Gracias por la paciencia.
Pronto estará listo el otro y el final eso creo
Sobre hielo IV
La obscuridad fue total por unos segundos, disipándose a cada momento que su conciencia ganaba lucidez, Ikki se despertó con un terrible dolor de cabeza, era muy agudo y concentrado en la parte de atrás, lentamente se fue poniendo de pie, la mancha negra que vieran sus ojos por un momento Ikki lo creyó por el dolor, mas en realidad se trataba de la cruda realidad.
Ikki, el fénix de ventas, el hombre mas precavido de todo Japón había sido llevado a un lugar desconocido, una bodega en sabrá Buda donde.
Se puso lentamente de pie, tratando de ajustar su vista a la continua obscuridad, conteniendo el dolor con su mano izquierda mientras la derecha tentaba en la obscuridad en busca de apoyo físico. Los alrededores estaban completamente vacíos. Salvo diferentes objetos dispersos y ocultos en esa negrura artificial.
El calor que hacia en el lugar era terrible y pronto noto que muchas partes de sus ropas estaban empapadas, de sudor, haciendo un hedor tremendo, incomparable al terrible aroma que el mismo lugar emanaba, una combinación de aire rancio, cosas putrefactas y quizá excremento de ratas y otros mamíferos
Avanzo vacilante, golpeando algunas de esas cosas en el suelo, hasta ese momento Ikki no había reparado en el tiempo que había pasado inconsciente o en los sonidos del lugar.
Unas horas o quizás largos minutos, las gaviotas, el mar. ¿un barco, No. Debía ser una bodega en el muelle, se oía tan claro. Pero¿como había llegado ahí?
Ikki alzo la vista, tratando de encontrare una razón a todo esto.
Siguió a Hyoga a no lejos del departamento de Shun, sabiendo que no lo volvería a ver, que Shun se lo llevaría lejos. Vio pasar a Aioria y algo le dijo que le siguiera.
Lo vio entrar al departamento, Ikki con infinita paciencia espero afuera, encendió un cigarro para hacer la espera corta. Shun salió corriendo, Aioria tenia a su rubio.
¿entonces que había salid mal?
Un sonido lejano, le saco a de sus pensamientos, era un sonido constante y lejos de ser propio del mulle.
Era mas bien sonidos humanos...
...eran gemidos...
Gemidos humanos, constantes, lejanos y débiles, Ikki cerro sus ojos tratando de adivinar el origen, la dirección. Pronto tuvo una vaga idea del origen, comenzó a andar lentamente, tropezando, cayendo por culpa de objetos que no alcanzaba tentar.
Tenia una sensación de urgencia, su pecho le clama fuese rápido pero sus piernas y su torpeza en la obscuridad lo impedían...
A cada paso los gemidos se volvían mas fuertes, mas claros... mas definidos.
Eran dos gemidos, distinguibles a esa cercanía, eran extraños, no eran gemidos comunes, no eran... de placer... había algo espeluznante en ellos.
Comprendió Ikki en ese momento aquella extraña sensación conforme su mente iba ordenando sus recuerdos, pero prefería darse prisa, caminar a ciegas era difícil, sumamente difícil si jamas habías tenido la necesidad de caminar en la obscuridad aun estando en casa...
Uno paso, dos, pasos, diez pasos, veinte pasos¿la bodega debía ser mas grande de lo imaginado, y su extensión debía hacer eco de los sonidos en alguna esquina, su lógica le digo que si seguía caminando de frente en algún momento debía tocar con pared... 60 pasos... y aun nada, se le ocurrió a Ikki que tal vez estaba caminando a lo largo, mas aun así sabia que pronto daría con una de las paredes, pues como todo edificio, este debía tener por ley 4 paredes.
Los sonidos de pronto se incrementaron como si de gritos se tratase, desesperados y al mismo tiempo con ira, supo en ese momento que se trataban de dos personas, a cada paso que daba el sonido se incrementaba un poco mas, pero también se volvía difuso, como si aquel que lo hubiese traído hubiese pensado en ese aspecto especialmente..
-maldición- hablo secamente al fin, y su voz apenas fue reflejada, eso le dio una pista débil, 12 pasos mas y se encontró con la pared.
Puso atención, el sonido provenía a su izquierda... si, en esa dirección se oía mas claro, mas fuerte...
...mas angustiante...
Siguió con paso mas firme, avanzando mas rápido, ya no encontraba mas obstáculos, y hasta ese momento le pareció distinguir una silueta en las sombras, la forma de un cuartucho desbaratado, apenas visible, tenia una entrada, una sola puerta de la cual salían hilillos de luz, pos diferentes agujeros probablemente hechos por terminas durante esos años de vez del lugar...
Ikki busco instintivamente la perilla, la encontró y esta no cedió, estaba oxidada y cerrada... maldijo nuevamente y se esforzó por hacerla ceder, todo su ser le indicaba que debía darse prisa, los gritos habían parado muy de repente, sus nervios se tensaron obligando a sus músculos a liberar la energía necesaria para derribar la puerta...
¿seguro que nos dejaran pasar Shun? –Pregunto por enésima vez Hyoga caminando detrás de Shun, ambos caminaban por un callejón, justo por la calla adyacente al departamento de la paraje mas famosa de patinadores..
-Te apuesto a que no han revisado este lugar – le dijo muy seguro Shun al asustado Hyoga, desde que habían visto las noticias ambos se habían preocupado y ambos en acuerdo mutuo silencio salieron rumbo al departamento, mas Shun pensando en frío y con valor sosteniendo la mano del ruso dirijo lo condujo directamente hacia el callejón en busca de respuestas...
Shaka era su mejor amigo...
-Mira esto Shun – comentó Hyoga mientras Shun comenzaba a trepar la escalera de emergencia, el rubio se encontraba con una chaqueta detrás de un contenedor de basura, mas o menos escondido de los ojos curiosos, Hyoga logro sacarlo con cuidado
-Esta es la chaqueta que tenia Aioria – reconoció el mas joven, tomo entre sus manos la preciada prenda y la reviso minuciosamente, con la esperanza de hallar alguna pista, le dio la sensación que Aioria tenia que ver en todo esto, desde el momento en que lo vio con Shaka hasta ese momento que fue anunciado por la televisora local...
y dieron con una pista...
Un pequeño encendedor con un grabado simple en azul, las letras enormes anunciando "Vëon" y una dirección...
Salieron del callejón en busca de un taxi que les llevara rápidamente hacia aquella dirección.
-Esta dirección no esta en Colonia – hablo en su torpe ingles con acentos de alemán, el taxista era de edad y por lo visto bastante conocer... – este sitio esta Düselddor... añadió con aire de superioridad y devolviendo el encendor a sus dueños, Hyoga y Shun se miraron, el rubio no tenia ni la mas remota idea de si eso era una ciudad o una salchicha, pero Shun sí...
El río Rin atraviesa a Colonia de norte a sur, un gran río que podía transportar mercancía en grandes cantidad por sus aguas, y Düselddor era otra de las ciudades a orillas del Rin al norte de la ciudad, una hora o dos a lo mucho en tren, quizá 2 y media o 3 y media en auto...
-llévenos a la estación de trenes – pidió Shun con ansiedad, el taxista accedió y los llevo tan pronto como pudo...
El siguiente tren a Düselddor salía en 5 minutos, apenas les dio tiempo de comprar el billete y abordar el tren..
-Estarán bien – trato de animar Hyoga aun Shun demasiado preocupado y algo presionado por las miradas, algunas personas habían reconocido al famoso patinador de hielo.. que hacia un par de horas había salido en la televisión...
-eso espero – añadió Shun dejándose abrazar pos Hyoga, tratando de no sentirse culpable al haber dejado a Shaka en manos de alguien malo...
No quería creer eso...
De todas las veces que Shaka llegaba a hablar de Aioria siempre lo mencionaba como alguien dulce y tierno, persiste y devoto, un encanto de hombro, esa clase de personas que les entregarías tu vida sin dudar...
Quería creer que mas bien algo les había pasado a los dos y estaban en problemas, y que quizá ese encendedor era de un hotel y allí los encontrarían...
Debió llamar a la policía y decirles lo que habían encontrado.
Debió seguir su instinto... su sentido común, debió decirles ol que había encontrado y lo que sospechaba, pero había algo demasiado extraño en todo eso...
Shun comenzó a interrogar sobre los planes de Ikki y Aioria, sacar mas detalles, e Hyoga repetía fielmente la historia:
"Al otro día desperté y solo vi tu rosa en la mesa y no supe que significaba, incluso pensé que era una especie de disculpa porque tenias que irte temprano a los entrenamientos y no le di importancia, ese día en el trabajo mis compañeros aun me felicitaban por el ascenso y estaba seguro que podía pedir unos días de descanso para estar contigo le pedí a mi secretaria que te buscara y te dijera que esta ves iba a llegar temprano y ella me dijo que incluso Shaka aun te había visto pero le daría mi recado, y cuando volví a nuestro departamento, este seguía igual, mi mente se le vino a la idea que tal vez tuviste que quedarte hasta muy tarde...
Esa noche no pude dormir, me embargo una preocupación como jamas la había sentido y tuve miedo, mucho miedo de que te pasara algo...
y...
y hable con todos los que tenia en mi agenda... y nadie sabia darme tu paradero... al otro dia temprano fui a buscarte a la pista de hielo y l entrenador me dio la peor de las noticias...
tu y Shaka se habían marchado el día anterior... no pude creerlo... ese día vi a Aioria por primera vez y no sabría de él hasta después, te fui a buscar a muchos lugares que solías frecuentar con tus amigos, fui a los restaurantes a sus casas, no quería aceptar las palabras del entrenador...
Y una semanas después Ikki noto m depresión y mis ausencias frecuentes y me llevo con la policía japonesa para pedir ayuda, y ellos dijeron que no podían hacer nada...
Creo que ese fue el fin para mi...
Y algo brinco a su mente, algo que había omitido por falta de interés en esos momentos y al estar contemplando los ojos de Shun, Hyoga recordó como si fuese una instantánea...
-"pues has lo quieras rubio tonto me grito hastiado una vez más Ikki tratando de hacerme entender" Hyoga reanudó su relato -yacía en el sillón, y no sé cuanto tiempo había permanecido en el, Ikki abrió las cortinas de mi pequeño apartamento, descuidado ya mas de varios meses, levantando algunas latas de cerveza , botellas de sake, comida instantánea, ropa sucia e incluso, una de las pobres plantas que había sufrido de una de mis tantas recaídas, me sentía fatal y solo quería seguir durmiendo, e incluso encontrar la manera de dormir eternamente
"vaya que ahora si s ve mal" Aioria llegó poco después, deslumbrantemente ataviado en su traje Armani y sus lentes obscuros, al parecer los dos salían de su trabajo y habían quedado de acuerdo en venir a mi departamento, escuche como se hablaban hasta tal punto de que Ikki le volvía a gritar, no lo soportaba del todo, pero lo toleraba pos sus contactos en todo el mundo.
Apenas podía ver la escena cegado por la luz que me daba de lleno en los ojos, ya sabes, el muro contrario a donde estaba era todo de vidrio, Aioria cogió el teléfono del departamento y comenzó a marcar, rayos siempre llamaba a todo el mundo desde mi teléfono, por lo visto esas llamadas serian pagadas por mi aun sueldo entero, se estaba aprovechando que estaba deprimido y ni tenia ganas de seguir con vida... sin ti Shun
-"Aioria, deja ese estúpido cliente alemán"- aúllo Ikki al oír a Aioria halando en alemán,
La conversación iba en un alemán fluido, a veces el león de los negocios rugía, y el alemán parecía favorecer esos rugidos, era un trato extraño, no podía distinguir ni una sola palabra de lo que decia mas si podía distinguir el idioma que usaba.
Ikki apareció ante mi trayendo en un vaso algún liquido extraño y me obligó a beberlo todo a veces es un pesado.. – concluyo Hyoga su relato tomando entre sus manos las manos de Shun y acercándoselas a los labios para besarlas..
Shun quedo aun más dudativo, esa llamada no significaba nada, seguro había sido una llamada por un negocio...
-ia le dije seior, que la bodega ahora es suia, y nos interesa que va a ser con eia – hablaba firme y segura aquella voz con acento ingles a través del auricular del teléfono, -si quiere tenerla cerrasda es suia decisión, pero suplico seior que lo reconceidere, es muto muy buena para tenerla cerraida...
Bufó, de nuevo se metían en sus asuntos, esos malditos americanos siempre metidos en donde no les llamaban, siempre a sus espaldas, detrás de cada trato, detrás de cada llamada¿acaso Aioria no se merecía unos días de descanso después de lo que había pasado?
Shaka lo había corrido una vez mas, lo había rechazado... él que simplemente lo había ido a buscar a recuperar su amor, fue a suplicarle se encuentra con que Shaka lo había abandonado, por eso se había ido de Japón...
"pero si no es mío..."
Termino la llamada despidiéndose con un frío adiós y colgando sin decir más, Aioria camino a la ventana del cuarto de hotel en el que estaba hospedado, la fría decoración en azules y grises, un simple cuadro hacían de la vista gris del río Rin una vista maravillosa, una vista del puerto industrial, una zona poco frecuentada por el turismo pero abarrotada por empresarios y gente de negocio.
Aioria esbozo una pequeña sonrisa al ver ese paisaje urbano, se volvió a ver la cama imaginándose a su rubio en ella esperándolo a que volviera a la cama y arreglar lo que tenían...
Pero no fue así... y estaba preocupado, tras aquella discusión poco después de que viera salir a Shun se devolvió a Düselddor, Aioria se sintió frustrado y derrotado, más había hablado lo suficiente con el rubio para que todo quedara claro... Shaka pelearía por Shun aun sabiendo que pertenecía a Hyoga...
"eres un necio" penso...
Sonó el teléfono una ves más, molesto Aioria contesto.
-Señor hay problemas – secamente se oyó la voz, Aioria arqueo una ceja, se sentó en la cama con cierta calma. – hay reportados ruidos extraños, se están quejando...
-¿quiénes? – sencillamente pregunto y la persona del otro lado del teléfono pareció no comprender la pregunta -¿quiénes se quejan? –aclaro tras unos breves de silencio, el interlocutor emitió un sonido de entendimiento muy vago.
-Los vigilantes- respondió con cierto nerviosismo, al parecer no le agradaba dar la noticia al nuevo dueño.
-que se marchen- ordeno fríamente Aioria- ya les dije que todo el personal debía irse por el día de hoy y mañana, es mi regalo... –añadió, su alemán era tan perfecto y amable que al otro le reconforto esas palabras, asintió y colgó.
Aioria se acomodo en la cama, tomo el mando del televisor y la encendió, el sonido en "mute" le permitía darse enormes horas de placer silencioso con solo ver las imágenes...
Un placer que había descubierto por accidente en la televisión alemana...
