Eso fue gracioso, pero pasé una vergüenza enorme. De vuelta a la torre de Gryffindor pasaron muchas cosas por mi mente. ¿Cómo yo, la pequeña tímida y frágil hija pequeña de los Weasley, había sido capaz de decirle eso al chico más codiciado de Slytherin? Noté como el calor subía a mis mejillas. (Y deja de sonreír o esta noche duermes en el sofá, que en ese entonces era tímida contigo, pero ahora no me da vergüenza decirte nada.) Subí a mi habitación ignorando los gritos de Hermione, que intentaba hablar a toda costa conmigo. Entré en mi habitación y me tiré de espaldas en la cama con las mejillas todavía coloreadas y aún perdida en mi mundo. Escuché la puerta, pero supuse que sería alguna de mis compañeras de cuarto, al fin y al cabo, también era su habitación. Supliqué que no fuera Artemisa porque prometí que no le contaría nada a nadie y no quería que ella se enfadara conmigo por ocultarle cosas sobre mi vida. Nos lo habíamos contado todo desde que entramos a Hogwarts y no quería que nuestra amistad se rompiera. Por suerte era Hermione, aunque parecía que no había captado el mensaje de Déjame, quiero perderme en mi mundo y pasar el mal trago yo sola.

Ginny... - Silencio de esos dramáticos que le dan tensión al asunto - ¿Qué te pasa?

Nada, solo pensaba ... en... eh... en mi próximo examen de transformaciones. Va a ser muy difícil, jaja - puse la mano en la nuca y eso me delató, era un tic que tenía cuando mentía.

Gin... eres mala mentirosa - Maldita, maldita, maldita, ¿Por qué me tenía que conocer tan bien? - Suéltalo...

Está bien... pero promete que no le dirás nada a Ron - Ella asintió levemente con la cabeza - Pues ayer... - le conté la conversación con Draco mientras notaba como cada vez me ponía mas colorada.

Como sigas poniéndote roja, te vas a igualar con el cabello de tu hermano Ron - Deja que te aclare que el cabello de Ron es el más rojo de la familia. - ¿Quieres un consejo?

Nunca lo he necesitado más - Ella se levantó y me cogió las manos

Ve por él. No le dejes escapar. ¿Sabes? Pensaba que era insoportable, pero cuando le tratas te das cuenta de que es un buen muchacho. Solo está obligado a aparentar. Vale mucho.

Pero le prometí a Ron... - No me dejó terminar.

De eso me encargo yo. Hay cosas a las que no se va a poder resistir. - Esa sonrisa de mi amiga siempre me había dado miedo. - Verás que esta misma noche tu hermanito se habrá olvidado de su promesa. - A veces incluso ella podía parecer demasiado Sly.

Me sentía mal por mi hermano y por como iba a ser manipulado, pero me iba a servir de algo. Cuando Hermione salió yo bajé al gran comedor con una sonrisa de oreja a oreja. Estuve toda la cena mirando a la mesa Slytherin y varias veces mi mirada chocó contra la de Draco. Realmente no sabía que pensar. Dejé de echarle miradas cuando sentí que me había cazado demasiadas veces y me fijé en mi mesa. Vi a Harry y a Artemisa charlando muy entretenidos. Cuando se enteró de que a mi Harry ya no me interesaba me confesó que se había empezado a enamorar de él, así que haría lo que fuera necesario para ayudarla, aunque veía que no hacía falta. Intenté encontrar a mi hermano y a mi otra amiga, pero no lo conseguí. Supuse que estarían muy ocupados en el cuarto de los chicos como para darse cuenta de que debían bajar a cenar. Con una hiperactividad inusual en mi, fui a la biblioteca para buscar información sobre un trabajo de herbología. Guardé el libro en mi mochila, y vi en el reloj que quedaban veinte minutos para las nueve. Decidí que no me daba tiempo a llegar a mi habitación, dejar el libro, inventar una buena excusa para despistar a Mis y llegar al despacho del director. Con un suspiro fui directamente maldiciendo mi mala cabeza. El libro pesaba una tonelada y seguro que al día siguiente, se resentiría mi hombro. Iba maldiciéndome cuando giré la esquina y encontré a cierto Sly mirando por la ventana. Carraspeé intentando que pareciera casual, pero creo que fue demasiado forzado. Él se dio la vuelta y me miró directamente a los ojos. Siempre vi algo de misterio en sus ojos, pero ahora que era cuando más sabía de él, más misteriosos me parecían, y eso me encantaba. Sonrió. Simplemente ese gesto, me hizo sentir especial y me ruboricé. Él comenzó a hablar.

¿Sigues queriendo ser algo más que una amiga para mi? - Típica sonrisa Sly. Simplemente encantadora

Por supuesto, - Le seguí el juego. No quería quedar como una niña. - nunca me echo atrás en mis decisiones. - Yo también sonreí. Era Gry, pero no tonta y sabía que esa sonrisa volvía loco a más de un chico de la escuela..

Podemos empezar ahora - Se fue acercando - si no hay inconveniente.

Por mi no - también me acerque mientras mordía mi labio inferior. Era un reflejo que tenía al sentirme tan... no sé..., ¿Bien?

Virginia, he de confesar que me vuelves loco. - dijo justo cuando nos besamos. No fue un beso tierno ni lleno de amor, fue un beso pasional, lujurioso, descargamos la rabia de no poder estar juntos a los ojos de todos. La rabia de tener que separarnos en un tiempo, algo que los dos sabíamos inevitable. No separamos poco a poco. Sentía mi corazón latiendo salvajemente, como si intentara devolverme la parte que ese beso me había quitado. El suyo también latía con furia, reclamando más. Ese beso me hizo sentir especial, me hizo sentir en el cielo. No suelo ser tan cursi, pero es que en ese momento me di cuenta que lo que había sentido con Harry había sido obsesión por un héroe. Esto era real y era lo único que importaba.

Tú a mi también - Le cogí por el cuello atrayéndole hacia mí le besé, más calmada, pero con la misma dedicación que puse en el otro beso. Estábamos a punto de separarnos otra vez cuando escuchamos una tos demasiado forzada para ser real. Se notaba claramente que era para llamar la atención, y, para que mentirnos, nos acojonamos. Me di la vuelta rápidamente mientras él abría mucho los ojos y hablaba.

Potter, estaba en el mejor momento de mi vida - Su voz era muy fría - Piérdete.

No quisiera ser borde, pero... vete a la mierda Malfoy. - Sonrió.

Que amable, prefiero no seguir tu consejo. - Draco también puso una sonrisa que iluminó su rostro.

Pensaba que ibais a empezar a pelear y no me apetecía ejercer de árbitro. - Dije suspirando aliviada.

Siempre nos saludamos de forma parecida - Se le veía contento. Un Malfoy irreconocible.

Ya, debéis tener más cuidado. ¿En medio del pasillo? Por favor, sed un poco cabales y entrad en un aula vacía. - Tenía una expresión seria.

¡Hey! - oímos un grito a lo lejos. Todos sabíamos quién era - ¿Ya habéis llegado? Que pronto.

Hermione, cariño, nosotros llegamos algo tarde. - Ron parecía enfadado. Clavó sus pupilas en las mías como advirtiéndome de que me estaba metiendo en problemas. Yo solo pude darme la vuelta y mirar por la ventana. De repente oí su voz.

Aparta Potter, no quiero mezclarme con perdedores. - Era tan frío, tan... Malfoy.

Tranquilo rata, nosotros tampoco nos juntamos con hurones. - Esto ya fue demasiado, la gota que colmó el vaso. Dispuesta a protestar e intentar poner orden, me di la vuelta y entendí la tanda de insultos.

Un pobretón y una hija de muggles, la pareja ideal... para vomitar. - Era buen actor pero algo en sus ojos me dijo que aquellas palabras le estaban sentando peor a él que a nosotros. Las dos serpientes de 2º que pasaban por ahí en esos momentos rieron. Parecían hienas.

Maldito mortífago de mierda. - Todos nos sorprendimos por ese insulto. Por lo que me habían contado, a Draco le dolía más que nada en el mundo. La mirada de Malfoy cambió radicalmente, ahora lo miraba con odio. A veces parecía que mi hermano era estúpido.

Chicos parad, ya se han ido - Harry parecía tenso y miraba a Ron con cara de enfado.

¿Qué? No porque pase alguien tiene que ser el mismo imbécil de antes. - Definitivamente mi hermano era gilipollas.

Enhorabuena Ron - intervine yo - tienes la sensibilidad en el culo.

No lo hago por gusto, -confesó - me cuesta mucho trabajo insultaros. Otra cosa igual no, pero me considero un buen amigo - Entonces fue el turno de Draco para mirar por la ventana.

Perdió su mirada entre las sombras de la noche. Tenía un brillo de tristeza y arrepentimiento. Me dio un vuelco el corazón y me sentí mal por él. ¿Y si no solo me gustaba? ¿Y si me estaba enamorando? Eso me asustó. Yo no podía, no debía, no quería enamorarme de él..., ¿o sí quería? Eso ahora daba igual, él necesitaba un hombro sobre el que llorar y yo quería que fuese el mío, así que me acerqué y apoyando mi frente en su espalda le abracé pasando los brazos por su cintura. Quería que sintiera que estaba allí para lo que necesitara. Se dio la vuelta y me envolvió en sus brazos enterrando su cabeza en mi hombro. Era bastante mas alto que yo, por lo menos una cabeza, así que se tuvo que agachar para poder hacerlo.

No me dejes nunca - Susurró. Eso provocó que se me pusiera la piel de gallina. Era tan distinto al Malfoy que conocía todo el mundo.

Nunca - Repetí en un susurro ahogado en su cuello -Siempre estaré a tu lado. - Volvimos a fundirnos en otro abrazo. Me separé un poco de él y le miré a los ojos. Siempre los he descrito con un solo adjetivo: sublimes. Cuando me quise dar cuenta nos estábamos besando, así que cerré los ojos y disfruté del momento.

Eso espero, aunque para los demás no pueda ser así. - Sonrió, como me gustaba ese gesto.

¿Qué? No me mires así.

Se que vas a incumplir tu palabra en un mes - Sus ojos se volvieron a llenar de pesar y tristeza.

Se me había olvidado. - Sonreí - Pero eso quiero hacer ahora. Olvidarlo todo y preocuparme mañana de ello. Ahora quiero disfrutar el momento.

Vamos, ya han entrado todos. - Sentí que me daba un beso en la parte alta de la cabeza y me separó con pesar. Cogió mi mano y así entramos al despacho del director.

Pasamos por la sala que hay justo antes de llegar al despacho y vimos unos cuantos cachivaches muy antiguos. Algunos los conocía bastante bien, otros eran desconocidos. La mayoría parecían haber sido hechos por un loco y sin embargo otros estaban tan definidos que daba miedo solo pensar en algo tan nítido. Había muchas cosas, de todas clases y de ninguna. Me resulta difícil entender como en medio de ese desorden de cacharros mágicos, Dumbledore podía tener una colocación tan exquisita. Siempre me sorprendió aquel anciano que intentaba ser paternal con sus alumnos. Siempre será uno de mis héroes favoritos. Digno de toda mi admiración. Di tres golpes secos en la puerta y sin esperar una respuesta abrí. Nos estaban esperando, así que lo que hubiera sido de mala educación hubiera sido hacer que nuestro profesor se levantara para abrirnos. Dumbledore nos dio un horario especial para las vacaciones de navidad. Al parecer, como Nevile estaba castigado por no se que en transformaciones, él ya lo tenía. Nos explicó que esas navidades en el castillo solo íbamos a estar nosotros cuatro, Nevile, Blaise, Artemisa y Pansy. Note la sorpresa en las caras de Hermione, Harry y Ron al nombrar a Blaise, y noté el cambio de papel que hubo cuando nombró a Artemisa. Lo que nos sorprendió a todos fue el nombramiento de la chica más odiada por la gente del colegio. Salimos del despacho, me despedí de Draco y me fui con mis amigos a la sala común de Gry.

Mierda - Me di un golpe en la cabeza con la mano. Tenía que dejar de hacer eso si quería conservar mi integridad. - mierda, mierda, mierda, mierda. La bibliotecaria me va a matar.

Ginny calma, ¿Qué pasa? - Hermione me miraba divertida.

Salí corriendo hacia la puerta del despacho de Dumbledore. Cuando llegué deje escapar un suspiro de alivio al encontrar el libro que había sacado de la biblioteca poco antes. Me colgué la mochila al hombro y por un segundo me embobé viendo la luna por esa ventana. Siempre recordaría ese primer beso entre él y yo. Me encaminé hacia la torre de Gry. Iba silbando por el pasillo cuando noté que ponían una mano en mi boca y tiraban de mí hacia un aula vacía, no pude impedir que un grito saliera de mi garganta pero este fue silenciado al instante por la mano.

NOTAS: Últimamente hago mucho esto de dejar notas de autora, será porque no me explico bien y tengo que aclarar algunas cosas en los capítulos. Bien, lo primero es decir que Mis es Artemisa. En mi historia solo hay una chica más en Gry en el curso de Ginny a parte de ella, y congeniaron muy bien en primer curso, así que se hicieron muy amigas. Al pasar los años Hermione, Gin y Mis se hicieron muy amigas, y cuando la chica del trío no estaba con sus dos amigos corriendo aventuras, estaba con las dos pequeñas. Me gusta la faceta tierna de Malfoy, pero no pienso dejar de ponerle como un ser frío y calculador. Que con la gente que quiere sea una persona normal, no quiere decir que no pueda seguir siendo un estúpido con el resto del colegio. Por cierto, no se si lo he dicho, pero se supone que Ginny está en 5º y el resto está en 6º. Me encanta escribir esta historia y tengo un montón de ideas, pero tengo demasiadas cosas que hacer ahora. Siento los retrasos pero no dejare la historia. Los títulos son raros, nunca me ha gustado buscar titulos a las cosas, así que los títulos de los capítulos son algo, no sé, ambiguos.

Por último, gracias por leer, y por los reviews del capítulo anterior. Daros las gracias a los que simplemente leéis la historia, a los que dejáis rrs y a los que disfrutáis con ella más que a ningún otro. Dejadme algún comentario porque para un escritor no hay nada más valioso que una crítica constructiva una alabanza o un insulto hacia nuestra obra. Cualquier cosa por mejorar un escrito. Si teneis dudas o quereis escribirme, podeis hacerlo a .

Una mención especial hacia azazel-black para darle las gracias por ser mi beta en este fic.