Capítulo V: Comienzo oficial

La noche al menos logró estar tranquila, gracias al "sacrificio" de Kai, Suki había estado contenta y no opuso demasiada resistencia cuando decidieron pedir comida a la habitación de nuevo (Voltaire va a echar humo cuando vea la cuenta) y se dedicaron a entrenar hasta la medianoche, tratando de reponer el tiempo perdido. Pudieron hacerlo porque Asuka pasó 6 horas eligiendo el vestuario adecuado así que estuvo recluida en su habitación con 2 toneladas de ropa regada en la cama para elegir la combinación ganadora.

Al día siguiente, justo a las 7, estaban listos para salir rumbo al estadio para la inauguración del torneo, claro que Aki estaba un poco ocupado tratando de hacer que Asuka finalmente saliera de la cama, aparentemente se había desvelado demasiado eligiendo su ropa del día y ya no quería despertar; a Pasha, Kai o Tala les importaba muy poco se ella se levantaba o no a tiempo, pero dónde habría estado la diversión para los demás si ella no iba, Ian hasta había dedicado toda la noche a cambiar las baterías y colocar cartuchos de memoria nuevos en las grabadoras que iba a llevar, desde modelos de visión nocturna hasta multi-ángulos, por el bien del producto final. Aki había logrado despertarla después de 3 tazas de café negro y recordarle que si ella no iba, Kai a estar solo con Pasha. ¡Eso la hizo levantarse como un resorte, y empezar a vociferar maldiciones.

— Bueno, bueno, ya estoy lista. ¿Dónde está la limusina para que nos vayamos? – reclamó, vestida, bañada y perfumada, llegando al cuarto de Kai donde todos estaban reunidos para salir.

— ¿Limusina? Suki, querida, vamos en autobús – le dijo Pasha en un tono meloso y burlón.

— ¡Tienes que estar bromeado¡Yo no voy a viajar en un bus! Es completamente falto de estilo – comenzó Asuka en su tono de insulto.

— Pues lo lamento mucho, pero no vamos a solicitar una limusina solo para ti – Pasha y ella estaban trenzadas en una pelea de miradas asesinas, listas para llevarla a un nivel más físico.

— Damas, damas – intervino Bryan, que, aunque se divertiría mucho con semejante show, estaba conciente de que se les hacía tarde y tenían traseros que patear – Por mucho que me encantaría que resolvieran sus diferencias aquí mismo – y de preferencia en el modo más sanguinario posible - que temo que se nos hace tarde, así que, decidan algo.

— Como dije, yo no viajaré en bus – la mirada de Suki no se separaba de Pasha.

— ¿No habías usado un bus en Miami? – se preguntó Akira en voz alta, lo que sacó a Suki de su concentración y puso una sonrisa en Pasha, ganadora no declarada de la pelea de miradas.

— Ehh... eehhh... eso fue entonces y esto es ahora, no mezcles las cosas – trastabillo Suki, pero trató de explicar.

— ¿Podemos resolver algo ahora, por favor? – Kai podía sentir la migraña empezando a aparecer.

— Ya sé, porque no se adelantan ustedes en mientras nosotros conseguimos un taxi... mejor un auto... – corrigió Akira, al verse víctima de la mirada asesina de Asuka, pero la segunda opción no la ponía más contenta - ¿una limusina? – finalmente asintió ella.

— De acuerdo, supongo que ya tienen sus boletos, así que espero verlos en la gradería – Kai finalmente creía haber resuelto ese problema, pero, pobrecito él, pensó demasiado rápido.

— ¿Gradería¿Cómo vas a hacerme sentar entre esa chusma? Creí que podríamos acompañarlos a los camerinos y sentarnos en la banca de equipos durante el encuentro... o al menos en la sección VIP – se quejó Asuka a viva voz, sacando otro gruñido de hastío de mitad de los presentes, o sonrisa de burla de la otra mitad.

— Asuka, camerinos y banca están reservados para miembros del equipo, ni Akira ni tú son miembros del equipo, así que van a la gradería. Si no cayeran de sorpresa, tal vez, tendrían una sección especial, pero como no es así, va a la gradería con el resto de la "chusma" – la voz de Kai se mantuvo igual y seria en todo momento, pero con el índice y el pulgar se daba un masaje en el puente de la nariz, calmando la migraña que le iba subiendo.

— No es justo – dijo ella, dando un saltito y haciendo un puchero como si tuviera 5 años.

— La vida no es justa¡supéralo! – le respondió Kai, cortante y definitivamente; mientras detrás de él, el gesto de victoria de Pasha se hacía más evidente, lo que enojaba más a Suki.

— ¿Y qué se supone que voy a hacer ahí durante todo ese tiempo? – el puchero no dejaba a Suki, que además se agarró del brazo de Kai como si su vida dependiera de ello, pero Kai se la quitó de encima rápidamente, so pretexto de ir a recoger su blade.

— Lo que sea mientras no mates a alguien o demuelas el estadio – respondió Kai, que de inmediato se giró a Ian, y no se sorprendió de encontrarlo con una gran sonrisa y una cámara enfocada hacia él – Ian, lamento hacerte esto, pero te pido que los acompañes y no te separes de ellos.

— ¡Ahhh! Aceptaré ese sacrificio por el bien de la humanidad – la voz de Ian era exageradamente dulzona, evidentemente él no pensaba separarse de cualquier espectáculo que Asuka prepara, y Kai se preguntó que si enviar a Ian a cuidar a su hermano y su prometida sería una buena idea después de todo.

A las 8:00 a.m. en punto, los Blitzkrieg Boys hicieron su imponente salida del hotel, con completas máscaras de indiferencia o desapiadada diversión, evidentemente listos para el combate. Pasha se había asegurado que el bus que usaran fuera negro, con dibujos rojos de estilo surrealista pero violento en los costados, de modo que no hubiera duda de quiénes iban en el transporte, y cuáles eran sus intenciones para con el resto de los equipos; es más, si hubiera sido por ella, pega en la ventana muñequitos idénticos a los miembros de los demás equipos colgando de sogas de horca.

Unos 15 minutos después, se bajaron en el sótano del beyestadio, y se deslizaron casi sin ser notados a sus camerinos, donde deberían hacer los últimos preparativos para la inauguración y el primer y único encuentro que deberían hacer en Nueva York (N/A: ¡Vaya desperdicio¿Cómo viajan 16 000 kilómetros para hacer solo un encuentro? Y luego uno se pregunta por qué los países están en crisis económica)

Por su parte, Akira estuvo unos 20 minutos sobornando al concierge (N/A: Conserje principal, para aquellos que no hablan jerga de hotel) para que les consiguiera, si no una limusina, al menos un auto bastante lujoso para que Suki no tuviera un ataque de furia; él personalmente no sabía por qué estaba tan delicada ese día, pero tal vez tenía que ver con uno de esos problemas de hormonas femeninas de los que uno escucha pero siempre cree que son mitos. Como el concierge, pese al soborno, seguía presentado peros, Suki le desmontó un dedo con un solo movimiento y amenazó con quebrarle el siguiente, arrancar desde la base el que le seguía, y luego seguir con órganos más internos hasta que le consiguiera lo que ella quería; 5 minutos después, un BMW X-5 estaba en la entrada y listo para llevarlos.

Evidentemente un BMW es más rápido y ágil que un bus, por lo que no tardaron ni 10 minutos en llegar al estadio, cuando aún faltaba una hora para comenzar el show, el público ya estaba entrando, y Suki comenzaba a sentir un escalofrío de solo pensar en sentarse cerca de esas personas.

— ¿Saben qué? Cambié de opinión, mejor regresamos al hotel – dijo ella en pánico, tratando de volver al auto.

— ¡Ah, no! Me arrastraste desde el otro lado del mundo, y ahora vamos a ver el torneo – le dijo Akira, agarrándola del codo, y demostrando cómo es que es hermano de Kai, la arrastró hacia la entrada.

— Pero es que... es que... ¿cómo voy a sentarme con el público? – lloriqueaba Asuka, dando batalla inútilmente.

— Suficiente, no más quejas, nos sentaremos con el público y ya – Akira usaba ese tono de fuerza que normalmente solo Kai o el abuelo usan, pero que él también manejaba si quería.

Se deslizaron entre el mar de aficionados, con Ian detrás, asegurándose de no perder ni un segundo de tan genial imagen¿qué tan a menudo ve uno al extravagante Akira Hiwatari convirtiéndose en sombra de su hermano y arrastrando a la normalmente energética Asuka Minamoto? Spencer y Bryan nunca le creerían si no les mostrara el video.

— No entiendo por qué te pones tan delicada al respecto... – se preguntó Akira mientras se habían paso entre la multitud, y se acercaban a las taquillas para presentar sus entradas, pero consideraba profundamente este extraño comportamiento con el ceño fruncido – Mmmm... un momento, no has estado saliendo de compras otra vez con esa presuntuosa de Lady Amber Brooks¿cierto?

— ¿Quién? – preguntó Ian detrás de ellos, no hábilmente buscando las entradas en sus bolsillos con la mano buena, y sosteniendo la cámara que llevaba entre su cabeza y su hombro para no perder ni un cuadro.

— Una presuntuosa aristócrata inglesa que se cree más que la misma reina – le explicó él, con tono de asco - no creerías la clase de muchachita, al oírla uno creería que está preparando ya su vestido para casarse con el príncipe William.

— No es tan mala – defendió Suki, aún luchando inútilmente pasa soltarse.

— ¡Lo sabía! – proclamó Akira con gesto de victoria – Si sales de compras con ella.

— Solo fue una vez – Suki bajó la mirada e hizo un gesto infantil.

— Vamos a tener que hablar seriamente sobre esto jovencita – le regañó Akira, en un tono tétricamente parecido al de su abuelo, mientras que Ian entregaba las entradas y entraban al área principal. Muchas fanáticas miraron extrañadas a Akira y se voltearon a chismear entre ellas, Suki, que pese a las apariencias no tenía un pelo de tonta, sabía de inmediato que habían notado el parecido de Akira con Kai, incluso aunque no se vistieran o comportar ni medianamente parecido, era evidente que ella iba a tener que hacer una limpia antes de que terminara el torneo.

Los asientos que les había conseguido Ian vía Internet cuando salían de Rusia (el grandioso poder de la previsión) no eran nada malos, justo en primera fila y con plena vista de ambas bancas, el plato de juego y la pantalla gigante. Es más, si la cosa se ponía muy irritante con D.J. Jazzman, como suele pasar, hasta tendrían vía libre para plantarle una bala en la cabeza de ser necesario, o al menos un huevo, de estar aburridos. Y se puede asegurar que Asuka y Akira se aburrieron rápidamente ahí sentados, esperando el comienzo; claramente, esos dos aburridos significa poco material para Ian, y bajo rating para sus videos, pero el pequeño ruso había resuelto el problema con su acostumbrada previsión.

— Me abuuuuuurrooooooo – dijeron a coro los trastornados herederos, una más que el otro.

— Tomen, diviértanse con esto – dijo Ian, pasándoles una canasta que había conseguido en la cocina del hotel el día anterior, completamente llena de huevos.

— ¿Y qué se supone que haga¿Una crepe suzette? – preguntó Suki, con la ceja levantada inquisitorialmente.

— Afinar puntería – le respondió crípticamente Ian, como no lo captaban, les indicó con la cabeza al plato, donde Jazzman estaba haciendo una prueba de sonido.

— ¡Ahhhh! – respondieron a coro.

— ¡QUÉ RAYOS! – gritó D.J. Jazzman unos minutos después, cuando, de tres direcciones distintas, unos huevos le habían golpeado la cabeza, debieron de pegarle unos 15 durante un lapso de 5 minutos, sin importar lo que él hiciera para cubrirse, que lo dejaron viendo como un aberrante experimento de cocina. Se desplegó Seguridad y todo, pero los culpables eran muy escurridizos y no habían agarrado a nadie. Luego los blancos se expandieron y hasta al señor Dickenson le dio uno en la cabeza que lo dejó chorreando amarillo y con el sombrero en el suelo.

— ¡Me aburro! – se quejó de nuevo Suki, después de practicar tiro al blanco y tácticas de evasión, se habían quedado sin huevos y sin blancos, así que regresaron a sus asientos a esperar a que transcurriera la media hora antes del comienzo. Como Suki seguramente sufre Síndrome de Déficit Atencional, no habían pasado 5 minutos cuando ya estaba aburrida de nuevo. Akira no tenía problemas, bastante diversión tenía al ver a Jazzy lanzar maldiciones, resbalar en las yemas del suelo e ir a cambiarse la ropa, pero siempre era prudente para la salud propia mantener a Suki entretenida.

— ¿Por qué no vamos a ver a Kai a los camerinos? – sugirió Aki, olvidando todas las sugerencias/amenazas de su hermano.

— SIIIIIII – chilló Suki, brincando como dos metros.

— ¿Puedo saber cómo pretenden tal cosa? Seguridad no los dejará pasar – Ian no podía importarle menos las amenazas de Kai, no eran para él, pero desde el atentado con huevo, la seguridad era más que evidente y pasar las entradas a los camerinos era imposible para los que no tenían un pase.

— Se te olvida con quién andas Ian – le respondió Akira con un guiño – Nosotros podemos deslizarnos en el Pentágono sin que lo sepan, hasta hemos dejado trampas para ratas en las pantuflas de Vladimir Putin. Te aseguro que burlar la patética seguridad de este estadio es como dar un paseo por el parque.

XD XD XD XD XD XD

Mientras tanto, en los camerinos, los Blitzkrieg Boys se preparaban para su primera aparición oficial del torneo, para ello, Spencer estaba leyendo el periódico, necesitaba la lista de carreras de caballos de ese día porque planeaba hacer una buena puesta y su caballo favorito no corría, así que ocupaba otro. ¿Cuál sería mejor Hijo de tu Mama o Akri-Tiki Tikri¡Es tan difícil tomar estas decisiones! Bryan estaba practicando la técnica de relajación budista que su psiquiatra le había sugerido, pero difícil lograr la posición de la Flor de Loto cuando en la cabeza se le cruzaban imágenes de Gran Thief Auto, había pasado mucho tiempo jugando con esa cosa y Pasha dijo que si tanto ver la televisión no le hacía sangrar los ojos, ella sí, pero es que era demasiado divertido el dedicarse a aplastar peatones. Tala batallaba con todos los cierres y botones de su chaqueta, mientras Pasha aplicaba alfileres a un muñeco curiosamente parecido a cierta japonesa de cabello lila y Kai estaba en su esquina, de brazos cruzados, sin decir nada, ni ver a nadie. Nada fuera de lo normal.

— ¡Blitzkrieg Boys¡A la plataforma en 15 minutos! – gritó alguna anónima voz desde el pasillo, anunciando el momento de comenzar con todo el ridículo espectáculo de presentación.

— ¡Uuuggggg¡Se me acabaron los alfileres! – exclamó Pasha, mirando el muñeco, que ya era más alfileres que tela.

— Intenta con las uñas – le sugirió Spencer, aún considerando cuál caballo elegir.

— Acabo de pintarlas, no voy a dañarlas por esto – le respondió insultada la rusa.

— ¿Y luego dices que Asuka es la superficial? – murmuró Bryan desde su pose de meditación budista.

— �¿QUÉ DIJISTE! – gritó, más que exclamó, ella.

— Nada, yo no dije nada – respondió él inocentemente.

— Más te vale – comenzó Pasha – porque si escucho que alguien se atreve a compararme con esa sociópata desequilibrada yo...

— ¿Quién es un sociópata? – preguntó de pronto una voz conocida, todos voltearon en sorpresa y se encontraron con una cabeza de cabello lavanda, colgando al revés desde el ducto de ventilación que estaba en el techo.

— Asuka¿qué rayos haces aquí? – exclamó Kai, finalmente saliendo de su silencio de la peor manera posible.

— He venido a verte, mi adorado Kai – le respondió ella, rebosante de felicidad y arrojándole besitos.

— Kai, deberías agradecer que no todas tus fanáticas son como Asuka, o tendríamos que traer escuadrones de seguridad – comentó Tala, suficientemente alto como para que Kai lo oyera, pero no como para que Suki lo matara.

— Muy gracioso – le respondió Kai, también por lo bajo.

— Suki, podrías moverte, creo que me estás quebrando el cuello – surgió una voz desde el fondo del tubo.

— ¿Akira? – preguntó Kai, sintiendo ese dolor de cabeza que tanto le había costado eliminar, surgir con más fuerza.

— Hola hermano – saludó Akira, cuando Suki logró salirse de tubo, dio un doble giro y cayó limpiamente sobre sus pies, así que él también pudo salirse fácilmente, no de un modo tan artístico como su futura cuñada, pero sí lo bastante bueno como para equipararse a la agilidad de su hermano; y para sorpresa de pocos, detrás de ellos llegó Ian, esforzándose para moverse en un túnel tan pequeño mientras se las apañaba entre su muñeca quebrada y sujetar la cámara de video; se veía especialmente contento pese a haberse arrastrado sobre su estómago los últimos 20 metros, agradecido con cualquier dios que lo oyera por la invención de la visión nocturna y el gusto de Suki por usar faldas en los momentos más "inadecuados".

— Preguntaría que hacen todos ustedes aquí, pero temo la respuesta – la voz de Kai no era cansancio, sino de completo hastío ante lo que parece inevitable que pase.

— Una reacción de lo más normal – siguió murmurando Tala.

— ¿Qué fue lo que te dije Ian? – se dirigió Kai al pequeño ruso, listo para explotar en alguien.

— Que no me alejara de ellos dos, y como puedes ver, no lo he hecho – le respondió rápidamente Ian, con un brillo inteligente en sus ojos.

— Ahhh... no sé ni por qué lo intento – siguió sufriendo Kai.

— ¿Es que no sabes que hay seguridad en estos sitios por algo? – gruñó Pasha, disparando una letal mirada desde sus ojos negros en dirección a Suki.

— Es que no existe fuerza en la faz de la Tierra que pueda detenerme si mi deseo es ver a Kai – le respondió la japonesa, agarrándose de sorpresa del brazo del Kai, que no tuvo momento ni de saltar.

— Me gustaría poner esa teoría a prueba – siguió gruñendo Pasha.

La escena no era más que extraña, pero normal al mismo tiempo, dependiendo de cuanto tiempo se haya dedicado uno a desperdiciar con este grupo, Pasha y Suki estaban enganchadas en una competencia de miradas mortales o comentarios sarcásticos, con Kai atrapado, en medio llevándose una mano a los ojos como tratando de despertar de este mal sueño. Detrás, Bryan había simplemente abandonado sus intentos de meditación y se había sentado en la banca a llevarse el espectáculo, lamentado no tener palomitas, Ian, teniendo mucho video de ellas dos en este tipo de encuentro faltos de verdadero choque físico, simplemente había sacado un adaptador y estaba cargando la batería de su cámara. Mientras, en la otra esquina, Akira le estaba pasando unos consejos a Spencer sobre apuestas de hipódromo, y hasta le pasó su teléfono cuando finalmente se decidió por colocar 200 a que Akri-Tiki Tikri sería el primero en cruzar la meta en la octava carrera.

— ¡Blitzkrieg Boys¡5 minutos! – volvió a gritar el anónimo mensajero detrás de la puerta.

— OK – terminó Pasha con un profundo suspiro de malhumor – Ustedes váyanse, me aseguraré que estos tres se comporten pero no nos podemos retrasar.

— ¿Qué se supone que somos¿Niños de guardería? – exclamó insultada Asuka, suficientemente enojada con Pasha como para finalmente soltar el brazo de Kai, lo que es bueno, porque él empezaba a sentirlo entumecido.

— Tú lo dijiste, no yo – le respondió Pasha, dirigiéndole una mirada de medio lado.

— �¿Cómo te atreves! – siguió Suki. Mientras ellas seguían, los miembros del equipo, menos Ian, de deslizaron discretamente por la puerta rumbo a las plataformas levadizas a manera de comenzar el show, uno se preguntaría en ese momento si Pasha había tomado pelea con Asuka para que no diera más problemas con la salida, o solo se pelea por el gusto.

— Por favor Minamoto, nos conocemos hace más de 10 años y yo no veo que hayas cambiado mucho, típico berrinche de nenita chineada – le dijo Pasha, jamás se ha visto a un ser vivo que sea capaz de proclamar esas palabras ante Suki sin tener que pasar las siguientes semanas alimentándose con un tubo, excepto Pasha, claro est�, la única capaz de mantenerla a raya.

— No veo que tú hayas cambiado Bazdehieff, sigues siendo una mandona menopáusica – exclamó Suki en su cara.

Ignorando a las "damas", Ian y Akira solo se sentaron en las amplias bancas del camerino y se pusieron a ver la apertura, pero sin sonido, si había algo que hacía a Ian querer coger su rifle de largo alcance para volarle la cabeza a alguien, eran los comentarios sin sentido que D.J. Jazzman, A.J. Topper y Brad Best compartían cada cinco minutos, además, pese a no ser nada nuevo, escuchar a esas dos discutir siempre era una reveladora situación, amplios temas para chistes y cometarios posteriores.

— ¿De verdad crees que este será un torneo interesante? – le preguntó Akira al pequeño ruso, cubriendo un bostezo con la mano.

— Nuestro equipo nunca ha estado en uno que no lo sea – le respondió Ian, separando los ojos en la pantalla para ver Aki.

— Tu equipo nunca a estado en uno que no tenga como mínimo heridos – le recordó Akira.

— Precisamente – concluyó Ian, con una amplia y maliciosa sonrisa.