Capítulo 2
Un joven de unos 17 años practicaba las artes marciales en el gran jardín de su casa. Lo hacía solo pero no por ello hacía menos efecto ese entreno.
-Chica¡PRIMOOOOOOO! -gritó una joven muchacha llamando la ateción del joven que se entrenaba .- ¡PRIMOOOOOOO! -volvió a gritar cuando ya llegaba al lado suyo.
-Joven¿Que pasa Mei?
-Mei: Shaoran, tu madre quiere verte. Ahora -agregó por último cuando vió que su primo se iba a poner a entrenar de nuevo y así posponer la visita con su madre.
-Shaoran: Está bien... -dijo de mala gana; cojiendo la espada que tenía en el suelo y atándosela a la cintura -. Hasta luego Mei.
Cuando Shaoran se hubo ido Mei-Ling se puso a hablar sola.
-Mei: Este chico es incorregible; desde la muerte de su padre es insociable. Además des del asesinato de su padre su madre se volvió más precavida y no le deja salir del palacio sin una tropa de soldados.
Toc Toc
-Reina Li: Adelante -dijo la voz segura de la reina; ahora viuda -. ¡Ah! Hijo.
-Shaoran¿Me quería ver madre? -dijo cerrando la puerta y sentándose donde su madre le indicaba.
-Reina Li: Si; la semana que viene cumple tus dieciocho años y ya deberías sustituirme en el trono pero para ello necesitas una esposa. ¿Ya decidiste?
-Sahoran¡Madre ya hablamos de ese tema; no me importa si te seguiré o no, pero yo no me caso con la primera que pase!
-Reina Li: Vigila el tono joven Li -le advirtió la madre levantándose de golpe y posando con ímpetu las manos sobre la mesa que tenía delante.
-Shaoran¡Tu no puedes decidir con quien me caso yo! -dijo también elevandose de la silla -. Si eso es un problema para que te suceda, tal vez deberían canviar algunas normas -. Dijo dirigiéndose a la salida.
-Reina Li¡No me dejes con la palabra en la boca! -dijo antes de que Shaoran cerrara la puerta - ¡Shaoran¡SHAORAN!
Shaoran se dirigía a sus aposentos; estaba muy enfadado. Quien era ella, su madre para mandarle con quien se tenía que casar. ¡Quien era ella¡Ella! Que años atrás no dejó ir a proteger a su padre, por lo menos heber estado en los últimos momentos de su vida. ¡Eso, ella no tenía nada sobre el! Pronto sería el heredero y muchas cosas canviarían. Cuando hubo entrado, se sacó la espada y la dejó sobre la cama. Le tenía mucho aprecio a esa espada, la antigua espada de su padre. Se dirigió al balcón de su habitación y se puso a observar los parajes. Su vista no tardó mucho en posarse en una pequeña explanada donde una persona estaba rodeada por otras, que no parecían tener buenas intenciones. Sin pensarlo cojió su espada y salió corriendo de palacio a escondidas, para que ningún soldado lo siguiera. Pero lo que el no se dió cuenta es que alguien si se percató de su uida. Shaoran corría rápidamente y se detubo detrás de unos arbustos a observar la situación. Lo que vió le sorprendió de sobremanera; la persona que había estado rodeada daba sus últimos golpes de defensa y dejaba inconsciente al último de sus agresores.
-Shaoran pensando: Si que es fuerte¿quien será?
Después de haber dejado a todos K.O., la persona giró su rostró para mirar al jefe de aquel grupo. Y cual menos fue la sorpresa de Shaoran cuando vió que era una mujer.
-Sakura: Eso os pasa por incordiar. No debiste subestimarme por ser mujer -. Dijo agachándose y recogiendo su bolsa.
La muchacha se colocó bien el cabello que en esos momentos lo tenía recogido en una larga trenza y se fue en la dirección donde estaba Shaoran. En eso Shaoran que está viendo a la linda muchacha, se percata que uno de los que estaba en el suelo se levanta y se dirige silenciosamente hacia la muchacha.
-Shaoran¡Cuidado! -gritó Shaoran sin importarle que le descubrieran. La muchacha miró rápidamente a los arbustos pero allí ya no se veía a nadie, Shaoran se había escondido. Y Sakura no tubo más remedio que defenderse cuando el agresor la había tirado a suelo. La joven lo hizo elevarse con una patada y luego le propinó un buen golpe en el estomago.
-Sakura¿Quieres recibir más¡Pues dejenme en paz! -dijo malhumorada. Mientras enprendía su camino a través de los arboles.
Sin que Sakura lo percatara, Shaoran la siguió por su recorrido.
-Sakura: A ver, aver... creo que el palacio Li... ¿es por allí...¿Fue eso lo que me dijeron...? No se... no lo entendí bién... -la muchacha siguió caminando y de repente se encontró enfrente de un gran prado donde se fijó que había una muchacha de largos cabellos negros -. Le preguntaré a ella.
Sakura se acercó a la joven, sobresaltándola porque le venía de espaldas. Pero la muchacha se calmó al ver que no era más que una joven.
-Sakura: Em...esto...buenos dias¿me podría decir como dirigirme al castillo Li?
-Muchacha¡Oh! Claro mucho gusto pero... no te aconsejo ir...
-Sakura¿por? -dijo con un poco de temor al ver la cara de preocupación de la muchacha.
-Muchacha: Veo que eres forastera.
-Sakura: Bueno, no del todo -dijo con una sonrisa forzada.
-Muchacha: Ven, sientate -. Dijo indicándole a un lado suyo -. A ver... la familia Li, tenía un pacto con la familia Kinomoto del reino vecino, pero no se que hubo que todo se cancelo y se hizo la enemistad entre los dos reinos. También hace unos años hubo un atentado contra el rey Li y lo mataron. La gente dice que eran rebeldes en contra de la guerra, pero nunca los han pillado. Además des de la muerte de su marido; la reina se ha vuelto dura y fría. Pero bueno,... ¿y para que quieres ir?
-Sakura: Em... bueno... quería hablar con la reina Li... pero... con lo que me contaste... creo que no lo haré -. Dijo con un toque de miedo en la voz -. Ahora el problema será encontrar un sitio para vivir y un trabajo -murmuró mientras inconscientemente cojía unas flores y comenzaba a hacer una corona. La muchacha la observó sin decir nada; estaba sorprendida por la facilidad en como la joven hacía la corona.
-Muchacha: Oye¿donde aprendiste eso? -dijo señalando la corona.
-Sakura¡Ah! Mi madre adoptiva me enseñó cuando era niña.
-Muchacha¿Me la dejas ver?
-Sakura: Si claro -dijo dándole la corona.
-Muchacha: Um... está muy bien hecha... Oye, antes murmuraste que no tenías trabajo ¿no?
-Sakura: Si.
-Muchacha: Si quieres yo te puedo dar uno.
-Sakura¿De verdad! -dijo ilusionada.
-Muchacha: Si, soy costurera y me gustaría que tu me ayudaras a hacer adornos para los vestidos. ¿Te parece bien?
-Sakura: Si claro -dijo con una gran sonrisa.
-Muchacha: Y si quieres, puedes vivir conmigo; vivo sola.
-Sakura¿de verdad¡Genial¡Muchas gracias! -dijo levantándose de golpe -. Por cierto me llamo Sakura. -La muchacha también se levantó y le tendió la mano mientras se presentaba.
-Muchacha: Tomoyo, Tomoyo Daidouji.
Las dos jóvenes recogieron sus cosas y se fueron a la casa de Tomoyo. De lo que no se dieron cuenta es de que un joven las había estado observando y escuchando.
-Joven¡Primo! -dijo una muchacha asustando de sobremanera al joven.
-Shaoran¿Pero que demonios te pasa! -dijo en voz baja pero no sin el tono de reproche.
-Mei: No te enades primo, es que te vi salir del palacio tan rápido que me temí lo peor; así que te seguí. ¿Que haces¿Por que susurras? -dijo agachándose a su lado y observando lo que observaba su primo -. Ah... osea que eso era lo tan importante -dijo al ver a las dos jóvenes -son guapas...
-Sahoran: Yo no miro a las dos -dijo en reproche.
-Mei: Ya lo se primo -dijo sacando la lengua -solo te fijas en la del cabello negro ¿no?
-Shaoran¡Que dices! Yo no miraba a esa, miraba a la otra, a la de la trenza.
-Mei¡QUEEEE! -gritó. Pero ese grito no duró mucho ya que su primo le tapó la boca.
-Shaoran¡No grites!
-Mei: Pero primo, esa no te convendría, mirala como va. Mejor dicho ninguna de las dos. Son unas simples plebeyas.
-Shaoran: Mei, callate -dijo dirigiendose en la dirección contraria a la de las dos muchachas, cuando estas hubieron desaparecido.
-Mei¡Ei primo¡Esperamee!
Continuará...
