Perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón. En serio lo lamento mucho, se que no he actualizado en mucho tiempo y lo lamento, pero lo que pasa es que solo escribo los fines de semana cuando estoy en mi casita y pues….. bueno, lo importante es que ya esta aquí mi nuevo capitulo.

Antes de comenzar, me gustaría agradecer a los reviews que mandaron:

CBMLupin: muchas gracias por tu apoyo, en serio que se agradece saber que te gusta mucho mi historia.

Selene1981: Ha, bueno, ya falta poco para que Harry se entere de sus verdaderos sentimientos, no creo que tarde mucho, juajuajua, bueno, la verdad no quiero empujar a mis personajes, pero yo creo que uno o dos capítulos mas y los tienes listos.

Gabykinomoto: Bueno, lamento no haber actualizado a tiempo, pero… bueno, fin de semestre. Cuidate mucho.

Zeheken-angel: Bueno, aunque la historia ya lleva tiempo, me gustaria agradecerte por tu review.

Por ultimo me gustaria tambien agradecer a Yandros, Silvia, mani y Martina, que me mandaron mis primeros reviews, muchas gracias chicas


Capitulo 6: La flor de la locura.


El resto de la mañana transcurrió hasta cierto punto normal, el profesor Flitwick los emociono a todos cuando les enseño el programa del curso, que incluía dos meses de clases extra de levitación, algo reciente, pues el profesor explico que la idea venia de la nueva profesora apoyada fervientemente por el director, y otros tres meses de aparición, a la que todos, sin excepción, se inscribieron. La clase de transformaciones no se quedo atrás, y la profesora Mc Gonagall casi pierde los estribos cuando les dijo que ella también daría clases extra para las personas que quisieran, o creyeran tener la capacidad, de ser animagos y después ya no pudo callarlos, a pesar de que les dijo que ella pensaba que cerraría el curso si los alumnos no mostraban ningún avance en dos meses.


-/Y... dime Zazzil, ¿No te sientes cansada?/

Harry caminaba hacia el comedor platicando únicamente con su anillo, ante la mirada de todos los alumnos que se cruzaban con él. Había decidido dejar que la pobre se moviera un poco después de que Ron y Hermione se fueran, alegando que habían olvidado algo en la torre y que deseaban que Harry les apartara el lugar.....aja.

-/Para nada/ -Zazzil se movía ligeramente en el dedo de Harry, intentando ver de reojo lo que ocurría a su alrededor, pues una ligera curiosidad la recorría- /es muy cómodo estar contigo/.

-/En serio?, ¿por qué lo dices? –el moreno pregunto mientras intentaba no llamar la atención, pues un grupo de muchachas había pasado mirándolo con atención.

-/Hueles.....-un movimiento raro de la serpiente- hueles.... bien... diferente/ -termino mientras sacaba la lengua al aire.

-/Diferente?, ¿En qué sentido?/

La pequeña serpiente apretó ligeramente el dedo de Harry, mientras daba vueltas a su cabeza pensando en que sentido olía diferente, y parecía que estaba por dar una respuesta, cuando Harry tuvo que girar la ultima vuelta para llegar al comedor, quedando sorprendido por lo que veía.

Rodeado de varias chicas, y chicos de diferentes años, estaba Harvey, quien se veía algo molesto y avergonzado.

-/Vamos Zazzil, preguntemos a Harvey si me puede ayudar con la tarea/ -dijo el muchacho sin poder evitar imprimir un tono molesto en la voz.

-/¿No crees que deberíamos esperar?, parece que está en celo, o por lo menos todos los demás/

-/No, como crees, deben estar comentando con respecto a las clases/ -'y más les vale' pensó, aunque el pensamiento fue tan débil y repentino, que no le dio tiempo de procesarlo.

Harry colocó la mano izquierda sobre la cabeza del diminuto animal y lo inmovilizo, comenzando a caminar al mismo tiempo en dirección al muchacho frente a él. Al verlo, varios alumnos intentaron cerrarle el paso, pero Harvey, casi inmediatamente al verlo, camino de prisa hacía él.

-Hola Harvey, ¿Puedo ocuparte un rato? –pregunto con una sonrisa boba.

-Claro –el aludido dio un respiro profundo y lo tomo de los hombros- pero cuéntamelo mientras comemos, te estaba esperando –dijo dándole vuelta por los hombros y guiándolo hacia las puertas del comedor casi a rastras.

Lo único que alcanzo a ver Harry, antes de entrar, fue el rostro de Cho mirándolo con expresión neutra.


La comida transcurrió entre la charla animada de Harry y la atención de Harvey, el moreno le contó de la clase impresionante de Magia antigua, de los cursos de levitación, aparición y animagia que pensaba tomar y cuando le pregunto si tenia algo que le pudiera ayudar con su tarea, Harvey le contesto con un destello en la mirada, que si pasaba a su despacho (así empiezan), le prestaría un libro que tenía por ahí respecto a los regentes mágicos.

Curiosamente, Ron y Hermione no aparecieron hasta casi finalizada la comida, y cuando la bruja se sentó a comer, solo se sirvió, para desesperación de Harry, una ensalada italiana ligera y un poco de jugo de calabaza.

-Bueno muchachos –dijo Harvey mientras consultaba el reloj de su muñeca- yo me retiro, tengo clase en veinte minutos y tengo que arreglar algo para el próximo grupo.

Y se marcho, para decepción de Harry, pues el tenia clase de Herbologia y no podía acompañarlo.

-Por cierto, Harry –dijo una voz a sus espaldas que hizo que el muchacho saltara en su asiento- mi despacho esta dos puertas a la izquierda de el de Snape.

Y desapareció definitivamente.


-Clarissa alegre –dijo la profesora Sprout mientras colocaba una flor con la apariencia de una margarita con pétalos extra en la mesa principal de invernadero- no la huelan –concluyo mientras repartía pañuelos y les indicaba como colocarlos antes de recoger su ejemplar.

La clase de herbología era con los Slytheryn, y mientras cada uno de los equipos tomaba una de los cajones de tierra, Malfoy comenzó a acercarse a Harry con una sonrisa que al muchacho le pareció burlesca.

-Potter –el rubio parecía estar de buen humor, pues no utilizaba su tono maligno- me gustaría poder hab.......

Pero antes de que terminara su frase, una risa estertórea se escucho por el lugar, ambos chicos giraron la cabeza y pudieron ver como Pansy Parkinson estallaba en carcajadas con un ejemplar de la flor apretada en el pecho, y no paraba de saludar a todos como si estuviera arriba de un estrado, Malfoy, que parecía molesto, mas no preocupado por la interrupción, giro hacia Harry esperando volver al punto, ignorando olímpicamente a la muchacha.

-Ha... Potter, yo...

Pero antes de que pudiera decir algo más, se escuchó la voz de la muchacha.

-Draco, Draco¡¡¡ -Pansy corrió del extremo opuesto del salón directo hacia el chico, y ante las miradas atónitas del grupo, y la mirada preocupada de la profesora, le planto un beso ardiente en los labios mientras lo atrapaba en un abrazo pasional.

El rubio, al verse en esa situación, hizo lo único prudente en ese caso.

-¿Qué te pasa?¡¡¡ –grito al tiempo que la arrojaba sin mucho tacto al suelo donde comenzó a llorar a lagrima tendida.

Harry normalmente hubiera reído con el resto del grupo, pero algo en su corazón se movió cuando vio llorar a la pobre muchacha, y se acercó a levantarla.

-Estas bien? –dijo tendiéndole una mano.

-Señor Potter¡ -dijo la maestra aun más preocupada al ver el gesto del muchacho, que giro hacia ella sin dejar de tenderle la mano a la chica- No lo haga –la bruja gesticulo un poco mientras caminaba hacia él.

Demasiado tarde....


Un muchacho bajito y apuesto de ojos verdes caminaba por los pasillos de Hogwarts directo a su próxima y ultima clase, DCAO, llevaba una ventaja de diez minutos, pero parecía tener algo de prisa, pues su caminata rápida lo delataba.

Aumento el paso cuando creyó escuchar un zapateo lejano, y los últimos doce metros los echó en una carrera maratónica. Abriendo la puerta del salón y cerrándola a su espalda rápidamente con los ojos cerrados por el esfuerzo y la respiración agitada.

-¿Haciendo ejercicio? –pregunto una voz burlesca, provocando que el chico abriera los ojos.

Harry no pudo contener una exclamación de asombro, olvidando temporalmente todo lo demás, el salón estaba repleto de armas medievales y muggles, y había alrededor de seis armaduras en posición recta, armadas hasta los tornillos, parecía que el salón era mas grande de los usual, cerca del doble, si te ponías a ver bien, pero aun así, el espacio para los pupitres había desaparecido y en su lugar había cojines regados, disminuyendo el lugar para los alumnos a la mitad.

Por ultimo, descansando acostado en medio de los cojines, estaba el joven profesor mirándolo con una sonrisa divertida, mientras apoyaba el codo en un cojín y la cabeza en la mano (huy).

-Harvey –el muchacho sonrió al pronunciar su nombre, '¿Qué estaba haciendo?'- ¿Qué es todo esto? –dijo mientras paseaba la mirada por el lugar e intentaba hacer memoria.

-Tu próxima clase.

-Ahhhhh, ¿qué tienen todos los maestros este año? –pregunto serio- parece que todos están sacando lo fuerte desde el primer día.

-A que te refieres? –Harvey se levanto lentamente de los cojines mientras se acercaba al moreno- no te gusta lo que vez? –termino cuando estaba a medio metro de él.

No creo que haya referido al lugar, pero Harry no llego a notarlo.

-No, si no es que no me guste –dijo con un poco de rubor, pero solo por el echo de que él estuviera cerca, no por la insinuación- pero ya hemos tenido –comenzó a enumerar con la mano- la clase/espectáculo de la profesora Honey, -dijo contando un dedo- las inscripciones a levitación y aparición de Flitwick, –dos- los cursos sorpresa de animagia –tres- y la clase con la flor esa..... –cuatro. 'Eso me recuerda', pensó al tiempo que palidecía ligeramente- Harvey, tengo que decirte que....

-Harry¡¡¡¡

El grito de una loca se escucho a través de la puerta, justo antes de que unos puños estamparan contra ella. Harvey, al ver esto, saco la varita de sus vaqueros y apunto a la puerta. Ante la suplica tardía de Harry de "No, $& $#& No¡¡¡" Pansy cruzó la puerta a velocidad increíble y se arrojo a sus brazos.

-Harry, mi cielo, no me dejes sola –chillo la chica a pulmón batiente mientras intentaba besarlo, cosa que Harry no facilito pues la apartaba a todo lo que daban sus brazos.

Afortunadamente, Ron, que apareció inmediatamente después que ella, corrió a sostener a la pobre muchacha indefensa,.... bueno..... loca, y a separarla de Harry, mientras esta gritaba su nombre una y otra vez.

-¿Por qué la trajeron? –pregunto el moreno mientras se levantaba y se colocaba tras una armadura.

-Lo sentimos Harry –Hermy acababa de aparecer por la puerta y sonreía a modo de disculpa- pero se nos pego y dijo que no descansaría hasta encontrarte¡¡ –explicó subiendo el tono cada vez más, pues los gritos de "Harry", por parte de Pansy no paraban de escucharse- Silencius –dijo apuntando a la muchacha y su novio, logrando que ambos dejaran de emitir sonido, aunque la primera todavía movia desesperadamente los labios.

-Harry –la voz del profesor se escuchaba ligeramente dolida y enojada- ¿Tienes novia y no querías qué me enterara?.

El moreno, después de luchar contra un raro malestar estomacal, giro y encaro a Harvey.

-No¡¡, como crees¡¡, lo que pasa es que Clarisa..... es que... y luego.. y....

-¿Así se llama? –dijo el muchacho, ahora su voz si sonaba francamente molesta.

Mientras tanto los alumnos ya comenzaban a llegar, de Hufflepuff y Griffindor, los chicos que llegaban veían preocupados la escena un momento, pero llego el tiempo en que uno de ellos comenzó a reír, primero quedamente, pero luego a carcajadas y justo estaban por seguirlos los demás, cuando Harry y Harvey los voltearon a ver con una cara que haría parecer a Snape como un niño dulce y angelical. Hermione, aunque dudosa de meterse o no, termino cediendo al primer impulso.

-Lo que pasa –dijo tanteando el terreno, y al ver la cara tolerante de ambos chicos continuo- es que vimos en herbología la flor de Clarissa Alegre y entonces..... –y calló cuando Harvey levanto la mano, dando a entender que ya había comprendido la situación y ahora su vida dependía de que guardara silencio.

-Bien, ya entiendo –El muchacho bajo la mano, cerró los ojos, respiro para calmarse y levanto la vista hacia Harry- dime la verdad, ¿Te gusta tenerla así?

-No¡¡¡ -Harry negó con la cabeza al tiempo que hacia una mueca de desagrado y Pansy se ponía a llorar sin emitir sonido, aun sostenida por un Ron insonoro, que parecía que se estaba muriendo de la risa.

-Bien –El profesor parecía hacer un gran esfuerzo para calmarse y no ponerse a gritar- entonces esto es lo que haremos. Tu la rechazas y la dejas, y yo me hago cargo del problema para que tu....

-No¡¡¡¡¡ -(huy, se le olvido el resto de su vocabulario).

-Lo sabia¡¡¡¡, te gusta tenerla así¡¡¡ -estalló, ante las miradas de todos los alumnos que ya estaban preguntándose porque no habían traído una cámara o a un Colin tamaño bolsillo.

-No, no es eso, es que... no creo que sea conveniente que la tengas dando vueltas a tu alrededor mientras estas en clase –'bien'.

-No es molestia, esta seria mi ultima clase y el efecto solo dura como dos horas más, además la puedo amarrar a una ballesta y... digo, puedo mantenerla quieta –termino con una falsa expresión de confianza.

-No¡¡ -ahora un poco más calmado, el moreno intentaba encontrar otra solución- mira –dijo cuando el otro estaba por volver a gritar- creo que lo puedo arreglar –y girándose al resto de los alumnos que se habían movido dijo- ¿A alguno de ustedes le gustaría ganar un galeón? –pero por una vez parecía que el dinero no movería nada- ¿Cinco? –nada- ¿Diez?

-Y una semana sin tarea –apunto Harvey, pero tampoco paso nada.

-De acuerdo Quince galeones y una semana y media de tarea –Dijo el moreno sin preguntar al profesor, que no se mostró en desacuerdo.

Algunos chicos y chicas ya comenzaban a dudar, de echo Ron ya parecía decidirse.

-Ron –dijo Hermione mientras levantaba su varita y chispas de fuego se desprendían de ella- ¿Quieres que levante el hechizo para que digas algo? –y ante la negativa del moreno la bajo de nuevo.

-Veinte galeones y dos semanas –dijo Harry ya desesperado y comenzando a despedir ligeras chispas de su mano derecha.

-Que sean veinticinco y dos semanas –Neville salió tras una pequeña muralla de muchachos y miro a Harry directamente a los ojos, su oferta estaba en la mesa y no pensaba debatirla.

-Echo –dijeron Harry y Harvey al mismo tiempo, demasiado rápido, para gusto de todos.

Después del cambio, que involucro un contrato mágico de por medio, no por nada, pero Neville quería asegurarse, Harvey concedió veinte puntos a griffindor por el buen corazón del chico y lo mandaron al jardín a pasear con una Pansy muy contenta.

-Bien, una vez olvidado este pequeño asunto, comenzare con mi clase....


Harry miraba el libro que le había prestado su profesor, mientras preparaba la poción en clase de Magia Antigua para saber cual era su regente.

.......ahora agregue el extracto de polvo cielo y espere a que la poción tome un color azul celeste

El muchacho ya estaba en la fase final de la poción, algunos de sus compañeros ya habían terminado, Hermione había resultado ser fuego, Ron se emociono cuando descubrió que su regente era el Sol, aunque ya lo sospechaba, pues toda su familia lo había sido.

En total, según el libro que Harry leía, había doce regentes, y según el resultado de la poción esta cambiaria para anunciarlo; el primero era la Naturaleza, que provocaba el surgimiento de una ramita en el caldero, el segundo era el Hielo, que formaba la figura de un copo de nieve de cristal, el tercero era el Fuego, que lanzaba una llamarada el techo, que casi le cuesta las cejas a Mione y otra muchacha de Ravenclaw; el cuarto, es el Viento, y una pluma de águila anuncia esta; La Tierra le sigue, y una pequeña piedra de jade le representa; El Rayo es el sexto, y cuando esto ocurre, el caldero se electrifica, por ello que hay que tener cuidado de no tocarlo al agregar el ultimo ingrediente; El Agua o el mar, como quieran llamarlo, provoca que la poción entera se transforme en el liquido cristalino; también existen otros que no son considerados elementales, como el de los Dragones y animales mágicos, que son representados por una escama de dragón, como paso con Seamus, que fanfarroneo del echo durante un tiempo, hasta que la maestra, harta, le dijo que ella creía que no tenia nada de especial; la luz y la oscuridad forman uno solo, una pequeña esfera inestable, que absorbe y despide luz y después de un tiempo se colapsa, anuncia este regente; El Sol, que forma una pequeña perla de luz intensa; La Luna, que al ser la contraparte del sol, forma otra perla color plata; y, para finalizar, se encuentran las estrellas, que despiden una ligera lluvia de ellas hacia el cielo.

Harry estaba pensando cual sería su regente, cuando de pronto la poción se volvió azul.

'Que bien'. El moreno tomo el libro y lo abrió sobre el dictado de la poción.

........Ahora, realice el hechizo verita escenum incite sobre alguno de sus cabellos o, en su defecto, una muestra de su sangre en un vidrio perfectamente limpio y libre de otras esencias.

Harry se arranco un cabello y lo coloco sobre la mesa, junto al resto de los ingredientes.

-Ejem.... –dijo intentando llamar la atención de la maestra que traía puesto un vestido café con estampados de violeta y que estaba realizando el hechizo sobre el cabello de Dean, pero parecía que la cosa iba para largo, pues varios alumnos estaban en la lista de espera.

-Si creen que pueden hacer el hechizo ustedes –dijo sin voltear a ver quien le había hablado- háganlo, es muy sencillo –dijo mientras agitaba la varita sobre el cabello de Dean- solo es concentrarse en su propia persona y lo que los hace ser lo que son, mientras dicen el encantamiento verita escenum incite –dijo agitando la varita y descargando una fina corriente de magia sobre el cabello de su compañero y pasando con el siguiente muchacho.

'Concentrarme en lo que me hacer ser lo que soy?', Harry bajo la mirada hacia su poción, que seguía burbujeando lentamente, cerro los ojos y se concentro en si mismo, sus acciones, su figura, su personalidad, y lentamente, imágenes de su horrible niñez, el momento en el que le dijeron que era un mago, el momento en que supo que Sirius era su padrino y la emoción que sintió cuando le dijo que podía ir a vivir con el, y más recientemente su muerte, justo cuando estaba seguro que podría hacer el hechizo y levantaba su dedo índice apuntando a su cabello, la imagen de Harvey apareció en su cabeza y lo hizo soltar una pequeña risa.

-Verita escenum incite –dijo descargando un poco de magia a través de su dedo y hechizando a lo largo, su cabello.

Tomo el cabello por una punta, y con cuidado de no tocar el caldero ni estar observando sobre él, lo dejó caer con un movimiento de muñeca sobre la poción.

En cuanto el cabello hubo tocado la superficie de la mezcla, una luz blanquecina la hizo brillar durante unos instantes antes de transformarse en un pilar de luz, el resto de las cabezas voltearon curiosas, entre ellos la de la maestra, Harry, emocionado y creyendo que su regente era la luz y la oscuridad o algo parecido, se llevo una sorpresa cuando una pluma blanca se materializo en medio del espectro de luz, sobre su caldero, pero la emoción no menguo cuando la recogió y sintió una corriente mágica ligera en el objeto.

-¡Soy viento! –exclamó mientras sostenía la pluma en lo alto y la mostraba a sus amigos justo antes de que se deshiciera en finas hebras de magia.


Después de la clase de Magia antigua, Harry se dirigía rápidamente hacia el cubículo de Harvey, tenia media hora antes de presentarse a su clase de Pociones, y aunque normalmente no habría pensado en llevarle el libro, estaba ansioso por decirle cual era su regente, paso por la biblioteca y al mirar adentro, pudo ver a varios de sus compañeros estudiar el libro de "Ataque y reciba", buscando algún indicio de la tarea que Harvey les había impuesto......

Flash Back....

-Bien, una vez olvidado este pequeño asunto, comenzare con mi clase.... –Dijo el profesor justo antes de pedirles que se colocaran en una fila frente a él- ahora, por favor, les pido que cada uno de ustedes, me lance el mejor hechizo o maldición que tenga.

El primero de la fila, un muchacho de Hufflepuff, no estuvo muy seguro de atacar, pero ante la insistencia de Harvey, el muchacho le lanzo un Stupefty.

Antes de que el hechizo llegara a él, Harvey levantó su varita y dijo con voz fuerte y clara.

-Argento protego –giró su muñeca en un movimiento que a Harry le pareció conocido, y un escudo de plata se formo frente a el, justo como el que Voldemort había invocado en el departamento de misterios. El hechizo no pudo siquiera llegar al escudo, pues una especie de aura lo disolvió antes de llegar a él.

-Este –dijo Harvey quitando el escudo con otro movimiento e ignorando los ruidos del salón- es el escudo más resistente a nivel mágico y físico que pueden invocar con la varita.....

Y el resto de la clase transcurrió en demostraciones de la cantidad de impactos que podía soportar semejante hechizo. La mayoría de los alumnos no se quedaron con la duda y lanzaron cantidad de maldiciones conocidas, aunque a Harry no le agrado mucho la idea, cuando paso solo se animo a lanzar un difindo sin mucha fuerza, que se disolvió justo como el resto de los hechizos. El único encantamiento que llegó a chocar con el Wong mágico, fue un tarantallegra que lanzó Cho, imprimiendo mucha más fuerza que de costumbre.

Al finalizar con la prueba mágica, Harvey hechizó algunas armaduras para que le atacaran, y ninguna de ellas pudo siquiera llegar a agrietar el escudo, aunque si fue muy molesto todo el ruido que sacaron.

-Muy bien.... –dijo el profesor mientras deshacía su escudo y retiraba el movimiento a la ultima armadura- para mañana, me gustaría que investigaran si este escudo tiene contra-hechizo o si no, y porque.....

Fin del Flash Back

Sin darse cuenta, el niño que vivió había llegado al cubículo. Sin tocar siquiera la puerta, ni anunciar de otro modo su llegada, estiro la mano y giro de la perilla.

-Hola Harvey, te traje..... –pero no terminó de pronunciar la frase.

El cubículo de Harvey, era por mucho el más curioso de todos los que había conocido Harry, y no precisamente por la cantidad de objetos mágicos, sino, precisamente por la carencia de estos, claro que había algunos por ahí, pero lo que reinaba en ese lugar era totalmente diferente, las paredes, blancas, estaban tapizadas de posters de cantantes de música Rock muggle, el escritorio era de vidrio y uniones de plástico, así como dos libreros que se encontraban en la pared izquierda, curiosamente, un aparato reproductor de compactos, estaba apoyado en una mesita, justo en la esquina derecha del lugar, y un ordenador se encontraba sobre el escritorio, ambos podían funcionar gracias a un hechizo de Dumbledore, según le explico Harvey cuando él preguntó.

Pero eso no era lo que calló a Harry, no que va, eso lo había visto apenas el día anterior cuando fue con su profesor a buscar el libro, lo que lo hizo detenerse a mitad de la frase, fue que, sentada frente al escritorio, en una silla también de vidrio, se encontraba Cho, que ahora lo miraba enojada, el moreno giro su mirada, y se encontró con Harvey, vestido con un sweater azul pálido y unos pantalones vaqueros, que lo veía algo enojado.

-He.. bueno –Harry sintió una punzada en el estomago- yo... me retiro y regreso después... –y estaba por girar, cuando la voz del maestro se dejó escuchar.

-No es necesario Harry –dijo arrastrando las palabras- Cho estaba por irse –giro su cabeza hacia la muchacha, que lo miro con odio oculto, y continuo- ¿no es así?

-Si –fue todo lo que dijo, antes de levantarse y caminar hacia la puerta- con permiso –la morena se dirigió única y exclusivamente a Harry, y abandono la habitación rápidamente.

-Mmmm.... ¿Qué hacían? –pregunto el moreno.

-Nada –el muchacho calló cuando una mirada de no te creo fue dirigida a su persona- solo vino a preguntar con respecto a la clase. Y... –agrego antes de que pasara otra cosa- ¿a qué venias?.

-Ah, si, vine a traerte tu libro.... pero... ya me voy, tengo clase de pociones en veinte minutos –y luego de acercarse y dejar el libro en el librero, justo en el lugar de donde lo había tomado, continuo aun algo resentido- Bueno... nos vemos.

Harry se dirigió a la puerta, dispuesto a largarse lo más rápidamente posible, aunque aún tenia tiempo de sobra, pues el salón quedaba muy cerca.

-Harry –dijo el joven profesor, levantándose y llamando la atención del muchacho que giro una vez más hacia él- te acompaño y me cuentas como te fue con la case.

-Mmmmm..... bueno....


-Y entonces –dijo Harry emocionado mientras hacia señas con las manos- metí la mano y saque la pluma –el moreno junto los dedos como si hubiera apresado algo, la acerco a su cuerpo y sonrió- se sentía... muy bien.

-Entonces tu regente es el viento.... –el muchacho de ojos grises sonrió tiernamente- el mío es la luna... todavía me acuerdo.... –comenzó mientras sus ojos brillaban un poco, pero recordando algo, se detuvo abruptamente- ya llegamos –dijo señalando la puerta del pasillo, que efectivamente, conducía hacia la aula de pociones.

Harry miro extrañado la puerta, como si de repente, cayera en cuenta de algo.

-Sabes?, conoces muy bien el castillo, nunca he visto que te pierdas, o preguntes alguna dirección.

-Ehhh...., bueno, lo que pasa es que.... –Harvey lucia algo preocupado- bueno, te lo voy a decir.

'Si, al fin', El niño que vivió no demostró ninguna expresión, su cara parecía de cera, semejando una sonrisa enigmática.

Harvey se debatía internamente en contarle o no algo importante, y justo cuando estaba por abrir la boca, la puerta del aula se abrió, revelando la figura de Snape, parecía que estaba enojado, y después de dirigir horribles miradas de odio a ambos chicos, se abrió paso empujando a ambos con los hombros, dejando estupefacto a Harry, que lo siguió con la mirada hasta perderlo de vista, es decir, claro que siempre lo miraba con odio, pero esta ultima mirada.... bueno, esta ultima mirada le parecía como si lo que en verdad deseara en la vida es que contrajera un cáncer.

-Bueno –dijo Harvey, llamando su atención- creo que ahora ya puedo entrar –y dicho esto, entro en el salón.

Algunos alumnos ya estaban esperando, entre ellos Pansy, Ron y Neville, que tenia una mejilla mas grande que la otra, resultado, seguramente de la venganza de Pansy cuando salió del efecto de la flor esa. Había, por lo que pudo ver Harry, alumnos de todas las casas. El joven profesor, con algo de pena, se coloco en la silla del maestro a esperar que todos llegaran, cosa que sucedió cinco minutos después con la llegada de Anthony Goldstein de Ravenclaw.

-Bueno.... –dijo Harvey mientras se levantaba del lugar y miraba a todos- seguramente ya abran echo suposiciones de mi presencia aquí –un silencio a manera de afirmación se manifestó- pues bueno... yo estoy aquí para dar la clase de pociones, solo este grupo –aclaro al tiempo que levantaba las manos- no quiero que anden por ahí diciendo que sustituiré al profesor Snape ni nada por el estilo, ya tengo suficiente con mis propias clases.

-De todas maneras –dijo Pansy con tono venenoso- no creo que les agradaría, profesor –pero al ser la única perteneciente a la casa de las serpientes, un abucheo general recorrió el lugar.

-Señorita –dijo Harvey mientras imprimía algo de desprecio en su vos- estoy aquí para dar clase de pociones para los que necesitan presentar el éxtasis en sus carreras. No digo que les este haciendo un favor –aclaro- muchos de ustedes son buenos en esto y se lo merecen... pero, -y ahora miro fijamente a Pansy, mientras apoyaba una palma sobre el escritorio- me gustaría que por lo menos en mi clase, se portara de manera respetable de ahora en adelante. –Pansy giro la mirada, pero no dijo nada- Entendió?.

-Si –dijo con la voz menos marcada y luego de un momento agrego- Profesor.

-Bien –el mago se veía más relajado y camino seguro hacia el pisaron- hoy veremos –y apunto con su varita al pisaron, donde comenzaron a aparecer los ingredientes de una poción y su modo de preparación- Ivermecta, esta poción, fue inventada hace una década por el especialista Hermit Baror para facilitar el hipnotismo en mentes resistentes.......

Fue una clase bastante agradable, si bien, tenia poca experiencia, este defecto quedaba anulado cuando te fijabas que estaba acostumbrado a trabajar con todo tipo de pociones, algunos alumnos de Ravenclaw lo acribillaron con preguntas que parecían estar más destinadas a poner a prueba al profesor, que a resolver sus dudas, y una vez terminada la hora de clase, la mayoría de los alumnos, con excepción de Pansy, tuvieron que admitir que Harvey era el profesor ideal para la materia.


Gracias por leer


Bien, este es el fin del capitulo, pero me gustaría aprovechar esta publicación, para presentarles mi nuevo proyecto que espero poder realizar en vacaciones, seria un fic, ahora si, Tom/Harry, porque aunque esta historia fue pensada en un principio para eso, la pareja de Harvey y Harry me agrado muchísimo y no me pude contener, aunque lo más probable es que ponga alguna escenilla de eso, Disfrutenlo.


El lugar estaba oscuro, las luces no habían sido encendidas cuando la tarde calló, estaba demasiado ocupado como para pensar en la iluminación. Solo se veía una sombra trabajando febrilmente, haciendo anotaciones en un cuadernillo negro a la luz de una pequeña flama que flotaba en el aire. De repente, el hombre sufrió un sobresalto cuando la luz del edificio fue encendida por alguien más.

La vista no podría considerarse hermosa, el edificio estaba pintado de un blanco antiséptico, y en las paredes, entre muchísimos aparatos, habían tubos que contenían embriones conectados a aparatos, con el propósito de mantenerlos latentes, unos claramente estaban muertos. Era espeluznante, pero al hombre que estaba en el escritorio pareció no importarle. Era alto, con el pelo negro, de ojos verdes, que en ese momento estaban cambiando a un peligroso rojo, que no restaba nada a su apariencia perfecta.

Escuchando atentamente, el hombre tomo su varita del escritorio y apunto a la luz que tenia al lado, reduciéndola a nada. Justo en ese momento, unos pasos se escucharon por el pasillo, antes de que la puerta de la tenebrosa habitación se abriera, revelando a una hermosa mujer, de cabello negro y mirada fría, vestida con una bata blanca.

-Mi señor –dijo la intrusa al tiempo que agachaba la cabeza y esperaba el permiso para continuar.

-Bella,... –el hombre parecía ligeramente enfadado- te he dicho que no debes interrumpir cuando estoy aquí.

La mujer pareció debatirse un momento, pero después de un momento, levanto la mirada cansada y comenzó. Mientras más rápido, mejor.

-Tom –ese nombre nunca lo utilizaría en frente de nadie, ella era una de las poquísimas personas que tenia permiso para llamarlo así- llevas aquí todo el día, no fuiste a desayunar, ... tampoco a comer..... y yo... creí qu..

-No deberías creer nada –dijo el señor mientras se levantaba de su asiento, molesto por ser interrumpido por algo así, busco su varita y justo cuando estaba levantándola contra la mujer, pareció pensarlo mejor y lanzó un suspiro- pero tal vez tengas razón. ¿Desde cuando empecé con esto?.

Bellatrix Lestrange estaba sorprendida, ella esperaba por lo menos una ligera tortura por su interrupción, pero parecía que no iba a recibir castigo alguno por parte de su señor.

-Tres años señor –contesto con algo de preocupación- seis meses antes de que Albus Dumbledore muriera a manos suyas y un año antes de que el mundo cayera a sus pies.

El hombre sonrió.

OH, si, ¿cómo pudo haberlo olvidado?, ¿Quién diría que conquistar el mundo seria tan fácil?, ahora el era el único soberano del mundo, el que desidia en los juicios, el que indicaba donde se podía construir una ciudad, y, en resumidas cuentas, el dueño del destino de todo el mundo.

Después de la pelea decisiva con el viejo decrepito que le había echo la vida imposible, el resto fue tremendamente fácil, bueno, casi todo. Todavía podía recordar la lata que le provoco James Potter, ese maldito mago casi le causó tantos problemas como su maestro, pero a fin de cuentas,...

Un sonido llamo su atención.

El repiquetear de una alarma, ¡Una de sus creaciones estaba muriendo!, otra vez.

Decidido, el poderoso hechicero se acercó rápidamente al aparato, seguido de cerca por Bella. Algo estaba mal, muy mal. La pantalla de estado mostraba anomalías en los niveles de nutrientes, y el núcleo mágico de la criatura mostraba un desequilibro total.

-Bella, -dijo pensando rápidamente- ocúpate de los niveles de los niveles de glucosa, yo me ocupo de su núcleo.

Sin esperar la respuesta de la mujer, el hombre tomo su varita y apunto a la pequeña figura que estaba en el tubo de vidrio, concentrando su magia para que absorbiera el sobrante de energía que producía el desnivel.

Pero su sorpresa fue mayúscula cuando sintió como su magia era absorbida por él. Afortunadamente, su pensamiento fue rápido y congruente, "si magia quiere, magia tiene", aumento el flujo de su energía al doble, esperando que eso fuera necesario para mantenerlo, pero después de unos momentos tuvo que aumentarlo al triple.

Mientras tanto, la bruja ya había echo todo lo que se le había ocurrido, pero por más que intentaba, el resultado no era correcto. Los minutos pasaron lentamente, la magia de el hechicero se acababa rápidamente y parecía que no tendría fin, lentamente su cabeza comenzó a realizar hipótesis, descartando oportunidades y agregando nuevas circunstancias.

El tiempo transcurrió.......

-Tom –la voz suave de la mujer lo saco de sus pensamientos, todavía mantenía en alto su varita, expulsando magia que era absorbida cada vez en menor cantidad.

-¿Si? –dijo preguntándose porque no estaba en el teclado de la maquina.

-Esta... esta... muriendo, -soltó con un susurro- y no creo que podamos salvarlo –Bella bajo la mirada, incapaz de predecir el comportamiento de su maestro.

-.......- soltó el aire que había retenido sin darse cuenta ¡Ocho!, con ese sumaban ocho. Bajo la varita un momento, para después elevarla por encima de su cabeza- Avedra Kebadra.

Un rayo de luz verde ilumino la sala por unos segundos, rompió el cristal que protegía al niño, frió algunos circuitos eléctricos de las maquinas de alrededor e impacto..... La luz que componía el hechizo creció de manera desproporcionada y fue parcialmente absorbida, pero al no ser compatible con él, fue desecho en partículas. Esparciéndose por toda la habitación.

Todo fue como en cámara lenta. Bella, al percatarse del peligro que corría su maestro, se interpuso entre él y los residuos de su propia maldición, al tiempo que conjuraba un poderoso escudo, aunque sabia que de nada funcionaria.

Un ligero y delgado rayo verde se dirigió directo a ella, atravesó su barrera con facilidad y la alcanzo, las otras trazas del hechizo solo alcanzaron algunas paredes y maquinas, destruyendo totalmente el laboratorio y el trabajo completo de Tom.

El mago ahora tenia una cara de incredulidad en la cara, no podía pensar correctamente. Salvarse de tantos atentados que el calificaba de terroristas, para casi morir por un hechizo echo por el mismo no era algo que estaba en sus planes.

Se agacho para verificar el estado de Bellatrix. Sorprendentemente todavía estaba viva, la sangre salía por su nariz en grandes cantidades, y parecía estar en un coma profundo, pero no estaba muerta. Dejo escapar un nuevo suspiro y comenzó a pensar en todo el tiempo que tardaría en reparar su laboratorio. Algunas cosas, estaba seguro, tardarían en volver a funcionar, pero afortunadamente siempre guardaba una copia de sus trabajos en una computadora muggle.

Aun enojado como estaba, sonrió a la mujer que estaba inconsciente en el piso, tendría que agradecerle su noble acción una vez que despertara, tomo su varita con lentitud, e invoco un hechizo de sanación muy poderoso sobre la bruja, que inmediatamente dejo de sangrar. La levanto del suelo con cuidado, como nunca había echo con nadie, y estaba por elevar su varita para desaparecer con ella, cuando el llanto de un bebe lo detuvo.

"No es posible".

Voldemort abrió los ojos con sorpresa, así que uno de sus tantos experimentos al fin había resultado.

Con emoción contenida, movió su varita al frente, provocando que el bebe, oculto tras lo que quedaba del aparato, levitara lentamente del suelo, hasta llegar justo al lado del hombre que lo miraba como un tesoro. El bebe abrió los ojos por primera vez, y lo que Tom vio lo dejo sorprendido. Había tomado el ADN de James Potter para crear a esa criatura, y se suponía que debería ser exactamente igual a él, no de ojos verdes. Además, estaba sangrando de una herida en la frente, y aunque el mago intento curarlo con un hechizo, el bebe solo absorbió la magia con bastante rapidez, evitando que la herida serrara como debía de hacerlo.

El mago sonrió, de una manera peculiar, sin crueldad, sin maldad, solo con satisfacción de si mismo, moviendo por ultima vez su varita, desapareció del lugar junto con los ellos.


Gracias por leer.


Y este seria el intro de mi nuevo fic, pero la verdad no estoy muy seguro si publicarlo o no, porque todavía no lo tengo bien planteado, manden un review, y díganme su opinión.