Lady Dark: Creo que me emocioné un poco escribiendo este capítulo, está algo grande.

Lady Evil: Y aún asó no tiene sentido.

Lady Dark: No puedo hacer más, mi inspiración empieza a morir, y ustedes no me digan que Beyblade ha caído completamente de gracia.

Lady Evil: Yo no te voy a negar eso, aunque alguien que nos lea podría decir lo contrario.

Lady Dark: Bien, entonces hagamos otra encuesta. ¿Quién de ustedes, luego de ver Beyblade completo 3 veces, le encuentra algo de gracia?

Lady Evil: Tienes sus momentos.

Lady Dark: Pero la emoción en general se ha perdido, solo quedan algunos momentos.

Lady Evil: Bueno, eso es lo que te pasa cuando tardas un año en terminar un fanfic.

Lady Dark: Tengo que apurarme¿verdad?

Lady Evil: En definitiva.

Lady Dark: Entonces acabemos primero leyendo el capítulo.


Capítulo XXXV: Regreso a casa

Antes de que acabara el día, a Pasha no le había quedado otra opción más que ceder al más que descarado chantaje de Ian y aceptar hacer una visita a los camerinos de los pocos equipos que aún faltaban por aterrorizar. En el camino se les unió Akira, que estaba más que sorprendido de ver que ella los acompañaba "voluntariamente" en su servicio público del día, pero es que nadie le iba a pasando del chisme de cómo la letal rusa había decidido unirse a la excursión.

En cualquier caso, la aventura acabó rápido, no hay nada que acabe más con la salud mental de una persona que abrir la puerta y toparse frente a frente con el masivo cuerpo y dentadura de un más que vivo reptil. Y claro, luego todos tuvieron que salir corriendo y esconderse, para que cuando llegara Seguridad no dijeran nada, así que, oficialmente, los reportes de un cocodrilo de 10 metros rondando por el Beyestadio de Sydney fueron achacados a un envenenamiento de agua. Mientras los paramédicos daban unos cuantos sedantes de caballos a los histéricos miembros de la Dinastía F, en especial Romero, que ocupó hasta oxígeno, los guardias encontraban al equipo técnico de los Blitzkrieg Boys tranquilos en el camerino, al parecer ignorantes de la situación, y más entretenidos en arreglar el mantel de una tambaleante mesa alargada, demasiado grande para el cuarto, otro error de los encargados de planeación de Australia. ¡Malo, malo!

El torneo en Australia estaba oficialmente terminado con la victoria del BBA Revolution sobre el PPB All Stars, con lo que los equipos que pasaban a la etapa final en Japón, serían el BBA, la Dinastía F y el Batallón Barthez. Por tanto, todos los equipos debían moverse a sus hoteles y prepararse para el traslado, incluidos los perdedores, que debían participar en una competencia de demostración antes de la final, lo que Pasha calificó de sobre-compensación para un montón de perdedores.

De último minuto, nuestro amado equipo ruso terminó descubriendo un pequeño problema que podría llegar a complicar el realizar se traslado con éxito.

— ¡YO NO DEJO A KRIKI! – una Suki medio histérica abrazaba a su cocodrilo como si su vida dependiera de ello, no estaba muy contenta con la noticia que su bebé debía regresarse a su lago privado en la reserva que su abuelo tenía en Australia.

— Asuka, deja de ser infantil – le regaño Kai, mientras Ian, Spencer y Bryan trataban por todos los medios, físicos y psicológicos, de separarla del cuello del reptil.

— ¡NO, NO, NO! – pero sus esfuerzos solo hicieron que se agarrara con más firmeza del cuello de Kriki.

— Mmm... Suki, querida... – Aki, siendo lo más cercano a un confidente para la japonesa, intento el camino diplomático - No hay manera de que te puedas llevar a Kriki.

— ¿Cómo no? Compramos unos lindos boletos en primera, toda la sección si es necesario, y así puede ir conmigo y le doy trocitos de caviar – Suki había adoptado una vocecita de chiquita pequeñita que más que nada, provocaba escalofríos.

— Primero – comenzó Kai, que empezaba a desarrollar jaqueca, y muy tarde, porque la de Pasha llevaba horas azotando – no se pueden llevar mascotas en la sección de pasajeros...

— Pues no pienses que lo voy a dejar ir solito en esa fea bodega – reclamó Suki, haciendo un puchero y plantándole un beso a Kriki.

— Segundo – siguió Kai como si no la oyera – Un cocodrilo indo pacífico de 10 metros y 2 toneladas de peso y juego filoso de dientes no ha a calificar como mascota en ninguna aerolínea del mundo, de modo que no lo puedes ni acercar a ese avión.

— No es justo – chilló ella, meneando la cabeza.

— La vida no es justa – le recordó Tala, que andaba buscando una compresa fría para el dolor de cabeza de Pasha.

— Si la fuera – murmuró Kai tan bajo que nadie le oyó - un asteroide ya me habría aplastado para poder acabar con todo esto

— No importa lo que digan, yo no voy sin Kriki – se decidió ella, plantada en su decisión.

— OK, te enviaré una postal – y con eso, Kai empezó a marchar fuera del cuarto.

— ¡No te irías sin mí! – primeras señales de verdadero pánico en Suki.

— Bien – siguió Kai, impávido ante la desesperada mirada de su prometida - yo me tengo que ir, el lagarto...

— Cocodrilo – corrección de Bryan.

— Lo que sea – gruñó Kai - No se puede ir, y tú insiste en quedarte con él – hizo una pausa, para dejar que los hechos se asentaran en el necio cerebro de Asuka - Debes elegir.

— No – insistió ella, hundiendo su cara en el cuello de Kriki, que en respuesta emitió uno de esos chillidos de bebé reptil.

— Pues lo haré por ti – concluyó él con frialdad, no le gustaba ser malo con ella, pero necesitaba madurar y saber que no siempre puede salirse con la suya - ¡Quédate!

— ¡NO! – ahora definitivamente ella estaba llorando.

— ¡Suki! – ordenó él, su voz no se elevó, pero la firmeza que llevaba no se hubiera imitado ni con un grito.

— No quiero elegir entre los dos – continuó ella llorando y gimiendo sobre su cocodrilo, lo que era un espectáculo de lo más lamentable, y malo para la jaqueca de Kai, ni que decir la de Pasha.

— No hay manera en que nos tengas a ambos – siguió él, firme como solo él puede, aunque cualquiera que lo conozca tan bien como los presentes, sabe que le cuesta mucho soportar ver a Suki romper a llorar de ese modo y no reaccionar de algún modo; saliendo del aire dramático, hay apuestas para ver el día en que finalmente ceda en público y la abrace o algo así, hasta ahora, no ha pasado.

— Pero... pero... – ella iba a seguir replicando, pero un furioso rugido llamó la atención de todos al otro extremo del cuarto.

— ¡AAAAHHHH¡SILENCIO! – Pasha se levantó del sillón en que estaba, arrojando el paquete de hielo a un lado - ¡Tala, dame el teléfono!

— ¿Qué haces? – preguntó Aki confundido ante tal reacción.

— Si la única manera de acabar con este ridículo espectáculo melodramático y salir de aquí es llevarlos al monstruo eso, pues lo haremos – le respondió ella, casi gruñendo, mientras golpeaba las teclas del teléfono.

— ¿Qué... qué... cómo? – eso sacó a Kai completamente fuera de línea, tan concentrado estaba en imponerse a Suki, que no supo que decirle a Pasha y su reacción, además, cómo pretendía mover ese animal. Seguro se había vuelto loca de nuevo.

— Del mismo modo en que nos movemos siempre que ustedes se meten en problemas – le respondió ella, concentrada esperando que atendieran el teléfono, y respirando hondo para calmarse - Transporte de la Corporación.

XD XD XD

Esa misma tarde cada uno de los equipos habían empacado y partido para el aeropuerto, pese a las derrotas de todo, se llevaban bien y bromearon todo el viaje a Japón, a donde llegaron como a las 7 de la noche, hora local. Pero el tema dominante, durante todo el viaje fue la desaparición, una vez más, de los Blitzkrieg Boys.

El señor Dickenson había estado cerca de un ataque cardiaco, tras que no solo no dieron ni una conferencia de prensa durante todo el torneo y fueron los menos sociales con sus compañeros de los otros equipos, se le pierden cuando llegaron a Australia, al no registrándose en el mismo hotel que el resto de los equipos, se le hizo imposible encontrarlos hasta el último día. Agregado, tuvo la pequeña sospecha de que esos raros reportes de cocodrilos gigantes, asaltos e intentos de homicidio contra miembros de otros equipos estaban relacionado de algún modo con ellos. Y para completar, no llegan al aeropuerto para la salida, y al llamar a su hotel, les dicen que ellos registraron su salida 2 horas antes, y nadie sabe dónde fueron.

Les daría su regaño a esos niños, en especial a esa señorita Bazdehieff, supuesta jefa técnica, si creyera que de algún modo le harían caso, pero luego de casi dos años de batallar con ellos, empezaba a creer que seriamente no les importaba la opinión de alguien que no tuviera sus cheques mensuales de pago en la mano. ¡Pequeños mocosos mercenarios! El deporte por diversión está muerto.

Stanley Dickenson tenía la seria sospecha, mientras se tomaba de golpe su sexto vaso de vino en media hora, que Voltaire Hiwatari no había renunciado a su plan de conquistar el mundo y lo había transferido a hacer que sus nietos y empleados volvieran al mundo loco, una persona a la vez, y poder conquistarlo todo cuando todos estén demasiado sedados para reaccionar. Voltaire encontraría la idea risible, de no ser porque él mismo debe de estar demasiado sedado en este momento para prestarle atención.

XP XP XP XP

Dos horas antes, mismo aeropuerto…

— No puedes someterme a esto – casi gritó Suki. Estaban en uno de los hangares privados del aeropuerto, y estaba tomando un rato montar todas sus maletas.

— ¿Te quieres decidir? – le gruñó Pasha exasperada – Primero estás con que no quieres dejar a Kriki, luego que no quieres que se vaya Kai, y cuando te doy la opción de tenerlos a ambos en el mismo sitio, me empiezas con que no quieres hacerlo.

— Pero... pero... en un ¿Antonov de carga? – Suki parece haber desarrollado una alergia crónica a la sola idea de montar los aviones que Pasha selecciona para sus viajes.

— ¿Y qué pretendías que hiciera¿Qué chocara mis tacones y nos transportara a Japón usando mis lindos deseos y cariño? – le planteó la rusa, con tanto sarcasmo goteando de su voz que se podrían ahogar en él.

— Tal vez al infierno, pero no a Japón – murmuró Ian, pero no tan bajo como quisiera.

— Silencio con ustedes – le calló Pashanka de inmediato.

— Podías conseguirnos un vuelo – comentó Suki, aún con esperanzas de conseguir asientos de cuero y champaña en el camino a casa.

— Esto vuela, no le ves las alas – le señaló la rusa, aumentando más su sarcasmo, si eso es posible.

— Algo respetable – gruñó Suki, mirando de modo muy feo las manchas en la pintura negra de las alas.

— No es un prostíbulo volador – respondió Pasha ante la elección de calificativos de Suki, y agregando en un tono un poco más condescendiente - a menos que pretendas hacer algo para contradecir esa idea.

— Tu... – Suki iba a empezar la pelea de gatas.

— ¡Damas, damas! – pero obviamente Akira no considera que eso sea algo muy bueno de mostrar en un aeropuerto internacional - No hay necesidad de ponerse agresivos.

— Suki, tú querías transportas a Kriki contigo a Japón, solo podrás hacerlo en un avión de la compañía – le recordó Kai, ya empezando a cansarse de tener el mismo problema con ella cada vez que viajan - Pero si cambiaste de idea, aún podemos llamar a Neil para recoja a la bestia esta y tomamos el avión con los demás.

— No, a Kriki no lo dejo – negó ella con la cabeza de modo compulsivo, olvidando de inmediato su "pequeña" pelea con Pasha.

— Entonces está decidido – dijo cortante la señorita Bazdehieff.

— ¿Pero como vas a subir a mi amor a ese avión? – Suki entrecerró los ojos, esperando haber encontrado la falla en el plan de Pashanka.

— Esta cosa puede cargar dos carros de combate pesados tipo Josef Stalin JS II, de 46 toneladas cada uno, y 5 escuadrones de infantería con equipo de combate completo – le aclaró Pasha, señalando, casi con orgullo al colosal avión ex-militar, que ya casi estaba terminando de ser cargado - No creo que tenga demasiados problemas con tu mascota y tu equipaje.

— ¿De dónde sacamos estos aviones? – preguntó Spencer, que nunca se fijaba, pero en este viaje en especial estaba empezando a notar cierto patrón en sus transportes - ¿Descuentos de la KGB?

— De hecho – le respondió Tala, casi con un poco de vergüenza de admitirlo - cuando la KGB disminuyó operaciones y se cambió el nombre compramos mucho de su equipo sobrante.

— Típico – masculló el gran ruso.

— Tienen unos lanzacohetes muy buenos – admitió Bryan desde su esquina, donde le estaba lanzando carne cruda a Kriki.

— ¿Cómo sabes? – preguntó curioso Ian.

— Hay unas cajas 10 almacenadas en el sótano del centro de entrenamientos de Moscú – le contó el otro, con toda la tranquilidad – Aunque ya se nos acabaron las municiones.

— Eso me recuerda que tengo que comprar candados nuevos – comentó a su vez Pasha, en un pensamiento no tan falto de relación.

— Recuerden no volver a arrimar a ese sitio – murmuró Kai, cruzándose de brazos en su gesto tradicional.

— Como si fueras tanto ahí – le respondió Tala en el mismo bajo tono de murmullos.

— Señorita Bazdehieff – uno de los tripulantes del avión se acercó a Pasha y la saludó muy respetuosamente, y parecía que hasta con miedo de ella - el equipaje está listo.

— Muy bien, entonces solo nos falta una cosa – anunció Pasha, lanzándole una mirada al lagarto que aún estaba en medio hangar, sostenido por la cadena de Suki y alimentado por Bryan.

— No te atreverías – Suki la miró con miedo, mientras Pasha cogía caja llena de sedantes de veterinario y le pasaba a Spencer y a Tala unas pesadas correas de transporte.

— O sí, si lo haría – le respondió la rusa con un no muy discreto trazo de diversión en la voz.

XD XD XD XD

Ota, refinado y eficiente mayordomo, estaba caminando tranquilamente por el salón principal de la mansión Hiwatari temprano por la noche, faltaban una media hora para la cena y no había interesante en la casa. Con el amo de la casa en un "retiro de salud" en Rusia, y los jóvenes amos de en alguna parte del mundo, torturando a otras pobres almas, el personal de la casa se había puesto bien vago.

Como no había jefe regañón que los pusiera en cintura¿quién sabe cuánto iba a estar el jefe en su retiro, Aki, Suki y compañía destruían otros sitios que ellos no tenían que limpiar, el personal de la casa se las había dado de trabajar casi solo media jornada. Con una pasada de paño para quitar el polvo, retocar un poco el jardín y barrer los pisos principales todo se podía mantener relativamente limpio, no hay necesidad de ser neuróticos.

Por tanto, el mayordomo en jefe se preparaba para salir a tomar un par de tragos y tal vez cantar un karaoke, dejando a las mucamas viendo su telenovela en la pantalla plasma de 50 pulgadas que estaban empotrada en la pared del estudio principal, y a los cocineros, jardineros y empleados de seguridad en un buen juego de dados en la sala de pool. Era una linda noche de verano, temperatura agradable, el cielo estaba claro, las estrellas relucían y la luna iluminaba todo, del tipo de noches en uno está seguro que no hay absolutamente nada que pueda salir mal. O uno lo creería.

Estando seguro que no había nada que hacer más, Ota de dirigió a su habitación en los dormitorios de servicio para cambiarse cuando de pronto sonó el timbre principal. Eso era raro. No recordaba que el encargado del portón exterior haya reportado visitantes, aunque también era posible que ese estuviera enganchado también en el juego de dados.

Encogiéndose de hombros, Ota fue a abrir la puerta, tal vez sería algún vendedor nocturno, repartidor de pizza o monjita de la caridad de la que pudiera deshacerse fácilmente antes de que no le quedara campo en el karaoke. Alcanzó la puerta, nada más siquiera se había molestado de hacerlo, y abrió. Lo que vio lo hubiera hecho desmayar, de no ser porque vivir en esta casa acostumbra a las personas a las actividades y visiones por demás extrañas.

Como si tal cosa, ahí estaban de vuelta los jóvenes Aki y Kai.

— Amos¿qué hacen aquí? – eso sí que le arruina la noche, pensaba el mayordomo.

— Bueno, es nuestra casa, a menos que nos hayan echado y nadie me hubiera dicho – Kai estaba extra sarcástico esa noche, debe ser el viaje en avión con un cocodrilo.

— Claro, discúlpenme – Ota se inclinó en disculpas y dejó pasar a los gemelos Hiwatari, seguidos por Suki y todo el equipo de los Blitzkrieg Boys, además de un cocodrilo de 10 metros, a esos los había perdido en las luces apagadas de la entrada. ¿Cuándo se quemó ese bombillo? Momento¿cocodrilo? – ¿Amos? Eso...

— Ota, espero que recuerdes a los muchachos del equipo – Aki le dijo, señalando lo más obvio, semejantes matones rusos no se pierden fácilmente.

— Cómo abría de hacerlo – pese a su cortesía, Ota recordaba que la última vez demolieron la mitad del patio en un improvisado juego de polo con las podadoras de césped – Pero ese...

— Ah... Ota – la voz de Suki, tan alegre como siempre, hasta cuando sostiene de una cadena de titanio - ¿Recuerdas a Kriki?

— Claro – ese es otro, juraba que no era tan grande la última vez, pero eso no impidió que casi le arrancara la mano a uno de los jardineros que no lo vio entre los arbustos.

— Bien, espero que sigan sin clorar el agua de la piscina, porque para allá va – y cómo si nada le dio a él la cadena.

— Por supuesto – fue pura voluntad la que no lo hizo desmayarse en ese sitio, ahora si pudiera encontrar una manera de decirle a Sayuki que saliera de la piscina antes de echar al monstruo, suponía que los jóvenes amos desaprobarían más un desmembramiento en la piscina que el tener a una de las mucamas nadando en ella.

— De paso, dile a los cocineros que preparen la cena, nos morimos de hambre – le anunció Aki, y eso significaba, haz un banquete, estos rusos comen como galgos.

— Y que alguien recoja las maletas, el del bus no se quiso bajar y las dejó en la entrada – un pelirrojo, Tala, el mayordomo parecía recordar que se llamaba.

— En definitiva no le voy a dar propina – Ian anunció, revisando un poco de la entretenida filmación que captó en el avión, al menos esta vez el reptil mordisqueó las maletas de Asuka.

— ¿Y qué querías que hiciera? – le planteó Spencer con exasperación - Kriki arrancó un asiento de un mordisco.

— Solo jugueteaba – Suki siempre defiende a su bebé, incluso aunque fueron sus maletas las que tienen marcas de dientes.

— Claro – gran cinismo por parte de Pashanka.

— Bueno, no importa lo que digas – Suki levantó la barbilla con el aire del orgullo herido - Yo me voy a subir a mi cuarto a refrescarme – y empezó a subir la enorme escalera principal a los pisos de arriba.

— ¿Tu cuarto? – Kai reaccionó un poco tarde, y miró a Suki con todas las sospechas del mundo -Tu no tienes cuarto, tu tienes casa y es a 500 metros en la otra dirección.

— Entonces voy a usar tu cuarto – ella le dijo, ya desde lo alto de la escalera, no se iba a dejar ganar y salió corriendo al cuarto de Kai.

— ¡ASUKA! – y Kai fue detrás de ella.

— Espero que las paredes sean gruesas – consideró Bryan - va a haber escándalo esta noche.


Lady Evil: Nada de eso tuvo sentido.

Lady Dark: Solo era el regreso a Japón, necesitaba establecerla situación.

Lady Evil¿Necesitabas hacerlo en 8 páginas?

Lady Dark: Sí.

Lady Evil¿Cuánto más a durar esto?

Lady Dark: Si de verdad te interesa, creo que solo cuatro capítulos más.

Lady Evil: Mejor pasemos a los reviews.

XD XD XD

Fanny-Shadow – Lady Dark: Por poco perdemos este review, como llegó para el capítulo de la semana pasada no lo habíamos notado. Lady Evil: A veces nos pasa eso. Lady Dark: No llegó tu historia, y para ser el primer capítulo me parece que te emocionaste bastante. Lady Evil: Pero ese es el precio de tener muchos personajes. Lady Dark: Temo por los pobres personajes que tengan que pasarla más con Suki y Pasha cuando las introduzcas. Lady Evil: Regresando al capitulo 32, hemos recibidos muchos comentarios por esa súbita seriedad de Suki. Lady Dark: Pero buenos comentarios. Lady Evil: Claro que a Kai le interesa más Suki de lo que deja ver, pero si Kai dijera lo que piensa o siente no sería Kai.

Sumimo – Lady Dark: La verdad es que Kriki tal vez no tenga demasiada acción. Lady Evil: O tenga mucha, aún lo estamos considerando. Lady Dark: Mientras tanto, Karl no es un nazi, solo es nieto de nazis. Lady Evil: Pero no es probable que Tala se entere, o al menos hasta la secuela. Lady Dark: Que sería más personal que un evento específico.

Malale – Lady Dark: Primero, Pasha no está con él alemán, salió con él un tiempo antes de salir con Tala, pero nunca rompieron lazos realmente, pero trabajan en la misma división de la Corporación. Lady Evil: Calificarían más de amigos íntimos, pero Tala no sabe nada y Pasha es algo paranoica de que cierta japonesita le va a decir del peor modo posible. Lady Dark: Podríamos usar eso para que al fin salgan en serio. Lady Evil: Les hace falta algún incentivo. Lady Dark: Pero Karl no tiene nada de malo, creo que lo voy a hacer bien guapo, al estilo de los hermanos Schubaltz en Zoids, pero mezclado con un poco de general nazi. ¡LINDÍSIMO! Lady Evil: Eso explica el nombre. Lady Dark: Solo el primero, todo lo demás lo saque de una enciclopedia de la Segunda Guerra¡y no es un neo-nazi! Lady Evil: Ser nazi y ser neonazi es distinto, un neonazi es un loco con muy mal peluquero y mucho tiempo libre, un nazi es un guapo soldado con excelentes uniformes y un jefe loco. Lady Dark: Y Karl no es ni nazi ni neonazi. Lady Evil: Pero supongo que viste bien y definitivamente tiene un jefe loco si trabaja para Voltaire. Lady Dark: Bueno... sí. Lady Evil: Cambiando el tema, claro que Kriki es kawaii, los reptiles asesinos con listones siempre son kawaii, pero yo prefiero la pitón. Lady Dark: Y Suki no tiene problemas en tener maletas de piel, es como cuando uno tiene un pollito de mascota, eso no impide que uno coma pollo frito. Lady Evil: Para ella Kriki no es un cocodrilo, es su bebé. Lady Dark: Esa escena de casi-beso de Suki y Kai fue más que todo para poner nervioso a Kai y frustrar a Suki por la interrupción. Lady Evil: Nada como la tensión sexual para avivar una historia.

#17 - Lady Dark: Al menos alguien no se queja de mis capítulos de relleno. Lady Evil: Alguna debía de haber. Lady Dark: Y sí, Suki puede ser increíblemente seria cuando le interesa. Lady Evil: Solo que no siempre le interesa. Lady Dark: Y Kai, podría ser resignación o que de verdad la quiere, con esa gloriosa personalidad de él es casi imposible saberlo, sobre todo en público. Lady Evil: Todavía no sabemos que hacer con el alemán, solo fue un planteamiento inicial, algo que luego podría salir por ahí. Lady Dark: Tenemos que pensar bien como reaccioará Tala. Lady Evil: Luego es que Pasha hace más drama que él. Lady Dark: Y no, ponerle más parejas a todo el mundo solo complicaría todo, lo que podemos hacerle es darle alguien a Aki, nada más.

littledark - Lady Dark: No te podemos decir cómo reaccionará Tala. Lady Evil: Como ya dijimos, no lo hemos pensado bien. Lady Dark: Podría hacer un drama de telenovela, celos homicidas a lo Suki o completa indiferencia. Lady Evil¿Sugerencias?