Disclaimer: todo pertenece a Rowling, excepto lo que no os suene. Sólo escribo para divertirme.

CAPÍTULO 3.

Hermione. ¿Por qué demonios hizo aquello¿Por qué la había besado¡Si se suponía que ya no sentía aquello! No podía dejar de pensar en los labios que por primera vez había probado, sus mejillas sonrosadas… en ella.

"No, no, no."

Se maldijo a sí mismo por pensar en ella. Era cierto que al verla con ese chico, había sentido celos. Muchos celos. Pero era su amiga, su mejor amiga, tenía que protegerla ¿no?

De algo estaba seguro. No volvería a enamorarse de ella. No. ¿Para qué¿Para sufrir? Ni pensarlo. Además, ella no sentía nada por él… "respondió a mi beso… y después me alejó. Soy un idiota"

Y… estaba Sarah. No estaba seguro de sus sentimientos por ella, de nada. ¿Cariño¿Amistad¿Amor? No…

Era una buena chica, guapa, inteligente, muggle…

Sonrió. ¿Quién diría que Draco Malfoy saldría con una muggle? Seguramente pensarían que se había vuelto loco. Tampoco nadie diría que se enamoraría de una sangre sucia, y lo había hecho. Por ella sí se había vuelto completamente loco. Sólo por ella…

Terminó de arreglarse y salió de su habitación. Encontró a Hermione tirada en el sofá como si fuera suyo y leyendo un libro. Era una imagen tan… suya.

- Hermione.- dijo. Ella le miró interrogante.- Voy a salir.

- Vale- dijo la castaña simplemente, devolviendo su mirada al libro.

"¿Vale¿No dice nada más?" pensó el rubio.

- Con Sarah- añadió, esperando una acción de parte de la castaña.

- Lo suponía.- dijo sin apartar la vista del libro.- Que lo pases bien.

- Pues… volveré tarde. Incluso puede que vuelva mañana…

"¿Qué intenta¿Darme celos? Lo está consiguiendo…" Pensó la chica.

- …y después de cenar, daremos un paseo y…

- ¡Vale ya!- gritó- ya me he enterado de lo romántica que va a ser esta velada.- dijo con tono de fastidio.- No hace falta que me cuentes todos los detalles ¿vale? Hay algunos que no tenemos pareja y nos gusta que nos dejen… respirar de tanto amor. Llega a dar asco.

- Si es eso lo que piensas…

- Es exactamente lo que pienso. Con el amor solo se sufre, se llora… no se lo recomiendo a nadie, lo digo por experiencia…

- ¿Experiencia? Yo no he conocido a nadie por el que tú hayas sufrido…

"Porque eres tú, tonto"

Hubo un silencio incómodo durante varios minutos, en los cuales se miraban fijamente. Fue roto por el rubio.

- Hermione, lo de ayer…- comenzó.

- Vete ya, Sarah te está esperando.- le cortó ella.

- Sí. Adiós.- le miró un momento y salió del apartamento.

- Adiós…- alcanzó a decir con lágrimas en los ojos.

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- ¿Es aquí?

- Sí - dijo sonriente.

Volvió a mirar a su alrededor. Una mueca de disgusto se formó en su cara.

- ¿Pero estás seguro? Haber si te has equivocado…

- No. Estoy completamente seguro. ¿No te gusta?- dijo mirándola.

- Draco, amor, mírame.- dijo señalándose.- No sé si te habrás dado cuenta, pero¿no ves que llevo tacones?- dijo como si fuese obvio. Él asintió con la cabeza.- Bien, entonces¡¿por qué demonios me traes a un parque de atracciones!

- Bueno… es un lugar mágico y supongo que nunca habrás estado aquí, por eso pensé que sería divertido. Ya sabes, por salir de la monotonía y eso.- Ella le miraba confundida - A Hermione le encantan.

El rostro de Sarah pasó de confusión a furia.

- ¡Ah, claro! Ya entiendo. A Hermione le parecen geniales los parques de atracciones. ¡Qué bien! - dijo con ironía - y… venís aquí muy a menudo los dos¿no?

- Antes veníamos más, pero sí, supongo que sí.- dijo totalmente tranquilo.- Oye, no deberías haberte arreglado tanto, yo no te dije a donde íbamos. Además, siempre vas demasiado… arreglada.

- ¿Eso crees? Claro, a ti te gustaría que fuese menos arreglada ¿verdad? Así como por ejemplo… Hermione.

- Sí, por ejem…

- ¡Draco! - le cortó.- No se qué tipo de relación mantienes con esa chica, pero que sepas que no me gusta nada. A veces llego a pensar que tenéis algo más que una bonita amistad…

- ¿Qué¿De qué hablas? Ella es mi mejor amiga. Te lo he dicho cien millones de veces. Además, no sé de donde sacas esas tonterías.

- Yo digo lo que veo, Draco. A esa Hermione le pasa algo contigo. Lo sé.- dijo con seguridad.

- ¿Ah, sí¿Y cómo lo sabes? Que yo sepa, no tienes poderes.- Dijo con malicia.

Ella pareció no notarlo, o simplemente ignoró ese último comentario.

- Eso… se palpa en el ambiente.

- Vale, ya está bien. No quiero volver a hablar de esto contigo¿de acuerdo? Si no quieres estar aquí, nos vamos.- dijo enfadado mientras comenzaba a caminar.

- ¡Oh, Draco, vamos¿No irás a enfadarte porque no quiero quedarme aquí, verdad?- preguntó con voz inocente. El rubio seguía caminando sin prestarle atención.- ¿Verdad, Draco¡Draco¡Por favor, espera, no corras, que llevo los tacones!

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- Bueno, os dejo solos.- anunció levantándose.

- ¿A donde vas?

- Ahora mismo, a cambiarme. Tengo una cita

Harry hizo el ademán de preguntar algo, pero antes de poder decir nada, Ron le silenció.

- Y no.- Dijo mirando a su amigo. No voy a deciros quién es. Por ahora no. Sólo os diré que esta vez será algo serio. No como las otras veces.

- ¿Mi hermanito Ronnie se ha enamorado? Que tierno…- dijo Ginny con voz empalagosa.- ¿A que es lindo Harry?

- Sí, es tan, tan bonito…- dijo imitándola.

En esos momentos, Ronald estaba más que rojo de vergüenza. Ellos lo miraban y seguían con la bromita que, a él no le causaba ninguna gracia, más bien un bochorno horrible. Y si se lo llegan a decir a su madre…

- ¿Y como es ella? Es para decírselo a mamá.

- Em… ella… yo…

- Mira, Ginny, sólo de pensar en ella se le suben los colores y tartamudea…

- Mejor... voy a cambiarme… eso, sí a cambiarme – dijo mientras desaparecía por el pasillo.

En cuanto escucharon la puerta cerrarse, estallaron en carcajadas. Siguieron riéndose unos minutos hasta que oyeron la voz del pelirrojo.

- ¡Harry, te cojo la camisa azul!

- ¡Vale, pero no me la manches de babas!- Una risilla se escucho de parte de la Weasley.

- ¡Muy gracioso!

- Ginny, tengo que contarte algo. Pero prométeme que no se lo dirás a nadie, ni siquiera a tu hermano. ¿Lo prometes?

- Lo prometo. Ahora, cuenta.

- Pues verás, el otro día, recibí una carta de…- no pudo continuar, ya que Ron se encontraba delate suyo, rojo de la ira y tenía en la mano, algo que parecía un pergamino arrugado.

- ¿Qué demonios significa esto?

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Llegó a casa muy tarde. Al final, la noche había estado bien. Sí, solo bien. A él le hubiera gustado quedarse en el parque de atracciones, como lo cuando lo hacía con Hermione. Pero no, Sarah tenía que presentarse con sus tacones, y arreglada como si fuese a una boda. Vale, a él también le gustaba ir arreglado, pero tampoco siempre…

De todas maneras, siempre acababan igual. Discutían por algo y después todo se resolvía con unos cuantos besos y palabras. Su relación se podía calificar como monótona. Siempre hacían lo mismo. La recogía en su casa, se iban a cenar a un restaurante elegante, daban un paseo y la llevaba a su casa. Siempre igual. Él lo sentía así, si tenía que ser sincero, se aburría bastante.

No es que Sarah fuese aburrida, Sarah es… monótona. No le gusta hacer nada diferente. Y hablar… tampoco hablaban de muchas cosas, ni de libros, ni de música, nada. La verdad, le recordaba un poco a Pansy. Y puede que su amiga fuese más interesante.

Fue hasta su habitación a ponerse el pijama, y después fue a la cocina a por un vaso de agua. Al volver, miró la puerta de enfrente. ¿Estaría ya dormida? Seguro que sí. Siempre se quedaba dormida mientras leía un libro. Antes, entraba sigilosamente para apagar la luz que se dejaba encendida, y se quedaba un rato viéndola dormir. Se la imaginaba durmiendo junto a él. La tenía tan cerca, pero a la vez tan lejos…

Sonrió ante sus pensamientos. ¿Y si…? No, no. No podía. No debía hacerlo. ¡Bah! Lo haría. No perdía nada, al contrario, lo ganaba.

Abrió la puerta con cuidado de no hacer ruido. Efectivamente, la luz estaba encendida y Hermione completamente dormida con un libro abierto. Se acercó hacia ella mientras la miraba. Preciosa, así era como estaba dormida, aunque despierta lo estaba más, ahora parecía una diosa.

Se agachó junto a ella para poder observarla mejor. Su respiración era pausada y su pecho subía y bajaba tranquilo. Despacio, le pasó un dedo por los labios semi-abiertos, acariciándolos. Podía besarla, estaba completamente dormida, a su merced. Sin pensárselo dos veces, juntó sus labios con los de ella, para saborearla, aunque ella no se diese cuenta.

Se separó de ella y abrió los ojos, seguía dormida. Tuvo suerte, no hubiese sabido qué decirle. La castaña se movió, tirando inconscientemente las sábanas, dejando al descubierto su cuerpo enfundado en un pequeño camisón blanco.

Draco tragó saliva, se veía tan apetecible… El deseo estaba presente. Sintió fuego recorrer su cuerpo de arriba abajo al mirar a la chica.

- ¿Jess?- preguntó entre sueños.

El rubio sintió rabia, furia, celos. Unos terribles celos que se apoderaba de él al ver a Hermione con otro, y más si le nombraba en sueños cuando él acababa de besarla.

- No, Hermione, soy Draco.- Dijo bajito.

Ella no contestó, seguía sumergida en su sueño, y no iba a despertarla.

Repitió el mismo proceso de siempre. Se levantó del suelo, recogió el libro, la miró por última vez, y apagó la luz, para después salir del cuarto e irse a su habitación.

Cada vez que hacía eso, le daba un beso furtivo en la mejilla, pero, esta vez, salió de allí sin hacerlo. Ni se acordó. Sus celos eran demasiado intensos.

Ya tenía algo en lo que pensar durante toda la larga noche.

Fin del capítulo.

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¡Hola! Aquí os dejo el tecer capítulo, a ver si os gusta. A mí, personalmente no mucho, pero bueno. Para saber qué opinais vosotros...ya sabéis, reviews.

Bueno, sé que he tardado, pero es que ya empecé el colegio y ufff... Es que no tengo tiempo "pa na", de verdad. Intentaré escribir más rápido, pro no prometo nada¿vale?

¡REVIEWS!

Besukiss!

Siasira.