Disclaimer: Vean el primer capítulo, por favor.

Advertencia: Viene suspenso y algo de violencia. (Las respuestas a los reviews están al final, ¡gracias!)

Capítulo 2: Introducciones Oscuras

Galen llamó a la entrada de la cueva: "Atavus. Soy yo, Galen".

No hubo respuesta pero el suave sonido de una flecha siendo colocada en un arco se oyó en algún lugar sobre ellos, entre los árboles. Legolas se volteó y tensó su arco, apuntando hacía la dirección de la que vino él ruido.

"Atavus, ¿no me oíste? Soy yo, Galen":

"Te oí. ¿Quiénes son los que vienen contigo?" Las palabras flotaron bajo las ramas.

"Estos son dos nuevos amigos; Trancos y Legolas. ¿Podrías bajar? Necesito hablar contigo de algo", le llamó Galen.

Un momento después ella aterrizó ligeramente entre la boca de la cueva y los hombres que la buscaban. Su arco seguía tensado y apuntando hacía Legolas. "Galen, mejor dile a tu nuevo amigo que tire su arco o tú tendrás un nuevo amigo menos."

"Ven ahora, ya te dije que ellos eran amigos, no hay necesitad de esto. Por favor, ambos tiren sus armas." Trató de calmar la situación Galen.

Legolas miró a la mujer frente a el. Era hermosa incluso para los estándares élficos, pero ahí había algo que parecía estar mal. Por alguna razón ella no tenía ese brillo que la distinguía de los demás elfos. Si, ese brillo podía ser disminuido por cada individuo si así lo deseara, pero a él le parecía que ahí no había ningún brillo y po alguna razón la cercanía con ella le trajo algo que él sintió casi como frío. Pero los elfos no sienten frío, ¿cómo podía ser eso?

Ella fue la primera en bajar su arma. "Galen, no me has buscado en años. ¿Por qué estás aquí ahora?"

"Atavus. Nosotros nos vamos", dijo él y Aragorn pudo oír que su voz temblaba. ¿Era que el hombre le temía a la elfa? Se extrañó.

Ella le miró cortante. "¿A qué te refieres, Galen? ¿Quién se esta yendo?"

"Todos nosotros. La aldea entera. Lo decidimos anoche. Queremos alejarnos de Morador, hemos vivido a la sombra de la maldad por demasiado tiempo." Parecía indeciso al decir las siguientes palabras, "Queremos que vengas con nosotros."

"¿Lo quieren, Galen?" le preguntó.

"Claro que queremos. Eres tan parte de nuestra gente como cualquiera de nosotros", suplicó Galen. "Tú has estado conmigo por treinta años, actualmente. No sería lo mismo sin ti."

"Galen, tú gente me teme casi tanto como los orcos. Tú lo sabes." Se volteó para entrar a la cueva tras ella.

"¿Por qué cualquier elfo querría estar aquí?" Aragorn decidió ayudar a su nuevo amigo a tratar de convencerla.

Ella se volvió hacía ellos. "No le tengo miedo a estos bosques".

"Pero estarás sola", intentó otra vez.

"Ya lo estoy", le respondió.

"En cierta forma si. Pero, por lo que Galen dice, tú proteges a la gente de su aldea. Así que cuando se vayan, ¿qué harás?

Él estaba seguro que sus palabras cambiarían su opinión. No sabía porque, pero no quería que ella se quedara ahí. No sabía nada de ella, pero realmente sentía que ella perteneciera a ese lugar.

"Haré lo que soy buena haciendo:" empezó suavemente, "matar orcos."

La frialdad de sus palabras les hizo temblar.

"Oye, nosotros nos vamos en quince días. Yo quiero oque vengas con nosotros. Solo piénsalo, por favor." suplicó Galen una vez más. Ellos habían pasado tanto juntos y él le debía demasiado como para dejarla ahí.

Unos días después en la aldea, Aragorn y Legolas se sentaron solos después de su comida de la tarde. Por alguna razón Legolas había estado muy callado desde que conocieron a la elfa. "¿Qué pasa, amigo mío?" preguntó Aragorn preocupado.

Legolas le miró no sabiendo como poner lo que quería en palabras. "Trancos, yo quiero irme de aquí. Sé que tú planeaste que nos quedáramos hasta que ellos se vayan, para que les ayudemos a llegar a Rohan, pero quiero irme ahora."

"Sé que estar tan cerca de Mordor te preocupa, pero creo que esta gente puede necesitar nuestra ayuda. No puedo solo abandonarles." Aragorn sabía que su amigo era valiente, no podía decir lo contrarió, pero había algo más en sus ojos que no podía entender. Se veía casi como temor. "Hay algo más, ¿no? No solo es Mordor."

"Es esa elfa. Hay algo muy extraño con ella. Puedo sentirlo. Me he estado congelando desde que hablamos con ella", tembló al pensarlo. "No quiero hacer todo el viaje hasta Rohan con ella."

"Legolas, ¿estás seguro de que no hay nada mal contigo? Yo no sentí nada extraño con ella. Tú no fuiste herido por esos orcos de los que escapamos, ¿o si?" Aragorn empezó a moverse hacía su amigo, con sus instintos de sanador luchando por salir.

"No, no. Estoy bien", dijo Legolas empujando las manos de Aragorn lejos. "solo es un mal presentimiento. Tú deberías poder entenderlo."

"Si, te entiendo, pero es que solamente no lo siento. Creo que me siento como esta gente, totalmente tranquilo. No sé porqué. Creo que me siento de la misma forma que cuando duermo y tú estas vigilando. Me siento seguro". Usualmente cuando uno sentía algo malo él otro también, pero esta vez Aragorn solo no lo sentía.

"Tal vez solo soy yo. No lo sé. Estaré bien, mellon-nin, no te preocupes". Él sabía que el sentido del deber de Aragorn no le dejaría aunque él se sintiera mejor.

La gente de Galen decidió ir a Rohan con la esperanza de asentarse bajo el reinado del Rey Thengel, cerca de Edoras. Ellos ya habían viajado a través de los bosques del norte del Ithilien y habían empezado la marcha por las planicies del Anórien y por encima de las Montañas Blancas. No había habido avistamientos de orcos mientras viajaron por el bosque, pero a cada rato veían algo moviéndose entre las sombras. Galen les aseguró que solo era Atavus vigilándoles. "Ella ha estado cuidándonos hasta ahora. No estoy seguro si abandonará estos bosques y vendrá con nosotros o no". Esa noche acamparon en los lindes del bosque.

A la mañana siguiente Aragorn oyó una voz desconocida al despertar. Él miró hacía el fuego cerca del que estaba durmiendo y pudo ver a Galen y a Atavus hablando del otro lado. Se sentó y notó que Legolas estaba sentado junto a él sin decir nada, solo mirándoles, "Les veré hasta Edoras y después me iré." Estaba diciendo ella.

"¿Por qué no te quedas con nosotros?", le preguntó esperanzado Galen.

"Tú sabes que no podría vivir así. Demasiada gente. Necesito estar sola", le explicó tranquilamente.

"No, no sé eso. Tú viviste conmigo por diez años. Ahí siempre había gente alrededor y no te molestaba", dijo él molesto.

"No tenía opción. Tú lo sabes mejor que nadie", fue su única respuesta. El rostro de Galen palideció. El recuerdo de que ella había sido de su propiedad esos diez años se sintió como una cachetada en la cara.

"Lo siento, Atavus", empezó a decir.

Ella sacudió su cabeza. "Lo que esta en el pasado debe permanecer ahí, amigo mío", dijo mirando a los demás alrededor del fuego. Sus años de esclavitud no era algo que quisiera que esos extraños supieran.

"Sigo deseando que permanezcas con nosotros. Te extrañare. Te he extrañado los últimos quince años que te volviste una ermitaña en los bosques", susurró, no deseaba que sus palabras alcanzaran a los demás.

"Yo siempre seré tu amiga", susurró de vuelta. Se paró y caminó dentro del bosque, queriendo decirle adiós a ese bosque que había sido su hogar.

Aragorn se volteó hacía Legolas y le preguntó en un susurró: "¿Sigues sintiéndote intranquilo?"

"Si, debemos mantener los ojos abiertos en los días que vendrán", le susurró de regreso.

Los dos días siguientes no tuvieron casi ningún incidente, al tiempo que empezaban el largo viaje a Edoras. A la segunda noche todo parecía estar al filo de la navaja. Aragorn parecía sentir algo malvado cerca de ellos. Él miró a Legolas, quien estaba parado cerca de unas rocas mineralizadas hacía el sur. "Legolas", llamó.

"Algo nos sigue". Su arco estaba tensado y listo al tiempo que el primer atacante saltaba hacía ellos. "Huargos".

Todos los que tenían armas se pararon para pelear. Legolas le disparo al primer huango al tiempo que este atravesaba el aire hacía Galen. Para el horror de las asustadas personas los siguientes dos orcos aparecieron cabalgados por jinetes orcos. El claro en el que estaban pronto se abarroto al tiempo que más orcos y huargos les atacaban. Aragorn y Legolas pelearon espalda a espalda como acostumbraban para protegerse uno al otro. Legolas notó que Galen y Atavus hacían lo mismo.

En algún punto Aragorn y Legolas fueron separados uno del otro, y Legolas se encontró a si mismo protegiendo a un pequeño grupo de mujeres y niños que se habían refugiado juntos cerca de la roca mineralizada en la que el se había parado antes. Sus cuchillas élficas brillaban a la luz de la luna al tiempo que cortaba a su atacante primero con la derecha y luego con la otra de la derecha. Pudo ver que todos los huargos estaban muertos y no quedaban muchos orcos, pero los que quedaban intentaban llegar hacía los niños que él defendía.

Se volteó al tiempo que un orco intentaba arrastrase tras él para raptar a un niño, le atravesó el corazón y rápidamente se volteó para cortar el brazo de otro que justo acababa de sujetar su hombro. Pudo ver a Aragorn peleando en hacía él por encima de los orcos que se le oponían. Pero para su horror vio a un orco justo detrás de su amigo. Con su cuchilla levantada, lista para atravesar su corazón. "¡Trancos! ¡Detrás de ti!", le llamó para advertirle.

Aragorn vio el miedo en los ojos de su amigo y se volteo justo a tiempo para ver al orco decapitado tras él. Atavus se encontraba blandiendo una hoja orca que había recogida de uno de los caídos. Él asintió una vez y continúo con la pelea.

Después de la pelea Aragorn paso directamente a su modo sanador revisando todas las lesiones. Habían perdido a seis de los aldeanos y había otro con una herida que parecía envenenada, más otras lesiones menores.

"Veinte años de paz. Había olvidado como es perder amigos", dijo Galen cerrando los ojos de uno de los muertos.

"Si, bien, si no hacemos algo pronto tú vas a perder otro amigo, Galen. La herida de este hombre esta envenenada. Puedo tratarla con unas hierbas que tengo pero no puedo garantizarte nada si se trata de veneno de Morgul", dijo Aragorn inspeccionando la herida en el hombro.

Atavus estaba parada cerca y escucho las palabras que temía. Galen la miro. Aragorn pudo ver la súplica silenciosa entre ellos. Ella asintió lentamente, y después se acercó a Aragorn, arrodillándose junto al hombre herido. "Déjame ver." Dijo en voz baja.

Aragorn miró a Galen confundido. "Déjala. Ella puede ayudar."

Ella empezó a hablarle suavemente al hombre que yacía acostado en el piso. "Tú nombre es Arvis, ¿no?"

"Si señora", dijo débilmente. Ella miró a la herida y pudo ver los negros hilillos de veneno bajo su piel.

"Bien Arvis, tú sabes que estás envenenado ¿no?", él solo asintió con la cabeza. "Puedo ayudarte, si confías en mi." Asintió otra vez. Legolas se había arrodillado del otro lado del hombre sintiendo curiosidad acerca de lo que ella haría. "Esto no dolerá y pronto te sentirás mucho mejor." Su suave sonrisa tranquilizó al herido.

"Ahora quiero que mires a Legolas, esto no tomará más que unos momentos." Él hizo lo que ella dijo. Atavus sacó una daga de una funda en su tobillo y cortó la palma de su mano. Todos vieron la sangre gotear de su mando, pero esta se veía extraña. Era de un rojo mucho más oscuro que cualquier sangre que Aragorn hubiera visto antes. Entonces ella dejó su palma sobre la herida envenenada en el hombro del hombre y cerró sus ojos. No hubo ningún sonido pero pudieron ver el veneno desapareciendo de debajo de la piel del hombre. Entonces ella rompió el contacto y alejó su mano, Aragorn lavó la herida y la revisó al tiempo que le ponía un vendaje limpio alrededor.

"El veneno se ha ido", dijo incrédulo. "¿Cómo hiciste eso?"

Sus ojos aún estaban cerrados y Galen se le acercó para que ella pudiera apoyarse en él. "Ahora no, ella necesita descansar." Dijo arrastrándola y acercándola al fuego donde el vendó su mano. "Acuéstate aquí. Iré a traer sábanas"

Notas de la traductora:

¡¡¡Hola! Gracias por sus reviews, no saben que ilusión me ha dado al ver esas notitas en mi mail diciendo que alguien había leído la historia...

Ojalá les haya gustado el capi, es el inicio del suspenso (si mis queridas lectoras, prepárense para lo peor... ¡Muajajaja!) Oops… Creo que estoy hablando de más / Pero bueno, nuevamente les advierto que esta historia esta llena de suspenso y escenas algo sangrientas (les confieso que no sé como me gusta tanto si tengo fobia a las heridas) aunque si ya están aquí sobra la advertencia.

Ahora les dejo un par de preguntitas para que me esperen con ansias (¡Muajajaja!) (Lo sé, estoy loca como una cabra xD)

¿Por qué le cae la nueva mal a Legolas y Aragorn no nota nada?

¿Se quedara Atavus con Galen y su gente? ¿Por qué los aldeanos también le temen a la elfa?

¿Y de donde sacó ella ese extraño poder? ¿Qué pasara?

Vale, ya me pase... Pero les confieso que eran las preguntas que yo me hice mientras leía el capi hace algún tiempo… :P Espero verles pronto otra vez (¿Reviews? ¡Review! ¡Reviewreviewreviewreview! Les repito que soy como una cabra a ratos xD Pero no siempre)

¡Gracias por leer!

¡Namarië!

Respuestas a sus reviews:

Hada: ¡Mellon nin! Gracias por el apoyo y te aseguró que no te decepcionare, nos vemos pronto ¡Namarië!

Blaze: Hola, gracias por todo lo que dijiste (comentario de mi trabajo de traducción, la corrección y el apoyo, ya lo puse bien, ¡gracias!). El fic es muy bueno y me alegro que te guste. Cuídate mucho, ¡ciao!