Pido disculpas si me demoré mucho en subir otro capitulo, pero el colegio.. ¬¬ bueno, especiales agradecimientos a la Ti Loc por editar aquellos errores y por inspirarme inconsientemente para el final o.O
CAPITULO II
Eran las siete de la mañana y Shuichi debía levantarse. No podía pensar en nada más que su príncipe y tan solo deseaba seguir soñando. De pronto reaccionó; seguramente lo vería en el colegio. Se duchó tan pronto como pudo, se vistió con ropa de su hermana y peinó su cabello tal como lo hacían sus compañeras. De no ser por su nula femineidad podría fácilmente confundírsele con una mujer. Tenía un cuerpo esbelto, con una cintura diminuta y su piel era suave como la de un bebé.
Decidió ir caminando al colegio para poder perderse en sus más íntimos pensamientos. Sintió como la brisa acariciaba suavemente su rostro mientras un niño pasaba a su lado en su triciclo y al otro un pájaro cantaba una bella y pacífica melodía. Sintió un delicado aroma a rosas y, en ese momento, tuvo una idea: le llevaría una rosa a aquel misterioso joven. Había algo muy romántico en él, aunque no sabría decir precisamente qué.
"¡Shiny shiny no da!" Fue lo primero que Shuichi escuchó llegando al colegio.
"¿¡SHUICHI? ¿Eres tú? ¿Qué haces vestido así? ¿Para quién es la rosa?" gritó Hiro al ver a su amigo llegar.
"Duh... ¿que no es obvio?" respondió Shuichi, creyendo que la pregunta de su amigo era simplemente, estúpida.
Para ese momento, a Hiro ya no le importaba la respuesta, ya que se encontraba prácticamente inconsciente, riendo desenfrenadamente en el suelo como un maníaco.
"Shuichi... a veces me sorprende tu poco razonamiento. Ya te llamó la atención el director en una ocasión por tu pelo rosado, ¿qué crees que dirá ahora cuando te vea vestido así?" dijo de pronto su compañero, Fujisaki.
Fujisaki era 3 años menor que Hiro y Shuichi pero asistía a la misma clase ya que, a causa de sus sobresalientes notas, se había saltado dos años. Era, sin duda, un genio.
"Blah, blah, blah... que aburrido -dijo Shuichi-, no me importa lo que digan."
"¡Kumaguro cree que Shuichi se ve shiny! ¡Shiny no da!" gritó su histérico amigo, Ryuichi.
Ryuichi también pertenecía al mismo curso que Hiro, Shuichi y Fujisaki, pero la diferencia era que él era unos 10 años mayor que ellos, a lo menos. Era tan inmaduro que sus padres decidieron que "fuera un niño por siempre" y no se graduase nunca. Kumaguro era su peluche, un conejo rosado que llevaba a todos lados y trataba como a su mejor amigo. Aunque pudiera sonar ridículo, Kumaguro parecía tener siempre los mejores consejos.
"Shuichi Shindou -interrumpió sus pensamientos el director-, pase a mi oficina, he sido informado de que ha estado ..evadiendo.. ciertas clases"
"Hum... si se refiere a Literatura yo, como dijo Hiro, sufría de malaria -respondió Shuichi, dándose cuenta de lo poco probable que era eso -, ¿no se te ocurrió nada mejor?" le dijo, finalmente, a su amigo.
En la oficina del director.
"Su comportamiento estos últimos meses ha sido reprochable, ha faltado a 18 clases y aun no se ha teñido correctamente el cabello -dijo seriamente el director, y luego añadió-, y, por el amor de Dios, quítese ese vestido."
Mientras decía esto Yuki Eiri entró a su oficina, sin ser visto.
"¿Interrumpo algo?" preguntó.
Fue entonces cuando reconoció que el joven en cuestión era Shuichi Shindou, el joven que se había escapado el día anterior de clases, el joven que vio en las graderías...
"No. Usted es justamente a quien estaba buscando. Fui informado de que ayer, mientras usted debía estar haciendo clases de Literatura, Shuichi no asistió a clases y usted fue a buscarlo. Lo vio en las graderías y permitió que permaneciera ahí sin avisarme." Dijo el director, tratando de hacer notar su autoridad.
En ese momento Shuichi se dio cuenta de la situación. Después de todo SI era profesor, y aun más, profesor de Literatura. ¡Le había dicho que odiaba Literatura! Y él... tan encantador, le había dicho que... le había dicho que...
"¡¡EL NUEVO PROFESOR ES MUY BELLO!" gritó Shuichi, desesperadamente, sin darse cuenta de la situación en la que se encontraba.
Yuki se sonrojó de inmediato. También lo hizo el director, solo que él, a diferencia de Yuki, lo hizo de rabia.
"¿Cómo se atreve a ofender a un profesor nuevo, especialmente al famoso escritor Yuki Eiri, de aquella manera? Le pido disculpas desde el fondo de mi co..."
"No me siento ofendido. Al contrario, me parece sin duda interesante que le parezca atractivo, Shuichi..." al decir esto interrumpió al director sin importarle realmente lo que decía, y miró a Shuichi con sus bellos ojos dorados, aquellos que le hacían perder la razón...
Sabía que tenía control sobre Shuichi. La forma temerosa en que lo miraba, la rosa en sus manos, ¿sería para él? No se molestó en preguntar, simplemente la tomó y se fue, diciendo:
"No hay nada mas delicioso y exquisito que una rosa en manos de una belleza."
"Uh?" dijeron Shuichi y el director a la vez.
"Solo por esta vez lo perdono, pero espero que mañana llegue con el uniforme debido, el de hombres, por supuesto -le dijo el director, a modo de romper el incómodo silencio-, ah, casi lo olvido, recuerde, píntese el cabello de un color…más …masculino…"
En clases.
Todos estaban en silencio, prestando atención a lo que decía el profesor, cuando de pronto interrumpió Shuichi la clase. Apenas entró todos sus compañeros estallaron en risas e inclusive unos cuantos insultos.
"Oye Shuicha si sabemos que te gusta quedarte peinándote en el baño, pero ¿no crees que es un poco tarde?"
"¡Jajajajaja! ¡Shuicha!"
"¡Basta!" Se oyó gritar al profesor de manera cortante. Su mirada se posó con una fiereza increíble en los alumnos que molestaban a Shuichi.
Shuichi comenzó a sentirse como un idiota. ¿Por qué no habría de serlo? Se vistió como niña para impresionar a quien terminó siendo su profesor. ¿Dónde había quedado su orgullo?
Al término de la clase Shuichi se acercó a hablar con Yuki.
"Profesor, quería disculparme por faltar a clases ayer. Fue estúpido. Soy un estúpido... -Shuichi comenzó a acelerarse; nuevamente a hablar con una velocidad paranormal-, ¡y ahora usted me odia! ¿Por qué me odia, cierto? ¡Sí! Fui muy tonto y dije además que era bello pero es que es muy lindo; sus ojos, su pelo son como miel, como oro.. su piel tan suave, sus labios, como quisiera que fueran míos ¡taaaan LINDO! Cómo quisiera ser la abeja que bebe de su miel."
"..."
"¡No! ¡No quería decir eso!" Shuichi comenzó a llorar desenfrenadamente.
"Baka"
¿Qué? ¿Lo había llamado baka? Ahora si que Shuichi lloraba desesperadamente.
"¿Bakaaaa? ¿Cómo que b..."
Fue interrumpido por los labios de Yuki, sus suaves labios color escarlata. Sus húmedos labios se unieron en un sensual beso y Shuichi separó ligeramente sus labios, invitando a Yuki a hacer lo que quisiera con su pequeña boca. Ambas lenguas rozaron suavemente y bailaron a un ritmo apasionado. Yuki comenzó a besar lentamente su cuello, succionando levemente y produciéndole a Shuichi un intenso placer.
"Ah... -gimió Shuichi-, no deberíamos... hacer... esto..."
Yuki ignoró por completo su comentario y aumentó la intensidad de sus besos. El calor aumentaba y aumentaba a un nivel inimaginable. Shuichi jamás había sido besado tan apasionadamente y menos por un hombre. Yuki acarició sus piernas, subiendo lentamente, acercándose con una mano a su punto débil y con la otra bajándole sensualmente el cierre del vestido, ubicado en su espalda. A estas alturas Yuki se encontraba sentado sobre su escritorio y Shuichi de piernas abiertas sobre él.
"¡Shuichi! ¿Has visto mi lápiz? -preguntó Hiro, repentinamente dándose cuenta de la escena que estaba presenciando-, ¡Shuichi!
A Yuki pareció no importarte que uno de sus alumnos presenciara como besaba a otro. Tan sólo dejó de besarlo sin ni siquiera preocuparse de sacar su mano de entre sus piernas. Shuichi, en cambio, se asustó al oír a su amigo, se sobresaltó y emitió un pequeño grito.
"¡Hiro!" -Dijo-, yo... nosotros..."
De pronto se sonrojó. Notó el gran bulto entre sus piernas, que, a pesar del vestido, se notaba fácilmente.
"...¡¡No quiero saber!"
Al decir esto, Hiro salió corriendo de la sala. Estaba desesperado, no podía creer lo que acababa de ver. Esta era, sin duda alguna, una experiencia traumática.
Corrió tan rápido como pudo hasta llegar al baño. Una vez ahí se encerró en uno de los diminutos cubículos de el. Estaba asqueroso y el olor era aún peor, pero no le importaba, necesitaba algo de privacidad. Notó cómo las lágrimas caían por sus mejillas.
"¿¡POR QUÉ TUVE QUE VER ESO? ¿¡POR QUÉ YO?"
Parecía un maníaco; unos compañeros que estaban en el baño se asustaron al oír eso.
"¿Hiro? ¿Eres tú? ¿Te encuentras bien?" Dijo uno de ellos.
"¡BASTA! ¡No quiero ver más relaciones homosexuales! ¡Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca!"
"Ejem... ¿y a este qué le pasó? Mejor llamemos al director."
Hiro estaba tan concentrado en sus pensamientos que no escuchó esto, tan solo siguió gritando como un verdadero psicópata. Minutos después, llegó el director al baño. Su primera reacción al escuchar a Hiro gritar tan alteradamente fue asustarse. Decidió llamar a un siquiatra, necesitaba ayuda profesional.
Ese mismo día, todos los alumnos presenciaron cómo se llevaban a uno de sus compañeros en una camilla y con una camisa de fuerza a la ambulancia de lo que parecía ser un hospital mental. El más afectado con este episodio parecía ser Shuichi, más que pena parecía sentir culpabilidad.
