Holas! Aquí les tengo el siguiente capítulo de mi fic.

tiene sólo una pequeña pizquita de lemonade, espero y les agrade... no soy muy buena describiendo esas cosas, pero en fin, espero y sea de su agrado este cap.

atte. Toboe


Los rayos del sol entraron golpeando de lleno la cara de Ginji, que aún daba la espalda al castaño, no quería voltear a verlo, no tenía la confianza para ponerse de pie, así que trató de cubrirse con las cobijas, sintió como la cama perdía peso y después el brillo del sol se fue, Ban había cerrado las cortinas.

-Gracias- murmuró sin verlo, no obtuvo respuesta, después sólo escuchó la puerta del baño y segundos más tarde el agua cayendo de la regadera. Pensaba en lo ocurrido¿Con qué ojos vería a Ban ahora, en realidad estaba muy triste.

-¿No piensas despertar o que holgazán?- una toalla mojada calló en su cabeza.- Tú mismo dijiste que iríamos a divertirnos- se sintió bien al saber que nada había cambiado, decidió borrar lo ocurrido de su mente, giró y lanzó la toalla hacia su amigo, riendo.

-¡Por supuesto¿Iremos a la playa? -

-Seguro- se apresuró a bañarse, cuando estuvieron listos bajaron al buffet, allí devoraron como lobos cualquier cosa que tenían enfrente, después fueron a la playa, que estaba llena de gente y todos los camastros ocupados, por más que buscaban ninguno estaba disponible.

-¡Ginji!- ambos get backers voltearon, Ginji se encontró con la grata sorpresa de ver a Dayu, Ban se enceló al ver que su compañero se iba de su lado para irse con ese, el nuevo amigo de Ginji tenía una tez blanca, ahora algo tostada por el sol, su cabello era negro y también tenía ojos azules.

-Pueden usar este camastro si lo desean- comentó sonriendo mientras quitaba sus cosas.

-Muchas gracias¿Lo ves, Ban, ya tenemos dónde recostarnos- ante la sorpresa de Midou, Ginji lo recostó a su lado y se recargó en sus piernas dobladas, provocándole un escalofrío, Dayu les invitó bebidas frías mientras conversaba con su nuevo amigo y todos disfrutaban de una de las escasas palapas.

-¿Vamos a nadar?- sugirió el de pelo negro.

-¡Sí!- respondió Ginji en forma de chibi e inmediatamente se fue corriendo hacia el mar, Ban se rehusó, durante unos minutos observó como dos chibis jugaban entre las olitas de la orilla, recordaba lo ocurrido, hubiera querido que Ginji se rindiera en sus brazos, que le hubiera dejado demostrarle cuanto lo amaba en realidad, que le hubiera respondido el beso más sincero que había dado en toda su vida, y al ver como se rendía en los brazos de ese, como giraban abrazados, igual que dos enamorados, sobre la arena, al escuchar la feliz risa del que debía ser suyo sintió su sangre hervir, se quitó su camisa y camino firmemente hacia ellos, no haría todo una alboroto como en el día anterior, simplemente mostraría a Amano que él era mucho mejor que ese, que cualquier otra persona.

-¡Ban, te decidiste a venir!- lo recibió su rubio riendo y lanzándole arena mojada al pelo.

-¡Ven aquí pequeño!- Ban se lanzó tras él, tomándolo por la cintura y aventándolo al agua, Dayu lo embistió haciendo que ambos cayeran, se regalaron una mirada de odio que fue interrumpida por una ola que los cubrió, Ban se disponía a atacar a Ginji pero se vio fuertemente sostenido por los brazos.

-¡Suéltame!- gritaba mientras intentaba zafarse.

-¡Ahora Ginji!- ante el aviso de Dayu el rubio usó todas sus fuerzas para hundir a su amigo en el agua, cuando este logró salir se encontró con la odiosa escena de Ginji colgado de la espalda de ese, quien le dirigía la sonrisa más hipócrita que pudo, le había declarado la guerra, y Ban Midou nunca se dejaría vencer por un mocoso. De pronto salió de sus maliciosos pensamientos debido a un grito que Ginji había lanzado.

-¡Un tiburón¡Un tiburón!- lloriqueaba en forma de chibi aferrándose de la cabellera negra de su amigo, Ban acudió de inmediato a su llamado, sumergiéndose en las saladas aguas para matar al tiburón y salvarlo, logró sostener al animal para lanzarlo lejos a pesar de las fieras mordidas que le soltaba, pero al girar el rostro notó que Dayu se había llevado a Ginji a la orilla y éste último lo abrazaba.

-¡Salvaste mi vida Dayu!- Ban gruño al notar al pobre pecesillo que se retorcía en sus manos suplicando por su libertad, el mocoso lo había vencido en una batalla, pero aún faltaba la guerra.

-¡Mira Dayu! Están jugando futbol- rápidamente Ban tomó la iniciativa.

-¿Quieres jugar? -

-¡Claro Ban!- Ban soltó una risilla triunfante a su enemigo, que se esfumó cuando éste se le adelantó para preguntar si podían jugar. Comenzó el partido y una nueva batalla que ninguno estaba dispuesto a perder, Ban había logrado quitarle el balón al equipo contrario y corría hacia la portería.

-¡Pásala!- lamentablemente el mocoso jugaba como su compañero, aprovechó tal petición para apuntar a su rostro y golpear con todas sus fuerzas al balón, pero Dayu lo esquivó sin problemas y simplemente le regaló otra sonrisa, la ira de Ban aumentaba, quería matarlo, quería….., de pronto resbaló y cayó de cara en la arena, había una vena palpitante en su cabeza.

-¡Miren Miren!- gritó Ginji sin perder aún su forma de chibi mientras señalaba un papalote que volaba por el cielo, Ban corrió junto a los niños que lo manejaban.

-¿Me podrían prestar su papalote un momento?- un niño de unos ocho años le sacó la lengua.

-¡No!- le gritó una niña más pequeña.

-Por favor-

-¡No! -

-Les compraré un helado-

-¡No! -

-¡Vamos!- gritó Ban perdiendo la paciencia y tratando de quitárselos.

-¡Mamá!- llamaron al unísono y una enorme señora apareció de la nada.

-¿Qué intenta hacerle a mis hijos¡Pedofilo¡Acosador!- gritó llamando la atención de media playa.

-No, señora yo…- de quien sabe dónde sacó un enorme palo de metal, y persiguió a Ban por toda la playa, cuando escapó de ella regresó al lado de Ginji.

-Toma Ginji- Dayu le había ido a comprar un papalote más grande y más bonito que el de los niños.

-¡Sí! Gracias Dayu- Ginji corrió haciendo volar el papalote, y ese tal Dayu Arakawa le volvió a sonreír hipócritamente.

-¡Helados!- se emocionó el rubio al ver una carretilla dónde los vendían.

-¿Quieres uno? -

-¡Claro Ban¡Gracias! -

-Aquí tienes amigo- el de pelo negro regresaba con nada más que…. Toda la carretilla de helados para Ginji! Quien se apuró en empezar a comerlo todo. Midou ya no pudo más y sujetó al mocoso por los hombros, a parte, mientras su amigo no los veía.

-¿Por qué demonios lo haces!- Arakawa no perdió la calma y sonrió.

-¿Hacer qué? -

-No te hagas el inocente señorito cara de rana¡Tratas de…..-

-¿De qué? -

-De…-

-Si no tienes nada que decir regresaré con Ginji- Ban lo sostuvo de la muñeca.

-A eso me refería- comentó apenado.

-No puedo evitarlo- murmuró siempre sonriendo y sonrojándose un poco. -Debo admitir que él me conquistó desde el primer momento que lo vi- Midou sintió golpe en su pecho. -Además, si tú no eres capaz de que se fije en ti ese no es mi problema- y se alejó dejándolo sin palabras, pero no furioso como lo debía estar, sino pasmado y triste porque esa era la verdad.

Cuando Ban se atrevió a aparecerse los encontró tumbados en los camastros, Ginji una vez más le indicó que se sentara a su lado, recargando un brazo en sus piernas dobladas mientras que las rozaba apenas con una mano, cosa que ilusionó al castaño.

-Creo que es hora de comer- comentó el de pelo negro al tomar sensualmente la mano de Ginji.

-Yo estoy lleno- rió éste (Claro después de engullir todo un carrito de helados U.U ).

-¿Podemos hablar un momento… Ginji¿En privado?- preguntó de lo más rojo mientras se rascaba la cabellera negra.

-Por supuesto, regreso en un momento- Ban no dijo nada mientras los veía alejarse, "si tú no eres capaz de que se fije en ti", sólo resonaban esas verdaderas palabras en su cabeza, deseó nunca haber ido a la playa, nunca haberse enamorado de él.

Dayu y Ginji caminaron hasta una pequeña construcción de madera desierta y en un instante el rubio se vio sujetado por los hombros y recargado contra una pared.

-¡Ginji, me gustas!- dijo de golpe y sin dejar de mirar a los sorprendidos ojos castaños. -Por favor dame una oportunidad-

-Pero Dayu… yo-no podía evitar la penetrante mirada del otro, subió lentamente su mano hasta posarla en su mejilla. -Lo siento, amigo- ante este rechazo Dayu quitó la mano del rubio de su mejilla y simplemente le plantó un beso tímido, que continuó al notar que su acompañante no ponía resistencia ni intentaba alejarse, Ginji sólo podía pensar en Ban, imaginándolo allí, solo en la playa, pero lo más importante, esperándolo a él, recordó lo ocurrido la noche anterior, aquel beso lleno de amor, no se sentían igual los besos de éste otro chico, Ban no salía de su cabeza y sin darse cuenta ya estaba respondiendo aquel beso. Dayu sintió mariposas en el estómago cuando unos brazos rodearon su cintura, el beso se prolongó volviéndose más apasionado, el chico lo rompió para bajar y juguetear con su lengua por el pecho del rubio, después bajó más para saborear su abdomen y a continuación su ombligo, en cual se detuvo para besarlo, las manos de Ginji bajaron hasta su cabello para revolverlo y acariciarlo, pero sintió un sobresalto cuando unas manos se posaron en sus glúteos pegando su cuerpo a la boca de Dayu que ahora se encontraba mordiendo suavemente su miembro semi erecto a través del traje de baño, no pudo evitar sonrojarse y agitarse ante tal acción que le sacó un débil gemido, Dayu se puso de pie para volver a besar esos deseados labios, pero fue esquivado cuando el rubio comenzó a besarle el cuello, llevando una mano al miembro del chico que a pesar del poco tiempo transcurrido ya estaba a punto de explotar, primero lo masajeó por encima del traje, después introdujo su mano para envolverlo completamente, de débiles gemidos Dayu pasó a sonoros gritos de placer que seguramente no pocos vacacionistas escucharon (O.o), le respondió a Ginji con la misma acción, éste comenzó a quejarse débilmente, murmurando cosas que no se entendían, cada vaivén lo agitaba más.

-Oh, Ban- dijo de pronto rompiendo el corazón de Dayu, quien por lo estimulado que estaba se vació en la mano de Ginji y se separó enseguida cayendo de sentón al suelo, el rubio abrió los ojos y vio al chico destrozado hecho un mar de lágrimas.

-Dayu- murmuró aún agitado y un poco sonrojado, el pobre chico se puso de pie y se alejó corriendo lo más rápido que pudo, dejando a un Ginji confundido y culpable.


Grax por haber leído, dejen review please! XD