Aioria x Shura
24hours OPEN
Capítulo 6- Porque así deben ser las cosas.
Definitivamente Aioria estaba empezando a caerle muy mal.
Desde ese incidente en el baño, en que estaba casi seguro de que le había visto ruborizarse mientras le dejaba pasar sin moverse ni un poquito y, estaba loco? Shura pudo sentir cómo sus cuerpos se presionaban de más justo antes de que lograse entrar en la pequeña habitación. Leo solamente le había sonreído ampliamente antes de marcharse, aunque él no se había percatado de eso.
Pero el punto es que no sabía a qué estaba jugando Aioria. Exhibiendo su cuerpo semidesnudo, tocándole sugestivamente cuando él menos se lo esperaba (como momentos antes de salir para tomar el desayuno, cuando le había empujado fuera del templo con un movimiento de su mano derecha sobre su espalda que sólo consiguió que toda la piel de Shura se erizara) o simplemente sonriéndole, mirándole por largos momentos mientras que Aioros estaba distraído en otros asuntos y consiguiendo que el hispano se comportara todavía más torpe, o tratándole con una sospechosa amabilidad que, Shura sabía, no podía augurar nada bueno.
Le estaba viendo en aquellos momentos, mientras los tres subían las escaleras con dirección al salón principal y ambos hermanos se empujaban uno al otro en una especie de infantil juego. Juego del que, por supuesto, él no había tomado parte, fingiendo que leía con sumo interés el grueso tomo titulado "Principios Básicos de la Energía Atómica" y mordiéndose el labio inferior mientras repasaba una y otra vez el mismo renglón.
Aioria se había puesto su armadura, igual que Aioros y que él mismo, y su larga capa blanca se agitaba con la húmeda brisa matutina, mezclada todavía con algunas gotas atrapadas entre las ramas de los escasos árboles que había a lo largo del ascenso a las últimas cámaras. Gotas que habían chocado contra su rostro, rostro que lucía más limpio y brillante que de costumbre, costumbre que resultaba que Shura no había tenido hasta hacía nada y que involucraba al felino y esos dos hermosos ojos verdes mirándole seductoramente, y...
Altoooooooo
Hermosos ojos verdes? SEDUCTORAMENTE?
Se dio un par de palmaditas en ambas mejillas, sosteniendo apenas por la portada el libro que llevaba cargando, y dejó que sus adormecidos y cansados ojos violetas se fijaran en el camino ascendente sumergido entre la niebla.
—¿Pasa algo?
—No, estoy bien.- sonriendo débilmente, se volvió para ver a Aioros, aunque el rostro infantil de Aioria fue lo primero que se topó, y con desagrado notó que se ruborizaba.
—¿'Principios Básicos de la Energía Atómica'?- una mueca arisca se dibujó en las facciones de Leo. –¿Por qué diablos lees eso?
—Shu está haciendo su maestría en Farmacobiología.- sonriendo, Aioros se acomodó al otro costado de Capricornio, quien se ruborizó todavía más aunque no sabía bien si era por el sobrenombre que Sagitario acababa de darle, porque sus asuntos privados salieran a relucir así nada más, o por el hecho de que Aioria estaba viéndole con una ceja arqueada y aquella intensa forma que tenía de mirar.
'Basta...'
—Vaya, siempre pensé que sólo servías para molestar.- dijo el griego, con una media sonrisa y consiguiendo que su hermano mayor le mirara ligeramente indignado.
—Nunca supe qué sucedió con tu licenciatura en Letras.- repuso entonces éste, a su vez, y ahora fue el más joven quien se ruborizó levemente.
—Me gradué hace dos años, pero no me han dado el título...
—¿Y eso por qué?
Encogiéndose de hombros, el félido se giró hacia un costado. Le molestaba el modo soberbio en que Shura parecía estarle viendo, que Aioros lo estuviera defendiendo, pero principalmente la respuesta que tendría que dar a continuación...
—Noaprobéelexamen...
—¿Cómo dices?
No hubo respuesta, pero en cambio, los ojos púrpuras del hispano permanecieron fijos en la nuca de cabellos castaños de Leo, que se había separado abruptamente de ellos y ahora subía las escaleras con mayor empeño, a varios metros más adelante.
A su lado y mirándole de reojo, Aioros suspiró.
Tenía una especie de sonrisa vibrando melancólicamente en los labios.
×
Mü les sonrió amablemente cuando les vio entrar, y ellos le devolvieron el saludo. Estaba sentado a un costado de Shaka, que permanecía con la cabeza inclinada y sus ojos eternamente cerrados, y al parecer había recuperado su rosario aunque éste estuviera enredado simbólicamente en torno a su muñeca derecha así como alrededor de la articulación izquierda del armero.
Y es que al parecer, el asuntito de los templos en reparaciones les había ayudado mucho recientemente a algunos cuantos.
Pero Shura giró su rostro hacia otro lado, fingiendo buscar un lugar para sentarse.
No era que tuviese algo en contra de esos dos, pero desde lo sucedido aquella vez...
Se topó entonces con Aphrodite, que le sonreía desde el otro extremo de la mesa mientras sacudía una mano incitándole a tomar asiento a su lado y al de DeathMask, quien todavía dormitaba con la cabeza apoyada sobre el hombro de Piscis. Así que despidiéndose precipitadamente de Aioros, que ya se instalaba junto a Saga y su hermano Kanon, caminó hasta el otro lado del salón hasta que hubo estado instalado junto a Aphrodite y el durmiente santo de Cáncer.
—Buenos díasss, ShuShu.- el sueco se inclinó hacia él y depositó sobre su mejilla izquierda el beso de los buenos días (que solía ser él el único que lo ponía en práctica, y solamente para con sus amigos... que resultaban ser dos, cuando mucho) consiguiendo con esto que la cabeza del italiano se sacudiera hasta caer pesadamente sobre su regazo. –Discúlpalo.- añadió entonces, sonriendo avergonzadamente. –Anoche no pudo dormir muy bien...
Shura prefirió no preguntar los motivos.
—Por cierto, vi que llegaste con Aioros.- dijo entonces, curvando una sonrisa maliciosa en sus delicados y maquillados labios y consiguiendo que las mejillas del español se tiñeran de un débil tono bermejo que contrastaba con la expresión indiferente de su rostro. -¿Sucedió algo?
La cabeza del mayor se sacudió negativamente y fijó la mirada en el mantel blanco de la larga, larga (larga) mesa.
—Yo siempre llego con Aioros.- dijo, y el doceavo rió suavemente.
—Bueno, es que con esto de que han pasado algunas cosas desde que nos sacaron de nuestros templos, pensé que tal vez...
—Pues mejor no pienses.- indicó, malhumorado, segundos antes de levantar la mirada hacia los sonrientes ojos del sueco, quien cabeceó puerilmente en respuesta.
—Como quieras, mi amor.
Así que mientras las jóvenes encargadas de preparar la mesa iban entrando, colocando las bandejas cubiertas en cada uno de los lugares, ambos se quedaron callados, simplemente escuchando las triviales conversaciones de los otros caballeros dorados.
Entonces entró Shion, con la cabeza descubierta y con sus largos cabellos verdosos cayendo descuidadamente sobre su espalda y sus hombros, y todos los caballeros se incorporaron para saludarle hasta que él, sonriendo y mirando a cada uno de ellos con especial afecto en sus particulares ojos rosas, les indicó tomar asiento e instalándose él mismo en el sitial de honor, a la cabeza de la mesa y secundado muy de cerca por Dohko de Libra y su joven aprendiz.
—¡Waaaaaafffffflessssssss!- chilló finalmente Aphrodite, momentos más tardes, cuando cada quién destapaba su propia bandeja y encontraba su desayuno favorito preparado con especial esmero y particularidad. –Ah, no puedo evitarlo...- añadió, sacudiendo la cabeza infantilmente y con las manos cerradas en puños mientras sonreía con emoción. –Te ponen como elefante, pero son tan deliciosos ;ˆ;!
DeathMask, a su lado, bostezó en voz alta mientras su extravagante desayuno quedaba al descubierto, y en silencio y apartando el libro cerrado junto a él, Shura retiró la tapa que cubría sus sin chiste huevos fritos.
—¿Te vas a comer eso?- inquirió el santo de Piscis, y Capricornio frunció el cejo.
—¿Por qué?
—Tienen mucho colesterol ;-;! Podrían dañar tu corazón, y creo que eres demasiado joven y atractivo como para morir en estos momentos...
Cáncer carraspeó en voz alta.
—¡Claro que no tanto como tú, cangrejito!
Y Shura sonrió, divertido, al ver cómo DeathMask también sonreía pero con un aire satisfecho reflejado en su rostro.
—De todos modos...
—¿Me alcanzas la sal?
Sus dedos se movieron casi por reflejo, aunque cuando se volvió y pudo ver el perfil de Aioria, sentado a su lado y con una expresión indiferente dibujada en la cara, casi pudo sentir cómo su corazón se aceleraba.
¿Y desde cuándo estaba Leo ahí, si se podía saber? Recordaba claramente haberse sentado junto a Aphrodite y Camus, porque él incluso le saludó después de que las divagaciones de Piscis sobre su relación con Sagitario hubieran terminado. Pero ahora...
—¿La vas a soltar, o pretendes que la tomemos juntos para que no se vaya a derramar?
Se demoró todavía un par de segundos en salir de su estupefacción y soltar precipitadamente el salero, que Aioria sacudió por encima de su plato con huevos revueltos. Y se dio cuenta, porque sus ojos no se despegaron desde aquél momento de cada uno de los movimientos que el guardián de Leo, a su lado y al de Camus, que ya viéndolo bien estaba sentado en el lugar siguiente, tuviese que hacer. Incluso cuando se inclinaba para llevar un bocado a su boca, y mordiéndose el labio inferior, Shura se descubría a sí mismo deseando ser aquél trozo de comida.
—...hu? Shu?
Parpadeó repetidas veces para salir de su ensimismamiento y fijarse en Aphrodite, quien le veía con una sonrisa incrédula en los labios.
—¿Qué estás haciendo?
—Ah... yo...
—¿Leo come muy bonito o qué?
Sabía que se había ruborizado, porque DeathMask había dejado de comer para poder reírse de él sin poner en peligro su vida.
—Y-yo no...
—Mira, a mí no me importa si quieres estar viendo a Aioria, pero al menos ponme atención cuando te estoy hablando porque ya sabes que me enoja mucho que me ignoren ¬¬
Supo también que se había sonrojado todavía más al ver al italiano redoblar sus carcajadas.
—Estaba preguntándote si contamos contigo para el entrenamiento de la tarde.
Shura se apresuró a cabecear afirmativamente.
—Y después de eso, le dije a Maski que sería buena idea que...
Pero en ese punto él había dejado nuevamente de poner atención.
Sobre su pierna derecha, por encima de la tela oscura de su armadura (nota: merde TˆT! no puedo dejar de imaginármelo con su sapuri ;o;), había algo frío y húmedo deslizándose, seguido muy de cerca por un par de dedos que se habían posado encima sin pedir permiso y adhiriéndose a una incómoda pero excitante sensación que se estaba extendiendo por todo su cuerpo.
Inclinó ligeramente su mirada.
Una parte del postre de Aioria se había derramado sobre la mesa y goteado sobre su pierna, y éste estaba encargándose de limpiarla, moviendo su mano de un costado a otro para arrojar los trozos de helado yogurt hacia el piso y, al mismo tiempo, dejando sobre su piel una adormecedora y ansiosa impresión que parecía no terminarse.
Se mordió la lengua para no soltar un gemido, y se obligó a regresar la mirada hacia Aphrodite, quien parecía seguir hablando, porque sus labios se movían, aunque él no podía percibir nada más que el incesante zumbido dentro de sus oídos.
Y los dedos de Aioria seguían moviéndose sobre su extremidad, aunque él estaba casi seguro de que ya no podría limpiar nada más.
'A...io...'
—¿Qué piensas al respecto?
Suspiró, y su cabeza volvió a moverse mecánicamente ante la pregunta de Piscis, quien había comenzado a dar grititos de emoción mientras su compañero le veía con una clara expresión de sorpresa.
—Entonces, qué tal si más tarde vamos a...?
No pudo escuchar el resto de la pregunta porque justo en el momento en que toda la palma de la mano de Aioria se cerró en torno a su pierna, él se puso de pie, sin decir nada, y salió del salón precipitadamente dejando atrás a unos sorprendidos Piscis y Cáncer.
Aioros le vio salir, aunque no preguntó la razón.
Y tampoco quiso saber nada cuando advirtió a Aioria saliendo arrebatadamente detrás de él.
×
Se apoyó en uno de los pilares de la entrada a la casa de Piscis, respirando agitadamente y con su oscura mirada fija en el frente, por encima de la mano con la que estaba cubriendo su boca.
¿Qué había pasado allá arriba?
Pues nada, que Aioria, que había estado (qué? coqueteándole?) portándose extraño con él todo el día, había comenzado a manosearle descaradamente encubriéndolo con limpiar el postre derramado sobre una de sus piernas. Y lo peor de todo era que él no le había dicho nada, ni había hecho algo para detenerle... Que había tenido que aguantar las ganas de ponerse a jadear y empujar la mano de Aioria, y dejar que le tocara todo lo que gustase. Pero sin lugar a dudas, por encima de todo, era el hecho de que había estado disfrutando realmente de eso, y por un momento hubiera deseado que no se detuviese...
¿Pero qué quería decir eso?
Su corazón estaba latiendo tan disparatadamente dentro de su pecho que dolía, y sabía perfectamente que la falta de aire en sus pulmones no se debía precisamente a la velocidad con la que había bajado las escaleras que llevaban del salón a la doceava casa.
Y era eso lo que más le asustaba...
Aioria de Leo.
No habían pasado ni 12 horas desde que llegase al quinto templo, en compañía de Aioros, para pedir (obligadamente) hospedaje por un par de días, y ahora... Ahora estaba debatiéndose seriamente contra todos sus principios morales.
¿Y qué era lo que tenía que hacer?
Era, a final de cuentas, el mejor amigo de Aioros, que resultaba ser el hermano mayor de Aioria, y por si fuera poco, se suponía (dentro de lo que cabía) que estaba sosteniendo alguna especie de relación romántica con éste, aunque nunca hubiesen llegado realmente a concretar nada... Y ahora que repentinamente Leo se había involucrado en su camino... Qué iba a hacer él? Ir y decirle a Sagitario que le gustaba su hermanito, y que tal vez sería mejor que no volvieran a verse?
¿Tendría que dejarse llevar realmente por la utopía que estaba comenzando a formarse en torno a aquél estúpido muchachito de 20?
Sintió cómo un cuerpo se apoyaba contra el suyo, a su espalda, y como todo su pecho se reclinaba pesadamente sobre el duro mármol del pilar.
Un gemido consiguió encontrar por fin el camino fuera de su garganta, abriéndose paso por sus labios, aún cubiertos por una de sus manos, hasta chocar contra los dedos ajenos, que se habían posado sobre el dorso de su diestra.
Aioria...
Había sentido claramente su cosmos al momento de salir del salón, detrás de él, pero hasta ese momento había mantenido la esperanza de que hubiese estado dirigiéndose hacia otro lado.
Y es que se negaba a creer que...
—Así es como deben ser las cosas...
Pudo escucharse a sí mismo jadear su respuesta cuando el aliento caliente de Aioria golpeó su cuello.
—T-tú...
—Han pasado sólo un par de horas en compensación de todos los años que te he odiado, y aún así, sigo sin comprender qué demonios es lo que tienes que atrae a los demás como moscas...
Su cabeza se inclinó sobre la columna del templo.
Estaba comenzando a llover nuevamente.
—Ese misterio que es realmente el que me ha atraído a mí también hacia ti, todo este tiempo...- la mano libre de Leo le había sujetado ya la cintura, empujándole aún más contra la pared, y él había vuelto a jadear contra la palma de su propia mano. –Cada bola de lodo, cada pie metido en el camino, cada rabieta ocasionada por tu culpa... Porque todos estos años lo has tenido todo y yo no he tenido nada; porque me arrebataste lo único que amaba en la vida incluso antes de asesinarle, porque desde un principio me di cuenta de que Aioros estaba viéndote a ti y no más a mí... Principalmente... ese algo que tienes, que le llamaba la atención y también llamaba la mía... pero yo nunca pude acercarme, porque cuando mi hermano te sonrió y colocó una mano sobre tu hombro te convertiste desde aquél instante en su propiedad, y yo siempre quise saber qué era...
Por todo eso...
—Quiero que me digas... si en el tacto no está, ni en la vista, ni en el oído, y tal vez tampoco en el olfato...
Se estaba acercando.
Podía escuchar la voz de Aioria cada vez más ronca, cada vez más cargada de aquello que no supo que era pero que le asustaba y que a la vez le fascinaba escuchar, acercándose, y acercándose, hasta que su aliento fue tangible para él y con horror se dio cuenta de lo mucho que lo estaba disfrutando.
—Shura...
Cerró sus ojos.
—Tú... estás saliendo con Aioros, verdad...?
No podía responder en aquellos momentos, aunque lo deseaba con todas las fuerzas de su alma. No hubiera podido responder, porque cuando menos se lo imaginó, los labios de Aioria se posaron violentamente sobre la piel de su nuca, calientes y húmedos, y el recuerdo de la noche anterior le atacó con vehemencia y se escuchó gimiendo en voz alta casi pidiéndole por más.
—Porque creo que nuevamente, cuando lo he encontrado, alguien más es quien puede reclamar como suyo aquella única cosa, aquella única persona, que es aquello, aquél a quien más deseo en el mundo...
Y después el peso sobre su espalda desapareció, y el tacto de aquellos labios ardientes sobre su cuello, y la respiración excitada que segundos antes golpease su cerviz. Todo ello antes de que se pudiese percatar, con claridad, de que Aioria se había ido y le había vuelto a dejar con el corazón pendiendo de un hilo.
Lo peor de todo es que ahora estaba mojado, y suspirando, se percató de que estaba dejando que jugasen con él. Y que le gustaba.
Porque así era como debían ser las cosas entre los dos.
×
Notas aclaratorias: Para los que hasta ahora sigan sin agarrarle la onda a esto xP aquí está la aclaración de las parejas conforme han ido apareciendo en el fanfic.
1.- A Aioria le gustaba Aioros o.o
y se supone que todavía, pero ya no tanto.
2.- A Aioros le gusta y siempre le ha gustado Shura.
3.- A Shura le gusta Saga, pero ahora le está empezando a gustar Aioria. Y sí,
"anda" (por decirlo así, porque nunca han dicho nada) con Aioros, pero es más
que nada para complacerlo.
4.- A Saga le gustaba Shura, pero ahora tiene algo con Kanon
n-n
5.- Mü está con Shaka, Milo con Camus, Aphrodite con DeathMask, y los demás son equis.
Nota2: Yo sé que la energía atómica poco tiene que ver con lo que hace un químico farmacobiólogo., pero resulta que la maestra de Física que yo tuve en la prepa había estudiado eso, y de todos modos le entendía, así que me imagino que algo habrán de ver a respecto xP
» Para mi alumna, esperando que ya no sea floja y termine su fic ¬0¬
