Lady Dark: Bien, otro capítulo más se agrega a la larga cuenta que ya llevamos.

Lady Evil: No estoy demasiado segura, pero me parece que efectivamente este es el fic más grande que hemos escrito hasta el momento.

Lady Dark: Y que tendría más reviews... de no ser por el desgraciado servidor de este sitio.

Lady Evil: Siempre quejándose del sitio.

Lady Dark: Y con bastante razón. Pero en cualquier caso, lo importante es que encontramos tiempo para un capítulo más.

Lady Evil: Aunque sea a costa de la tarea.

Lady Dark: -.- Mejor no veamos demasiado esa parte.

Lady Evil: Bueno, yo no soy la que no escribe sus ensayos por escribir fics.

Lady Dark: Yo escribo mi tarea, solo que aún me queda bastante tiempo.

Lady Evil: Esa excusa ya me la conozco.


Capítulo XXV: El crucero del amor

Tras haber hecho una huida estilo Bonnie y Clyde del estadio, aunque, como dijo Kai, hubiera sido mucho más sencillo solo entregar a Ian y Akira a Seguridad y tal vez, con suerte, los deportaban o algo así; regresaron al hotel para practicar, torturar y demás, dependiendo de cual de todos los miembros de la comitiva estemos hablando. El equipo ya no iba a jugar más en Egipto, aunque debía quedarse al menos dos días más rondando por ahí porque, a diferencia de otros torneos, en este se daría una partida cada día, no 3 en un día, y eso significaba que cada miembro de los Blitzkrieg Boys tenía una increíble cantidad de tiempo libre, nunca algo bueno si ustedes preguntan.

Así, luego de las peleas y recriminaciones que son costumbre cada vez que tienen que escaparse de algún caos del que son responsables; con Bryan muriéndose de risa al imaginar lo que les costará a los babosos miembros de los otros equipos para sacarse esa cosa del cabello, cada cual la puso por su lado, ignorando claramente la orden de Pasha de ponerse a entrenar. Esto, en sí, es raro, pero es que toda esta emoción de saltar de tribunas y arrastrar reluctantes beyluchadores tiene su cuota de estrés en ella, así que decidió gastar dinero del jefe y conseguirse un masaje en el spa del hotel. Suki no se quedó atrás y fue con ella, mientras que los ponían pies en polvorosa, siendo Tala y Kai los únicos que realmente entrenaron, porque tanto Bryan como Spencer habían decidido irse de plano a vacaciones, por lo que acompañaron a Akira e Ian a poner trampas en los cuartos de los demás equipos.

XD XD XD XD

— ¡Más arriba! – Pasha, con una voz mezclada entre su acostumbrada dureza de mando y el relajamiento, le ordenaba al masajista encargado de su baño turco en la espalda.

— ¿Podrías ser más maleducada? – le recriminó Suki, que por su parte, se estaba haciendo una completa pedicura.

— Ahora no estoy de humor, Minamoto – le respondió la rusa, con la voz opacada al tener la cara hundida en la almohada – Luego podemos matarnos con espadas sarracenas si tanto te interesa, apuesto a que ver tu cabeza rodar en un charco de sangre de tu propia sangre será más relajante que esto.

— Querrás decir tu cabeza, Bazdehieff – le contrarrestó Suki, y solo recibió como respuesta una burlesca y seca risa de Pasha – En cualquier caso, luego me arreglo las manos, así que no quiero arruinarlas.

— Cobarde – le dijo Pasha simplemente, empezando a dormirse bajo el efecto relajante de su masaje de espuma.

— Si se supone que vamos a estar tirados aquí dos días más, al menos quiero hacer algo interesante – se quejó Suki, ojeando la Cosmopolitan que le habían dado para que se distrajera – Algo romántico de preferencia.

— Cuando te mate haré que tu sangre haga un charco en forma de corazón y sacaré el miserable corazón de tu pecho y lo meteré en tu boca¿te parece bastante romántico? – le preguntó Pasha con tranquilidad, ya le tocaba ir al baño de vapor.

— Hablo en serio – le declaró enojada Suki.

— Y yo también – le respondió la rusa tranquilamente.

— Por eso es que sé que Tala va a acabar algún día dejándote, no tienes ni una pizca de romance – Suki decidió atacar el punto débil.

— No molestes – a Pasha parecía que no la afectaba, solo hundió de nuevo la cabeza en la almohada mientras le secaban la espuma.

— ¿Tú no sabes de algo lindo y romántico que hacer por aquí? – Suki se volteó a preguntarle a la muchacha que le estaba pintando las uñas de los pies en color melocotón.

— Bueno señorita – la muchacha, de típicas facciones egipcias, piel morena y cabello negro, sonaba un poco tímida ante la japonesa, pero es una reacción común ante alguien que hace de decapitaciones y asesinatos su conversación diaria – Siempre he creído que un crucero por el Nilo al atardecer es bastante bonito.

— Eso es una respuesta inteligente – Suki sonrió como un tiburón - ¿El hotel da el servicio?

— Sí señorita, sale a las 4 e incluye cena – continuó la muchacha.

— ¡JA JA¡Nos entretendremos esta noche! – la japonesa sacó su celular, de codificación internacional para poder llamar a cualquier punto del planeta, y llamó a la Gerencia.

— Kai no aceptará ir solo contigo en un crucero por el río – le recordó Pasha, que se estaba poniendo la bata para ir al vapor – Es muy huraño para eso.

— Lo sé, por eso todos vienen, no hay nada como la presión de las masas para convencer a Kai – una sonrisa aún más aterrorizante de Suki.

XP XP XP XP

El corto crucero que el hotel organizaba por el Nilo era de hecho muy lindo. El barco no era precisamente el Queen Mary II o los yates de lujo que Suki (y en menos medida, Kai y Aki) acostumbra, pero era aceptable para lo delicada que era ella. Debajo de la cubierta estaba la cocina, donde se mantenía caliente o fría la comida, dependiendo de lo que fuera, y desde donde se subía para los pasajeros; en parte de la primera cubierta estaba el puente, y a ello se agregaban dos cubiertas más, todas llenas con mesas de diversos tamaños, cubiertas de comida y flores que colgaban de las barandas. En medio de cada cubierta había algún espectáculo, sean equilibristas, bailarinas de vientre, tragafuegos o música.

En general, la atmósfera era más festiva que romántica, pero eso no impedía que Suki, acomodada con el equipo en una de las mesas más grandes de la última cubierta, se acercara más a Kai de lo que este consideraba cómodo, tratando de ponerse romántica con el sol poniente que brillaba rojo e impresionante sobre el desierto.

— ¡Fiesta! – gritaba Ian, que ya llevaba su tercer plato de comida, y trataba de ponerse a bailar con una de las bailarinas de vientre, lo que en general transmitía más la sensación de un luau hawaiano que la de un tour por un río egipcio.

— ¿De quién fue esta idea? – se quejó Tala, mientras probaba una taza de café turco.

— Te daré dos opciones, pero solo necesitas una – respondió Pasha junto a él, que había sido convencida por la japonesa de no usar su ropa camuflaje y se puso una ropa de tela ligera en un color azul pastel, muy fuera de personaje.

— Lo supuse – respondió Tala con un suspiro – Se como convenció a los gorrones tragones de venir¿pero cómo te convenció a ti?

— Consideré que si la cosa se ponía muy insoportable, siempre podía arrojar a un par de personas a los cocodrilos – respondió Pasha seriamente, y aquel que la conozca puede tener fuertes razones de creer que no bromea.

— Al menos puedes encontrar el lado bueno de esto – reconoció Tala, probando un bocadillo de la enorme bandeja de exóticos productos árabes que estaban en el centro de la mesa.

— Y sin embargo, estoy lista a arrojarme yo a los cocodrilos si veo a Asuka tratar de alimentar a Kai una vez más – la rusa se refería a los constantes y melosos intentos de intentos de Suki de poner ella misma la comida en boca de Kai, que usualmente es definitivo en rechazarla, pero la fuerza de voluntad de Suki es mucho mayor que la de él, por lo que parece que está a punto de ceder ante ella.

— Tal vez si tu me das la comida ella tratará de arrojarse y te ahorre el trabajo – bromeó Tala, aunque eso no hace muy feliz a Pasha.

— Otra de esas y serás el que alimente a los cocodrilos esta noche – le respondió ella con seriedad, y decidiendo que la mejor vía es la del cobarde, Tala se quedó bien calladito.

— ¡Ooohhhhhh Kai! – suplicaba Suki mientras trataba de meterle al inflexible beyluchador un caramelo en la boca – Abre la boquita¿síiiiiii?

— Asuka, si sigues con eso no respondo por mis actos – le respondió él del modo más amenazador que lograba sin que ella pudiera meterle el confite.

— Eso suena tentador – le dijo ella, pero con un tono más juguetón y mal pensado de lo que a Kai le gustaría.

— Arrgghhh... – Kai no podía más que gruñir, mientras que Pasha tomaba un tono ligeramente verde del asco inducido por cursilería, Tala hacía como que no veía nada y los demás hasta echaban apuestas de que sería primero, un salvaje intercambio de besos, o una sesión de alimentación de reptiles acuáticos.

— ¿Y qué vamos a hacer mañana? – preguntó Aki, deseoso de averiguar qué clase de aventurita tendría la ocasión de grabar para la posteridad.

— Vamos a entrenar, obviamente – le respondió Pasha, concentrada en su trago para no ver a la melosa frente a ella.

— Olvídalo, tú tuviste tu tour ayer, ahora me toca a mí jugar – parece que Suki ya tenía algún retorcido plan.

— No vamos a vestirnos de bailarinas de vientre, porristas y ninguna cosa de esas – interceptó rápidamente Pasha, cansada de ese truco.

— Claro que no, tendremos un safari, será divertido – mientras decía esto, Suki se mantenía brincando de la felicidad en su silla.

— ¡Oh no! – aparentemente los varones de la mesa ya habían tenido muchas aventuras por el desierto.

— Parece que no tienes a las masas de tu parte – una impertinente sonrisa agraciaba los labios de Pasha mientras se bebía de su vaso.

— ¡Ayúdame a convencerlos! – casi le suplicó Asuka.

— ¿Y qué gano yo? – calculadora como siempre, Pasha decidió ponderar las ganancias de la pequeña aventura.

— Puedes ser Quatermain – ofreció Suki, a la que ciertamente no puede negársele que gusta de leer bastantes libros de aventura.

(N/A: Allan Quatermain es un personaje de novelas de aventuras, interpretado en varias películas, las más interesantes "Las minas del rey Salomón", las más recientes "Liga Extraordinaria", pero Sean Connery se ve horrible)

— ¿Qué clase de safari estás planeando? – preguntó cauto Akira, que buen conocedor de la tendencia de Suki y Pasha por las representaciones fieles de aventuras, tendía a esquivarlas cuando oía ciertas cosas, al grado que inventó un problema de hígado una vez cuando oyó las palabras "Revolución Francesa", tenía mucho aprecio a su cuello.

— Vamos a buscar las minas del Rey Salomón, vestuarios de época y todo – anunció ella alegre.

— Sabes que eso se supone que está en Etiopía¿no? – Spencer ciertamente no estaba de humor para más de esas caminatas.

— Será un viaje escénico – no, parece que ni la corrección geográfica le afecta los planes.

— Por más que me luzca el vestuario de cacería africana del siglo XIX, poder llevar un rifle y tener tu cabeza a distancia de tiro, me temo que no – le respondió Pasha, que por su parte, cerraba la conversación.

— Aguafiestas – respondió Suki con un puchero.

— ¿Y que supone que seríamos nosotros? – Tala pregunto, de inmediato lamentando su curiosidad.

— Cargadores – bastante tranquila es Asuka, encogiéndose de hombros.

— Gracias, pero no gracias – le dijo el pelirrojo.

— ¡Hey Ian! – llamó la atención Spencer - ¿No ese tu amiguito? Con el que estabas hablando esta tarde.

Precisamente entre las mesas se estaba abriendo paso el jeque árabe con el que el pequeño ruso discutía negocios en la tarde, esta vez ataviado con completas ropas reales y no se veía muy de buen humor.

— Eeeeekkk... – para ser alguien con una tendencia a planear por adelantado cada movimiento que hace, o al menos a verlo siempre a su favor, Ian de verdad se sorprendió con esa aparición súbita.

— ¡Qué coincidencia! – dijo el jeque en cuanto llegó a la mesa – Lo he llamado toda la tarde sin éxito y me lo vengo a topar en coincidencia en este bello paseo.

— Ehhh... sí... verdad... es bastante bonito – el rusito tenía muy éxito en encubrir el hecho de que estaba sudando la gota gorda.

— Y veo que está cuidando bien de estas bellezas – señaló a Pasha y Suki, la primera, como reacción natural le lanzó una mirada escrutiñadora y ligeramente paranoica, la otra, solo se rió como una tontita.

— Sí, claro... claro... ya sabe, cuidando de las damas – Ian estaba que hasta se tiraba el cuello de la camisa, y rogaba porque nadie metiera la pata.

— Pero no debes alimentarlas demasiado, si ganan mucho peso no podrás conseguir demasiados interesados en ellas – sí, si había alguna frase que sería el último clavo en el ataúd de Ian iba a ser esa.

— Perdón... – dijo Pasha, levantando una ceja inquisidoramente, y luego volteaba su envenenada mirada al rusito que buscaba escondite detrás de Spencer.

— Pero aún necesitan aprender buenos modales, visten de modo muy descarado y hablan en presencia de hombres – reprendió el jeque, que obviamente era bastante desconocedor de con quiénes estaba hablando.

— Ian¿me podrías explicar este asunto? – si la voz de Pasha hubiera estado más fría no hubieran ocupado hielo en los refrescos.

— Ahhh... bueno... verás... es que... – Ian no sabía que podía ser peor en este momento.

— Lo que pasa es que ustedes dos han sido ofrecidas por el joven Ian para ser mis nuevas esposas – proclamó orgulloso el jeque - claro que nada está decidido hasta que terminen las negociaciones.

— Yo sé que tanto en tanto soy algo lenta para captar ciertas cosas – comenzó Suki, que se había soltado de Kai, había cerrado los ojos y respirado muy lentamente, como si estuviera meditando, mientras él se bajaba de un golpe su trago, como viendo que la cosa se iba a poner fea - ¿pero acaso el tipo con la servilleta en la cabeza acaba de decir que Ian está vendiéndonos?.

— Me parece que sí – respondió Pasha, con una nota de acero en su voz que debía ser más filosa que un cuchillo.

— Ian¿te importaría explicar esta situación? – súbitamente, la voz de Suki podía igualar la pasiva ferocidad de voz de Pasha - ¡Y más te vale que esto solo sea un malentendido o que este tipo esté drogado!

— Yo... bueno... que te puedo decir – Ian estaba seriamente considerando que sería mucho más misericordioso solo echarse a las fauces de los cocodrilos de río, ciertamente sería mucho más rápido que lo que le espera a manos de la rusa y la japonesa.

— Ian – dijo el jeque, que parecía indiferente a toda la pequeña amenaza a su seguridad personal – Parece que tu mercancía tiene unos problemas de manejo.

— ¿Qué quiere que le diga? Parece que ha habido una pequeña confusión – Ian trataba de salvar un poco la situación, quién sabe, tal vez con un poco de suerte pueda conservar sus extremidades completas - ¿Por qué no vamos a un sitio un poco más tranquilo y aclaramos esta desafortunada situación?

— ¡No te muevas ni un centímetro Ian! – Pasha no ocupaba gritar, el simple murmullo de su furiosa voz era suficiente para clavar al rusito al suelo.

— ¿Sí, Pashanka? – él trató su voz más melosa, respondiendo al básico instinto de la supervivencia.

— ¿Acaso trataste de vendernos a mí y a Minamoto como esposas a este tipo? – ella lo veía fijamente, como retándolo a que la contradijera.

— Es una manera de verlo – Ian ya empezaba a retroceder muy lentamente.

— Vaya que esa sería una mala compra – murmuró Bryan, que junto con Akira, parecía estar disfrutando bastante del espectáculo.

— ¿Estás consciente de las condenas que acontecerán por tus acciones? – Pasha se estaba levantando muy lentamente, y cada movimiento de ella tenía como respuesta un paso en retirada de Ian.

— No creo entender muy bien lo que dices – le dijo él.

— Eso significa – esta vez Aki se metió en la conversación – qué corras por tu miserable vida.

Bien dicho esto, Ian efectivamente salió corriendo, perseguido por Pasha y Suki, que prácticamente saltaron la mesa para ir tras él, y el jeque, que no pudo prever la situación, fue el primero en recibir una de las patadas voladoras de Suki directo en la quijada. Estando en un bote, toda la persecución se llevó a cabo en las cubiertas, lo que inevitablemente va a dar problemas.

— Yo no sé ustedes – Bryan tomó tranquilo una copa y se puso a beber – Pero este me parece el final perfecto para la velada.

— Estoy de acuerdo – respondió Aki, y juntos dieron un brindis, mientas que Kai se masajeaba las sienes para alejar el dolor de cabeza y Tala se golpeaba la cabeza mecánicamente contra la mesa.

— ¿Están conscientes de que probablemente va a echarnos del hotel por esto? – preguntó Spencer, preocupado de no poder tener agua caliente en la mañana.

— Ni que fuera la primera vez – le respondió Aki, encogiéndose de hombros.


Lady Dark: Bien, terminamos, no sé si quedó bien o mal, pero está terminado.

Lady Evil: Las quejas pueden venir después.

Lady Dark: Pero cuántas serán.

Lady Evil: No importa realmente.

Lady Dark: Ahora, solo responderemos las de esta semana.

XP XP XP XP

Silverhell – Lady Dark: La eterna fan de la tortura de los gatitos chinos. Lady Evil: Los esquivamos en este capítulo, pero es para darle algo de descanso a los demás. Lady Dark: Espera al próximo, se va a poner muy bueno. Lady Evil: Y cuando lleguemos a Australia. Lady Dark: Aún así no prometemos no tocar a Lee.

miyod – Lady Dark¿Te gustaron los regalitos de camello? Fue algo que improvisé en el último minuto. Lady Evil: Nosotras también deseáramos que Jazzman nunca volviera a abrir la boca, o al menos que alguien le arrancara la lengua rápido. Lady Dark: Siéntete orgullosa de tu inhabilidad de estudiar "normalmente", eso casi nunca funciona de todos modos. Lady Evil: Eso definitivamente no es dar un buen ejemplo. Lady Dark: Eso es internet, no la escuela, aquí nadie viene a dar buenos ejemplos.

Javiera Hiwatari – Lady Dark: No te alegres demasiado por Tala, solo porque le dimos una pausa a su tortura no quiere decir que no vamos a retomarla en algún momento. Lady Evil: Solo que por ahora nos vamos a enfocar un poco en los demás. Lady Dark: Como habrás visto, decidimos resolver ese pequeño negocio de venta. Lady Evil: Creo que solamente por esa escena es que escribimos todo este capítulo. Lady Dark: Y si te gusto esa, espera a que llegue la escena por la que escribimos todo el fic.

littledark - Lady Dark: Es genial ver que tenemos una audiencia tan internacional. Lady Evil: Aunque no entendamos nada de lo que nos dicen. Lady Dark: Eso es muy maleducado de tu parte. Lady Evil: Pero cierto. Lady Dark: Traducciones aparte, aunque no entendamos todos los detalles, se entiende que te gusta nuestra historia y la has leído desde el comienzo. Lady Evil: Y lo importante es que se reporten y muestren apoyo, las palabras exactas no importan.

fanny-shadow - Lady Dark: Más allá de que Kai esté enamorado de Suki o no, lo importante en la narración es la aventuras que produce la relación, no que tan lejos va a llegar. Lady Evil: Además, con lo serio y rudo que es Kai es obvio que no va a responder bien con alguien tan energético y efusivo como Suki. Lady Dark: Ese tipo de relaciones solo funciona bien en telenovelas rosa o en el territorio omnipotente de una fangirl. Lady Evil: Pero a nosotras nos gusta quedarnos los más posible dentro de personaje. Lady Dark: Y por cierto, Aki podrá ser lindo, pero si prestas atención verás que no es nada bueno. Lady Evil: Él es mucho peor que Kai, sobre todo porque Kai no disfruta torturando gente o arruinando las cosas como él. Lady Dark: Pero por ser tan simpático se compensa a los ojos de las fangirls. Lady Evil: Y como último punto, no van a estar los Begabladers. Lady Dark: Tendríamos que matarlos de formas tan crueles y sangrientas que FanFiction de hecho tendría motivos para echarnos.