Capítulo XIII¡Denme una B…!
— De acuerdo todos, escuchen – Pasha llamó la atención de los presentes, en su mayoría muy ocupados contando los clavos del techo para prestarle atención, o al menos los irresponsables de costumbre, que andaban de gorrones, porque los que de verdad estaban trabajando aquí, o sea, solo Tala y Kai, estaban prestándole atención al encuentro entre el PPB All Stars y la Dinastía F; pero todos ustedes saben como fue eso, así que no hace falta detallarnos, solo diremos que Bryan, Ian y Aki se rieron montones cuando las cámaras pescaron la pelea entre Raúl y Julia en la banca. La altamente dominante rusa, viendo que no le ponían atención, y estando progresivamente de más mal humor en una combinación de resaca y el pésimo sabor del remedio que le dio Aki, decidió sacar su recurso de costumbre, así que desenfundó el látigo y partió la mesa del café en un movimiento.
—Ok, ok, ya entendimos no hace falta ponerse violentos – dijo Ian, poniendo las manos en defensa, y con una sonrisita agregó – a menos que elijas un blanco móvil que yo pueda grabar.
— Silencio Ian – murmuró ella, en un susurro amenazante.
— Me calló – dijo él, escondiéndose detrás de Spencer.
— Así, está mejor. – comenzó su explicación, mientras cerraba los ojos y tragaba más del remedio de Aki - Escuchen, dentro de unos minutos, en cuanto los americanos de mala muerte esos derroten a, como los llamó Minamoto, los engendros circenses del mal vestir...
— Deberías respetar más a nuestro rivales – la interrumpió una voz seria desde el fondo.
— Suficiente Kai – se giró ella de un modo tan brusco que de seguro estuvo a punto de desmontarse el cuello - mi cabeza me duele como si un martillo hidráulico la golpeara, ustedes turba de inútiles solo se la pasan jugando juegos de mesa o haciendo chistes malos y estoy a punto de parar por una de las experiencias más humillantes de mi vida – y rompiendo a gritar en definitiva - ¡NI SIQUIERA TE ATREVAS A SACAR TU DELICADEZAS RESPECTO AL RESPETO DEL RIVAL EN ESTE MOMENTO!
— Uhhh... Pasha le gritó a Kai – comenzó Bryan, murmurando.
— Debe ser señal del Apocalipsis – concordó Spencer.
— ¿Puedo seguir? – les dijo ella impaciente, golpeando el piso con la punta del tacón.
— Por todos los medios posibles – le dijo Bryan, como si fuera alguna conversación en un salón de té victoriano.
— Bien, como iba diciendo antes de ser tan interrumpida – comenzó Pasha, revisando datos en su palm pad – A como se ve la situación, este encuentro está por terminar, nosotros seguimos inmediatamente después, enfrentando a BBA Revolution, que probablemente serán Tyson y ese raro mono rojo que se supone se llama Daichi...
— Y que por algún retorcido motivo usa una manga del pantalón más corta que la otra y tiene un parche de osito en el trasero... – Asuka estaba aterrorizada por semejante insulto a la moda.
— ¡Minamoto! – gritó Pasha de nuevo, ya empezaba a sonar ronca.
— Ok,ok, no interrumpo – Asuka hizo algún indefinible gesto con la mano y siguió leyendo la revista de moda que tenía en la mano.
— Gracias – y respirando profundamente, ella siguió - Esta será una pelea difícil, pero confio en que ustedes, y con eso quiero decir Tala y Kai, van a poder ganar.
— ¿Si solo ellos van a jugar, porqué vinimos nosotros? – preguntó Spencer, levantando una ceja.
— Honestamente, no tengo idea, pero debe ser alguna forma de castigo divino – casi se pueden ver las venas del cuello de Pasha brincando, ya cansada de interrupciones - ¿Puedo seguir?
— Claro – le respondieron a coro como si fueran lindos querubines.
— Kai y Tala se encargaran de la pelea, y lo harán en ese orden, saben como pelear, así que termínenlos lo más rápido e eficazmente posible – siguió ella con su instrucción.
— Yo voy a pelear contra Tyson – dijo Kai, con voz inexpresiva pero un tinte peligroso en los ojos, solo que no tan peligroso como para intimidar a una Pasha con jaqueca.
— ¡PUES HAGAN LO QUE LES DE LA REGALADA GANA¡YO ME LARGO! – gritó la rusa, arrojando la palm contra el muro, abriendo la puerta de una patada y saliendo - ¡PERO LUEGO NO ME VENGAN A LLORIQUEAR COMO PERDEDORES!
— Creo que me agradaba más cuando estaba medio inconsciente – comentó Bryan tranquilamente, aunque esa cosa casi lo había decapitado hacía menos de medio minuto.
— Lo sabía, es puro Síndrome Premestrual – empezó por su parte Asuka, revisándose las uñas – ella es una bruja.
— Mmm... Suki, Pasha se fue... – le dijo Akira, señalando lo evidente.
— ¿Y qué? – a ella no podía importarle menos lo que hiciera la maníaca rusa con su vida, o falta de ella.
— El encuentro de los muchachos debe de empezar en menos de 15 minutos – le recordó su cuñado, esperando que captara cierto detallito perdido.
— Y... – ella seguía fallándole, tendría que ser un poco más directo.
— No tenías algo planeado que la implicaba a ella... – ya más que eso no se podía ser más.
— ¿Cómo qu... – por segundo ella estaba confundida, pero entonces se acordó de cierta apuestita y se maldijo por olvidar la única cosa que estaba haciendo este viaje valer la pena, aparte de Kai - ¡OH, rayos¡Vamos Aki! – le dijo, arrojándole el paquete sospechoso que traían en el bus y saliendo tras la rusa.
— ¡Ah, siempre yo! – se quejó Akira, agarrando el paquete y siguiéndola - ¡Más te vale que no me arresten!
— ¡Hey, espérenme! – llamó Ian, que cogiendo al menos seis cámaras y su propio paquete sospechoso, corriendo tras ellos.
— Eso fue raro – dijo casualmente Bryan, una vez que el cuarteto se hubiera ido, dejando tras de si la peor abolladura que una puerta hubiera sufrido jamás, si Pasha sentía la cabeza como un martillo hidráulico, pateaba como un ariete de asalto.
— ¿En escala de 1 a 10 respecto a lo que pasa cuando todos estamos juntos? – le preguntó Spencer, siguiendo la corriente.
— Creo que un 6 – determinó el ruso de cabello gris.
— A mi me parece un 7 – dijo a su vez el rubio, y aclarando su punto - Pasha le gritó a Kai.
XP XD XP XD XP
— ¡Vaya que van rápido! – se quejó Ian, mientras trataba de seguir el paso de Asuka y Pasha, bastante más delante de donde estaban él y Akira - Eso que le diste a Pasha no era realmente el remedio de tu abuelo para la resaca¿verdad?
— ¿Se nota mucho? – preguntó inocentemente Akira, acomodándose el incómodo paquete de Suki.
— Digamos que jamás en mi vida espere verla gritándole a Kai, casi partir una puerta de una patada y abandonar una sesión de estrategía antes de un encuentro - rememoró Ian – Además de que esta mañana apenas podía mantenerse en pie y ahora parece que puede correr una maratón.
— A veces pasa – fue todo lo que Akira respondió a las acusaciones de Ian.
— ¿Qué le diste entonces? Porque lo que quiera que sea, yo quiero un poco – Ian buscaba nuevos mercados para intoducirse.
— La verdad es que es una delicada, extraña e inestable mezcla de analgésicos y metananfetaminas – le explicó Akira – A como está de drogada y estimulada en este momento, podría bailar el Lago de los Cisnes con un pie roto y ni siquiera lo percibiría.
— Eso no suena legal – le dijo Ian, levantando una ceja de modo suspicaz.
— Y no lo es, al menos no en ningún país en 20000 kilómetros a la redonda; pero el problema principal es la mezcla adecuada – consideró Akira, aunque nadie realmente le pedido explicación para esas cosas.
— ¿Cómo? – Ian estaba curioso respecto a cómo semejante efecto podría ser problema, más allá de las demandas de agresión y consumo ilícito.
— Por ahora ella está bien, pero cuando el efecto se acabe, tendrá suerte si se pone de pie antes de dos días – le respondió Akira, acelerando más porque los seguían dejando atrás.
— Eso es malo... – aunque de hecho a Ian le parecía muy gracioso.
— Y la mejor parte es que tan inestable que yo personalmente no tengo idea del nivel del efecto o cuanto le durará... – siguió Aki.
— Ohhh... – sería diversión o preocupación de parte de Ian, no se puede saber.
— Pero te digo esto, espero que no esté haciendo nada peligroso cuando se agote, porque ya te dije, tendrá suerte se despierta.
:P :P :P :P :P :P
— ¡Oh, Pasha! – se escuchó el llamado musical y aparentemente tranquilo de Asuka, a apenas sobreponiéndose al violento repiqueteo que los tacones de la rusa hacían mientras ella caminaba enojada por el pasillo del estadio de Roma; pero pese a que la había oído, Pasha parecía no pretender detenerse.
— ¿Qué quieres Minamoto? – gruño la rusa, bastante molesta no solo de ser interrumpida en su divagar de furia, sino, agregado a eso, ser interrumpida por Asuka, de toda la gente.
— ¿No sé te olvida algo? – Suki trataba de seguirla cerca, pero con las zancadas que practicaba Pasha, casi tenía que trotar, y eso hacia que su voz inocente le saliera más sospechosa que de costumbre.
— ¿Cómo qué¿Volar todo este estadio y mandarlos al infierno, tal ves? – Pasha parecía que bromeaba, pero con esta gente nunca se puede estar demasiado seguro, tal vez Spencer tenga razón y tenga un arma biológica de respaldo.
— No, sería algo más parecido a una apuesta – le recordó finalmente la japonesa, en un detalle por el que Pasha habría vendido su alma al demonio con tal de no tener que cumplir.
— Me niego – eso hizo pararse a Pasha en seco en medio del pasillo y girarse sobre sus talones de modo mecánico, encarando a la japonesa que casi choca con ella de lo rápido que paró.
— Me parece que no tienes opción – en todo momento, Asuka estuvo usando una sonrisa asesina, se acercó a Pasha con un paso equivalente al de un depredador que huele el miedo en su presa, y sin previo aviso, y para gran sorpresa y placer de Aki y Ian que apenas las estaban alcanzando, Asuka agarró a Pasha de los brazos y la empujo con ella a través de la puerta de uno de los tantos camerinos vacios, paropiadamente colocada justo detrás de ellas.
— ¿Que...¡Auxilio! – medio pudo reaccionar Pasha antes de desaparecer en el cuarto.
— No me olviden... – medio balbuceó Aki, sosteniéndo el paquete, antes de decir otra palabra, Suki reapareció, aún llevando su mirada asesina y le quitó el paquete de las manos.
— Eso será todo, ya pueden irse – y les cerró la puerta justo en las narices, asunto comprometedor si recordamos el tamaño de la nariz de Ian.
— ¡Qué perdida de tiempo! – se quejó Aki, siendo usado de burro de carga y perdiéndose de todos modos la diversión.
— Vamos antes de que nos quiten los asientos, ellas deben de llega ahí – Ian se comportaba muy racional, considerando lo mucho que odia perder una buena escena entre Pasha y Asuka, pero debe ser porque él está mejor informado que los demás respecto a los planes de Suki.
Se dirigieron hacia la gradería, cuando una borrón rojo les pasó cerca, rezongándo alguna tontería y aparentemente dirigiéndose hacia la salida principal y a un paso casi tan rápido y tan impresionante como el de Pasha, pero ni cerca de su mal humor.
— ¡Oye¿no es ese el gordito deforme Tyson? – le preguntó Aki a Ian, mientras lo veían salir a la carrera, casi tirándo a alguien.
— Me parece que sí – le respondió Ian, realmente más interesando en revisar que sus cámaras tuvieran carga.
— ¿Sabes lo que eso significa? – le preguntó Aki, con una rara combinación de sonrisa y burla subiéndo en su cara.
— Iluminame por favor – le respondió Ian con sarcasmo, listo para comenzar una de las más divertidas experiencias de su vida.
— Pues que mi hermano no va a estar nada contento – le ilustró el gemelo Hiwatari - y sabes que él es capaz de cualquier cosa cuando no está contento.
— Esto se pone cada vez mejor – Ian casi podía empezar a agradecer al cielo por la suerte que le tocaba este día.
XP XP XP XP XP XP XP
El encuentro entre el PPB All Star y la Dinastía F estaba terminado, con un resultado por todos conocido de completa y aplastante victoria para los americanos, y pese a eso, el caprichoso público parece detestarlos completamente. Así que ahora, tras limpiar la cantidad de fruta podrida que les arrojaron, D.J. Jazzman estaba anunciando el siguiente encuentro del día, que encaraba a dos de los grandes favoritos en el torneo; todos estaban ahí para ver lo que prometía ser una gran pelea entre Tyson y Kai, solo que las listas de jugadores pueden cambiar en cualquier momento.
— No puedo creer que realmente me has convencido de hacer esto – se quejaba Pasha a medida que se acercaban a la gradería principal, y aunque no había mucha gente en los pasillos, no había habido hombre que no se les quedara viendo.
— ¿Por qué te quejas? – le reclamó Asuka – Al menos no te ves tan mal como de costumbre.
— Si no estuviera tan avergonzada en este momento, te haría tragar veneno por lo que acabas de decir – le respondió amenazadoramente Pasha, tirándo un poco de su falda para recuperar algo de dignidad.
Entre tanto, en primera fila de la gradería principal del beyestadio, Ian y Akira ya llevaban buen rato acomodados, estaban de lo más tranquilos bebiendo gaseosas de maléficas corporaciones mundiales que tienen más éxito en conquistar el mundo que Voltaire, entablando conversación para evitar oír los malos chistes de Jazzman, A.J. Topper y Brad Best. No hacía mucho que el encuentro anterior había acabado, pero los siguientes equipos aún no subían, así que había que matar el tiempo de algún modo.
— Te apuesto a que puedo ponerle un huevo a la cabeza de Jazzman y no se da cuenta – decía alegre Aki.
— Eso no es nuevo, lo hacemos cada cinco minutos, prueba algo mejor – le retó Ian.
— Bueno, bueno. ¿Qué tal si le echamos gas de la risa a la cabina de ese par de idiotas? – trató Akira, en directa referencia a los dos molestos narradores.
— Sería interesante, pero no cabiaría mucho de cuando Pasha los noqueó y amarró en Miami – ponderó Ian.
— Es tan difícil ser creativo con tantos locos habiendo hecho ya las cosas divertidas – se lamentó Aki.
— Es el precio de su campañía – dijo Ian de modo casi poético.
— Ni lo digas, por cierto. ¿Dónde se habrán metido esas dos? – se levantó y miró alrededor, pero ni señales de las dos damitas, que todavía no le habían mostrado a él, su compinche de todas las ocasiones, el plan que tenían reservado para tan interesante ocasión - ¿Y qué es todo ese revuelo? – dijo, señalando a un escándalo que se había armado de pronto en la parte más alta de la gradería, donde de pronto casi todos los hombres se habían parado y lanzado chiflidos y pirópos.
— Mmm... Aki, creo que esas dos son ellas – indicó Ian, y así de cierto, unas vez que Aki fijó bien la vista, se dio cuenta de que efectivamente, todo ese escándalo era causado por la entrada de Asuka Minamoto y Pashanka Larionovitch Bazdehieff, ambas enfundadas en chiquititos vestidos de porristas de color azul marino con adornos cobrizos, tenis y medias altas, llevaban pompones de combinación azul y roja, y de alguna manera Suki se las había arreglado para que ambas llevaran el cabello arreglado en dos largas colas, sujetas con algún raro pin de peluche, a los lados de la cabeza. Semejante escasez de vestuario en dos elementos, que por consenso general debían ser las muchachas más lindas de la ciudad, además de cumplir la fantasía de cualquier hombre, era lo que estaba causando semejante escándalo.
Cuando llegaron ante Ian y Akira, después de bajar la gradería y enfrentar toda la gama de piropos y propuestas, desde las más vulgares hasta las de matrimonio, se notaba que Suki no había prestado realmente atención, porque se veía chispeante de la felicidad (o tal vez le gusta eso), mientras que Pasha parecía dividida entre la vergüenza y la pura furia homicida, de modo que no sabía como actuar.
— ¿Puedo saber que se disfrazaron? – preguntó Akira entre lo confundido y lo divertido.
— No es obvio, vamos a darle a mi adorado Kai, y en menor medida a Tala – agregó esa última parte con una voz más baja, pero regresó a lo alto de inmediato – un alegre saludo y animos para que ganen.
— ¡Alguien dispáreme, por favor! – murmuró Pasha, viéndose completamente miserable, mientras que Ian, partiéndose ya de la risa, apenas y pudo hablar.
— Tala y Kai van a adorar esto.
