22 de Enero
Hoy me desperté y estabas a mi lado. Sentada a mi lado.
Por un momento creí que era un sueño. No lo era, era demasiado real.
Lo real era que no estabas mirándome. Estabas mirándolo a él mientras dormía. Tal y como habías hecho hacía unos días conmigo. Bueno, si es que alguna vez estuviste a mi lado cuando desperté. Tantas cosas ocurrieron en el medio, que no puedo creer que eso haya pasado realmente. Lo veo como si hubiese sido un sueño lejano, borroso.
Sin embargo estás aquí. Puedo sentir, una vez más, como tu peso se cierne sobre mi cama adoselada. Resisto la tentación de mirarte, porque deseo que no sea real, que no pueda encontrarte sentada en mi cama esperando. Esperando por algo. O por alguien. Y no quiero mirar, porque sé que ese alguien no soy yo.
Espontáneamente, imágenes de los últimos tiempos transcurren por mi mente, como si fuese un proyector de diapositivas. Me dan ganas de llorar. No permitiré que me veas así, no. Entierro mi cabeza bajo la almohada, y no quiero sentir más tu peso sobre ella. Ya no. Déjame sufrir solo, que si estás aquí sufro aún más.
Mis vanos intentos de reprimir las lágrimas llaman tu atención. Lo sé porque te has movido, y estás más cerca de mí. Me has descubierto así, en este estado de soledad.
Siento como tu voz me llama, haciéndome más daño aún. Como si eso fuese realmente posible. Pero lo es. Sigues llamándome, y las imágenes no dejan de pasar por mi mente.
Y no quiero reaccionar, no quiero hacer caso a tu llamado. Porque sé que de sólo ver tu rostro iluminado por la luz matinal se me partiría el corazón. Y realmente ya no deseo sufrir más. Y sé que si me descubres totalmente no podré ocultar más este sentimiento.
Pero debo ocultarlo. No debes saberlo. No.
Porque eso sería un error. Debo olvidarme de ti, Hermione. Ya no puedo pensar en que estás con alguien más. Con alguien que no soy yo. Con él.
Por eso me hago el dormido. Intento normalizar mi respiración llorosa, mas las lágrimas no dejan de empapar mis sábanas. Es raro. No puedo dejar de llorar por ningún motivo. Por más que lo intente no puedo dejar de sufrir al verte. Porque al verte me acuerdo de todo, revivo las imágenes y sufro más.
Y lloro.
