Los ojos negros II

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Advertencia: Yaoi

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–Horohoro– pronuncio Lyserg con dificultad.

–Hoola Lyserg, tanto tiempo– su voz temblaba

–qué haces aquí? – su voz se había llenado de odio

–yo... quiero... – sus ojos rehuían la mirada –Lyserg, quiero hablar contigo–

–NO, no quiero escuchar, no quiero que vuelvas a lastimarme–

–no Lyserg... –

–vete– corrió hasta su cuarto, el fuerte golpe al cerrarse, y una persona dejándose caer tras ella, fue todo lo que paso mienta el silencio se mantenía en el piso de abajo.

Los cuatro chicos que desconocían lo que pasaba, se habían quedado inmóviles.

–vaya, tenemos visita. Chicos cómo han estado? – intento sonar casual Quentin, los jóvenes lo vieron sin contestar. –Sara– llamo a la muchacha mientras se movía nerviosamente –ya les dieron algo a los chicos? –

–ya señor, ya nos dieron– contesto Len logrando al fin hablar

–que bien, supongo que vinieron por el cumpleaños de Lyserg–

–así es– contesto Yoh

–ehm pues coman algo, mientras llamare a Lyserg–

Travis lo detuvo –espera, será mejor que lo dejemos solo–

–además, nosotros tenemos que irnos– agrego Anna –que... tengan un buen día–

–ustedes también– los cuatro salieron

–vamos Horohoro, comamos mientras tanto– asintió a lo que el ojiverde le dijo.

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Lyserg se resistía a llorar, cuantas veces lo había hecho, todos por motivos diferentes pero siempre con el mismo objetivo: lastimarlo. Estaba harto de que lo hicieran recordar el pasado. Sus puños se cerraban con fuerzas, ya no pudo controlar el llanto, sus mejillas se humedecían en un rápido correr de lágrimas.

"ya basta" quería desaparecer, que nadie más de su pasado se le acercara y le dañara. Que le permitieron seguir con su vida, pero... eso que tenia era vida, "soy un tonto" vivir de engaños y mentiras no es vida, por eso lo hacen sufrir, por que no es capaz de tener el valor de enfrentar los problemas?

No existe la felicidad para alguien como él, esconder tras una mascara es estar encerrado en una esfera llena de espinas, si encuentra algo que te agrade, te picaras, mismas espinas que uno ha creado.

Qué hacer para ser libre, qué tenia que hacer él para encontrar la felicidad, qué hacer para borrar su pasado?. Camino hasta su cama, saco el objeto bajo el colchón, una oscura mirada apareció en él. "eliminar mi pasado" su mente había creado ahora un plan.

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La noche había llegado, y Lyserg no había salido de su cuarto; en la sala, Travis, Quentin y Horohoro se encontraban tenso, a pesar de que se imaginaban algo parecido, esperaban poder lograr algo, pero estaban tan nerviosos, que nadie se decidía en que hacer.

El rubio se levanto –iré a verlo– comento caminando hacia las escaleras

–Quentin, espera– dijo acercándose y tomándolo de los hombros

–qué pasa Travis? –, el ojiverde lo miro sin pronunciar palabra.

–nada– lo soltó y se alejo.

–esta bien– Quentin comenzó a subir. Al llegar frente a la puerta de su hijo, toco suavemente. No recibió respuesta.

Abrió la puerta lentamente, solo la luz del pasillo alumbraba la habitación. Cuando la franja de luz ilumino la cama, pudo ver al chico recostado en ella. Se acerco lentamente, el rostro ladeado del chico hacia su dirección, se veía en su rostro los rastros de llanto.

Le quito algunos mechones del rostro –mi niño– murmuro en ternura –no queremos lastimarte, creíamos que estabas listo para perdonar– lo arropo y salió de ahí silenciosamente.

–cómo esta? – le preguntaron en cuanto cerro la puerta.

–esta dormido– se alejaron.

–va a ser mas difícil de lo que creíamos– agrego Travis abriendo la puerta de su cuarto.

–sin duda– Quentin suspiro mientras se sentaba en la cama.

–pero tengamos fe, Lyserg es un gran chico– beso a su pareja en los labios.

–si– se lleno de confianza de que al amanecer el problema no se viera tan mal.

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Estaban desayunando en silencio, faltaba uno, pero nadie lo comento.

–no debí haber venido– rompió el silencio el peliazul

–no, nosotros tuvimos la culpa por no haberlo preparado antes– Travis le miro dándole confianza.

–yo iré a ver como esta– Quentin se levanto –le costara trabajo, pero seguro todo saldrá bien–

–si, pero no lo presiones– el rubio asintió a su pareja.

Al llegar frente a la puerta, toco suavemente, no recibió respuesta, toco nuevamente –Lyserg– llamo esperando respuesta. –Lyserg, estas despierto?... voy a entrar–

Abrió lentamente, encontrando al chico sentado en su cama, las rodillas dobladas, y la vista hacia la ventana, la cual dejaba entrar la luz matutina.

Camino despacio –buenos días Lyserg, no tienes hambre, ayer no comiste– no recibió respuestas. Se sentó en la cama, junto al chico; y le puso la mano en la cabeza en gesto cariñoso, buscando llamar su atención. –Lyserg, estas bien? –

El peliverde recargo su cabeza en sus rodillas, al ver esto Quentin le dio un medio abrazo, permanecieron así un buen rato.

La puerta nuevamente se abrió, dejando entrar al castaño, Quentin lo vio llegar y le sonrío aun con el chico en sus brazos. Travis se sentó del otro lado de la cama.

–Lyserg, buenos días– saludo colocando una mano en el hombro del chico –hay algo que tengas que decirnos? – no hubo respuesta –sabes que puedes confiar en nosotros, sino te dijimos fue porque no lo creímos necesarios, si estas enojado con nosotros lo entendemos–

El peliverde negó con la cabeza –no... estoy enojado, es que... –

–estas confundido? –

–si–

–es normal, el olvidar y perdonar son las dos cosas mas difíciles de hacer–

–pero el lograrlo– agrego Quentin –nos permite crecer y ver todo de distinta manera–

–Lyserg– el castaño levanto el rostro del ojiverde –nosotros queremos verte feliz, por eso lo trajimos, Horohoro fue tu amigo, casi un hermano, ha pasado ya mucho tiempo, no crees que ya es tiempo de olvidar palabras dichas sin desear y acciones que deben ser eliminadas de nuestra vida, para comenzar a ser felices–

–Horohoro esta aquí porque quiere recuperar tu amistad, no ha venido a recordarte momentos dolorosos… dale una oportunidad, vuelve a sonreír como lo hacías antes, son tan hermosas tus sonrisas–

Ante esas palabras no pudo evitar dibujar una sonrisa mientras volteaba a verlo. –si aun no estas listo, lo entenderemos, pero dale... danos una oportunidad, y a ti mismo– ambos adultos se levantaron al decir eso, dejando al chico pensar.

Y vaya que tenia que pensar, demasiadas cosas de su pasado llegaron, Marco, Hao e Yoh, y ahora Horohoro; todo era señal de que era momento de cambiar, las cosas se movían demasiado rápido como para dejar pasarlas.

Tal vez era... momento de dejar la farsa y crear un nuevo yo. Dejo su cama levantándose a esperar lo que el destino le tenia esperado; no tenia ningún rencor hacia Horohoro, pero... no sabia como enfrentarlo.

De lo que estaba seguro, era que algo tenía que hacer, sino quería seguir sufriendo, algo... algo tenia que hacer.

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Con paso indeciso bajo las escaleras, se escucharon algunas voces en la sala, se detuvo antes de entrar, que difícil era. Cruzo el umbral, encontrando a su pere en el sofá, y el sillón a Horohoro y a Quentin.

–Lyserg perdóname– se había levantado rápidamente el pelizaul, en cuanto le vio.

–no– agrego rápidamente, a temor de todos –no tengo que perdonarte, tu no hiciste nada para que debas hacerlo,... entiendo porque lo hiciste, y... yo te agradezco... que lo hicieras, pero... –

–esta bien Lyserg– se le acerco –éramos unos niños, y... fuimos usados por los adultos, y yo no hice nada para ayudarte–

–hiciste mucho, fuiste mi único amigo,... mi mejor amigo–

–Lyserg– lo abrazo –tu eras y serás mi mejor amigo, si me permites–

–claro que si Horohoro– correspondió al abrazo. Ambos padre miraban sonrientes.

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Ambos chicos estaban sentados en el sillón, llevaban muchas horas platicando.

–así que ya vas a tener cuñado, quien diría que tu hermana menos te ganaría en casarte–

–pues yo por el momento no me interesa eso, y me alegro por Pilika, Chocolove es agradable, pero a mi me llegan a fastidiar sus chistes simplones–

–ya mejorara, Horohoro; y reirás de sus actuaciones–

–si aja Lyserg, como digas– comento con sarcasmo.

–y... de tu padre? –

Horohoro mostró tristeza en su rostro –no hemos sabido de él desde entonces, muchos dices que ha de estar muerto, pagando sus pecados–

–y qué piensas tu? –

Alzo los hombros en negación –no se, pero no importa, ya pronto cumpliré la mayoría de edad y la granja pasara a ser automáticamente de mi propiedad–

–qué paso con la deuda? –

–ya fue pagada– dijo de manera cortante.

–ah ya veo–, se escucho la puerta tocar, Sara fue a abrir –todo esta bien por allá, me alegra–

–y yo espero que todo te haya salido bien aquí, Travis y Quentin son grandes personas, supongo que también son buenos padres–

–si lo son–

–joven Lyserg– los interrumpió la doncella –le buscan en la puerta–

–quién es, Sara–

–somos nosotros Lyserg– aparecieron los Asakura –estábamos preocupados por ti, y decidimos venir a verte– Hao había hablado con una gran sonrisa, pero al ver que Lyserg estaba muy cerca de ese chico que no conocía, frunció el ceño.

–por que me vez así? – pregunto enojado Horo por la mirada que le lanzaba el pelilargo.

–yo te veo como quiera–

–pues no me gusta que me vean de esa manera, así que cámbiala–

–Hao– fue llamado desde el recibidos –no hemos venido a pelear, cálmate– agrego con firmeza

–si abuela–

–nuestros abuelos vinieron a visitarte, quieren conocer a tus padres Lyserg– agrego Yoh al ver la sorpresa en la cara del chico

–ah, ahora llamo a mis padres–

–no es necesario, estamos aquí– Travis y Quentin bajaron las escaleras –pasemos al comedor, nos disponíamos a comer–

–oh, no queríamos incomodar– hablo el abuelo

–no es molestia, pasen–

–gracias–

Todos estaban reunidos en el comedor.

–no solo veníamos a felicitar a Lyserg por su cumpleaños, sino que también veníamos a enseñarle algo, ya sabia yo que lo conocía, bueno... a sus padres– mientras decía eso sacaba un pañuelo que tenia envuelto un pequeño marco, en ella había una foto en tonos amarillos.

Todos miraban curiosos lo que hacia la mayor –cuando preguntamos sobre los padres de Lyserg, nos dijeron que habían muerto todos sus parientes en un incendio, solo le sobrevivió su tío–

–así es, pero pensamos que le gustaría conocer a sus padres– le paso la foto, donde mostraba a muchas de las personas del pueblo, reconoció a varias de ellas –los que están del lado derecho son tu padre y madre– le enseño un hombre sonriente abrazando a una dama también con una gran sonrisa.

–mis padres? – pregunto embelesado

–los señores Diethel, personas que fueron muy respetados en el pueblo–

–nosotros los conocíamos; te pareces mucho a tu padre, aunque tu mirada es definitivamente tan dulce como la de tu madre– Lyserg se sonrojo

–mi tío no esta la foto–

–tu tío? – pregunto confundido el abuelo –sabíamos que había fallecido todos los Diethel, a excepción de ti, bueno... creíamos que tu también habías perecido ese día–

–no, mi tío me salvo del incendio, fue por eso que sobreviví–, Travis y Quentin se vieron entre ellos confundidos, ambos abuelos se dieron cuenta de eso, pero no preguntaron –y qué ha sido de mi tío? – pregunto volteando a ver a sus padres.

–Lyserg... tu tío falleció hace dos años– Quentin había sonado inseguro al decirlo –un día desapareció... dos semanas después lo encontraron muerto– Lyserg bajo la mirada apesadumbrado, él había sido su único familiar –no te dijimos, porque... pues porque no sabíamos como decírtelo, además que te negabas a escuchar, o hablar de cualquier cosa que tuviera que ver con el pueblo, lo sentimos hijo–

Lyserg movió su cabeza –no importa, al menos ahora lo se– se escucho triste su voz

–yo estuve presente– Horohoro tomo la palabra –su cripta esta junto a la de tus padres–

–seguro le gusto el lugar–, un incomodo silencio lleno el lugar. La reunión había sido para alegrar, no traer tristes recuerdos, aunque... no siempre se puede evitar que el pasado traiga tristes recuerdos, o se llene de desdicha el presente, pero te puede llevar compañía esperando que la veas.

–y... no hay postre? – comento un alegre Yoh

–yo te apoyo, me encanta el helado– apoyo Horohoro

–yo quiero un helado de naranja–

–de naranja? –

–mi hermano esta chiflado, donde ha visto helado con sabor a naranja? –

–bueno, se me antojo– todos comenzaron a reír.

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Había sido una tarde muy larga y entretenida, los Asakura se despidieron entre risas.

–fue un gran día, no lo creen? – pregunto Travis llamando la atención de Lyserg y Horohoro.

–si– fue la respuesta del peliverde mientras miraba al ojinegro.

–bueno chicos, es hora de dormir, Horokeu dormirás en el cuarto de a lado de Lyserg–

–si gracias–

–mañana acompañaras a Lyserg a la escuela, ya lo arreglamos todo, para que asistas esta semana–

–ah, qué yo que? –

–vamos Horohoro, la escuela es divertida– Lyserg agrego con una sonrisa.

–y desde cuando te gusta a ti ir a la escuela? –

–desde que es divertida–

–ya, si ya me quedo todo bien claro– rodó los ojos mientras los otros tres sonreían.

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El ford T, se detuvo frente al auto, dos chicos alegres bajaron de el. Lyserg no entendía bien porque ahora se sentía tan feliz, recordaba fielmente todo el pasado, pero tener a Horo cerca, le hacia sentir como si una carga se le quitara de encima.

–mm, esto no se parece en nada e a la escuela del pueblo, este lugar es enorme–

–bueno Horohoro, cualquier cosa de la cuidad comparada con lo que hay en el pueblo, es enorme, no te dejes sorprender–

–mm, y también lo son los postres? –

–pues, saliendo pasamos a comprar algo–

–buenos días chicos– un par de castaños se acercaron

–buenos días Hao, Yoh–

–Hola–

–Horohoro, vas a entrar a la escuela con nosotros? – pregunto interesado Yoh

–si, estaré esta semana en la que visitare a Lyserg–

No tardaron en llegar dos chicos mas –buenos días– saludaron secamente, el cual no le gusto al peliazul.

–buenos días, Annita, Len– Yoh se colgó entre ambos al saludarlos.

–podrías no ser tan ensimoso- regaño Anna mientras se lo quitaba de encima

–mm, si, pero no quiero–

–Horhoro, ellos son Anna y Len, amigos de nosotros–

–qué tal? –

–Hola– saludaron desganados

–uy son muy alegres– le comento con sarcasmo por lo bajo a Lyserg

–no te preocupes, son buenas personas, aunque no les gusta demostrarlo–

–pues son muy buenos simulando–

–pero entremos a clases– Hao cruzo su brazo por los hombros del peliverde, recibiendo una mirada desaprobadora, la cual ignoro.

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Continuara

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