Capítulo 3: Amigas por siempre

Ya habían transcurrido 3 largos meses desde que Kagome había recibido la carta. Por algún motivo u otro nunca salía a caminar, ya que si no era por los deberes, tenía compromisos, y si no era por los compromisos era porque estaba cansada, el hecho es que nunca salía.

Pero un sábado por la tarde decidió pasearse por nuestro ya conocido camino.

No se había percatado antes pero la casa de junto había sido comprada. De pronto llegó a la tienda, la cual antes estaban arreglando, pero había sido abierta, al parecer era un local donde vendían cosas antiguas. Muy interesada entró.

Al abrir la puerta un pequeño gato blanco con cola negra, que le hizo recordar mucho a Kirara, salió a su encuentro.

Un joven mujer que se hallaba detrás del mostrador dijo: Kiara ven aquí, por favor.

Kagome se acerco y pudo notar un tremendo parecido con Sango en la chica, se quedó mirándola un rato:

Sora: buenos días, mi nombre es Sora ¿en que puedo ayudarte?.

Kagome: buenos días ¿tienes algún arma de la era antigua¿como hace 500 años?

S: sí, tengo muchas, pero alguna en especial?

K: no en realidad

S: bueno muy bien, ya regreso- se retiró por un puerta detrás suyo

Sora era muy cálida con la gente. Cuándo llegó dejó sobre el mostrador un arco muy viejo, se acordó del suyo y como en una película recordó, todos los momentos que lo había usado. Y que buena era ahora con el arco.

K: es muy viejo...

S: Si bastante

K: bueno muchas gracias.

Kagome trato de volver al local la mayor cantidad de veces que pudo.

Muy rápido se volvió muy amiga de Sora, se enteró que tenía un hermano; que el papá era dueño del local pero que ella lo atendía ya que este trabajaba entrenando personas en el uso de cualquier arma.

Un día Kagome la invitó a comer a su casa.

Almorzaron, y en la tarde hablaron largo y tendido; Kagome le contó como si fuese un cuento imaginario la historia de Sango.

Cuándo concluyó Sora le dijo:

Sora: Kagome ¿sabes, la historia, de esta muchacha Sango, no se, me parece familiar...

Kagome sonrió para sus adentros y luego agregó: esperaba que dijeras eso, pues bien tengo algo para vos- salió del cuarto y rápidamente entró con un paquete muy grande.

Sora se quedó sorprendida. Kagome se lo dio.

S¿para mí?.

K: aha.

Sora lo abrió lentamente, tenía un envoltorio color rosa, había algo de madera. Era el Hiraikotsu de Sango, en este había una leyenda que decía: Amigas por siempre

Sora se quedó sin habla, por un momento cerro sus ojos, luego los abrió y se quedó mirando el horizonte, como hipnotizada. Cerro de nuevo los ojos y dos perlas transparentes rodaron por sus mejillas. Sorpresivamente abrazó a Kagome.

Sora: Kagome!. La abrazo, como si se hubiera reencontrado con un amiga que hacía años que no veía (en realidad era así)

Kagome lloraba en silencio pero con una gran sonrisa.

S: te extrañe tanto!

Luego hablaron hasta que la Luna apareció con su vestido hecho de nieve.

Una vez más Sango y Kagome: Amigas por siempre.


Gracias a todos por sus reviews, mil disculpas por tardarme, es que… eh bueno cosas de la vida.

Igual muchos no lo leen así que…

Feliz Navidad! Uni