Lady Dark: Bien, aún no nos han eliminado de nuevo, así que debe de ser una buena señal.

Lady Evil: Solo hay que ver hasta cuando nos dura.

Lady Dark: Esperamos que estén disfrutando estas lindas vacaciones de Semana Santa.

Lady Evil: Porque nosotras nos estamos aburriendo de lo lindo.

Lady Dark: Nada que hacer más que tareas y nada que ver más que malas películas religiosas.

Lady Evil: Que de paso son tan viejas que la mitad del reparto ya está muerto.

Lady Dark: Razón por la que agradecemos la invención de la televisión por cable.

Lady Evil: Esperamos que disfruten este episodio, porque es más relleno que otra cosa.

Lady Dark: Es para aclarar ciertas cosas sin explicación lógica que ocurrieron en la serie, y ciertos conocimientos que nadie sabe como se averiguaron.

Lady Evil: Pero tratamos de hacerlo entretenido.

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Capítulo XXIII: Dejen las trampas a los profesionales

— ¿Conque ahí estás? – ¿qué es lo primero que se topan Kai y su muy poco querida compañía cuando regresan al hotel? Pues nada menos que a una iracunda Pashanka Bazdehieff armada a látigo y de muy mal humor.

— ¡Traidor! – le gruñó a su vez Tala, tendido en un sillón y con los pies y cabeza sumergidos o cubiertos en todo el hielo que pudo encontrar – Si pudiera levantarme te mataría.

— ¿Tienen algún problema con mi amorcito? – les respondió Suki en tono más agresivo posible, de una vez desembolsado una de sus espadas sarracenas nuevas, lista a destazar a cualquiera, aunque de preferencia a Pasha.

— Pues que nos abandonó en el desierto con la señorita "Avanzamos-hasta-que-alguien-muera", eso – respondió a su vez Bryan, que se comía unos dos kilos de helado de fresa en la terraza – ¡Traidor!

— No es por ponerme muy detallista, pero no creo que "Traidor" sea una palabra muy insultante para alguien con los antecedentes de mi hermano – interrumpió Aki, que se dirigía a robarle algo de ese helado a Bryan, o tal vez del batido de vainilla de Spencer.

— ¡Traidor de carrera! – reclamó Spencer, esquivando efectivamente a Aki.

— Y eso tiene contento al abuelo, nada como la traición para identificar a un buen ejecutivo corporativo – les explicó el gemelo Hiwatari, frustrado con el escape del batido de vainilla pero dispuesto a pescar ese apetitoso helado de Bryan en su lugar.

— Además¿quién los manda de tontos? Es su culpa si no aprovecharon su oportunidad de escapar – agregó Ian, que se encontraba en una esquina del cuarto, asegurándose que las baterías de sus cámaras estuvieran bien cargadas para el día siguiente.

— ¡Conque conspirando en mi contra¿eh! – reclamó Pasha, que desde hacía unos cinco minutos estaba vociferando insultos al aire en exóticas lenguas en alguna parte, pero se reincorporaba a la conversación justo para escuchar semejante falta de disciplina y unión con su "método de entrenamiento" - ¡Van a ver la próxima carrera que les preparo¡Vamos a correr todo el rally de Dakar¡Pero sin los carros!

— Uuummm... alguien se volvió loco hoy – murmuró Bryan.

— Tala – a su vez, Ian se aproximó al pelirrojo y con completa falta de discreción le dijo en voz bien alta - ¿por qué no contentas a tu novia llevándola a algún cuarto vacío y le demuestras quién es el hombre? Si sabes lo quiero decir.

— Podría pero encontrar un cuarto libre es... ¡IAAAANNNN! – Tala debe de haber sufrido de insolación, porque está reaccionando muy lento.

— Noten, que lo pensó primero – proclamó orgulloso Ian, escapando de los cojines convertidos en mísiles improvisados que arrojaba el pelirrojo.

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La noche hubiera sido más que agitada, pero teniendo encuentro al día siguiente y más de una insolación, quemadura de sol y juanete que tener que curar, no había tiempo para mortales duelos al amanecer o conspiraciones de asesinato nocturno. El estadio fue lo que menos le gusto a Suki, además de los gustos de vestuario de Julia y Hillary para el día de hoy, pero esta vez no iban a tener lindos camerinos y cosas así, asunto que no tenía muy de buenas a la BBA y por lo que debían extender esta parte del torneo a tres días de encuentros en vez de los acostumbrados tres encuentros en un día; uno no sabe por qué se queja Suki, si de todos modos siempre criticaba los camerinos, pero vaya uno a entender como piensa ella.

— Supongo que todos leyeron los informes de Inteligencia que recibimos respecto al Batallón Barthez – comenzó Pasha, obligada a sostener su reunión pre-juego en el bus camino al estadio.

— Ehhh... bueno... – comenzaron todos, excusando con todo tipo de cosas, desde el dolor de cabeza hasta olvidar los anteojos, o que el perro se lo comió.

— No sé ni porqué me esfuerzo. ¿Alguno de ustedes, al menos, hizo el intento por leerlo? – reclamó ella frustrada, a lo que no ayudaba mucho la discusión de modas que Aki y Suki sostenían en voz alta a su lado.

— Nosotros – los únicos, como siempre, son Tala y Kai, cuales serían sus motivos, son variados, pero eso no nos concierne.

— A mí me parece que los servicios de Inteligencia Industrial deben de haberse vuelto locos, eso no puede ser cierto – Tala tenía una extraña mirada, como medio incrédula y medio enojada.

— Pues es cierto – le confirmó ella.

— No es posible¿cómo dejó la Junta pasar algo así? – exclamó en asombro Tala, mientras que Kai se quedaba callado, este tenía sus dudas respecto a la veracidad de los informes y lo que podían significar, pero no es de los que hacen declaraciones públicas a menos que la situación lo llame de verdad, y el desayuno no ese tipo de ocasiones.

— ¿Qué quieres que diga? Yo misma llame a Kalidranov cuando me llegó el reporte y él lo confirma, no hay nada que decir – explicó la rusa con resignación – Si tienen preguntas deberán hacérselas al jefe máximo, él tomó la decisión.

— Ok, estoy perdido – admitió Ian – Pueden explicarme lo que está pasando.

— Sí¿es que nos van a despedir o qué? – preguntó a su vez Bryan, no muy deprimido ante la idea.

— Eso les pasa por no leer sus reportes – les respondió ella hastiada, sacando la copia de su bolso de viaje – Para aquellos lo suficientemente irresponsables como para no leer los informes...

— Nosotros nunca jugamos, no le encuentro sentido – se defendió Spencer, ante la evidente mirada ponzoñosa de Pasha.

— Eso se llama previsión, y para que sepan – comenzó a explicar ella - la oficina de Inteligencia y Seguridad de la Corporación nos envió los informes de capacidad y antecedentes del Batallón Barthez.

— Ya sabíamos esa parte – interrumpió Bryan.

— Lo que no saben es que Barthez, entrenador de ese equipo, resulta ser un viejo conocido de nuestro antiguo supervisor general, Boris Balcov – ahí, ella dejó caer la bomba.

— Eso es nuevo – admitió Ian, tan incrédulo como los demás.

— Con razón se me hacía conocido ese estilo de pseudo dictadorcillo psicópata – comentó tranquilamente Suki, al fin interesada en lo que Pasha tenía que decir.

— Bueno, bueno, es un viejo conocido de Boris, igual que muchos locos, nada tiene de importante – trató de plantear Spencer.

— Al decir "viejo conocido", quiero decir que solía encargarse de labor de reclutamiento en Europa para Biovolt – siguió Pasha.

— Igual que muchos – siguió razonando el rubio.

— Pero a diferencia de esos muchos, él además de renunciar cuando el jefe despidió a Boris, lo siguió en el exilio – Pasha ojeaba el reporte, mientras el bus experimentaba los últimos brincos, a escasos metros del estadio.

— ¡Loco! – concluyó Ian - ‚?Se fue al gulag!

— En caso de que no lo sepas, Boris no se fue al gulag, al menos no mucho tiempo – comentó Pasha con tranquilidad mientras se estacionaban.

— Rayos – se quejó Ian, aparentemente más que contento con la idea de tener a su exjefe en un campo de concentración siberiano.

— De acuerdo a mis fuentes, vagó por un tiempo por Siberia y después se presentó hace como un año ante el jefe – ella estaba en aparente descontento con esa parte de la historia, o porque Suki estaba murmurando algún insulto respecto a sus botas de combate nuevas - que pese a todos los informes negativos al respecto...

— De una fuente que de seguro conocemos – completó Bryan con malicia.

— Una tiene que superarse – se defendió la rusa - Después de tantos años de lealtad, el señor Hiwatari no pudo menos que darle una jugosa indemnización.

— No es que la fuera a sentir mucho – consideró Akira, que siempre conciente de su propia herencia, vivía revisando las finanzas familiares.

— No, y la mayor parte era del equipo investigativo que teníamos en las instalaciones de Arkangel y que Boris había diseñado – Pasha hizo el recuento, revisando la lista en su informe - Agregado a unos millones en efectivo y bonos, y de acuerdo a mis fuentes, ese Balcov había aprovechado su estadía en la compañía para invertir en varias cosas, de modo que tenía su propia pequeña fortuna.

— No entiendo bien como se conecta todo esto con Barthez – Spencer lo encontraba interesante, y sin embargo, la conexión se le perdía.

— Se nota que no entienden – frustrada estaba Pasha, luego de todo este recuento y aún no se daban cuenta - Boris uso sus investigaciones previas, el dinero de la indemnización y el equipo para abrir su compañía de Beyblade, Bega, y financiar nuevos equipos de jugadores superdotados.

— Hablando de desperdicios – comentó Asuka, que hasta estaba haciendo cuentas de la posible reinversión que ese dinero hubiera significado y al fin le interesaba la historia más que sus revistas de modas.

— Recontrató a Barthez, y lo usó para infiltrar este campeonato mientras al mismo tiempo él usa el dinero que ha acumulado este año para infiltrarse y controlar la BBA – para satisfacer a las masas, Pasha finalmente reveló la conexión entre ambos hombres, porque parece que no agarran las pistas.

— Repito¡qué desperdicio! – reiteró la japonesa mientras todos bajaban del bus.

— ¿Y el jefe sabía toda esa parte? – Ian, en su calculada astucia, estaba renuente a creer que alguien tan calculador y previsor como Voltaire Hiwatari deja que alguien trabaje en su contra con su propio dinero, claro que el jefe mismo había dejado que Boris cometiera muchos errores, así que se puede decir que nadie es perfecto.

— Por supuesto, pero no le importa, considera que el negocio del Beyblade no es tan importante y que Boris no es tan tonto como para ir en su contra – explicó Pasha, pero en voz más baja, al parecer, la BBA sigue teniendo entre ojos todo lo que es la corporación Hiwatari, así que viven espiándolos, pero son unos pobres amateurs.

— Eso de verdad es una sobreestimación, todos saben que Boris es tan tonto como para eso y más – completó Ian, recordando bien las tonteras de las que es capaz Boris Balcov, y que de hecho, hay gente que llega a creerle.

— Eso creo que yo, pero el señor Voltaire es el jefe, que él se resuelva luego si hay problemas – Pasha se desentendía de esa parte, siempre y cuando a ella le pagaran.

— ¿Cómo sabes todo eso? – Akira estaba frustrado, él se jacta de tener buenos chistes, pero hoy Pashanka lo ha superado en todo - No creo que los informes de Inteligencia traigan tanto detalle.

— Digamos que tengo mis fuentes propias – pero a su relativa falta de expresión emocional, la rusa tenía la sonrisa del gato que se comió el canario - no creerían que me confiaría solo de datos que me pase la rata traidora que es Vladimir Kalidranov

— Pues tienes buenas fuentes, porque yo esta tengo micrófonos en la oficina del abuelo y no sabía nada de eso – admitió finalmente Aki.

— Eso es porque yo le dije que estaban ahí – admitió a su vez la rusa.

— ¿Entonces eras tú la que me delató¡Me quitó la mesada de 3 meses por eso! – gritó frustrado Aki, gesticulando en alto.

— Todo esto es muy interesante, pero cómo afecta nuestro juego de hoy – Ian, a diferencia de Ian y Bryan, Spencer no es tan fanático de las conspiraciones y encuentra todo esto frustrante.

— No lo hace, más allá de que Barthez aplica la misma táctica de Boris cuando manejaba la política ética del equipo y promueve la trampa en todo sentido – explicó Pasha tranquila, mientras entraban al estadio entre alabanzas de fans.

— Como aún lo haces tú – completó Bryan, que sigue adorando ese estilo de barrer con el rival.

— Sí, pero yo soy más discreta – ella lo admite como si nada - En cualquier caso, ya recibí los planes de los blades del Batallón, se como pasan la detección de los jueces de la BBA y como se accionan sus juguetes, así que creo que podemos hacer algo al respecto.

— Me suena a complicado plan encubierto – dijo al fin Tala, que conocía a Pasha lo bastante bien como para reconocer, y no sin temor, ese brillo conspirador que de pronto tenían sus ojos.

— Precisamente, ustedes vayan a su encuentro. Yo tomaré a estos tres y me encargaré del resto – tomó a Ian, Suki y Aki y se fue, poniendo nerviosos a todos respecto a qué uso podría hacer ella de semejante combinación de locuras.

— Esa frase siempre me perturba – admitió Tala, siguiendo al equipo a la arena.

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— Sabes Pasha, esto es exactamente lo que yo estaba pensado cuando dijiste que tenías un plan – comentó Akira, vestido al estilo berebere; al parecer, Pasha había decido aprovechar las compras de Suki para algo útil.

— No te quejes, con esa cara tuya no puedes usar nada menos que eso – la misma Pasha estaba disfrazada también, aunque al menos tenía un estilo más discreto que el de Julia en las filas, ella estaba disfraza de oficial de la BBA.

— Yo entiendo que él tenga que disfrazarse, pero por qué tengo que hacerlo yo - se quejó también Suki, que también tenía tremendo disfraz árabe.

— Primero, gracias a tus tendencias de porrismo – le reclamó la rusa con amargura - hemos sido vistas por la mitad del planeta...

— No me lo agradezcas – le respondió la joven Minamoto con descaro - al menos así te consigo novios nuevos, no creo que el pelirrojo te dure mucho.

— ¿Qué quieres decir con eso? – Pasha no estaba cambiando a Tala, todavía, así que la japonesa solo está loca, a menos que consideremos que con esos entrenamientos y vida romántica masoquista, a Tala no le queda mucho de vida

— Nada – siguió con inocencia la muchacha.

— Ian¿dónde están? – ignorando las idioteces de Suki, Pasha se volteó a hablar con su vigía, balanceándose en unas sillas para mirar en la dirección en que se encontraban sus blancos.

— Aún en la mesa de chequeo – se reportó el pequeño ruso.

— Bien, cada uno sabe lo que debe de hacer¿verdad? – se aseguró la rusa por última vez.

— Si – le respondieron los otros dos de mal humor.

— ¿Y tienen lo que les di? – siguió chequeando.

— Siiiii – aún más mal humor.

— Bien, no fallen... O las cortaré las manos – drástica.

— Vaya descaro de la que nos pone a usar nuestras tácticas de espionaje y robo – reclamó Akira, que no es queje de jugar al ladrón, pero podrían deberían reconocérselo.

— Al menos tienen que hacer algo útil en este viaje – Pasha ciertamente no estaba contenta que estuvieran ahí, pero lo mínimo, iba a aprovecharse de ello.

— ¡Ya viene! – anunció Ian de pronto, saltando de su sitio.

— Ok, vamos, y tengan cuidado.

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Ustedes se preguntan que fue lo que pasó ahí. Bueno, resulta que la estrategia de Pasha es sencilla, aunque se precisa habilidad, es un mero trabajo de cambio rápido. Mientras Pasha fingía ser una oficial de la BBA mostrando el estadio a un par de eminentes ciudadanos locales, tuvieron un pequeño choque con Barthez, nada importante, pero si lo suficientemente cerca como para tomar rápido sus blades, abrirlos, quitar los tramposos artilugios no aprobados, cerrarlos y ponerlos de nuevo en su sitio. Para cualquiera, labor imposible, para Pasha, Suki y Aki, algo que hacen desde los 10 años; todo el proceso les toma menos de 5 segundos, siempre y cuando se sepa lo que hay que hacer.

Ahora, luego de una labor bien lograda, es momento de quitarse los disfraces, subir a gradería y disfrutar de la cara de infarto de Barthez cuando el plan le salga mal.

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Lady Dark: Bien, otro capítulo terminado al fin.

Lady Evil: No pueden negar que es muy entretenido verlos disfrazados.

Lady Dark: Claro que no supera ese paseo por las dunas de la semana pasada, pero ya casi vamos a tener algo muy interesante.

Lady Evil: Solo tenemos que acomodarlo.

Lady Dark: Por ahora, aquí tienen las respuestas de la semana.

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miyod - Lady Dark: Tengo que admitir que esa idea del ébola me ha venido a la cabeza bastante a menudo. Lady Evil: Pero es difícil conseguir un cargamento de eso por aquí. Lady Dark: Seguiremos investigando enfermedades y luego elegimos. Lady Evil: Por eso del colesterol, yo te entiendo. Lady Dark: No por nada la pusieron a dieta de soya. Lady Evil: Puajjj... ni me lo recuerdes.

#17 - Lady Dark: De vez en cuando es muy satisfactorio cuando a uno le responden el mensaje. Lady Evil: Has considerado que tal vez sea por eso que nos viven expulsando. Lady Dark: No creo... ¿o sí? Lady Evil: Sin comentarios. Lady Dark: Pondremos pausa a la tortura de Tala por un rato. Lady Evil: Vamos a enforcarnos en los demás equipos.

Javiera Hiwatari - Lady Dark: Honestamente, aparte de alguaos significativas escenas con Kai y la reaparición de Tala, no te pierdes demasiado al no ver G-Revolution. Lady Evil: Y si crees que nosotras somos malas con Tala, deberías ver como queda al final de la serie. Lady Dark: Al menos nosotras lo lastimamos por amor. Lady Evil: Y para que aprenda a no perder con babosos. Lady Dark: Ahí ni siquiera hay gracia cuando acaba en el hospital.

Sumimo-Sham - Lady Dark: Quejas y más quejas, no se puede tener feliz a todo el mundo. Lady Evil: Hay gente de verdad adora verlo sufrir. Lady Dark: Y no fue él solo, lo acompañaban Bryan y Spencer. Lady Evil: Lo que pasa con Pasha y Suki no es que sean amogas, es que al ver que no van a poder matarse entraron en una tregua de consenso mutuo. Lady Ddark: Es mejor matar a los demás.