Capítulo XVIII: Algo están planeado

Al día siguiente, tanto Pashanka como Asuka aparecieron vivas cuando salían hacia el beyestadio, así que no debió haber sido algo tan importante el escándalo de la noche anterior, por lo que Ian dejó ver que seguía apoyando su pervertida teoría. Tuvieron la acostumbrada rutina de subir al autobús y partir para el estadio mientras esquivaban la prensa y cosas así.

Llegar al estadio, descargar equipaje y prepararse para el primer encuentro fue la actividad de costumbre, más allá de que Suki se veía especialmente inquieta, como si esperara algo, y Pasha se veía más irritable que de costumbre, y eso que el día anterior había tenido su buen desahogo al destrozar muros, pisos, columnas y la cara de D.J. Jazzman. Lo más sospechoso de todo el asunto es que ni Ian o Akira, que eran sus compinches usuales, tenían la más mínima idea de lo que estaban planeando; lo que quería decir que decir que lo que pasara, si es que algo pasaba, era puro asunto entre ellas dos, y eso lo hacía mil veces más escalofriante.

— Muy bien – comenzó Pasha el discurso motivados antes de salir, si es que a sus amenazas de muerte e insultos multilingüísticos se les puede llamar motivación positiva – hoy vamos contra esa excusa de equipo que son el PPB All Starz.

— Me aburren – aulló Ian, ajustando una nueva lente en su cámara.

— Cuando quiera tu opinión Ian, te la pediré – le increpó Pasha – Como saben, ellos tienen la costumbre de depender mucho de sus datos técnicos previos de los equipos de modo que su respuesta es predecible.

— ¿Predecible cómo? – ciertamente Tala ya había barrido el piso con los americanos en su último encuentro, pero Pasha siempre lo dejaba sorprendido con sus respuestas.

— Pues porque dependen de nuestras acciones para tomar las suyas, de modo que cualquier cambio en nuestra estrategia inevitablemente afecta su desempeño – le aleccionó la rusa.

— Pero no tomas en consideración que Max, que es su jugador de apertura, nunca ha usado ese método, él prefiere adaptarse en el camino antes de predeterminar, eso lo sé yo – la interrumpió Kai, y esa debe de ser la única que vez que él realmente hace un comentario sobre desempeño del equipo en sus reuniones, normalmente solo habla para regañar a Suki y Akira por hacer loco.

— Precisamente por eso es que yo recibo informes de Inteligencia antes de cada encuentro – les enseñó ella, sacando un fólder rojo de su maletín de viaje.

— ¿Recibimos informes de Inteligencia? – casi le preguntaron a coro Spencer, Bryan e Ian, que ciertamente no estaban enterados de eso, pero habrá que preguntarse qué creían ellos, qué ella improvisa estas cosas.

— Por supuesto que recibimos informes – les regañó ella de muy mal humor - estamos patrocinados por uno de los más grandes y poderosos imperios corporativos mundiales, lo menos que podemos hacer es aprovechar todo ese dinero y tener un grupo de analistas y espías vigilando a los demás equipos.

— Uuuhhhh... muy a lo James Bond – admiró Ian, que desearía poder darle una miradita a esos informes.

— Sabemos todo de todos ellos, desde su nivel de experiencia y habilidad en entrenamientos diarios, hasta cuantas veces van al baño – les indicó, ojeando el fólder – Por cierto Kai, deberías decirle a tu amigo Tyson que se revise el colón, parece que esa paella completa que se comió anoche no le está haciendo nada bien.

— Eso es impresionante, asqueroso, pero impresionante – admitió Ian.

— Y te es lo que te dicen esos reportes – preguntó Kai, en su tono serio pero retador que usa cuando no está de acuerdo no los métodos de la gente, lo que es siempre.

— Pues que los que parecen competir siempre por el PPB All Starz son Max y Rick. Max tiene más experiencia en campeonatos, y tiende a la defensa, pero eso no significa que no sea peligroso por su táctica de desgaste... – fue leyendo ella del informe.

— Eso no me dice nada nuevo – le respondió Kai, cruzándose de brazos, actitud que normalmente enojaría a Pasha, pero como está acostumbrada a los desplantes de Kai ni siquiera le hizo caso.

— Y acaba de recibir un blade nuevo – terminó ella.

— Eso sí es impresionante – admitió Bryan – debes tener espías hasta en la sopa.

— De hecho, y no tienen idea de cuanto le está costando al jefe – admitió y ella, y continuó con un tono más serio - así que me advirtió que si no conseguíamos un buen resultado de este campeonato, nos haría a todos desear el destino de Boris.

— ¡Exagerado! – exclamó Spencer.

— No lo creo – comentó por su parte Akira, que estaba más interesado leyendo una de sus revistas de canasta – le sale barato enviar gente a la extrema Siberia en paquetes grandes, y ahora que estamos en verano, se le ofrecen paquetes especiales por cada carro de prisioneros.

— En cualquier caso, ese Rick es un poco más problemático – siguió leyendo ella - prefiere las estrategias más violentas y liquidar a su rival del modo más destructivo posible, y... tiene problemas para controlar su mal genio...

— Como Asuka – intervino Akira.

— Estás buscándote que te deforme el rostro Aki – le amenazó la japonesa con el puño bien cerrado - pero al menos ya no te confundirán más con Kai.

— Supongo que Kai, tu querrás batirte primero en contra de Max¿o me equivoco? – preguntó condescendientemente Pasha, a lo que Kai solo respondió con un movimiento afirmativo de la cabeza – Por lo que Tala se enfrentará a Rick, de modo que si pierde, Kai habrá descansado lo suficiente como para enfrentársele él.

— ¿Y que te hace creer que yo voy a perder? – le preguntó Tala, levantándose de su silla y dirigiéndole una mirada rebelde y desafiante.

— Experiencias previas – fue lo único que ella le respondió con sus negros y fríos ojos, como una medianoche rusa.

— Uuuuuhhhhhh – fue el coro que llenó la habitación.

— Nadie como Pasha para humillar a un hombre – comentó Ian, meneando la cabeza.

— Yo no nunca le haría algo así a mi adorado Kai – dijo Asuka, levantándose de pronto de su asiento y brincó, pero justo cuando iba a lanzarse sobre Kai y hacer su tradicional movimiento de pulpo, se dio cuenta de que Kai había desaparecido otra vez - ¡ODIO CUANDO HACEN ESO!

— ¿Hacen qué? – preguntó Aki inocentemente.

— Pues cuando tú y Kai hacen esos trucos de ninjutso, detesto que desaparezcan en cuando uno les da la espalda – exclamó ella, pisoteando y bufando por toda la habitación.

— A mí siempre me ha parecido divertido – dijo Ian – Especialmente cuando hacen brincar a la gente del susto, queda muy bien en cámara.

De pronto, un celular sonó, tocando la Marcha Imperial de la Guerra de las Galaxias, Suki entonces sacó de su bolso un teléfono celular tan pequeño que parecía de juguete, de un color morado, y con muchas plumas y adornos colgando de un lado.

— Aló... sí, soy yo... ok, vamos para allá – colgó, tomó el brazo de Pasha y le susurró algo al oído, la rusa emitió un quejido indefinido, pero podría ser definido como hastío o cansancio, dio un suspiro de sumisión y se volteó a los demás.

— Bueno niños, tengo un compromiso que atender – comenzó, mientras tomaba su maletín de viaje y se dirigía a la puerta – Ustedes saben con quién les toca y lo que deben hacer, yo los veré desde la gradería. ¡NO ME DECEPCIONEN! – esa última parte la hizo casi gritada, cuando ya Asuka la iba arrastrando por la puerta.

— ¿Porque tengo la impresión de que hay algo aquí que no nos han dicho? – se preguntó Akira, ante lo obvio de la situación.

— Cielos Sherlock, yo no sé – le respondió Bryan, con todo su sarcasmo.

XD XD XD XD XD XD

— Aún no puedo creer que me hayas convencido de hacer esto¡debo estar mal de la cabeza! – se iba quejando Pasha mientras ella y Asuka caminaban por los pasadizos del estadio, aparentemente en dirección a la salida.

— No esperes que te contradiga en eso – le respondió Asuka, en una de las raras salidas de astucia que puede llegar a tener en su conversación de vez en cuando.

— ¿No se supone que yo ya había hecho esto en... Roma, o algo así? – se preguntó Pasha, frotándose un poco la cabeza, aparentemente, la tremenda borrachera y los excesos de extrañas drogas que le habían provocado amnesia parcial todavía andaban rondando, porque no se acordaba de nada de ese día realmente.

— ¡No¿Cómo va a ser? Te aseguro que si algo así hubiera pasado lo recordarías – la muy zorrita de Asuka estaba tomando ventaja de la situación para divertirse un poco más.

— Mmm... – Pasha no era tonta, y sabía que Asuka que le estaba ocultando, pero deberá resolverlo después, no hay tiempo para matanzas hoy.

(N/A: Suponemos que ustedes pueden adivinar de lo que se trata)

Mientras, frente a ellas, unas voces se aproximaban desde el otro extremo del pasillo: — No creo que él esté en condiciones de jugar hoy, Ray.

Efectivamente, eran Mariah y Ray que venían caminando, rumbo a sus camerinos para recoger al necio de Lee y poder comenzar con su parte del encuentro, en contra de la Dinastía F.

— Sí él insiste, no hay nada que yo pueda... ¡oh! Hola señoritas – saludó Ray nervioso, encontrándose frente a frente con las terribles e inmisericordes, y a veces espías de ventanas, las señoritas Minamoto y Bazdehieff. Por su parte, Mariah, recordando vividamente que la última vez que se encontró con ellas dos, tuvo que hacerse un implante de cabello para no quedar con parches calvos de donde le habían arrancado mechones completos, prefirió buscar algo de refugio detrás de su compañero.

— Kon – le reconocieron las dos, y siguieron caminando.

— Locas cobardes – murmuró Mariah, sacándoles la lengua cuando ya habían pasado.

— ¡Mariah! – lo último que Ray quería ver era como Asuka o Pasha le arrancaban la lengua de raíz a su compañera, pero él no iba a interponerse en su furia homicida si ella se lo buscaba.

— ¡Ahh! – se volteó Pasha de pronto, casi dándole un ataque cardiaco a Mariah – Mucha suerte en su encuentro de hoy... la van a necesitar – murmuró casi al final, desapareciendo en el recodo del pasillo.

— �¿QUÉ SE CREE ESA! – chilló Mariah - ¡NOSOTROS SOMOS MIL VECES MEJOR QUE ESA DINASTÍA F¡Y NI QUE DECIR QUE SOMOS MEJORES QUE ESE EQUIPO DE SEGUNDA DE ELLA!

— Mariah, calmada, por favor – Ray ni sabía que hacer.

Mientras, siguiendo en el corredor hacia la salida, Asuka le dirigió una mirada extraña a Pasha.

— ¿Puedo saber porque les dijiste eso? Ese... Dinastía F, lo único peor que su vestuario es la manera en la juegan – y poniéndose en defensa, no vaya a ser que de verdad crean que ella gusta del beyblade - Y no es que yo me fije en esas cosas, pero me parece más que obvio.

— Bueno, de acuerdo a mis informes, el tal Romero, capitán de la Dinastía F, convenció a ese viejillo sin carácter que es Dickenson, de que jueguen este encuentro en parejas – le informó la rusa, que de verdad debe de tener buenos informantes.

— ¿Y eso es importante por...? – preguntó Asuka¡cómo si de verdad le importara!

— Bueno¿no escuchaste? – frustraba a Pasha la falta de oído que Suki podía tener para el espionaje – La Dinastía F solo es buena en pelea de parejas, mientras que los White Tiger tienen a Lee enfermo, y de acuerdo a lo que sé, y escuché, es demasiado necio para dejarse sustituir.

— ¿Y eso me interesa por...? – siguió preguntando Asuka.

— Ahh... – suspiró Pasha, cansada de la conversación – Nada, nada en lo más mínimo.

— Lo suponía – Suki miró su reloj y apuró el paso – Mejor nos damos prisa, ese mensajero se supone que está en la puerta sur, pero a como son de malos estos servicios de mensajería baratos, es capaz de que se le ocurre irse sin entregarlo.

— No crees que estás exagerando mucho – dijo Pasha agitada, apurando el paso para alcanzar a Suki.

— No – le dijo la japonesa como si fuera lo más obvio – me costó mucho conseguir esas cosas en 24 horas, no voy a dejar que un empleaducho de cuarta clase arruine mi diversión.

XP XP XP XP XP XP XP

— Haciendo un resumen de la situación – habló nuestro querido pelirrojito frustrado cada día más con su propia existencia – Pashanka y Asuka han desaparecido de nuevo, aparentemente han conspirado en algún macabro plan, y como todos saben, eso nunca acaba bien para alguien.

— Pero queda hermoso en video – gritó alguien desde el fondo del cuarto.

— Gracias por el comentario, Ian – le respondió con sarcasmo Tala – Agregado a eso, Kai hizo otro de sus actos de desaparición, por lo que es imposible saber qué tiene planeado o a dónde fue.

— No sé porque te preocupas – le dijo Bryan, bien alagartado en un sillón – Él siempre regresa a tiempo para los encuentro y nunca falla.

— Cierto – admitió el ruso pelirrojo.

— Y lo peor que puede pasar es que yo lo sustituya – continuó nuestro sádico de cabello gris.

— De verdad es lo peor que puede pasar hoy – murmuró Tala por lo bajo.

— ¿Dijiste algo? – preguntó Bryan, desviando por un segundo la atención del televisor que acababa de encender.

— No, nada – respondió de inmediato Tala.

— ¿Qué estamos viendo? – preguntó Spencer, que para su suerte, se había perdido toda la declamación de desgracias de Tala por ir a buscar una Coca-Cola al pasillo, pero ni llegó a disfrutarla, porque no bien hubo cruzado la puerta, le habían dejado el vaso en seco con las sucesivas probaditas de Ian, Akira y Bryan.

— El partido de perdedores entre el White Tiger X y la Dinastía F – le respondió Bryan sin demasiado humor.

— Ahhh... ¡qué montón! – dijo el enorme Spencer con desilusión, sentándose en el suelo para darse un juego de canasta con Akira, que cada día gana más adeptos a sus juegos.

— Mmm... podría ser interesante – siguió Bryan, acomodándose como si ese fuera el sillón de su casa, y ¿no se supone que tienen que irse preparando para el encuentro que les tocaba a continuación?

— No lo creo – le dijo Spencer, y dirigiéndose a Akira - Oye¿por qué no mejor jugamos póquer al algo así?

— Eso es aburrido, uno está jugando por horas hasta que al fin alguien se queda sin dinero y pierde – se quejó Aki.

— ¿Y? – el grandote no le veía problemas.

— Pues que con el dinero que él tiene, podrían jugar por un par de siglos antes de siquiera aproximarse a perder – se metió Ian.

— Ahh...

— ¡Esto es desesperante! – chilló Tala, llevándose las manos a la cara.

— Dramatizas demasiado, Tala – le reprochó Bryan – Mira el encuentro, se está poniendo divertido.

— ¿Y cómo? – preguntó con desilusión el pelirrojo, sin levantar la mirada.

— Bueno – comenzó Bryan, qué quién sabe de donde había sacado unas palomitas de maíz - acaban de revelar que los payasitos mal disfrazados que entraron hace un rato eran de hecho la Dinastía F...

— Yo pude decirles eso – interrumpió Aki.

— Y como es un encuentro en parejas... – siguió Bryan, para ser interrumpido de nuevo.

— Espero que eso nunca nos toque, quién sabe lo que pasaría – Tala se veía algo inquieto con esa idea.

— A como es Kai, es capaz que te arroje del plato con todo y la competencia – le respondió Akira con tranquilidad.

— Ni me lo digas – no parecía, ahora sí estaba definitivamente inquieto.

— ¿Puedo seguir? – preguntó molesto Bryan.

— Adelante – le concedió Akira con la ligereza de una conversación sobre el té.

— Gracias – le respondió con sarcasmo nuestro ruso de cabello grisáceo - Si prestaran atención, habrían notado que Lee acaba de volverse loco con la presión del juego...

— Seguro que eso me va a pasar a miiiii... – empezó a lloriquear Tala, olvidado de toda dignidad previa.

— Ya, ya, ya, pobrecito el rusito loco – le palmeó Aki la cabeza comprensivamente.

— Y que Ray tuvo que sacarlo y perder el juego contra la Dinastía F... – siguió Bryan, ignorando los quejidos de Tala.

— La mitad de eso podría pasarme a miiiii... – ok, ahora Tala de verdad que estaba patético.

— No entendí esa parte – interrumpió de pronto Spencer, algo perdido en los giros de la conversación.

— Bueno, es simple, él podría ser derrotado y humillado en un encuentro en cualquier momento – le aclaró Ian con tranquilidad.

— Gracias por la inyección de moral – le espetó Tala con sarcasmo, que sigue siendo mejor que sus lloriqueos, ya casi parece Kenny si sigue así.

— No hay por qué – respondió tranquilo Ian - Además, de jugar con Kai, como ya dijo, él es lo suficientemente despiadado como para sacarlo si da problemas, y no perder en el proceso.

— Eso sería muy él – consideró Akira, haciendo memoria de todas las veces en que Kai lo ha sacado del camino para ganar, es una característica familiar.

— Puedo saber de qué hablan – se escuchó de pronto una voz desde la puerta.

— Y hablando del rey de Roma... – murmuró Bryan por lo bien bajo, quién sabe si el peliazul tenga oído biónico o algo así - ¡Kai¿Listo para jugar?

— Vamos, sí – les ordenó.

— Hey – se dirigió a él Ian, que junto con Aki debían tomar otro camino para ir a su reservado en graderías - ¿No has visto a Pashanka y Asuka? Las perdí desde temprano.

— Sí, si las vi – respondió el otro secamente.

— ¿Y? – Ian estaba algo ansioso, sabía que Pasha y Suki tenían una sorpresa, o odiaba no estar preparado con buena cinta para esos casos.

— Desearía no haberlas visto – murmuró el misterio ambulante que es Kai - pero prepara tu cámara.

— Excelente – otra vez, Ian imitando al señor Burns.