Capitulo 2

- Hola, ¿Cómo estas?- pregunto un chico de cabello castaño, mientras ingresaba silenciosamente a la habitación

-Bien, ya sabes igual- contesto la muchacha sin siquiera voltear a mirarlo, sino que simplemente se ocupo de hundirse más en el acolchado.

- Los médicos dicen que el tratamiento esta progresando- guardo silencio durante unos segundo esperando que su hermana contestara, pero solo consiguió un suspiro de parte de ella- lo q no entendemos… ni ellos, ni yo, ni nadie, es ¿por qué no quisiste empezar el tratamiento antes?-

Ella se dio vuelta y clavo sus hermosos ojos marrones en él… produciendo así un enorme sentimiento de culpa. Como podía ser que no se hubiera avivado antes de todo el problema que tenia su hermana, estaba tan distraído que ni siquiera le puso atención a su objeto mas preciado.

Claro, ahora que tenía una esposa e hijos se había olvidado de su pequeña hermanita, más bien había asumido que ella se podía cuidar sola. Pero que equivocado estaba, ella siempre iba a necesitar su protección y cuando ella mas la necesitaba no podía dársela.

Como le gustaría poder ser él, el que la cuidara diariamente, es verdad que a Mimi no le molestaba para nada, el venir todos los días a visitarla. Pero el tenía esa obligación, no ella! Por algo ambos eran Yagami, se había olvidado de su niña!

¿Tengo que responder?- preguntó Hikari desviando los ojos de los de su hermano, y de esta forma trayéndolo al mudo real nuevamente.

Claro que si…-

Es doloroso-

¿Que cosa?-

Todo, el tratamiento, el ver sufrir a la gente que amo, todo en general me lastima-

Pero este sufrimiento es mayor que el que hubiéramos tenido si nos lo hubieras dicho inmediatamente-

No lo sé, y tampoco lo vamos a saber nunca- contesto con una enorme sonrisa que logro que Tai se estremeciera por completo.

No te imaginas cuanto te envidio, hermanita-

Una sonora carcajada se escucho en la habitación, dándole a entender al muchacho que ese había sido el comentario equivocado. Por un momento temió que la muchacha se hubiera enojado, pero enseguida se tranquilizó cuando esta lentamente le acaricio la mejilla, mientras le secaba una lagrima rebelde que no había sido capaz de retener.

Puedes decirme muchas mentiras, que te las voy a creer… pero no me digas que me envidias porque eso es asquerosamente falso- le contesto a la vez que se sentaba en la cama.

Taichi guardo unos segundos de silencio, no sabía que era lo que tenía que decirle, estaba tan confundido. Por un lado los médicos le decía que estaba demasiado grave, pero por otro el la veía con tanta vitalidad, con tanta fuerza de voluntad, que lograba cohibirlo hasta a él.

La amaba tanto que no podía imaginarse un mundo sin ella, un mundo en el que su pequeña hermana no estuviera, sonaba más a pesadilla que a realidad… Sin embargo era algo que probablemente llegaría muy pronto. No importaba cuanto intentará quitarse esa sensación no podía hacerlo, no podía evitar sentir que le estaban quitando a unos de sus seres mas amados y por primera vez le era imposible solucionarlo.

No me refería a eso, lo sabes-

Lo sé, pero me gusta hacerte sufrir un poco-

No vas a cambiar no?-

Mmmm… digamos que me gusta ver tu cara de desesperación- le contesto la joven antes de empezar a reírse con muchas ganas.

Se hizo un silencio, pero después de mucho tiempo un silencio cómodo, no de esos que uno no sabe que decir o hacer para que acaben pronto. Se miraron a los ojos y se dieron cuenta q nada ni nadie, podría acabar con esa relación que compartían, esa relación que era mas importante y mas fuerte que cualquier enfermedad, e incluso q la misma muerte…

En que pensas- pregunto la muchacha una vez que se le había pasado el ataque de risa.

En que tengo una idea-

¿Cuál?-

Lo pensó unos segundos, y de una vez por todas se dejo llevar por su instinto… por ese instinto que siempre le había funcionado, pero que en algún momento de su vida le había dejado de prestar atención…

Quiero que vengas a vivir conmigo-

Los ojos de Hikari se llenaron de lágrimas, eso era más de lo que podía pedirle a la vida. Por fin Tai se había dado cuenta que lo que ella necesitaba no eran esos tratamientos tan complejos y dolorosos… lo que ella necesitaba era estar con él, con la gente que amaba, con la gente que la quería.

¿Me estas hablando en serio?- pregunto desconfiada.

Claro que si, jamás hable tan en serio como hoy… Quiero vivir con vos, como cuando éramos chicos! Como cuando todo era más fácil.

Bueno, bueno "fácil" entre comillas, porque te recuerdo que tuvimos que salvar al mundo unas cuantas veces- le contesto entre lagrimas de felicidad.

Si, es verdad… Entonces queres venir?-

Claro que quiero- fueron las únicas palabras de Kari antes de abalanzarse, literalmente, sobre su hermano.

Continuará…

Barbuchis!