-El mío será Malfoy, y el de Parkinson será Zabini. ¿Te parece bien? - Blaise esbozó una sonrisa, Draco seguía con la boca abierta y por los ojos de Pansy pasó una chispa de felicidad.

-Está bien. Empecemos con los ritos...

LÁGRIMAS DE OTOÑO VI:

Está bien. Empecemos con los ritos, o mejor dicho, con el rito. - Se rió en un tono bajo, lúgubre... - el rito es una sola prueba que demostrará vuestra valentía. Si os enfrentáis a ella con templanza, si resistís el dolor y la tensión sin perder los nervios, la pasaréis victoriosos. Yo mismo os aplicaré la prueba. Consiste en lanzaros una serie de hechizos. Aquel que los resista sin soltar un solo quejido, será tatuado con la marca tenebrosa que, como supongo que sabréis, os quemará y brillará siempre que os necesite hasta que acudáis a mi - esperó antes de continuar, observando nuestras reacciones. - Si alguien quiere retirarse y volver el año que viene, este es el momento.

"Mi viejo amigo" Tom dispuso que los chicos hicieran primero la prueba, así que el primero fue Draco, al que no se le veía muy convencido. Tan sólo me había mirado un par de veces con miedo, y a Zabini otro par con odio porque en el fondo sabía que si yo estaba ahí era su culpa. Vi el dolor en la cara de Draco mientras hacía su prueba y sentí ganas de correr a darle fuerza, pero pensé en que dentro de unos minutos yo pasaría por eso mismo. Cuando le tocó a Blaise le apreté el hombro en señal de animo y le susurre un "suerte" al oído. Terminó su prueba con la cara roja y los ojos cristalinos, pero al fin y al cabo, la superó.

Había llegado mi hora y no estaba segura de poder soportarlo, pero pensé en mí y en la gente que me quería y decidí pensar en algo que me ayudara a distraerme, durante un segundo, del insufrible dolor. Eran cinco hechizos que iban aumentando de intensidad. Los tres primeros los aguanté mas o menos bien, pero el cuarto me dio ganas de gritar con todas mis fuerzas. Aguanté el dolor y las lágrimas mordiéndome un poco el labio y dibujando en mi mente el diluido contorno de la luna llena. Con el quinto mordí mis labios con fuerza hasta que noté el sabor a óxido de la sangre y cuando todo terminó, el contorno de la luna llena se convirtió en una luna creciente igual a la sonrisa del gato Risón (N/A: Alicia en el País de las Maravillas.).

Parkinson pasó la prueba también y me alegré por ella, estaba segura de que no era tan mala como todos creían y además Blaise estaba loquito por ella y a ella le empezó a interesar él. Ahora yo les había dado la excusa perfecta para acercarse más. Cuando Ryddle dijo que nos fuéramos y hubimos llegado a los terrenos del castillo por medio del traslador, salí corriendo a cobijarme en el mismo sitio en el que supe la terrible noticia sobre mi hermano Percy. Draco me siguió más despacio para darme tiempo, pero al fin llegó a mi lado, se sentó y se quedó en silencio hasta que yo decidí romperlo.

¿Por qué me mentiste? - No pude reprimir más mis lágrimas porque estaba rabiosa, realmente cabreada por su mentira porque, si yo no hubiera ido, se hubiera cumplido mi mayor temor...

Porque no quería que hicieras una locura como la que acabas de hacer

¿Y creíste que la mejor forma de protegerme era morir?

Sigo pensando que era la mejor opción. Si hubiera sabido que ibas a ir te hubiera atado y amordazado en algún aula del castillo.

Mierda, a veces parece que no piensas - me levanté hecha una furia y caminé de un lado a otro mientras aguantaba las ganas de matarlo con mis propias manos. - Creíste que la mejor forma de protegerme contra una muerte física, era la opción suicida de entregarte a Voldemort para que cuando yo me enterara de que estabas muerto me culpara por ser tan cobarde de no entregarme y además me maldijera por perder lo que más quiero en este mundo. Sí, esta vez te has lucido.

Pero Vir, no quería que te pasara nada. Mi intención no era que te sintieras mal ni desdichada, sino que te sintieras bien y a salvo. - Me consoló con un abrazo.

Es este momento no tienes derecho a llamarme Vir y que sepas que nadie estará a salvo hasta que no acabe la guerra, y la guerra solo acabará con la destrucción de ese ser inhumano. - Le aparté bruscamente y me perdí en sus ojos, eran mi debilidad. - Prométeme que no volverás a mentirme nunca, ni siquiera para salvar mi vida. - ¿Suplicar yo? Que va... bueno, solo un poco.

Eso no puedo prometértelo, entiende que mi primer impulso será siempre protegerte de todo lo malo que te pueda pasar.

Entonces será mejor que nos demos un tiempo. - Aparté mis pupilas de las suyas. No podría seguir firme y manteniéndole la mirada a la vez.

¿Un tiempo¿Tan poco me quieres que necesitas un tiempo nada más empezar y encima ni si quiera dices cuánto? - He de reconocer que cuando se apartó de mi y me dio la espalda, sentí un nudo en la garganta y una sensación de angustia.

Escúchame bien que quiero que lo que voy a decirte te quede muy claro. Piensa en lo que he hecho hoy. Por si no te has dado cuenta acabo de venderle mi alma al enemigo, y tenlo muy en cuenta, eso no lo hubiera hecho por nadie más que por ti así que no me vuelvas a decir que no te quiero lo suficiente, porque te he demostrado lo contrario y con creces. - La clásica furia Weasley que nos hacía a todos mis hermanos y a mi enrojecer las mejillas y las orejas. Estaba a punto de pegarle una patada, pero tenía autocontrol y es de lo poco que no he perdido a lo largo de los años.

¿Entonces a qué viene lo del tiempo? - Había conseguido asustar tanto a Draco con mi cabreo que se dio la vuelta y me cogió las mejillas.

Solo es hasta que te decidas a no mentirme nunca, porque no puedo mantener una relación si no tengo confianza con mi pareja. Piénsalo. Hasta mañana. - Le di un beso en la palma de la mano y comencé a caminar al castillo con la cabeza gacha y todavía con alguna lágrima rebelde en las mejillas, pero él me agarró del brazo.

Esta bien. No te mentiré más, pero por favor, quédate un rato conmigo en este sitio, lejos de todos porque, cuando lleguemos al castillo, cada uno irá a su casa.

Bueno, piensa que ahora ya podemos estar juntos ante los ojos de todos porque al fin y al cabo, se supone que ambos estamos en el bando oscuro, aunque eso no sea del todo cierto.

Pasamos un rato más en ese sitio sin soltar una palabra y emprendimos el camino de regreso al castillo cogidos de las manos. Cuando nos dimos cuenta estábamos en la entrada del gran comedor, así que una vez dentro nos soltamos y fuimos cada uno a nuestro sitio. Me senté junto a Hermione, que me miró interrogante y me salvó del interrogatorio de Ron. Harry, que se imaginaba lo que había pasado porque el director se lo había insinuado hacía un rato, me preguntó muy bajo por mi estado y el de Malfoy.

Dejamos a mi hermano y a mi cuñadita peleando en el comedor y en trayecto a la sala común de Gryffindor le conté absolutamente todo. Me regañó un poco, pero acabó confesándome que él hubiera hecho lo mismo por su persona amada. Hablando de eso, me fijé en que Miss todavía no había aparecido y le pregunté por ella. Sus ojos se llenaron de preocupación mientras me contaba que no la había visto por horas y que eso era sospechoso. Además Miss no se perdía una comida porque decía que sus pecados favoritos eran la lujuria, la gula y la pereza. No había nadie en la sala común porque aún era pronto, así que antes de subir por distintas escaleras Harry me cogió el brazo izquierdo y me subió la túnica.

Lo siento pero si no lo veía no podía creerlo. - Debió ser un golpe duro ver a la que, hasta entonces, había sido para él una pequeña niña, con esa marca en el brazo, pero, si lo fue, supo como sobreponerse. La acarició con los dedos temblorosos y bajó la manga. Me besó la frente con ternura y se irguió mirándome a los ojos. - Has madurado mucho durante este día, tu mirada tiene un brillo especial.

¿Cómo? - He de decir que me confundió mucho su actitud, pero era Harry, se comportaba de forma extraña de vez en cuando.

Si, el brillo ha cambiado, y tienes un aura serena que ayer no tenías. Has dejado de ser la pequeña hermanita de Ron y te has convertido en toda una amazona valiente, luchadora e independiente. Lástima que haya tenido que ser a la fuerza por esta maldita guerra.

Harry¿estás bien? El sueño te está afectando, deberías dormir. - Le toqué la frente, aunque sabía de sobra no iba a estar más caliente de lo normal.

Haznos un favor a todos y no le enseñes el brazo a tu hermano¿OK? Ah! Y si ves a Artemisa dile que llevo todo el día buscándola y que me tiene preocupado.

Está bien. Buenas noches Harry. Descansa.

Nos fuimos cada uno por nuestro lado. Tardé una eternidad hasta llegar al último piso, donde estaba mi dormitorio. Abrí la puerta cuidadosamente y pensando que no había nadie me quité la túnica mientras llegaba a mi cama. Cambié mi camiseta y mis pantalones gastados por un pijama de cuadros marrones que me quedaba algo grande. Me dirigí al baño, cerré la puerta y corrí asta meter la cabeza en la taza del váter. Nunca me ha gustado vomitar, pero en esos momentos la presión pudo con mi estómago y eché hasta la primera papillaAl terminar me cepillé los dientes y me lavé las manos. Junté mis manos y mientras notaba el agua helada llenarlas me miré al espejo, entonces comprendí que quiso decir Harry. Era cierto que mi mirada era distinta, lo era porque le faltaba algo, el brillo de la inocencia. Me mojé el rostro para relajarme mientras pensaba en como cambiaría mi vida, pero no me arrepentí de haber hecho una estupidez si con ella pude salvar a Draco. Cogí el pomo de la puerta y lo giré a la vez que empujaba sin saber que detrás me esperaba mi mejor amiga dispuesta a hacerme un interrogatorio de tercer grado. Salí remangada del baño y ella se quedó mirando mi brazo. Enseguida bajé la manga del pijama porque me dio vergüenza tener algo tan vil grabado en la piel, no fue porque quisiera ocultárselo a ella, había decidido contarle todo con detalles incluidos.

Ginny, creo que he alucinado un poco porque acabo de ver en tu brazo la marca de los mortífagos...

No has alucinado, realmente está ahí.

Ya imaginaba. Bien, como soy una persona razonable, no me voy a poner a gritar como una loca, pero más te vale tener una buena explicación.

La tengo, pero tardaría mucho tiempo en dártela y estoy muerta de sueño.

Pues yo no puedo esperar a mañana. Quiero saber por qué mi mejor amiga es un mortífago.

Te lo cuento, pero primero dime porque has estado desaparecida todo el día...

Está bien, lo dejamos para mañana, porque a mi no me apetece contarte todos los detalles de lo que he hecho ahora y sé que hasta que no lo haga no me contaras que hace eso en tu brazo. Solo te diré que desde hace unos meses soy la agente en activo más joven de la Orden del Fénix.

Miss, soy mortífago¿recuerdas? No deberías darme esa información.

Somos amigas, y estoy convencida de que tienes una buena razón para hacerlo o eso espero.

Ya, pues siento desilusionarte, pero te acabo de quitar el puesto como agente más joven de la orden, y ahora, a dormir.

¿Ves? Sabía que podía confiar en ti. Descansa.

Descansa tu también.

A la mañana siguiente, y después de una explicación con muchos detalles de mi parte, Miss me contó que ella era un miembro activo de la Orden desde que asesinaron a su padre delante suya. Creo que esa historia no me corresponde contarla a mi. Aún así me contó que Dumbledore, después de mucho insistir, la dejó entrar en la Orden porque en el fondo el director sabía que si no la dejaba acabaría haciendo una locura y arruinándose la vida. Así le asignaba misiones poco peligrosas para tenerla contenta.

Bajamos a la sala común, pero tuvimos un recibimiento muy distinto. A Miss, Harry la abrazó y la preguntó suavemente los detalles de su misión. Así que él lo sabía antes que yo... Me sentí dolida, pero ella tampoco había sido la primera en saber lo mío así que me guardé mi enfado. Entre esos dos había pasado algo y Miss me lo contaría un rato después, en el desayuno. A mi Ron me recibió gritando incoherencias sobre hacer público el estar saliendo con Draco y casi le da un infarto cuando le dije que oficialmente estaba en el bando de los malos y que íbamos a dejar de hablarnos durante un tiempo en público, sería muy duro para todos y en especial para mí, pero era algo necesario. Me sentí mal cuando salió con una mirada triste por el hueco del cuadro de la señora gorda.

Una vez en clases tuve que apartarme de Miss y me jodió bastante porque me lo pasaba genial en clase con ella. Sólo podíamos hablar por las noches, y menos mal que teníamos nuestra propia habitación porque si no me hubiera muerto del asco sin poder hablar con mi mejor amiga. Hermione se unía de vez en cuando a nosotras y entre las dos me hacían de correo para hablar con mi hermano. Dumbledore me prohibió mandar correo a mi familia y amigos para protegerme y también me prohibió recibirlo.

El director nos hizo formar dos grupos y nos pusimos por parejas, Harry, Miss, Draco y yo formamos uno y nuestra misión no estaba claramente definida. Teníamos que hacer pequeños trabajos de investigación y algunas averiguaciones. El encargo de Zabini, Ron y Hermione era más fácil: vigilar a Parkinson y todas sus actividades porque si bien era verdad que no quería unirse a las filas de la oscuridad tampoco tenía pensado unirse al bando de los buenos. Ella estaba demasiado cerca de nosotros como para ponernos en peligro a todos, incluyéndose a ella. Creo que sospechaba algo y eso era muy peligroso, pero creo que en el fondo sabía quienes eran sus amigos y aliados...

Pasaron unos cuantos días muy raros para mí porque no podía hablarme con nadie de Gryffindor. Mi condición de espía me obligaba a perder contacto con todos mis antiguos conocidos y pasearme con los Slytherin metiéndome con la gente como hacían ellos. Muy pronto la mitad del colegio me odiaba y eso me dolía. No me gustaba llevarme mal con la gente y ya no podía tener el apoyo de mis amigos. Solo en contadas ocasiones. Escondidos entre los arbustos, tuve una conversación con mi hermano que nunca olvidaré...

Me alegro de poder hablar contigo Nito, necesitaba una de nuestras conversaciones con urgencia - Seguridad era lo que siempre he sentido en los brazos de cualquiera de mis hermanos, pero sobre todo en los de mi hermano más pequeñoporque siempre me ha protegido de todo y es el que más ha estado ahí.

Yo también la necesitaba, y además tengo noticias de papá y mamá.

¿Qué tal están¿Cómo está el resto de la familia? - Me urgía saber todo sobre las personas que aún me importaban.

Están todos bien. Mamá aún no ha superado la muerte de Percy pero George me ha dicho que el otro día logró sonreír. Papá está recuperado totalmente de sus heridas y aunque él tampoco se ha recuperado, está apoyando a mamá en todo lo que puede. Fred y George han cerrado la tienda por un tiempo para dedicarse a la orden totalmente y me han encargado que te de un capón de parte de cada uno y un abrazó. - Enrojecí un poco por la preocupación de mis hermanos mayores. - Bill ha puesto un hechizo protector sobre su mujer y sus dos hijas para que no las encuentren, ni siquiera la familia sabe quien las esconde. Charlie está en algún lugar de oriente en una misión secreta de la Orden y sólo sabemos que está bien... - Terminó cansado porque dijo todo casi sin respirar.

¿Y tú¿Como estás llevando todo esto? - empecé a arrancar pequeños matojos de hierba, era un tic que tenía cuando estaba melancólica.

Yo sigo teniendo presente a Percy porque era mi hermano y le quería, pero la vida sigue y no puedo estar siempre triste, creo que tu piensas igual que yo. - Asentí con la cabeza y continuó. - Además estoy alegre por mi hermanita y por mi mejor amigo que han conocido a dos personas que sé que les quieren y les harán felices.

Gracias Nito...

Déjame terminar. Aunque estoy un poco enfadado contigo Virginia porque no me dijiste nada de lo que ibas a hacer. - Su mirada cambió un poco pero yo sabía que ya se le había pasado gran parte del enfado y solo le quedaban algunos resquicios de molestia. - Creí que tenías la confianza suficiente en mí como para informarme de algo tan importante.

Te confiaría mi vida y lo sabes, precisamente por eso no te lo dije. ¿Me hubieras dejado?

Seguramente te hubiera atado a una silla y te hubiera encerrado en una habitación bajo siete llaves y después hubiera arriesgado inútilmente mi vida y la de mis amigos para sacar a Malfoy de allí...

Y os hubieran matado a los cuatro así que mi opción era más válida que la tuya...

Eso no lo sabes, pero bueno. - Le miré con cara de "Sí, claro" - Está bien, tu opción era más válida, pero no me gusta que mi hermana se haya cambiado de bando...

¡Maldita sea Ron, dejad todo de protegerme de una puta vez que no soy una niña joder! Creo que he demostrado en más de una ocasión que me sé defender.

Sí, es verdad, lucharás con uñas y dientes por tu gente y por ti, pero ¿Quién será capaz de protegerte de ti misma?

¿Qué quieres decir? - Me estaba empezando a enfadar bastante con él.

Vir, te he visto deambular por los pasillos con un aire triste y melancólico impropio de ti, te he visto cambiar tu mirada cálida por una de hielo. He visto como mi hermanita se convertía poco a poco en una mujer de hielo capaz de congelar todo a su alrededor y capaz de esconder todo sentimiento. No ríes, no lloras, ni si quiera te enfadas cuando te faltan al respeto como hacías antes. Esto puede contigo, te está matando por dentro poco a poco...

Eso es mentira. Solo finjo. Interpreto un papel para salvar mi pellejo y el de la gente que quiero.

Te estás metiendo mucho en el papel y al final te lo acabarás creyendo, no puedes seguir así.

Tú no sabes nada, te repito que solo actúo. Sólo eso. - Si estaba tan segura de que solo estaba interpretando un papel y que lo único verdadero de eso era mi nueva amistad con Zabini y mi amor por Draco... ¿Porqué me irritaban tanto las palabras de mi hermano?

No te creo, y sé que tú tampoco te crees lo que dices.

Claro que me lo creo. No quiero seguir con esta conversación. - Me levanté y empecé a andar. - Nos vemos Ronald.

Virginia, no te enfades y hazme un favor...

Lo intentaré pero no prometo nada...

No dejes que esto te supere porque tienes gente que te quiere y te apoya. Recurre a nosotros si tienes algún problema.

¿Algo más? - Estaba realmente irritada porque ya me había dado cuenta de que él tenía razón.

Sí, Malfoy me ha contado tu pequeño problema con la poción para inhibir el dolor del alma, es muy peligros, ten cuidado...

Sé perfectamente lo que hago, ni él ni tu debéis entrometeros en mi vida, por algo es mía.- No quise escuchar más y salí corriendo entre furiosa y avergonzada. ¿Realmente tenía un problema de adicción a esa maldita poción? La respuesta estaba clara...

NOTAS: No hay mucho que decir, este capítulo no ha estado muy allá. Si, Ginny es adicta a una poción. Quiero que toque fondo y para eso necesitaba que tomara droga, pero pensé que los magos quizá se colocaban con algún tipo de poción, y como ella no es tan tonta de caer a posta en una dicción, pensé que la mejor manera era que no se diera cuenta hasta que alguien se lo dijera. No se si todo está lo suficientemente claro... Weno, solo quiero pedir disculpas, estoy en un curso muy xungo y no tengo demasiado tiempo para nada, pero como lo acabo ahora en mayo, cogeré la historia con ganas y publicaré bastante más seguido. Por último decir que musas gracias a mi prelectora por los consejos y animaros a dejarme un review.