Lady Dark: Bien, creo que apuramos un poco la producción respecto a la semana pasada.

Lady Evil: Pero la gente se ha puesto tan nerviosa para sacar esto rápido, que supusimos que se merecían que aceleramos un poco.

Lady Dark: Y, honestamente, hemos hecho otro capítulo de relleno.

Lady Evil: Aunque pueden verlo como anticipo a la aparición de invitados en próximos capítulos o en la posible secuela.

Lady Dark: Además, no se me ocurrió nada mejor que hacer, y como ya en el próximo capítulo saltamos a Japón, era un buen momento para un poco más de relleno.

Lady Evil¿Sabes? Entre relleno y relleno, esto ya es demasiado grande para mi gusto.

Lady Dark: Te aguantas.

Lady Evil: No tengo por qué, soy coautora, puedo opinar.

Lady Dark: No cuando yo lo escribo prácticamente todo.

Lady Evil: No es cierto.

Lady Dark: Si es cierto, tal vez debería cambiar pen name, hacerlo singular.

Lady Evil: No te atreverías.

Lady Dark¡Rétame!

Lady Evil¿Por qué pasan a la mientras me arreglo con mi hermana?


Capítulo XXXIV: Generales y espías

— No puedo creer esto – Kai estaba sentado, y con muy mal humor, junto al resto del equipo en sus asientos en el beyestadio, viendo como se desenvolvía el juego entre el PPB All Stars y el BBA Revolution. Por obvios motivos de seguridad, no podían tener a Kriki ahí, y si Kriki no estaba, Suki no estaba; si Suki no estaba, Aki no estaba, no era su costumbre aburrirse en encuentros sin motivo; y si esos están juntos, Ian se une por el gusto y seguridad de conseguir algo interesante que filmar. Con semejante combinación, a Pasha no le queda otra opción que tratar de evitarse otra subida en la prima del seguro y acompañarlos para evitar accidentes, homicidios o ingestión esporádica de miembros de equipos contrarios, por más inútil que su presencia pueda ser en esos aspectos.

— Has notado que dices esa frase al menos unas 6 o 7 veces al día – le recordó Bryan, levantando los pies sobre el asiento del frente del modo más descarado.

— Con ustedes es sorprendente que no lo digas más a menudo – les recordó Kai, hundiéndose en su suya, no existe nada que lo ponga más incómodo que estar seguro que Asuka y Akira hacen algo que degenerara en muchos problemas. Él sabe que siempre está esa posibilidad, dado que su hermano y su prometida casi-novia-de-verdad andan siempre juntos solo para dar problemas, pero en ocasiones como estas, es cuando eso pasa de ser una posibilidad a ser un hecho invariable.

— Yo no sé ni para que te sorprendes, esto es lo que calificaría de un día perfectamente normal – le comentó Spencer, que estaba cargando un tarro grande de palomitas de maíz, y grande de verdad, de esos en los que se puede acomodar a un bebé sin problemas.

— De algún modo, no creo que nada de esto sea normal – respondió Kai, frotándose ligeramente el puente de la nariz, esa era la pose más vulnerable que él adquiría en público, y que aún podía declarar ser reprobación por el comportamiento de alguien más, usualmente dirigido hacia Tyson.

— No somos personas normales – le recordó Tala, que había decidido optar por la actitud relajada, aunque aún se le notaba cierta tensión mientras observaba el encuentro entre Daichi y Rick.

— Tu abuelo nos ha entrenado como maniáticos paramilitares en sus planes de conquista mundial desde que tenemos memoria – agregó Bryan, que por su parte, estaba muy orgulloso de su capacidad de incrustar una daga entre los ojos de alguien desde 20 pasos de distancia y con los ojos cerrados - ciertamente no es tu acostumbrada interacción infantil.

— Por cierto¿cómo andan esos planes? – preguntó curioso Spencer, mientras llamaba a un vendedor ambulante, tenía antojo de algún refresco muy azucarado, unas 5 o 6 latas le debían bastar.

— En pausa hasta un momento indeterminado, los contadores no le mostraron unos muy buenos números por esos gastos – hizo memoria Kai, Aki era usualmente el que se mantenía mejor al día de esos asuntos corporativos que él.

— ¿Quiebra inminente? – preguntó interesado Bryan, no es que se fuera a quedar sin trabajo a los 17, siempre habría campo para un mercenario adolescente en alguna parte.

— Oh no, al menos las inversiones en la industria armamentística han funcionado – habló de pronto desde atrás de ellos- Es como invertir en oro o en petróleo, nunca puedes perder con eso.

— ¿Cómo rayos llegaste aquí? – le preguntó Tala, que casi había sufrido un infarto con esa aparición sorpresa, al parecer, Kai no es el único que puede aparecer y desaparecer en cuanto uno parpadea.

— Caminando – le respondió Aki, mientras que le pedía un perro caliente al vendedor que estaba atendiendo el inmenso pedido de Spencer.

— Como iba diciendo – gruñó Kai, arrojando una enojada mirada a su hermano – Es imposible estar tranquilo a sabiendas de que un cocodrilo de 10 metros de largo está corriendo por ahí sin vigilancia.

— Tiene vigilancia – le contradijo su hermano de un modo casual – Suki lo está cuidando.

— Oh, y dime – le respondió Kai en su tono más sarcástico - ¿Cuál es la diferencia entre eso y solo arrojarle infantes a la boca como merienda?

— Mmph, yo venía por algo de conversación por eso si se ponen así – Aki tomó su merienda y se paró, con la barbilla fingiendo su orgullo herido – Me voy.

— ¡Vete! Y no quiero oír que se comieron a alguien ahí abajo – le gritó Kai a su hermano mientras este se iba, ignorando las asustadas miradas de la gente alrededor.

— Eso es discreto – comentó Bryan con sarcasmo, ignorando a su vez la flameante mirada que Kai le dirigió.

XD XD XD XD

Suki y Pasha estaban sentadas muy tranquilas, una actitud muy normal para otras personas, pero muy fuera de lugar en ellas, y no es por el hecho de que estaban usando el camerino de los Blitzkrieg Boys para ver tranquilas la televisión, mientras usaban la espalda de Kriki como apoyo para los pies. El cocodrilo por su parte, ya se había tragado una buena porción de carne por hoy (no pregunten dónde) y prefería tomar una siesta.

Hacían lo que usualmente se llama zapping, una extraña manera de darle un poco más de dignidad al inútil ejercicio de solo cambiar canales al azar en la vana esperanza de poder tomarse con algo decente. Pero en Australia, es inevitable toparse con horripilantes películas ochenteras de Yahoo Serious y Cocodrilo Dundee, o peor, con esos raros programas que plagan el Animal Planet, como Cazador de Cocodrilos ("¿Quién es capaz de entender ese acento?" vociferó Asuka luego de que se lo toparan por cuarta vez); poner el encuentro de beyblade que se disputaba en ese momento estaba fuera de discusión. Trabadas en una paz forzada por Kai y Tala, y sin Akira que hiciera conversación, no hay más que aburrimiento, a tal grado que hasta Ian había huido en busca de mejores musas para su arte.

— ¡No lo soporto más! – exclamó de la nada Suki, luego de toparse con otro partido de rugby en la tele, lo dijo de tal modo que prácticamente hizo saltar a Pasha en espera de un ataque por la espalda o algo así, e hizo que Kriki se retorciera en sus sueños.

— ¿Qué pasa? – Pasha miró de un lado al otro, casi esperando que un agente de la CIA o un espía corporativo salieran de algún rincón.

— Estoy aburrida – el tono dramático de Suki era digno de decir que tenía una enfermedad terminal o algo por el estilo.

— ¿Solo eso? – le replicó Pashanka con indiferencia, tomando posesión del control remoto y tratando de encontrar alguna buena película de guerra.

— ¿Cómo que solo eso? – la miró Suki con una expresión de completo agravio - En mi casa, es un insulto el que yo esté aburrida.

— Bueno, pues no estamos en tu casa, y no me importa en lo más mínimo que estés aburrida, divertida o en medio de una alucinación de Éxtasis – le espetó Pasha con toda la disciplina rusa que pudo reunir, y lo logró sin tener que mover un músculo de la postura de "vaga de sillón".

— Eres una amargada – le respondió Suki, frunciendo el ceño y lanzándole la mirada de más malas pulgas que tenía.

— ¿Y qué vas a hacer al respecto? – preguntó Pasha, cómo para aumentar aún su espíritu de indiferencia respecto a lo que pueda o no hacer Asuka.

— ¡Largarme de aquí¡ Vámonos Kriki! – exclamó la japonesa, levantándose de un salto del sillón y tomando la cadena de su bomboncito reptiliano, que rápidamente salió de su sueño y la siguió hacia la puerta.

— Estás muy equivocada si crees que voy a dejarte andar matando tu aburrimiento por ahí con ese bolso super desarrollado – pese a sus palabras, Pasha la siguió alarmada, apenas teniendo tiempo de volverse a poner las botas para seguir en carrera a la japonesa.

— Creí que no te importaba de que humor estaba – le replicó violácea criatura, apenas volteando para ver a Pashanka, mientras caminaba con todo el orgullo posible.

— El impedir que tu "mascota" se coma a alguien no es interesarme en tu humor – respondió la rusa, ganando algo de mal humor para sobreponerse de la alarma.

— Vives contradiciéndote a ti misma, con razón te dejó tu último novio – le respondió Suki, con una retorcida sonrisita asomándose en el borde de sus labios.

— ¿De qué estás hablando? – Pasha paró en seco por un momento, toda su dignidad y orgullo olvidados mientras volteaba alarmada en todas direcciones para asegurarse de que no hubiera nadie que oyera lo que Suki acababa de decir.

— No te hagas, yo sé de ese extraño noviecito alemán que tuviste cuando pasaste tres meses en Berlín – Suki a su vez se detuvo, acariciando la cabeza de Kriki y lanzando una mirada de reojo a Pasha, solo para ver que tanto la había paralizado su pequeño descubrimiento.

— No tengo idea de lo que hablas – Pasha trataba de componer algo de su fallida dignidad, pero su paranoico movimiento en todas direcciones hacía muy poco para lograr ese efecto.

— ¿Cómo se llamaba? – Suki había adquirido una voz entre inquisitiva y soñadora, entrecerró los ojos, como si se esforzara en hacer memoria - ¿Xyly¿Xylar? O era algo como ¿Woppie?

— ¡Estás drogada! – exclamó Pasha, tratando de restar importancia a sus declaraciones, aunque por la manera que movía las manos, estaba a un pelo de recurrir a la más infantil de las reacciones y empezar a taparse los oídos y tararear.

— ¿Tu crees? – la japonesa la miró, inclinando la cabeza y su mirada brilló ante una súbita idea - Tal vez deberíamos preguntarle a Tala, él debe saber.

— Ni se te ocurra – Pashanka Ekaterina Bazdehieff nunca se había movido tan rápido, bloqueando el paso de Suki, pero su mirada era ya la de un animal acorralado.

— O podríamos llamar a... ¿cómo era Wooti? – tanteó Suki, sin abandonar su tenebrosa mirada o su dulce tono de voz.

— ¡Karl Wolfdietrich Ritter von Xylander¡Ahí¿Estás contenta? – finalmente exclamó Pasha, admitiendo una derrota, aunque sea parcial, a las manos de Asuka Minamoto.

— Mucho – la sonrisa de satisfacción Suki era tan grande que casi le partía la cara - ¿Cómo acabaste como un tipo con semejante nombre?

— No acabé con él, solo salimos un par de veces no fue nada – le aclaró Pasha, que levantaba la mirada al techo de un modo algo incómodo.

— Pero nunca le dijiste a Ivanov¿verdad? – Oh, esto era bueno, la sacrosanta Pashanka, siempre exigente de Tala, y era la primera en ir a buscar peces en otros mares.

— ¿Cómo demonios sabes tú? – Pasha, un poco más compuesta luego del shock inicial, la taladró con la mirada de acero que hace que pequeños novatos del beyblade se encojan del miedo, ni siquiera Boris logró más ese efecto.

— Tengo mis fuentes – desafortunadamente, sus poderes de intimidación se pierden en Asuka, que solo se encogió de hombros y siguió en su paseo de Kriki - No te preocupes, tu lobito ruso no sabe de un pastor alemán.

— Yo no me preocupo – eso iba más dirigido a tranquilizarse a sí misma que a contradecir a Asuka.

— Aja – y Asuka definitivamente no se lo traga, y preguntó, por pura curiosidad - Y dime¿cómo la bisnieta de un general del Ejército Rojo vino a salir con el nieto de un teniente general de la Wehrmacht nazi?

— Bueno – comenzó Pasha, ligeramente incómoda al no solo tener que hablar de su vida privada, sino tener que hablar de ella con Suki, de toda la gente - él era el nuevo Subjefe de Investigación y Seguridad para Europa Central, y el señor Hiwatari dijo que como jefa de Investigación de la Sede Central tenía que asegurarme de que funcionara en ese puesto.

— Bien – asintió Minamoto, y con la misma tranquilidad, preguntó de nuevo - y ¿cómo pasaste de calificarlo a meterle la lengua en la garganta?

Pasha quedó de piedra un segundo completo.

— Yo nunca...

— Solo bromeo – Suki levantó la mano para calmarla.

— Más te vale – le respondió la rusa, entrecerrando sus ojos en amenaza, pero continuó en voz aparentemente tranquila - Cuando acabé mi reporte él me invitó a cenar.

— ¿Y aceptaste así cómo así¿Con el bisnieto de un nazi? – hablando de gente loca.

— Yo soy hija de agentes de la KGB, no es para tanto – Trina solo se encogió de hombros, no le daba demasiada importancia - ¡Además, no pasó nada!

— ¿Y si no pasó nada por qué saliste 5 veces con él? – peguntó intrigada Suki, solo para seguir avergonzándola.

— Eso fue hace años – se defendió Pasha rápidamente.

— Un año y medio – le recordó la violácea japonesa, y agregó, solo por molestar - Creo que ya arrastrabas a Tala por esos días.

— Eso pasó después – se quitó Pasha, que no iba a seguir la línea de interrogación de Suki por más tiempo – Insisto¿cómo supiste de Karl?

— Créelo o no, yo tengo muy buenas fuentes – y junto a esa respuesta, una sonrisa - ¿Cómo voy a destruirte y humillarte si no sé lo que pasa en tu vida?

— Bueno¿pero es que nunca has salido con otras personas? – Pasha no veía nada malo en salir de tanto en tanto, ella y Tala ni siquiera eran oficiales, claro que ella no le iba a decir eso a él.

— No, mi fidelidad es para Kai desde el momento en que nací – proclamó Suki orgullosa - Además, tu sigues viendo... ¿cómo era?

— Karl – le respondió Pasha en un gruñido - Y yo no lo sigo viendo.

— Le mandas correos – contradijo la japonesa en tono cantarín.

— Correspondencia intra-oficinas no califica de correo romántico... – Pasha se detuvo en un detalle - Y además¿qué haces revisando mi correo?

— No fui yo, fue Akira – de inmediato, la culpa de eso a alguien más.

— ¿Akira sabe de esto? – es que este día no se puede poner peor, pensó Pasha¿por qué de una vez no lo colocan en el periódico?

— Dios, no – en opinión de Asuka, Akira y Kai eran del tipo a los que solo hay que informar de los chismes cuando es necesario y oportuno - Ese no sabe guardar secretos, le dije que quería suscribirte a un sitio porno y ocupaba tu e-mail y clave.

— ¿Le dijiste eso? – Pasha no creía que eso fuera a ser mejor.

— Si querías le decía lo de tu Wolfie – le dijo Suki tentativamente - Por cierto¿has notado tu tendencia con los lobos?

— Primero – Pasha había hecho otro esfuerzo sobrehumano por recuperarse y fijarla en su mirada mortal - Akira no debía ver mi correo ni por tu manía de suscribirme a spam porno o mis cartas personales...

— Dijiste que eran de oficina – le recordó la japonesa con otra agazapada sonrisa.

— Y segundo – siguió la rusa, ignorando el intento de Suki – Yo no tengo ninguna tendencia por los lobos.

— ¿Cómo no? – le empezó a recordar la japonesa - Primero sales con Tala, que tiene ese horrible bicho bit, como se llame, que tiene forma de lobo, y le das vuelta...

— ¡No le di vuelta! – gritó la rusa, que se tapó la boca rápidamente y miró alrededor.

— ... con un maniático nazi cuyo segundo nombre empieza con la palabra Lobo – siguió Suki sin inmutarse.

— ¡No es un maniático nazi! – exclamó de nuevo Pasha, pero más en un forzado susurro.

— Su bisabuelo lo era – le recordó Suki.

— Era soldado de la Wehrmacht – la volvió a corregir Pasha.

— Casi lo mismo – y Suki se encogió.

— De hecho no – intervino una tercera voz – ser un soldado como lo fue el general Ritter von Xylander solo implica defender al Reich durante la sanguinaria invasión del Ejército Rojo, no al desquiciado de su Führer o sus ideologías.

— ¡Ian! – de nuevo, Pasha casi gritó, el pequeñito debía estar tomado clases de Kai, no lo había visto aparecer - ¿Qué escuchaste?

— Todo – le respondió él tranquilo.

— ¿Todo? – Pasha parecía que se iba a desmayar, empezaba a tambalear y se veía más pálida que nunca – Pero tu no... yo no...

— ¿No me viste? – completó él – Claro que no, para eso se inventaron dispositivos alternos de escucha, una hija de agentes de la KGB debería saberlo.

— Ian, no se lo que hayas creído que escuchaste pero...

— Olvídalo Pasha – la paró Ian, sacando un disco de entre la bolsa - también lo grabé.

— Oh, Dios – Pasha empezaba a ver unos puntitos de colores danzar ante sus ojos, y tuvo que apoyarse contra la pared.

— Sabes – muy tranquilo, pese a la reacción de la rusa, Ian solo la miró de modo clínico y malicioso - para alguien tan belicoso y mandona como tú, es increíble lo trastornada que te pones.

— Sí – continuó Asuka, ahora en plena sintonía de conspiración con Ian - ¿qué es lo que te da miedo¿Qué Tala podría malinterpreta que hayas salido cinco veces con un guapo alemán cuando ustedes dos ni siquiera eran pareja oficial?

— ¿Ahora son pareja oficial? – le murmuró Ian a la japonesa.

— Ssshhhh... – lo calló ella, dándole un pellizco, y se volteó de nuevo a la risa, que se encontraba apoyada junto a una pared, hiperventilando - Mmm... ¿Pasha?

— ¿Están sugiriendo un chantaje? – pesé a la falta de oxígeno, ella se las arregló para lanzarle una envenenada mirada.

— Dicho así lo haces sonar muy feo – Suki hizo un gesto de pretendido insulto.

— Pero bastante preciso – reconoció Ian con descaro.

— ¿Qué quieren? – ahora no era la mirada, hasta la voz chorreaba veneno.

— Mmm... nada importante – Suki solo ignoró la implícita amenaza y le sonrió con la sonrisa más llena de sacarosa que pudo conjurar - solo que vengas de paseo.

— ¿Por que presiento que no se quedarán ahí? – ido el veneno, llega la definitiva derrota de Pasha, no tiene energía para batallar más.

— Es un paseo, vamos a pasear a Kriki por los pasillos... – pausa tensa de Ian - fuera de los camerinos de la Dinastía F y el Batallón Barthez.

— Me lo suponía – decir eso equivale a admitir la derrota.

— Vamos, será divertido – Ian ya no esperó más, solo la jaló mientras Suki se encargaba de Kriki.

— Si, será una fiesta para el seguro – gruñó Pasha, no muy segura de qué puede ser lo peor de este día.


Lady Dope: Bien, ese fue otro ejemplo de lo tontas que son mis hermanas¿qué hacen ustedes leyéndolas? Deberían huir mientras pueden, antes de que los sometan a algo peor.

Lady Dark¿Qué haces aquí de nuevo?

Lady Dope: Matar el tiempo, ustedes estaban muy ocupadas aporreándose una a la otra para notarme.

Lady Evil¿Por qué vienes? Solo sabes molestar.

Lady Dope: No es cierto.

Lady Evil¿Y qué haces?

Lady Dope: ...

Lady Evil¿Ves?

Lady Dark: Olvidando a esa dos, espero que perdonen este raro capítulo de relleno.

Lady Evil: Y no se preocupen, no pondremos a Tala a sufrir por ese ex de Pasha.

Lady Dark: La única que se preocupa de eso eres tú.

Lady Dope: Ya sé lo que puedo hacer.

Lady Evil¿Qué?

Lady Dope: Esto, es momento de respuesta a los reviews.

Lady Evil¡Esa es mi línea!

XD XD XD

Sumimo-Sham – Lady Dark: Sí, sí, admitimos que fue puro relleno. Lady Evil: Por eso está este, que aunque también es relleno, podría calificar también de previo para situaciones futuras. Lady Dark: O una pista de cómo vamos a hacer para que Tala y Pasha se pongan más serios. Lady Evil: Aunque nuestro objetivo principal fue poner a Pasha nerviosa. Lady Dark: Ya verás lo que van a hacer con Kriki, implica un avión y una piscina. Lady Evil: Por mi parte, de una vez te digo que está difícil lo de esa traducción. Lady Dark: Nosotras tratamos de buscar una cuando salió la Orden del Fénix, y solo encontramos resúmenes, detallados pero resúmenes. Lady Evil: Es parte de la maléfica obra de los abogados de J.K. Rowling, que no permiten traducciones en Internet. Lady Dark: Así que solo será rastrear pistas hasta que salga el libro, supones que en diciembre.

littledark – Lady Dark: Sí, pero no hace falta apurarnos tanto, están muy jóvenes para casarse. Lady Evil: Pero enloqueceríamos mucho con eso. Lady Dark: Mientras, Kriki perderá un poco de protagonismo, pero seguirá con sus salidas interesantes.