Advertencia: no digo más que los personajes no son míos, de tanto moverlos de un lado a otro ya me los he apropiado y los siento míos.
Claro, espero que la revelación del capitulo anterior no haya sido tan terrible, que quiero que este capítulo sí los sorprenda, así que prepárense para llevarse la sorpresa del año (Hoy soy Wing Zero y ando en plan malvado)
En fin, que lo disfruten y me dejen comentarios.
Por cierto ¿saben quién es la mamá (tengan presente lo que les dije antes) del padre de Heero? Por eso el título.
Un secreto bien guardadoDúo se puso de pie a mi lado, a mí también me sorprendió saber quien era la persona que me había rescatado del infierno y me había dado la oportunidad de volver a ser lo que fui y ahora me daba la posibilidad de ser humano recobrando la libertad de este reino y todos los vecinos.
- ¡Quatre, yo te amo! – insistió de nuevo Trowa al ver que Quatre no se decidía a dispararle.
- ¿Amarme, cuando me vendiste a Kein? – le dijo furioso – me obligaste a vivir en un mundo que no tiene nada a la espera que los herederos de ambos reinos volvieran a juntarse, traicionaste a Hamish, traicionaste a Heero y traicionaste a tus primos ¿cómo voy a creer que me amas?
- ¡Lo hice por ti! – le dice acortando la distancia entre ellos – Kein iba a matarte y yo no tenía ni la fuerza ni la magia...
- ¡Pero le entregaste a nuestro hijo!
- ¡Porque Doshi lo amaba, por su causa el reino corría peligro! Además… - se quedó en silencio unos segundos.
- Kein estaba encaprichado con Heero ¿qué tenía que ver su hijo?
- Heero jamás iba a amar a Kein puesto que este ya había encontrado el amor en los brazos de Dúo, en cambio Doshi podía ser la clave para aplacarlo si era capaz de esperar un poco más.
- ¿Y pensaste que sacrificando a tu propio hijo ibas a lograrlo? Doshi jamás iba a amar a Kein, él había sido quien había mandado a matar a sus padres, había traicionado la confianza de Heero al unirse con los malditos del otro reino y tratar de volverlo vampiro – lo miró con la ira pintada en el rostro, tal vez ahora lo odie con la misma intensidad con que lo amó una vez – ¡y para colmo permitiste que al descendiente de los Yuy lo volvieran un vampiro, lo humillaran y lo condenaran a morir de la forma más terrible que se les pudo ocurrir!
- Perdóname, Quatre, yo sólo quería protegerte – vuelve a insistir – no sabía lo que Kein...
- No, Trowa, me hundiste en el abismo más terrible que pueda existir, si no hubiese sido por la magia de mi primo yo no hubiese encontrado el poder necesario para rescatar a su descendiente – vuelva a cargar energía y…
Pero un violento ruido proveniente de afuera los interrumpe, intempestivamente Kein entra en el salón del trono y veo cuan horrible se ha vuelto, ¿cómo sé que es él? Quizás solo por el color de su cabello que sigue siendo el mismo, lo demás es completamente irreconocible, no creo que jamás haya visto en mi vida un ser tan feo como él, Dúo se da vuelta y vomita del asco que le da, creo que si pudiera lo imitaría.
Mi amo lo mira muy molesto y toma una decisión repentina, agarra a Trowa del cuello y lo arrastra hacia el portal, no sé que pretende, pero entra en él sin soltarlo y quedan ambos como sombras difusas y el poder del vampiro se une al mío como si hubiese tomado su alma.
- Que diablos ha sucedido – exige saber Kein.
- La profecía de mi bisabuelo está por cumplirse – le digo enfrentándome a él, es bastante más grande que yo, tanto en altura como en masa corporal, pero no le temo, la fuerza de los clanes del reino está de mi lado.
- Heero – dice sorprendido y ve que Dúo está a mi lado y sus ojos cambian notoriamente, ahora más bestia parece – Dúo Maxwell.
- Ja, creías que no volveríamos a juntarnos ¿verdad? – le dice desafiante.
- Así que has conseguido lo que querías.
- Nunca nadie podría amarte, menos Heero, no te puedes ganar el amor a la fuerza prosigue en el mismo tono desafiante, no le teme.
- Heero merece alguien fuerte que sea capaz de poner el mundo a sus pies.
- Oh, vamos, Heero sólo necesita a alguien que lo ame de verdad, que lo haga feliz, y eso es algo que dudo mucho tú puedas lograr – agregó.
Me pregunto si Dúo se da cuenta de lo que está logrando al provocar así a Kein, este tipo puede ser terriblemente cruel cuando quiere y mucho peor si lo provocan, quizás esté confiado en mi presencia, de todas maneras no me gustaría que Kein le hiciera daño bajo ninguna circunstancia.
- Lo único que tienes para ofrecerle a Heero es una apariencia femenina – se burla de mi trenzado.
- Maldito – le dice Dúo furioso y lo tengo que detener por un brazo.
- Déjame a mí – le digo – siéntate a la derecha del trono ¿de acuerdo?
- Pero que no intente nada o no respondo – replica dándome un beso en la mejilla antes de ocupar el lugar que le digo. Me vuelvo hacia Kein y veo que ahora está más furioso que antes, creo que el hecho que Dúo ocupe el lugar que tantos años atrás usara el otro Dúo realmente lo afecta.
- A Maxwell, Beruk Darlean le sacó el corazón y me lo trajo como ofrenda luego de destruirlo camino a Frontera – me dijo Kein – por supuesto, Heero se enteró de lo que había pasado por la magia que aún contiene este castillo, por eso te mantuve cerca, sabía que en algún momento buscarías el poder de los tuyos y ello nos fortalecería a todos, sin embargo, jamás lo hiciste y ahora lo has llamado aprovechando nuestra ausencia, pese a todos los conjuros que yo puse sobre este salón.
- El castillo fue creado para proteger y preservar la magia de los Yuy ¿sabes? – le dice mi amo desde el portal y veo que Trowa ha perdido la horrible apariencia de los vampiros, sin embargo, ahora no puede moverse de donde lo ha dejado mi amo, quizás sea porque él es un vivo en la tierra de los muertos – esa magia no se rompería a no ser que el último de los Yuy dejara de existir.
- Debió morir cuando Heero fue lanzado el torbellino – replica él furioso, nunca le ha gustado que lo contradigan o que las cosas no salgan como quiere.
- Pues, por si no te has dado cuenta – dice Dúo desde atrás sentado en el lugar de la reina – Heero está bien vivo y muy guapo, puede ser vampiro, pero jamás será como el resto de ustedes.
- Dúo – le advierto.
- Y la magia del castillo no va a desaparecer jamás – insiste mi amo – hay alguien más de la familia Yuy que puede mantener la magia intacta del castillo, alguien que, como yo, escapó de tus garras.
- Winner, eres un… – dice furioso reconociéndolo, debe haberlo escuchado hablar muchas veces en el pasado para reconocer su voz tan rápido – debí matarte yo mismo con mis propias manos, tal como hice con el entrometido de tu hijo y no encargárselo a otro.
- Sólo porque Trowa te lo entregó, estoy seguro que Doshi lo habría protegido tal como lo hizo con los descendientes de los Maxwell.
- Así que ha sido Doshi quien lo había mantenido fuera de mi alcance – lo veo apretar los labios señalando a Dúo.
- Ni tanto – empieza Dúo burlón – me tenían bajo sus narices todo el tiempo y nunca me vieron y eso que mi magia era casi nula, solo al encontrarme con Heero esta se activo, ustedes han sido terriblemente idiotas.
- Suficiente – dice molesto y lanza una esfera de poder contra Dúo, por lo que debo cambiar de forma y me interpongo poniendo una barrera entre nosotros que hace que la energía se disperse sin llegar a su destino – así que vas a enfrentarme.
- Te destruiré y liberaré al mundo de los parásitos que se han adueñado de él – inicio el ataque con el poder de una tormenta eléctrica que se gesta en mi interior – Dúo, usa tu barrera mágica – le ordeno y comienzo a gestar las sombras de muerte, luego provoco un violento temblor que hace trastabillar a Kein, surge una neblina dorada que llena el salón y luego se convierte en fuego y de las llamas comienzan a surgir formas humanas que rodean a Kein. Los conozco, los he visto en sueños, el primero en aparecer es Wufei Marquize, luego su esposo, Zech Marquize, Traize Kusrenada, Heero Yuy y luego el propio Dúo Maxwell mientras los emblemas de las familias se agitan a nuestro alrededor por efecto de las llamas.
- Así que este es el poder de los clanes de este reino – dice sin darles importancia, aunque sabe que no podrá salir del círculo de fuego sin resultar gravemente herido.
- Es apenas una pequeña parte del poder que los clanes le otorgan a su verdadero rey – le dice la voz espectral de mi bisabuelo – nosotros casi pagamos con nuestras vidas el liberarnos de la maldición de los vampiros, transité por los linderos de esta vida y la otra para darle una vida mejor a los míos, no entiendo para qué quisieron volver a ser simples bestias asesinas.
- Quería ser fuerte para que conquistáramos juntos el mundo – le reclama.
- No quise hacerlo antes ¿por qué iba a intentarlo en ese momento? Tenía todo lo que quería y más.
- Pero no me querías a mí.
- Nunca nadie podría amarte, menos Heero, no te puedes ganar el amor a la fuerza – le dice mi otro bisabuelo, caminado entre las llamas, de la misma manera en que mi Dúo se lo dijo hace poco rato – Heero sólo me ama a mí ¿verdad? No me cambiaría por un ser tan asquerosamente feo como tú.
- Ordené tu muerte para que tu alma no pudiera estar en paz.
- Pues claro que no la ha estado, por siglos hemos esperado, vagando por la entrada al otro mundo, que viniera el ángel vengador a sacarnos del infierno – continúa, es lógico que no le tema ya que no es más que un fantasma salido del infierno para atormentarlo y Kein ya no puede dañarlo – y al fin lo ha logrado.
- Desgraciado – le dice pero no puede hacer nada, las llamas detienen su avance y se vuelve hacia mí – yo podría darte lo que quieras.
- ¿En serio? – no puedo evitar la burla en mi voz – entonces devuélveme a mi familia – le digo manteniendo el tono, sé que no lo hará, ninguna magia puede revivir a los muertos, sólo liberar a los malditos – tus hombres mataron a mi padre, a mi madre, a los Winner, a los Chang, a los Oz, a los Marquize, a los Maxwell, si puedes devolvérmelos, tendré compasión de ti.
- Yo no necesito tu compasión – me replica realmente fastidiado, creo que es la primera vez que lo provoco así intencionalmente, antes no hubiese sido lo suficientemente idiota de intentarlo siquiera, ni hubiese tenido la fuerza para enfrentarlo – ni tampoco te regresaré a tu familia, mejor te envío con ellos a habitar el infierno.
Mantengo la expresión inconmovible en mi rostro ante su amenaza, no le temo ya, además, puedo regresar una y otra vez del infierno ahora, solo debo asegurarme de derrotarlo esta misma noche.
- Ya veremos si eres capaz de enfrentarme – le digo y viene hacia mí con las garras por delante de la misma manera en que me han atacado todos los vampiros con anterioridad, me pregunto si no tienen ataques más originales. Sin mayor esfuerzo lo evito desplegando mis alas, antes sólo podía planear con ellas, pues estaban rotas, ahora puedo mantenerme en el aire sin problemas puesto que con la magia han recobrado su fuerza.
- Esas malditas alas, yo te las destrocé – dice furioso.
- Al ir absorbiendo el poder de tus lugartenientes luego de vencerlos y de quien sabe cuantos más de tus malditos vampiros inferiores, mis capacidades fueron mejorando al igual que mi magia – agito levemente mis alas y las llamas se avivan a nuestro alrededor.
- Y pese a ser un vampiro es muy guapo – suspira Dúo detrás de las llamas.
Sigo pensando que Dúo está más de medio deschavetado, pero ni modo, no puedo ni quiero cambiarlo, así lo amo, pero temo que Kein está perdiendo la paciencia y podría atacarlo con su magia pese a la barrera que hay entre ellos y que el fuego de los Chang permanece a su alrededor.
Se escucha un nuevo ruido entrando en el salón y veo como muchas almas vienen hacia mí, no son humanas o mi poder no las habría atraído hacia mí, son de los vampiros derrotados y cada una de ellas me cuenta su historia de lucha con los Chang, en especial de la fuerza de dos de los guerreros que creo son Zech y Wufei, ellos se pusieron espalda contra espalda con dos enormes lanzas que rasguñaban causando graves quemaduras porque estaban con agua en su interior, se nota que ellos me escucharon. Desde luego, ellos habían sido los que más vampiros habían exterminado, aunque el rubio había resultado herido por uno de ellos por lo que el moreno enfureció sobre manera y se movió tan rápido para protegerlo que ni cuenta se dieron cuando ya sólo eran almas sin cuerpo y veían como este se evaporaba. Claro, desde el principio supe que Wufei protestaba demasiado como para no amar al rubio y que, pese a sus quejas, lo quería mucho.
Me vuelvo hacia Kein y veo una sorpresa lasciva pintada en sus ojos animales, creo que he vuelto a cambiar mi aspecto al tomar nueva energía de los vampiros, como ha venido ocurriendo desde que puede regresar a este mundo, siento que la ropa me queda apretada en todos lados, miro a Dúo que me mira con la boca abierta y casi puedo ver cómo de le hace agua, por lo que me sonrojo violentamente y me miro ¡Dios, la ropa se me pega tanto que me marca todo! Tomo aire tratando de clamarme y hago un nuevo conjuro que me agranda la ropa y me siento menos... expuesto.
- ¡Guau! – deja salir Dúo – que gusto que seas mío – suspira – que lindo pedazo de hombre tengo por esposo – vuelve a suspirar.
Y escucho un rugido furioso desde el otro lado, Kein finalmente ha perdido la poca paciencia que tenía y lanza una enorme esfera de energía roja de furia en contra de Dúo, pese a que sabe que quizás no pueda hacerle nada porque el fuego y la barrera mágica de mi trenzado la anularán. Retengo el aire viendo como se estrella en la primera barrera y avanza hacia mi Dúo, debo confiar en su magia, pero tengo miedo, no quiero perderlo. Sin embargo, las llamas envuelven la esfera de energía y al dar contra la barrera de Dúo se convierte en meras chispas que no dañan a mi trenzado. Suelto el aire contenido y veo que la furia de Kein crece. En ese momento me percato del anillo, cada vez que él mira a Dúo se pone de un oscuro color sangre, creo que es el momento en que se alimenta del odio y de los celos de Kein.
- Debes derrotar a Kein antes que el anillo se haga más fuerte – dice el libro que ha aparecido frente a nosotros y escucho como tres voces sorprendidas repiten un nombre:
- ¿Doshi?
Dios, esta es la noche de las sorpresas, mi abuelo es el libro mágico que ha protegido a Dúo, por eso sabía que era varón, sólo que no podía actuar al encontrarse su magia sellada al igual que la de mi trenzado.
- Así que tú también estás vivo – dice Kein buscándolo con la mirada sin encontrarlo.
- Siempre subestimaste la magia humana – le dice él – pero te advertí hace mucho que sería ella la que te venciera.
- Nunca he temido tus amenazas.
- Heero, has el último conjuro y libérame de esta maldición – me ordena y yo, aunque asombrado, extiendo mis alas y recito el conjuro que lo libera de su prisión auto impuesta, pero ocurre algo más, no sólo aparece un joven de entre las llamas, son dos los que están tomando forma del fuego verde que parecía consumir al libro mágico – ve al portal, Hamish – le dice al otro joven y este asiente, es igualito a Trowa.
- ¡Así que el tipo escapó de mí! – exclama Kein
- Es pariente por sangre de mi padre, era mi deber hacerlo, así que para salvarlo de ti hice que fingiera estar muerto y luego usé los restos de mi magia para convertirnos en dos libros mágicos que sólo los dos herederos podrían obtener.
- Veo que tres de ustedes tienen más vidas que un gato – dice furioso y el anillo vuelve a brillar intensamente – pero no podrás ayudarlo a vencerme.
- Se nota que el anillo no te hace crecer el cerebro, Kein – lo provoca una vez más caminando por la barrera de fuego sin que este lo dañe, es lógico, el fuego Chang jamás le haría daño a un Yuy – sólo el cuerpo.
Kein se lanza hacia él intentando herirlo con las garras pero mi abuelo retrocede y las llamas rozan la piel del vampiro que gruñe de dolor y retrocede de inmediato, casi al instante surgen las ampollas en la piel y feas heridas que trata de curar, pero sé le quitará mucho tiempo el sanarlas por completo, pero pienso aprovecharlo y le lanzo contra él haciéndolo perder el equilibrio.
- No recuerdas ni tus propias debilidades, Kein – se burla mi abuelo – mientras más grande, más bruto.
- ¡Cállate! – le grita furioso, el anillo comienza a ponerse negro.
- Tu magia jamás dañará a Heero ¿sabes? Me encargué hace mucho tiempo de liberar a los Yuy de cualquiera de tus maldiciones.
Ahora soy yo el intrigado ¿qué quiere decir con aquello? Yo había pensado que por el hecho de no estar vivo podía librarme de ellos, pero él afirma que lo podría haber intentado en el pasado y lo habría conseguido.
- ¿Cómo crees que, pese a haber perdido su cuerpo Heero siguiera vivo? – le dice saliendo de la protección de las llamas – yo lo protegí – se burla.
- ¡Sólo los parientes por sangre de un vampiro pueden romper sus maldiciones!
- Lo sé – sigue en el mismo plano – mi padre me lo dijo hace mucho tiempo, cuando por primera vez me llevó a Hondonada Perdida, por eso hice lo que hice, tú no podrías romper los conjuros de los Yuy pasara lo que pasara, sin embargo el verdadero heredero de este reino sí podría acabar con los tuyos ¿sabes por qué?
- No me interesa saberlo – le gruñe poniéndose de pie, pero de nuevo me lanzo al ataque y lo hago caer por segunda vez.
- Debería interesarte, quizás pudieras comprender la profecía de mi padre, la que solo escuchaste de terceros, según sé.
- ¿Qué necesitaba saber de ella? – replica tratando de ponerse de pie sin conseguirlo, creo que el daño que le hice fue bastante grande – decía así: "De su sangre y la del reino vecino surgirá quien venza al usurpador cuando se junten los dos herederos de ambos reinos"
- Equivocado, Kein – se ríe acercándose nuevamente a él y lo agarra del cuello – "de la propia sangre del usurpador y de la del reino vecino surgirá quien lo venza cuando se junten los dos herederos de ambos reinos" – lo deja caer muy cerca de la barrera de fuego con lo que lo hiere aún más – pero es su deber destruirte.
Ahora sí que estoy sorprendido, mi abuelo ha estado siempre cerca de Dúo, así que los poderes de mi clan debieron activarse hace mucho, sin embargo, permanecieron sellados en el libro como una maldición para nuestras castas por mucho tiempo. Pero lo que verdaderamente me preocupa es ¿cómo que de la sangre del usurpador? Realmente no me cuadra.
- ¿Cómo que de la sangre del usurpador? – repite Dúo como haciendo eco de mis pensamientos.
- Ah, has decido ser lo que verdaderamente eres, pequeño – le dice divertido – supongo que ustedes verdaderamente tienen curiosidad – se vuelve hacia mí – yo me encargué de darte la protección más fuerte de mi magia, por ello nadie podrá destruirte ahora.
- Pero no dices nada nuevo – le reclama Dúo.
- Tienes razón, en muchos sentidos me parezco más a los Maxwell que a los Yuy, no son solo los ojos ¿sabes? Como que uno de ellos era mi madre – se sonríe mirando al fantasma del otro Dúo – suelo hablar más que decir las cosas y eso volvía loco a mi padre – le sonríe también – pero de él saqué la astucia y la inteligencia, así fue que ideé la forma de proteger al heredero sin que las maldiciones de los vampiros lo dañaran – mira a Kein – es una lástima que no haya hecho el mismo efecto en mi hijo, nunca pensé que fueras a dañarlo.
- ¡Era lógico que lo odiara, era tu hijo!
- ¡Tenía tu sangre! – le grita Doshi y casi me caigo de la sorpresa – pensé que te darías cuenta cuando vieras a Heero, pero eres más idiota de lo que pareces, nunca te preguntaste por qué tus conjuros no le dañaban, por qué él podía movilizarse por el pueblo sin problemas, no sólo la magia de los Yuy dentro del castillo lo protegía, tu propia magia lo ayudaba.
Y me quiero ir al infierno de una buena vez ¿cómo puede ser que mi padre haya sido hijo de Kein? No puede ser cierto, mi abuelo debe estar equivocado, no puedo tener por abuelo a semejante monstruo, debe estar de broma ¿verdad? Miro a Dúo y este está sentado de la sorpresa, lo ha tomado peor que a mi, diablos, él y yo lo odiamos con la misma intensidad, no puede ser.
- Veo que no te lo esperabas ¿verdad? Mataste con tus propias manos a tu hijo – prosigue – no era algo que hubiese esperado, pero ello ayudó, al final.
- ¡No puede ser que hayas intimado con él! – grita mi bisabuelo.
- No lo hice por mi voluntad – responde – me ultrajó, pero no hice nada porque sabía que era la única forma de detenerlo. Hamish me ayudó a sobrellevarlo, sentía que me moría cada vez que recordaba la forma en que mi hijo había sido engendrado, pero esperaba que él fuera una esperanza para nuestra gente. Lamentablemente, tu magia no lo alcanzó a tiempo y sólo me quedó traspasársela a su pequeño hijo esperando que se fortaleciera con la ayuda de la familia. Desgraciadamente, los Winner que quedaban eran muy diferentes a los que yo conocí y lo entregaron a los vampiros – se volvió hacia Kein – nunca pensaste que te habías encaprichado con tu nieto ¿verdad?
- ¡Eres un desgraciado, Doshi Yuy! – le dice furioso.
- ¡Sí, tuve la desgracia de toparme contigo! – le replica en el mismo tono, lo que enfurece más a Kein con lo que su anillo toma un color aún más negro y el aura alrededor de Kein también.
- ¡Malditos, destruiré su magia! – grita fuera de sí y un fuego negro lo rodea, sus llamas rivalizan con las del clan Chang, pero ahora el mismo clan está por fuera del círculo de fuego fomentando su magia y manteniéndolo a raya momentáneamente – ¡su magia no servirá! – grita pero yo avanzo hacia él y este ve como paso impunemente por su magia.
- Deberías tratar de calmarte – le digo con calma y me lanza una esfera de energía que me rodea, pero sólo me hace cosquillas antes de evaporarse a mi alrededor, cosa que hace que comience a lanzarme una tras otra las mismas esferas, pero ocurre siempre lo mismo – ya te lo dijo mi abuelo, tu magia no puede dañarme.
- ¡Cómo la tuya tampoco me hará nada! – y veo que al fin el anillo se ha adueñado por completo de su corazón.
- Heero no necesita usar su propia magia paras destruirte – le dice Hamish que no ha entrado en el portal como le ha dicho mi abuelo – la magia de todos los clanes, tanto de este reino como del otro, lo ayudarán a derrotarte.
Kein se vuelve hacia él y le lanza una esfera de energía pero veo que una mano lo agarra y lo salva de un tirón al ponerlo bajo el amparo mágico del portal al otro mundo. Al principio creí que se trataba de mi amo, sin embargo fue el propio Trowa quien rescató a su hijo.
- Eres tan imprudente como todos los Winner – lo regaña abrazándolo.
Y ahora si que no entiendo nada, Trowa vendió a su hijo pero de todas maneras parece quererlo, sino ¿para qué salvarlo del ataque de Kein? He comprendido algunas cosas, pero esto no.
- Pensé que tenía tu lealtad, Trowa Barton – reclama Kein.
- ¿Mi lealtad? – se burla mirando a mi amo mientras sale del portal – debes estar de broma, es cierto que llevé a tu presencia a mi hijo pero yo no sabía que querías matarlo, pero sí sabía que él estaba en el libro que yo mismo llevé a Meridian hace tantos atrás, yo no podía entrar a Hondonada perdida, pero Diana sí por ser tía de Doshi, ella los puso a salvo por separado, sólo juntos ambos libros y ambos herederos se revelaría su poder.
- ¿Sabías del plan de Doshi? – dijo mi amo sorprendido.
- Tal vez al principio no, pero yo aprendí a comprender a Heero hace mucho tiempo, así que sospeché que había una segunda intención tras la profecía, tenía que haber una clave y ella se me reveló cuando Heero se apareció en el castillo siendo vampiro pero sin la fealdad de estos, sólo aquellos protegidos por la magia de los lazos sanguíneos podían salvarse, lo supe porque no le afectaba la maldición de los Chang y la magia de este mismo castillo lo mantenía vivo pese a que casi no lo alimentaban, así que pudiera pasearse por algunas zonas prohibidas del castillo sin que el laberinto apareciera frente a él – se voltea hacia Kein – siempre fuiste ambicioso y Relena te contó que alguna vez fue una de los más poderosos vampiros que hubo en este mundo y que, cuando la maldición fue rota, perdió la inmortalidad y se les ocurrió buscar la forma de volver a tener ese poder. Por supuesto, ninguno de ustedes pensó en las consecuencias ¿verdad?
- Tu mismo sufriste una de las maldiciones – le recordó.
- Claro, yo no estoy emparentado de ninguna forma con el clan Chang, por lo mismo quise ser vampiro, a mí no me protegería la magia de los Yuy de la misma forma que esta no pudo proteger a Dúo – señaló – y tampoco protegió a tu hijo porque el castillo te odia ¿sabes? Las voces del silencio odian tu sangre y si no rechazaron a Heero es porque él lo liberará de tu presencia.
- Así que estabas a la espera de darme la puñalada por la espalda.
- Oh, no, sólo esperaba que apareciera el heredero, el verdadero rey, tenía la intención de ayudarlo a encontrar al otro heredero, pero jamás estuve lo bastante cerca de él pata hacerlo y más cuando Relena comenzó a hablar para ponerte en contra de él, pero, por lo mismo ella fue destruida por Heero y le dio su poder ¿sabías que era la guardiana del poder de los Yuy? La muy tonta se olvidó que el castillo aún la consideraba parte de la familia, que ella era la que más sangre Yuy tenía y que era la que hacía sobrevivir la magia del castillo.
- ¿Cómo que sangre Yuy?
- Por supuesto, tal como su hermano, no llevaban el apellido de su padre porque él fue conquistado por su esposa, que era del clan de los Marquize, pero eran Yuy al fin y al cabo, todos aquí lo sabían, incluido su esposo ¿por qué creías que la llamaban traidora de su casta?
- Ni ella ni su esposo me dijeron nada.
- Relena no era tonta – le dice mi bisabuelo Heero – siempre fue muy astuta pero idiota, se casó con Darlean por despecho pero ella siempre quiso ser reina, cuando mi hermano mayor se convirtió en regente ella quiso casarse o conmigo o con mi hermano, pero Berduki dijo que éramos demasiado cercanos por ser prima por línea paterna y se enfureció tanto que se casó con el primer idiota que se le cruzó en el camino.
- Y para desgracia del inútil de mi cuñado – dice el otro Zech – fue él quien se le apareció, nunca sirvió de mucho en realidad, para ella fue sólo una forma de llegar al rey de Meridian y alcanzar su venganza, cosa que se vio frustrada cuando Heero cruzó la mirada con Dúo en el castillo Maxwell, quizás en ese momento empezó a revertirse nuestra primera maldición.
- Así que ella sabía como revertir la maldición.
- Por supuesto que lo sabía, pero jamás te lo habría dicho, le gustaba el poder.
Y Kein se cansó de las palabras y le lanzó una esfera de energía a Trowa, a él la magia de los Chang no lo van a proteger, aunque la magia de Dúo quizás sí, pero ocurre algo inesperado, Quatre Winner lo agarra de un brazo y lo vuelve a poner bajo la protección del portal al otro mundo.
- No vamos a participar ni a favor ni en contra – le dice abrazándolo – pero me alegro que no seas verdaderamente un traidor.
- Yo sabía que entenderías – y sus imágenes desaparecen dentro del portal quedando sólo Hamish que permanece estático en su lugar.
- Creo que es hora de terminar nuestra pelea – le digo, también ha sido una noche de demasiadas sorpresas para mí, averiguar que mi amo no es más ni menos que mi tío bisabuelo, que los libros que nos protegían con su magia no eran otros que mi propio abuelo y Hamish Barton y lo peor de la noche, la sorpresa más desagradable, es que mi otro abuelo es el propio Kein, quiero que esto se acabe ya, despertar de la pesadilla y encontrarme con que estoy durmiendo en el regazo de mi madre siendo apenas un chiquillo.
- Tu magia no podrá dañarme – se burla de mí. Es cierto que mi magia no puede dañarlo, pero no necesito usar los poderes de Zero, están los poderes de los otros clanes para atacarlo. No me queda de otra si quiero acabar con esta maldición que se ha apoderado de la vida en la tierra.
Invoco los poderes de los Maxwell, sé que ellos sí le harán daño, pero las sombras de muerte no son tan fuertes como para robarle energía, su fuego negro lo protege, así que debo eliminarlo primero, sin embargo no puedo usar el fuego de los Chang, sería dejar el resto del castillo sin defensas, el poder de los Barton no sería suficiente y sólo me queda una opción, la niebla dorada de los Winner, no sé que hace, no la he visto en acción más que una vez cuando paralizó a los vampiros a las afueras de Konitsa cuando vencí a Relena.
La niebla dorada comienza a trepar por la piel de Kein y vence a su fuego negro, pero este lo cubre tratando de liberarlo de la magia de los Winner, pero algo extraño pasa, se mezclan lentamente y comienza a arrastrarse lentamente mezclándose con las llamas de los Chang y las sombras de muerte. Quizás sea una locura de mi parte, pero creo que la magia de los Winner está consiguiendo hacer su trabajo, pero podría agregarle un poco más de fuerza ¿no? Pero ¿con qué?
- Usa a Heavyarns – me dice Hamish desde el portal – este hará moverse el piso y se levantará una niebla especial que fortalecerá la magia de mi padre.
No conozco todo su poder, pero debo confiar en mi familia, él pudo haber sido mi abuelo si no hubiese sido porque Kein entró violentamente en la vida de todos, destruyéndola y arrasando con su futuro, dejándolos sin esperanzas ni deseos, dejando sólo el dolor y la ira.
Invoco el poder de Heavyarms y veo como el suelo comienza a moverse violentamente haciéndose grietas alrededor de Kein, por lo que el fuego de los Chang forma a nuestro alrededor un círculo más pequeño, en medio de ellas me lanzo a atacar a Kein con mis propias manos, las llamas se unen a mis manos en un fuego que no me quema, pero que sí lo hiere a él, sin embargo, el anillo repara sus heridas, por lo mismo me ataca rasgando mi hombro, mas yo también cuento con la magia curativa.
-¡Deja que la magia de la luna azul se adueñe de su alma! – grito sin pensarlo y siento como una cantidad enorme de energía me rodea y con esta en un puño golpeo a Kein lanzándolo hacia el centro del fuego, me lanzo tras él golpeando contra el suelo el anillo y veo que de este surge una daga que parece ser de cristal, concentro en ella toda la magia de los Yuy y la del resto de los clanes de tal forma que toma el mismo color de mi ojos, tanto así que la clavo en la mano de Kein y contra el suelo rompiendo el anillo mientras Kein grita de dolor y todo a nuestro alrededor se oscurece notoriamente…
Abro los ojos y despierto en una de las habitaciones del palacio de los Yuy, es como si hubiese estado allí siempre, pero algo me dice que las cosas ya no son iguales, es como si despertara de una larga pesadilla en un día pleno de sol.
¿Sabes? Me llamo Heero Yuy, tengo ocho años y mis padres son Anoshi Yuy Barton y Mirena Kusrenada, este es mi cumpleaños y conoceré a un primo lejano que viene desde Meridian, dice mi abuelo que es un chico vivaz y alegre, como son todos los Maxwell y que se parece a su padre, por lo tanto es muy guapo y que de seguro yo le voy a gustar ya que yo me parezco a mi otro abuelo. También están aquí mis otros primos, los Winner, los Chang, los Marquize y los Kusrenada, pero ellos son algo mayores que yo.
Salgo al jardín sin vestirme, siempre ha sido agradable salir a respirar el aire mezclado con el aroma de las rosas que cultivaba el abuelo Maxwell y sentir en mi piel el frescor de la mañana.
- Joven Heero – me regaña mi nana – si quiere salir de su cuarto debería hacerlo vestido, no en camisa de dormir, podría enfermarse.
Yo sólo le sonrío y regreso de inmediato a mi cuarto a vestirme, sé que hoy es un día especial en el reino y mi abuelo, que es el rey, quiere celebrarlo con toda la familia presente.
- Hoy es un día diferente – me repito mientras me peino frente al espejo, aunque en realidad es un poco difícil por lo rebelde de mi cabello.
Y claro que lo es, pero siento como si no fuera yo quien pertenece a este mundo, como si esto no fuera más que un sueño que ansía mi corazón, todo se distorsiona a mi alrededor, las voces se hacen incomprensibles y las personas borrosas, todo comienza a girar violentamente y desaparece dejando sólo oscuridad.
- ¡Heero! – grita una voz llamándome desde la distancia y me volteo a mirar de donde viene, allí le veo, de pie con su larga trenza castaña agitada por el viento y sus brazos abiertos hacia mí, sin embargo, hay algo extraño en mi Dúo que me hace dudar, no es él, estoy completamente seguro, entonces, desaparece y veo a alguien más en su lugar, es un hombre alto, rubio y de ojos dorados que lentamente comienza a cambiar ante mis asombrados ojos, al fin sé como era Kein antes de volverse vampiro y es verdad que se parecía a la "madre" de mi bisabuelo Heero.
- Heero, regresa, no dejes que las visiones del anillo te atrapen – me grita una voz y vuelvo a caer el medio de las sombras…
Vuelva a abrir mis ojos, el lugar es muy bello, estoy rodeado de cerezos en flor cuyo aroma llena el ambiente, pero hay otro aroma que llena mis sentidos, es el aroma de la persona que amo, casi puedo respirar el dulce frescor de su piel, camino rumbo a la casa que compartimos y me encuentro con mi madre que me sonríe.
- Heero, ¿estás seguro que es lo que quieres hacer? – me dice ella.
- Si, madre, casarme con Dúo es lo que más quiero – le sonrió y varios de mis primos vienen hacia mí y me abrazan con alegría, tanto tiempo sin verlos – están cada día más guapos – les digo y ellos se ríen y me jalan de regreso a la casa, pero en la entrada me topo con mi padre que me mira con una sonrisa enigmática en la cara, hace que mis primos entren y me aparta llevándome hacia el jardín donde las rosas se agitan dando su aroma – ¿pasa algo malo?
- Hijo, este no es tu lugar – me dice y lo miro intrigado, no comprendo sus palabras.
- Amo mucho a Dúo ¿por qué no iba a casarme con él?
- No me refiero a eso, Heero – se sienta y me indica que lo imite.
- ¿Entonces? – me siento a su lado mirándolo preocupado.
- Mira a las personas a tu alrededor, hijo, todos nosotros fuimos muertos por los vampiros – me dice y los recuerdos vienen a mí de golpe, a todos lo vi morir, allí no hay nadie que no haya conocido en el pasado, no están los Chang ni los Marquize, no hay nadie de parte de los Maxwell y tampoco nadie del clan Oz – hijo, este no es tu lugar, no puedes dejar que Kein te arrastre a la zona de la muerte.
- Padre – le digo preocupado – si yo venzo el poder del anillo ¿qué pasará después? No quiero perder a todos los que he amado, pero si yo regreso a ser humano, el tiempo que ha pasado por mi carne me hará desaparecer ¿verdad?
- No lo sé, Heero, sólo sé que la espada de cristal le concederá un deseo muy especial a tu corazón, sólo debes pensarlo muy bien, hijo, porque lo que decidas no sólo te afectará a ti y a Dúo, sino que a todos los que están a tu alrededor, a los Chang, a los Winner, a los Marquize…
- ¿Qué debo hacer ahora?
- Lucha por tu vida, regresa al lado de la persona que más amas – me ordena,
- ¡Heero, regresa! – escucho la voz de Dúo que me llama desesperado.
- Vete, hijo, y se feliz por todos.
- Gracias, papá – le digo y le doy un última abrazo antes de iniciar la carga de la única magia que no he usado contra Kein, la de los Yuy...
Una luz rompe el silencio en medio del salón del trono del palacio principal de Benice, se trata de la magia de Zero de los Yuy que produce violentos truenos y relámpagos que lo iluminan todo, dos figuras surgen del vapor de la tormenta al caer sobre los fuegos mágicos, poco a poco el fuego negro comienza a extinguirse y el dorado toma su lugar, los Chang retiran su magia y el agua deja de caer de la misma forma que comenzó, una figura está en el suelo, se trata de Kein, su cuerpo ha adquirido su verdadera forma, aquella con la que la conoció el primer Heero Yuy, tan parecida a la de su madre, pero está muerto, el anillo le quitó todas las energías al tratar de defenderse de la poderosa magia combinada de los dos reinos. Me enderezo lentamente retirando la daga del anillo que se ha partido en dos dejando un charco de sangre oscura en el suelo, está partido por la mitad y lentamente se vuelve polvo y se evapora junto con el cuerpo de Kein que desaparece de mi vista. Me volteo a ver a mis antepasados que me sonríen orgullosos y complacidos, luego miro a los Chang que están un poco desaliñados pero a salvo y finalmente hacia Dúo que camina hacia mí sonriendo.
- Has vencido – me abraza con fuerza – no me importa que seas nieto de ese tipo, Heero – me dice – demostraste ser mucho mejor que él – me besa en los labios con intensidad y yo le correspondo con la misma intensidad.
- Aún queda algo por hacer – dice mi tío bisabuelo que regresa tomado de la mano de su esposo, entonces me percato que mi abuelo Doshi y Hamish están abrazados también – debes romper por completo la maldición de los vampiros, ya que no existe más el famoso anillo, no podrán recobrarse, sin embargo, aún hay muchos en la tierra y esta no tendrá paz hasta que desaparezcan.
- ¿Qué me queda por hacer? – pregunto sin soltar a Dúo.
- La daga que rompió el anillo debe ser destruida también.
- ¿Cómo? – dice Dúo tan intrigado como yo.
- Deben pedir un deseo de corazón – dice Trowa – pero debes tener en cuenta que, al volverte humano, podría pasarte lo mismo que a ese – me dice. Pero yo ya lo sospechaba, sé que tengo más de seiscientos años y que estos se adueñarán de mí tan pronto rompa el conjuro, pero no puedo dejar que mi egoísmo prive al mundo de su libertad.
- ¡No quiero que me dejes! – dice Dúo llorando apoyado en mi pecho, sigo siendo más grande que él, aunque mi apariencia ahora es más humana.
- Dúo, yo tampoco quiero dejarte, me quedaría para siempre contigo, pero debo desear que los vampiros desaparezcan para siempre y tengo un solo deseo – levanto su rostro y seco sus lágrimas con ternura – recuerda siempre que te amo – le digo y me separo unos pasos de él acercándome al trono poniéndome bajo la luna azul para invocar su poder – yo, Heero Yuy, el último de los Yuy, te pido que acabes con aquellos seres de la oscuridad, los parásitos que habitan este mundo, que desaparezcan por completo todos los vampiros que aún quedan – una luz cegadora me rodea y se reparte hacia fuera con gran intensidad bañándolo todo a su paso, acabando con los restos que pudieran quedar de los vampiros.
Siento que la fuerza me abandona, las piernas comienzan a ceder ante mi peso y caigo de rodillas al suelo, entre mis dedos la daga comienza a resquebrajarse poco a poco, pero siento que unos brazos me rodean.
- ¡Quiero compartir una nueva vida con Heero! – grita Dúo llorando y me abraza con fuerza mientras siento que mi alma se separa de mi cuerpo, aunque ahora la sensación es agradable, es Dúo quien me abraza y siento su calor mientras pierdo la conciencia…
Continuará…Bueno, al fin se ha revelado todo, creo que este es mi gran fic, sólo me falta el epílogo, ustedes decidirán si el final de dulce o es triste.
NOOOOOOO, no me gustan los finales tristes, ni crean que las cosas terminan así, para eso estoy recreando el final en tercera persona, se van a sorprender, claro que si alguien piensa que este es el mejor final, no siga leyendo, de todas maneras yo voy a hacer dos epílogos, uno trágico pero cortito, y el otro más largo, pero tierno y feliz.
En fin, si les gustó me dejan sus comentarios, me gusta tenerlos, aunque creo que he tenido pocos, parece que les gusto más como escritora romántica.
De todas maneras, gracias y perdonen que no conteste los comentarios, quedaría muy largo.
Shio Chang.
PD: espero que ahora sí pueda seguir con los otros fics, después de todo, no tengo más proyectos por acabar que eso y ahora tendré un poco más de tiempo.
PD2: Wing Zero dice si alguien le puede conseguir unos repuestos por allí que no ha podido despegar en días.
