Heridas abiertas

Capítulo 21. Planes de futuro

El despertador sonó a su hora de siempre, y Sakuragi como siempre lo apagó de un manotazo, maldiciendo que fuera lunes. Enseguida sintió un cuerpo cálido junto al suyo, y volteó a ver a Rukawa, quien dormía aún plácidamente. Las imágenes de lo sucedido entre ellos bombardearon de nuevo su mente.

No iba a negar que acostarse con el zorro había sido increíble, pero sin embargo los remordimientos no le habían dejado dormir. Remordimientos, porque aunque se sentía bien a su lado, estaba engañando a Rukawa respecto a sus sentimientos. No le había contestado a su declaración de la noche anterior, pero aún así, después de lo que le dijo en Nueva York, era lógico que el moreno pensara lo que no era…

"Sigues teniendo el sueño pesado, eh zorro?", pensó mientras le acariciaba el pelo. Pero para su sorpresa Rukawa abrió los ojos y le miró soñoliento.

- Oh, no quería despertarte…

- No importa…

Rukawa se estiró como un gato pero se interrumpió al notar una punzada de dolor en sus bajos, a la vez que ahogaba un quejido.

- Todavía te duele? – preguntó el pelirrojo preocupado.

- Un poco…

- Iremos a la farmacia a comprarte algo.

- Ya iré yo… Tú tienes clase, no?

- Sí… Pero no hace falta que te levantes ya, puedes quedarte un rato más en la cama si quieres… Por cierto, avisaste a tus padres que dormirías fuera?

- No… pero les dije adonde iba…

Sakuragi se levantó y empezó a vestirse, ante la atenta mirada de Rukawa, quien se sorprendió a sí mismo al desear que le hiciera el amor nuevamente en ese instante a pesar de estar aún tan dolorido. Sacudió la cabeza, no era el momento de lascivias. Tenían que hablar de algo importante.

- Hanamichi…

Aunque a Sakuragi se le hacía extraño llamar a Kaede por su nombre, tenía que reconocer que el suyo en labios del zorro sonaba muy bien.

- Dime – dijo mientras se subía los pantalones.

- Qué vamos a hacer a partir de ahora?

- A qué te refieres?

- A que si vamos a contarle a alguien lo nuestro…

Aquello era algo en lo que el pelirrojo ya había pensado la noche anterior antes de dormirse. Terminó de colocarse el pantalón y se sentó en la cama junto a Rukawa, que seguía tumbado.

- Eres tú el famoso… - suspiró Sakuragi – Aunque ahora te obliguen a retirarte durante unos meses, después volverás a la competición. Por mi parte había pensado en contárselo sólo a los amigos más íntimos, pedirles discreción, y esperar un poco antes de hacer lo mismo con mi madre. Pero si la prensa nos ve juntos lo harán noticia, y no sé como afectará eso a tu carrera… Tú decides.

Rukawa lo pensó sólo durante unos segundos.

- Yo no quiero que nos escondamos – dijo convencido.

- Entonces no lo haremos – sonrió Sakuragi.

- Aunque no sé como se lo tomarán mis padres…

- Ahora que se han decidido a recuperarte, no creo que esto les sea un problema…

- …

- Por cierto, has pensado qué hacer durante los meses de sanción? – preguntó el pelirrojo levantándose para ponerse una camisa manga corta.

- La verdad es que sí…

- Y bien?

- Hablé con Mitsui, él me pondrá en contacto con el entrenador Bryant, para pedirle que me deje entrenar con su equipo.

- Ah, es una buena idea…

A pesar de que aquél era su primer día como pareja oficial, Sakuragi no pudo evitar sentir otra vez celos de Mitsui, más ahora que probablemente se convertirían en compañeros de equipo.

- Bueno, me voy a clase – anunció - Te llamo esta noche… Ahora que lo pienso ni siquiera tengo tu número de móvil…

- Te lo dejaré sobre la mesilla – sonrió el zorro.

xXx

Durante todo el día Sakuragi rememoró la primera noche pasada con Rukawa. Lo cierto es que había resultado mucho mejor de lo que esperaba. Serían todas las noches así a partir de ahora? Se sonrojó un poco al pensarlo.

- Ey, qué te pasa, mono pelirrojo? – preguntó Kiyota mientras se dirigían al gimnasio – Llevas todo el día en las nubes.

- Nada que te importe, mono salvaje – gruñó.

- Que simpático… Oye, el sábado que viene salimos para celebrar la vuelta a las clases?

- Para celebrar la vuelta a las clases? – repitió alzando una ceja.

- Bueno, irónicamente… - rió el mono salvaje.

- Por mi de acuerdo… Avisaré a Yohei… - "Cómo se tomará lo de Rukawa?", pensó algo preocupado.

De camino al gimnasio se encontraron a Sendoh y a Ayako. Estaban llegando los cuatro juntos cuando se detuvieron al ver a Ryota junto a la entrada hablando con un chico alto y moreno con gafas de sol a modo de diadema.

- Rukawa! – exclamaron.

Rukawa y Ryota dejaron de hablar y voltearon a verles. Ayako se acercó corriendo a ellos y se abalanzó casi literalmente sobre Rukawa, abrazándolo. Sendoh se mordió los labios: tendría que hablar con su novia sobre la costumbre que tenía, por cierto bastante mal vista en Japón, de abrazar a chicos que no eran su novio.

- Me alegro mucho de verte – dijo la chica muy sonriente.

- Yo también…

- Y de que estés mejor…

- Gracias… - balbuceó un poco avergonzado.

- Ey Rukawa! – Sendoh se acercó también y le extendió la mano – Me alegro de verte, tío.

- Y yo – dijo Rukawa estrechándosela.

- Yo también me alegro de verte. Qué tal estás?

Kiyota extendió también su mano, pero Rukawa dudó un poco antes de estrechársela.

- Quién eres? – preguntó alzando una ceja.

- Qué! Cómo que quién soy! – gritó el mono salvaje dando brincos – Yo fui tu mejor rival durante todo el bachillerato! Nobunaga Kiyota!

- Ah, ya me acuerdo… - murmuró Rukawa con aire ausente.

- Pero serás…!

Todos se echaron a reír y después alejaron un poco a Kiyota de Rukawa para que éste pudiera hablar con Sakuragi.

- Qué haces aquí? – preguntó el pelirrojo.

- Venir a buscarte después de las clases para que me acompañaras a un sitio – explicó – Pero no me acordaba de que tienes entrenamiento hasta que me encontré a Ryota por aquí cerca… Te molesta que haya venido?

- No, en absoluto – negó el chico más alto – Pero sí, tengo entrenamiento. A dónde te tenía que acompañar?

- A visitar al señor Anzai…

Sakuragi sonrió, complacido. Los demás les estaban escuchando, y Ayako se acercó a interrumpirles.

- Si quieres te puedo acompañar yo.

- … - Rukawa dudó un poco, pero luego sonrió levemente y dijo – Gracias, Ayako.

- No hay de qué.

- Pero no quiero que te molestes si tienes cosas que hacer.

- Tranquilo, después de dejar a mi chico en el gimnasio iba a irme a mi casa, que sigue cerca de Shohoku. No soy la asistente de este equipo: demasiado trabajo – rió.

- Gracias entonces.

- Esta noche me cuentas como te ha ido – dijo Sakuragi.

- Sí.

- Por cierto, Nobunaga me estaba proponiendo al venir de salir de marcha el sábado, qué te parece?

- Me parece bien.

- Lo dicho, hablamos esta noche, vale?

- Sí…

Para sorpresa de Rukawa, Sakuragi le plantó un pequeño pero posesivo beso de despedida en los labios. Ni que decir que Ayako, Sendoh, Kiyota y Ryota quedaron en shock.

- Bueno chicos, a entrenar! – exclamó empujando a sus shockeados compañeros al interior del gimnasio – Esta tarde el genio Hanamichi Sakuragi os va a enseñar cómo se juega de verdad a baloncesto!

Afuera quedaron Rukawa y Ayako. El muchacho esperó paciente a que la sorprendida chica reaccionara y le dijera algo sobre lo que acababa de ver. De pronto sonrió ampliamente.

- Vaya, que calladito os lo teníais – dijo divertida.

- …

En los vestuarios…

- Te has liado con Rukawa! – preguntó Ryota incrédulo nada más entraron.

- Sí, estamos juntos – dijo Sakuragi mientras se desvestía para ponerse su ropa de deporte.

Ryota, Kiyota y Sendoh se miraron entre ellos un momento, luego siguieron contemplando atónitos al tranquilo pelirrojo.

- P-pero… cómo puede ser? – exclamó el chico del pendiente.

Sakuragi simplemente se encogió de hombros.

- Cuándo ha sucedido? – preguntó Sendoh.

- Estabais borrachos? – inquirió Kiyota.

- Desde cuando eres gay?

El pelirrojo los miró molesto.

- Pues ha sucedido estos días que ha estado en mi casa, no estábamos borrachos ni lo estamos ahora, y no soy gay sino bisexual, contentos?

Sus amigos no pudieron replicar porque en ese momento entraron más compañeros de equipo. Pero Ryota se las apañó para quedarse a solas con Hanamichi antes de salir a entrenar.

- Ahora en serio, Hanamichi. Te gusta Rukawa? – le preguntó a su amigo.

- Si no, no estaría con él, no? - contestó sin mirar.

- Pero…

- Pero qué? – exclamó el pelirrojo – Tienes algún problema con eso?

- Claro que no! Oye, por qué te mosqueas?

- Yo no estoy mosqueado.

- Sí lo estás. Y yo sólo te he preguntado si te gusta Rukawa.

Sakuragi no dijo más y salió del vestuario.

xXx

Durante todo el trayecto hacia Shohoku en tren Ayako no dejó de hablar y preguntarle sobre su relación, cosa que Rukawa agradeció, pues aunque no contestó la mayoría de sus preguntas, prefería hablar de eso que de sus problemas con la droga. Pero Ayako no sacó ese tema.

- Sabes? Creo que en el fondo no me sorprende.

- Ah, no?

- No. Siempre me fijé en que Sakuragi era el único que conseguía hacerte hablar, y que él era el único al que tú provocabas. Ahora me doy cuenta de que lo que había entre vosotros era una tensión sexual increíble.

- …

Hacía un minuto que habían entrado en el instituto Shohoku y ya estaban llegando al gimnasio. Todo estaba igual a como él lo recordaba; de hecho solo habían pasado dos años, pero le parecía que habían pasado muchos más. Cuando estuvieron frente a la puerta Rukawa se detuvo un momento y cogió aire. Luego la abrió y entraron.

El equipo del Shohoku estaba entrenando, y con mucho ahínco. No reconoció a ningún chico de los que iban a primero cuando él era capitán, por lo que supuso que habían hecho como Akagi y Kogure, que se retiraron después del verano. Por la diferencia de nivel y alturas, parecía que estaban jugando el típico partido entre jugadores de distintos cursos que tanto le gustaba al señor Anzai. Al principio nadie reparó en ellos, de manera que pudieron acercarse tranquilamente al banco donde estaba sentado el gordito entrenador. Cuando éste los vio, se levantó y les obsequió con una pequeña sonrisa.

Ayako le saludó alegremente, pero Rukawa se quedó callado: ya tenía suficiente tarea con sostenerle la mirada y no desviarla al suelo avergonzado. Esperaba un reproche, un sermón, o incluso una bofetada como la que le dio su padre como bienvenida, pero nada de eso. El señor Anzai simplemente le agarró cariñosamente del brazo, igual que hizo con Ryota el día que regresó al equipo después de su estancia en el hospital a causa de la pelea con la banda de Mitsui.

- Me hace muy feliz volver a verte, Rukawa – dijo el anciano - Te veo mucho mejor. No vuelvas a darme un susto así, de acuerdo?

Rukawa se mordió los labios.

- No lo haré… - musitó agachando un poco la cabeza.

Ninguno de los tres se había dado cuenta, pero el partido se había detenido. De pronto se escucharon varios gritos y exclamaciones.

- Es Kaede Rukawa!

- En serio!

- Sí, es él! Mírale bien!

- Es verdad! Es él, es Kaede Rukawa!

- Pero qué hace aquí…?

- Él era alumno de este instituto, tonto! No lo sabías?

- Claro, habrá venido a visitar al entrenador Anzai! Qué suerte la nuestra!

Al momento Rukawa era rodeado por unos veinte chicos que le miraban entre temerosos y excitados, sobretodo los quinceañeros de primer curso.

- M-me firmas un autógrafo…? – se atrevió a pedir por fin uno castaño con gafas.

Se sorprendió. En realidad estaba acostumbrado en América a que chicos de todas las edades, incluso hombres y mujeres mayores que él, le pidieran autógrafos al terminar un partido, a las salidas de los entrenamientos o en los aeropuertos, cosa que por cierto detestaba y por lo general rehusaba para decepción de sus fans yanquis. Pero después del escándalo que había protagonizado, cómo era posible que en su país natal le siguieran admirando y pidiendo autógrafos?

Un bolígrafo paseando por delante de sus ojos le sacó del trance. Se lo estaba ofreciendo Ayako.

- Cada firma que les regales a estos chicos, será una promesa de que no volverás a decepcionarlos – dijo la chica con voz suave pero firme.

Rukawa la miró a ella y luego al señor Anzai. Asintió. Y después comenzó a firmar todo lo que le pusieron a mano: camisetas, libretas, balones, torsos desnudos…


N/A: Hola! Perdón por la tardanza. Son cosas mías o me ha salido un capítulo un poco raro? En fin, espero que al menos se vea claro que Sakuragi sigue con la picha hecha un lío, o en lenguaje más formal, que no sabe lo que siente ni lo que no siente. Los próximos dos capítulos serán aún de este estilo. Por cierto, dije que serían 25 más epílogo pero creo que me saldrán 26 más epílogo.

Un saludo especial para las chicas que conocí en el Salón del Manga: Lensaiak, Ran, Serena Minamino, KidCat, Morgana of Avallon y Duare, de verdad que fue un placer conoceros, y espero volver a veros el año que viene y que seamos más. Las fotos que nos hicimos las colgaré en mi perfil pero todavía no lo tengo preparado.

Respuestas a reviews:

Vanne: no tengo ni idea, pero comprueba haber puesto bien la dirección, ya que como avisé esta web no deja poner links con el simple método de copiar y pegar y se van barras y puntos por el camino. De todas maneras el link duraba una semana, si quieres la foto te la puedo mandar por correo.

Balucita: hola! si, aunque de corazón aún no lo tiene muy claro. Veremos que hará el pelirrojo con sus sentimientos.

Elena: puede que aún tarde un poco en darse cuenta jejeje.

Hikaru: ellos sí que se quedaron relajados después de eso XDD. Aquí tienes el siguiente capítulo.

Tamako: gracias! No te preocupes que a esta historia le quedan por lo menos 5 capítulos. Me alegro de que te gustara el lemon XD.

Besitos,

Khira