Capítulo VII: Cuentos de dulcería
— Déjame ver si entiendo bien esto... ¿Todavía les debes el almuerzo? – pese a ser una simple pregunta, el tono de Bryan no podía llegar a expresar más burla. Ya estaban de regreso en su camerino, y detrás del ruso de cabello gris, Spencer hacía lo que podía para ocultar la sonrisa que amenazaba con aparecer, mientras que Tala le pegaba un codazo a Bryan para que se calmara.
— Kai, eso es muy tacaño de tu parte, deberías aprender las de tu encantadora prometida y ser más liberal con el dinero, ni que fueras tú el que lo gana – Spencer, normalmente más callado, estaba confabulando con Bryan.
— Yo. No. Les. Debo. El. Almuerzo – comenzó Kai, con el tono más seco y letal que es posible imaginar – Y si ustedes quieren poder seguir durmiendo con los dos ojos cerrados, les recomiendo enérgicamente que dejen esa idea.
— Uuuuuuyyyyyyyy... – definitivamente Kai no era suficiente para intimidar a Bryan y Spencer.
— Honestamente Kai – comenzó Bryan mientras buscaba el control para encender el televisor – estás bien en la amenaza y todo eso, pero te falta algo, no estoy seguro de qué, pero deberías prestarle atención a Pasha, ella puede llevar la amenaza de muerte a niveles artísticos. ¿Estás de acuerdo conmigo, Tala?
— Sin comentarios – Tala súbitamente encontró muy divertido ver las manchas del techo ante las inquisidoras miradas de sus compañeros de equipo – Ehh... mmm... ¿a dónde creen que fueron esos cuatro? – no es una forma muy discreta de cambiar el tema.
— Con suerte, cayeron en algún agujero interdimensional y jamás volveremos a verlos – dijo Kai conservando su tono neutro.
— Entiendo que digas eso por tu "adorada" Asuka y el "encantador" Akira, pero no entiendo por Pasha e Ian, esos dos son relativamente normales, al menos para el promedio local – comentó Bryan, concentrando la mirada en la pantalla, mientras usaba el control para deslizarse por los canales como un experto.
— Al revés – se metió Spencer – Pasha e Ian pueden hacer el viaje a la dimensión desconocida, no se les extrañaría realmente...
— Tu sentido del compañerismo me deja sin aliento, Spencer – dijo a su vez Tala.
— ... yo simplemente no creo que nuestro loable joven Hiwatari pueda vivir sin el incondicional amor de Suki, o Akira provocando úlceras a Lord Voltaire – Spencer acabó su discurso con un aire entre político sazonado y bromista de mala muerte, Kai no sabía decir cuál era de más mal gusto; pero algo sí era seguro, no importaba si no era tan amenazador como Pasha, él no era persona de amenazas, sino de promesas, y estos dos lo iban a averiguar del modo difícil.
— Suficiente discusión¡Bryan, pon el encuentro! – Tala prefería cambiar de tema, si seguían por ese camino le obligarían a defender o callar ante posibles comentarios sobre Pasha y eso lo llevaría por un pantano discursivo del que Bryan y sus mal encubiertos comentarios jamás lo dejarían salir, o sea, ponerse tangencialmente en contra o a los pies de Pasha y estaba seguro de que no sobreviviría una semana si algo así llegara a los oídos de ella.
Bryan puso el encuentro, donde ya A.J. Topper y Brad Best empezaba a desgranar todos los antecedentes de juego que los jugadores tenían, intercalados con chistes de mal gusto y comentarios sin sentido, bastante como una conversación en noche de tragos con Ian, recordó Tala. Y por cierto¿a dónde se habrán metido esos? Una simple desaparición era una cosa, pero normalmente Asuka puede rastrear a Kai como un sabueso al zorro, ciertamente es sorprendente que ella no haya encontrado la manera de salir de algún espacio físicamente imposible de alcanzar o concebir para caerle de improviso a Kai.
— Te lo digo, es cierto, si comes un paquete de esos dulcitos raros y una Coca-Cola al mismo tiempo te van a estallar los intestinos – no tardaron en llegar¿verdad? En ese momento por la puerta, entró Akira en conversación con Ian, y detrás estaban Pasha y Suki, sorprendentemente no estaban tratando de matarse, pero sí estaban muy ocupadas lanzándose de vez en cuando miradas tan frías que congelarían el Sol.
— ¿Se puede saber dónde estaban? – Bryan preguntó, más curioso que otra cosa, mientras que, aún en total posesión de control pese a los intentos de secuestro de Spencer, se dedicaba a buscar el MTV.
— Akira quería un dulce, así que fuimos por unos cuantos – respondió Ian, mostrando las botanas, y haciendo evidente que, para ellos, unos cuantos se traducían en términos matemáticos en dos toneladas y media de cada uno de los sobre-azucarados subproductos alimenticios producidos por el hombre.
— Si no tienen un infarto con toda esa basura – comentó Kai – van a tener una alza de azúcar tan grande que vas a dejar a Max como alguien sano y normal, y de una vez les digo, él le pone mostaza a todo.
— ¡Kaaaaiiiii! – chilló súbitamente Suki, que se vio desviada de su pelea silenciosa con Pasha en el momento que oyó su voz, y se le lanzó encima de un modo tan sorpresivo que los dos prácticamente cayeron al suelo, ella sobre él en una posición que se calificaría de altamente comprometedora. Agregado a esto, Ian prácticamente soltó la bolsa de dulces de Aki, que a su vez se lanzó al suelo para que evitar que se impactaran, mientras el pequeño ruso sacaba su cámara y captaba para la posteridad el ligero tinte rojo que apenas se distinguía entre las marcas de pintura facial azul de Kai. Este no podía ni conjugar palabra al tener a Asuka tan encima de él.
La situación era tan rara que Bryan y Spencer no se podían controlar y rompieron en esas risas ahogadas al fondo del cuarto, eso rompió el cuento, permitiendo que Kai reaccionara y balbuceara una combinación de maldiciones y disculpas, por qué disculpas, es probable que él no se diera cuenta. Se incorporó, tratando de mantener la mayor dignidad posible; una función difícil, porque Suki, decepcionada de haber sido retirada de su ventajosa posición, no se dejó vencer y se sujetaba a su pierna, lo que lanzó a Bryan, Spencer e Ian en un ataque de risas aún más indiscretas.
— Pásame los M&M's – le dijo Pasha a Tala, ella trataba de mantener la cara más inexpresiva que le fuera posible, de modo que era imposible saber si reía o enfurecía, pero Tala, que estaba robándole la bolsa de M&M's a Akira, sabía claramente que ella, aparte de estar precisamente dividida entre la risa y la furia por la falta de decoro de Asuka, tenía cierto grado de envidia porno tener el valor de lanzarse tan libremente como ella a hacer las cosas.
Ninguno de ellos, educados en la Abadía, podían ser tan libres para expresar en todo sentido lo que deseaban o pensaban y es lo que Pasha deseaba hacer. Aunque lo que él no sabía es que la misma Pasha envidiaba el que Suki estuviera tan segura de su relación con Kai que podía hacer lo que quisiera para expresarlo; la rusa no estaba segura de cuál era el nivel de su relación con Tala, no era novia en un sentido estricto, pero ella más cercana a él que a los demás Blitzkrieg Boys, así que ¿qué eran?. La adolescencia era tan frustrante que a veces ella deseaba agarrar su arma y abrirse camino sin preocuparse de los demás, pero eso ciertamente afectaría su promoción laboral.
— ¡Hey! Esos son mis M&M's – reclamó Aki, aún recogiendo sus gomitas.
— ¿Y los Milky Way? – preguntó Tala con una inexplicable sonrisa, manteniendo los chocolates detrás suyo.
— Hasta donde yo sé, yo los pagué – Aki defendía sus derechos a tener una intoxicación de glucosa o a hacer que su abuelo pagara la reconstrucción dental.
— Entonces por qué Ian tiene la mitad de ellos en su boca – la sonrisa de Tala era mayor, mientras le pasaba discretamente el chocolate a Pasha.
— ¡Ian! – Aki, completamente burlado por Tala,se volteó a Ian, reclamando sus dulces y deliciosos chocolates (N/A: Por un Milky Way¡lo que sea!)
— No es cierto, yo prefiero el Sneaker – se defendió Ian, que ya podía ver el juego de Tala, pero no le salió bien, porque Akira también había perdido los Sneakers, le haría bien buscar en las bolsas de Spencer.
— No te estás ayudando, Ian – le amenazó Akira tratando de hacer la imitación de la cara voy-a-demostrar-por-qué-nadie-se-mete-conmigo que Asuka muestra, pero le falta el estilo de Pasha.
— Mmm... mmm... ¿auxilio? – Ianmiraba de un lado a otro, buscando a ver quién le defendería de la furia dulcera de Akira, pero todos se veían muy ocupados, sea burlándose de él, comiéndose con descaro los M&M's y Sneakers, o simplemente tratando de recuperar una digna pose y quitarse a la loca violeta de encima.
— ¡Oh, rayos! – murmuró Bryan finalmente – Atención todos, ya va a comenzar.
Efectivamente, ya Jazzman anunciaba a los dos equipos que jugarían, White Tiger X contra el BBA Revolution en el primer encuentro del torneo; y eso significaba no más espectáculo por un rato, pero al menos se divirtieron de un modo que solo es posible cuando estos llegan de visita.
— Espero que esto sea más interesante, ese gordito a pegado tanto grito y se ha proclamado campeón que ha menos que les gane en 5 segundos y con los ojos cerrados me voy a sentir muy decepcionado – comentó Tala, acomodándose en la banca junto a Pasha.
— Solo por diversión, le apuesto 1000 al White Tiger X, ese chinito Ray siempre me cayó bien – dijo Aki casualmente, mientras hacía un cheque de cuerpo completo a Ian, buscando sus Sneakers, hasta el momento había encontrado cinco Musketeer, un Orly de manjar, dos Mecanos y tres cajas de Vicios, pero nada de Sneakers.
— Akira, nadie va a aceptar esas apuestas si las sigues haciendo por miles de dólares, esto no es Las Vegas, nadie te va aceptar una apuesta mayor a 50 – le recordó Spencer.
— ¡Vaya amargado! No me culpes solo porque perdió Akri-Tikri Tikki. De verdad tengo que hacer un viaje a Las Vegas – se recordó Aki, que finalmente encontró un Sneaker, en el fondo de su bolsa de compras - ¡Ah, aquí está uno!
— ¿Las Vegas¡Qué vulgar! – Suki, a la que Kai finalmente había logrado separar de sus piernas, igual se sentó junto a él, pero más concentrada en ajustarse las uñas con una lima – Deberíamos ir a Mónaco, creo que ya es casi fecha para el rally de España y podríamos aprovechar, le prometí a Sebastián Loeb que le haría unas porras.
— ¿No viste a ese francés durante el rally de Japón? – Akira y Kai recordaban eso, tuvieron que ir arrastrados hasta Hokkaido para que ella tuviera una foto con el equipo Citröen.
— Sí, pero creo que le caí bien, porque me invitó a España – comentó ella tranquila.
— Típica Asuka, rompiendo corazones – Aki sí lo encontraba divertido, vaya pareja que hacían Kai y Suki, conquistando y destruyendo, torneos y corazones ajenos y ni se daban cuenta de lo que eran capaces.
— ¿Qué demonios está haciendo ese? – la conversación estaba tan entretenida que ni le habían prestado atención a la televisión, Pasha fue la primera que regresó su atención a la pantalla, y lo que vio la dejó sin saber realmente que decir o pensar.
Tyson, dando muestras de una completa falta de sesos o capacidad, había dado un tiro raro al ver que Ray no iba a enfrentarse a él e iba a enviar a Lee, de modo que, en una completa falla de percepción estratégica y cerebro, había acabado en un encuentro doble con los contrincantes de los dos equipos al mismo tiempo.
— Olvida lo que dije, ese se volvió loco – murmuró Tala.
— Vamos, siempre podría ganar – Akira estaba extrañamente optimista, considerando que hacía cinco minutos estaba apostando 1000 en contra de Tyson. Pero efectivamente, los constantes errores de Tyson y su incapacidad de ajustarse al ritmo de Daichi los convirtieron en blanco fácil para el balance y trabajo en equipo de Ray y Lee, que se movían con agilidad y facilidad entre las agujas del plato.
— Mmm... eso me recuerda que aún no compro mis agujas nuevas murmuró Pasha.
— Luego vamos a algún barrio haitiano a buscarlas – le respondió Tala, igualmente bajo.
— Puedo saber que qué agujas estánhablando ustedes dos – Suki siempre había sospechado cosas raras de Pasha desde que le dio un extraño dolor de espalda en el último baile de colegio para el que le tomó días convencer a Kai que la llevara, y sabía que ella había estado una temporada en el Caribe, por lo que solo empezó a atar cabos.
— Nada – le respondieron los dos rusos al mismo tiempo, Tala menos convincente que Pasha.
— Hummm... parece que acabaron al fin – las paranoias de Suki fueron desviadas cuando Bryan dijo eso, regresó la mirada al televisor y, efectivamente, BBA Revolution había perdido, y Tyson hacía un drama peor que el de una telenovela venezolana.
— ¡Qué decepcionante!- dijo Pasha – Yo no sé ustedes pero yo esperaba algo ligeramente... distinto.
— ¿Algo así como que el glotón siquiera durara más allá de 30 segundos? – preguntó Ian, evidentemente burlándose de Tyson, acto que no requiere de demasiado esfuerzo.
— Algo así – coincidió Pasha – Bueno, me parece que seguimos nosotros, así que mejor salimos.
— Excelente¿alguien sabe con quién nos toca? – Bryan ya le había robado el Mecano a Aki,que había estado ocupado vigilando a Ian que no notó que entre él y Spencer ya le habían quitado más de la mitad.
— Bryan, tu vas a estar sentado en la banca – le recordó Pasha con una ceja levantada.
— No implica que no me divierta con el espectáculo – Bryan no estaba muy contento con no jugar, pero le gustaba estar cerca para ver a los pobres perdedores partirse en melodramas de desesperación, hacía que valiera la pena levantarse en las mañanas.
— Nos toca con la Dinastía F – avisó Tala, antes de que la discusión se desviara demasiado.
— ¿Dinastía F? – le sonaba a Spencer, pero realmente no recordaba mucho.
— Son los payasos de circo – completó el pelirrojo, viendo que su equipo había fallado en recordar los informes que Inteligencia Corporativa les había pasado.
— Eso dice mucho – se metió Suki con sarcasmo, aunque esta conversación no era con ella – el 95 de los participantes de este torneo parecen rechazos de algún circo.
— Sí, pero estos son de verdad – finalizó Tala.
— Mucha conversación, vayan antes de que se les haga tarde – les dijo Pasha, levantándose - Y¿Ian, Akira?
— Siiii – respondió el par de modo inocente.
— Limpien este chiquero – les ordenó ella con esa voz fría y despiadada que usa en entrenamiento y que deja claro que no aceptará otra respuesta más que "Sí señora, de inmediato señora" – Y luego suben y usan los asientos que tienen en la arena, mientras que ustedes cuatro – le indicó al equipo – Suban a su juego.
— ¿Puedo saber que vas hacer tú? – no era una pregunta muy irrespetuosa, y aunque lo fuera, Tala siempre sabía como formularlas sin que la rusa se enojara, pero manteniendo su tono de desprecio a la humanidad¡cómo adoraba Pasha eso de él!
— Tengo un pequeño asunto que atender, luego voy a la gradería – le respondió ella – Ven conmigo Minamoto – y sin siquiera permitir reacción, cogió a Suki de un brazo y la arrastró con ella.
— ¿Acaso Pasha acaba de decir que tiene un asunto que hacer mientras se llevaba a Asuka? – Ian no se creía eso.
— Me parece que sí – Spencer se reía mucho.
— Eso no es bueno para alguien – Bryan lamentaba perderse eso.
XD XD XD XD XD XD
— Puedo saber que te propones, Bazdehieff – murmuraba Suki muy enojada mientras la rusa la arrastraba.
— Solo es un pequeño plan mío, Minamoto, supuse que estarías de acuerdo – era obvio que Pasha sabía a dónde iban porque no bajaba el paso ni un segundo.
— Depende¿qué retorcida idea puedes tener para que yo esté de acuerdo contigo? – Suki podía estar en batalla constante con Pasha, pero sabía cuando tenía un buen y divertido plan.
— Castigo, mi estimada Asuka, lento, cruel y brutal castigo – su voz sonaba tranquila, pero de fondo se percibía un timbre de sadismo tan grande que sería capaz de superar a Bryan en sus mejores días.
— Si es en contra de quién yo estoy pensando¡me gusta, me gusta, y mucho – Suki se había soltado y ahora iba casi pegando brinquitos junto a Pasha.
— Pero hay que preparar el terreno primero, no vale la pena solo matarlo, primero hay que darle el mensaje – Pasha había visto El Padrino la semana anterior, y eso siempre le daba ideas.
—Con tal de que reduzcamos a alguien al ataque de nervios, tienes mi apoyo – eso debe ser lo más simpático que Suki le diría a Pasha en su vida.
— Entonces vas a estar muy feliz – discretamente ya una sonrisa estaba en los labios de Pasha, el tipo de sonrisa que somete a un experto mercenario a un puño de temblores a sus pies; ¡ella le enseñó a Bryan, ciertamente sabe como destruir la mente de la gente.
