Los ojos negros II
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ALEJAMOTO DIETHEL
Karenu-Kiyoto:
Alba-chan:
Nebyura:
Sakuralyserg:
SteDiethel:
Creo que debo contestarles y agradecer sus fic, pero :S ando sin inspiracion temporal para escribir. Pero saben muy bien que les agradesco sus rr, asi que sigan dejando porque me hacen muy feliz. (Algunos lectores: a nosotros que?)
Ah y perdonen por la tardanza,pero es que me sancionaron, y pues ni modo, a rumear el coraje (frase muy usada por mi hermana :DD)
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Había terminado el desayuno, y los tres miembros de esa familia estaban afuera.
– que les vaya bien – dijo Lyserg
– te cuidas, cualquier cosa nos mandas un telegrama, ya sabes donde estaremos –
– si papá –, lo beso y abrazo
– adiós Lyserg, no hagas nada que no haría – Lyserg iba a hablar con una sonrisa – espera... no hagas nada que Quentin no haría –
– malos – comento el nombrado con un puchero
– esta bien pere – dijo con falsa resignación, el alto lo despeino en muestra de cariño, y ambos padres abordaron el auto que los llevaría a la estación de trenes.
– regreso mas tarde – comento Lyserg a los sirvientes, en cuanto vio el auto desaparecer.
– si joven Lyserg – el peliverde se alejo. Regresaba al mismo lugar, pasando por aquella vereda. ¿Por que regresaba, porque se lo había pedido. Como si las cosas fueran tan fáciles, ni el mismo sabía realmente porque regresaba, pero si sabía perfectamente lo que pasaría.
No estaba en la barda, así que la atravesó por su parte rota y entro siguiendo el mismo camino, y ahí lo encontró con su acostumbrado cigarrillo, recostado en el árbol caído, como una metáfora de su vida.
– mi hermoso Lyserg – exclamo viéndolo de reojo y exhalando el humo – sabia que volverías –, se sentó y dejo el cigarrillo en sus labios – factiquefos un pfoco – pronuncio erróneamente.
Saco el revolver del su abrigo y hizo una señal a Lyserg para que se acercara, le puso el arma en la mano, acariciando la piel, y nuevamente lo envolvió en sus brazos, el humo del cigarrillo le llegaba a los ojos y agacho la mirada rehuyendo, no poniendo mucha atención a lo que hacia.
Marco lo noto, y de inmediato tiro el cigarro pisándolo, y continúo poniendo a Lyserg en posición y colocando sus manos de manera posesiva.
– bien dispara – Marco se hinco tras de él, y rodeo por completo la estrecha cintura, envolviéndolo. – estas mejorando rápido –, el rubio recargo su cabeza en la espalda del pequeño deleitándose con el aroma.
– ya no hay mas blancos – interrumpió el silencio, fastidiado de la cercanía.
– bien, ahora pongo mas – se apresuro a colocar mas piedras y puso ahora un par de botellas con etiquetas. Y regreso a su anterior posición.
– que hago con las botellas –
– dispárales en el símbolo –
– esta bien –, ya se había acostumbrado al rebote del arma a la hora del disparo, no era tan difícil como se veía.
– no es difícil jalar el gatillo – parecía como si hubiera leído lo que pensaba – es difícil disparar. Nunca sabes lo que realmente hay delante del cañón del arma –
– por que portas un arma? – Marco sonrío, y giro a Lyserg para tenerlo de frente – para defenderme y... obligar a otros que hagan lo que yo quiero –
– ¿por que me enseñas a usarla? –
– Porque me agradas y no quiero que te lastimen – lo beso en los labios – solo yo puedo hacerlo – Lyserg desvío la mirada.
– si te digo que alguien me lastimo, qué harías? –
– mataría a esa personas. ¿Alguien te lastimo? – lo tomo del mentón obligándolo a verlo mientras hacia la pregunta
– no –
– no me mientas Lyserg –
Estaba nervioso – ayer... en la fiesta... un tipo me empujo, quería pelear conmigo –
– no te hizo daño? – le quito el arma de las manos
– no, lo golpee yo a él –, Marco paso sus manos, a lo hombros del peliverde, las recorrió por los antebrazos elevándolas y llegando hasta las manos las cuales cerro en puño. Lyserg tenía los nudillos un tono rojizo.
– sabia que golpeabas, aquí esta el rastro de la pelea, entonces ganaste? –
– si –, besos las pequeñas manos, sobresaltándolo.
– pero no explica ese excitante tono pálido en tu piel –
– estoy cansado, fue muy agotador para mi todo lo que me paso ayer –
– oh pobre – le sujeto el rostro – pero sabes algo? – se pego mas a él – te vez como esa vez... tan pequeño e indefenso – lo recostó en el pasto.
– por favor Marco, realmente estoy cansado –
– se escucha tan bien mi nombre ser pronunciado por tu fina boca –
– esta vez no – lo empujo, logrando quedar sentado
– vamos Lyserg, no te pido mucho, solo hoy, y te dejare en paz –
Lyserg bajo la mirada, pensando – ¿la ultima? –
– si, te lo prometo – volvió a acostarlo – solo hoy, que te vez tan inocente –
– solo hoy – se repitió intentando convencerse de que era lo mejor, así acabaría todo.
Se dejo desnudar como un muñeco sin vida, tocar como en una inspección. No participaba, pero tampoco hacia algo para detenerlo. Sentía cada uno de los estímulos y se mordía el labio inferior intentando ignorarlos, sus manos en puño se lastimaban con la fuerza con la que presionaba.
Sentía la mirada de lujuria y placer de Marco sobre él, tan pesada y amarga; sino le gustaba¿por que lo hacia? se preguntaba sin encontrar respuesta. No creía que fuera solo miedo, bien que podía defenderse, él mismo le había dicho que no lo mataría porque lo deseaba. ¿Entonces?
Un fuerte grito sacudió el lugar, había sido poseído con fuerza lastimándolo con toda intención, intentándolo traer a este mundo y pusieran atención a lo que le hacia.
– vamos Lyserg, note distraigas – las lagrimas volvían a brotar con rapidez de sus cansados ojos, sus mejillas teñidas resaltaban con sorprendente facilidad en la piel que adquiría un tono aun mas pálido.
Cada embestida en su cuerpo era un quejido de dolor, no entendía como es que sentía placer con esto. No le gustaba, era doloroso, repugnante¿por que las personas lo hacían¿por que siempre deseaban mas¿qué encontraban de placentero en producir dolor?
Emitió un quejido aun mas fuerte, cuando todo termino, su entrada ardía insoportable, no se había movido, todo el cuerpo estaba entumido, como si una enorme peso lo aplastara impidiéndole moverse, respirar.
Marco lo abrazo, como siempre lo hacia cuando terminaba – perdóname Lyserg, ahora fui mas brusco, pero te veías tan dócil e indefenso que no pude controlarme, además... me mentiste –
– ¿me-entirte? – emitió con dificultad el cansancio y el dolor lo apesadumbraban.
– si Lyserg –recorrió con lentitud la espalda del pequeño, y se detuvo en el costado, las heridas de la noche estaba cerradas pero quedaba rastro del dolor, y aumento cuando fue tocado con agresividad, como si intentaran abrirlas. Su rostro fruncido – esta herida, quién te la hizo? –
– so... solo es u-un raspón –
– no Lyserg, es una herida –el peliverde se apretó mas al cuerpo del alto, cuando éste volvió a hacer presión en las cortadas. El pecho del rubio estaba húmedo por las lágrimas incesantes del ojiverde.
– cu-uando me empu-ujo a ca-aí sobre u-una mesa, lle-ena de vasos, ro-ompí algu-unos a-al caer–, sus párpados se movían lentamente, le costaba mantenerse despierto, y realmente buscaba dormirse.
– quién fue, yo me haré cargó – Lyserg negó con la cabeza – fue el mismo a quien golpeaste? – afirmo ya incapaz de hablar. Marco sintió que el pequeño cuerpo se relajaba y que le costaba mantener los ojos abiertos.
Lo soltó recostándolo en el piso, se quito la gabardina extendiéndola en el piso e hizo acostar a Lyserg ahí, como era mas pequeño le fue fácil taparlo.
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Lyserg caminaba parsimoniosamente por el dolor y la tristeza, la vista baja, y en su brazo enrollado el largo abrigo, cuando despertó se encontró solo, con el revolver a un lado y el abrigo, tomo ambos escondiendo bien el arma. No sabia donde encontrar a Marco para entregárselos, aunque esta vez, no tenía ganas de volver a verlo.
Sospechaba que esa era la forma en que el rubio le daba a entender que lo buscaría, suspiro liberando tensión, la próxima vez evitaría que Marco consiguiera lo que quería. Aunque tuviera que enfrentar sus miedos.
Unas voces conocidas le llamaron la atención, se dirigió al lugar de donde provenían, la reja de una casa, ahí se veía a un chico castaño gritar a alguien en la planta alta de la casa. Lo reconoció y llamo desde afuera.
– Hola Yoh –
El aludido volteo a verlo – Lyserg. Que sorpresa, no esperaba verte tan pronto. Pasa – le hizo un gesto con la mano.
– ¿qué haces? –
– pues aun seguimos acomodando algunas cosas de la mudanzas y Hao ya anda histérico –
– pues cuando llegaron? –
– hace una días –
– oh vaya –
– Yoh apúrate con la cubeta – se escucho el grito
– jijiji, además de que Jenny ha estado ocupada ayudando a mi mamá acomodando cosas, tenemos que limpiar nosotros solos –
– bueno, creo que esas son cosas que vienen con una mudanza –
– si, creo que si –
– YOH – gritaron desde la puerta
– ya voy, ya voy. Solo atiendo a las visitas –
– ah Hola Lyserg –
– Hola Hao –
– no uses de pretexto a Lyserg para no trabajar –
– no hago eso, ya iba por la cubeta – Yoh camino hasta un pasillo a la derecha de la casa, y desapareció por ella.
– me dio gusto verlos, pero mejor me voy para no molestar –
– ah – Hao lo miro de frente – si es por lo que le dije a Yoh no te preocupes, es que mi hermano usa cualquier pretexto para no trabajar –
– no es cierto – un grito lejano se escucho.
– y se podría saber que haces aquí, no creo que sea a visitarnos, pues no sabias la dirección –
– así es, solo venia de paso, este es el camino a mi casa y como los escuche gritar, me acerque –
– bueno, así ya podrás visitarnos –
– sera un placer –
– un placer tenerte... en casa – cambio su mirada
– bueno, nos vemos después – ignoro su cambio, para evitarse problemas.
– pues espero verte pronto otra vez – le extendió la mano en señal de despedida
– espero lo mismo – la estrecho como la educación se lo indicaba, solo que el apretón de manos no terminaba – Hao, me tengo que ir, me despides de tu hermano –
– claro, no te preocupes –
– me... podrías devolver mi mano –
– por supuesto – al fin soltó la blanca mano
– gracias – giro dándole la espalda y salir por la reja – adiós –
– adiós –
– todo parece indicar que te gusta Lyserg – Yoh se acerco cargando con ambas manos la cubeta, el peliverde ya se había alejado.
– así es Yoh, y lo quiero para mi –
– bien, pues suerte en tu juego – camino hacia la casa.
– no necesito suerte – siguió a su hermano
– engreído –
– desconfiado –
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Lyserg llego a su casa, no tardaría en llegar el ocaso; saludo a Sara y subió a su cuarto. Agradeció que nadie le preguntara por el abrigo, no es que se le dificultara mentir, pero evitaba lo mayor posible hacerlo.
Estiro el abrigo y volvió a doblarlo para poder guardarlo en un cajón, el arma la dejo en la cama mientras lo hacia, aun podía oler el aroma del rubio, incluso esa simple fragancia lo hacia temblar. Tomo el arma y lo vio detenidamente, resplandecía elegante, los detalles y la textura indicaba ser de manufactura manual, tal vez incluso con engranes de oro. Un arma costosa sin duda; la envolvió en un pañuelo y lo puso bajo su colchón.
Pronto lo llamaron a cenar, dejando ambas cosas guardadas.
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Bajo del auto con un hasta luego para James. En su camino vio a Max dudoso en entrar. Y se acerco a él, con una mano en la espalda del rubio
– vamos Max – y lo insto a caminar, al entrar al salón, vio que su compañero se detenía. El ojiazul tenia asiento a lado de Tyson y él ya estaba allí. Entendió de inmediato lo que le pasaba, y Lyserg decidió cambiar el camino hacia su lugar. Los pupitres eran asientos para dos, por lo que Max solía sentarse a lado de Tyson.
Tamao no sabía lo que pasaba pero el rostro de Max era triste y decidió desocupar su lugar a lado de Lyserg y tomar el asiento del rubio. Tyson al verla sentarse a su lado sonrío tristemente y después se concentro en la mesa esperando la llegada del profesor.
Lyserg y Max tomaron asiento – no te preocupes, puedes sentarte aquí el tiempo que quieras –
– gracias – pero ellos eran los únicos diferentes, pues no tardo en aparecer Enrique que llevaba firmemente sujeto a Oliver hasta su lugar, y sentarse con disgusto, a pesar del brusco trato el ojivioleta sonreía por las claras muestras de celos y preocupación que demostraba.
El profesor no tardo en entrar al salón, dejo su material en el escritorio y se sentó.
– buenos días – saludo mientras organizaba su material
– buenos días – saludaron algunos chicos
– esperó hayan hecho su tarea – se levanto de su asiento y tomando un gis se dirigió al pizarrón. Los alumnos protestaron – me alegra que todos estén felices por ello – se burlo de sus quejas.
Unos golpes en la puerta causo un poco de enfado en el docente por ser interrumpido – disculpen – le dijo a sus alumnos, en cuanto abrió la puerta se sorprendió de las visitas, y salió cerrando la puerta tras él; no tardaron comenzar a platicar entre ellos los estudiantes. Se callaron en cuanto la puerta volvió a abrirse.
– bueno chicos, se que estamos a inicios de marzo, y pronto terminara el año escolar; pero tengo que presentarles a dos nuevos compañeros – dos chicos idénticos entraron. Algunos los reconocieron de inmediato.
– no son los chicos de la fiesta? – murmuraron algunos al reconocerlos.
– buenos días – saludo uno con gesto serio
– Hola a todos – exclamo agitando la mano el otro – Hola Lyserg – encontró a su amigo rápidamente. El aludido le sonrío como contestación, el otro gemelo también sonrío pero gustosos.
– por lo visto, ya los conocen algunos; pero para los que no. Ellos son Hao e Yoh Asakura –
– bienvenidos –
– bien, como ya conocen al joven Winner se sentara uno en el lugar que hay detrás de él – ahí ya se encontraba un chico castaño con grandes anteojos – y otro en el pupitre a lado – ahí estaba Mariah
– no se preocupe – dijo el castaño – me siento a lado de Mariah para que puedan estar juntos, supongo que se han de sentir algo nerviosos por ser nuevos –
– gracias Kyouju – agradeció a su alumnos – bueno vayan a sentarse – los gemelos obedecieron.
– cada vez nos encontramos mas rápido – le dijo Yoh a Lyserg al pasar por su lugar.
– si – contesto rápidamente, pues el profesor tenia la vista en ellos.
– ahora bien – llamo la atención el maestro – quiero ver sus tareas – nuevas quejas en protestas se escucharon – vamos, vamos –
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La campana avisando la hora del descanso se dejo escuchar, los alumnos guardaron sus cosas y algunos sacaron sus almuerzos.
– Lyserg vamos a platicar – llamo Yoh
– claro – se levanto de su lugar y volteo a ver a su compañero de banca -vamos Max- le dijo con voz suave
– gracias Lyserg, pero estaré con Emilie y Eddie –
– bien – Max se levanto y salió del salón, ya en la puerta le esperaban ambos chicos. Len y Anna lo esperaban en la banca de a lado – pues vamos afuera –
Los 5 chicos salieron, llegando a la mesa que siempre ocupaba el trío. Ya con sus almuerzos listos.
– mm, que mal educado soy, ellos son Len y Anna – ambos chicos hicieron un gesto de saludo.
– mucho gusto – Yoh saludo estirando su brazo, Len no contesto pero Anna por educación lo hizo. El castaño sujetando firmemente la delicada mano y mirando intensamente a la rubia, ella se estremeció pero lo disimulo. – eres muy linda –
Anna abrió con sorpresa los ojos, nunca antes se habían atrevido ha hablarle con tanta confianza – gracia –- alejo rápido su mano y se entretuvo en su comida, Len miro con un poco de enojo todo eso, pero se mantuvo calmado.
– oye Lyserg, nos vas a enseñar la ciudad, no conocemos mucho de este lugar – Hao se sentó muy pegado a Lyserg provocando que lo volteara a ver.
– cla... – vio nuevamente esos ojos negros muy de cerca, se había vuelto a perder, solo con él se sentía así en esas negras profundidades – claro – contesto nervioso. Len y Anna se miraron de reojo, era la primera vez que veían a su amigo nervioso de verdad, no como solía hacer con sus mentiras.
– me alegra – no le paso desapercibido las reacciones del ojiverde.
– Lyserg, Lyserg – lo llamaron desesperado, volteo a ver quien lo llamaba encontrando al peliazul acercándosele y sentarse de lado en el lugar opuesto a Hao.
– qué pasa Tyson? –
– dime que te dijo Max –
Lyserg lo miro confundido – ¿de que? –
– estuviste a su lado en clases, no te dijo nada sobre mi? –
– no –
– y de esos idiotas de Kai y Michael? –
– tampoco –
– quién es idiota? – una voz amenazante se escucho
– tu amigo – contesto Tyson enfrentándolo
– y desde cuando estas enojado con Kai? – pregunto el pelirrojo mas tranquilo que su novio
– Desde que hizo llorar a Max –
– ¿Kai hizo eso, no lo creo –
– créelo, Len y Anna estuvieron presentes, te lo pueden confirmar – ambos chicos asintieron cuando los rusos voltearon a verlos.
– no lo creo, pero iremos a preguntarle –
– háganlo y adviértanle que no lo vuelva ha hacer –
– si, si como digas – contesto desinteresado, y ambos se fueron.
– pero donde iba – frunció el gesto en señal de pensar – ah si, qué te dijo Max? –
– nada, solo pusimos atención –
– deberás? –
– si, por que te mentiría? –
– esta bien – bajo la mirada resignado
– vamos Tyson, no te pongas así, ahorita Max esta confundido y triste, en lo que menos quiero ahora es pensar en eso –
– si, creo que tienes razón – guardo silencio un momento y miro para todos lados – escuché que irían a pasear, los acompaño – dijo de manera terminante.
– esta bien – agrego logrando un disgusto de parte de el pelilargo.
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Continuara
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N/A: Ah si, Lyserg le dice père a Travis, ya que père significa papá en frances.
