Lady Dark: Primero que nada, debo disculparme por la larga espera desde nuestro último capítulo.
Lady Evil: Miau, miau. Mucho rato.
Lady Dark: Y podría decir, digamos, que es mi culpa.
Lady Evil: Miau, miau. Así es.
Lady Dark: Pero ya saben, la universidad, la tarea, no me da tiempo.
Lady Evil: (mirada sospechosa) Mentirosa.
Lady Dark: Pero es cierto, los trabajos no me daban tiempo.
Lady Evil: Querrá decir que el ver anime no le daba tiempo.
Lady Dark¡Trabajo!
Lady Evil¡Anime!
Lady Dark¡Trabajos!
Lady Evil¡Cat Dark!
Lady Dark¿Cat Dark?
Lady Evil: Sí, Cat Dark, a comer.
Lady Dark: Hay días en que de verdad odio ese gato.
Lady Evil: Yo cada día lo veo más lindo, y gordo.
Lady Dark: Mejor vayamos al grano, que para eso estamos aquí.
Capítulo XLI: Empieza la final
El resultado de las semifinales fue de poca sorpresa para todos aquellos que supieran un poco de beyblade (o que hayan visto tanto anime como para saber que no importa lo idiota que sea el protagonista, este siempre sale con la suya), y de mostró nuevamente no solo que los de la Dinastía F son perdedores natos y desafortunadas víctimas de la moda, sino que Tyson y Daichi son al mismo tiempo estúpidos y suertudos. Y ni ellos se imaginan cuanto, porque están a punto de ser favorecidos por unas de las despiadadas y descaradas conspiraciones internas de la familia Hiwatari.
Poca atención se había prestado al combate real en los camerinos de los Blitzkrieg Boys, estando la mayoría de ellos demasiado ocupados curando sus resacas, atacándose unos a otros, haciendo comentarios sarcásticos y todo ese tipo de cosas que nos encanta tanto de estos rusos y nos hace preguntarnos cómo rayos es que hacen para permanecer como un equipo. Pasha ya había regresado comida que ni sabía que había comido; Suki, tras preocuparse a la muerte por Kriki, decidió hacer lo que mejor hace, acosar a Kai y realizar compras por catálogo, Spencer estaba con una ligera jaqueca, que no era mejorada en lo absoluto por la seguidilla de 10 victorias que poker que le llevaba Bryan, a este ritmo, le debería su salario de los próximos 3 años. Tala, aunque debería estar haciendo algo útil, como prepararse para su encuentro con el mono rojo, estaba más ocupado soportando las quejas de Pasha y Kai estaba escabulléndose de Suki. Y Aki e Ian se preguntarán ustedes, bien, ya tienen una idea de lo que ellos todavía estaban haciendo.
— Ok, ok, todo el mundo – dijo Pasha en la voz más alta que pudo, pero hoy eso está difícil, ella aún está adolorida de tanto vomitar y nadie le hace caso, menos cuando andan de goma. — ¡TODO MUNDO ATENCIÓN! - y sacó de la bolsa un silbato ultrasónico, de los que usualmente se usan en perros, pero ese es un modelito especialmente diseñado para su uso.
— Ya oímos, ya oímos, no hace falta gritar – se quejó Spencer, y fijándose en el feo pito tan conocido de él – o usar esa cosa, sabes que me provoca jaqueca.
— Claro Spence, y tu dolor es algo que me interesa tanto – pese a su propio dolor de cabeza, el sarcasmo es algo que nunca le ha faltado a Pashanka.
— Sabes que puedo renunciar e irme a otro equipo – le amenazó el enorme ruso.
— Te perderías el campamento de verano en Siberia, recuerdas... – le dijo ella con esa sonrisa del que sostiene toda las cartas a la hora de negociar con empleados - Paint ball de fuerzas especiales versus investigadores.
— Ah cierto – Spencer sonrió avergonzado, y prefirió imaginarse el campamento, a menos de un mes de distancia.
Todos ustedes saben lo que paint ball, esa especie de pseudo deporte en que un montón de vagos cogen unas pistolas de pintura y simulan de modo bastante patético que tienen una especie de batalla de guerrilla urbana. En Biovolt hacen algo parecido, pero al muy especial estilo de ellos, ellos no simulan una guerra de guerrillas, la tienen de verdad. Las pistolas que usan no tienen que lanzar esas pelotitas de modo lento y a poca distancia, se tomaron la molestia de tener de todo, desde ametralladoras de asalto hasta rifles de francotirador con sus capacidades de disparos perfectas, y que disparan pintura. Arreglan un área densa de los bosques de Siberia y tienen combates en equipos, crueles combates de supervivencia durante tres días.
— ¿Cómo lograste que esos geniecitos del laboratorio salieran de sus grutas para jugar como los hombres de verdad? – preguntó Bryan, tan feliz por ese evento que llevaba un mes eligiendo y preparando sus mejores cuchillos de cacería, no es que Pasha le fuera a dejar llevarlos.
— Les prometí un juego de nuevos microscopios electrónicos, renovar el sistema de computadoras y hablar con la gente de Contaduría acerca de elevarles el presupuesto en un 15 este año – admitió la rusa.
— Eso va a costarnos dinero – se quejó Kai por lo bajo.
— Kai, hasta que el presidente no esté muerto va a seguir siendo SU dinero – le recordó Ian con su cara cínica.
— Bueno, si seguimos con este ritmo, no creo que él vaya a seguir vivo mucho tiempo – comentó a su vez Aki, que seguía pegado a la computadora portátil, lo que, hasta para él, ya estaba siendo muy sospechoso.
— El problema será si nos arrastra con él – consideró Tala, encogiéndose de hombros.
— Pasha – Spencer trató de regresar a la conversación original - no creo que esas concesiones hallan sido suficientes para los genios
— ¿Y por que no? – la rusa aparentó insulto al dudarse sus poderes de convencimiento.
— Ellos saben perfectamente lo que pasó el año pasado – le recordó Bryan.
— Bien, ruego que este año no te pongas a imitar a Depredador – casi le gruñó ella - los cráneos ya no están de moda en la decoración.
— Los cráneos son como el vino, el color negro o la mezclilla – el ruso de pelo lila grisáceo tomó un tono medio poético y una mirada soñadora - Nunca pasan de moda
— Como digas – ella le miró ligeramente incrédula.
— Pero dime la verdad¿cómo? – siguió Bryan.
— Ahh... si eso nos hace al fin trabajar – cedió la rusa finalmente, y con un poquito de vergüenza por todo el asunto - Digamos que he llegado a conocer un poco mejor a los proxenetas de Moscú.
— Noooo – fue el coro alrededor del cuarto.
— Yep – admitió Pasha.
— Yo sabía que esos ratones de laboratorio salían poco, pero... – Spencer ni siquiera se atrevió a terminar lo que decía.
— Sí, así de poco es que salen – asintió la rusa, mientras revisaba los papeles para la reunión de equipo.
— Triste – consideró Ian.
— Y confío en que ustedes no los librarán de sus patéticas vidas – les advirtió la rusa con una fría mirada, sustituir a esos investigadores se hacía más difícil tras cada campamento de verano.
— Así ni siquiera es divertido torturarlos – ahora Bryan ya no estaba motivado, o no mucho, ya cuando sea el momento de jugar es difícil saberlo.
— Podemos empezar con esta reunión de una vez – exclamó Kai, harto de la conversación sin sentido.
— Cierto, se me olvidaba – asintió Pasha, tronando sus dedos y terminando de sacar los datos del día - Bien, todos hemos visto el encuentro de semifinales.
— Mmmm... ehh... jijijijijij... – un murmullo generalizado se cernió sobre el cuarto, mientras aquellos que tienen un poco de vergüenza se revolvían en sus asientos, y los que no, miraban en otra dirección.
— Ok – la fría rusa de pelo negro dijo lentamente, de hecho, era difícil saber si era una palabra o un gruñido - Se nota la dedicación que tienen al trabajo.
— Dinos Pasha, o gran maestra del análisis¿qué pasó? – replicó Ian, con su acostumbrada desvergüenza, de por sí, él anda casi de polizón.
— Ehhhhh... Buenoo... – se dio una pausa muy larga, mientras ella miraba entre un papel sin importancia y otro mientras murmuraba cosas, obviamente bastante perdida también.
— ¡Ves! Eres tan vagabunda como nosotros – Ian caso brincaba de la felicidad, aunque, dado que la paciencia de Pasha tiene límites, decidió no forzarla demasiado ese día.
— Ok, ok. Lo admito – la rusa exclamó de mala gana, cruzándose de brazos - No vi nada por estar en el baño devolviendo la comida de las últimas 24 horas.
— Entonces no nos digas nada – le regresó Bryan, mientras se limpiaba las uñas con un cuchillo de cacería.
— Vamos a repetir el video y planear estrategia¿sí? – comenzó Pasha, mientras se frotaba las sienes.
XD XD XD
La sesión de estrategia fue rápida, primero por que fue un circo, como siempre, luego, porque nadie estaba prestando atención, y último, porque tampoco es que tenían tanto tiempo. Kai probablemente era el único que prestó verdadera atención al encuentro, y, aunque es su naturaleza el estar callado, ahora se veía especialmente callado y pensativo.
Aki, que no tiene vela en este entierro, ni prestó atención a nada, solo siguió metiendo apuestas en cada casa de apuestas electrónicas entre Las Vegas y Hong Kong, sí perdía, no había manera en este mundo que Voltaire no se diera cuenta, aparte de la posibilidad de que se golpee la cabeza, sufra amnesia y alguien le llegue con que la mitad de sus empresas cayeron en la quiebra. Aún calculando las posibilidades de victoria y de derrota, analizó el retraimiento de su hermano y consideró las posibilidades matemáticas de poner todo eso a su favor, solo esperaba que Kai estuviera tan distraído como para no notar lo que estaba haciendo.
Habiendo Aki reducido todas las variables y datos de el encuentro que seguía, las envió vía correo electrónico al departamento de análisis e investigación en Rusia, para que descontarán su salario en algo útil, y los resultados que le estaban llegando 30 minutos después no eran nada alentadores. Si no había un importante cambió en las condiciones del siguiente encuentro, las posibilidades estaban completamente a favor de los Blitzkrieg Boys, algo malo para su condición económica de los próximos meses.
Cierto, los datos databan una incógnita respecto al resultado de enfrentarse Tala y Daichi de nuevo, luego de lo que pasó en España, nadie quería meter la pata asegurándole a Pasha que iban a ganar y luego perdiendo; algunos miembros de Análisis podrían tenerla fea en el campamento de verano. Así que cualquier éxito debía darse en el encuentro entre Tyson y Kai, o no darse y punto; de modo que medidas extremas debían tomarse.
Aki, agazapada criatura que es, se movió cerca de Kai cuando la sesión estaba casi terminada, hoy todos tenían mucha resaca para prestarle atención a Pasha de todos modos. Se aseguró que no hubieran moros en la costa, o sea, Suki a punto de arrojarse sobre Kai, pero ella estaba leyendo una revista de modas y considerando los nuevos juegos de traje de baño que compraría para sus vacaciones en Tahití, por lo que el terreno estaba libre.
— ¿Kai? – probó el gemelo Hiwatari tentativamente.
— Mmmhhhhh... – fue el sonido de respuesta, algo muy típico de Kai.
— ¿Qué piensas? – Akira trató de darle a su voz un tono de ligera curiosidad infantil, como si estuviera muy aburrido y solo buscara conversación.
— Nada – si hubiera sido casi cualquier otro, Kai solo le habría lanzado una mirada de "metete en tus propios asuntos o habrá horrendas consecuencias" que suele resolverlo, pero sabía que no hay manera que eso fuera a persuadiera a su hermano, así que le dio una respuesta verbal.
Aki sabe que usualmente esa respuesta es terminal, pero no se iba a dejar intimidar, tenía una misión que cumplir, y como cualquier Hiwatari, no se rendiría hasta lograr lo que quería. Así que, con la discreción de una cobra al acecho se movió detrás de la silla de Kai, plantándose a su lado con una apariencia de inocencia, que de no ser tan calculada y eficiente, casi sería linda.
— ¿Qué es lo que quieres? – le preguntó Kai, hastiado de las perturbadamente curiosas miradas de su hermano.
— Naaada – le respondió Aki, con un tintineo en la voz, pero siguió viéndolo.
— De verdad Akira, no estoy de humor – y el gruñido de su voz ya era amenazante, Aki sabía que había tenido éxito en desbalancearlo, nada sorprendente con su talento para eso y las cantidades de alcohol que había tomado ayer.
— Responde entonces – dijo Aki, con un poco menos de curiosidad y un poco más de insistencia.
— Ya respondí – fue la cortante respuesta de Kai.
— Con la verdad, y no me digas que nada, solo Tyson no piensa en nada y puede seguir vivo – esa última parte era para aliviar un poco la tensión, además de apuntar directo al punto de lo que suponía, eran los pensamientos de Kai.
Su hermano no respondió de inmediato, solo dejó salir una especie de gruñido de desesperación y tal vez... ¿frustración? Sí, eso, frustración, pero de qué. Habrá que forzar un poco más, y que mejor que su mirada, imperturbable como la de Kai, pero no tan amenazante, a menos que lo requiriera. Esa es la habilidad que tiene Aki y que Kai nunca tendría, y probablemente no quería, el poder demostrar toda una gama de expresiones faciales y gestos para dar idea de sus pensamientos, sin revelar ni una pizca de su verdadero humor. Kai era especialista en fría intimidación y lógica, Aki en manipulación y engaños; un complemento perfecto, fuerza y carisma.
— Pienso en el encuentro – dijo Kai, cediendo finalmente.
— ¿Nervioso por el encuentro? – Aki sabia que no era así, el sentir nervios reales no era que ninguno de ellos podía hacer más, excepto en muy raras circunstancias, o ciertas personas.
— No – fue la respuesta de Kai, Aki decidió que este era el momento de tender la carnada y ver que pasaba.
— Y no creo que debieras, porque, o sea, Tyson siempre ha tenido menos resistencia que digamos... tu. Ya sabes, por todo el entrenamiento físico extra que tienes – esa era una manera de empezar, planteando los hechos básicos que el otro sabe, pero tal vez quiera negar, puestos en palabras bien claras.
— Mmmhhhh... – por más nebuloso que fuera, Aki conocía ese como un gesto para continuar, aún no hay sospechas.
—Y además, ya habiendo tenido ese "tremendo" encuentro con la Dinastía F apenas hace dos horas, debe estar exhausto, y por más comida que trague, definitivamente más a estar debilitado a la hora de enfrentarse – bien, ese no era un dato definitivo, pero es una teoría plausible para cualquiera que conozca a Tyson.
— Uno lo creería – definitivamente Kai ya había pensado eso, era hora de rematar la tanda.
— Este va ser un encuentro fácil, ya está agotado, tu estás fresco como una lechuga – No era realmente cierto, y Aki lo sabía, el alcohol hace estragos en Kai, aunque no tantos como quisiera - Solo lo tienes que rematarlo – ahí está, todo quedaba en manos de Kai,
Pero Aki estaba confiado, casi podía ver los engranajes girando en la cabeza de Kai a ritmo descontrolado, y de pronto, un solo milímetro de movimiento en las pupilas de su hermano fue suficiente para decirle que había tenido éxito en motivarlo como quería. Las medidas a tomar, bien, eso no le importaba, siempre que funcionara.
XD XD XD XD
Bryan y Spencer a sabiendas que de nuevo los iban a dejar fuera del encuentro, ya ni se preguntan por qué no participan, habían tenido un tour por el mundo, comida, habitación y transporte gratis por hacer absolutamente nada y entretenerse viendo al resto de sus compañeros de viaje tratar de matarse entre sí. Tal vez el único momento más malo fue ese tour a lo legionario francés por Egipto, pero se compensó con la carrera en bugys, al menos para Bryan.
Así, teniendo eso en consideración, ambos estaban listos para otra tarde de inutilidad, más allá de cualquier migraña, las cuales realmente no los afectaban tanto. Bryan no bebió mucho, se entretuvo más usando una sierra eléctrica encontró en el patio sobre las estatuas de jardín de Voltaire, y Spencer, con el tamaño que tiene y la experiencia, solo tuvo una mañana pesada, pero luego de buen desayuno y algo de aire estaba listo. Pero sus planes estaban a punto de ser arruinados.
— Ustedes dos, vengan conmigo – ordenó una voz, y como no era sedosa, letal y femenina, no podía ser Pasha, así que... Sorpresa, sorpresa, era Kai. Por lo menos lo mandona de Pashanka se compensaba por lo bien que se veía en sus pantalones de cuero, Kai no tenía nada interesante.
— ¿Y por qué? – preguntó Bryan, que ya estaba bien cómodo frente al tele, buscando cualquier canal en que no tuviera que soportar la cara de D.J. Jazzman.
— Por que sí – gruñó Kai en respuesta.
— Me encanta tu razonamiento, pero verás, está a punto de iniciar una carrera de demolición y no me la quiero perder – le respondió Bryan de modo muy ecuánime y tranquilo para alguien diagnosticado con 5 distintas formas de psicosis.
— Arriba ahora – orden terminante.
— Nop – y aún no obedecen, definitivamente la disciplina a decaído desde que cierto científico loco de botas blancas fue despedido.
— No hay manera que puedas movernos de aquí Kai – agregó con vehemencia Spencer.
— ¿Qué tal esto? – y Kai se acercó un poco más, susurrando casi – Si no vienen conmigo ahora mismo, le diré a Pasha que anduvieron hurgando en su gaveta de ropa interior.
— ¡No te atreverías! – Bryan le respondió, firme, pero no tanto, y Kai puede oler el miedo como los tiburones la sangre.
— Pruébenme – y sonrió, pero una sonrisa de azucarada amistad como las que algunos tontos protagonistas de por aquí tienen, no, la suya era la verdadera sonrisa del villano de películas de suspenso, listo a matar.
— Eso es chantaje – Spencer, más grande que Bryan pero menos frío a la intimidación, estaba casi temblando – Creí que tus amiguitos te habían quitado eso.
— Por favor, chantaje, soborno y amenazas son un curso básico en mi casa y lo saben – de hecho, es un curso básico dentro de la Abadía también, y solo porque hayan cambiado de director y renovado la junta directiva no quiere decir que sea distinto.
— Bueno, sí. Y muy buen chantaje, con amenaza de maltrato físico sin tener que explicarla directamente – admiró Bryan, otro maestro de las amenazas, que sabe, cuando sometido a una, la maestría que hay en ello.
— Cierto, intimidante en todo aspecto – reconoció también Spencer.
— ¿Va a quedarse parloteando todo el día o van a venir? - les gruñó Kai, exasperado; aún bajo a amenaza logran hacer lo que les da la gana - No es que se vayan a aburrir tampoco.
— OK, OK. Ya vamos – se rindió al fin Bryan, levantándose del sillón, y siguieron a Kai hacia la puerta del camerino.
— ¿Y a dónde van ustedes? – esa si era la sedosa, letal y femenina voz de Pasha, y no escucha contenta, y por qué habría, a 10 minutos de su encuentro, ve a uno de sus beyluchadores tratar de escabullirse por la puerta con los únicos dos que lo pueden reemplazar en caso de emergencia.
— ¿Nosotros? – preguntó Spencer medio inocente, aunque no tienen el talento ni la imagen de Akira para fingir eso eficazmente.
— ¿Acaso estoy hablando chino? – le espetó ella, y como comentario extra, agregó - Y aunque lo hablara, ustedes entienden chino.
— Sí – le respondieron con desanimo.
— ¿Adónde van? – volvió la rusa a insistir, golpeando el suelo con la punta de una de sus botas militares, y látigo en mano, también golpeando rítmicamente uno de sus muslos, muestra de impaciencia.
— Pasha, el jugar el papel de mamá sobreprotectora no te luce – le comentó Kai, la única persona, aparte de Aki, capaz de hablar ecuánimemente a Pasha cuando ella tenía esa furibunda mirada en sus lindos ojos negros.
— No me obligues... – le advirtió ella, apuntándole con la punta de su látigo corto.
— Vamos a practicar algo – decidió Kai decirle al fin, solo con tal de evitar más atrasos.
— ¿Ahora? – por encima de los anteojos oscuros que aún llevaba, una de sus delicadas cejas negras se levanto en señal de sospecha.
— Sí, ahora – insistió Kai, con su propio color de ojos era capaz de disimular de modo más efectivo el efecto del alcohol.
— ¡Pero nuestro encuentro está por comenzar! – exclamó ella, y si hubiera sido otra persona, le habría golpeado con el látigo ahí mismo, ciertamente eso le ayuda a evitar la inminente gastritis de furia que a veces le provoca Kai.
— Estaré ahí – le respondió él, con una resolución innegable.
— Pero... uugggghhhh – se dio por vencida, gastaría mucha energía tratando de convencerlo, misión que al final no tendría éxito, como buena soldado, ella sabe elegir sus batallas - Más te vale Hiwatari.
— ¡KAAAAAIIII! – ese fue el chillido de Suki, que, tan consumida como estaba en elegir traje de baño nuevo, se había perdido todo lo que había pasado, pero no tan perdida como para no verlo salir y hacer un puchero por ello. Afortunadamente, Aki, siempre cuidando sus inversiones, se puso a distraerla en ese instante, permitiéndole a Kai un escape limpio.
— ¿Adónde van? – preguntó Tala, llegando detrás de Pasha cuando estaba todavía echaba chispas por la súbita y poco explicada partida de Kai.
— No tengo idea – fue todo lo que ella le dijo, aún deseando golpear algo.
— ¿Y qué va a pasar? – sea confusión, alcohol, resaca, o algún golpe en la cabeza del que nadie se había dado cuenta, Tala estaba excepcionalmente preguntón de pronto, muy fuera de personaje.
— ¿Qué va a pasar? – ella se volteó a él, recuperando un poco de su decidida personalidad, y no dejando que nimios problemas la distrajeran ahora - Primero, vamos a ir a la arena, hay un mono rojo que destrozar.
— ¿Y Kai? – Tala, aunque nunca curioso en demasía, sabía que sin Kai ni nadie para reemplazarlo, no tendría sentido comenzar.
— Deja que yo me preocupe por eso – y con un empujón de su látigo le señaló la puerta, procediendo a jalarlo del antebrazo - Vámonos.
— No hay necesidad de arrastrarme – se quejó el pelirrojo, dejando atrás a un hermano demasiado feliz por su propia suerte, nada podía estar mejor hoy.
— Bien – comentó Ian, llegando al lado de Aki – Supongo que estás feliz.
— Claro – le respondió Akira, sentándose en el sillón y prendiendo el televisor.
— ¿Estás seguro de que tu plan funcionara? – le interrogó el pequeño, inseguro de pronto.
— Confía en mí – le respondió con tranquilidad el peliazul, buscando alguna bolsa de chocolates - Un plan Hiwatari bien hecho nunca falla.
— Seguro que eso dijo tu abuelo la última vez – murmuró Ian.
Lady Dark: Ve, para que no estén tristes, es un capítulo bien largo.
Lady Evil: No me pregunten, no lo he leído.
Lady Dark¿Ven la clase de apoyo que tengo?
Lady Evil: Hey, yo doy la idea central.
Lady Dark: En cualquier caso, no esperamos más retrasos hasta el final, que de hecho, no creo que vaya a ser más de uno o dos capítulos desde aquí.
Lady Evil: Mmm... eso no me agradó.
Lady Dark¿Y como no te agradó?
Lady Evil: No sé, tengo sueño. Miau.
Lady Dark¡Ven con lo que tengo que vivir! Mejor vayamos a los reviews.
Lady Evil: Uuuuuhhhh... que deben de tener toda la vida esperando.
Lady Dark: Sí, sí, no tienes que reprochármelo.
Lady Evil: (sonrisa dientuda) Es mi trabajo. Por cierto, Feliz Navidad.
XD XD XD XD
littledark - Lady Dark: Primero que nada, lo sentimos por el atraso. Lady Evil: Y segundo, sí, definitavamente esto va a resultar en algo malo para la salud de ciertas personas. Lady Dark: Si lo descrubren. Lady Evil: Aunque todos sabemos que al final, simpre los descubren.
Fanny-Shadow - Lady Dark¿Pasha¿Beber menos que vodka puro? Jamás. Lady Evil: Eso sería como Kai sin miradas frías, o Suki sin tarjeta de crédito, simplemente inconcebible. Lady Dark: Claro que Voltaire aún manda, alguien tiene que firmar los cheques. Lady Evil: Rodar por el mundo no es barato. Lady Dark: Y Voltaire no se va retirar, aunque esté por morirse. Lady Evil: Sería admitir la derrota, y el no puede hacer eso. Lady Dark: Y honestamente, creo que lo Kai le haga será poco comparado con lo que Pasha le haría. Lady Evil: Su futuro ascenso está en juego por aquí.
Silverhell - Lady Dark: Considerando como nos has seguido desde que hicimos Fuego, hielo y bronceador, de verdad que tenemos que disculparnos contigo por el atraso. Lady Evil: Pero según ella fue inevitable. Lady Dark¡Lo fue! Lady Evil: Y claro que conspirar e ir en contra de la familia es malo, pero ya lo dijiste, son Hiwatari.
Sumimo-Sham - Lady Dark: Bueno¿qué querías? Tyson no puede derrotarlo de verdad. Lady Evil: Solo una fuerza de la naturaleza o el Apocalipsis puede derrotar a Kai. Lady Dark: Afortunadamente, su hermano califica en ambas categorías.
LiZzi - Lady Dark: Gracias, muchas gracias. Lady Evil: Y nos seguimos disculpando por atrasarnos. Lady Dark: Adoramos mucho a nuestros personajes originales, a veces creo que hasta nos pasamos de quererlos al grado que no les damos espacio a los demás. Lady Evil. Pero a algunos parece gustarles eso.
