Advertencia: Los personajes aquí mencionados no son míos (que más quisiera), le pertenecen a sus respectivos dueños.
¿Quieren saber algunas cosas, si han andado cerca con sus apreciaciones? Lean con atención, voy a descubrir algunas cosillas, espero que les guste y sigan interesados en la historia.
El castillo de los YuyEl ataque se dejó caer casi instantáneamente sobre el poblado, pero su gente alcanzó a improvisar las defensas, por las entradas había sendas hogueras que impedían a los vampiros pasar, lo que los obligaba a ir hacia donde yo estaba, había reducido a varios ya y había tenido la ocasión de absorber almas como para soportar una semana, sólo que yo esperaba que se apareciera el lugarteniente al mando, pero debo haber matado a unos veinte o treinta vampiros antes que este se apareciera por allí.
- Así que la magia de clan Chang protegía este pueblito – dijo mirando todo a nuestro alrededor – mucho soportó.
- Y va a soportar mucho más – le dije y me miró directamente. No lo puedo reconocer, está tan horrible, es asquerosamente feo, nada, ni siquiera su mirada es humana ya, parece la de un perro, y no puedo identificarlo, pero creo que él me va a reconocer a mí.
- ¡Heero Yuy! – dijo como si fuera imposible – deberías estar muerto.
- La magia de mi familia me ha liberado de la traición en tres ocasiones – le digo, hay algo que me dice que se trata del hijo del hermano de Kein, tiene un aire que me es muy familiar.
- Debe ser, después de todo yo mismo me encargué de lanzarte al torbellino.
Sí, se trata de Karel, el sobrino mayor de Kein, él era quien más me odiaba mientras estuve a su servicio dado que el propio Kein dijo en alguna ocasión, cuando andaba de buenas, que yo sería su sucesor, no él que había trabajado por obtener ese lugar.
- Ciertamente, Karel, he sobrevivido mucho tiempo y seré el que suceda a Kein pese a todo lo que hicieron para evitarlo.
- Desgraciado, ese era mi lugar – me dice y veo que sus ojos cambian de color – el parecido que tienes con tu bisabuelo te protegió siempre, menos mal que Kein jamás te miró a los ojos como hizo con el otro.
- Kein debió hacer caso de la maldición que le lanzó mi bisabuelo – le digo – de su sangre y la del otro reino saldrá su fin – me transformo por completo, mi cuerpo tiene la energía suficiente para batallar cuerpo a cuerpo con él claro que sé que la batalla contra este vampiro no va a ser igual de fácil que con lo fue con los otros, Karel podía rivalizar hasta con el propio Kein excepto que le tenía miedo, seguro que él conocía mejor que yo sus arranques de ira, yo no solía provocarlo, sólo en aquella ocasión en que me crecieron las alas y no fue algo intencional.
Viene hacia mí y me ataca con las garras, su filo es poderoso, me roza apenas y rompe mi ropa, siento como me quema sobre la piel dañada, me pregunto qué clase de maldición tendrá sobre ellas. Lanzo mi ataque también, pero soy un poco más certero que mi enemigo, rozo su hombro y consigo hacer una dolorosa herida como si fuera con fuego que lo hace gruñir como animal.
- ¡Maldito! – me grita y se transforma en algo mucho más feo, grande y feroz que antes, ahora su cuerpo genera más poder, sin embargo, al aumentar su masa corporal, ha perdido la velocidad y consigo evitar que vuelva a dañarme y consigo asestarle un par de golpes más, cosa que lo hace enfurecer, sin embargo, siento que la energía se me va yendo y el vuelve al ataque cada vez con mayor velocidad, consiguiendo asestarme un segundo golpe en el pecho que me hace estrellarme contra una pared, siento que comienzo a perder, entonces veo a una pequeña distancia una de las antorchar protectoras, la tomo y lo ataco con ella dando saltos hasta conseguir dañar su piel y hacerlo retroceder lo suficiente para usar la tormenta fría y alcanzar una lanza con la que lo empalo y consigo absorber su alma. El poder que obtengo al fin es tanto que no puedo evitar caer de rodillas al suelo y gritar por el dolor de contenerlo.
Pero aún no terminamos la batalla, quedan demasiados vampiros alrededor del pueblo como para darnos por victoriosos y, pese a que ahora soy más fuerte, no me atrevo a usar las sombras de muerte, aún no me acostumbro al nuevo poder. Cansado, debo admitirlo, regreso la antorcha a su lugar, sé que debo seguir luchando, pero ¿no habrá una manera de detenerlos hasta que amanezca? Vuelvo a tomar mi lugar frente a la hoguera y siento que un nuevo poder viene hacia mí, es algo extraño, es como si un cuarto poder se fuera adueñando de mi ser. Cierro los ojos y una niebla dorada se comienza a gestar alrededor de mi cuerpo y se arrastra por el piso deteniendo a cuanto ser encuentra a su paso. Tomo aire y me vuelvo humano usando la protección de la sangre Maxwell que corre por mis venas. Lentamente comienza a amanecer y veo que los vampiros siguen inmovilizados a la entrada del pueblo, hagan lo que hagan no se pueden mover y los veo convertirse en ceniza y desaparecer mientras sus almas comienzan a venir hacia mí golpeándome con su poder al entrar en mi cuerpo hasta que llega el último y yo caigo perdiendo la conciencia frente a la puerta de la casa que usamos Di y yo…
Escucho los sollozos de Di a mi lado, supongo que por el hecho de estar ya muerto no me encuentran los signos vitales y debe estar asustada, pero no puedo abrir los ojos, los párpados me pesan, intento moverme, pero hay algo que detiene mis manos. Estoy enfadado y lanzo un gruñido que hace que Di dé un respingo y me abrace con fuerza, al fin sé por qué no podía abrir los ojos, me había puesto algo sobre ellos y estaba amortajado con una sábana.
- ¡Me tenías muy preocupada! – dice exaltada y su voz ha cambiado un poco, se escucha más áspera de lo habitual, y yo le acaricio el cabello lentamente sentándome con ella en mi regazo.
- No llores, princesa – le digo y le hago levantar la mirada hacia mí, se nota que ha llorado, sus lindos ojos están enrojecidos y su cara está hinchada, pero sigue igual de hermosa – no me puedo morir ¿recuerdas?
- Pero no quiero que me abandones.
- Di, yo puedo ir y venir del otro mundo sin problemas y lo sabes – le beso una mejilla con delicadeza – y sabes también que no voy a abandonarte, no te angusties por eso – trato de calmarla, pero ella se echa sobre mí y comienza a sollozar, no me gusta verla así, no quiero preocuparla, pero supongo que los demás la terminaron de asustar al recogerme de donde caí en la batalla y no encontrarme signos vitales. Entonces noto la presencia de alguien más en la habitación, allí también están Zech y Wufei sentados en un diván muy juntitos, se nota de lejos que ellos se quieren por mucho que el moreno se resista, pero bien que se deja mimar cuando nadie los ve. Sonrío para mí y me recuesto con Di sobre mi pecho tratando una vez más de calmarla.
- Di, tranquila, no querrás que esos dos se despierten – le digo al oído y ella los mira sorprendida, creo que se había olvidado de su presencia – ¿te sientes mejor, princesa? – le beso una mejilla y ella vuelve a acomodarse contra mí.
- No – admite con la voz más controlada – podrían descubrirnos ¿verdad?
- Ay, vida mía – me río en silencio – más asustados van a estar ellos cuando se den cuenta de la posición que han tomado, Wufei se niega a aceptarlo, pero bien que se acomodó contra Zech.
- Creo que debemos despertarlos, pese que ya es de noche.
- ¿De noche? – digo sorprendido y miro por la ventana – pero si apenas amanecía cuando…
- Wufei y Amishi te encontraron tirado frente a la fogata casi al medio día, nadie se atrevía a salir por no desobedecer tus órdenes, pero si ellos no lo hacen quién sabe que habría sido de ti.
- La energía que absorbí fue demasiada para asimilarla de golpe.
- Lo peor fue cuando te vi con las ropas todas desgarradas como si te hubieses quemado, si te ibas a desmayar debiste hacerlo a la sombra, esos vampiros podían regresar…
- Los eliminé a todos – la silencié con un beso en la boca, me encanta su sabor – desde el lugarteniente al último vampiro.
- Bueno, entonces has conseguido el poder que necesitas para regresar a la capital – me dice ella con firmeza – recuerdo que el libro dijo que con seis lugartenientes tendrías el poder para invocar a la luna azul y recobrar el poder de tu casta y tú te has comido el poder de once ya.
- Lo sé, pero Zech me dijo que nadie conocía la manera de invocar el poder de la luna azul, dado que este fue un secreto que sólo se podía transmitir de padres a hijos por los mismos Yuy y, desgraciadamente, yo era demasiado pequeño cuando mi padre murió y no recuerdo mucho de él, incluso creo que ni su propio padre se lo había dicho.
- Pero quizás tu amo o el libro nos lo puedan decir ¿no crees? Después de todo ellos han sido los que nos han traído aquí para encontrar el poder que necesitamos para liberar a este mundo de los vampiros…
- Shhhh – la silencio al ver que Wufei se sienta exaltado al darse cuenta de dónde estaba – ya veremos.
- ¡Qué diablos crees que haces, suéltame! – escucho al moreno gritarle a su novio que se endereza sobresaltado y cae al suelo – maldito degenerado, aprovechándote de un durmiente, esto lo va a saber el abuelo – lo amenaza.
- ¡Yo no he hecho nada! – se defiende Zech tratando de levantarse y escucho a Di reírse a mi lado.
- Vaya par de guardianes – les digo manteniendo la voz neutra pero me río igual que Di por dentro – serán los payasos oficiales del reino.
- ¡Majestad, está despierto! – dicen los dos a la vez y luego se lanzan una mirada asesina.
- Si, hace rato – los miro preguntándome si los molesto y decido que sí – se veían muy acaramelados allí los dos – digo sin darle ninguna inflexión a la voz – de seguro hacen vida de pareja en secreto ¿verdad?
- ¿YO, CON ESTE? – dice Wufei exaltado – ¡NUNCA!
- Que más quisiera – dice Zech moviendo la cabeza – si medio trato de besarlo y me da un puñetazo, no quiero ni pensar lo que me haría si intentara algo más – mueve la cabeza con tristeza.
- Pues fue él el que se abrazó a ti mientras dormían – dice Di asombrada.
- ¡YO NO HICE TAL COSA! – dice el moreno colorado hasta la raíz del cabello.
- ¿En serio, su majestad? – mira a su prometido sorprendido.
- Bueno, creo que es mejor que vayamos a cenar – les corto la pelea mientras retiro a Di de mi regazo y me siento en la orilla de la cama, me pesa el cuerpo y me siento extraño, pero supongo que al absorber tanta energía he tenido un cambio físico bastante grande. Me sujeto de una de las columnas de la cama para ponerme de pie y Di me abraza, creo que volví a agarrar un resto de estatura, la paso por cabeza y estoy casi de la misma estatura de Zech que me mira sorprendido.
- ¿Qué fue lo que le pasó, su majestad? – me dice.
- Se los explicaré en el comedor.
- Pero debes cambiarte de ropa – dice Di preocupada – voy a ver si algo te queda, después de todo ahora tienes más cuerpo que antes y la ropa de seguro te queda chica, quizás no deberíamos ir a cenar ahora, mañana podrías explicarlo todo…
- Di, no hay tiempo para perderlo – la interrumpo – el día de la luna azul está más cercano cada vez y debemos encontrar el conjuro para invocar su poder aún – la tomo por los hombros y le tomo el rostro – despreocúpate por la ropa ¿sí? – la beso y cierro los ojos haciendo un conjuro que arregla mis ropas – ¿ves? Siempre hay una solución en la magia.
- Quisiera que me enseñara ese conjuro – dijo Wufei – vamos al comedor.
- Dime ¿cuándo volverás a dormir conmigo? – le dice Zech saliendo de la habitación provocando que el moreno se tense.
- Cállate si no quieres que te mate – le dice y se aleja.
- Se nota que me ama – dice el rubio suspirando y lo sigue.
Ya en el comedor todos nos miran sorprendidos y luego sonríen aliviados, temían de seguro lo mismo que Di, que me hubiese ido al otro mundo junto con el resto de los vampiros.
- Abuelo, su majestad está más alto – dice Amichi al compararme con Zech, creo que soy apenas algo más bajo que él.
- Déjalo tranquilo, niño, apenas despierta del sueño que parecía de muerte.
- Debo admitir que la primera vez que maté un vampiro poderoso yo también me sorprendí – le dije – yo absorbo sus poderes y mejoro los míos al matarlos, por eso crecí y tomé más cuerpo, es mi manera de evolucionar, diferente a la de los vampiros.
- Y cada vez se ve más guapo – dice Di aferrándose a mi brazo.
- Bueno – me sonrojo ante sus palabras – creo que es hora de regresar a la capital a recuperar lo que me corresponde.
- Para invocar el poder de la luna azul debe entrar en el salón del trono.
- Pero aquello significaría enfrentarme a Kein – le digo preocupado.
- No, porque él va a estar ocupado buscando a los traidores – dice el abuelo muy confiado y yo alzo una ceja esperando que se explique – creo que hiciste muy bien al dejar escapar a un solo vampiro de nuestro pueblo, a alguien que no escuchó quién eres, que lo único que sabe es que eres un vampiro con el poder suficiente para destruir de golpe a muchos vampiros, por lo tanto en estos momentos debe estar viajando a la capital para informar a su jefe que aquí hay un traidor que quiere destruir sus legiones.
- Y siendo Kein como es, ni siquiera va a escuchar la historia completa antes de abandonar el castillo y venir por el supuesto traidor – asiento.
- Ahora sólo nos queda averiguar el conjuro que te dará ese poder – dice Di mientras nos sirven la comida.
El abuelo no me pidió explicaciones, simplemente me dijo que pasara lo que pasara estaría con nosotros, creo que conoce mi secreto, así que por ese lado estoy más tranquilo, sin embargo, decidió que Wufei nos acompañara, es el más poderoso de los hechiceros del clan, pero también es un problema ya que a Di le encanta molestarlo recordándole aquella tarde en que durmió la siesta con Zech, creo que si él supiera que Di no es lo que aparenta ser se armaría una buena, pero yo no puedo revelar su secreto. Sería una deslealtad de mi parte decir algo que no me corresponde, ella decidirá cuando hacerlo.
Hemos viajado de día para evitar toparnos con los vampiros que van hacia ese lado del reino, claro que la capital está más silenciosa que de costumbre, se nota que ya casi no hay humanos aquí, hay algunas mujeres que andan lavando ropa, se nota que los vampiros han estado de juerga ya que estas están manchadas de sangre. Una de ellas levanta la mirada y reconoce a Di a mi lado y le sonríe, creo que es una de las chicas que salvé antes.
- ¡Vaya, desaparecida! – la saluda y nota la presencia de Wufei y mía – ¿cuál de ellos es tu apuesto caballero? ¿O me vas a decir que tienes dos?
- Por supuesto que no – le responde ella tomándome del brazo – este es mi guapo caballero ¿no ves que es el más guapo?
- Di – la hago callar, Wufei se ha molestado una vez más.
- Pero todo está muy tranquilo desde que los vampiros se fueron anoche – sigue la chica sonriendo – por lo que escuchamos se fueron a perseguir a un traidor que ha estado exterminando a los vampiros más cercanos al rey – ella deja la ropa a un lado – Dorothy dijo que los vampiros te habían matado por ser descendiente de los Maxwell, pero no es cierto ¿verdad?
- Claro que no, yo sigo viva, como ves.
- Oye, muchacha – le dice Wufei – ¿sabes si los vampiros fueron muy lejos?
- Creo que dijeron que iban a un pueblo llamados Kormita…
- Konitsa – la corrige Wufei.
- Si, allí, pero yo no sé dónde queda, lo que sí sé es que señalaban que a un grupo grande de vampiros les iba a tomar mucho tiempo llegar allí, pero que el jefe ordenaba a todos ponerse en marcha.
- Es una buena ocasión – digo pensativo mirando a Di que me toma de la mano – vamos, debemos hacer otras cosas.
- Muy guapo tu caballero, Di – le dice ella mientras nos alejamos – ojalá me lo prestes algún día – agrega y veo como ella se tensa pero no le responde.
Entramos en la casa de Di que no estaba muy lejos de donde nos aparecimos y cerramos la puerta mientras Wufei echa un conjuro sobre todas las puertas y las ventanas para que nadie nos escuche, sé por experiencia que no se puede confiar ni siquiera en los humanos.
- Es la ocasión que esperábamos para entrar al castillo – dice Wufei sobándose las manos – podrá entrar al salón del trono e invocar el poder de la luna azul.
- Pero nadie sabe el conjuro – dice Di sentándose en un sillón – el libro no nos dijo nada, sólo algunas cosas extrañas y sin sentido.
- Creo que el conjuro vendrá a mí sin necesidad de buscarlo – le digo pensativo – es lo que ha me pasado con la mayoría de los poderes que ahora tengo, simplemente han salido a la luz y ya.
- Por supuesto, es esa magia, tal vez, la que ha impedido que cada vez que evoluciona no se convierta en un horrible monstruo como los demás.
- El único problema es cómo voy a ingresar al castillo con la maldición que le echó Kein encima – suspiro.
- ¿Qué quiere decir?
- Yo sólo he estado en el castillo Yuy en cuatro ocasiones y siempre invitado por Kein, dicen que quién se atreve a entrar en él sin su permiso se pierde en un laberinto y no consigue entrar porque él se protegió así de los traidores.
- Ese es un conjuro de los Yuy ¿sabe? Creo que el rey lo puso para evitar que los traidores atacaran a los pequeños herederos, los únicos que podían llegar hasta sus habitaciones eran los que estaban emparentados con él por sangre, que eran sólo tres familias aparte de la suya, los Chang, los Marquize y los Winner, y la excepción de los esposos de ellos.
- ¿Crees que nosotros podamos entrar?
- El abuelo dijo que las maldiciones de los vampiros no afectan a los humanos – le recuerda a Di – pero no sé sí su majestad…
- Pero si Heero entrara de día transformado de humano…
- Creo que lo único que podemos hacer es intentarlo – lo interrumpo – quizás Di tenga razón y tengamos que esperar sólo hasta que anochezca, hacer la invocación y largarnos a planear la defensa de Konitsa.
El castillo, como siempre que es de día claro, está en el más absoluto de los silencios, se nota que nadie lo habita, al menos algún humano, ya que se encuentra totalmente descuidado, las paredes están despintadas, las cortinas raídas y sucias, las ventanas están cubiertas de mugre por dentro y por fuera, tal vez para evitar que la luz del sol entre y mate a algún vampiro descuidado que transita de noche, las escalinatas de piedra tienen profundas manchas de sangre que tanto a Di como a Wufei les provocan asco y las puertas marcadas por las garras de los vampiros, creo que el día que consigamos liberarnos de estos parásitos, como los llama mi amo, voy a tener que hacer una limpieza profunda del castillo, está realmente muy maltratado.
Caminamos por los pasillos desiertos sin preocuparnos de encontrarnos con nadie, Kein confía plenamente en sus poderes y no ha dejado a nadie cuidando el lugar, siempre ha sido un arrogante y será eso lo que cause su caída al final, pero ya hemos dado una vuelta al castillo completo antes de encontrar la puerta correcta.
- Parece que aquí es – dice Di y trata de abrir la puerta, pero no puede, Wufei la hace a un lado pero no consigue moverla, así que tira hacia atrás, pero ella no cede – es muy pesada – agrega mirándome. Tomo aire y apenas toco la puerta esta se abre ante nosotros.
- Tiene un conjuro para que sólo los vampiros puedan entrar aquí – dice Wufei convencido y creo que tiene razón.
Entramos en el salón y me percato que los pendones de las familias más importantes de reino siguen allí, raídos y carcomidos por el tiempo, pero presentes, como esperando por el verdadero rey, sólo que allí hay un pendón que no vi en mi sueño y es el mismo que yo llevo en mi mascada, la mezcla entre el escudo real de los Yuy y el de los Maxwell, que también está allí.
- Con lo sucias que están todas las ventanas es difícil saber si es de noche o es de día – señala Di a las ventanas totalmente cubiertas de barro – y a la altura que están no se pueden limpiar.
Creo que ella tiene razón, hemos dado vueltas y vueltas alrededor del castillo buscando este salón, tanto así que el tiempo se nos ha hecho interminable, pero vaya a saber uno si ya es de noche o si debemos esperar un poco más para que salga la luna.
- Wufei ¿No tienes algún conjuro que nos ayude a limpiar al menos una ventana? – le pregunto y este me mira intrigado – el libro dijo algo acerca que si la luz de la luna no me tocaba al estar sentado en el trono, no podría invocar su poder.
- Voy a intentarlo – me dice y cierra los ojos concentrándose en quién sabe qué conjuro. Al poco rato una parte del barro que cubre una de las ventanas cae al piso, pero es apenas una rendija y la luz no pasa por ella. Vuelve a insistir y ahora es un poco más grande y veo que un pequeño rayo de luz azulada entra dando contra el trono – parece que ya es de noche – me dice y yo me siento en el trono – intentaré remover un poco más – lo espero y siento algo extraño en mi cuerpo al sentir que la luz me toca la piel, es un calor extraño, camina por mi sangre provocando un hormigueo por mi piel.
- Luna azul, regrésame el poder que, como auténtico soberano de este reino, me pertenece – digo sin pensar y veo como la ventana por la que los pequeños rayos de luz entraban comienza a despejarse hasta que está completamente limpia y la luz me cubre por completo. Siento ahora que el poder me llena y lentamente mi cuerpo recibe aquello que los vampiros me quitaron hace tanto tiempo ya, mi alma propia, estoy vivo de nuevo en todo mi poder.
- Heero, has cambiado – dice Di sorprendida caminado hacia mí – te ves… – pero yo la silencio abrazándola y ella apoya su cabeza en mi pecho – tu corazón… – me susurra y yo comprendo, ella escucha los latidos de mi corazón, uno que antes no estaba en mi pecho pero que ahora late con fuerza.
- Si, mi vida, me he liberado por completo.
- ¡Heero! – vuelvo a escuchar la voz de mi amo – deben irse de inmediato de allí, has roto un conjuro de Kein y este se ha dado cuenta de tu trampa.
- Pero ¿cómo? – dice Wufei.
- Sólo quedan tres lugartenientes de Kein vivos, a los demás todos mi ángel vengador los ha matado y absorbido, pero hay uno de ellos que está emparentado con él por el lado de los Maxwell y este es capaz de leer en las estrellas los acontecimientos del presente y del futuro. Desgraciadamente para nosotros, es uno de los que se ha reunido con Kein y le ha dicho que aquello no es más que una trampa, el que defendió a los Chang está en la capital y ha roto el conjuro que evita que alguien extraño entre en el castillo entrando en el salón del trono a reclamar lo suyo sin que haya nadie que pueda evitarlo.
- Ahora puedo vencer a Kein – le digo.
- Aún no, Heero, no has aprendido a usar por completo tus poderes, es mejor que evites el enfrentamiento final, vence a los tres lugartenientes restantes con tu nueva magia y podrás vencerlo, sin nadie que pueda ayudarlo, serás capaz de destruirlo y destruir el anillo.
- Muy bien, Di, Wufei, afírmense de mí – ordeno y nos transporto de regreso a Konitsa. Mi amo tiene razón, aún quedan tres lugartenientes que podrían ayudar a Kein y evitar que logre mi propósito la noche de la luna azul, retrasando todo por cinco años más.
- ¿Quiénes son esos tres lugartenientes que quedan? – pregunta Di al ver que ya estamos en el pueblo de los Chang, sin embargo, no se suelta de mí.
- El hermano menor de Kein, Arael; Relena Darlean y Trowa Barton – le digo – cualquiera de los últimos dos puede descubrirme con la misma facilidad con que tú lo haces, están emparentados conmigo por sangre, Trowa Barton era primo por línea materna con Dúo Yuy y Relena Darlean era prima por línea paterna con Heero Yuy.
- Tu familia estaba llena de traidores – me dice preocupada.
- Es cierto – suspiro – creo que me tocó toda la mala.
- Así que los traidores siguen con vida – dice Wufei – pero el hombre dijo que uno de ellos, debe ser Barton, es capaz de leer el presente en las estrellas, entonces debe saber que ya nos hemos trasladado de regreso a este pueblo.
- Pero ya tengo lo que quería – le recuerdo – ahora seré capaz de fortalecer la magia que los protegía de los vampiros y estaremos a salvo mientras aprendo a controlar mis nuevos poderes.
- Pero de todas maneras Kein podría decidir venir contra nosotros y sabemos que el enfrentamiento final debe ser en el castillo Yuy – insiste Di preocupada.
- No creo que lo haga – le digo caminando hacia la casona principal – si Barton le dijo que yo me adueñé del castillo, ya no va a escuchar nada más, él es así, cuando las cosas no le gustan se cierra a la primera información que le entregan, fue lo que causó su odio hacia mí.
- Lo que quiere decir que por el momento nuestro pueblo está a salvo – dice Zech abriéndonos la puerta – pero cuando se dé cuenta que está equivocado y que su lugarteniente no se lo dijo…
- Kein jamás se equivoca – le digo – va a culpar al primero que se le ponga por delante – me encojo de hombros – un vampiro menos con el que pelear.
- Así que regresaron pronto – nos dice el abuelo – felicidades, su majestad, al fin podrá enfrentarse a Kein y liberarnos de su presencia.
- Tenemos un problema – dice uno de los jóvenes Chang, le llaman Nataku, que es uno de los vigías del monte – hay dos tropas de vampiros detrás de nuestras barreras mágicas, no han podido pasar, pero hay uno de ellos que se pasea muy cerca del pueblo.
- Diablos, ella es pariente por sangre con los Yuy – digo preocupado – podría fácilmente romper mi magia protectora y atacarnos.
- Pero hay otro del otro lado del pueblo que se ha quedado a esperar las señales, creo, que le hagan las otras tropas.
- No puedo atacar dos flancos – digo pensativo – pero debemos mantenernos alerta, la prioridad será destruir a Relena, ella fue siempre ambiciosa y podría iniciar el ataque para quedarse con el poder de los Yuy ya que ella, después de todo, es por nacimiento una aristócrata de nuestra casta.
- Pero si luchas contra ella, el pueblo quedará desprotegido y los otros nos atacarán – dice Di – aunque yo podría hacer algo.
- ¿Qué pretendes, pequeña?
- Bueno, yo también estoy emparentada por sangre con el otro vampiro ¿no es cierto? – yo asiento y ella prosigue –bueno, algunas cualidades de su casta he de tener, podría usar mi magia, reforzada con la de los Chang para evitar que los vampiros entren, será un conjuro que afecte a los vampiros y, por se mi poder humano, no podrá romperlo ¿no te parece?
- Muy bien, pero ten cuidado, pequeña, no quiero quedarme sin ti para la noche de la luna Azul – le digo – Wufei, acompaña a Di, no la dejes sola ¿de acuerdo? – le digo y él asiente, luego me vuelvo a Zech que me mira un tanto molesto – necesito que tú me acompañes y pongas una barrera entre los vampiros y los que combatimos, sé de buena fuente que a ella le encanta ganar y que poco le importa la manera de vencer.
- Muy bien, lo acompaño – dice el rubio.
- ¿No deberíamos cenar primero? – dice Nataku.
- Muchacho querido – le dice el abuelo – los vampiros no van a esperar que hayamos cenado para atacar, debemos adelantarnos mientras nuestra magia nos da la ventaja.
El sector que los vampiros habían conseguido invadir era bastante extenso, pero aún estaba bastante alejado del poblado ya que ella sólo podía hacerlos pasar las barreras de uno en uno, ataqué a uno de los más cercanos y absorbí su poder antes de mostrarme ante los demás. Zech, de pie detrás de mí, lanza un conjuro que los inmoviliza y camino hacia la bruja fea, que asco de mujer se ha vuelto, que se mueve divertida, quizás porque sabe que la magia de Zech no la afecta.
- Así que la maldición de tu primo igual te afectó – le digo recordando que fue Quatre Winner quien los condenó a volverse cada vez más feos.
- Heero Yuy – me reconoce y yo escucho su voz, es horrible, no es nada de femenina – veo que te salvaste de la muerte.
- Y he recobrado el poder que me correspondía como verdadero descendiente de los Yuy – le digo y veo que ella entrecierra los ojos – sólo me pregunto ¿cómo tomará Kein todo esto? Porque ya no le quedan muchos ayudantes de confianza – me burlo señalando a los vampiros que están inmovilizados por la magia de Zech – y lucharemos de igual a igual.
- Oh, vamos, no eres lo bastante bueno para luchar contra mí – y su risa diabólica resuena por todos lados como un eco malvado.
- ¿Crees que no soy lo bastante fuerte para enfrentarme a ti?
- Tu querido bisabuelo no quiso matarme cuando pudo y fue lo que lo condenó, todo porque soy mujer, y creo que tú tampoco lo harás.
- Que tonta eres – le digo – ya no eres mujer, mírate, cualquier cosa con faldas, hasta la más destartalada de las escobas, es más femenina que tú.
Y veo que mis palabras han herido por completo su orgullo ya que se lanza contra mí con las garras por delante, pero no consigue nada, yo soy más rápido y eso que no he sacado mis alas. Se lanza de nuevo al ataque y por poco me roza el hombro, pero yo consigo asestarle un golpe en un costado que la hace retroceder. Furiosa, lo intenta una vez más, pero esta vez usa a Zech de escudo, es una arpía que toma ventaja de todo, sin embargo el rubio había previsto esta acción y la empuja contra mí con sus poderes mágicos.
- Maldito – le gruñe y trata de atacarlo, pero yo la empujo lejos con un rayo de energía mágica – el poder de Zero – murmura molesta – así que Trowa tenía razón, has llamado hacia ti los poderes de los Yuy aprovechándote que Kein había salido del palacio.
- Viví más de 150 años a su lado, conozco cómo es, sabía que si alguien le decía que yo estaba aquí vendría por mí sin prever nada, como ocurrió que él regresara al castillo sin esperarlos a ustedes.
- Así que te aprovechaste de tus conocimientos.
- Vamos, Relena ¿no es lo mismo que tú hiciste para destruir a los reyes Yuy? Sé con certeza que fuiste tú la que impulso a tu esposo a ayudar a Kein a buscar el conjuro que les devolviera el poder de los vampiros, fuiste tú la que le dijo cual era la debilidad de Heero Yuy y fuiste tú quien le dijo dónde estaba la aldea en que nos ocultamos con mi madre.
- Eso no es cierto, y si lo fuera…
- Claro que lo es, absorbí al vampiro que recibió tu orden con el lugar exacto en el que habitaba mi familia – la miro seguro – y ahora vengaré a los Winner de Maronia.
- Ja – me dice divertida, pero yo he tenido tiempo de cargar la energía que necesito para destruirlos a todos de un viaje, sólo espero que no afecte a Zech.
- Sombras de muerte – digo y negras sombras comienzan a arrastrarse por el suelo acercándose lentamente a ella y al resto de los vampiros.
- El poder de Deathscythe – dice retrocediendo, pero a barrera mágica no le da espacio y las sombras la rodean.
- Zech, suelta a los vampiros y vuelve al pueblo – le ordeno.
- Su majestad, si los libero, ellos podrían…
- No harán nada, vete, antes que las sombras te atrapen – insisto de nuevo y él desaparece. Casi de inmediato las sombras de muerte toman fuerza y terminan de cubrir a los vampiros, toma sus almas y regresa a mí entregándome su poder uno a uno hasta entregarme el poder de la bruja, veo sus cuerpos recobrar su figura humana antes de convertirse en cenizas. Dirijo mi mirada hacia donde estaba Relena y veo que es la única que no se transforma antes de desaparecer por completo, ella era por fuera lo que siempre fue por dentro.
Me enderezo y busco el poder de Di, ella está resistiendo el embate del poder de otro lugarteniente junto con Wufei, así que mejor me transporto con ellos. Al aparecer noto al otro vampiro, recuerdo haberlo visto en mis sueños, del Trowa que se casara con Quatre Winner sólo queda el cabello y el color de los ojos, el resto es monstruoso.
- Has vencido a Relena – dice y desaparece delante de nuestros ojos.
- ¿Qué fue eso? – dice Wufei sorprendido.
- Estuvo 15 años casado con un Winner, de seguro en ese tiempo aprendió muchos de los conjuros de la familia.
- Pero ningún otro vampiro puede hacerlo – dice Di señalando a los vampiros detenidos por su magia.
- Los habrá considerado poca cosa como para enseñarles sus secretos – digo y dejo caer una lluvia dorada sobre los vampiros que los hace dormir – el amanecer se encargara de acabar con ellos, vayamos a cenar, Zech nos debe estar esperando.
El pueblo amaneció de nuevo a salvo, creo que las legiones de Kein se han reducido bastante, aunque no estoy muy seguro al respecto, tal vez haya mandado a llamar a las legiones que se mantiene fuera del reino para evitar que yo vuelva a entrar en el palacio. Pero lo que en verdad me preocupa es que Trowa Barton sea capaz de usar los conjuros de mi familia, sé que él traicionó a su esposo, pero algo debió de ofrecerle Kein a cambio, no puede ser que lo haya hecho solo porque sí. Tal vez el poder que ahora ostenta haya sido el motivo por el que se cambió tan bruscamente de bando, pero ellos significó traicionar no sólo a los Winner, sino a sus propios primos y a su hijo, para mí aquello sigue sin tener sentido. El libro nos contó que la noche de la luna azul en que nació mi abuelo también nació su hijo, que su madre no lo quería, pero que el se encargó de cuidarlo los primeros días hasta que Quatre cambió de opinión y le entregó su amor y su vida con plena confianza a su esposo. Trowa ayudó a los Yuy a romper la maldición y fue uno de sus más leales colaboradores durante todo ese tiempo, nada hacía presagiar que él sería el traidor que desde dentro del castillo Yuy le daría la victoria a Kein.
Di piensa que Kein lo engañó prometiéndole no tocar a su familia si lo ayudaba, es una posibilidad teniendo en cuenta lo traicionero que es ese, pero el libro dijo que él había llevado a su hijo frente a Kein y este lo había matado, lo que echa por tierra su tesis.
También le preguntamos que había sido de Quatre Winner y Doshi Yuy, sin embargo, el libro me dijo que eso era mi deber descubrirlo ya que la noche en que la luna azul esté plena será dentro de una semana y los muertos se levantarán para clamar por su justa venganza, quise saber que significaba aquello, pero no quiso decirnos nada más pese a que Di amenazó con arrojarlo al fuego, claro que sabe que la amenaza es vana, no podemos lanzarlo al fuego mientras podamos obtener respuestas del pasado.
Por lo mismo ahora estoy entrenando mucho más duro para controlar mis poderes y Di ha descubierto que puede leer el presente en las estrellas, así nos enteramos que Kein se enfureció sobremanera cuando llegó al castillo y se encontró con nada, por lo que Arael pagó sus culpas y ahora forma parte de los condenados, así como también sabemos que las legiones de Kein llegarán al reino la noche siguiente a la del plenilunio de la luna Azul, al mismo tiempo ella ha conseguido bloquear los poderes de Trowa evitando así que él lea lo que planeamos en las estrellas.
Por supuesto, todo el clan Chang se está preparando para ir con nosotros a la capital, su magia me ayudará a entrar al castillo y tomar el trono antes de destruir a Kein, así que por la tarde comenzaremos a avanzar pueblo a pueblo hasta cercar la capital y adueñarnos de esta, pase lo que pase en la batalla con Kein, será como el rey de Benice y no como un vampiro más, así lo quieren los Chang y me obliga mi sangre.
Claro que Di, Wufei y yo hemos entrado en la cuidad a esperar que lleguen los demás con cierta anticipación, creo que Kein no sabe de nuestra presencia por la magia de Di y la mía propia, somos invisibles y nadie podrá localizarnos a menos que nosotros lo queramos, pero ello no será hasta que llegue la hora que los Chang estén aquí.
Amanece el día, esta noche es la noche en que debemos tomarnos el castillo, Di no ha dormido tranquila, creo que está más nerviosa que yo respecto al ataque, he tratado de calmarla, pero ella sigue con los nervios de punta y se ha levantado antes que claree, tanto así que cuando Wufei y yo aparecemos por la cocina ya tiene listo el desayuno y me sorprendo al verla, ha decidido revelar su verdad.
- ¿Es… es…? – tartamudea Wufei al notar su cuerpo.
- Claro que lo soy – le dice divertida – soy Dúo Maxwell.
- ¡Eres varón! – chilla al fin.
- Claro que sí. Por eso Heero, cada vez que se iba a notar me abrazaba – le dice y yo trato de no reírme de la cara que ha puesto Wufei, pero Di no tiene esa delicadeza.
- Tranquilo, Wufei – le digo tratando de aplacar su furia – no eres el único engañado por su aspecto femenino – le digo y Di me mira furiosa – todo el mundo aquí creía que era chica, pero yo me di cuenta a la primera.
- No puede ser – dice él sentándose a la mesa al fin.
- Bueno, no puedo entrar en combate con falda, es un estorbo – dice Di sentándose a mi lado – y no quiero que este secreto lo siga siendo, sé que no podemos tener familia de modo natral, pero con la magia de la Luna azul en pleno si los podemos tener ¿verdad? El abuelo lo dijo…
- Creo que por eso todos creen que eres mujer, Di – la interrumpo.
- Dúo – me corrige y me besa – ese es mi verdadero nombre.
- Dúo, entonces – asiento – creo que los Chang deben estar por llegar, debemos preparar el ataque al castillo tan pronto comience a caer la tarde.
- Si, cuando los vampiros comienzan a despertarse están de lo más atontados – dice Dúo acariciando mi brazo – eres al único que jamás he visto así.
- Conoce bien a los vampiros ¿verdad?
- Y maté a bastante, fíjate – le dijo.
- Ya – los corté, no me gusta escuchar sus peleas – desayunemos antes que se enfríe todo – ordene y ambos comieron en silencio lanzándose miradas asesinas de vez en cuando pero sin decirse nada.
La tarde comienza a caer y nos hemos reunido con los Chang en la puerta posterior del castillo, ellos ya han entrado pero Dúo y yo estamos frente a otra puerta, ahora dentro del castillo, es la puerta que nos lleva al salón del trono, sé que Kein le ha echado una nueva maldición a la puerta, pero algo me dice que no la protegerá de mí una vez más. Voy a poner la mano en el pomo y noto la presencia de otro vampiro, se trata ni más ni menos que de Trowa Barton, que detiene nuestro avance lanzando a Dúo lejos.
- Así que ahora sí vas a pelear – le digo molesto interponiéndome entre mi amado y él – veamos de lo que eres capaz.
Dúo se pone de pie un tanto aturdido, pero está bien, no le hizo daño.
Mientras, yo me trenzo en una pelea feroz con Trowa, desgraciadamente para mí, jamás lo he visto pelear, así que no tengo nada que pueda ayudarme a derrotarlo, dentro del castillo no puedo ocupar los poderes mágicos de la familia ya que eso pondría sobre aviso a Kein y acabarían con los Chang que están luchando por el castillo, pero la pelea con este vampiro es diferente a las demás que he tenido, he conseguido asestarle al menos unos cinco golpes de lleno y sólo he roto sus ropas, en cambio los dos golpes que he recibido de él me escocen la piel, ha conseguido dañarme más con ellos que yo con todos los míos, pese a mi fuerza.
- No eres tan bueno sin tu magia – me dice burlón y me vuelve a atacar golpeándome con un puño sobre el pecho consiguiendo hacer que me estrelle contra la puerta del salón del trono, la que medio toco y cede a mi peso – ese conjuro sólo Kein podía romperlo – asegura molesto.
- El castillo siempre fue de los Yuy, la magia de ningún extranjero puede evitar que el verdadero rey tome el lugar que verdaderamente le corresponde – le digo y volvemos a comenzar la batalla.
Dúo entra en el salón y comienza a dejar caer las raídas cortinas al suelo, con su caída la luz de la luna azul comienza a penetrar a raudales a nuestro alrededor dándome más poder para luchar y consigo enterrarle al fin el puño en el pecho a Trowa hiriéndolo por lo que retrocede evitando que lo ultime, trata de curar sus heridas al mismo tiempo que levanta una barrera mágica que lo proteja, pero el daño es bastante grande y su magia no es la suficiente como para hacer dos conjuros a la vez.
- Heero, Kein viene a toda velocidad hacia nosotros – me advierte Dúo preocupado – los Chang están venciendo a los vampiros en el patio principal, pronto será la hora.
- Lo sé, corazón – le digo – mejor reparemos los emblemas de las familia – le señalo las paredes – deben representar a aquellos que faltan para el momento final.
- Kein no va a ser fácil de derrotar – nos dice apenas, no tiene el aliento suficiente para molestar – él es muy poderoso.
- Deberías acabar con él – me dice Dúo señalándolo molesto – con un traidor así en la familia, yo negaría todo parentesco con su familia.
- Pero no puedes evitarlo, tú también tienes en parte mi sangre – le dice.
- Pero es ínfima – le recuerda despectivo – soy un Maxwell de quien sabe cuantas generaciones desde que nos traicionaron.
- Creo que ya ha sido suficiente de ver tu mísera existencia – dice la voz de mi amo desde un portal que yo no había visto antes, se nos aparece tal como lo hizo en la casa de Dúo tiempo atrás, es una sombra difusa pero se nota que es una persona.
- Yo conozco esa voz… - dice espantado y yo lo miro asombrado, pero razono que es lógico que se conozcan, ¿cómo podrían odiarse sí no?
- Vaya, así que recuerdas a quien traicionaste hace tanto tiempo, desgraciado – le dice fastidiado – pagarás con tu vida lo que nos hiciste.
Dúo me mira tan sorprendido como yo ¿cómo que lo traicionó? ¿Es que acaso es el desaparecido…?
- Quatre – dice con voz ahogada y este se materializa ante nosotros tal como lo recuerdo de mis sueños, un hombre joven de ojos azules como el mar y rubio como Zech, pero con el cabello corto y poco más alto que Dúo – Quatre, amor mío – repite.
- Cállate, traidor, acabaste con lo que un día hubo entre nosotros al matar a nuestro hijo, así que ahora acabaré contigo – le dice lanzándole un poder que de seguro lo destruirá…
Continuará…Al fin se ha revelado algo, no creo que me quede mucho por terminar, no me gusta darme vueltas y vueltas en torno a algo que se puede solucionar, pero les dejo una interrogante ¿por qué Heero puedo entrar en el salón del trono?
Ah, ni se imaginaban que era Quatre ¿verdad? Pero todavía queda el libro por despertar, no se desesperen.
Por cierto, perdonen que no haya actualizado, creo que ya les dije que no tengo internet en casa, y tampoco había tenido tiempo de ir a un ciber, pero a modo de compensación les regalo estos capítulos al hilo.
Gracias y déjenme sus comentarios por favor.
Shio Chang.
