Esta es la continuación de un fanfic de Sondaisama muchas
gracias, dedicado a
Alma d Angel adoro el dibujo que nos regalaste a Sondaisama que
grandes ideas tienes y a K-Li tu animo es inspirador
. :Sobre Hielo :. II
1.
Había sido una noche muy larga, todo lo que había pasado en esos últimos, días de decisiones, de convencimientos, de verdades y hoy, Shun había dado fin a todo eso. Simplemente dejando el departamento, dejando su pasado y dejando la monotonía que se había convertido en su vida.
Observaba el carmín de la rosa en sus manos, todo lo que significaba
"Discúlpeme señor, pero serán otros 10 dólares si sigo aquí aparcado" las palabras frías del conductor le devolvieron a la realidad. Revolvió entre sus bolsillos, saco un billete y lo entrego al taxista, que suspiro harto de esa espera silenciosa. Su pasajero no lo penso mas y descendió. "vaya" pensó, al fin podría regresar a su casa y su familia.
Tomo su única maleta y camino hacia la casa, los primeros rayos de la madrugada, eran suficientes para iluminar el camino. Estuvo frente a la puerta dudando de llamar o no, aquella rosa en su mano, no debió traerla...
"¿Shun?" llamo una voz amiga confundida, como cada mañana se preparaba para salir a correr a lo largo de la playa, nunca se imaginaria recibir a Shun, uno de los mejores patinadores sobre hielo en el mundo allí parado, la llamada la noche anterior le había preocupado y confiaba en verle esa misma noche, al no llegar se prometio llamarlo al otro día en la mañana. Y allí estaba.
Shun... con una rara expresión en su rostro,
"¿Shun?" llamó, casi instintivamente guío al joven al interior de la casa, de la cocina, donde le acomodo en una silla, revolvió entre los enceres y comenzó a preparar algo para el chico, tenia la extraña sensación de que Shun, podría llorar, o podría...
"Shaka gracias..." fue lo que escuchó del mas joven al entregarle la taza de café, lo único que podía prepararle en esos momentos, a esas horas.
Guardo silencio, esperando que el chico le contará lo que había pasado, no sentía que debía presionarlo. No por la forma en que veía el café, en como su bella cara serena se ocultaba en esos mechones esmeralda.
Llevaba recogido su largo cabello dorado, atado en una simple trenza para evitar que se le dañara durante el ejercicio, de un movimiento natural la cambio de un costado a la espalda mientras arrimaba una silla al lado de Shun, dudó un momento, si abrazarlo o no.
Su duda fue resuelta.
Shun se le pego, le abrazo, en extraño silencio, el rubio correspondió aquel abrazo, podía imaginarse por lo que había pasado, aquella llamada había sido tan...
"hoy le deje" susurró Shun "ya nunca volveré con él" su voz estaba envuelta en una mentira o en un verdad muy dolorosa.
El teléfono llamó¿quién podía ser en esos momentos, se levantó dejando a un Shun envuelto en sus pensamientos. Una voz de mujer le hablo, en forma amable preguntaba por Shun.
No supo porque lo hizo, si fue por amistad, si fue por enojo de ver a su amigo, solo supo que su voz formaba palabras negándole haber visto a Shun.
Le miro desde donde estaba, unos cuantos metros alejado de la mesa, sus cabellos caían al lado de su cara, una sombra leve aparecía por lo agachado, contemplando el chocolate. Shaka decidió en ese momento, que era mejor verlo sonreír que verlo en ese estado deplorable...
"Shun" pronuncio acariciando su verde cabello, y esos bellos ojos le vieron, como pidiendo algo, una suplica silenciosa, que borro de su cara con un beso suave.
Un beso que cambiaría la vida de ambos en mas de un modo.
Dos años después...
"Dos años de entrenamiento bajo mi tutela, y aun me sorprende" comentó, uno de los maestros mas afamado de Alemania, platicaba en una silla junto a la pista de patinaje. En breves días comenzaría la competencia mundial de patinaje artístico, se sentía tan feliz de tener a una de las parejas mas inusuales bajo su tutela, Shun y Shaka.
Unos patinadores que habían llegado del lejano Japón hacia poco mas de dos años. Este profesor sabia que entre esos dos había un lazo de amistad muy profundo, y a veces podía jurar que había algo mas en ello, aunque no sabia muy bien que era. Amor no era, de eso era un hecho.
Por la noche, Shaka y Shun se tomaron un descanso, yendo a uno de los restaurantes mas pequeños y desconocidos de la ciudad. Tomando asiento en una de las tantas mesas al aire libre
"Shun hoy a sido un buen entrenamiento" comentó Shaka son una delicada sonrisa, Shun le devolvió la sonrisa mirando hacia el paisaje de Berlín, el eterno cielo gris parecía teñirse de tonos violáceos anunciando el fin del crepúsculo y el comienzo de la noche.
"si" solo contesto, perdido en sus pensamientos Shun.
."Shun¿qué piensas?" preguntó atrayéndolo hacia si y depositando un suave beso sus labios "hoy has estado algo distante"
"No es nada" sonrió "es solo que ... la competencia de mañana..."
"Shun, tu nunca decías eso" evito que terminara "Estabas muy seguro de ti mismo, eras el mejor del mundo, eras..."
"Todo cambio" cambio su mirada a otro lado
"Has evadido el tema por dos años Shun"
"¿y a ti que te importa?" Se puso de pie un poco ofuscado " sabes que lo que siento por ti, es real y verdadero, si quieres que discuta eso de nuevo... yo..." sus palabras quedaron apagadas al ver en la otra cera, la silueta de un hombre rubio, una silueta familiar. Se acerco a Shaka y le beso.
Un beso apasionado y lleno de amor, largo que indiscutiblemente a muchas otras parejas se les antojo imitar.
Terminando el beso, Shun se abrazó de Shaka, ocultándose en ellos. Shaka comprendió que no solo debía protegerle y amarle sin seguir cuestionando, sino que el fantasma que podría destruir esa frágil felicidad que habían logrado los dos, podría venirse abajo si volvía.
Esa noche durmieron en casa de un amigo, el rubio no quería tomar riesgos si su intuición estaba correcta.
Afuera llovía ligeramente como era temporada, un hombre miraba a un edificio, su rostro claramente dibujado con dolor, si había lagrimas estas se las llevaba la lluvia. Solo tenia para cubrirse una vieja gabardina, ni el frío de Siberia lo hubieran movido de ese lugar esa noche, buscó entre las bolsas de gabardina un objeto, algo delgado envuelto en seda blanca, cerró los ojos y se retiró del lugar.
Hyoga sentía su corazón partirse en mil pedazos de nuevo, las palabras que le diera Ikki resonaron mas que nunca "déjalo ir, el no te quería" y se negó a creerlo.
Caminó toda la noche sin un rumbo especifico, empapado, el frío calando sus huesos¿pero que importaba el frío si el amor de tu vida te había cambiado?
En la madrugada se sentó en las bancas cercanas del estadio de hielo donde se llevaría acabo la competencia, esperaría lo que fuese necesario.
Varias veces en el día, la policía le pedía que se retirara y varias veces contestaba que esperaba el comienzo de la competencia.
Llego la hora fija, era hora.
Entro sin ningún problema, sin contar las miradas extrañas de los trabajadores, todo era porque se veía terrible, sin competir en como se sentía
Fue en busca de los vestidores, como bien le habían dicho, los patinadores aun tardarían en llegar. Entro a uno y saco su paquete envuelto en seda, lo deposito gentilmente cerca de uno de los espejos, y lo desenvolvió.
Un caja blanca con un atado sencillo, dentro de ella, una rosa seca, sus pétalos muertos sin ninguna pista del color original, quebradiza y en cierto modo hermosa. Hyoga baño nuevamente la flor con sus lagrimas. Y se alejo.
Regreso a su lugar y observo toda la competencia, en sublime silencio, dejando lagrimas en la participación de Shun y Shaka. Una participación en la que la pareja se desenvolvía espléndidamente, ganándose al publico desde el primer instante, teniendo a todos tensos desde la primer pirueta hasta la ultima acrobacia. Llevándose al fin, el primer premio, confirmando al mundo, que eran la pareja numero del mundo. Y en una entrevista Shaka declaro ante el mundo entero
"amo a Shun con todo mi corazón"
El pequeño solo atinaba a sonrojase, un tierno beso entre los dos y seguían sus palabras para los medios y un mundo sorprendido y ávido de saber mas de ellos.
Varias horas después, los dos regresaron a sus vestidores, colmado de flores y regalos, globos y demás cositas, en medio de su euforia solo se cambiaron.
Jamas vieron aquella cajita oculta ahora por un enorme ramo de rosas blancas...
Las orillas del río Rin. Hyoga espero sentado largo rato en una banca cercana, recordando a Shun besando a Shaka, a Shaka llevándolo a aquel departamento, sus piruetas juntos en la competencia. Resolvió al primer rayo de sol, que no volvería a buscarles, ya no era parte de la vida de alguien, se quito su gabardina doblándola perfectamente en una banca, se quito los zapatos y dejo un sobre encima en medio de ellos.
Algunos días después Shaka en casa recibió la visita de un policía que amablemente le entregaba un sobre y una caja larga, ambos tenían el nombre de Shun escritos en ellos.
Shaka sin dudar, tiro ambos la basura asegurándose que jamas, llegarían a las manos de Shun.
"Shaka" llegó Shun "tengo la extraña sensación que me siento libre" le dijo, era verdad, era como si una maldición hubiese terminado.
En un entrenamiento a puertas abiertas una tarde, tanto Shun como Shaka practicaban una nueva combinación siguiendo las estrictas ordenes de su entrenador, el ambiente estaba relajado
"¿disculpe aquí entrenan Shaka y Shun?" preguntó un hombre muy elegante, de cabellos azules y una curiosa cicatriz en medio de las cejas, el entrenador afirmo, y aquel hombre, Ikki avanzo hasta la barrera de la pista.
Shun se detuvo en seco, dejando su vista clavada en aquel hombre, que había visto hacia uno par de años atrás junto Hyoga en un restaurante y había resuelto sus dudas, y tomado aquella decisión. Shaka lo noto y fue a correr a aquel tipo, no necesitaba que nada irrumpiera su reciente felicidad.
"podría retirarse" le pidió de manera amable acercándose a aquel hombre que le miraba severamente. Un puño impacto en su mejilla arrojándole al hielo, se llevó la mano a la cara.
"¿qué tal se sintió eso, infeliz?" dijo con un tono de ironía "ni la mitad de bien ..." Shun se acercaba a socorrer a Shaka "¿dime que se sintió matar a un hombre?" Ikki sacó de su gabardina un periódico y lo aventó a donde estaban "espero que estén felices y sean muy felices"
Ikki abandonó el lugar sin decir nada mas, en cierto modo molesto, y satisfecho.
Shun alzo el periódico, abierto en una pagina, el titulo del articulo simplemente decía. "Adiós brillo"
