Aquí el tercer capítulo. Gracias una vez más Olympia-mg por leer. Siempre estás ahí pa' leer mis fics de Saw :D. Espero que este también te guste.
Aclaración: Durante el fic, la letra en cursiva son pensamientos.
THE LABYRINTH – CHAPTER 3
Daniel entró en la segunda habitación. Era más grande que la anterior. Tenía dos puertas. En el centro, había una piscina.
- Mierda. Me conoce muy bien
- ¿Qué?
- Esta va a ser una de las peores pruebas
- ¿Qué es lo que hay?
- Una piscina
- ¿Y qué tiene de difícil?
- No sé nadar
- ¿Cómo?
- Si. Hay padres que se molestan en apuntar a sus hijos en natación. Los míos no se molestaron en absoluto. Además tuve una mala experiencia cuando tenía 9 años. Caí al agua de un puerto. Casi me ahogo, de no ser por mi padre que se tiró al agua a ayudarme…
Le dio una punzada en el estómago al mencionar a su padre
- ¿De qué color es la habitación?
- Azul
Kate encontró el texto azul en una de las paredes: "Busca la llave de la puerta bajo el agua"
- Parece que nos lo deja bastante claro.
- No sé nadar¿cómo quiere Amandaque bucee?
- Ella sabe que no puedes. Quiere hacerte sufrir
- Es igual. Mientras antes lo haga antes me lo quitaré de encima
La piscina no era muy grande. Se podían dar 12 pasos a lo largo de la piscina y 7 a lo alto. Lo preocupante para Daniel era la profundidad: 2 metros. Vio la llave casi en el centro de la piscina. Se sentó en el borde y se metió dentro, agarrándose de éste. Cogió aire y se hundió. La llave se veía perfectamente. La agarró y tiró de ella. Grave error. La llave estaba atada a un cordel que, al romperse, hizo que en la superficie de la piscina aparecieran dos cristales que se cerraron como si fueran puertas. Daniel estaba encerrado dentro del agua.
- ¿Qué¿Cómo salgo ahora?
Daniel empezó a darle golpes al cristal. Era demasiado fuerte y no se rompía. Tampoco esperaba que alguien le oyera y le fuera a ayudar. Justo en el centro, donde los dos cristales se juntaban, había una cerradura.
- Qué raro. Una cerradura ¬¬
Primero probó con la llave que acababa de obtener, pero no funcionó. Sacó las llaves y dio gracias de que no se las quitara de encima antes de entrar en la piscina. El agobio que sentía por estar atrapado, la inseguridad de no saber nadar, la mala vista que tenía debajo del agua y el montón de llaves que tenía le hicieron pasar 90 segundos en los que pensaba que iba a morirse. Cuando dio con la llave correcta, separó los dos cristales e intentó llegar lo antes posible al borde. Cuando llegó, salió con dificultad, vomitando toda el agua que había tragado, que no era poca. Respirando con dificultad, oyó que Kate lo llamaba desde el walkie-talkie, pero no tenía fuerzas para llegar hasta él. Durante 15 minutos, que a Daniel le parecieron horas, cayó inconsciente.
Cuando despertó, se acordó de Kate y corrió al walkie-talkie.
- ¡Kate! Kate¿sigues ahí?
- ¡Dios! Es un milagro.Ya pensé lo peor
- No, tranquila
- ¿Qué te pasó¿Estás bien?
- Llegué al fondo de la piscina, cogí la llave, y la piscina quedó cerrada por dos cristales. No podía salir, y cuando lo logré caí inconsciente. Pero sigo vivo
- No sabes el peso que me acabas de quitar de encima
- Me lo imagino
- ¿Tienes la llave?
Daniel buscó en los bolsillos, sin encontrar nada
- ¡Mierda! Se me habrá caído
Efectivamente. La llave volvía a estar en el fondo de la piscina. Daniel tuvo que volver a meterse en la picina y coger la llave. Esta vez no pasó nada. Escupiendo el agua que había vuelto a tragar, fue hasta una de las puertas. No se abrió. Probó con todas las llaves, pero ninguna funcionaba.
- Qué raro
Fue hasta la segunda puerta y descubrió que estaba abierta.
- No me digas que tanto esfuerzo para nada. Kate, la puerta está abierta. La llave no era necesaria
- ¿Entonces para qué sirve?
- No tengo ni idea. De todas formas voy a entrar.
Atravesó la puerta, y se encontraba en la tercera sala, gris. Unos cuatro tubos de metal estaban clavados en el suelo. Cuando asomó la cabeza por uno de los tubos le costó reconocer lo que había dentro
- ¡Aahh¡¡Qué es esto!
- ¡Por favor¡¡No me sigas dando esos sustos¿Qué encontrastes?
- Diría que son… hormigas. Pero son rojas. Están dentro de unos tubos metálicos
- ¿Habitación gris?
- Ehh…si
- "En uno de los tubos la llave está, las hormigas de fuego le pondrán dificultad"
- ¿Qué son las hormigas de fuego?
- Creo que sé cuales son. Son muy exóticas, y peligrosas. Su picadura es muy dolorosa
- Vaya, gracias. Me dejas más tranquilo.
- Uyy… Lo siento
- Es igual. Mejor estar prevenido.
- Oye, todavía no te lo he dicho, pero muchas gracias por lo que estás haciendo
- Me ayudastes mucho cuando más lo necesitaba. Ayudarte es lo de menos
- Tengo miedo de que… mueras por mí
- No moriré. Saldremos de ésta
- Gracias, de verdad
- Bueno, vamos a lo importante. Darnos prisa. ¿Cuánto tiempo queda?
- Tres cuartos de hora
- A saber en cual de estos tubos estará la llave
Daniel metió el brazo derecho hasta la altura del codo en uno de los tubos y rebuscó la llave. De repente empezó a sentir el brazo ardiendo. Retorciéndose de dolor, sacó el brazo y vio todas las picaduras. Eran blancas y alrededor rojas. Lo mismo hizo con los dos siguientes tubos. Al tercer tubo encontró la llave. Su brazose había hinchado, estaba lleno de picaduras y le ardía. Cogió la llave y se fue hasta la puerta. Metió la llave que acababa de sacar y la puerta se abrió, pero para su sorpresa tras la primera puerta había otra puerta también cerrada. Se acordó de la llave de la piscina, y probó con ella. La puerta cedió y se abrió.
- Kate, lo conseguí. Ya he pasado esta sala
- ¿Y el brazo?
- Me arde
- Vuelve a la piscina y ponlo en remojo. Tal vez se te pase.
- No podemos perder tiempo. Me aguantaré
- Todavía queda tiempo. Aquí sólo hay dos acertijos más. Lo cual significa dos salas más.
- Es igual. Continuaré.
Daniel caminó por un largo pasillo hasta la puerta abierta de la cuarta sala.
Fin del capítulo.
