Disclaimer: Por favor ver el capítulo 1.
Nota: En este capítulo hay unas escenas un poco inquietantes, no son realmente sangrientas pero pueden herir sensibilidades. ¡Gracias por leer y dejar reviews!
Capítulo 8: Un Don o una Maldición
Legolas y Aragorn se sentaron a junto a la cama en la que Atavus estaba durmiendo. Ellos estaban hablando en voz baja tratando de no despertarla.
"Tú Ada sabe," dijo Legolas sacando a colación un tema susceptible.
"Lo sé. Esperaba guardar su secreto el mayor tiempo posible. No estoy seguro de cual va a ser su reacción cuando ella mejore," dijo Aragorn seriamente.
"Crees que le haga marcharse," era una afirmación no una pregunta.
"No lo sé. Mi ada es justo, pero él tiene que ver por la seguridad de toda su gente, y no la conoce como nosotros. Tengo miedo de lo que su decisión puede significar para ella," dijo Aragorn imaginando la ira de su padre.
"Yo ya sé lo que pasará". Ella tenía el inexplicable hábito de siempre saber cuando ellos estaban hablando de ella, aún cuando dormía.
"Si sabes tanto, ¿de que estábamos hablando?" preguntó Legolas.
"Estaban hablando acerca de que Lord Elrond leyó mi menté anoche y sabe exactamente lo que soy, y no tendrá más opción que pedirme que deje Rivendel. Y yo no tengo otra opción que hacer exactamente lo que él deseé"; respondió ella sentándose y mirando fuera por la ventana del balcón el bello paisaje que rodeaba a Rivendel. Ella nunca imaginó que un lugar tan maravilloso podía existir. Sintió un retorcijón de arrepentimiento al pensamiento de irse para nunca volver. Pero sabía que no podía tener un lugar entre los elfos.
Ni Legolas ni Aragorn podían discutir sus palabras. Ella tendría que hacer lo que Lord Elrond quisiera, pero eso no los detendría de tratar cambiar su opinión.
"¿Cómo te sientes?" preguntó Aragorn cambiando de tema.
"Bien, acelerada sería la pregunta correcta en este momento, pero me siento mucho mejor". En ese momento la puerta se abrió y Lord Elrond y sus hijos gemelos entraron.
"Buenos días a todos," Lord Elrond habló mientras inspeccionaba a los tres ocupantes del cuarto. Todos se veían en forma, aún si parecía que tuvieran el lazo de un colgado alrededor del cuello.
"Buenos días Ada". Aragorn fue el único en responder.
"He pedido que les traigan el desayuno aquí. Necesitamos tener una conversación," continuó Lord Elrond. Elladan y Elrohir se encontraban cerca de la puerta sin decir nada, pero Aragorn pudo ver en la expresión de sus rostros, que sabían de lo que su padre quería hablar.
"Lord Elrond, sé que ahora usted desea hablar, pero primero me gustaría disculparme por entrar a Imladris sin su permiso. Tenía que hacer una segunda decisión, y deje que mi preocupación por Estel me guiará. En circunstancias normales nunca habría entrado a su reino como lo hice", Atavus sentía que debía la disculpa y no estaba muy orgullosa de decirla.
"Te agradezco tus palabras, pero ahora debo decidir que hacer contigo. Has visto el camino secreto hacía Rivendel, no muchos lo conocen. Y algunas de las cosas que he aprendido de tu raza me angustian mucho." Se sentó en una silla cerca a las puertas del balcón, esperando a que sus palabras hicieran impacto en ella.
"¿A qué se refiere? ¿Mi raza? Hasta lo que sé soy la única como yo," preguntó confundida.
"En este tiempo eres la única viva conocida..." se detuvo no sabiendo que palabra usarla usar que no la ofendiera.
"Puede decirlo. Lo he oído toda mi vida. Retroceso," ella dijo la repugnante palabra con un poco más de vehemencia de la que pretendía, pero tenía que ser dicho.
"Si, bien, hasta lo que sabemos tú eres la única viva. Pero ha habido otros en el pasado, especialmente durante la primera edad. Odio decirte esto, pero la mayoría fueron usados como espías para Melkor y Sauron. El caso es que durante ese tiempo la mayor parte de los elfos aceptaron a tu raza, hasta que fueron traicionados una y otra vez." Esto era demasiado para que Atavus lo aceptará. Lo único por la que hubiera dado lo que fuera para ser aceptada por los elfos a los que se parecía tanto, pero su propia raza había destruido su esperanza de aceptación para servir a la oscuridad que ella odiaba sobre todas las cosas. ¿Cómo pudieron? Pero ella sabía como pudieron. Ella había estado en las cámaras de torturas de Mordor muchas veces, pero en su caso era para la diversión de los orcos y del Rey Brujo. No había un propósito real tras eso. Se preguntaba si entonces ellos habían tratado de doblegar su voluntad como les hacían a otros, ¿si ella hubiera sido capaz de soportarlo? Tal vez no.
"Entiendo Lord Elrond. No era conciente de la historia. Ahora entiendo cual debe ser su decisión. Lamento tener que forzarlo a hacerlo." Ella inclino su cabeza sabiendo que estaba firmando su sentencia de muerte, o como mínimo una vida de encarcelamiento.
"¿Qué estas diciendo Atavus? Ni siquiera vas a intentar defenderte." Era Aragorn. No podía creer que ella solo se rindiera. "Ada, si ella no se defiende a si misma yo lo haré."
"Silencio Estel," empezó Elrond.
"No, no lo haré. Ella no puede ser responsable de los pecados de toda su raza. Ella escapó de una vida horrible como esclava de Mordor. Ella salvó la vida de Legolas y la mía, junto con otros incontables humanos en el tiempo que estuvo lejos de Mordor. Ella no ha hecho nada malo, otro que desear vivir una vida normal," dijo moviéndose de un lado de la habitación al otro.
"Si me dieras la oportunidad de hablar, coincidiría contigo Estel," dijo Elrond tranquilamente después de que su hijo menor terminara su tirada.
"¿Qué?" fue la respuesta combinada de todos los presentes.
"Ada, no puede significar que no harás nada con respecto a ella," era Elladan. Él y Elrohir tenían más razones que nadie para odiar a los orcos, después de la tortura de su madre a manos de esas criaturas.
"No dije que yo iba a no hacer nada. Quisiera pedirte una autorización de ti Atavus." Lord Elrond habló mirándola a los ojos.
"¿Qué desea hacer, mi Señor?" respondió ella.
"Anoche di un breve vistazo en tu mente, suficiente para darme cuenta lo que eres, pero un poco más. ¿Me permitirías buscar en tu mente otra vez para estar seguro de que no hay maldad oculta ahí?" Era mucho pedir. Ella era una persona muy reservada. Tendría que mostrarle su alma, pero cuan diferente era a cuando ella tocaba las almas de aquellos que curaba.
"Si, usted puede," decidió finalmente. Sabía que ellos nunca confiarían en ella, pero podía hacer su parte siendo tan abierta y honesta como pudiera.
Lord Elrond se paró y se acercó a la mujer aún sentada sobre la cama. El se sentó junto a ella, y suavemente tocó su frente. Pudo sentirlo investigando su mente. Normalmente habría puesto tantas paredes que él solo habría podido ver poco, pero ahora, concientemente las tiró para que él pudiera verlo todo. Estaba tan avergonzada del dolor y la humillación que se había visto forzada a sufrir durante su vida como esclava, pero no podía detenerlo para que no lo viera o él pensaría que escondía algo.
Por un corto momento una memoria en particular brincó hacia delante, que ella había pensado haber olvidado hacía tiempo.
La joven chica estaba en el comedor principal de Minas Morgul. Ella estaba entre muchos esclavos que estaban ahí limpiando. Ahí también estaban unos pocos orcos en la habitación, devorando carne cruda, y haciendo bromas acerca de coger uno de los esclavos como segundo plato. Ellos siempre hacían eso. Estaba acostumbrada, pero realmente nunca habían cogido uno de los esclavos por la siguiente razón. Allí el Amo les mantenía a la raya a la mayoría.
Desgraciadamente se había movido demasiado cerca al grupo de orcos cuando fregaba el piso. Antes de que se diera cuenta de lo que pasaba una de esas viles criaturas cayó en el suelo mojado ante ella. No pudo detener la risa que dejo sus labios. Pero podía lamentar el sonido. El orco que había caído se puso en pie y la agarró por la oreja.
"¿Qué es eso? ¿Desde cuando tenemos uno de los benditos elfos aquí?" dijo enseñándole sus orejas a los demás.
"¿No recuerdas a esa, Uglúk? No es una elfa. Es un pequeño retroceso." Otra de las criaturas se burló jalando su otra oreja.
"¿Quieres decir que aún vive? No la hemos matado aún." El llamado Uglúk gruñó oliéndola. "Me preguntó si será tan deliciosa como uno de ellos."
Poco dispuesta a quedarse ahí y dejar que ellos abusaran de ella notó que la criatura que la estaba molestando tenía una daga pequeña sujeta a su cinturón. Al orco nunca se le había ocurrido ni imaginar que ella trataría de defenderse, así que no la detuvo mientras ella agarraba la daga y atravesaba con ella la mano que sostenía su oreja.
Había oído muchas maldiciones orcas antes pero creía que ese día había aprendido algunas más mientras Uglúk la tiraba al piso y empezaba a golpearla en la espada sin piedad. Pero no estaba satisfecho solo con vencerla. Ella aprendió el significado del verdadero dolor ese día, cuando fue llevada a las celdas de tortura en las partes más bajas de Barad-dúr. Ese día también fue en el que los orcos descubrieron su rápida habilidad curativa. Desde ese día en adelante ella era llevada abajo frecuentemente. Los orcos disfrutaban el hecho que podían torturarla, entonces dejarla un día y regresar para encontrarla completamente sana y lista para ser torturada otra vez. Algunos llamaron su habilidad curativa un don, pero por mucho tiempo ella lo consideró como una maldición.
Elrond alejó su mano de su frente cuando vio aquella memoria final que ella había estado escondiendo de si misma. "Lo siento pequeña," dijo mientras notaba sus lágrimas silenciosas que habían empezado a caer. SE volteó y miro a los demás en la habitación. Pudo ver las miradas en sus rostros, Aragorn y Legolas estaban preocupados por Atavus, pero su si devoción hacia ella podría servirles a ellos y a ella. Entonces ahí estaban Elladan y Elrohir. Tendría que hablarles a los gemelos en privado. Ellos no entenderían porque él estaba dispuesto a darle una oportunidad. "Mi decisión es esta y no escuchare argumentos contra esta. Atavus no necesita pagar por los pecados de una raza casi extinta. No ha hecho nada por lo que tenga que ser castigada, pero Atavus, me gustaría que te quedaras aquí en Rivendel por un tiempo. Si no te importa me gustaría estudiar esta habilidad curativa que posees."
Él pudo oír los gritos ahogados de sus hijos gemelos, pero los ignoro. "Y también me gustaría que el secreto de Atavus permaneciera entre estas cuatro paredes. Me temo que debo informar a la Dama Galadriel y a Mithrandir, pero a los demás que se les dirá que ella tiene una extraordinaria habilidad curativa," pudó ver las miradas de rabia pasando entre los gemelos. "¿Fue entendido?"
"Si Ada," concedió primero Elrohir.
"Si Ada," añadió Elladan de mala gana.
"Ahora, ¿te quedaras con nosotros por un tiempo Atavus?" le preguntó sonriendo.
Era todo lo que ella quería. "Claro Lord Elrond."
Notas de la traductora:
¿Qué? ¿Piensan que esto ya se termino? No, no, no, queridas lectoras (queridos si hay algún chico escondido por ahí) aún tenemos Atavus para rato :P Igual que un poco de los gemelos y también del dúo dinámico, Aragorn y Legolas. ¿Qué les parece? A mi me encanta, además, espero que les haya gustado y que dejen un review para subirme el animo (es que ando con el trauma "entrada-al-colegio"... u.u) y también para Melissa, la autora de este bello fic :D ¿Qué dicen? ¿Me ayudan con eso? –Aunque sea para decirme que tengo muchos errores o algo así, pero no me maltraten tanto ¿chi?- Mil gracias por los reviews anteriores.
¡Muchos besos! ¡Espero que les haya gustado el capi!
¡Gracias por leer!
Namarië
Respuestas:
HADA: Aiya! Me alegro que te gustara... Jejeje... Bueno, Lord Elrond siempre tiene esa pinta de ogro (aunque sea un guapo medio-elfo), pero ya viste como reaccionaron los gemelos y él... Y si, esos tres son como una familia feliz :P Y parece que vas adivinando la historia, porque aún nos quedan como 12 capis más...
Bueno, cuídate mucho y besos (y lo de las amigas, tienes razón, siempre andamos de buenas samaritanas pero se supone que para eso somos) ¡Namarië!
Walkyria: ¡Hola! Y claro que contestaré todos sus reviews siempre que pueda, me encanta hacerlo... Lo de las actualizaciones esta por verse ya que entre a clases el lunes, pero tratare de que al menos tengan un capi por semana :P Jejeje... Y puedo confirmarte lo de que somos malas, y a mi me encanta xD ¡Besos, nos vemos al rato!
duende: Hola, tranki que entiendo lo que es no tener tiempo, yo poco más y no actualizo... Ya sabes, el cole y esas cosas... Y bueno, el trío es fantástico, tienen una amistad muy fuerte y eso les va a ayudar mucho... Oops, no creo que debí decir eso... Jijiji... Bueno, ya lo descubrirás más adelante. Cuídate, ¡namarië!
chibi tenshi: ¿Te gusto el capi anterior? Me alegro mucho bueno, la muchacha sufre de todo... Y bueno, como habrás notado, Atavus solo ve a Leggy como a un amigo, a diferencia de ti (que apuesto no te aguantarías ni un minuto con Legolas tranquila xD y bueno, quien no? aunque yo los prefiero morenos...) Espero que este también te guste, y ya ves... Vas a tener Leggy, Trancos y Atavus para rato... Nos vemos luego!
Estrella vieja: Aiya! Me alegro de que estés mejor :P En serio, estar con un yeso no es lo más bonito del mundo... Jejeje... ¿En verdad te estaba molestando para que me dejes un reviewsín? nn Y bueno, mejor no te quejes de las amigas... Porque ahí si que saltan... nnU Bueno, creo que en este capi viste como reacciono Elrond, pero sinceramente yo me preocupo por mis medio-elfos favoritos ya viste como se pusieron... Y bueno, creo que una vez más se quedaron con ganas de romance... Y el rr, no se preocupen, cosas que pasan... nnU Bueno, espero que te guste el capi, cuídate (cuidadito te rompes algo más) y nos vemos luego, ¡namarië!
¡Muchas gracias a todas por sus reviews!
