CAPITULO 5: SON SUEÑOS

El día de mi cumpleaños ya estaba llegando a su fin cuando Dean me había comentado de que el tocaba batería en el verano, porque sus padres eran muggles, bla bla. En ese mismo instante mi cerebro comenzó a operar de forma maquiavélica. Le había dicho que tenía una idea, pero no le dije cual.

El fin de semana paso sin pena ni gloria. Hacer deberes un domingo no es lindo.

El lunes, sacrificadamente desperté antes que Hermione, saqué una hoja de una libreta que tenía a mano y escribí a mis padres, dándoles gracias por el genial regalo que me habían mandado y pidiéndoles un favorcito. Mientras yo cerraba el sobre, Hermione despertó, al igual que Lavender. Parvati seguía durmiendo, probablemente por el efecto del medicamento que le recetaron. Yo me levanté rápidamente y me dirigí a la lechucería. Mande la famosa cartita y bajé al comedor. iba a mascar mi tostada cuando aparecieron los muchachos. Ron tenía cara de no sentirse bien, aunque no estoy segura si parte de eso se debía al sueño. La perspectiva de tener Historia de la Magia como primera clase no mejoraba el animo de nadie. Así que el desayuno fue bastante tranquilo, hasta que Neville se enredó sacando un rollo de pergamino que estaba siendo mordido por el libro de Cuidados de Criaturas Mágicas.

En fin, recuperé el sueño perdido durante la clase de Binns, Hermione, mi salvadora, anotó las fechas que entran en el examen de la próxima clase. Durante Adivinación, deje que mi yo interior se fuera volando y mi inconciencia dibujó un PC en un pedacito de pergamino que Harry había desechado. Mi e-mail debería estar colapsando si es que mi cuenta no se había vencido.

-ey, Ravyn, la clase acabó- Harry me miraba con cierta preocupación- Pensé que el único que se adormilaba con esta clase era Ron, pero me equivoqué.

- eee, si, o sea , no. Da lo mismo- fue mi incoherente respuesta.

Iba yo alegremente saliendo de la clase cuando

- Acabo de ver pasar una túnica roñosa. Oh pero si es Weasley.- dijo una voz fría.

- Cállate Malfoy- dijo Ron comenzando a enrojecer

- Pero si es tu símbolo, Weasley. Cualquiera que ve una túnica roñosa asume que es de tu familia.

- Piérdete Malfoy- secundó Harry

- Pero si yo solo digo la verdad- Draco actuó como si se sintiera ofendido, logrando risas de esos dos gorilas que lo siguen a todos lados.

- Malfoy, - lo llamé- tu, con todo el dinero que tienes, ¿ no te alcanza para comprarte una vida? Por que, si así es, te regalo una para navidad, ¿ok? – tomé a Ron por el brazo y junto con Harry seguimos caminado hacia la torre Gryffindor.

- Eso fue genial- comentó Ron

Creo que si Malfoy no me odiaba antes, ahora si que lo hacía. Probablemente fue a llorarle a Snape y este también me odie aun más.

Dos días después comprobé que tenia razón en este ultimo punto. Snape me odiaba más. Estábamos en clases, tratando de soportar la tortura que implica ver el pelo de dicho sujeto.

- Señor Longbottom- dijo- ¿Puedo preguntar por que su poción esta amarilla, siendo que debe ser rosada?

- No lo sé señor- contesto Neville, tembloroso.

- ¿Será tal vez por su incapacidad mental para unir una serie de letras y leer en la pizarra que la baba de caracol se añade a los 15 minutos de hervida y no antes?

- Profesor Snape- Harry llamó la atención del profesor- La instrucción no se ve clara en esa parte de la pizarra.

- Potter, creo que te convendría revisar tu anteojos. El señor Malfoy ha hecho la poción perfectamente.

- Mis anteojos están bien

- Potter, castigado por mentiroso.

- Profesor- protesté- no me parece justo que castigue a Ha...

- No pedí su opinión, señorita Pratt, y usted también será castigada por apoyar la mentira de su compañero.

Mala idea la mía de meter las narices donde no me corresponde. Al final de la clase, Snape nos informó que al día siguiente nos presentáramos a las 7 de la tarde para que nos informará en qué consistía el castigo.

- Potter, veo que Pratt te ha superado en defender a la gente, ahora te defienden a ti- dijo con sorna Malfoy

- Malfoy ¿Cuánto te pagan?- pregunté

- ¿De que hablas?

- Yo creo que para que alguien sea tan insoportable, tienen que pagarle bien- con Harry nos dimos la vuelta y comenzamos a caminar

- Me las pagarás Sangre Sucia- gritó Malfoy

Al escuchar, no me resistí y me di vuelta.

- Haber, haber, haber. En primer lugar, no puedes ser tan arcaico para ocupar esos términos. Segundo, pensé que tenías un poco más de intelecto. Y tercero, que yo sepa, en mi familia hacer rato que circula la magia, así que de sangre sucia no tengo ni un pelo. ¿ esta claro?- le dirigí mi mejor cara de odio y asco y me fui

Llegamos a la torre, dejé a Harry en la sala común contándole a Ron y a Hermione nuestro encuentro con Malfoy, subí, tome mi libreta y volví a la sala común. Idiotamente dejé mi lápiz arriba así que Hermione me prestó una pluma y tinta. Mientras los chicos conversaban acerca de cuanto odiaban a Malfoy, de la cantidad de deberes que había puesto McGonagall y de lo odioso que era Snape, yo le escribía a Amaranta una carta contándole acerca de mi vida acá.

Bajamos a cenar y Dean se acercó y me preguntó si podía usar mi guitarra un rato. No me negué, pues yo no la usaría esa noche, ya que iba a hacer una redacción para Binns.

Cuando finalmente me encontré en la sala común con Harry, Ron, Hermione y una tonelada de libros para la redacción, entendí que una larga noche se acercaba.

- Hermione ¿ que haces?- preguntó Harry al ver que ella no se sentaba en la mesa a trabajar con nosotros

- Ya he terminado mi trabajo de Historia de la magia.- contestó sentándose cerca de la chimenea y sacando palillos para tejer.

- ¿Sabes? A veces creo que vives demasiado en función de los deberes- le dijo Ron, tratando de ser lo más suave posible, pero esto no funcionó. Hermione se levanto furiosa y se encerró en el cuarto de las chicas. La cara de incomprensión de Ron era espectacular- ¿Y Ahora que hice?- preguntó el pelirrojo, que al no obtener respuesta tomó sus cosas y nos dijo que se iba a acostar.

Harry y yo nos reímos un rato. Ron no dejaría de meter la pata nunca por más señales que uno le diera. Volvimos al trabajo por unos minutos, me recosté en la mesa apoyada en mi brazo derecho para leer un poco sobre un duende.

- Ravyn – me dijo Harry

- ¿Qué?- él acercó su silla

- El otro día me estaba preguntando si...

- ¿Si qué? ¿Harry, que pasa? – pregunté al ver que se acercaba lentamente. Y de un minuto a otro me besó. Era un beso suave, tierno, de esos en que a una se le eriza la piel. "este chico sabe" pensé.

- Ravyn, te amo, eres mi mundo, eres todo para mi- me decía aceleradamente una vez que dejo de besarme- Quiero que estés conmigo para siempre- mi corazón iba a mil por hora- Ravyn te amo, me escuchas...Ravyn...Ravyn

De repente abrí los ojos y Harry me tenía por el brazo y me remecía. ¡ Dios Santo! Había sido un sueño.¡Como es posible que haya soñado que Harry Potter me besaba! Más encima es menor que yo. Decir que en ese instante me ruboricé es poco. No podía mirar a Harry, siendo que el me miraba con cara de preocupación. Pensé en que tenía que contarle a Amaranta, pero me arrepentí al instante. Ya sabía cual sería su respuesta:" es tu inconsciente, tienes que hacerle caso, refleja tu interior". Pero yo no quería besar a Harry. Es tierno y todo, pero... no.

-Creo que deberíamos irnos a dormir- dijo él. Yo solo atiné a asentir. Tomé mis cosas y me dirigí a la escalera

- Ravyn- me llamó. Sentí mis latidos a full

-¿ A?

- Se te quedaba tu libreta

- Gracias- dije recibiéndola- buenas noches- y subí rapidamente a mi cuarto.

Las chicas ya dormían cuando entre. Una vez en cama no podía dejar de pensar en lo que había soñado. Aun no me convencía. Me di un par de vueltas en la cama pensando que significaba el sueño hasta que me dormí.