Lady Dark: Bien, hace tiempo que deseaba escribir este capítulo.

Lady Evil: Fue una de las escenas centrales alrededor de las que construimos este fanfic.

Lady Dark: Y su aparición significa el inminente fin.

Lady Evil: Y ya era hora.

Lady Dark: Pero podríamos tener problemas para llegar.

Lady Evil: Es probable que tengamos para publicar fielmente una vez por semana, todo culpa de mi hermana.

Lady Dark: Ha iniciado el nuevo semestre de la universidad y algunos profesores están decididos a volverme definitivamente al borde de la absoluta locura.

Lady Evil: No es que ese no sea su estado común.

Lady Dark: Pero esta vez es especial

Lady Evil: Mejor cortemos esta charla inútil y pasemos a la historia.


Capítulo XXXVIII: Hora de la fiesta

Kai había estado casi todo el día vagando por la ciudad, recorriendo callejones y practicando con su blade en bodegas abandonadas, como en los viejos tiempos. Había pensado mucho, considerado otro poco, pensando principalmente en su siguiente duelo, fuera contra quien fuera a ser, pero algo dentro de él le decía que no era necesario ni considerarlo, iba a ser Tyson, dudarlo sería ridículo.

Recorrió la ciudad de un lado al otro, a veces practicando, a veces mediando (aunque Ian preferiría llamarlo "ensalzada forma de perder el tiempo y buscar figuras de animalitos en las nubes) o esquivando a las hordas de salvajes fanáticas, que, a sabiendas de que los equipos están de vuelta en Japón, andan a la caza de, en el mejor de los casos, autógrafos, en el peor, conquistar a alguno de ellos, casarse y tener hijos. Kai evitaba a ese grupo en especial, no solo por la tremenda molestia que representaban, sino porque ya tenía bastantes problemas en la familia como para tener una prometida acusada de genocidio.

Estuvo vagando por la ciudad casi todo el día, pasando de aquí para allá y comiendo en algún discreto sitio. Vio en las noticias la rueda de prensa dada por los líderes de equipo respecto a como se resolverían los detalles de los últimos encuentros, y no estaba realmente muy contento con tener que enfrentar a un cansado rival en la final, no había realmente un reto en combatir contra alguien que ya había tenido una seria lucha, pero no había nada que hacer para remediar eso; tenía una idea para igualar la balanza, pero aún debía pensarla un poco. Por ahora, estaba más interesado en saber por qué fue Tala el que representó a los Blitzkrieg Boys, Pasha era su entrenadora y jefa oficial, una posición que había defendido entre fuego y sangre (literalmente) desde que le quitó el puesto a Boris, cederla de ese modo a Tala le parecía raro, a menos que ella hubiera ido a hacer algo más importante.

La respuesta a su incógnita la recibió cuando, poco antes de llegar a la calle de su mansión, un gran vehículo 4X4, negro, reluciente y con las insignias de la Corporación se paró junto a él, y Pasha se bajó, usando su grueso traje ejecutivo en cuero y portafolio.

— ¿Dónde andabas? – le preguntó él, notando su vestuario, perturbante y serio a la vez.

— Reunión ejecutiva – le respondió ella a secas, mientras empezaba a caminar hacia la casa sin esperarlo.

— ¿Reunión¿Vestida en cuero? – Kai la ojeó discretamente, desde su apretada falda, hasta su saco tallado, todo en cuero negro, hasta sus tacones de estilo estilete y anillos de plata que parecían garras, y su cabello en su apretada trenza esqueleto con una serie de gruesas agujas plateadas que asemejaban más bien dagas. Definitivamente no es la imagen de una ejecutiva corporativa promedio.

— Sirve cuando no está el jefe, así intimido a esos ridículos ejecutivos sin talento – le explicó ella, una ligera sonrisa, del tipo más maléfico, asomó en su rostro.

— Entonces no usarías eso con el abuelo – preguntó él, como un eterno ausente de los negocios de la familia, no conocía mucho del protocolo interno en reuniones.

— No, a él le gusta pensar que aún está al mando, el vestuario intimidatorio solo lo enojaría, creería que soy arrogante – explicó Pasha mientras revisaba su celular y se aseguraba de no tener más mensajes.

— Claro, y no queremos que piense eso – la ironía era más que palpable en el tono de Kai, en su opinión, la única razón por la que su abuelo seguía como presidente de la empresa es que los golpes militar estaban limitados a gobiernos; en la empresa privada hay que usar métodos más discretos, y eso toma un tiempo horrible. Por suerte, Pasha disfruta tanto de una complicada conspiración como de un golpe de estado a la antigua.

Empezaba a hacerse tarde, hacía cerca de media hora que el sol había bajado, y una luna llena, blanca y brillante, iluminaba el cielo, junto con las pocas estrellas tan relucientes como para ser vistas en el iluminado cielo de Tokio. Lo que ambos deseaban hacer luego de un largo día era llegar a cenar, ponerse algo más cómodo (en el caso de Pasha) y planear estrategia para el importante evento que tendrían el día siguiente. Antes de que Kai pudiera interrogar a Pasha para averiguar los más recientes chismes de la oficina y saber cómo se las había arreglado para poner a Tala como sonriente cara ante la prensa, llegaron ante el portón de entrada a la propiedad, y lo que encontraron no presagiaba nada, nada bueno.

Un constante flujo de vehículos y gente pasaba por esa puerta, todos estaban ataviados como para fiesta en un club de Tokio, muy mal presagio. Las muchachas, en su pesado maquillaje y ligeras ropas reían y comentaban mientras entraban a la propiedad, y en cuanto notaron a Kai, un aún más animado río de conversaciones se extendió por todas partes. Más de una parecía lista a lanzarse a conversar con Kai, pero la imponente y decididamente agresiva figura de Pasha las paraba en seco; a Pasha no podía importarle menos si coqueteaban con Kai, pero la fama de Suki era más conocida que su imagen, y nadie deseaba unirse a la larga lista de ingresos al hospital por mano de Asuka, solo los dioses saben cuan larga ya es esa lista.

— ¿Qué hace toda esta gente aquí? – murmuró la rusa.

— Por alguna razón, siento que no me gustaría saberlo – le respondió él, dejando salir un pesado suspiro.

Ese día había sido de mucho trabajo para Suki y el resto de la tropa, mientras Pasha amenazaba ejecutivos, Kai vagaba por ahí y Tala sufría los horrores de la labor diplomática, el resto del grupo había cocinado un plan maravillosamente perverso. Dieron una orden que mantuvo a la cocina de la mansión trabajando todo el día, haciendo litros y litros del más pesado ponche que se puede imaginar, en algún punto, Suki hasta tomó una botella del más caro Chardonnay que se pueda encontrar, directamente de la cava de vinos del abuelo Voltaire, y se la echó como si fuera cualquier botella de leche. A eso se agregan muchos bocadillos para picar, no solo preparados ahí, porque también hicieron unas compritas fuera.

Dichas compras no se limitaron a dejar vacías las existencias de tortillitas, salsitas, papas fritas, tostadas, malvaviscos, galletas y sodas en cada supermercado a 2 kilómetros a la redonda, sino meter tanto licor a la casa como para saciar una fiesta de Las Vegas más que satisfactoriamente. Estuvieron en eso todo el día, además de hacer llamadas telefónicas y corriendo la voz, que es mucho más rápido que con esas aburridas invitaciones formales, así, podrían no conseguirse mucha calidad, pero no se quedan cortos en la cantidad, por lo que, al llegar Pasha y Kai a la mansión (Tala se había llevado su susto unas horas antes) se encontraron con la fiesta improvisada más grande jamás vista, una de las tantas habilidades de Suki.

— ¿Por qué siento la mano de Asuka en todo esto? – murmuró Kai, mientras miraba algo desaprobatorio a toda la gente.

— Tal vez por eso – le señaló Pasha en dirección a la fuente de la entrada.

Esta era una costosa fuente veneciana de mármol, media unos 5 metros de alto y tenía una de esas renacentistas estatuas de musas y aves en el centro, derramando agua en sus cántaros; pero el día de hoy, en lugar de agua, derramaban espuma, y debía ser una buena, porque ya tenía unos 50 metros cuadrados de entrada cubiertos de una gruesa masa blanca. Acompañando eso, había una serie de reflectores iluminando la mansión y luces láser bailando por todo el cielo, junto con una serie de enormes bocinas que tocaban lo más salvaje de la música electrónica, dándole a todo el jardín frontal la imagen de una fiesta de espuma rave.

— Esto va a darnos problemas – comentó Kai, volteando un segundo y notando que ya los escandalizados vecinos empezaban a curiosear.

— No me digas – le respondió la rusa con sarcasmo, hizo pausa un momento y se fijó en algo justo en la parte superior de la estatua - ¿No es ese...?

— Imposible – murmuró Kai, y entonces gritó sobre el ruido de la fiesta - ¡SPENCER¿Qué haces montado en esa estatua?

Efectivamente, el gran ruso estaba balanceado encima de las estatuas de musas, bailando cono poseso al ritmo de la música, cubierto en accesorios de neón y bailando con un par de muchachas de un modo "salvaje", por decirlo de algún modo.

— Kai, Pasha, llegaron para lo mejor de la fiesta – les gritó él en respuesta.

— ¿Qué rayos pasa? – volvió a gritar Kai.

— Baile – respondió Spencer con tranquilidad, mientras seguía su baile.

— Ya sé que es un baile¿por qué lo hacen? – siguió el japonés, justo cuando pasaban a un ritmo más rápido en la música.

— ¿QUÉ? NO TE OIGO – le respondió a gritos Spencer desde su posición a 5 metros de altura.

— ¿DÓNDE ESTÁ ASUKA? – le gritó a su vez Pasha, lo más alto que podía.

— ¿QUE? – más sordera.

— ASUKA – gritó ella, aún más alto; se sentía tentada a dispararle al D.J., tal vez eso llamaría la atención.

— ¿QUÉ? – trató él ruso de nuevo.

— A – S - U – K – A – último intento.

— NO LO OIGO, MEJOR HABLEN CON SUKI, ESTÁ ADENTRO – y les señaló la mansión, donde algo de vida salvaje se veía a través de las ventanas.

En el interior, las cosas no estaban mucho mejor, o estaban mucho mejor, dependiendo de a quién le pregunten. En lugar de la música techno del jardín, ahí había una salvaje fiesta de rock en el recibidor, la sala, el comedor y demás, había un bar instalado y comida por todas partes. Ota, después de mucho negarse, se dio cuenta de que no había manera de detener a Suki sin Kai o Voltaire alrededor, y ya que era obvio que lo iban a despedir después de esto, bien podría divertirse. Eso sí, colocó guardias en las escaleras, no fuera a ser que alguna pareja libertina arruinara las sábanas de las camas, si saben delo que hablamos.

Finalmente se encontraron a Suki bailando en un mini vestido sobre una mesa de café, con un vaso de tequila en la mano y un baboso flirteando con ella al mismo tiempo. Ian andaba detrás de la improvisada barra de bar, cámara de video en mano, y saqueando las reservas de whiskey de Voltaire. Tala y Bryan ni se veían, pero mientras nadie vea al ruso de cabello violeta con un soplete o una sierra en una mano y una muchacha en la otra, buscando un cuarto vacío y diciendo que prepara un pequeño experimento, no hay que alterarse demasiado.

— Asuka¿qué demonios es esto? – le gruñó Kai en cuanto se acercó lo suficiente para poder oírse sobre la música.

— Kai, cariño, regresaste – le saludó ella, saltándole encima y rodeando su cuello con los brazos y la cintura con las piernas, con la falda que estaba usando, Kai iba a tener un momento muy incómodo sosteniéndola. Suki, miró por encima de su hombro y notó que Pasha también estaba ahí, por lo que de mal humor agregó - Oh, y tú también.

— Asuka, explicación – le dijo Kai cortante, haciendo un gran esfuerzo para que la sangre no le subiera a la cara.

— A mí me parece una fiesta – dijo alguien desde atrás, y Pasha y Kai (este aún cargando a Suki) se voltearon para encontrarse con Akira, también vestido para fiesta y con un trago en la mano.

— Ya me parecía extraño que tú no aparecieras – comentó su hermano, tratando de sonar tranquilo, pero fallando miserablemente.

— ¿No te gusta? – preguntó con inocencia Suki, finalmente soltándose y parándose en el suelo, como un ser humano medio normal.

— ¿Están locos? - exclamó Kai, desesperado de la situación - Estoy seguro de que a como están los vecinos, vamos a tener a la policía ahí afuera en 10 minutos.

— Bueno... – consideró Akira por un momento, y le respondió con franqueza - no me parece.

— Expliquen – confusión por parte de Kai.

— No nos parece que la policía llegue a aparecer, ni que la veamos en toda la noche – explicó su hermano lo más lento posible, como quién habla con alguien muy lento para aprender.

— ¿Cómo? – Kai entrecerró los ojos, conocedor que es de las tácticas de distracción de su familia.

— Nos aseguramos que tuvieran algo mejor que hacer que molestar a ciudadanos respetables en sus eventos sociales – Asuka explicó en un tono de indignidad, como si en lugar de la más salvaje fiesta jamás vista desde Woodstock, estuviera haciendo un té de canastilla de la alta sociedad.

— ¿"Algo mejor que hacer"? – repitió Kai, incrédulo ante lo que eso podía implicar en este caso.

— Confía en mí Kai, es mejor que no lo sepas – le susurró su hermano, del modo más incierto que pudo.

— Temía muy seriamente, que fueran a decir algo así – gruñó Kai, empezando la frotarse el puente de la nariz ante el seguro dolor de cabeza, y decidió, a riesgo de su salud mental, hacer otra pregunta - Sé que no se ocupa un motivo, pero ¿por qué la fiesta?

— ¡Estamos celebrando la victoria de los Blitzkrieg Boys! – gritó Asuka, levantando su trago, y como si fuera señal, todos los presentes del improvisado bar lanzaron un viva y se bajaron sus tragos de un golpe, solo por poder pedir más

— Espero que recuerdes que la final es hasta mañana – susurró su hermano, en ese tono serio que no aguanta tonterías.

— Lo sé – respondió su hermano, colocando un brazo sobre los hombros y dándole unas palmaditas condescendientes - pero luego es que ustedes pierden y arruinan la oportunidad de una excelente fiesta.

— Aaahhh, nada como tu optimismo – respondió Kai con todo su sarcasmo.

— Sí, verdad – y ahora, es la desvergüenza de Akira.

— ¿Dónde se metió Tala? – habló por primera vez Pasha, que de verdad estaba considerando la sabiduría de haber decidido quedarse en casa de Kai en vez de ir a lindo hotel, prisión o campo de torturas, todo es mejor que esto.

— Bueno – consideró Aki, haciendo memoria - creo que él fue por unas aspirinas, dijo algo de "estar preparado", pero no le entendía muy bien.

— ¿Tuvo algo que ver con esto? – preguntó ella, lista para hacer explosión de mal genio y señalando al caos a su alrededor.

— No, apenas tuvo tiempo de volver de la fea reunión a la que lo enviaste hasta hace como 2 horas – explicó Ian, que seguía grabando pero se acercó a la pequeña reunión de equipo en medio de la sala - Ya para ese momento estábamos instalando los parlantes en el jardín y llenando la piscina con gelatina.

— ¿Llenaron la piscina con gelatina? – preguntó Kai incrédulo, cada vez esto se iba poniendo peor.

— Claro¿de qué otro modo íbamos a tener lucha en gelatina? – le dijo Ian, como si fuera lo más obvio del mundo, y explicó en tono conspiratorio - Quiero diversificar el contenido de mis videos.

— ¿No había un lagarto gigante en esa piscina? – le preguntó Kai, recordándole ese pequeño detalle.

— Movimos a Kriki al estanque junto al vivero, creo que estará bien – comentó tranquilamente Suki, como si fuera solo un perrito.

— Solo espero que no se coma a nadie – consideró Pasha en un susurro.

— De comerse, comerse... no creo que haya problema – dijo Asuka con tranquilidad, y agregó - pero no estoy segura de que no dé un mordisquito aquí o allá.

— Creo que me voy a cambiar – Pasha mejor se iba, antes de que esta conversación hiciera salir sangre de alguien.

— Buena idea, te dejé algo de ropa en tu cama – le indicó la japonesa.

— ¿Me compraste ropa? – Pashanka no sabía si sentirse sorprendida y abiertamente enojada.

— Esta gente me conoce – le dijo Suki con indignación - no puedo tenerte andando por ahí vestida como un extra de "Matrix".

— Uuugggghhh... – enojada, definitivamente enojada. Y para evitar una escena frente a la cámara de Ian, mejor se iba ya.

— No creo que se ponga lo que le compraste – susurró Akira, mientras se servía otro cóctel.

— Allá ella – se encogió Suki de hombros, y también fue por un trago.

— Por cierto – Ian súbitamente recordó algo y le pegó un grito a la rusa antes de que se fuera demasiado lejos - Pasha, Tala te anda buscando.

— ¿Por? – preguntó ella, acercándose de nuevo para evitar tanto vergonzoso grito, aunque casi trastabilla con fiestero en el suelo, un poco pasado ya de tragos.

— Algo respecto de "tomarse todo el vodka antes que las hordas lo acaben" – Ian se rascó un poco la cabeza para recordar, y eso fue suficiente para que Pasha se fuera de nuevo a buscarlo, vaya que ocupaba un buen trago.

— ¿Ya colocaste toda la cerveza que va en el jardín? – le preguntó Suki al pequeño ruso, regresando con su trago y otro para Kai.

— Sí – le respondió Ian de una vez.

— Entonces es hora de ir a jugar limbo en la terraza – casi se rió ella, jalando de Kai.

— Hoy estás de buen humor, demasiado buen humor – Kai entrecerró los ojos, lleno de sospecha.

— Sí, te pusiste así después de que reapareciste como a las 2 – consideró Aki, que había pasado casi todo el día con ella, contratando, sobornando, comprando y destrozando.

— ¿Anduvo sola! – Kai prácticamente gritó eso, no por nada Voltaire no la deja sola ni un segundo; le dan la espalda y alguien sufre - ¿Qué hiciste Asuka?

— ¿Es que no puede una chica estar de buen humor en su día de fiesta? – ella represó a su muy bien practicado tono de indignación e insulto.

— Considerando tu pequeña escena de anoche, no – a Kai ese tono definitivamente no lo engaña.

— Bueno, digamos que el problema de anoche no se volverá a repetir – le respondió ella, y la más sádica sonrisa que ella es capaz de convocar, se apareció en su rostro.

— Oh, no – murmuró su prometido.

— Oh, sí – le confirmó ella - Ese trío de estúpidas debe de estar en camino a Etiopía en este momento.

— Bien, tórtolos, los dejo – anunció Aki - tengo que regresar a la mesa de juego.

— ¿Juego? – Kai ahora se volteó a su hermano.

— Sí, tenemos un mini casino en la biblioteca – le aclaró Aki, señalando con el pulgar en dicha dirección - Voy ganado.

— No me extraña¿qué haces aquí entonces? – preguntó Ian, no es normal que Aki deje la mesa antes de quitarles a todos su dinero.

— Bueno, luego de dejar en la ruina a la prima de Suki, Kanna – comenzó a explicar - pensé darle un tiempo para que se calmara de la crisis nerviosa y llegaran a la mesa más tontos que desplumar.

— ¿Sabes que eso es ilegal en Japón? – le recordó Kai, sabedor de la estricta ley japonesa que prohíbe apuestas en el país.

— ¿Por qué crees que no mantenemos lejos a la policía? – le recordó a su vez Akira, con otra sonrisita maléfica.

— ¿Y qué pasará cuando el abuelo vuelva? – Kai dijo, porque si a alguien no iban a poder esquivar era a Voltaire.

— Kai, para eso pueden faltar semanas – explicó Aki de modo muy relajado, y con una sonrisa más brillante y confiada agregó - Confía en mí, con esta fiesta, nada puede salir mal.


Lady Dark: No les pareció genial, seguro que ninguno de ustedes vio venir esto.

Lady Evil: O podría haber sido lo más predecible del mundo.

Lady Dark: Vos sí sabes dar ánimos, verdad.

Lady Evil: Ñeeee, lo intento.

Lady Dark: Como sea, esto está acabado y tendremos otra sorpresa el próximo capítulo.

Lady Evil: Y yo sí quiero ver eso.

Lady Dark: Así que daremos esto por terminado y responderemos los reviews.

XD XD XD

littledark - Lady Dark: No, Pasha no fue a ver al alemán, al menos no fuera de asuntos de oficina y vía webcam o teléfono. Lady Evil: Y no es su amado. Lady Dark: A la gente sí que le gusta llevarse la contraria, hace un año, no querían que ella y Tala estuvieran juntos, y ahora que presentamos la posibilidad que se separen, todos se quejan. Lady Evil: Y no vamos a tener un poco más de diversidad en las relaciones locales, aunque Ian se queje. Lady Dark: Ya tiene mucho que grabar con esa loca fiesta. Lady Evil: Desearía que Suki me hubiera invitado.

Zen/Kurai Kurayami Kage - Lady Dark: Al menos te pusiste al día, eso es lo que importa. Lady Evil: Pero leer 15 capítulos de verdad que te tiene que tomar rato. Lady Dark: Pero realmente no iba a pasarle nada a Tala en esa reunión, con el señor Dickenson nunca hay nada de emoción de verdad, es cierto que hay engaño y trucos. Lady Evil: Pero eso no es emoción. Lady Dark: Y respecto a ese capítulo de Australia, hay opiniones muy distintas y ya está escrito y publicado, no vamos a contradecirnos. Lady Evil: Y por supuesto que Suki es zafada, egocéntrica, celosa e hiperactiva¿quién más puede convivir con Kai? Lady Dark: Oh, es cierto que hay muchas que desearían estar con él, pero entenderlo a él en un nivel profundo y personal es casi imposible. Lady Evil: Así que le damos a alguien tan centrado en sí misma que no le interesa comprenderlo a él. Lady Dark: Además, olvidas un detalle importante, ellos están obligados a casarse, aquí no hay libre albedrío o voluntad, solo beneficios de alianzas económicas. Lady Evil: Al parecer, algo muy común en Japón. Lady Dark: Por lo que importa muy poco que ella sea la correcta para Kai, se casan y punto, no hay discusión. Lady Evil: Eso es lo que lo hace interesante.

Fanny-Shadow - Lady Dark: No me mires con lo de los gatos, fue idea de ella. Lady Evil: Y yo quería aún más de ellos. Lady Dark: Lamentamos no prestarte a Kriki, pero estamos seguras de que sea lo que se te ocurra, ese webmaster lo va a lementar bastante. Lady Evil: Y sí, a veces Tala dramatiza mucho, pero creemos que debe haber un rey del drama en cada relación, como Pasha es tan fría, Tala debe ser su contrapeso emocional. Lady Dark: Dentro de lo posible con ellos dos.

Sumimo-Sham - Lady Evil¡LARGA VIDA A LAS YAOIESCAS MENTES! Lady Dark: Lindo, lindo. Y es probable que lo sepan, cuando la ocasión llegue o lo conozcan, porque, por ahora, ni Akira lo conoce, eso si es que lo hacemos. Lady Evil: Oh, lo haremos, así muera en el intento, o mejor, que ella muera.