-Quien?
-kurama, madre, tanto te cuesta escuchar!
-Pe... pero él... es un hombre!
-Y tu crees que no lo sé? - la solté de los hombros y me senté en la cama - pero a pesar de eso, yo lo amo más que a mi propia vida, madre - lo que podría venir en ese momento era el destierro y que me separarán de Kurama, pero al contrario -
-Por eso no te casaste con Botan, estabas enamorado de su hermano - dijo abrazándome, a mi las lagrimas se me caían solas - y que, ya lo sabe él? -
-He? - pregunté extrañado, no me había echo nada - que si lo sabe él? Pues...- los recuerdos de la noche de Navidad volvieron a mi cabeza, mi cara se tiñó de rojo -
-Ya veo que sí, nosotros queremos que tu estés con la persona que amas, querido, tu eliges tu destino, aunque te digo que se les hará bien difícil, pero yo los apoyaré en lo que pueda - en eso entró Kurama con una jarra de agua, simulando que se había ido de ese alrededor - que lindo se ven los dos! Nunca me lo imaginé!
-Hee, que ha pasado aquí? - dijo con cierto rubor cuando le tomé la mano que tenía desocupada y lo abrazaba por la espalda - que haces Hiei
-Le demuestro a mi madre cuanto te amo - lo besé haciendo que la jarra de agua soltara su contenido derramándose por el piso, él se dio vuelta y respondió a mi beso pasando sus brazos por tras de mi cuello -
-No crees que está muy de edad tu madre para ver lo que hacemos para demostrarnos cuanto nos amamos? - yo me enrojecí al instante y mi madre escuchó todo claramente -
-Hey kurama no me digas que estoy vieja! Solo tengo 35 años!
-Lo siento señora no era mi intención ofenderla, je, je, je - nos estabamos riendo, al menos con alguien podíamos estar tranquilos y besarnos como si nada, nunca pensé que mi madre me aceptara, yo al lado de mi Kurama comencé a estornudar y veía todo borroso - bien amor es mejor que te metas a la cama - me llevó hasta la cama donde, ya al estar tapado, lo atraje de sus caderas haciendo que quedara encima mío, comenzando a besar y acariciar todo lo que alcanzaban mis manos -
-creo que me iré ahora - dijo mi madre con un poco de picardía - creo que hace demasiado calor en esta habitación - yo entendí la indirecta y sentándome, sujetando a mi novio por sus caderas me despedí de ella- esta juventud! - escuché a mi madre gritar afuera y al momento Kurama y yo nos colocamos a reír, sin detener nuestras caricias, en ese momento nos amamos, pero no por completo,
-quiero hacerte mío, quiero ser uno - le dije al oído entre jadeos -
-aun no, creo no estar listo
-entonces esperaré - dije bajando mi mano hasta su miembro y empezando a acariciarlo de arriba abajo despacio por un largo rato haciendo una placentera tortura para él, pero de un momento a otro lo acaricié rápido y el entre gemidos, que eran sellados por mis labios, terminó en mi mano y nuestros vientres, pero yo no duré mucho ya que el estaba haciendo lo mismo conmigo - hasta cuando tu quieras
-en la otra te lo prometo
-yo no te estoy apresurando - dije separándome de él, recuperando un poco el aliento - aunque si dices en la otra...- lo miré con picardía - creo que no habrá que esperar mucho- comencé a besarle el pecho nuevamente, sintiendo su respiración entre cortada -
-esta bien, yo te dije en la próxima... no es así... ah Hiei! - yo le estaba succionando su sexo ya erecto - no... no te detengas... Hiei... Ah Hiei - estaba a punto de venirse de nuevo pero me detuve -
-estas seguro que lo quieres ahora
-si es contigo, claro, por que harás lo posible para que no duela
-pero no te gustaría sufrir un poco - dije tocándole su entrada - que te embistiera de una sola ves
-Hiei! - gritó indignado, tapándose hasta el cuello dándose vuelta, hasta ahí quedó nuestra sesión, yo con una sonrisa me abracé a él y nos quedamos dormidos
El día pasó tranquilo después de eso nada extraordinario y como Kurama sabía en cuanto nos vestimos, por que no podíamos permanecer mucho en cama, llegaron todas las jóvenes a ver mi Kurama, y que parecían leonas en celo, maldita sean, por qué tiene que ser tan lindo, tomamos el té junto a su madre, tan simpática ella, no paraba de hablar del compromiso con Lady Mokuro, y de tan solo recordarlo me daban nauseas, claro y aquella no pudo hacer falta, allí estaba sentada al lado de mi secreto novio, tomándole la mano, yo me tuve que disculpar e irme del lugar
-que le pasa a Hiei, hijo? – preguntó tan inocente la señora
-si Kurama que le pasa, esta actuando raro desde hace unos meses – claro si no puedo soportar tu presencia
-creo que todavía no se siente bien - yo estaba recargado en la pared de la puerta, realmente me estaba sintiendo mal, pero con su presencia todo empeoró, cuanto la odio y posar para ese retrato todos los días, fingiendo que me caía bien cuando solo quiero matarla, sentí sus brazos posarse encima de mis hombros – te encuentras bien?
-Claro, solo me dolió la cabeza, pero ya estoy bien – le dije con la mejor de mis sonrisas fingidas, el me besó los labios, muy rápido, y me tomó las manos –
-Espero que con eso te hayas mejorado, aunque sea un poquito – lo atraje hasta mi y le besé la frente
-Contigo siempre voy a estar bien – él me rozó sus labios en mi nariz, era cómico verlo así, ya que se tenía que colocar de puntillas para alcanzar mi nariz, que lindo es!
-Bien entonces volvemos a dentro
-Espera... yo quiero saber - le dije tomándole la mano – como le harás para no casarte con Lady Mokuro – él solo guardó silencio, me dio a entender que su familia nunca entendería el por qué de su decisión que no lo dejarían vivir en paz – ya veo, no te preocupes – me dirigí a la puerta de calle –
-A donde vas Hiei?
-Me voy, tengo cosas que hacer
-Pero Hiei, se va tan temprano, al menos podría despedirse de su suegra! – me dijo Lady Mokuro, yo quedé blanco al igual que Kurama
-Su... suegra? – preguntamos al mismo tiempo
-Claro, se supone que Hiei se casará con Botan, no? – a por eso suegra, Kurama y yo dimos un profundo respiro al escuchar eso, pero Botám que estaba por ahí estaba sonrojada –
-No diga eso señorita Mokuro – dijo tímidamente
-Agh! Te apuesto que si le pides tu que se quede se queda, aparte recuerda que está convaleciente – dijo ya cerca de Botan y Kurama, ambos son hermanos gemelos, pero eran tan diferentes – vamos anímate
-Se puede quedar Señor Hiei – dijo con una voz en un hilo yo asentí, pero no por ella, sino porque en los ojos de mi amante se repetían las mismas palabras - muchas gracias – Lady Mokuro tomo a Kurama por el brazo y lo arrastró hasta el comedor, yo iba tranquilamente con una tímida y temblorosa Botan – Señor Hiei
-Por favor dime Hiei, si me dices señor me recuerdas a mi padre -
-Lo siento mucho, Hiei usted... este usted... – yo le ofrecía mi mejor sonrisa, es que no puedo ser tan frío con ella, como lo era con Lady Mokuro, es que al parecerse tanto a mi novio se me era imposible, aparte que ella no era antipática, solo se comportaba como una doncella - se quiere sentar conmigo a la cena? – dijo muy despacio y veloz
-Claro, por que no?
-En... en serio?
-Si – ella estaba irradiando alegría –
-Es que yo pensaba que le desagradaba mi presencia
-Por que dices eso, Botan – al pronunciar su nombre sus mejillas se tornaron rosas –
-Porque no se ha querido casar conmigo – dijo muy, pero muy bajito – y esa persona que ama lo ha rechazado – dijo eso cuando estabamos en el comedor, yo quedé mirando fijamente a Kurama quien tenía una cara de lastima hacia su hermana –
-No, claro que no – dijo bajando la mirada hacia al pequeña Botan –
-Entonces espero que sean muy felices! – dijo emocionada con algunas lagrimas en sus ojos – yo me quedaré sola – dijo en un murmullo
-Por que dices eso, pequeña Botan e – pequeña Botan, hacía ya tiempo que no le decía así, desde que me enteré de nuestro compromiso –
-Por que nadie me querrá, aparte yo – en eso se levantó y se puso frente a mi, cara a cara – lo estoy esperando a usted – en eso me besa, yo no hice nada, es que no sabía como reaccionar, pero ella se detuvo muy rápido, tal cual como empezó – espero no haberlo incomodado – dijo con su mirada baja con su cara roja –
-No para nada, solo espero que no se confundan las cosas – le acaricié el cabello y le di un pequeño beso –
-Usted esta muy enamorado de esa chica
-Muy, muy enamorado Botan – al imaginarme a Kurama vestido de mujer me pareció cómico y lo miré – aunque es mejor dejarlo en "persona", estoy muy enamorado de esa persona - en ese momento mi novio me quedó mirando con una mejor cara mientras Lady Mokuro lo abrazaba y lo acercaba mas a ella –
-Creo que ya es tiempo que las señoritas se vayan a dormir – dijo la madre de Kurama –
-Hasta luego joven Hiei, hermano – dijo en forma de despedida –
-Hasta mañana amor – dijo Lady Mokuro – nos vemos Hiei
-Cuídese Botan, "ojalá se muera Mokuro" que duermas bien Mokuro
-Que se cuide hermana – dijo abrazando a Botan –
-Eres tu verdad? – le dijo su hermana a Kurama quien quedó con una clara cara de confusión – la persona que me ha quitado a Hiei – Kurama estaba blanco, yo estaba del otro lado de la habitación - ya veo, al menos sé que no es una chica, contigo nunca podría competir, hermano – le dio un beso en la mejilla - nunca se lo diré a alguien , puedes confiar en mi – y salió de la habitación acompañada de Lady Mokuro quien se quedaría a dormir en la casa esa noche –
-Botan lo sabe – me dijo, yo me di vuelta al instante, que lo sabía! – no te preocupes, al igual que tu mamá, ella guardará el secreto
-Ya veo – dije abrazándolo por la espalda – que quieres hacer ahora – lo pronuncié con una voz muy sensual -
-Te has portado muy mal Hiei – dijo con un tono de reproche dándose vuelta para quedar cara a cara – y yo le dije a tu madre que si te portabas mal te castigaría – ya sabía donde quería llegar, pues obvio si ya estaba palpando mi entrepierna –
-Y me puedes decir que he hecho para merecer este castigo? – pregunté deteniendo el estimulo de la mano de mi novio –
-Quieres que te lo nombre? – yo asentí – haber roto el corazón de mi hermana, y antes haberla enamorado – yo me sentí mal por eso, pero que más iba hacer si yo estaba loco por él – y por haberla besado frente a mis ojos
-Recuérdalo ella fue quien me besó
-Pero tu no hiciste nada – esto pasaba de juego a ser verdad –
-Y que querías que hiciera si fue todo tan rápido!
-No sé detenerla, recordarle que estabas enamorado de otra persona y no sé!
-Bueno al menos fue un beso! Yo tengo que soportar como Lady Mokuro te manosea y como también las demás jóvenes! Crees que es muy agradable para mi aguantar todo eso?
-creo que es mejor que me valla – me aparté de mi pareja tomando un abrigo que se encontraba colgado al entrar en el pasillo a la puerta –
-está helando afuera y no te has mejorado – dijo con la vista baja, seguramente le había dolido lo que le dije¡¡¡ pero si es verdad! Yo tengo que soportar ver como lo manosean y no le digo nada, para no hacerlo enfadar y resulta que él me reprendía por que su hermana me rozó los labios, cuando Lady Mokuro tal ves que cosas le haya echo antes de estar conmigo!
-No me importa – y me dirigí a la salida –
-Te vas a seguir enfermando – dijo ya al verme abrir la puerta - Hiei espera – yo ya había cerrado la puerta al salir – te vas a enfermar más – dijo cerca de mí, para su desgracia el abrigo que había sacado era mas delgado que de costumbre y estaba helando demasiado, sus manos estaban moradas y sus labios casi azules –
-Vete a casa, te estas congelando – dije sin mirarlo y muy serio –
-No... hasta que... me discu... lpes – esta ves si lo miré, mi pobre niño se estaba congelando, pero yo no me echaría para atrás, dije que no lo aguantaría más y si me doblegaba ahora se daría cuenta de lo fácil que es manipular me, bueno que él me manipulase –
-No, devuélvete a tu casa – me siguió – que te dicho que te vuelvas!
-Y yo... que ...no... –apuré mi paso, el solo me seguía y de ves en cuando trataba de hablarme pero solo salían balbuceos, sin que se diera cuenta yo estaba tomando un camino de regreso a su casa – Hiei... per ... – estaba blanco y sus manitas azules y sus labios resecos, que va! No podía dejar que el amor de mi vida se congelara así, le coloqué mi abrigo y el se sorprendió, le lamí los labios comprobando que estaban muy helados, él dio un pequeño gemido de dolor ante esa caricia –
-Lo siento no quise lastimarte
-Ya... no... estas eno... jado conmi... go? – dijo tiritando
-No, claro que no – lo abracé, su cuerpo estaba tiritando, todo esto había sido mi culpa una lagrimas comenzaron a rodar por mis mejillas – perdóname
-Cla... claro – quise besarlo, pero recordé que sus labios estaban resecos y con heridas, lo coloqué en mi espalda le dije que si quería y encontraba alguna parte de mi cuerpo donde podría calentarse las manos, que estuviera a su alcance, que las colocara no más, entre mayor color recibiera mejor para él – ya tengo... pensado... el lugar... pero mis... manos... no lo... alcanzan - al escucharlo hablar así, las lagrimas caían sin mi voluntad –
-Perdóname amor – le dije, él solo sonrió partiéndose los labios haciendo que sangraran, yo apresuré el paso, mientras con una mano le limpiaba su boca, ahora, roja por la sangre – ya estamos por llegar, te metes en la cama y te calientas – el me besó el cuello dejando marcado sus labios –
-Y por que no... nos calentamos... los dos? – seguía siendo el mismo, eso era lo que me encantaba, nunca cambiaría, toqué sus manos que estaban entre mis ropas ya estaban mas tibias y eso me daba gusto –
-Mejor esta noche no, recuerda que tienes visitas
-Y que me importa! Que todo el mundo se entere que yo Kurama Langlye amo a Hiei Jaganshi! – gritó, gracias al cielo que no habían personas por los alrededores –
-Estas loco!
-Pero no tanto como tu – me dijo seductivamente en mi oído, causando un escalofrío –
-Ya llegamos, que crees que dirá tu mamá al verte así?
-Que tuvimos un revolcón y que – callé sus palabras en un beso, es que ya no lo soportaba, teniéndolo tan cerca y sin poder tocarlo, era un tortura, no sé como bajó de mi espalda sin dejar de besarme, me tomó por el cuello y profundizó mas el beso, con su otra mano me atrajo desde la cintura, bajando para colarse entre mi ropa y tantear mi trasero y acariciarlo, yo trataba de contener mis gemidos, pero es que las manos de Kurama eran tan suaves! Yo no quise quedarme atrás pero empezar a acariciarnos frente a la puerta era un poco incómodo, pero saber que te pueden descubrir era algo extremadamente excitante –
-Donde demonios se encuentran Kurama y Hiei – reclamaba el padre de Kurama, el señor Tom Langlye, nos arreglamos y tocamos la puerta, pero antes Kurama me lamió la boca y sus alrededores con la excusa de "tenías sangre", y bueno le encontraba razón creo que sería muy sospechoso verme manchado de sangre, en especial si es la boca, y que la suya este sangrando – Kurama, Hiei¿Qué os ha pasado¿ Kurama, estáis bien? Mirad tu boca hombre, será mejor que valláis a dormir, y que se cuiden cuando salgan ya tienen mas de 17 años y actúan como niños... – dejé de escuchar ya que irnos a la habitación y terminar con lo que habíamos empezado en el pórtico era mas tentador que quedarnos a escuchar sus reclamos-
-Le tengo miedo a tu padre – le confesé, pero es que si nos pillaban capaz que nos haría el caballero –
-Por eso hay que andarse con cuidado – el ya me estaba besando el cuello antes de llegar a su habitación –
-Y a esto tu le llamas, andarse con cuidado? – no recibí respuesta, me jalo hacía su alcoba y empezamos de nuevo, tocándonos, estimulándonos, ambos llagamos al Clímax –
-Es hora – me dijo yo sin entender – te dije que en la próxima... – le besé sus labios, aún dañados, sin dejar que terminara la oración, ya había entendido y estaba comenzando con mi labor, baje de su boca a su cuello donde me mantuve un buen rato, luego seguí bajando hasta su pecho donde besaba, mordía y succionaba sus pezones, seguí mi camino y bajé hasta su sexo, que lo pasé de largo y comencé a besar su alrededores, la respiración de Richard era cada vez más entre cortada, hasta que lo lamí pero fue sola una vez, una lamida, un masaje, una succión, todo de uno pero muy lento, acto seguido lo coloqué de espalda y baje dando besos de su cuello hasta donde terminaba la columna vertebral, le daba caricias con mis dedos y él parecía que le aumentasen los escalofríos le abrí las piernas y comencé a lamer su entrada el se arqueo lo más que pudo, sus gemidos ya eran notables, hice que me lamiera una mano mientras yo estimulaba su estrecha entrada, ya era suficiente le introduje un dedo y el sintió la intromisión dando un gemido de puro placer, le estaba gustando y eso subía mi autoestima, de algo que sirviera, le introduje el segundo dedo, esta ves me ha costado más, era tan estrecho y esto me excitaba de sobre manera, al fin ya estaba listo, o eso decía mi cuerpo, le volví a dar vuelta y lo besé nuevamente. Necesitaba relajarlo – no me va a doler cierto?
-Haré lo que pueda – le dije, era cierto tal vez le dolería, pero sinceramente esperaba que no tanto, ya que es como obvio que duela, creo yo, serán los hombres muy diferentes de las mujeres en este caso, pues claro a las mujeres igual les duele la primera ves que intimidaban, sería diferente en un hombre si era la primera ves que se le penetraba? Bueno esa sería la respuesta que conseguiría hoy, solo espero que no le duela demasiado.
-Le abrí la piernas y las coloque al lado de mis caderas y empecé a empujar, sentía a Kurama como se retorcía de placer, a mi se me estaba haciendo una tortura, había soñado meses con este momento, es que lo deseaba tanto, le vi lagrimas en sus ojos
-oh dios mío te estoy haciendo daño! – el negó con la cabeza –
-solo un poco, tu solo continua – y seguí al ya estar dentro de él sentía su estreches, esperé para que se acostumbrara, después de unos minutos de caricias empecé a moverme, que exquisitez era estar ahí siendo uno solo, apuré el ritmo, yo estaba masturbando a mi amante al ritmo de las embestidas, cuando estaba por llegar me detuve y me salí de su interior – pasa algo? – me preguntó yo solo le dije que era para que al final el estuviera mas satisfecho, le apreté su sexo y el mío y se iba cumulando tensión, cada ves que uno iba a acabar me detenía dejando un vacío en mi amante, cambiaba el ritmo cada ves que me detenía, uno de esos cambios fue a uno lento, tan torturante para él como para mí pero debía aguantar, cuando ya estaba a punto de terminar en él me detuve – por favor continua – era su primera ves y habíamos acumulado mucha tensión, lo estaba haciendo sufrir demasiado, en esta acabaría lo penetré suave pero rápido y me dejé llevar por mis instintos, tenía tanta tensión acumulada que las convulsiones bajo mío eran tan parecidas a la intensidad de mis embestidas, estas eran tan fuertes que la cama llagaba a resonar, mis embestidas eran animales, quería llegar cada vez más profundo, pero ya no era posible, aunque yo seguía intentando, Kurama fue el primero en llegar y soltó una gran cantidad de semen que yo empecé a lamer como podía, mis ultimas embestidas fueron mas fuertes y Kurama no soportó mas y se vino de nuevo soltando una cantidad minúscula ya que solo minutos antes había acabado en mi mano, yo me recosté encima de él, con nuestra respiración agitada, creo que si no fuera que la cama era firme ya se hubiera mandado abajo, pero nadie nos hubiera detenido, nuestros gritos fueron fuertes, lo sé, pero nadie se acercó a la habitación. Cuando ya estaba con la respiración mas controlada bajé y empecé a lamer el semen alrededor de su sexo y el que salía de su entrada, Richard daba pequeños gemidos ya no le quedaban fuerzas, lo sé había sido muy duro para él siendo su primera vez, lo tapé y lo abracé contra mi pecho, mi pequeño tesoro, ya estaba marcado era mío, solo mío, el sueño comenzó a vencerme y me quedé dormido abrazado a él...
Al otro día nadie nos preguntaba nada, era como si nada hubiera pasado, pero al almuerzo...
-Habéis escuchado los ruidos de anoche? – Preguntó el padre de Kurama, nosotros nos paralizamos,
Y: espero no haberlos echo esperar demasiado... pero ya saben el colegio y nada más ahora me acuerdo que tengo dos historias que actualizar... bien... sería todo nos veremos el domigno para continuar.-.. Bye!
