Disclaimer: Nada del universo de Tolkien me pertenece y tampoco me pertenece este fic, es de Meluivan Indil (id: 673300). A ella tampoco le pertenece nada de dicho universo, pero si es suyo el fic y ciertos personajes (Galen y Atavus), pero tuvo la amabilidad de dejarme pasarlo a español.
Nota: Las cursivas pueden señalar el tiempo y el lugar o un flash back.
Advertencia: Este fic contendrá algo de violencia y escenas un 'tantito' sangrientas. Están advertidos. Aunque el primer capítulo es bastante suave.
Capítulo 1: Naturaleza Imprudente
Tercera Edad 2951, 67 años antes de la Guerra del Anillo, sur del Ithilien
"No puedo creer que nos llevaras tan cerca de Mordor." Reclamó Legolas después de limpiar la sangre orca de sus cuchillas élficas.
"No era mi idea el ser capturados por orcos." Dijo Aragorn atravesando con su espada al último orco que quedaba.
La mirada en los ojos de Legolas era escéptica ante la aparente inocencia de su amigo. "A veces pienso que nos metes en problemas solo para tener una aventura que contarles a tus hermanos cuando regresemos a Imladris." Bromeó sabiendo que Aragorn hubiera preferido pelear con un wargo a contarles a sus hermanos acerca de su aventura. Sus tratos anteriores con orcos ya eran suficientemente horrorosos.
"Realmente no quiero otra clase de ellos." Dijo Aragorn sarcásticamente.
"Si tú lo dices." Dijo Legolas despreocupadamente.
"¿Legolas?" Aragorn estaba empezando a preguntarse si su amigo estaba siendo serio.
"Lo sé, mellon-nin. Lo sé." Le sonrió Legolas al montaraz al que apreciaba tanto.
"Hey, al menos yo nos salve antes de que entráramos a Mordor." La ancha sonrisa en sus labios hizo gemir a Legolas. Su amigo humano tenía el increíble hábito de hacer que, incluso la situación más grave pareciera graciosa. Pero Legolas sentía cualquier cosa menos humor en ese momento.
"¿Será que nunca crecerás Aragorn? Tú estás disfrutando esto, ¿no es así?" Lo acusó el elfo.
"Ah, pero mi juventud también te mantiene joven a ti mi Élfico amigo." Respondió Aragorn.
"Si sería agradable verse tan joven algún día, cuando tú termines de ponerme en mi tumba." Murmuró Legolas por debajo de su aliento.
Legolas liberó el suspiro frustrado que venía guardando desde que giraron en el encabezado al norte, pasando los árboles que habían atravesado algunas horas antes. Si, Aragorn había sido capaz de liberarlos, y habían conseguido dominar al grupo de orcos que los habían capturado hacía unos días cuando viajaban a través de Gondor, pero estando tan cerca de Mordor, especialmente con Aragorn, le preocupaba mucho al elfo. Si no hubieran sido capaces deliberarse Aragorn habría caído en las manos del enemigo, y eso hubiera sido una tragedia para la humanidad, y hubiera sido una tragedia aún mayor para el elfo quién no podía soportar el pensamiento de perder a su mejor amigo.
Aragorn le seguía silenciosamente. Él sabía que su amigo estaba enojado pero no sabía porque. Bien, talvez lo supiera. Pero ellos habían pasado esto una y otra vez. Aragorn era imprudente. Siempre lo había sido, y cuando su amistad empezó ocho años antes eso no había parecido molestar mucho a Legolas, pero últimamente el elfo parecía ser mucho menos tolerante con la vena irreflexiva de su amigo. Ellos habían viajado algunas horas en completo silencio hasta que Legolas detuvo sosteniendo su mano en alto y avisando a su amigo que se estuviera quieto.
Aragorn miro a su alrededor rápidamente y empezó a oír lo que su amigo estaba escuchando. Sonaba como risa. Risa de niños. ¿Como podía ser que en ese bosque, tan cerca de la oscuridad? Silenciosamente se acercaron a los ruidos hasta que estuvieron en las afueras de lo que parecía las afueras de una pequeña aldea. Indudablemente había niños ahí y estaban riendo. Los adultos estaban se ocupaban de sus tareas diarias como si hubieran vivido ahí desde siempre, mientras que los niños corrían y jugaban entre las cabañas de hierba en el claro.
"¿Cómo una aldea como esta puede prosperar tan cerca de Mordor?" Se preguntó Legolas incrédulo.
"Vamos a investigarlo." Antes de que Legolas pudiera detenerlo, Aragorn se adelanto en el claro. Se acercó sonriendo a uno de los hombres sobresaltándolo. "Hola, mi nombre es Trancos." Legolas sacudió su cabeza con incredulidad. Aragorn había llevado su temeridad demasiado lejos esta vez. Pero le impresiono que el hombre le sonriera de vuelta, No pensaba que pudiera comprender aluna vez a los humanos.
"Hola, soy Galen. Bienvenido a nuestra aldea." Una multitud estaba empezando a reunirse alrededor del montaraz al mismo tiempo que varias personas se presentaban a si mismas. Esa gente era muy amistosa y parecía casi despreocupada.
Galen se volteó hacía Aragorn al tiempo que la última de las presentaciones fue terminada. "Y tu amigo que se esta escondiendo en los arbustos por allá, ¿se nos va a unir?
Aragorn se rió por lo bajo. "Ven Legolas. Ellos saben que estás allá."
El elfo rubio salió al claro aún no muy seguro de si era una buena idea o no. Allá no había miradas de desconfianza, no había gritos de incredulidad, en realidad no había ninguna reacción al ver a un elfo a esa distancia de Mordor, en la mitad de su plaza. "Hola Legolas. Bienvenido a nuestra aldea. Estamos complacidos de tener a uno de los Eldar como invitado." Dijo Galen y Legolas pudo oír la sinceridad en su voz.
Pasaron el resto del día con Galen. El les mostró los alrededores de la pequeña aldea. A medida que la tarde caí más cerca ellos se sentaron en troncos frente a la cabaña de Galen al tiempo que su esposa Selia les preparaba una comida.
Legolas había permanecido callado pero respetuoso, no queriendo ofender a su anfitrión pero no pudo guardar silencio por mucho más. "Galen, no llego a entender esto completamente,"
Galen le miro confundido. "¿Qué es lo que no entiende Señor Elfo?"
"Esto, tú aldea, donde están, el hecho de que tu gente no le tema a la muerte de la oscuridad que esta a menos de dos días de viaje de aquí. Su vida en el umbral del dentro de Mordor, dentro de los Bosques Heridos de Ithilien, y aún actúas como si esto ningún fuera más peligroso que la Comarca." Legolas no quería sonar grosero ante su anfitrión, pero su propia ansiedad al estar ahí estaba empezando a asomarse.
"Ah, eso." Galen sonrió encendiendo una pequeña pipa que sacó de su bolsillo. "Nosotros no tenemos que temer." Declaró tranquilamente.
"No tienen que temer. Esta bien Trancos, lo admito. Hay humanos más locos que tú." Dijo Legolas mirando primero a Galen y luego a su amigo.
Aragorn rodó los ojos a su amigo y luego se volteó hacía Galen. "Antes de que empieces a ofender a nuestro huésped quizás deberíamos esperar a una explicación de su declaración."
"Mis nuevos amigos, en los veinte años que he vivido aquí, esta aldea no ha sido atacada ni una vez, ni por orcos, ni por hombres, ni por animales. Nosotros no tememos ningún daño." Dijo Galen dando una bocanada a la pipa.
"¿Cómo puede ser? Anoche fuimos emboscados en el bosque a menos de 300 yardas de esta aldea, por un grupo pequeño de orcos. Ellos deben estar por todo el bosque." Preguntó Legolas sin creérselo.
"Ningún orco ha llegado a 50 yardas de nuestros limites, No lo intentan más." Galen podía ver la confusión en sus ojos. "Nosotros tenemos una especie de guardiana. Hace veinte años, cuando nosotros vinimos aquí, teníamos a una mujer elfa con nosotros. Ella no esta con nosotros. Vive en una cueva a como 300 yardas al oeste de aquí. Pero ella nos protege."
"¿Cómo una elfa los protege de los demonios de Mordor? Eso no es posible." Legolas sabía que la mayoría de elfos podían pelear mejor que diez orcos juntos, pero las palabras de Galen sonaban increíbles.
"Los orcos también tienen sus cocos." Dijo Galen con un brillo perverso en sus ojos. "Ellos no saben lo que ella es. Ellos nunca la han visto. Ellos solo encuentran un cuerpo orco aquí y allá. Se a convertido en algo cercano a una leyenda para ellos. No se acercarán a 200 yardas de esta aldea. A menos ellos no lo han hecho aún, pero me temo que algún día ellos pueden decidir venir con toda su fuerza. Ahora esos monstruos se están reproduciendo abundantemente. Cuando salimos a cazar vemos sus grupos. Se vuelven mayores y mayores. Me temo que no podemos permanecer aquí por mucho más. Hemos estado discutiendo acerca de irnos de aquí. Justo anoche decidimos que debíamos irnos."
"¿En cuanto se irán?" Preguntó Aragorn.
"En quince días como máximo." Respondió Galen.
"¿Dónde irán?"
Gondor o talvez Rohan. Al norte seguro." Respondió Galen.
"¿Y su protectora?" Preguntó Legolas, curioso por la elfa desconocida.
"Iré a verla más tarde esta noche. No hemos hablado como en quince años. Como que la extraño. Espero que ella venga con nosotros, pero ella es una criatura solitaria. Puede que ella justo decida quedarse aquí." Los ojos de Galen se pusieron vidriosos todo por un momento recordando.
30 años antes. En Minas Morgul, Mordor.
"Galen, tu has servido bien a nuestro Amo." Muy pocos hombres eran admitidos en la presencia del líder de los Nazgûl, y Galen solo deseaba no haber sido uno de ellos.
"Se lo agradezco, mi señor." Fue su única respuesta. Si, él era bueno en su trabajo. Uno de los mejores recolectores de esclavos que Mordor tenía. Si solo hubiera sabido en lo que estaba metiéndose cuando piso ese camino como un hombre joven. Pero no lo hizo.
"He decidido premiarte por tu lealtad. He reunido algunas de nuestras esclavas más gentiles para que escojas. Tu propia esclava que podrás guardar para ti." Silbó el Nazgûl.
"Señor, eso no es necesario. Todos los esclavos que he reunido han sido para la grandeza de Mordor. Yo no pido uno de ellos para mi," Galen sintió vergüenza al pensar en tener una mujer en la forma que el Nazgûl sugería. Solo porque fuera bueno en su trabajo no significaba que debiera gustarle.
"No, yo insisto." El Nazgûl agitó su mano y una puerta se abrió tras él. Varios orcos hicieron entrar a varias mujeres a la habitación y las empujaron frente a Galen para que él pudiera escoger. "Es tu elección. Algunas no son las criaturas más brillantes pero ellas están en uso."
Galen trago con dificultad mirando a las mujeres frente a ellos. Notó que los orcos empujaban a una al frente un tanto brutalmente, quien había estado aislándose atrás. Por un momento él vio algo en sus ojos. Odio ardiente. Pero rápidamente aparto sus ojos. Era obvio de que mujer los orcos querían deshacerse sobre todo. Parecía que estaba en los tempranos veinte. Su cabello rizado y rojizo estaba enredado y sucio como lo estaba el resto de ella, pero se mantenía alta y orgullosa.
"Ella." Dijo señalando a la pelirroja.
El Nazgûl sonrió. El esperaba deshacerse de ella finalmente. Ella era una definitiva molestia entre los esclavos y los orcos. Esto estaba funcionando perfectamente.
Galen se alejó de la fortaleza tan rápido como pudo, arrastrando a la esclava tras él. Se había sorprendido al ver sus orejas puntiagudas cuando movió su cabello para ponerle el collar alrededor del cuello. Seguramente el Nazgûl sabía que le estaba regalando a una de los Primeros Nacidos. No importaba. Lo que importaba era alejarse de Mordor tan rápido como pudiera.
Cuando dejaron Mordor y entraron en norte de Ithilien finalmente descansaron. Galen estaba exhausto. Él hizo el campamento en el bosque e hizo un fuego.
Removió el collar y las esposas de las manos de la mujer. Ella estaba sorprendida. "¿Estas hambrienta?" Le preguntó sacando carne seca de su mochila.
"Sedienta." Fue su única respuesta. Él le alcanzo una petaca que contenía agua pura. Ella bebió una pequeña cantidad y se la devolvió.
"¿Tienes un nombre?" Él le pregunto cuando ella no le dijo nada.
"Atavus." Dijo ella hablando bajito.
"Soy muy bueno con las lenguas extranjeras. Pero nunca había escuchado ese nombre antes. No es Élfico, ¿o si?"
"No es una de las lenguas muertas de los hombres. No sé lo que significa." Mintió. Ella sabía exactamente lo que significaba. Pero solo porque este hombre había sido agradable con ella no significaba que le contaría todo.
"¿Pero no tienes un nombre de nacimiento?" Le pregunto. Ella se le hacía a un rompecabezas.
"Ese es. Ningún otro."
"Muy bien Atavus. He tratado con esclavos la mayor parte de mi vida, pero actualmente, nunca había tenido uno para mi mismo. Así que voy a explicarte como van a ser las cosas. Si tú haces lo que yo te digo y me ayudas con mi trabajo, serás tratada con gentileza y no abusada o revendida. Yo no maltrato esclavos, pero no aceptaré nada que interfiera con mi trabajo. ¿Entiendes?"
"Si, señor." Farfulló con la mirada baja.
Galen fue regresado cuando oyó a Aragorn carraspear. Había estado soñando despierto. "Perdón. Solo estaba recordando el pasado. ¿Quisieran venir conmigo a su cueva?"
Legolas se puso de pie inmediatamente. "Si, sería interesante conocer a esta misteriosa elfa." Un elfo no tenía negocios estando tan cerca de Mordor y él quería saber más acerca de ella.
"Solo espero que ella no les dispare una flecha antes." Dijo Galen bajo su aliento. El oído Élfico de Legolas capturo las palabras. "Esta bien, debemos irnos ahora."
Notas de la traductora:
¡Hola! Soy Ghanima... No es mi fic... Lo dije arriba, pero me pareció tan bueno que quise traducirlo, para practicar mi inglés y entre otras porque quería que alguien lo leyera, pero como ese alguien es muy malo y no escucha al profesor de inglés... :P Aquí me tienen. Hablé con la autora y me permitió traducirlo (,) ¿No les parece que es un amor?
Trataré que sea lo más entendible, todo lo hago yo sola con ayuda de un diccionario, los programas traductores son un asco, solo van y ponen la primera palabra que este en la memoria y al final ninguna frase tiene sentido... Así que me estoy esforzando en esto... (,)
Espero que les guste esta historia, a mi me encantó pero como dice arriba es algo fuerte así que si no te gustan esas cosas mejor cierra la ventana, pero repito que es fantástico, ¿eh? (,)
Bueno, si lo leyeron les pido un favor: dejen reviews ¿si? Yo los pasaré al inglés y se los enviaré a Meluivan, quien responderá las dudas que tengan o cualquier cosa :P (Además de que nos hacen a ambas muy felices por saber que alguien esta leyendo, ¿eh?)
¡Gracias por leer!
¡Namarië!
