en mi casa que es pariente mío y que está interesado en una chica de Gryffindor...- las tres se miraron y se pusieron rojas, Malfoy saboreó con malicia la decepción que les iba a dar.- ...pero hace tiempo que no la veo y nos estamos empezando a preocupar.
Como Malfoy esperaba, la decepción si hizo patente en sus caras, que en seguida se tornaron hostiles.
x- ¿Y cómo es?- preguntó una de ellas, la castaña, con un ligero deje de desprecio en la voz.
- Es rubia y de ojos azules... parece alemana o algo así.
x- Ah, esa es Muriel.- contestó otra, morena, también con desprecio.
x- ¿Quién?
x- Lo que sabemos es que se llama Muriel Fawn y que va de lista, como la famosa Hermione Granger.- dijo la castaña.
x- Sí, entiendo.
x- Dile a tu pariente que se ha fijado en la chica equivocada,- dijo la tercera, rubia oscura, luego se volvió también hacia sus amigas.- esa niña no puede traer nada bueno, os lo digo yo.
Malfoy, picado por la curiosidad, preguntó:
x- ¿Y eso por qué?
x- Muy pocas en nuestro dormitorio lo saben.- comenzó la morena haciéndose la interesante.- Pero nosotras hemos comprobado que esa chica se escapaba muchas noches del dormitorio, otras incluso simplemente desaparecía...
x- Sí, yo opino que eso de que se ha ido de la escuela porque murió un familiar suyo es mentira.- continuó la rubia.- Una tapadera, vete a saber quiénes son su familia.
x- Yo voto porque ha venido a espiar a Harry Potter.- comentó la castaña.
Las otras dos asintieron y Malfoy las miró con desprecio disimulado, les dio las gracias por la información sin mucho entusiasmo y se largó de allí, dejando a las tres un tema del que hablar durante unos cuantos días.
A pesar de que había logrado averiguar su primer apellido, no le pareció suficiente y decidió indagar un poco más... colándose en los archivos del colegio, como había planificado desde un principio. Sabía que Piper no iba a estar en el despacho de Dumbledore, dado que aunque había sido nombrada directora no lo ocupaba, así que eso le daba una pequeña ventaja.
Abrió la puerta con cautela, encontrando como sospechaba que la estancia estaba vacía y casi completamente a oscuras. Entró y cerró la puerta, esperando que a ninguno de los profesores le diera por entrar allí, y fue hacia el fondo del todo del despacho del director, donde había una pequeña puerta que, según le había contado una vez su padre, se encontraban las fichas y expedientes de todos los alumnos que habían pasado por Hogwarts desde ni se sabía cuánto tiempo.
Draco se fijó en que el fénix de Dumbledore, el tal Fawkes, no estaba en el pedestal donde suponía que debía de estar habitualmente. Eso le dio más tranquilidad, que nada más que los cuadros de los antiguos directores estuvieran mirando... los pocos que miraban, porque la mayoría dormía, y los otros no podían ver mucho.
Abrió con sigilo la puerta, que resultó que daba a una escalera de caracol (por lo poco que Draco pudo ver sin tener que encender la varita), así que comenzó a descender por ella con cuidado y tocando las paredes para ver cuándo acababa. Se topó de repente con una puerta, vieja pero de madera maciza, la cual examinó con el tacto para ver si tenía alguna abertura...
Nada, ni cerrojos ni nada. Draco maldijo su suerte y se arriesgó a dar una parada a la puerta, que produjo un ruido sordo y... un chirrido. Volvió a examinar la puerta y vio que se había quedado entreabierta, y entonces le tocó reírse de su estupidez por no probar algo tan obvio... y de la de Dumbledore, dejando sin apenas protección los archivos. Tal vez supusiera que a nadie le importaba lo que allí había salvo al personal del colegio, o pensara que ya había suficiente protección antes... el caso es que se lo había dejado en bandeja y Draco no iba a desaprovechar la oportunidad.
Entró en lo que parecía una sala y cerró la puerta, así pudo cómodamente conjurar un lumos sin que los de arriba se dieran cuenta de su presencia, encontrándose con una enorme sala de altos techos llena de cajones archivadores.
x- Wow...- murmuró.
En las cuatro paredes había un escudo de cada una de las casas, lo que le dio a entender que los nombres se encontraban clasificados primero por la casa a la que habían pertenecido. Además de los escudos había otras reliquias, pero Draco no reparó mucho en ellas, sino que directamente fue hacia la pared que correspondía a Gryffindor y miró en el primer archivador que se le presentó.
x- Año 1793...
Eso indicaba que el segundo criterio era el año, supuso que el año de entrada en el colegio, así que comenzó a desplazarse hacia la izquierda, hacia el principio de la sala cerca de la puerta, pues al parecer todo lo demás estaba ocupado por todos los siglos anteriores de existencia del colegio...
Pasó por el siglo XIX y llegó al XX... años 40...años 50... y, por fin, en un archivador que era considerablemente más nuevo que los demás, comenzaba el siglo XXI. Buscó el año presente, 2005, y abrió el cajón en cuanto lo encontró.
x- Veamos...Fawn...Fawn...
Comenzó a pasar las fichas a toda velocidad, parándose sobretodo en la foto que la acompañaba... por fin, justo en la F, vio la foto de Muriel y sacó la ficha rápidamente de su sitio y comenzó a echarle un vistazo.
x- Anna Muriel Marie Fawn Skarsgaard...- murmuró para sí mismo.
La fecha de nacimiento debía ser falsa, por supuesto, puesto que era sólo de once años antes. Había algunos datos más, como la dirección de la casa donde supuestamente vivía, situada en San Francisco... supuso que sería la misma dirección de la casa de las Embrujadas. Anotó todo aquello en un pergamino, usando una pluma que había traído, y pronto dejó de nuevo la ficha en su sitio.
Aunque le picaba imperiosamente la curiosidad de saber cómo sería la ficha de Voldemort en sus años en Hogwarts, decidió no tentar a la suerte y salir rápidamente del despacho de Dumbledore... la experiencia en el aula de Phoebe Halliwell le había valido con creces para todas estas misiones de colarse para obtener información que le estaban pidiendo.
En cuanto fue hacia la puerta, apagó su varita y subió de nuevo al despacho, cuidando de dejar todo tal y como lo había encontrado para no levantar sospecha alguna. Sólo cuando estuvo de vuelta en el pasillo se sintió más tranquilo, sin embargo, no podía darle inmediatamente la información a su amo... esperaría un par de días por si conseguía algún detalle más y entonces regresaría al Inframundo.
o0o0o0o0o0o
Las Embrujadas llegaron al poblado que se les había indicado orbitando con Chris y Paige. Se encontraron en un sitio donde todas las casas estaban derruidas y ennegrecidas por el abandono. En algunas las plantas trepadoras las habían cubierto hasta tal punto que parecían árboles más que edificios. Las calzadas de las calles debieron ser de piedra en su momento, pero ahora estaban casi todas levantadas y sólo quedaba barro y restos de la nevada que debía de haber caído hacía unas horas. Allí el frío era intenso, pero soportable.
x- Curioso sitio para instalarse.- comentó Paige.
x- Cierto, pensé que acabaríamos en Transilvania.- dijo Phoebe.
x- Da gracias porque prefirieron Italia.- le contestó Chris.
x- Aunque no sé yo si habrá mucha diferencia de temperatura.- replicó Piper tiritando de frío.
Comenzaron a andar por entre las casas con el tosco plano que Tonks les había dibujado sobre un pergamino, basado en los pocos datos que tenían sobre el poblado, dado que era muy raro que cualquier explorador sobreviviera a una incursión a aquel lugar.
Las calles eran bastante laberínticas, pero la ventaja era que había una calle principal que era totalmente recta (aquella por la que estaban andando) y que llevaba directamente a su objetivo, un edificio representado por un punto en el mapa y que decía "Guarida".
Avanzaban camino arriba por aquella avenida cuando Phoebe se detuvo de golpe y cerró los ojos. Todos se detuvieron a unos pasos de ella y la miraron alarmados. A los pocos segundos volvió a abrir los ojos.
x- ¡Acabo de tener una premonición!
x- Eso ya lo hemos notado,- dijo Paige.- ¿qué has visto?
Phoebe se tomó su tiempo para responder, retomando el aliento, y mirando a los demás contestó:
x- Remus nos ha seguido.
Las tres se volvieron, aunque no se veía nada ni a nadie tras ellas... hasta que llegaron a ver algo que se movía en la lejanía durante un segundo escaso.
x- Mierda.- murmuró Chris.
x- Le dije que no viniera.- se defendió Phoebe.
x- No podemos dejar que vea lo que vamos a hacer.- dijo Piper.
x- ¿Y qué sugieres?
Piper las miró, dando a entender que pensaba usar medidas drásticas. Phoebe se mordió el labio y miró de nuevo hacia atrás con disimulo... luego volvió a mirar a Piper y bajó la cabeza, asintiendo.
Decidieron ocultarse entre dos casas en ruinas de un lado de la calle, esperando que Remus pasara por allí para lanzarle un hechizo que esperaban que fuera suficientemente fuerte como para dormirle durante toda la noche y parte de la mañana y que no les estorbara en la misión.
En el rato en que Lupin tardaba en subir la calle y asegurarse de que nada le amenazaba y que las chicas no estaban cerca, Paige perfeccionó el hechizo de sueño en su libreta. Cuando le vieron pasar por delante de ellas, varita en mano, comenzaron a recitarlo en voz baja.
Con el Sol el despertar
Con la Luna descansar
Si de noche es ahora, deja de caminar
Vete y comienza a soñar
De repente, vieron que Lupin se llevaba una mano a los ojos y se los restregaba. Luego intentaba dar un par de pasos y bostezaba... cuando intentó dar el tercer paso, el hechizo hizo su efecto y cayó al suelo, profundamente dormido. Los cuatro se acercaron a él y le arrastraron al interior de una de las casas derruidas.
x- Cuánto siento hacer esto.- murmuró Phoebe.
Entraron dentro y le dejaron en un lado del vestíbulo, entonces Piper sacó las piedras que usaban para hacer jaulas mágicas y las puso alrededor de Remus. Phoebe cogió algunas lonetas abandonadas y se las puso a modo de almohada. Cuando se aseguraron de que Lupin no correría ningún peligro, salieron de la casa.
x- Volveremos por él cuando hayamos acabado con los vampiros.- dijo Piper.
x- Al menos en la jaula estará seguro.- dijo Paige.
x- Curioso hechizo, Paige.- dijo Phoebe.
x- Cuando no se tiene demasiado tiempo no puedes hacer ninguna maravilla.- contestó.
Entonces echaron a andar a buen paso calle arriba, vigilando que ningún vampiro les saliera al paso y las atacara por sorpresa. Las casas comenzaron a inclinarse y la calle se hizo una gran cuesta, como en miniatura de las que había en San Francisco, pero no por ello menos empinada. La subieron a buen paso, y cuando llegaron arriba del todo se encontraron con que había una especie de fortaleza pequeña estilo medieval unos metros más adelante.
x- Debe de ser ahí donde están los famosos vampiros.- dijo Chris.- La "Guarida" como dice el mapa.
x- No se ve a nadie por fuera.- murmuró Paige
x- Lo que no implica que ellos no te vean a ti.- le contestó el luz blanca.
x- Estad atentos.- dijo Phoebe.
Echaron a caminar hacia la fortaleza, que como mucho debía ser tres veces más grande que la mansión Halliwell. Las puertas estaban entreabiertas, así que entraron con cautela y se encontraron con una enorme sala principal, que debía ocupar casi toda la fortaleza, de planta cuadrada y donde no veían más que oscuridad, salvo cierta luz nocturna que entraba por un enorme agujero en el techo. Chris usó su varita, al igual que Paige y Piper, y conjuraron un lumos que no hizo mucho más que iluminar unos dos metros a la redonda.
La fortaleza parecía abandonada, pues no oyeron absolutamente nada. Se adentraron un poco más en aquella sala principal, y cuando quedaron en el círculo de luz nocturna, unos sonidos les detuvieron en seco.
x- Vaya, vaya...- dijo una voz, de mujer, con tono malicioso y acento italiano.- Pero mira qué tenemos aquí, un cuarteto de brujitos...
Hubo un murmullo de risillas colectivas, pero por más que los cuatro miraban alrededor, sólo veían oscuridad y oían voces. Además de las varitas, prepararon sus poderes para enfrentarse a lo que les viniera...
De la oscuridad salió una mujer que podía ser calificada como la típica mujer vampiro. Vestida con un elaborado y sugerente vestido rojo y negro con un escote bien generoso, se acercó a ellos con un paso elegante. La poca luz que había en el lugar se reflejaba en la nívea piel de la vampira y hacía resaltar sus fríos ojos grises. Se detuvo a una distancia prudencial de las varitas y volvió a hablar.
x- ¿Y os llamáis?- dijo, para luego relamerse los colmillos.- Me gusta saber el nombre de lo que como.
Siguió acercándose a ellos entre risillas y miradas amenazantes. Chris se puso en guardia, mientras que las tres hermanas la miraron desafiantes y Phoebe se adelantó para contestar a la jefa de aquellos vampiros...o al menos eso parecía que era.
x- Pues tal vez por nuestro nombre individual no nos conozcas, pero el calificativo de "Embrujadas" debe de sonarte mucho.
La vampira se quedó parada donde estaba y la sonrisa se le fue de su rostro, mientras que de la oscuridad salieron murmullos de alarma y se oyeron pasos de gente alejándose de aquella sala. Phoebe sonrió, al igual que el nombre de "Necrus", el de "Embrujadas" causaba cierto pavor entre muchos demonios. La mujer, por otro lado, se quedó en su sitio, sin retirarse pero sin avanzar más hacia las hermanas.
x- ¿Qué hacéis aquí?- preguntó ya sin su tono burlón, sino mucho más serio.
x- Negociar.- contestó Paige.
x- No hemos atacado brujos en mucho tiempo, así que no tenemos nada que negociar.
x- Ah¿es que tus amiguitos Voldemort o Barbas no te han informado?- dijo Phoebe.- Ahora estamos protegiendo a los magos, y que sepamos, estáis intentando atacarles, así que me temo que sí tenemos algo que negociar.
Desde la oscuridad se oyó otra voz, esta vez de hombre, que les preguntó con burla:
x- ¿Y desde cuando las Embrujadas negocian?
x- Desde que quieren reservar cierta diversión a sus amigos los Necrus.- respondió Chris, desafiando a la voz masculina.
Se hizo el silencio, mientras que ahora se oyeron los pasos de alguien que se acercaba hacia ellos. Los cuatro brujos se pusieron en guardia, suponían que era el hombre que acababa de hablarles el que se acercaba, y dado que era probable que fuera el verdadero jefe de la aldea de vampiros, debían de tener cuidado.
Cuando salió de la oscuridad, desde el mismo sitio de donde había salido la mujer vampiro, se encontraron con un hombre moreno, corpulento, de piel tan blanca como la de su compañera y unos ojos oscuros. Su mirada era dura y fría, con un profundo desprecio en su expresión. Se detuvo al lado de la vampira y señaló con uno de sus largos y huesudos dedos a Chris.
x- Has cometido un error al mencionar el nombre de los Traidores en este lugar, asqueroso mortal.- dijo.
x- Ese mortal viene con nosotras.- le dijo Piper en el mismo tono que el vampiro había utilizado.
x- ¿Y qué queréis¿Por qué molestáis nuestra tranquilidad?
x- No nos mientas, estás negociando con Barbas...- repitió Phoebe.- o Voldemort, quien sea. La verdad es que nos da lo mismo.
x- Dejad de meteos en asuntos que no os atañen.- respondió la vampira.- Hemos dejado en paz San Francisco y a todas sus brujas, ahora cumplid vuestra parte.
Los cuatro brujos se miraron confundidos.
x- ¿Desde cuándo tenemos un trato?- saltó Paige.- No me había enterado.
x- Pensamos que era un acuerdo tácito. Dejamos de atacar a vuestras brujas y dejasteis de perseguirnos.
x- ¿Has llegado tú sola a esa conclusión?- le dijo Chris en tono burlón.
La mujer le dedicó una mirada asesina y sus ojos comenzaron a tornarse rojos, signo de que estaba a escasos segundos de lanzarse a desgarrar la garganta del luz blanca. Sin embargo, Chris estaba deseando poder empezar a cargarse a los vampiros, así que no se amilanó.
x- De todas maneras, pensasteis mal.- continuó Piper, desviando la atención de la vampira hacia ella.- No hemos hecho ningún trato...aunque podemos hacerlo ahora.
x- O qué.- respondió el jefe vampiro.
x- O... aparte de hacer un hechizo con el poder de tres contra vosotros, les diremos a los Necrus la localización de esta aldea... creo recordar que hace mucho tiempo que no salen de cacería como solían hacerlo antes.
Los dos vampiros, los únicos que al parecer se habían quedado a dar la cara delante de las Embrujadas, se miraron unos instantes. Luego el hombre les miró y habló.
x- Escuchamos.
x- Bien, simplemente no os metáis en esta guerra y nosotros no nos meteremos con vosotros.- dijo Phoebe.
x- Pero me parece que ese "no nos meteremos" no será para siempre¿me equivoco?
x- Puede que lo sea, si cumplís vuestra parte del trato.- contestó Paige parafraseando lo que había dicho el vampiro antes.
Chris les miraba atentamente, mientras que los dos vampiros parecían sumidos en sus deliberaciones... parecían. El luz blanca notó que la mujer lanzaba una fugaz mirada hacia algún punto detrás de ellos, y eso le bastó para que se disparara la alarma en su interior. Se dio la vuelta con la varita a punto para disparar y se encontró con que unos vampiros estaban cerrando la puerta de la fortaleza.
Las chicas no tardaron en darse cuenta también de que les estaban tendiendo una trampa, y Piper comenzó a hacer estallar a todos los vampiros que se le cruzaban por el camino. Los cuatro corrieron hacia la salida, Phoebe abriendo paso a patadas, Paige orbitando a los vampiros fuera de su camino y Chris lanzaba encantamientos con la varita contra ellos.
A pesar de todo, les cerraron las puertas en las narices y una especie de halo de color azulado la recubrió y les lanzó de vuelta hacia el centro de la sala, donde los dos vampiros les esperaban.
La mujer se lanzó inmediatamente a por Chris, que la evitó de una patada mientras se levantaba y se ponía de nuevo en posición de ataque. El vampiro, por otro lado, decidió ir a por Piper y el resto de los habitantes de aquella siniestra fortaleza mantuvieron bien ocupadas a Phoebe y a Paige.
Los vampiros se encontraban en clara desventaja, ya que los cuatro tenían varita y además sus poderes, con lo que Paige y Phoebe acabaron con gran parte de ellos en poco tiempo. Sin embargo, Piper y Chris lo tenían más difícil con los dos jefes, ya que ellos no eran tan precipitados y meditaban cada uno de los ataques que daban.
Chris utilizó la varita unas cuantas veces contra la vampira, pero era demasiado rápida y esquivaba casi todos los hechizos que lanzaba. Mientras, el luz blanca intentaba acordarse de algún hechizo que le permitiera emitir luz del sol y acabar con todos los vampiros de la fortaleza de una sola vez.
Por otro lado, Piper trataba de congelar al vampiro para poder explotarle, pero era tan rápido que escapaba a los poderes de la embrujada. Al final ella decidió explotar a diestro y siniestro sin mirar lo que hacía, pero precisamente por no estar suficientemente atenta el vampiro jefe le asestó un fuerte golpe en la cabeza por la espalda. Chris, que acababa de esquivar por poco un mordisco de la vampira y había logrado alcanzarla con un crucicatus, se volvió y le dio un vuelco al corazón al ver caer a Piper al suelo.
x- ¡Piper!- gritó.
Sin embargo, aquello fue la distracción que la vampira, recuperada de la maldición y más cabreada si cabe que antes, necesitaba para cogerle por detrás e inmovilizarle, de tal manera que le dejó el cuello al descubierto... sacó sus colmillos y comenzó a acercarlos a la yugular de Chris, que intentaba liberarse con todas sus fuerzas.
Mientras, el vampiro jefe se dirigió a los subordinados que tenía por toda la fortaleza:
x- ¡Rastread la aldea¡Buscad cualquier clase de refuerzo que haya venido con ellos y traedlos!
Phoebe se horrorizó al oír esas palabras, pues sus pensamientos fueron inmediatamente a parar hacia Remus. Vio que uno de los vampiros salía rápidamente por la puerta y ella corrió hacia él, le dejó inconsciente de una patada en la cara y salió corriendo en dirección a la aldea. Observó que varios vampiros la habían adelantado y ya registraban las primeras casas, así que se ocultó entre la maleza y las ruinas y comenzó a caminar tan rápido como podía hacia la casa donde habían escondido a Remus... antes de que los vampiros le encontraran.
Mientras, Piper comenzaba a despertar de su aturdimiento. Miró a ambos lados intentando orientarse de nuevo y se levantó con cuidado... entonces oyó que gritaban su nombre y comenzó a buscar la fuente de aquella voz, a la que reconoció como la de Chris. Sin embargo, estaba demasiado mareada para poder enfocar bien, ni siquiera al corpulento vampiro jefe, que se estaba acercando a ella por su espalda.
x- ¿Chris?- dijo parpadeando, pero seguía sin conseguir ver nada más que manchones que se movían de un lado para otro.- ¡Chris¿Dónde estás?
Paige, que había oído los gritos de su hermana y del luz blanca, se desembarazó de un par de vampiros que habían tratado de encerrarla contra una esquina de la sala principal. Corrió al centro y envió con un hechizo al vampiro jefe lejos de Piper, que se quedó aliviada de verla. Paige se agachó a su lado y la examinó por si tenía algo serio.
x- Tienes una herida muy fea en la cabeza.- dijo cuando la vio de cerca.
x- Paige¿qué le pasa a Chris¡Me estaba llamando!
Ella comenzó a observar alrededor buscando al luz blanca, al que encontró retorciéndose bajo el abrazo fatal de la vampira con la que habían hablado. Paige se quedó paralizada por unos segundos, hasta que alzó las manos y gritó:
x- ¡Vampira!
La mujer se deshizo en volutas blancas y Paige la envió contra una ventana rota, de las que sobresalían los gruesos maderos que la tapaban, haciendo que se clavara una de ellas en el corazón y dejándola fuera de combate.
x- Paige, sabes que lo de las estacas no los mata del todo.- le dijo su hermana cuando pudo levantarse.
x- Pero al menos se la he quitado de encima al pobre Chris.
x- Ya la remato yo.
Parpadeando para conseguir ver bien a la vampira, Piper apuntó con sus manos alzadas, y cuando la localizó, usó su poder de explotar e hizo desaparecer para siempre a la vampira. Entonces las dos corrieron hasta el luz blanca, que estaba tendido en el suelo con la cara blanquecina y le daban escalofríos. Piper se agachó a su lado y Chris abrió los ojos y sonrió, suspirando de alivio.
x- ¿Estás bien?- le preguntó Piper.
x- Sobreviviré.
x- ¿Pero no se transformará ahora?- dijo Paige.
x- No si no ha bebido la sangre de otro vampiro.- contestó. Echó una mirada a Chris, que se incorporó con cuidado. Una ira indescriptible invadió a la Embrujada, que no iba a tolerar que los vampiros salieran inmunes al ataque contra Chris.- Vamos a hacer el hechizo del poder de tres.
x- ¿Y el trato?
x- Yo no negocio con murciélagos de mierda, así que acabemos con ellos. Nos ahorraremos el tener que preocuparnos de las traiciones.
Ayudó a Chris a ponerse de nuevo en pie, se llevó una mano al cuello y se tapó la herida que la vampira le había hecho. Él miró a su alrededor, dándose cuenta de que faltaba una de las hermanas.
x- ¿Dónde está Phoebe?- dijo.
Los tres se miraron, preocupados, viendo que también faltaba el jefe de los vampiros.
Mientras, Phoebe corría por la aldea, porque para su desesperación, había perdido la casa donde habían dejado a Remus. Eso, añadido a que por error se había metido en el laberinto de calles del pueblo, hacían que su humor empeorara por momentos... y su desesperación también. Si algo le pasaba a Remus sería culpa suya porque ella le dio pie a que pensara que podría ir con ellas...
En la carrera acabó en el cementerio, e iba a darse la vuelta para buscar otra ruta de escape cuando una mano salió de una de las tumbas y la agarró del tobillo. Phoebe gritó del susto y se quedó de piedra al ver que se trataba de una especie de esqueleto-vampiro con trozos de carne putrefacta en algunas partes de su cuerpo.
Sobreponiéndose al pánico, ella dio una patada con la pierna libre a la calavera de aquel vampiro. Un horripilante ruido le indicó que había roto parte de las cervicales, así que asestó un segundo golpe que arrancó definitivamente la cabeza de aquel ser. Las manos la soltaron mientras se iban a buscar la cabeza...
x- Esto es una pesadilla.- murmuró Phoebe.
De repente, la tierra que cubría todas las tumbas comenzó a removerse sola y varias manos más surgieron del suelo, con lo que la Embrujada no tardó ni dos segundos en ponerse de pie de nuevo y salir corriendo de allí... definitivamente, aquella misión contra los vampiros estaba resultando mucho más difícil de lo que esperaban.
Cuando Phoebe alcanzó de nuevo la calle por la que había ido corriendo antes de meterse al callejón del cementerio, vio que una extraña niebla estaba empezando a cubrir toda la aldea. Una niebla espesa y fría que se colaba hasta los huesos y recordaba a Phoebe con crueldad que no había traído abrigo, solamente un jersey y un pantalón de pana.
Trató de orientarse, pero no sabía ver los puntos cardinales en las estrellas, y aunque supiera, la niebla estaba empezando a taparlas. Intentó guiarse por la inclinación de las calles y trató de volver a la fortaleza, desde donde vería de nuevo la avenida principal y podría buscar con mucha mayor facilidad a Remus.
Sin embargo, aquella niebla fue cubriendo poco a poco toda la calle desde el suelo hasta el tejado de las casas, con lo que Phoebe no podía ver ni siquiera la punta de sus dedos al alargar la mano hacia delante. Asustada, se acercó hacia las paredes de las casas para al menos poder seguir por dónde iba y estar al tanto de alguna calle que subiera hacia arriba... cada vez estaba más preocupada por Remus.
Mientras, sus hermanas y Chris habían salido de la fortaleza y habían llegado a lo alto de la colina, desde donde se podía ver el pueblo cubierto totalmente de niebla. Ni siquiera podían distinguir desde allí nada más que el principio de la calle principal.
x- ¿Y ahora qué hacemos?- preguntó Chris.
x- Buscar a Phoebe.- contestó Piper.
x- ¿Y Lupin?
x- Mientras esté dormido estará a salvo.
x- Muy bien, tengo una idea.- dijo Paige. Los otros dos la miraron mientras ella se concentraba en Phoebe y ponía su varita en la palma de la mano.- ¡Oriéntame!
Entonces la varita comenzó a girar hasta pararse apuntando hacia su izquierda, bajando la colina. Los tres se adentraron entonces en la niebla mientras Piper y Chris encendieron sus varitas con un lumos, con lo que su campo de visión se amplió un par de metros y así podían localizarse mejor entre ellos.
Sin embargo, también los vampiros podían localizarles mejor y Piper se encargó de irlos explotando a todos a medida que se iban acercando a ellos. Las explosiones supusieron una guía para Phoebe, que por fin encontró una calle por la que subir y comenzó a intentar seguir el sonido que producían los poderes de Piper. Los gritos de los vampiros al explotar y al atacar a sus hermanas y a Chris iban en aumento conforme iba subiendo, hasta que al encontrar un cruce los oyó claramente, y a Piper maldiciendo también.
x- ¡Al Infierno, cabrones!
Corrió a través de aquella callejuela, viendo poco después que había una luz a pocos metros de ella. Adivinó más o menos las siluetas de los tres, y se acercó acelerando aún más su paso. Sin embargo, con la niebla, Piper no pudo ver que quien se acercaba era Phoebe, así que usó sus poderes contra lo que ella creía que era la amenazante silueta de un vampiro.
Phoebe por poco no acaba con los sesos desparramados, pero por suerte, el hechizo fue a parar a la pared de la casa más cercana, volando en pedazos y dejando un enorme rastro de escombros y polvo a su paso. Piper, maldiciendo su puntería, iba a usar su poder de nuevo cuando Phoebe reaccionó del susto y gritó:
x- ¡Piper¡Que soy tu hermana¡Phoebe!
Ella torció el gesto, como diciendo "Ooops", y bajó las manos. Segundos después Phoebe aparecía de entre la niebla sacudiéndose piedrecillas y polvo del pelo y la ropa. Se acercó a Chris y sus hermanas aliviada pero claramente alterada porque su hermana casi le vuela la cabeza.
x- ¿Por qué me has disparado?- saltó cuando estuvieron juntos.- ¿Tengo pinta de vampira o qué?
x- Con esta niebla nada tiene pinta de nada...- contestó Piper.- sólo de nublado.
Phoebe suspiró y se tranquilizó, luego miró a los demás.
x- ¿Habéis encontrado la casa?- preguntó.
x- Es obvio que no¿no puedes tú sentir a Remus o algo?
x- Está durmiendo, Paige...tendría que estar teniendo una pesadilla fuerte para que pudiera sentir su presencia por la empatía.
x- Podríamos...
x- No, Chris, no voy a hacerle eso a Remus a menos que no haya opción.
x- ¡Pero si cuando se despierte no se acordará!- protestó él, pero la mirada de Phoebe indicaba que la vía de provocarle la pesadilla a Lupin mediante un hechizo quedaba descartada.- Al menos nos queda el oriéntame.
x- ¿El qué?
Entonces Paige alzó la varita, concentrándose en Remus, y volvió a repetir el hechizo. Ahora la varita señalaba hacia atrás y un poco hacia la derecha de Paige. Sin perder un instante, se pusieron de nuevo en marcha, y gracias a la varita pudieron encontrar de nuevo mucho más fácilmente la calle principal.
Bajaron corriendo, sin que en el camino les saliera al paso ningún vampiro o algo por el estilo. Pronto Chris reconoció la puerta rota de la entrada de la casa y todos entraron rápido. Mientras el luz blanca se quedaba vigilando en la puerta, las chicas se acercaron a comprobar que Remus estaba allí y que todo estaba en orden.
x- Menos mal, está bien.- dijo Phoebe.
Nada se había movido, la lona que servía de almohada estaba tal y como la dejaron y Lupin seguía sumido en un profundo sueño. Todo parecía en orden, pero entonces Chris habló desde la puerta de la casa:
x- No sé si por mucho tiempo.
Las tres se acercaron a la puerta junto a Chris, viendo entonces a qué se refería el luz blanca... en el cielo se veían unas cuantas sombras que se acercaban hacia ellos a toda velocidad, además de un extraño sonido como de una muchedumbre que se acercara a buen paso gritando cosas en una lengua que no entendían.
x- ¿Qué¿Cómo puede ser?- dijo Piper.- ¡Pero si esto es una aldea¿De dónde ha salido todo eso?
Entonces Phoebe recordó la conversación que tuvo aquella mañana con Lupin.
x- Eeeh...bueno, Remus me mencionó algo de que era probable que fueran una colonia y tal...
x- ¿Y nos lo dices ahora!
La horda de vampiros voladores se abalanzó sobre ellos, mientras que de entre la niebla comenzaron a surgir decenas de chupasangres que iban directamente a atacarlos. Chris las empujó dentro de la casa y luego atrancó la puerta, volviéndose hacia ellas comenzó a gritar indicaciones, ya que el ruido que empezaban a hacer los vampiros afuera se tornó insoportable en pocos minutos:
x- ¡Subamos arriba¡Rápido!- Piper y Paige se volvieron hacia la escalera, despejándola de muebles viejos y comprobando que ningún escalón fuera peligroso.- ¡Phoebe¡Ayúdame con Remus!
Chris le cogió de los brazos y Phoebe se encargó de las piernas, juntos subieron poco a poco pero sin parar las escaleras siguiendo a Paige y a Piper. Mientras subían a la parte alta de la casa, Phoebe vio que estaban rodeados de decenas de vampiros, así que por encima del intenso ruido dijo:
x- ¡Deberíamos llamar a Muriel?
x- ¡No, haremos el hechizo del poder de tres!- contestó Piper.
x- ¡Pero no hay tiempo para escribir uno!
Su hermana no la contestó, sino que abrió la puerta del pequeño y destartalado ático de la casa y todos entraron. Luego Paige se encargó de atrancar la puerta con un hechizo mientras Phoebe y Chris dejaban a Remus a un lado y Piper se sacaba un papel del bolsillo de su pantalón. Cuando Paige vio el papel, le dijo a su hermana:
x- ¡Vaya¡No confiabas mucho en los vampiros¿Verdad, Piper?
x- ¡Vamos!
En esos momentos, los vampiros comenzaron a romper el tejado con una brutalidad inusitada, entrando cuando los huecos se hicieron lo suficientemente grandes para ellos. Piper sacó inmediatamente de su bolsa las piedras que hacían la jaula mágica y juntos los cuatro las pusieron a su alrededor, con lo que aunque los vampiros inundaron todo el ático y el tejado desapareció del todo, no pudieron tocarles. Piper miró hacia el cielo, donde una luna creciente asomaba por el horizonte... no era muy completa, pero sería suficiente para su hechizo.
x- ¡Acabemos con esto!- gritó.
Las tres se dieron las manos y comenzaron a recitar el hechizo, rodeadas aún por los hambrientos vampiros:
Como espejo del astro radiante
Del Sol toma su luz la Luna
Haz que sin demora
Como el reflejo de una laguna
Aquí y ahora
Su luz sea igual de brillanteDe repente, la luna creciente que apenas daba algo de luz a las calles de la aldea se volvió como si fuera el mismo Sol, cegando momentáneamente a las chicas y convirtiendo instantáneamente en cenizas a todos los vampiros que quedaron expuestos a su luz. Los gritos eran insoportables y tuvieron que taparse los oídos para evitar quedarse sordas, agachándose y haciendo una especie de piña todos juntos. Poco después comenzaron a sentir calor, como si de verdad hubieran transformado la Luna en Sol... pero unos minutos después, la luz cesó, al igual que los gritos y el calor. Cuando abrieron de nuevo los ojos y se levantaron para ver los resultados del hechizo, todo lo que encontraron fue cenizas humeantes por todas partes. Suspiraron aliviados al ver que habían conseguido librarse de los vampiros finalmente.
x- Ya no tendremos que preocuparnos de ellos.- comentó Paige.
x- No, pero sí tendremos que preocuparnos de él.- dijo Phoebe mirando a Remus.
o0o0o0o0o0o
A la mañana siguiente, Remus despertó en una cama de San Mungo, confuso y con la mente abotargada, sentía que podría quedarse durmiendo otros tres días más. Cuando abrió los ojos, se encontró con que Phoebe estaba a los pies de la cama, mirándole y sonriendo.
x- Buenos días...- dijo ella.
x- Hola.
Acabó de incorporarse, mirando confuso a su alrededor. No recordaba nada salvo que estaba siguiendo a las hermanas y... y luego nada más. Ni siquiera sabía por qué había acabado en San Mungo, así que miró a Phoebe y preguntó:
x- ¿Qué pasó?
Ella no contestó inmediatamente, sólo se acercó a la cabecera de la cama, mirándole con reprobación.
x- Te dije que no vinieras...- dijo.
x- ¿Me atacaron?
x- Algo así.
Remus se miró los brazos y se tocó el cuello...sin embargo, aunque Phoebe afirmaba que le habían atacado, él no se notaba nada. Ni siquiera debilitado por que un vampiro le hubiera mordido o algo... simplemente como si hubiera tenido un sueño pesado.
x- Pero...
x- No, no estás herido.- le cortó Phoebe, dando voz a los pensamientos de Lupin.- Simplemente estás aquí para comprobar que estás bien. Chris está en la habitación de al lado, pero seguramente que esta tarde esté de nuevo en marcha... igual que tú.
Remus sonrió, aunque en el fondo se sentía estúpido porque seguramente habría sido una carga más que una ayuda. Pero recordaba la aldea tan silenciosa, tan quieta... tal vez fuera una trampa.
x- Es que no recuerdo nada...- dijo al poco.- ni siquiera haber sentido una mordedura.- negó con la cabeza mientras suspiraba.- Es muy extraño.- Lupin miró a Phoebe, quien no parecía nada sorprendida o intrigada.- ¿Y qué ha sido de los vampiros?
x- Acabamos con ellos.
x- ¿Con todos?
Phoebe asintió.
De nuevo, parecía que ella hiciera aquello todos los días. Ya les había resultado raro su comportamiento en el primer ataque al Callejón Diagon, tan arriesgado... ahora se habían aventurado de nuevo, y otra vez parecía que fuera algo como corregir un trabajo sobre Boggarts o algo así...
x- Remus...
x- Lo sé, Phoebe, fui un imprudente... según tú.- Phoebe alzó una ceja.- Simplemente estaba preocupado.
x- Ya, y aprecio el gesto, de verdad... pero podrías haberte puesto en grave peligro.
Sin embargo, parecía que la cosa no acababa ahí, al menos eso dedujo Phoebe por la mirada de Lupin, así que suspiró e hizo un gesto con la mano a Remus para que comenzara:
x- Está bien, habla.- dijo.
x- Phoebe, sois demasiado independientes. Accedisteis a ser parte de la Orden pero no es así... simplemente parece que lo sois sólo de forma nominal, no real. ¿Por qué no queréis contar con nadie más que vosotras mismas?
Ella frunció los labios, buscando una explicación que no diera al traste con su secreto. Se sentó a los pies de la cama y comenzó a hablar:
x- Durante mucho tiempo hemos estado solas, sin nadie que nos guiara... hemos sido siempre independientes y autodidactas, así que ahora nos cuesta aceptar que haya más gente con la misma capacidad que nosotras. Gente que pueda ayudarnos...- suspiró.- Siempre hemos sido nosotras las que ayudábamos a la gente, las que lidiaban con los problemas y todo eso...
x- ¿Solas¿En San Francisco?- preguntó él extrañado.
x- Yo sé de qué hablo.- pero Remus frunció el ceño.
x- Formáis parte de un grupo, no es el grupo el que forma parte de vosotras. No tenéis que ser responsables de todo lo que tenemos que hacer, somos una comunidad. ¡Ni siquiera tenéis que ser perfectas!
x- ¿Y quién ha dicho que lo seamos?
x- ¡Los hechos lo dicen! Phoebe, por Merlín, habéis acabado con una aldea entera de vampiros, puede que una colonia...¡vosotras solas! Y por no hablar del brujo vudú...
x- ¿Y qué hubieras preferido¿Que muriera Arthur Weasley¿Que los vampiros se hubieran aliado a Voldemort?
Remus se quedó callado, pero Phoebe pudo sentir por su poder de empatía la pregunta que de verdad había impulsado a Lupin a discutir con ella, oyó sus pensamientos como si él mismo se los estuviera contando: "No es posible que podáis con todo, no es posible que podáis incluso hacer pensar a la gente que Voldemort está perdido con vosotras de nuestro lado... ocultáis algo, sé que hay algo más¿pero qué es¿Por qué no me lo cuentas¿Es acaso tan oscuro como mi propio secreto?"
x- No voy a seguir discutiendo por una tontería así.- dijo Phoebe de repente, levantándose y yendo hacia la puerta.
x- Phoebe...
x- No me extraña que la gente tenga miedo a un mago tan vulgar como Voldemort, pues todos os creéis inferiores en cuando alguien da muestras de destacar, de ser un poco más hábil que los demás. Tenéis miedo de una sombra, Remus...- se dio la vuelta y le miró.- Os falta fe, en vosotros mismos... en nosotras. ¿Acaso desconfías de mi¿Crees que he venido a espiar¿Qué soy el enemigo¿Que por eso lo tenemos tan fácil para derrotar a todo lo que Voldemort nos manda?
x- ¡Jamás se me ocurriría pensar algo así!
x- Ya, claro...
Pero ella no quiso escuchar más, sino que salió de la habitación cerrando la puerta y acallando las llamadas de Remus:
x- ¡Phoebe!
o0o0o0o0o0o
El Ministerio de Magia era un hervidero de actividad. Cientos de magos iban y venían de un lado a otro, se iban o llegaban... y entre aquellos magos, dos figuras invisibles pasaban a través de todas las barreras de seguridad sin ser detectadas.
Una de ellas había tenido ese capricho, le gustaba comprobar que con sus poderes nada ni nadie podía descubrirla si ella no lo deseaba. La otra le daba lo mismo, el caso era llegar al sitio en cuestión y coger lo que habían venido a buscar. Por supuesto, iba a resultarles muy fácil llegar y sacarlo del Ministerio, no importaba las barreras que tuviera, ya que habían traído un instrumento especial que lo llevaría entero y de una pieza directo a su nuevo hogar.
x- ¿Entonces tus conclusiones son ciertas?- dijo una de las figuras, esquivando a un mago por poco mientras iban hacia el ascensor del vestíbulo.
x- Por supuesto.- dijo la otra, la primera suspiró.- Sé que no es agradable, pero ya sabes que hay muchas probabilidades de que tengan éxito.
x- No lo dudo.
x- ¿Ella lo sabe?
x- No.
x- ¿Y piensas decírselo?
La primera de las figuras miró a la otra fugazmente, ya que entre ellas sí se veían, y luego dijo:
x- No lo sé...- volvió a suspirar.- Si se entera...
x- No va a negarse...bueno, de hecho no importa lo que diga.
x- Ya, pero... será duro para ella.
Se metieron en el ascensor, que por suerte no se llenó demasiado, y comenzaron a bajar...hasta el Departamento de Misterios. En voz muy baja, los dos seres invisibles siguieron hablando.
x- Ya es hora de que ponga su vida en orden¿sabes? Y no hay mejor forma que enfrentarse cara a cara con su pasado.
x- Sólo espero que no sea contraproducente.
x- Si tú has podido¿por qué ella no iba a poder?
x- Cada persona es diferente.
x- ¿Y qué era esa otra cosa que tenías que decirme?
En el ascensor, mientras los magos se miraban unos a otros porque escuchaban murmullos extraños, la primera figura comenzó a explicarle los detalles de su última misión, sobretodo aquellos que le habían causado más inquietud. La otra escuchaba atentamente, pensando lo que le acababan de decir... quedaban dos pisos para llegar a la planta del Departamento.
x- Sin duda es muy sospechoso.
x- No lo dijo en vano¿sabes? Con lo cual aquí pasa algo muy extraño.
x- Lo sé, yo también lo noto.
x- Nuestras sospechas se centran en...- miró alrededor y decidió decir el nombre al oído de la otra persona.
x- ¿Por qué él?
x- Aunque no me lo hayan dicho yo sé qué y quién es.
x- Cierto.
x- Se esconde muy mal.
x- También es cierto.
x- Tal vez por eso intentan desviar las sospechas hacia él.
x- Me estoy perdiendo.
x- Entre ellos siempre hay pandillas...¿y si no es él precisamente, sino alguien cercano?
Hubo un silencio momentáneo, la figura que escuchaba las teorías de la otra resopló y dijo:
x- Es una locura.
En ese momento el ascensor se detuvo y el único mago que quedaba con ellos se bajó, justo una planta antes del Departamento. Al quedarse solas, las dos pudieron hablar entonces con más libertad y en un tono más cómodo.
x- La cuestión es que me parece que hay alguien más detrás de todo esto, Booky. Leo lo sospecha...
x- Lo que sospecha Leo tiene su lógica, pero a mi no me convence. Y lo tuyo...
x- ¿Tienes alguna opinión?
x- No, la verdad es que no.- dijo suspirando.- Pero he leído lo suficiente como para saber que algo muy gordo se está cociendo, y que va a haber una buena movida cuando descubramos la verdad.
Se bajaron del ascensor y atravesaron el pasillo, aún invisibles, hasta la puerta del Departamento. Pasaron por las sala de puertas giratorias y entraron entonces a la famosa sala circular, parecida a un teatro romano, con sus gradas y su platea al fondo del todo... Muriel vio que Booky sonreía feliz mientras daba palmadas de entusiasmo.
x- Es maravilloso.- dijo sin dejar de dar palmaditas y lanzando risillas de vez en cuando.- Simplemente maravilloso.
Bajó las escaleras hasta quedar a los pies de la tarima. Allí se quedó mirando con ojos brillantes de emoción el velo ondeante, el destrozado arco y su inquietante aureola...
x- Maravilloso...- repitió.
Muriel también bajó las escaleras, a pesar de que había conocido (y bastante bien) el Infierno Negro no recordaba haber entrado por aquel arco. Se encogió de hombros y se puso al lado de Booky, que no dejaba de admirar la antigüedad como si fuera una niña observando una enrome piruleta de múltiples sabores...o, en su caso, como si observara una primera edición de El Quijote, o el manuscrito de alguna obra de Shakespeare o un ejemplar firmado de El Señor de los Anillos por el mismísimo Tolkien.
Muriel dejó que admirara por un rato, después de todo a los pocos minutos se cansaría al comprender que tendría toda la eternidad para observarlo cuando se lo llevara.
Y efectivamente, no pasaron ni cinco minutos cuando su expresión de felicidad se tornó en impaciencia y se giró hacia Muriel haciendo aparecer de la nada un enorme libraco que abrió y dejó sobre la tarima abierto por una página que decía:
ARCO DE PTAH
Este arco data de los tiempos del Antiguo Egipto, cuando el Dios Ptah y el Dios Osiris decidieron construir un portal por el que pudieran mandar a sus enemigos al Infierno. A través de él, el cuerpo y el alma del enemigo quedaban atrapados en este terrible lugar para toda la eternidad.
Sin embargo, y antes de que el arco desapareciera, los Ancianos hicieron una investigación a fondo de lo que quedaba del portal, que ya sólo era el Arco y un frontón que decoraba su parte alta, además de varios restos de jeroglíficos. Averiguaron que el portal no llevaba exactamente al "Infierno", sino a una de sus variantes, pero no por ello menos espantoso. El lugar es comúnmente conocido como "El Infierno Negro".
x- Entonces estamos en lo cierto.- dijo Muriel, claramente consternada por las conclusiones.
x- Pero eso no es todo.- añadió Booky, mostrándole la página siguiente. En ella se veía un enorme estrado de piedra en el que había unos cuantos arcos iguales que el que tenían delante.- ¿Ves esto? Este Arco del Ministerio de Magos perteneció a una formación mucho más compleja.
x- ¿De qué iba?
x- Eso es lo bueno, había cinco arcos y cada uno tenía un destino distinto y específico.
x- ¿Y para qué crearon estos¿Para un concurso?
x- Hubiera estado bien...- rió.- pero no. ¿Recuerdas lo que pone en el Libro de los Muertos de que el corazón del juzgado se pesa contra la pluma de Maat y todo eso?
x- Sí.
x- Bueno, pues esto era lo que había después. No una diosa hipopótamo-cocodrilo que te comía el corazón, sino estos arcos.
x- Eso es nuevo, pero sigo sin verle la utilidad exacta.
x- Los sacerdotes "mortales", por decirlo de algún modo, dejaban que los Dioses juzgaran, tal y como se describe en el Libro...los sacerdotes brujos juzgaban ellos mismos. Eran como un precedente de los Mayores, y enviaban al sujeto por una de las puertas según la necesidad.- Muriel asintió, muy interesada por la explicación.- La que nos ocupa es la entrada al Infierno Negro, con lo que no hace falta que te explique más. Las demás llevaban, una al Paraíso (cómo no), otra al Infierno, otra al Purgatorio, otra al Juicio de los Dioses (por si los sacerdotes no estaban del todo seguros) y la última tenía alguna clase de magia que lo que hacía era conceder la vida eterna tras una prueba y luego devolverte a la Tierra.
x- La vida eterna...vaya.
x- Sí, muy deseable, sobretodo porque eres un "mortal" normal y corriente. Quiero decir que no tienes que alimentarte de sangre como nosotros o los vampiros y eso...
x- ¿Y dónde están ahora esos arcos?
x- Bajo mi custodia.- contestó con una amplia sonrisa orgullosa.- Y he de decir que me hace inmensamente feliz el haber encontrado el quinto arco. Mi antecesora llevaba tras ellos unos cuatrocientos años y yo llevo unos quinientos cincuenta, con lo cual este puñetero arco ha estado escurriéndose de nuestras manos por casi mil años.
x- ¿Y os lo han estado ocultando unos magos?- dijo Muriel con expresión burlona y algo desafiante.
x- Bueno, puede que seamos demonios poderosos.- contestó Booky.- Pero recuerda que el poder sin ingenio no sirve de mucho. Estos magos lo han escondido muy bien gracias a ese ingenio...hasta que nos hemos topado con ellos.
x- Bien, pues entonces procedamos.
De nuevo ambas sacaron de la nada otro objeto, esta vez una especie de red mágica de color rojizo y entramado muy pequeño con la que cubrieron todo el arco. El velo se agitó por un momento pero luego volvió a su posición de siempre. Las dos Necrus ajustaron la red a la perfección hasta que absolutamente ni un hueco quedó fuera. Una vez asegurado, un campo de energía del mismo color rojizo de la red envolvió al velo, y cuando Booky y Muriel pronunciaron juntas unas palabras en un idioma extraño, el campo de energía se hizo mucho más luminoso y finalmente, con un sonido como de láser, se apagó del todo.
Las dos abrieron los ojos y contemplaron satisfechas que el Velo había sido transportado desde el Departamento de Misterios hasta unas dependencias especiales en alguna parte de las Islas Necróferas, donde se encontraban el resto de los arcos. De repente sintieron una especie de alarma, los Inefables debían de haber notado que algo no iba bien en el Departamento, así que las dos desaparecieron en medio de una cortina de llamas fuera de allí.
Mientras llegaban a las Islas, pensando qué harían ahora con la información, Muriel recordó lo que ella había oído hablar, cientos de años atrás, sobre el Infierno Negro:
"Se necesita de alguien muy, muy corrompido por el mal para sobrevivir en ese lugar. Y a alguien muy, muy bueno para poder salir de él."
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x- ¡Están detrás de nosotros!
x- ¡Y dónde es detrás?
x- ¡No importa, sígueme!
En medio de la oscuridad, corriendo sin parar detrás de una bola de fuego, perseguido por terribles criaturas que jamás había conocido antes, criaturas que le causaban tanto pánico como los dementores, desorientado y sin saber con exactitud dónde estaba o si seguía vivo, qué había pasado con sus amigos y seres queridos, qué sería de él y cuándo saldría de allí...
Esas eran las circunstancias en ese momento de Sirius Black.
Tenía por guía a un extraño, al que sin embargo tras interminables horas (pues en aquel lugar no había medida del tiempo, siempre estaba a oscuras) había cogido bastante confianza. La ventaja de aquel lugar era que tenía cuevas infinitas y recovecos por todas partes donde esconderse, aunque no siempre todos los escondites eran igual de seguros y no todos estaban deshabitados.
A veces, como en aquella ocasión, lo mejor era correr hasta que los pulmones les estallaran, alejarse tanto como pudieran...tenían espacio infinito para huir, o al menos eso era lo que parecía, pues llevaban todo el tiempo avanzando hacia delante y aún no habían visto la salida.
Sirius medía el tiempo por "sueños", o las veces que había dormido...habían sido unos cuantos, más de cien...pero no podía estar seguro de que fuera un sueño por día, pues podía perfectamente haber aguantado dos sin dormir o haber dormido dos veces en un mismo día.
Por fin, él y su acompañante encontraron un nuevo refugio en el que resguardarse de las horripilantes criaturas que les perseguían y descansar un rato. Aquel respiro lo aprovechó para pensar en lo sucedido hasta ahora, rememorando también el momento en que despertó en aquel mundo de pesadilla.
Cuando cayó a través del velo, fue como si cayera en un sueño profundo. Imaginó que estaba muerto, que nunca regresaría y se preparó para ello... pensó en Harry, le oyó llamarle desde el otro lado y se asustó. ¿Estaría bien¿Cómo habría acabado la escaramuza con los mortífagos?
"Harry no puede morir, todavía tiene todo por delante, yo sin embargo..." pensó.
Aquel sueño profundo le venció, supuso que vería a James y a Lily y a muchos otros que echaba de menos, cerró los ojos...
Pero despertó, no supo dónde, pero despertó y había un hombre a su lado, el mismo que ahora le instaba a correr, le guiaba y con el que buscaba diariamente refugio. Éste era más alto que él, de pelo negro y corto, ojos claros y mirada burlona. Llevaba un traje elegante pero desarreglado y...una bola de fuego en la mano que iluminaba el espacio que había entre ellos.
x- Hola.- había dicho.- Mi antítesis¿verdad?
Sirius se había quedado callado, no sabía a qué se refería con "antítesis" y miraba con desconfianza la bola de fuego.
x- Esto.- dijo lanzando un poco en el aire la bola, al ver que la miraba.- puede salvarte la vida en más de una ocasión aquí, amigo.
x- ¿Quién eres¿Dónde estoy?
x- Primero, estás en un repugnante lugar llamado "Infierno Negro"...
x- ¡Infierno?- interrumpió de repente Sirius, horrorizado ante la idea de estar en el Infierno.
x- Sí, pero no el que tienes en la cabeza en este momento. Aquí no hay llamas, aunque de seguro que en los próximos tiempos desearás con todas tus ganas tenerlas.- Sirius no dijo nada más, pero todo eso le sonaba muy mal.- Aquí sólo hay sombras, que desean tener tu alma tanto como tu desearás escapar de ellos.
Sirius tragó saliva de nuevo, escapar de los dementores para acabar allí...era una pesadilla. Con la voz temblona por el frío que empezaba a sentir en aquel lugar y el miedo que le estaba entrando, preguntó:
x- Y tú...¿sobrevives¿Aún no...?
x- ¿Me han robado el alma? Bueno...- esbozó una sonrisa burlona.- digamos que lo que pasa es que yo no tengo alma.
x- ¿Qué?
x- Te lo explicaré.
Entonces le contó cómo funcionaba aquel lugar, o al menos lo que había oído hablar. Aquello implicó revelarle lo que era, un demonio de alto rango que hacía un tiempo había sido destruido por tres brujas. Ahora estaba destinado en aquel lugar con el deber de protegerle a él, Sirius Black, y llevarle vivo y a salvo hasta la salida. Se suponía que si lo conseguía sería perdonado y él también saldría.
Le aclaró que ambos se necesitaban mutuamente, Sirius le necesitaba para sobrevivir, y el demonio le necesitaba para salir. También que se suponía que aquel Infierno reunía a personas opuestas porque debían aprender algo vital el uno del otro. El demonio se figuró que sería alguna "estupidez" de los buenos, pero que si era necesario para salir...
A Sirius no le dio mucho ánimo el hecho de que estaría indefinidamente encerrado y huyendo con un demonio que bien podría ser de la misma rama, al menos en lo que a mentalidad o carácter se refiere, de Voldemort.
Cuando notó su desconfianza, el demonio se aventuró a contarle la historia de cómo había acabado allí, lo que disipó muchas dudas de Sirius. Por lo menos había intentado alejarse del mal en su día, aunque éste acabara venciéndole de nuevo.
x- Bueno, pues...- dijo Sirius, que después de un rato había cogido algo de confianza.- Ya que vamos a pasar una buena temporada aquí, por lo que parece...- le tendió la mano al demonio, aunque con cierta reserva.- Me llamo Sirius Black.
El demonio se acercó y le estrechó la mano, sonrió y dijo su nombre.
x- Cole, Cole Turner.
CONTINUARÁ...
